ARTE ESPAÑOL - ÍNDICE DE CONTENIDOS
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Datos principales
Rango
ÍNDICE
Desarrollo
1.- DE ALTAMIRA A LA ROMANIZACIÓN 1.El arte paleolítico en la Península Ibérica . Generalidades . Historia de la investigación . Marcelino Sanz de Sautuola y la cueva de Altamira . La obra de Hermilio Alcalde del Río . Distribución geográfica . Asturias . Cantabria . La cueva de Altamira . País Vasco . Pirineos . La Meseta . Parte occidental de la Península . España oriental . Andalucía . El arte paleolítico a través del tiempo . En busca de una interpretación . 2.La pintura prehistórica levantina . Historia de la investigación . Localización geográfica . Cronología, periodización y marco cultural . Origen y relaciones del Arte levantino . Características técnicas y artísticas . La temática . Actividades económicas . La caza . La recolección . La agricultura . La domesticación animal . Escenas de guerra .
Escenas de carácter lúdico-religioso . 3.El arte calcolítico . Panorama cultural: de la fuerza del grupo al poder individual . El arte: el simbolismo y la abstracción . La arquitectura megalítica: a la búsqueda de una morada eterna . Menhires y estelas: guardianes de la muerte y de la vida . Los ídolos: entre la medida del hombre y lo divino . La cerámica: entre los ritos y el prestigio . El arte rupestre: el lenguaje enigmático en piedra . Adorno personal: la materia corno marcador social . 4.Arte prehistórico en las Baleares . Navetas y talaiots . Los poblados . Edificios de carácter cultual . Los santuarios mallorquines . Arquitectura funeraria . Las navetas de Menorca . Las necrópolis rupestres menorquinas . La metalurgia prehistórica de las Islas Baleares . Estatuaria . Representaciones zoomórficas . 5.El Arte fenicio y púnico . Arte fenicio occidental . Urbanismo y arquitectura . Auge de los poblados costeros . Monumentos funerarios .
Escultura . Estatuillas y objetos de bronce . Los fenicios, introductores de novedades . Decoración de los jarros . Terracotas . Marfiles . Orfebrería . Otras manifestaciones artísticas . 6.Arte griego en España . El arte griego que nunca se halló . Arte griego y colonización . La ambigüedad entre arte griego e ibérico . Hacia la búsqueda de un arte griego provincial . La dificultad de definir un arte griego, para griegos o para otros pueblos . Notas sobre el arte griego en Ampurias . La adopción por fenicios y púnicos de un lenguaje artístico griego . El arte griego en Tartessos . El arte griego entre los iberos . 7.Ampurias . La Ampurias griega . Los santuarios . Las murallas meridionales . Los edificios civiles . La arquitectura doméstica . La escollera helenística . Las necrópolis . Ampurias romana y medieval . La muralla . La retícula urbana . El foro .
Las casas . El anfiteatro y la palestra . Las necrópolis . 8.El arte tartésico . Tartessos y el Mediterráneo . El arte del periodo geométrico . Arquitectura y urbanística . La alfarería . Las estelas de guerreros . Los objetos representados . Aspectos compositivos . El arte del periodo orientalizante . La arquitectura y la urbanística . La alfarería . La toreútica, la orfebrería y otras artes suntuarias . El tesoro de Aliseda . Las joyas halladas en El Carambolo . 9.El arte ibérico . Concepto de lo ibérico . Investigación reciente . Problemas y dificultades iniciales . Hacia la maduración de los conocimientos . El arte ibérico contextualizado . Influencias externas en la formación de un arte . Elementos que configuran el arte ibérico . El ejemplo del Mediterráneo . Elementos que caracterizan al arte ibérico . Técnica y arte . Arquitectura y urbanismo .
Murallas . Planta urbana . Casas y edificios públicos . Arquitectura funeraria . La escultura . Orígenes, materiales y técnicas . El monumento de Pozo Moro y las esculturas afines . La escultura iberogriega . Las esculturas de Porcuna . La Dama de Elche . La Dama de Baza . Las esculturas del Cerro de los Santos . El epílogo de la escultura ibérica . Bronces y figurillas votivas . Metalistería y orfebrería . Orfebrería . Dos transiciones decorativas . Diversidad de los tesoros . Alfarería . La pintura aplicada a la cerámica . Las producciones meridionales . Las producciones del sureste . Aparición de la decoración figurada . Diosas y guerreros . Las producciones orientales . Las producciones celtibéricas . 10.Arte celtibérico . Tres grandes corrientes . Arquitectura y elementos urbanos . Numancia .
La escultura . Las estelas . La metalistería y la orfebrería . Descripción de las piezas . La cerámica . Estética e iconografía religiosa celtibérica . 11.El arte castreño del Noroeste . El urbanismo y la decoración arquitectónica . Los llamados monumentos con horno . Los guerreros galaicos . Las cabezas . La orfebrería . Consideraciones finales . 12.Introducción al arte hispanorromano . Arte no romano en época romana . Las perduraciones . Arte hispanorrornano y arte romano provincial . Las grandes aportaciones de Roma . La gran revolución de la arquitectura . 13.Arquitectura del territorio de Hispania . Un tema por investigar . Obras singulares . Pontífices de las calzadas . El rey de los puentes . Agua para todos . Las obras emeritenses . La teoría vitruviana . El agua de los ingleses . 14.Las ciudades hispanorromanas . Programa monumental básico de una ciudad romana .
La época republicana . La época altoimperial . Monumentos urbanos en tiempos de Augusto . De Claudio a Adriano . El Bajo Imperio . Conclusión . 15.Urbanismo hispanorromano . La fundación de una ciudad romana . La acción urbanizadora de Roma en Hispania . Urbanística del área ibérica hasta época de César . Las primeras fundaciones . Las fundaciones cesarianas y triunvirales . Urbanística del área céltica hasta el cambio de era . La articulación territorial de Hispania a partir de Augusto . Las capitales provinciales . Otras fundaciones augusteas . Urbanística hispanorromana a partir de la época flavia . Conclusión . 16.Teatros, anfiteatros y circos romanos en Hispania . Antecedentes . Las razones de los juegos . Los géneros teatrales . El interés por el circo . Los ámbitos arquitectónicos . Monumentos dudosos . Parecidos pero no iguales . Evolución técnica . Circos .
Anfiteatros . Teatros . 17.La ciudad romana de Mérida . Esplendor de Emerita en la época flavia . El Puente . El urbanismo . El recinto murado . Las conducciones hidráulicas . La red urbana . Foro municipal . El foro provincial . Los edificios destinados a espectáculos . El Anfiteatro . El Circo . Otros edificios . Las casas . Las necrópolis . Escultura, pintura y mosaico . La pintura . El mosaico . 18.Tarraco . Las murallas . El foro de la colonia . Las casas . El teatro . El puerto . El foro provincial . El circo y el anfiteatro . Las necrópolis . El arco de Bará . Las villas . 19.Las villas hispanorromanas . La villa ideal . Villa rústica, villa urbana: el perpetuo dilema del campo y la ciudad . Los usos de las villas . Los propietarios .
Los restos arquitectónicos . El arte de las villas: mosaicos, esculturas, artes suntuarias . 20.El retrato privado romano . Cuestiones técnico-formales . Evolución estilística del retrato privado peninsular . Un nuevo impulso . Mayor refinamiento . Estelas funerarias . Fase de decadencia . Sociología del retrato privado . 21.El arte funerario hispanorromano . El ritual funerario . Hipogeos . Monumentos en forma de estela o de altar . Monumentos turriformes . Monumentos rematados en columnas . Monumentos naomorfos . Edificios de planta centrada . Elementos decorativos de las tumbas: esculturas, mosaicos y pinturas . Sarcófagos . Estelas . Mosaicos . Pinturas . 2.- EL PRIMER ARTE HISPANO 1.Orígenes del arte cristiano en la Península . Talleres de sarcófagos cristianos de Levante . Sarcófagos de Andalucía . Los sarcófagos de La Bureba . La escultura exenta . La decoración escultórica de las iglesias .
La pintura mural . El mosaico . Las artes menores . 2.Hispania invadida . La continuidad de las basílicas cristianas . Los ladrillos decorados de la Bética . Las necrópolis visigodas y sus ajuares . 3.El arte visigodo . La arquitectura visigoda . La arquitectura civil y militar . Recópolis . Basílicas de crucero e iglesias menores . Las iglesias con capillas independientes . Iglesias de planta central . Santa Comba de Bande . San Pedro de la Nave . Ornamentación y artes menores . Los capiteles visigodos . El taller de Mérida . La decoración geométrica . La ornamentación con roleos vegetales . La iconografía figurada . Vasos sagrados y orfebrería visigoda . 4.El arte asturiano . El siglo VIII . La sede real de Oviedo . El arte ramirense . Santa María del Naranco . San Miguel de Lillo .
Santa Cristina de Pola de Lena . La época de Alfonso III . 5.El arte mozárabe . Andalucía . Santa María de Melque . San Pedro de Lourosa . El arte mozárabe de repoblación . El mozarabismo en Aragón y Cataluña . La miniatura mozárabe . 6.Las iglesias del valle del Duero . Norteños y mozárabes al servicio de la restauración . Recintos defensivos . El papel del monasterio . Los edificios de repoblación: formas y finalidad . San Román de Hornija . San Cebrián de Mazote . Santa María de Bamba . Santa María de Lebeña . La capilla de San Mancio en el monasterio de Sahagún . San Miguel de la Escalada . Santiago de Peñalba . Otras iglesias del mismo tipo . Decoración . 7.La arquitectura del primer románico catalán . El auge arquitectónico y sus condicionantes . La continuidad arquitectónica en el primer período románico . La problemática del primer románico .
La arquitectura de influencia lombarda . Las obras . La riqueza arquitectónica del siglo XI . 3.- ESPLENDOR ROMÁNICO 1.Del Románico Pleno al Tardorrománico . La decoración escultórica monumental . Bóvedas y organización muraria . La iglesia paradigmática . El monasterio . De la arquitectura civil y militar . La pintura románica y las influencias bizantinas . La imagen románica y su significado . 2.El arte románico en los Reinos Hispanos . Arquitectura y escultura . Cataluña . Santiago de Compostela . Santiago y el maestro Mateo . La terminación de las naves de la catedral . La cripta del Pórtico de la Gloria . El Pórtico de la Gloria . La fachada exterior del Pórtico de la Gloria . El coro pétreo de la catedral . La difusión del estilo del Maestro Mateo . El camino de las estrellas . El Apóstol . Los peregrinos .
Los caminos . La ciudad de los peregrinos . Arte y peregrinación . Iglesias de peregrinación . Los puentes en el Camino . Hospitales de la ruta jacobea . El tesoro de los peregrinos . Imágenes y leyendas . San Isidoro de León y su ámbito de influencia . Un prólogo oscuro . La época de Fernando I y doña Sancha . El Panteón Real . El Pórtico Norte . La tribuna regia . La nueva iglesia isidoriana . Significado y valoración globales del espacio isidoriano . San Martín de Fromista . El neorrómanico de Frómista . Monasterios burgaleses . Jaca y su entorno . La escultura románica en Navarra . Primeros momentos . La catedral de Pamplona . Derivaciones del claustro de Pamplona . Santa María de Sangüesa . Las iglesias de Tudela .
San Miguel de Estella . Los edificios del tardorrománico . El final del Románico en Cataluña . Contexto histórico y artístico . La construcción de la Seu Vella de Lleida . La escultura de la Seu Vella . Talleres y soluciones decorativas . La catedral de Tarragona . El claustro de la catedral de Tarragona . Difusión de los talleres de escultura tarraconenses . Frescos y miniaturas . Los Beatos . La ilustración de los Beatos . El más antiguo fragmento ilustrado de Beato y los Beatos del siglo X . Tradición e innovación en los Beatos del siglo XI y principios del XII . Los Beatos tardíos . Las artes suntuarias . Los esmaltes románicos . Los primeros esmaltes . El siglo XII . Taller de Silos . Orfebres y esmaltadores . La Urna de Santo Domingo . Otras muestras de la producción silense .
Taller de Pamplona . Intercambios artísticos . 4.- EL LEGADO ISLÁMICO 1.Temas y conceptos . El amor por la geometría . La arquitectura, el arte por excelencia . Decoración de los edificios . Cuestión de injertos . 2.El entorno construido . La ciudad: el laberinto orgánico . Arquitectura militar . El patio, núcleo de la vivienda . El mercado . La mezquita: oración y teología . La sanidad y las estrellas . Los alcázares . Los jardines . 3.Decoración . La escultura: el arte maldito . La miniatura islámica . Artesanía de lujo . Cerámica y metalistería islámica . 4.La Alhambra y el Generalife . La magia de la Alhambra . La Alhambra actual y la Alhambra nazarí . Focos de luz sobre la Alhambra . La Alhambra antes de los nazaríes . La Alhambra militar del sultán Muhammad I . El Generalife, jardín del Paraíso .
La Alhambra del sultán Yusuf I . La Alhambra del sultán Muhammad V . 5.La Mezquita de Córdoba . La sorpresa del encuentro . El piadoso emigrado . La teoría del acueducto . Un genio sin nombre . El estilo árabe-bizantino . Octógonos mágicos . La cabellera de Rainer María Rilke . La obra de Almanzor . Puertas y postigos . 6.Madinat al-Zahra, la ciudad de los sultanes . 7.La Aljafería de Zaragoza . 8.El arte mudéjar . El mudéjar, entre la Cristiandad y el Islam . Problemas de terminología e interpretación . Aproximación histórica al mudéjar . El éxito del arte mudéjar . Síntesis artística de elementos musulmanes y cristianos . La variedad mudéjar de los focos regionales . Teruel mudéjar . 5.- TIEMPO DE CATEDRALES 1.La arquitectura gótica en la península Ibérica . Arquitectura cisterciense en León . Las primeras construcciones . La expansión de la arquitectura cisterciense .
Las dependencias monásticas . Valoración final . Monasterios de monjas cistercienses . Características del monasterio cisterciense femenino . La iglesia . El claustro . Panda Este . La panda del refectorio . La panda de conversas . Una excepción monumental: Las Huelgas . La iglesia . El claustro y la sala capitular . Consecuencias inmediatas de la excepcionalidad: Gradefes y Cañas . Dispersión geográfica de la arquitectura cisterciense femenina . A modo de conclusión . Catedrales góticas castellanas . Las primeras canterías catedralicias castellanas . Los hombres y sus programas arquitectónicos . Los maestros arquitectos . Los edificios y las formas . Entre el románico y las nuevas fórmulas . Algunas particularidades del alzado . El desarrollo de las cabeceras . La catedral de León . La iglesia del siglo X .
La iglesia románica . La catedral gótica de Santa María de Regla . El obispado de Manrique de Lara . El obispado de Martín Fernández . El marco arquitectónico . La escultura gótica . La catedral gótica en el siglo XV . La sillería de coro . El renacimiento en la catedral de León . La catedral de León durante los siglos XVII y XVIII . La catedral en los siglos XIX y XX . Las vidrieras . A modo de conclusión . Arquitectura de las órdenes mendicantes . La nueva religiosidad mendicante . De la provisionalidad a la fijación de modelos templarios . La iglesia mendicante: función y símbolo . La iglesia mendicante en España . Organización del espacio conventual . Proceso crono-constructivo de la arquitectura mendicante . 2.Manifestaciones escultóricas en la península Ibérica . León, Navarra y Cataluña . Escultura gótica en Castilla .
Escultura monumental . Decoración escultórica de claustros catedralicios . Capillas funerarias y monumentos sepulcrales . Capillas funerarias . Monumentos sepulcrales . Lápidas . Retablos . Imaginería . Temas marianos . Santos . 3.La pintura en la península Ibérica . La pintura protogótica . Definición de la pintura protogótica . Francogótico, gótico lineal y protogótico . Los inicios de pintura protogótica . Castilla y León . Aragón . Navarra . El País Vasco y La Rioja . Cataluña y las islas Baleares . Algunos aspectos sobre la iconografía religiosa . Consideraciones sobre la formalización protogótica . La miniatura en la Corte de Alfonso X . La intervención real . Los códices alfonsíes . La cultura alfonsí . Las miniaturas de las Cantigas de Santa María .
Alfonso X, trovador . El Lapidario . Otros códices alfonsíes . Navarra, Aragón y Cataluña . Las pinturas de Sijena . Descripción de las pinturas . Escenas del Antiguo Testamento . Las Genealogías de Cristo . Representaciones del Nuevo Testamento . La sala capitular de Sijena en la historia del arte . Análisis de una idea global . El mundo ante legem . El mundo sub lege . Representaciones marginales . El mundo sub gratia . Las Genealogías . La experiencia de un singular pintor . Las consecuencias . 4.La vidriera medieval . La importación de un lenguaje y el clasicismo gótico . La vidriera imperial de Alfonso X . Inercia y renovación figurativa . Los vidrieros y el Gótico Internacional . La práctica y la renovación del lenguaje . Las vidrieras de Enrique Alemán . Arnao de Flandes, Diego de Santillana y Juan de Valdivieso .
6.- LA CULMINACIÓN DEL GÓTICO 1.La arquitectura del Gótico Tardío en la Península Ibérica . Monumentos notables en Castilla . Monarquía y arte en Navarra . Arte, artistas y burocracia . Los monarcas ausentes: primera mitad del siglo XIV . Luces y sombras en la segunda mitad del siglo XIV . Un nuevo reinado . Los esplendores del gótico: el palacio de Olite . Planteamientos europeos . Otras obras promovidas por Carlos III . Elegancia y equilibro . De doña Blanca y Juan II a los Albret . 2.La escultura del Gótico Tardío en España . Cataluña . El gran escultor Pere Johan . Navarra y el País Vasco . La corona de Castilla . La segunda mitad del siglo XV . Retablos flamencos en España . El retablo: su función religiosa y social . La organización de los talleres . Materiales y tipología . Iconografía: consideraciones generales . Retablo de Nuestra Señora de Belén .
Retablo de San Juan Bautista . Retablo de la Santa Cruz . Retablo de la iglesia de San Juan Bautista . La personalidad de Gil de Silóe . El retablo del Arbol de Jesé en la catedral de Burgos . Silóe en Valladolid . Los sepulcros reales de Miraflores . El sepulcro del infante Alfonso . La parroquia de San Esteban y su retablo mayor . El retablo mayor de la cartuja de Miraflores . Las últimas obras . Otros escultores . 3.La pintura del Gótico Tardío en la Península Ibérica . La influencia italiana . El taller toledano . Presencia de Gherardo Starnina en Toledo . Retablo de san Eugenio . Capilla de san Blas . Rodríguez de Toledo y el retablo del arzobispo Sancho de Rojas . Otras obras del taller toledano . Proyección hacia Andalucía . El estilo internacional: Sevilla y Salamanca . Cataluña . La escuela de Valencia .
La influencia de Flandes en la Península Ibérica . La corona de Aragón . La personalidad de Jaume Huguet . El desarrollo de las formas . Influencias europeas . Cultura visual e involucionismo artístico . Adaptación al gusto de la clientela . Huguet, ¿artista o artesano? . El esplendor del retablo gremial . Los programas iconográficos . Tradición y pintura . Significado y función de las imágenes . La corona de Castilla . Burgos . Salamanca . 7.- ECLOSIÓN DEL RENACIMIENTO 1.Introducción al Renacimiento español . El Renacimiento en España . 2.El Renacimiento en España entre 1490-1526 . Vigencia de las tradiciones artísticas españolas . Las artes suntuarias . Influencia de lo hispano musulmán . Convivencia de dos tradiciones . El prestigio de lo italiano y los primeros síntomas de renovación . La importación de obras italianas .
Artistas extranjeros en España . La aportación española: el viaje a Italia y los estilos nacionales . El Plateresco . La cuestión plateresca . El grutesco, la columna abalaustrada y otros motivos ornamentales . Geografía y fases del Plateresco . Inicios de la arquitectura protorrenacentista . Las escuelas regionales: zona central . Las formas híbridas en Castilla. La escuela burgalesa . El foco salmantino y su irradiación . Otros centros artísticos del norte peninsular . Arquitectura ornamentada en Aragón y la región oriental . Plateresco meridional . El estilo Cisneros . La Universidad de Alcalá . 3.Entre la tradición y la modernidad . Ciudades españolas del Renacimiento . Nuevo espíritu cívico . Otras intervenciones . El clasicismo cortesano y los programas de la monarquía . El palacio de Carlos V en Granada . Los alcázares del rey . Nuevos palacios urbanos .
Programas decorativos . Teoría y práctica de la arquitectura . Gil de Hontañón y las catedrales góticas del siglo XVI . La obra de Alonso de Covarrubias . Toledo en el siglo XVI . Los primeros trabajos de Covarrubias. . La maestría mayor de la catedral primada . La maestría mayor de los Alcázares Reales . Las obras de madurez . Cumplimiento de otros encargos . Urbanismo y arquitectura civil . Las últimas obras . Otros arquitectos toledanos. Francisco de Villalpando . Los trabajos de Hernán González de Lara . Otros arquitectos . El clasicismo andaluz . Arquitectura del XVI en Sevilla . Las importaciones italianas y las primeras obras renacentistas . La implantación del nuevo estilo . El experimentalismo manierista . La huella cortesana . El Renacimiento en Granada . Arquitectura y urbanismo . La arquitectura funeraria . El Monasterio de San Jerónimo .
Arquitectura asistencial . El programa imperial . Obras en la Alhambra . La arquitectura del último tercio del siglo . Pintura y escultura . Vidrieras y rejas . La pintura renacentista en Sevilla . Sevilla en el siglo XVI . El goticismo tardío y el primer renacimiento: Alejo Fernández . La plenitud renacentista: Pedro de Campaña, Esturmio y Luis de Vargas . El último tercio del siglo XVI. Entre el manierismo y el barroco . Arquitectura burgalesa del siglo XVI . Programa constructivo y tipos de edificios . Arquitectura civil . Arquitectura religiosa . Capillas funerarias . El Cimborrio y la Escalera Dorada de la catedral . Iglesias parroquiales . Claustros conventuales . Funciones de la imagen religiosa en el Manierismo español . La obra de Alonso de Berruguete . La obra de Juan de Juni . La escultura castellana del siglo XVI . Difusión de la escultura castellana .
Primera etapa . Aceptación temprana del Renacimiento . Los grandes retablos de las catedrales . Granada, Burgos y Barcelona . Segunda etapa . Becerra, Anchieta y la escultura romanista . La renovación artística y la configuración del estilo . Un nuevo marco. Traza y decoración en el retablo romanista . La nueva imagen. Estilo e iconografía . La policromía contrarreformista . Gaspar Becerra y la introducción del romanismo . Esteban Jordán. Puente de oro en la escuela de Valladolid. . Pedro López de Gámiz y el problemático retablo de Briviesca . Juan de Anchieta y su obra . Pedro de Arbulo y Juan Fernández de Vallejo . Ultimas manifestaciones . Damián Forment y el Renacimiento en Aragón . El papel de los talleres artísticos . El maestro de retablos . El retablo del Pilar y sus consecuencias . El gran taller de Forment .
Años finales . El final de una generación . Persistencia de lo plateresco . La pintura devocional . El arte español en América . Arquitectura conventual . 4.El arte en el reinado de Felipe II . Felipe II y la arquitectura . Los trabajos de Juan Bautista de Toledo . El Monasterio de El Escorial: el edificio y sus programas . La basílica . El palacio del rey . La biblioteca . Una nueva imagen religiosa . Alternativas emocionales al arte oficial . El retrato renacentista . Berruguete y el retrato español del Renacimiento . El retrato del siglo XVI en Levante . El retrato del siglo XVI en Andalucía y Extremadura . El retrato de Corte bajo Felipe II . El Greco como retratista . Pinturas devocionales . La obra de Luis de Morales "El Divino" . Algunos hechos y personajes de su vida . Un mito rural y popular . Una clientela novadora de pintura letrada .
De Erasmo a Rotterdam a fray Luis de Granada . Un nuevo método imaginativo de meditación devocional . El éxito de los retablos . La decadencia de un pintor y un estilo . La obra de El Greco . De Italia a España . Su arte . Simbolismo e imaginación . Su obra . Lo terreno y lo celestial . Influencia en el Barroco . Una fecunda actividad . Fortuna crítica . El fin de siglo: arquitectura y urbanismo . Los ideales del clasicismo en América . 8.- EL TRIUNFO DEL BARROCO 1.Introducción al Barroco Español . La España del siglo XVII y el arte . 2.Arquitectura barroca española . La etapa de transición . El primer Barroco . Gómez de Mora y la sistematización del lenguaje arquitectónico . El palacio del Buen Retiro . Los arquitectos jesuitas y la influencia italiana . Los tratados de arquitectura en la España del siglo XVII . La consolidación del estilo .
Los focos regionales . La ciudad española en el siglo XVII . La Plaza Mayor en España . La Plaza Mayor en la historia del urbanismo . Antecedentes medievales . Usos y funciones de la Plaza Mayor . El siglo XVI . La época barroca . La plaza neoclásica . El arte efímero . El Barroco efímero . El reino del disfraz . Esplendor y decadencia . Imagen y ostentación en los espectáculos y diversiones reales . Fasto y mascarada . Efectos urbanísticos . La fiesta religiosa . La cabalgata de los festejos dieciochescos . El retablo . El retablo barroco . Usos y tipologías del retablo . Retablo, escenografía y tramoya . Evolución morfológica y estilística del retablo . Artífices y clientes. La iconografía de los retablos . Fin y epílogo del retablo barroco . 3.Escultura barroca española .
El arte procesional del barroco . Los pasos procesionales . Temas de los pasos . Escultores de pasos procesionales . Siglo XVII . Siglo XVIII . Gregorio Fernández y su escuela . Un escultor tridentino . El reconocimiento de la corte . Valladolid, ciudad de artistas . Emoción y naturalidad en su etapa de madurez . Los pasos procesionales . Prototipos iconográficos del Barroco . Al servicio de las órdenes monásticas . Un taller sobrecargado . La última etapa del artista . La escuela de Gregorio Fernández . La actividad en la Corte . Martínez Montañés y la escultura sevillana . La producción de Juan Martínez Montañés . Los retablos en la obra de Montañés . La escultura montañesina . Las representaciones de Cristo y de la Virgen . Alonso Cano en Sevilla . El imaginero Juan de Mesa . El taller de Ribas .
Los retablistas posteriores a Montañés . El taller de Roldán . Los artistas de fin de siglo . Alonso Cano y la escuela granadina . El arte de Pedro de Mena . Los Mora y el paso al siglo XVIII . La escultura en el resto de España . 9.- EL SIGLO DE ORO 1.Pintura barroca española . Madrid y Sevilla, centro artísticos . La gestación de una escuela . La actividad en la Corte . La creación del bodegón . La aportación toledana a la pintura barroca . La personalidad de Ribalta . La diversidad sevillana . Los grandes maestros de mediados de siglo . Ribera, un pintor con doble ciudadanía artística . La obra de Ribera . Zurbarán y la pintura monástica . La obra de Zurbarán . Velázquez, pintor de pintores . Origen, ambiente y formación . Obra y estilo de los años sevillanos . En la corte. Pintura y promoción social . El primer viaje a Italia: la metamorfosis del estilo .
En Madrid. Dos décadas de intensa actividad . Una pincelada impresionista . Italia de nuevo: honores, pintura y libertad . En Madrid. El triunfo final . Los últimos retratos . El más alto honor al final de la vida . Alonso Cano, pintor . La pintura barroca madrileña . La Corte, un lugar de promoción social . Entre tradición e innovación: influencias de la escuela madrileña . Los géneros y las técnicas . Carreño, Rizi, Herrera y los artistas de su generación . La generación truncada: Escalante, Antolinez, Cerezo, Cabezalero . Claudio Coello y su círculo . La llegada de Palomino . Pintores de géneros menores . Murillo, Valdés Leal y su escuela . Primera trayectoria de Murillo . Comienzos de Valdés Leal . El cambio al pleno barroco: Herrera el Mozo y la Academia . La plenitud barroca de Murillo . La desigual madurez barroca de Valdés Leal . Pintores destacados del entorno de Murillo y Valdés .
La estela de Murillo y Valdés y la transición al Setecientos . 10.- A LA SOMBRA DE GOYA 1.Introducción al siglo XVIII en España . Etapas . La transición al siglo XVIII: autocensura y elite reformista . España y Europa: el soporte regio de un nuevo horizonte . 2.La arquitectura española del siglo XVIII . Coherencia y variedad de la propuesta arquitectónica hispánica . Cualidades formales del espacio barroco hispánico . Estructuras de artificio: espacios para la contemplación . La arquitectura, marco para la escultura . Corolario de la arquitectura extranjera en España . Arquitectura barroca cortesana . La Granja de San Ildefonso . Los diseños de Filippo Juvara . Carlier en El Pardo. Las Salesas Reales . El Real Sitio de Aranjuez . El palacio de Aranjuez . La urbanización del Sitio . Carlos III y el urbanismo ilustrado . Carlos III y Sabatini . Otras formas de proyectura extranjera . Otros artistas italianos .
Arquitectos franceses . Monumentos de servicio público . Los sitios reales: arte y ordenación de un territorio . La práctica española del arte de la jardinería en el siglo XVIII . La práctica escultórica de lo antiguo . Escultura cortesana del siglo XVIII . Jardines y fuentes. La Granja de San Ildefonso . Jardines y fuentes del Palacio de Aranjuez . La decoración escultórica del Palacio Real de Madrid . La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando . El obrador del Palacio Real . Juan Domingo Olivieri, Escultor Principal . Felipe de Castro, escultor de Cámara . La obra de Luis Salvador Carmona . Los trabajos de Juan Pascual de Mena . Roberto Michel y otros escultores . Arte y manufactura: tipología edificadora industrial . Escenografía, teatro y arte efímero . 3.La pintura extranjera en España . Florecimiento del barroco pictórico italiano en España . La pintura rococó en España . Características de la pintura rococó .
Precedentes y primeros atisbos . El triunfo de la pintura rococó . Corrado Giaquinto, Primer Pintor de Cámara . El influjo de Giaquinto y su proyección . El foco rococó zaragozano . Tiépolo en España . Luis Paret y Alcázar, el más genuino pintor rococó . Persistencia del rococó en los cartones para tapices . La pintura rococó en otros centros: Valencia, Barcelona y Sevilla . 4.La segunda mitad del siglo XVIII en España . Las Academias . La Academia y el artista . El siglo XVII. Los orígenes del academicismo español . El siglo XVIII. Las academias ilustradas . Normalización del sistema . Los siglos XIX y XX. La reacción antiacadémica . El cambio de modelo . La encrucijada ideológica de la segunda mitad del siglo XVIII . El genio de Anton Rafael Mengs . Juan de Villanueva y la arquitectura neoclásica . Arquitectura neoclásica . España y Europa . Los trabajos de Diego de Villanueva .
Juan de Villanueva: primeros trabajos . Auge de la Ilustración . Arte civil y religioso . El Museo del Paseo del Prado . La gran obra . El Observatorio Astronómico . Ventura Rodríguez, el arquitecto de la magnificencia . Ventura Rodríguez en la Academia de San Fernando . La sombra del Barroco romano . La madurez barroca bajo Fernando VI . Nuevos tiempos, nuevos clientes, nuevos aspectos . Madrid: la villa y la aristocracia . Toledo y el cardenal Lorenzana . La tutela del Consejo de Castilla . El grandioso final . Goya antes de 1800 . Ciudad, territorio y el mito de la Nueva Roma . 5.Desarrollos regionales en el siglo XVIII español . Arquitectura . Arquitectura barroca en Galicia . Vega y Verdugo y la introducción del Barroco . Velasco Agüero, el último maestro trasmerano . La plenitud del barroco: la generación de 1640 . Andrade y la catedral de Santiago .
Pedro Monteagudo, la defensa del ornamentalismo . Diego de Romay, el gusto por lo decorativo . Fray Tomás de Alonso, la fantasía ornamental . Fray Gabriel de Casas, la opción clasicista . La generación de 1670. Casas y Novoa . Casas en San Martín Pinario y el Obradoiro . Simón Rodríguez, el estilo de placas . La generación de 1700: el barroco final . Escultura . La genialidad de Francisco Salzillo . Los antecedentes . Otras fuentes de influencia . Vida y obra de don Francisco Salzillo y Alcaraz . Aproximación a su personalidad . Conocimientos técnicos . La clientela . La obra . Colaboración de retablos . Su época dorada. Los pasos . Revalorización de la última etapa . Los discípulos y lo salzillesco . Pintura . 11.- ROMÁNTICOS Y REVOLUCIONARIOS 1.Neoclasicismo y Romanticismo .
Entre la belleza ideal y las formas tradicionales . Desarrollo del neoclasicismo . La arquitectura española entre el neoclasicismo y el romanticismo . Clasicismo y romanticismo escultórico . La pintura entre las dos corrientes . Goya y el camino hacia la modernidad . La Historia como modelo . Las artes industriales desde la Ilustración al reinado de Isabel II . 2.Arquitectura del siglo XIX . El historicismo . Arquitectura de hierro . El eclecticismo . El urbanismo . Epílogo . 3.La escultura del siglo XIX . El clasicismo . El clasicismo del círculo cortesano . El clasicismo catalán . El Romanticismo . La interpretación realista . Entre dos siglos . 4.Pintura española del siglo XIX . Goya, la eclosión del genio . El clasicismo académico . Vicente López y su época . Etapas de una vida . Lo religioso y lo profano . La estela de Vicente López .
El Neoclasicismo . El romanticismo . La pintura de paisaje . La pintura costumbrista . El romanticismo académico . Las novedades en España . El realismo preciosista: Fortuny y el fortunysmo . Mariano Fortuny, el gran maestro del XIX . La formación del pintor . Las primeras obras . En Roma . El gusto de la época: la atracción por lo exótico . Esplendor burgués . La herencia de Goya . El sueño del artista: la luz del sur . El apogeo . Realismo y pintura de historia . Realismo y pintura social . Realismo para burgueses . El paisaje realista . Castilla como tema . La pintura de género y el retrato . La pintura de historia . El impresionismo . 5.Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes . Motivos de su creación en España . El reglamento de las Exposiciones Nacionales .
El jurado . Los premios . Las adquisiciones . Las exposiciones nacionales como fenómeno sociocultural . Su influencia en la pintura de historia . La pintura religiosa . La pintura social . Paisaje y marinas . El retrato y la pintura de flores . Conclusión . 12.- DE PICASO A TÁPIES 1.Gaudí y el Modernismo catalán . Europa 1900 . Cataluña . Nacimiento y juventud de Gaudí . Formación de Gaudí . Proyectos de estudiante . Primeros trabajos . Primer periodo . Hacia las casas Batlló y Milà . La fortuna de Gaudí . 2.Artes plásticas en el Modernismo . La pintura de paisaje y el punto de mira modernista . París, la capital del arte moderno . Los primeros modernistas catalanes . Los artistas del norte . El simbolismo en las artes plásticas . El movimiento simbolista en Cataluña . El simbolismo en España.
Julio Romero de Torres . La escultura simbolista . La reelaboración del lenguaje simbolista . El camino hacia la vanguardia. Ramón Casas . Los artistas de la expresión. Mir, Nonell, Picasso . Picasso antes del cubismo . La segunda generación de artistas vascos . 3.Cubismos . Braque y Picasso . El cubismo analítico . El movimiento cubista . Papiers collés . El cubismo sintético . Juan Gris. Una jugada de dados jamás abolirá el azar . 4.La pintura surrealista . El modelo interior . La aportación española . Picasso y el surrealismo . Joan Miró . Salvador Dalí . Oscar Domínguez . Cataluña . Madrid . Aragón . Canarias . Epílogo . 5.Gatepac y movimiento moderno . Situación en la arquitectura española . Arquitectos al margen . GATCPAC y GATEPAC . La teoría: la revista A.
C. . Una labor excepcional interrumpida . Los grupos madrileño y nórdico . El grupo Este o GATCPAC . Dos grandes obras del racionalismo . El Pabellón de España en la Exposición Internacional de París . La Guerra Civil y sus consecuencias . La recuperación del tiempo perdido . 6.La posguerra española . El grupo El Paso . Saura. El monstruo . Temas españoles . Manolo Millares. El surrealismo y las culturas desaparecidas . La fortuna de El Paso . Tàpies. La materia con mayúsculas . Oteiza, el agitador . Chillida, la solidez . La norma. Equipo 57 . Estampa Popular . Otros realismos . Eduardo Arroyo. La figuración narrativa española . El Equipo Crónica . Crónica de la realidad . 7.La escultura del siglo XX . De fines del siglo XIX a 1918 . De 1918 a 1936 . Julio González: el padre de la escultura en hierro . De 1936 a la crisis del aislamiento . De la crisis del aislamiento a 1975 . Desde 1975 a nuestros días .
El arte paleolítico en la Península Ibérica
Con un foco principal en la cornisa cantábrica, el arte paleolítico tiene numerosos puntos dispersos en la geografía de la Península Ibérica.
Más información Generalidades
El primer arte de la Humanidad aparece en la etapa de la historia llamada Paleolítico Superior (30.000 a 8.000 años a. C., en números redondos). En esos tiempos existía en Europa un clima rudo, con alternancia de largos milenios de frío húmedo y frío seco, siempre dentro de lo que comúnmente se denomina un período glaciar, y con otras etapas interglaciares, de clima menos riguroso y algo más cortas.
Más información Historia de la investigación
La investigación del arte parietal paleolítico ha sido posible gracias a las personalidades de Marcelino Sanz de Sautuola, el abate Breuil, toda una vida dedicada al arte prehistórico, y Hermilio Alcalde del Río.
Más información Marcelino Sanz de Sautola y la cueva de Altamira
En 1875, Sautuola inició unas prospecciones en una cueva situada en un prado llamado Altamira que había encontrado un cazador hacía poco tiempo. Con motivo de estos trabajos entró en contacto con el geólogo Juan Vilanova y Piera. Fue su hija María quien se dio cuenta de la existencia de figuras pintadas en el techo de la sala que continuaba el lugar donde estaba excavando en el verano de 1879.
Más información La obra de Hermilio Alcalde del Río
Hermilio Alcalde del Río (1866-1947), será considerado el mayor descubridor de cuevas paleolíticas de España, teniendo en su haber las de Covalanas, el Castillo en Puente Viesgo, Hornos de la Peña, Santián, Clotilde de Santa Isabel, El Pendo, La Meaza, El Pindal y Aguas de Novales.
Más información Distribución geográfica
El arte parietal paleolítico tiene sus principales manifestaciones en Francia y España, con tres densos núcleos que corresponden al Perigord-Dordoña, los Pirineos franceses y la región cantábrica española. Asturias, Cantabria, País Vasco, Pirineos, la Meseta, la parte occidental de la península, la España oriental y Andalucía son las principales regiones artísticas que vamos a analizar.
Más información Asturias
En la región asturiana encontramos un buen número de cuevas con arte paleolítico, destacando entre ellas las de Peña de Candamo, Tito Bustillo y El Pindal.
Más información Cantabria
En la región cantábrica sobresale la cueva de Altamira pero no le queda a la zaga el núcleo troglodítico del Monte del Castillo, en el pueblo de Puente Viesgo, con las cuevas del Castillo, La Pasiega, Las Monedas y Las Chimeneas.
Más información La cueva de Altamira
La cueva de Altamira puede dividirse en tres partes: I, cerca de la entrada, a la izquierda, la sala de los policromos; II, la parte media, con recorrido en zigzag; y III, el corredor final, de más de 50 metros de longitud. El arte altamirense se puede distribuir en cuatro periodos que van desde el Auriñaciense al Magdaleniense VI (30000-10000 a.C.).
Más información País Vasco
La caverna de Santimamiñe en Vizcaya y las cavernas de Altxerri y Ekaín en Guipúzcoa son las principales muestras de arte paleolítico en el País Vasco.
Más información Pirineos
En 1978 apareció por primera vez arte paleolítico en la vertiente pirenaica española, concretamente en Aragón. Se trata de las cuevas de La Fuente del Trucho y de Forcón.
Más información La Meseta
A lo largo de la Meseta se han realizado interesantes descubrimientos de arte paleolítico en numerosas provincias: Burgos, Salamanca, Soria, Guadalajara, Madrid o Segovia.
Más información Parte occidental de la Península
En esta región sobresalen los conjuntos de la cueva de Maltravieso (Cáceres), el santuario al aire libre de Mazouco (Freixo de Espada-á-Cintra, Bragança) y la cueva de Escoural (Evora).
Más información España oriental
Algunos puntos dispersos, pero importantes, corresponden al arte paleolítico en las regiones mediterráneas, en el territorio en el que predomina la facies llamada arte levantino de las manifestaciones artísticas postpaleolíticas. Entre ellos sobresalen la cueva de La Moleta de Cartagena (Tarragona), Cueva Matutano (Castellón) y el yacimiento de la cueva de El Parpalló.
Más información Andalucía
Las cuevas de La Pileta, Doña Trinidad, Nerja, El Morrón, La Cala, El Higuerón, Piedras Blancas, El Suizo, Malalmuerzo, Ambrosio y La Victoria son las muestras más importantes de arte paleolítico en Andalucía.
Más información El arte paleolítico a través del tiempo
Durante cincuenta años, al abate Henri Breuil se esforzó en elaborar un sistema cronológico-evolutivo para el arte paleolítico basado en argumentos técnicos y estilísticos, concediendo particular importancia a la perspectiva y a las superposiciones. Los adelantos conseguidos en las excavaciones y las dataciones por el método del C14, hicieron que, hacia los años sesenta, el sistema de Breuil fuera abandonado. Lo sustituyó el sistema del profesor André Leroi-Gourhan.
Más información En busca de una interpretación
A lo largo del último siglo han existido diversas interpretaciones sobre el significado del arte paleolítico como la de la magia propiciatoria, la de la reproducción animal y humana, la del arte por el arte, la del totemismo, etc.
Más información La pintura prehistórica levantina
Tanto por su estilo como por su temática, el denominado Arte rupestre levantino es una de las manifestaciones plásticas más personales de la Prehistoria hispana ya que no existen paralelos próximos en otros círculos culturales peninsulares, europeos o incluso de otros continentes.
Más información Historia de la investigación
El descubrimiento de los conjuntos pictóricos levantinos se debe a Juan Cabré, quien en 1907 publicó una reproducción de los ciervos representados en un abrigo del Barranco de Calapatá (Teruel). En 1915 publica una obra titulada "El Arte rupestre en España", donde se ofrece la primera gran síntesis de los conjuntos pertenecientes a este círculo conocidos hasta ese momento y que constituyen ya un amplio catálogo.
Más información Localización geográfica
El marco en el que se realizaron los frisos pictóricos de este arte levantino son las paredes y, más raramente, las cornisas de abrigos o covachos rocosos abiertos por la naturaleza en diversos puntos de las serranías del tercio oriental peninsular, desde los Pirineos hasta la Penibética, aunque no faltan algunos conjuntos excepcionales localizados en las proximidades de la costa.
Más información Cronología, periodización y marco cultural
Uno de los problemas pendientes en la investigación del Arte rupestre levantino es el de su cronología y su identificación cultural, este hecho ha sido la causa de las distintas posturas y formulaciones que se han realizado sobre el tema y la falta de acuerdo que se mantiene al respecto en la actualidad.
Más información Origen y relaciones del Arte levantino
En una primera fase de formación, el Arte levantino tiene una doble manifestación mueble y parietal y se desarrolla en un área muy reducida para, posteriormente, alcanzar una amplia extensión geográfica. En esta segunda etapa sus frisos pintados en las paredes rocosas no tendrían ya parangón en manifestaciones mobiliares.
Más información Características técnicas y artísticas
El empleo casi exclusivo de la pintura; su utilización en dos fases diferenciadas; el empleo de pinceles de pelo o plumas finas; la utilización de rojo, negro y blanco; figuras siempre monocromas; y el tamaño reducido de las figuras son las características principales del Arte levantino. Desde el punto de vista estilístico, el Arte levantino muestra todo tipo de concepciones, desde el naturalismo hasta el esquematismo, pasando por diversas fases de estilización y llegando al geometrismo.
Más información La temática
Los aspectos que se reproducen en el Arte levantino pueden quedar englobados en tres grandes apartados: actividades económicas, actividades bélicas y manifestaciones de carácter lúdico o religioso, si bien existen algunas escenas difíciles de clasificar y, sobre todo, aquellas que presentan problemas de interpretación.
Más información Actividades económicas
A través de las pinturas levantinas reconocemos a una sociedad con claro predominio de las actividades predadoras, especialmente por la gran importancia de la caza, pero junto a ellas podemos conocer también la práctica de algunas tareas relacionadas con la economía de producción, como son la agricultura y la domesticación de animales.
Más información La caza
La caza constituye la actividad más reproducida y la que ofrece mayor número de escenas con gran número de participantes, aunque, a diferencia del Arte Paleolítico, que está dedicado casi exclusivamente a la actividad cinegética, en el arte levantino este quehacer es sólo la más habitual de las ocupaciones representadas.
Más información La recolección
Por el número de representaciones, la recolección sigue en importancia a la caza, aunque a gran distancia. Esta, actividad implica tanto la obtención de productos vegetales como de derivados animales.
Más información La agricultura
Aunque no hay absoluta certeza de la práctica de agricultura a través de los frisos levantinos, sí existen indicios importantes que permiten reforzar esta idea. Las representaciones de este tipo de trabajo que resultan más claras se encuentran en los abrigos de Los Recolectores y del Cinto de las Letras, en las que los personajes que intervienen se inclinan sobre el suelo, llevando en sus manos instrumentos que pueden ser palos de cavar.
Más información La domesticación animal
Dos son los aspectos relacionados con la domesticación y representados con más o menos claridad en los frisos levantinos: el pastoreo y la monta, pero mientras la primera actividad no aparece con suficiente nitidez como para que podamos aceptarla sin reservas, la segunda es reproducida en varios casos con toda fuerza y expresividad, lo cual indica que no sólo dominaron determinadas especies, sino que llegaron a alcanzar un estadio avanzado de su domesticación.
Más información Escenas de guerra
Las escenas de guerra reproducen el enfrentamiento entre dos individuos o entre dos grupos y se representan dentro de unos esquemas bastante parecidos a los que se conciben para las escenas de caza.
Más información Escenas de carácter lúdico-religioso
Escenas de carácter lúdico-religioso
Existe otro importante bloque de figuras y escenas, generalmente de carácter esquemático y actitudes relativamente estáticas o distorsionadas, que parecen relacionarse con acciones alusivas a festividades o cultos aunque resultan de difícil interpretación por su carácter esquemático.
Más información El arte calcolítico
La Edad del Cobre o Calcolítico identifica un periodo intermedio o de tránsito en el avance de los conocimientos relativos a las primeras experiencias metalúrgicas. Cronológicamente se sitúa a lo largo del III Milenio a.C., superándose esta etapa entre 1800 y 1700 a.C. El arte del Calcolítico debe ser entendido como un componente más de la cultura, relativo a la expresión estética y al lenguaje elegido para la comunicación gráfica y simbólica de un tiempo muy particularizado.
Más información Panorama cultural: de la fuerza del grupo al poder individual
Las prácticas funerarias del ritual colectivo y la monotonía de las viviendas unicelulares, lleva a la suposición de que durante el Calcolítico las comunidades fueron internamente bastante igualitarias, unidas por lazos de parentesco, pero necesitaron crear mecanismos específicos para asegurar la subsistencia y la reproducción social.
Más información El arte: el simbolismo y la abstracción
Durante el Calcolítico el arte desempeñó un papel fundamental. El arte, al menos como manifestación evidente del ritual y de la expresión ideológica, es el vehículo que articula las manifestaciones externas de comunicación entre la vida de los mortales y las fuerzas superiores. La muerte parece presidirlo todo. Un denominador común preside y unifica toda expresión artística del Calcolítico: su capacidad simbólica y el gusto por la figuración abstracta sin apenas concesiones a la forma real.
Más información La arquitectura megalítica: a la búsqueda de una morada eterna
El nombre de megalítico (con matiz diferente del término ciclópeo) hace referencia a una arquitectura de grandes piedras toscamente desbastadas (del griego mega: grande, y lithos: piedra). El hombre megalítico se aplica a diversas categorías de estructuras funerarias y a otros monumentos de finalidad más discutida (menhires, alineaciones, cromlechs...), interpretados siempre en términos religiosos.
Más información Menhires y estelas: guardianes de la muerte y de la vida
Se denominan menhires (palabra bretona que significa piedra hincada) a bloques monolíticos y prismáticos hincados en el suelo (de granito u otras rocas), predominantemente largos (a veces de varios metros de longitud), vinculados al fenómeno megalítico. Cuando aparecen aislados o próximos a las tumbas se interpretan como hitos funerarios a manera de estelas, discutibles en asignación cultural, porque salvo rara excepción los hallazgos están descontextualizados.
Más información Los ídolos: entre la medida del hombre y lo divino
Salvó contadas excepciones, estos objetos proceden de contextos funerarios y dada la reiteración de sus atributos y del sexo femenino, tienden a identificarse con la divinidad megalítica, especie de diosa, protectora del muerto, o regeneradora y omnividente, caracterizada por sus grandes ojos a manera de soles, arcos superciliares muy marcados, tatuajes faciales, cabellera en series verticales de zigzags y, en muchos casos, representación esquemática de los adornos o el ropaje a base de esquemas geométricos.
Más información La cerámica: entre los ritos y el prestigio
La generalidad de la cerámica que caracteriza el Calcolítico precampaniforme o no campaniforme es siempre a mano, lisa o escasamente decorada. La decoración, si la hay, se reduce a elementos plásticos o a algunas incisiones geométricas y la decoración pintada es excepcional.
Más información El arte rupestre: el lenguaje enigmático en piedra
El arte rupestre tiene como soporte la roca natural y se manifiesta mediante la aplicación de pintura o modificando la superficie a base de la técnica del grabado más o menos fino, ancho o profundo. Generalmente aparece al aire libre, pero cada día aumentan los testimonios que aseguran la existencia de un arte calcolítico en cueva en donde se puede hallar tanto pintura como grabado atribuidos a este período.
Más información Adorno personal: la materia corno marcador social
En las sociedades calcolíticas el adorno debió de ser muy frecuente. Abundan sencillos collares con multitud de cuentas en diversos materiales (calaita, barro, pizarra, cristal...). Los colgantes, por lo general lisos, se reducen a placas líticas triangulares (rara vez en forma de animales).
Más información Arte prehistórico en las Baleares
La cultura talayótica se desarrolló en las dos islas mayores del archipiélago balear, Mallorca y Menorca. En cada una de las islas conoció un desarrollo histórico independiente y con indudable personalidad. La cultura talayótica se divide en dos grandes períodos. El más antiguo abarca aproximadamente desde el segundo milenio hasta el siglo VIII a. C. y se caracteriza por la aparición de los talaiots y las primeras aglomeraciones de población de cierta entidad. En la siguiente fase se levantan los grandes poblados, aparecen las necrópolis complejas y se construyen santuarios.
Más información Navetas y talaiots
Las navetas de habitación son construcciones de planta alargada terminada en ábside, con puerta de acceso al lado contrario y probable cubierta de cañizo y barro. Un talaiot es una construcción realizada en mampostería en seco a partir de bloques de sección paralelográmica cortados más o menos regularmente, en ocasiones retocados para que encajen entre sí y proporcionen mayor consistencia a la obra.
Más información Los poblados
La diversidad formal de los poblados es también notable, si bien dominan las plantas circulares o paracirculares. Unas veces se alzan en lugares en los que el terreno contribuye a destacar su posición estratégica y control visual, pero otras están en medio de llanuras o en laderas de pequeñas elevaciones, sin que exista una relación clara entre terreno y construcciones. Del análisis de la distribución de los edificios no se deduce organización urbanística.
Más información Edificios de carácter cultual
Lugares destinados específicamente a prácticas de culto no se conocen hasta entrado el último milenio a. C., probablemente porque hasta entonces la sociedad talayótica no precisó esos recintos, con lo que ello significa a la hora del análisis de sus formas de organización. En Menorca, el lugar de culto por excelencia es la taula.
Más información Los santuarios mallorquines
En la isla de Mallorca se conoce la existencia de unos recintos de planta aproximadamente cuadrada, cerrados por un muro y con puerta de acceso en uno de sus lados, que en ocasiones presentan una columna central y en otras pilares para sostener la posible techumbre y que, a juzgar por los hallazgos registrados, también pueden interpretarse como edificios de uso religioso.
Más información Arquitectura funeraria
Los dólmenes baleares son sepulcros de carácter megalítico formados habitualmente por una cámara rectangular o de tendencia oval y un corredor o antecámara de acceso. La puerta exterior suele estar labrada de una losa perforada y el monumento, en su conjunto, se sitúa a veces sobre una discreta plataforma que lo realza, de la misma manera que ocurre después con algunas navetas de enterramiento.
Más información Las navetas de Menorca
El nombre naveta, utilizado para un tipo de vivienda de época pretalayótica tanto en Mallorca como en Menorca, se repite en la segunda isla para denominar a una construcción funeraria que presenta igualmente forma de nave invertida, con una fachada plana o ligeramente cóncava en la que se abre la puerta y el lado contrario absidal.
Más información Las necrópolis rupestres menorquinas
Hacia los siglos VIII y VII a. C. las navetas de enterramiento son sustituidas por un nuevo ritual funerario que consiste en depositar los cadáveres en cuevas naturales, retocadas o totalmente artificiales, abiertas en barrancos o acantilados marinos, que forman conjuntos sepulcrales en ocasiones de elevado número. Es decir, se sustituye un ritual de mausoleo aislado, singular sobre el terreno y que se percibe con claridad en el paisaje cotidiano, por otro de necrópolis masiva en lugares intencionalmente elegidos y más camuflados.
Más información La metalurgia prehistórica de las Islas Baleares
La metalurgia de época talayótica -primero cobre, luego bronce y por fin hierro- aunque nunca fue abundante logró piezas de gran relieve y notable personalidad, que recrean en múltiples ocasiones producciones de inspiración foránea y dotadas de características bien singulares.
Más información Estatuaria
En la estatuaria se sitúan las piezas mejor realizadas por los metalúrgicos baleares, casi siempre imitando representaciones importadas -si es que en algunos casos no son los propios objetos los traídos del exterior- pero con frecuencia reinterpretándolas con personalidad propia. Por el tipo de representaciones dominantes, deben establecerse dos grandes grupos, el de las representaciones de divinidades antropomórficas y el de las figuraciones zoomórficas.
Más información Representaciones zoomórficas
De gran interés, puesto que su número es mucho mayor y lo mismo la variación tipológica, son las representaciones animalísticas fundidas en bronce o hierro. Del conjunto destacan las representaciones de tipo taurino.
Más información El Arte fenicio y púnico
El arte fenicio será siempre una síntesis de las variadas relaciones con otros pueblos al servicio de los intereses comerciales; en España, este arte se manifestará en la importación de productos exóticos, en la producción de los objetos que mayor éxito podían obtener entre el público local y en la aportación de nuevos conocimientos técnicos.
Más información Arte fenicio occidental
Estamos cada día más cerca de la definición del arte fenicio occidental, creado esencialmente en Cádiz para el mercado tartésico, y distinto, tanto del fenicio oriental importado del Líbano o de Egipto, como del púnico producido alrededor de Cartago. El panorama de las aportaciones fenicias abarca tanto el campo de la construcción funcional como el del artesanado, pero no el de las artes mayores consideradas en su sentido clásico.
Más información Urbanismo y arquitectura
La primera aportación elemental que hizo la civilización fenicia a Occidente fue la de su modelo urbano. Ello supone la fundación de un enclave litoral, con buenas posibilidades portuarias, en el que se instalen las viviendas de los comerciantes, los edificios de administración y almacenaje, y los talleres de transformación artesanal de determinadas materias primas; en un lugar elevado y preferente deben estar los templos de las divinidades tutelares de la nueva población.
Más información Auge de los poblados costeros
Las consecuencias de las aportaciones fenicias en las regiones costeras españolas, y especialmente en Andalucía, fueron las de ofrecer, desde antes de la presencia romana, un ejemplo extenso de la construcción en piedra y mortero, frente muchas otras regiones europeas, donde sólo eran conocidos los edificios de madera o de piedra en seco.
Más información Monumentos funerarios
Son relativamente numerosos los monumentos funerarios fenicios conocidos en España, aunque de notable uniformidad, puesto que corresponden a pocas necrópolis. Los de mayor interés son las tumbas de Trayamar, situadas junto a la desembocadura del río Algarrobo, al este de Málaga, con cámaras de unos tres metros de lado, construidas con grandes sillares, en las que se depositaban los cadáveres incinerados dentro de urnas.
Más información Escultura
Escultura
Las estatuas de gran tamaño son escasas en el arte fenicio; es mucho más frecuente la plástica menor, de terracota o de bronce, así como la talla en marfil o en gemas, donde se ha transmitido la mayor parte de su iconografía figurada; ya sea por la falta de materiales idóneos, por la menor preparación técnica o por la tendencia racial al rechazo de los ídolos, los fenicios casi no realizaron esculturas de tamaño natural y sólo en el relieve muy plano o en el grabado tuvieron un desarrollo ocasional.
Más información Estatuillas y objetos de bronce
Hasta hace poco, las imágenes de dioses fenicios encontradas en España se consideraban obras de un taller local, quizás gaditano, dedicado al mercado tartésico. Los hallazgos más recientes indican que la producción gaditana fue muy amplia y de un estilo peculiar dentro del arte fenicio, que sólo ocasionalmente puede relacionarse con Tartessos.
Más información Los fenicios, introductores de novedades
Entre las divinidades femeninas que los fenicios introdujeron en España, el predominio absoluto corresponde a Astarté, asimilada con la Ishtar de los asirios o con la Hathor egipcia, que tuvo múltiples advocaciones.
Más información Decoración de los jarros
Los jarros de bronce aparecen en Chipre, en Etruria y en la Península Ibérica; tienen en común la palmeta colocada en el aplique de arranque del asa y son semejantes a piezas de cerámica roja fenicia; en España son numerosos y de tipos variados.
Más información Terracotas
Las terracotas serán frecuentes en el mundo fenicio hispánico, asociadas a exvotos. En la mayor parte de las regiones encontramos claras relaciones con lo que se producía en Cartago, Sicilia y Cerdeña.
Más información Marfiles
Parece que los artesanos fenicios del marfil se instalaron en Cádiz tras la anexión de Fenicia por los asirios, cuando se produjo una cierta diáspora hacia Occidente; su diferencia con los instalados en Grecia y Etruria es el abandono de la plasticidad para fabricar exclusivamente placas con grabados y de temática reducida a las ornamentaciones florales, los animales más conocidos y pocas figuras humanas, entre las que está presente el héroe guerrero o cazador, pero no la mujer a la ventana.
Más información Orfebrería
Mientras que en la metalurgia del bronce pudieron enseñar mucho a los indígenas, en la orfebrería los fenicios no hicieron sino aunar sus experiencias con las de unos pueblos que sabían ya obtener joyas y vasos de excepcional calidad, aportando técnicas refinadas, como el granulado y la filigrana, que se incorporaron pronto a la industria tartésica.
Más información Otras manifestaciones artísticas
La arqueología fenicia y púnica ha suministrado objetos muy característicos, cuya interpretación es hoy problemática; cuando nos encontramos ante algunas de sus obras, ni los textos clásicos, ni los paralelos arqueológicos nos ayudan a comprender su utilidad o significado.
Más información Arte griego en España
Por el prestigio de la cultura clásica, a inicios del siglo XX se siente la necesidad de inventar un arte griego en España. El modelo estaba en Grecia y se querían hallar sus reflejos, como en un espejo, en el Occidente antiguo.
Más información El arte griego que nunca se halló
En las primeras décadas del siglo XX el investigador idealista alemán Adolfo Schulten buscó un fabuloso Tartessos en las costas atlánticas de Andalucía. Allí, entre las dunas arenosas del coto de Doñana, pretendía hallar las ruinas de una floreciente civilización sepultada que visitaron los griegos.
Más información Arte griego y colonización
Los investigadores de los primeros años del siglo XX consideraban en la presencia griega más sus supuestos aspectos civilizadores que los prioritariamente comerciales. Por tanto, la principal manifestación de aquélla era la gran escultura o los grandes epígrafes -éstos tan escasos, por otra parte- y no la más humilde y funcional cerámica del comerciante que nos ha ocupado a los arqueólogos preferentemente en estas últimas décadas.
Más información La ambigüedad entre arte griego e ibérico
En los años veinte del siglo XX la perfección se identificaba con lo griego, la imperfección con lo bárbaro, con lo indígena, carente de un gusto estético refinado. Rhys Carpenter contrasta continuamente las manifestaciones artísticas del arte ibérico con las del griego en ese juego, ya aludido, de imitación y modelo.
Más información Hacia la búsqueda de un arte griego provincial
La gran síntesis de la colonización y del arte griego en España, a la que hoy los investigadores acudimos aún, es la monumental "Hispania Graeca" de Antonio García y Bellido, publicada en 1948. Arte y colonización -es decir, referencias textuales y arqueológicas, consideradas en su particular vertiente de obras de arte cargadas de información histórica- son los dos pilares en los que se apoya esta obra.
Más información La dificultad de definir un arte griego, para griegos o para otros pueblos
El arte helenizante incluía aquel enorme y diverso bloque geográfico del mundo antiguo con obras de arte griego que logran su uso -y con éste su interpretación, su lectura- en el seno de las sociedades no griegas, como -en nuestro caso- las indígenas peninsulares -principalmente, las tartesias o las iberas- o las culturas de otros pueblos colonizadores -como los fenicios o los púnicos- que lo adoptan y lo transforman.
Más información Notas sobre el arte griego en Ampurias
Apenas conservamos testimonios materiales de un arte griego arcaico en Ampurias. La cerámica del siglo V testimonia sobre todo una especial riqueza del asentamiento ampuritano en esos años. Refleja las vivas relaciones comerciales entre el extremo occidente y la ciudad de Atenas, que durante ese siglo alcanzó su más plena expansión comercial por el Mediterráneo.
Más información La adopción por fenicios y púnicos de un lenguaje artístico griego
En el extremo occidental, en los caminos sombríos del Atlántico, era Gadir -la Gades romana- la última referencia de un mundo civilizado y luminoso más allá de las Columnas de Heracles. Ello encubría unas relaciones comerciales intensas de Gades con los griegos.
Más información El arte griego en Tartessos
Si las raíces culturales de la cultura tartesia se han visto durante varias décadas a través del arrollador impacto, colonizador y comercial, de los fenicios, los nuevos descubrimientos de los años 80 del siglo XX nos permiten reconsiderar, matizadamente, un cierto influjo cultural coetáneo -aunque más tenue- que se asoció a la presencia griega en Tartessos.
Más información El arte griego entre los iberos
El esplendor tartesio decayó bruscamente en las décadas finales del siglo VI a. C. Fue entonces cuando el foco de atracción de los metales peninsulares, especialmente la plata, se trasladó de Andalucía oriental al mundo ibérico del Sureste y del Levante español.
Más información Ampurias
Pocas ciudades antiguas del occidente mediterráneo poseen un interés histórico y arqueológico tan acentuado como el que presenta la antigua ciudad griega, romana y altomedieval de Ampurias, cuya dilatada vida se extendió a lo largo de unos siglos en los que el mundo europeo meridional conoció, sucesivamente, la colonización griega; la gestación, plenitud y caída del imperio romano.
Más información La Ampurias griega
La fundación de Ampurias se inscribe en la fase más tardía de la colonización griega, protagonizada en este caso concreto por el pueblo foceo ya desde los inicios del siglo VI a. C.
Más información Los santuarios
En la segunda mitad del siglo V, en el extremo meridional de la ciudad griega, a extramuros de la misma existió un área sacra, probablemente utilizada como lugar neutral de encuentro entre los griegos y la población indígena circundante, integrada por un altar y un pozo junto a los cuales se edificó un templo.
Más información Las murallas meridionales
En cuanto a lo que atañe al complejo defensivo meridional cabe decir que éste no fue unívoco, sino sujeto a unos cambios cuyas motivaciones tuvieron que ver con las sucesivas transformaciones experimentadas por los santuarios en el período comprendido entre los siglos V y I a. C., de manera que siempre hubo una íntima relación dialéctica entre unos y otro.
Más información Los edificios civiles
El tejido urbano emporitano, que es pródigo en estructuras de tipo doméstico, lo es menos, si exceptuamos, claro está, los santuarios, en cuanto a lo que atañe a los edificios destinados a la vida comunitaria. Sin embargo, las antiguas excavaciones pusieron de manifiesto la existencia de un centro urbano helenístico compuesto por un agora, una sota y un mercado anexo, que constituyen un conjunto único en la arqueología peninsular de época clásica.
Más información La arquitectura doméstica
En la Emporion helenística dos tipos de casas tuvieron un desarrollo paralelo, inspirándose cada uno de ellos en dos tradiciones distintas. Por un lado, existen las casas llamadas de peristilo, que arrancan de una tradición propiamente griega; mientras que, del otro, hallamos las casas denominadas de atrio, cuya implantación se debe a las influencias itálicas actuantes a partir de la llegada de los romanos a la misma.
Más información La escollera helenística
Fue obra probablemente construida en el curso del siglo I a. C., mediante la utilización de una técnica mixta que aunaba el opus quadratum pétreo del forro -construido por enormes bloques ciclópeos-, con el opus caementicium -una mezcla de cal, arena y piedrecilla- del alma interna del monumento. Mide la escollera 82 m de longitud, 6 m de anchura y su altura alcanza los 6,50 m.
Más información Las necrópolis
Los habitantes de la Paleopolis enterraron a sus muertos en el paraje de El Portitxol, un lugar junto al mar situado un kilómetro al sur del establecimiento. A partir del último cuarto del siglo VI los habitantes de Emporion empezaron a enterrarse al sur y al oeste de la ciudad, en las necrópolis Bonjoan, Mateu, Granada, Parking y Martí, en las que predomina el rito de la inhumación. Mención especial merece la necrópolis de la Muralla N. E., situada frente a la Paleopolis, en la que predomina el rito de la incineración.
Más información Ampurias romana y medieval
La llegada de los romanos a Emporion en el 218 a. C. supuso un cambio radical para la antigua colonia focea.
Más información La muralla
Fue levantada en torno al año 100 a. C. con una finalidad más bien delimitadora del pomerium, o territorio propiamente urbano de la ciudad, contrapuesto al ager, o territorio agrícola circundante, que defensiva. Su nula capacidad poliorcética se evidencia por su escasa altura, de unos 3 m por término medio, la ausencia de torres y la simplicidad de sus entradas, en absoluto fortificadas.
Más información La retícula urbana
El rectángulo determinado por el trazado de la muralla encierra un espacio en el que se inscribe un conjunto de 63 insulae rectangulares orientadas de norte a sur que miden 35 x 70 m.
Más información El foro
En el centro de la porción meridional de la nueva ciudad, las superficies de cuatro insulae fueron reservadas con el fin de situar en ese espacio su centro político, religioso y comercial, es decir, el foro.
Más información Las casas
Las casas
Nuestro conocimiento de las casas emporitanas se halla reducido a la existencia de tres grandes domus situadas en el lado este de la ciudad, sobre el puerto. Se trata de grandes mansiones que siguen fielmente el esquema itálico de la casa de atrio complementada con peristilo y hortus. Tienen estas mansiones un origen republicano que remonta a la primera mitad del siglo I a. C.
Más información El anfiteatro y la palestra
El anfiteatro se encuentra situado extramuros de la ciudad, prácticamente pegado a su muralla meridional, y constituye el único edificio público destinado a espectáculos. La palestra es un gimnasio de uso público construido en un momento indeterminado de la primera mitad del siglo I d. C.
Más información Las necrópolis
La necrópolis romana más antigua documentada es la que se encuentra en la ladera norte del vecino cerro de Les Corts, situado al sudoeste de la ciudad. Funcionó sobre todo durante los siglos II y I a. C. y se caracteriza por ser la única donde es posible reconocer la existencia de numerosas tumbas construidas. Durante la época imperial, las necrópolis se sitúan en abanico en los aledaños de la nueva ciudad y también al sur de la antigua ciudad griega.
Más información El arte tartésico
Tartessos se perfila como un fenómeno cultural fundamentalmente nuevo, asociado a un horizonte arqueológico bastante bien definido ya, correspondiente al Bronce Final y los comienzos de la Edad del Hierro. Se pone de manifiesto la importancia del foco geográfico del bajo Guadalquivir y la virtualidad de unos centros escogidos en función de la proximidad de lugares adecuados para el desarrollo de una economía polifacética.
Más información Tartessos y el Mediterráneo
El período geométrico de Tartessos es fechable, aproximadamente, entre el año 1000 a. C. y el siglo VIII a. C. A partir de esta centuria se produce, según los datos arqueológicos, la colonización fenicia, determinante de una nueva etapa en la historia de Tartessos, que puede denominarse fase orientalizante. Por la mediación de los fenicios, a la que se sumó más tarde la de los griegos, Tartessos alcanzó la prosperidad que la hizo figurar en las tradiciones antiguas como paradigma de felicidad y de riqueza. La vinculación y la dependencia de los colonos fenicios hizo que los tirios, en su crisis del siglo VI a. C., arrastraran en su caída a los tartesios.
Más información El arte del periodo geométrico
El primer arte tartésico es muy modesto, y sus valores corresponden más a la esfera de lo cultural, lo histórico o lo antropológico, que a los puramente artísticos.
Más información Arquitectura y urbanística
Los asentamientos tartésicos, en las fases del periodo geométrico, no son sino poblados de cabañas de planta redondeada, con una sencilla construcción de barro y elementos leñosos. Las construcciones de algún porte arquitectónico parecen comenzar en las etapas avanzadas de este período, cerca o dentro ya del siglo VIII a. C., como consecuencia de la elevación del nivel económico por los intercambios con los colonos.
Más información La alfarería
La alfarería del primer período tartésico muestra su mejor faceta en dos familias cerámicas: una con característicos motivos bruñidos, denominada con alguna impropiedad como de retícula bruñida; y otra, con decoración pintada, conocida genéricamente como de tipo Carambolo.
Más información Las estelas de guerreros
Las estelas de guerreros son el capítulo más llamativo del arte tartésico inicial. Las más abundantes y características se hallan en el área principal de Tartessos y su zona inmediata de acción; provincias de Sevilla y Córdoba y una notable concentración en la región extremeña. Para realizarlas se utilizaron rocas duras.
Más información Los objetos representados
Los elementos más claramente reconocibles y adscribibles con posibilidades a una determinada cultura que se aprecian en las estelas de guerreros, remiten al Mediterráneo oriental, entre ellos los cascos de cuernos, los escudos con característica escotadura en V, o los instrumentos musicales de cuerda.
Más información Aspectos compositivos
Las estelas de guerreros del periodo geométrico tartésico reflejan una sociedad con un alto componente guerrero y portadora de una rica tradición cultural, que tiene en ellas un eficaz vehículo de expresión, aunque su apariencia artística sea tan poco atractiva a primera vista. Uno de los aspectos compositivos más notables de las estelas de guerreros reside en la importancia concedida al escudo.
Más información El arte del periodo orientalizante
En los siglos VII y VI a. C. el arte tartésico se sumerge en la oleada orientalizante levantada fundamentalmente por la acción de los fenicios, y pierde la sobriedad del período geométrico y el sello de su personalidad originaria.
Más información La arquitectura y la urbanística
La superación de la pobre arquitectura del periodo geométrico se hace más evidente en la nueva concepción de los trazados urbanos y, en relación con ello, de la arquitectura doméstica. Las cabañas de planta redondeada son sustituidas por construcciones rectangulares, más sólidas técnicamente, y más complejas en su estructura.
Más información La alfarería
En el periodo orientalizante se impone la cerámica a torno rápido y, más genéricamente, la fabricada con las mejoras técnicas que incluyen el empleo de aquél entre sus medios de producción principales. Los fenicios aportaban su alta tecnología y una rica gama de vasos, desde ánforas y recipientes grandes para el transporte y el almacenamiento, a las vasijas y platos de mesa y de ceremonia, de gran calidad.
Más información La toreútica, la orfebrería y otras artes suntuarias
La elevación del nivel de vida y el sello orientalizante de la segunda etapa de Tartessos, tienen su expresión más brillante en la proliferación de objetos de lujo, entre ellos las vasijas y adornos de bronce, las joyas de metales preciosos, o los productos de marfil, amortizados en su mayoría en los ajuares de sus tumbas, convertidas, por ello, en depósitos de gran valor arqueológico.
Más información El tesoro de Aliseda
El tesoro más rico en joyas de oro del periodo orientalizante tartésico se ha encontrado en Aliseda, Cáceres, como parte del ajuar de una tumba principal casualmente destruida. Las joyas de oro constituyen un precioso conjunto, finamente decorado con filigrana y granulado. Además de sellos de escarabeo, numerosos colgantes y piezas de collar, con formas muy propias de la joyería de producción fenicia, destacan en el conjunto la diadema, las arracadas, los brazaletes y el cinturón. Su fecha de fabricación debe situarse en el último cuarto del siglo VII a. C., o los comienzos del siglo VI.
Más información Las joyas halladas en El Carambolo
El tesoro del Carambolo (Camas, Sevilla) lo forman 21 piezas de oro muy puro, con un peso total de casi 3 kilogramos, primera prueba de una riqueza poco común. Son placas rectangulares -elementos, quizá, de una especie de corona-, dos pectorales, dos brazaletes y un collar, con dos estilos decorativos, que parecen diferenciar dos juegos distintos.
Más información El arte ibérico
La cultura ibérica, entre otras e importantes razones de su indiscutible atractivo, tiene en su haber la producción de un arte personalísimo, un arte que se constituye por méritos propios en argumento de uno de los grandes capítulos de nuestra Historia del Arte.
Más información Concepto de lo ibérico
Iberia es el nombre con que los griegos denominan -o terminaron por denominar- a la Península Ibérica en general, aunque particular y tradicionalmente reservaban esta designación a las tierras que miraban al Mediterráneo, las que les eran más familiares. Los primeros iberos documentados en la literatura antigua conservada estaban situados en la provincia de Huelva.
Más información Investigación reciente
La investigación reciente obliga a planteamientos menos radicales, con resultados que, en bastantes cosas, acercan las manifestaciones principales de regiones que hasta hace no mucho parecían netamente distanciadas. Son indiscutibles las diferencias entre unas regiones y otras, y es posible penetrar cada vez con más éxito en las razones de ellas.
Más información Problemas y dificultades iniciales
El arte ibérico empezó a ser conocido hace relativamente poco tiempo y en circunstancias poco afortunadas que enturbiaron su acertada comprensión en los inicios de su recuperación, con consecuencias muy duraderas. Los primeros descubrimientos se realizaron en 1830 causando un estupor considerable, porque nadie sabía qué significaban ni a qué cultura pertenecían.
Más información Hacia la maduración de los conocimientos
El conocimiento de la cultura ibérica en nuestros días ha alcanzado un desarrollo y un nivel considerables, de forma que el arte ibérico puede ser contemplado y valorado con posibilidades muy distintas a las que hace no mucho se tenían. En principio, se dispone ya de secuencias arqueológicas y culturales bien definidas para el conjunto de las manifestaciones ibéricas, determinantes de una civilización cuyo proceso de formación y consolidación, sus rasgos internos y sus débitos con civilizaciones de otros ámbitos, aparecen ya bastante aclarados.
Más información El arte ibérico contextualizado
No sólo disponemos una serie estimable de datos con los que ordenar la producción artística ibérica, en el tiempo y en su significado inmediato, sino que alcanzamos la posibilidad de insertar su producción, y reflexionar sobre ella y su problemática, en el marco de las estructuras culturales que las hacen posible y les dan sentido.
Más información Influencias externas en la formación de un arte
Los contactos a todos los niveles, la movilidad de especialistas y de técnicos para desarrollar las propias expectativas y atender a la creciente demanda de nuevos productos, utilitarios o artísticos; la consolidación, en suma, de ambientes cosmopolitas y abiertos a múltiples influencias, son los que crean las condiciones para el desarrollo de un arte acogedor de múltiples influencias.
Más información Elementos que configuran el arte ibérico
En el sustrato más viejo de Tartessos se desarrolló un arte de gusto geométrico, expresado en sus primorosas cerámicas y, sobre todo, en las estelas de guerreros. Su sobrio y personal estilo se sumergió y desapareció bajo la poderosa oleada del arte orientalizante, llegado como un torrente en el vertiginoso vehículo de intercambios que pusieron en marcha los fenicios. Desde entonces se consolidan relaciones entre Iberia y el conjunto de las poderosas culturas mediterráneas que mediatizaron los procesos de evolución artística de nuestras culturas.
Más información El ejemplo del Mediterráneo
Del mismo modo que se acepta, y está probada, la inmigración de artesanos orientales, a los que se atribuye la producción de los clásicos productos de oro, marfil o bronce, del mismo modo pudo ocurrir que la demanda cada vez más exigente de las elites ciudadanas de Tartessos propiciara la llegada de artistas capaces de realizar monumentos.
Más información Elementos que caracterizan al arte ibérico
Los iberos concentraron sus principales preocupaciones artísticas en los santuarios y las necrópolis, con menor inversión de esfuerzo y menos inquietudes en los núcleos de habitación. Pensando en éstos, los iberos guardaron sus mejores bazas para dar juego a las murallas.
Más información Técnica y arte
Las esculturas tienen igualmente sus focos de proliferación principales fuera de las ciudades, en necrópolis y santuarios. Buena parte de su personalidad deriva de los materiales y las técnicas empleados. El soporte casi exclusivo de la escultura mayor ibérica es la piedra, y más exactamente las areniscas y calizas blandas, que son un material poco exigente técnicamente, muy fácil de trabajar. El bronce se reservó para la producción de las llamadas artes menores.
Más información Arquitectura y urbanismo
La arquitectura ibérica conservada, como la de tantos otros pueblos antiguos, no sería una arquitectura de especial valor artístico. El espacio ocupado por los establecimientos ibéricos varía considerablemente de unos a otros; en unos casos nos encontramos con grandes recintos que pueden llegar a ocupar más de 30 ha, en tanto que en otros apenas si alcanzan 1 ha. Las ciudades más grandes se concentran en el sur y sureste de la Península.
Más información Murallas
Murallas
Las murallas resultan casi consustanciales a los establecimientos ibéricos, tanto si se encuentran en el llano como, lo que es más frecuente, en lugares altos o elevados. Los muros más habituales son los de mampostería, construidos con piedras o sillares más o menos regulares, que conforman dos paramentos, uno exterior -formado por piedras de mayores dimensiones- y otro interior -construido por lo general con piedras más pequeñas- con el espacio intermedio, de anchura variable, relleno de tierra y piedra.
Más información Planta urbana
El aspecto interior de la ciudad vendría dado, por tanto, por la distribución y ordenación de sus espacios abiertos y cerrados: calles, plazas, casas, edificios públicos, talleres artesanales e industriales, etc., y variaría considerablemente de unas ciudades a otras.
Más información Casas y edificios públicos
La mayor parte de las casas ibéricas son de pequeño tamaño y no muchas habitaciones. La división de la casa en dos dependencias resulta muy abundante en todo el mundo ibérico; es frecuente que una de las habitaciones sea relativamente grande y que la otra sea más pequeña. Además de las casas normales, en los últimos años se han comenzado a detectar en el mundo ibérico otras de las características especiales, que parece posible identificar con templos o edificios públicos.
Más información Arquitectura funeraria
Las tumbas monumentales ibéricas pueden clasificarse en tumbas de cámara, excavadas en el subsuelo o construidas sobre él -por lo general cubiertas por un túmulo- y tumbas monumentales propiamente dichas, que pueden tener una parte subterránea, pero que en cualquier caso presentan una superestructura elevada sobre el nivel del suelo.
Más información La escultura
La cultura ibérica forjó su tradición escultórica sobre la base de la adopción de una serie de estímulos externos, de diferente intensidad y procedencia, adaptados a las necesidades y capacidades propias.
Más información Orígenes, materiales y técnicas
Hay que contar con una base orientalizante y un fuerte componente griego en la producción escultórica ibérica, con matices que pueden derivarse de influjos etruscos o púnicos. El soporte casi exclusivo de la escultura mayor ibérica es la piedra, y más particularmente las areniscas y calizas blandas. La técnica principal de los escultores ibéricos es la propia del trabajo con las piedras blandas y su terminación.
Más información El monumento de Pozo Moro y las esculturas afines
El mausoleo de Pozo Moro en Chinchilla (Albacete) une a su importancia arquitectónica la singularidad de su decoración escultórica. El prisma de su cuerpo turriforme, sobre la grada escalonada, está protegido por cuatro leones agachados, tallados en relieve en los sillares de esquina; de ellos sobresale, ya en bulto redondo, la parte anterior del cuerpo del animal, del que destaca la maciza cabeza, que concentra la expresión de fiereza del felino mostrando, abiertas las fauces, sus poderosos colmillos. Los modelos escultóricos remiten al arte hitita y neohitita.
Más información La escultura iberogriega
Con el nombre de iberogriega se viene designando una producción escultórica ibérica que tiene tan altos débitos con la griega que parece obra de artistas helenos llegados a la Península o de iberos formados por ellos. Se trata de obras no importadas, sino realizadas con la habitual piedra arenisca o caliza, y las técnicas habituales en la escultura ibérica.
Más información Las esculturas de Porcuna
En Porcuna (Jaén) se ha hallado el más importante conjunto escultórico de la cultura ibérica. En una fecha muy poco posterior al año 400 a. C., se procedió a enterrar allí un gran número de estatuas, que habían sido intencionadamente destruidas. Son en general figuras menores que el natural, que representan guerreros, personajes de ambos sexos con trajes ceremoniales, un individuo que lucha con un grifo, una divinidad, animales diversos y también composiciones en altorrelieve.
Más información La Dama de Elche
La Dama de Elche es un busto de 56 centímetros de altura, realizado en caliza porosa de tonos ocres; conserva restos de color, sobre todo el rojo de los labios y de algunas zonas del ropaje. Se halló casualmente en 1897, en un escondrijo hecho con losas, adosado a la muralla, al este de la ciudad aunque no era el lugar donde hubo de estar originariamente, sino una ocultación para librarla de algún peligro. Recién descubierta, fue adquirida por el hispanista francés Pierre Paris y llevada al Louvre, de donde regresaría en 1941. Su fecha de realización puede situarse en la primera mitad del siglo V a. C.
Más información La Dama de Baza
La Dama de Baza fue descubierta en 1971 en el interior de una sencilla tumba de la antigua Basti, adosada al centro de una de las paredes de la fosa. Se halló en perfecto estado de conservación, con toda su rica policromía. Se trata de una figura entronizada, creada a partir de un tipo muy difundido en todo el mundo griego o helenizado, esculpida en una sola pieza de caliza de color grisáceo, ultimada con una fina capa de enlucido de yeso. A juzgar por el ajuar de la tumba, debe fecharse hacia la primera mitad del siglo IV a. C. o algo antes.
Más información Las esculturas del Cerro de los Santos
Casi 500 piezas escultóricas, entre figuras completas y fragmentos, proceden de este gran santuario situado en un cerro de escasa elevación, cerca de Montealegre del Castillo en Albacete. Se trata de figuras de orantes u oferentes de ambos sexos, con predominio de las masculinas, en general de tamaño mucho menor que el natural, esculpidas en piedra. Las más de ellas deben corresponder a los siglos III y II a. C.
Más información El epílogo de la escultura ibérica
Un notable conjunto de esculturas y relieves de Osuna y Estepa figuran entre los reconocidos habitualmente como expresión del paso de la tradición ibérica a la ya romana o iberorromana. Encontramos, al menos, dos series de distinta época: de la transición del siglo III al II a. C., y de comienzos del I a. C.
Más información Bronces y figurillas votivas
Estatuillas de pequeño tamaño de piedra, barro, terracota y bronce son habituales exvotos en los santuarios ibéricos. La variedad de estos exvotos es extraordinaria, desde piezas de buen arte, que resumen a escala reducida los modelos de la escultura mayor, a piezas muy sencillas o muy toscas, a veces una simple lámina más o menos alargada, con una sumaria indicación de la cabeza y las extremidades.
Más información Metalistería y orfebrería
Los textos literarios y los hallazgos arqueológicos refrendan la fama de los iberos como buenos toréutas y forjadores del hierro. Entre las armas, destaca el sable característico de los iberos, la falcata, una espada de hoja curva, inspirada en prototipos griegos e itálicos de la misma familia. También destacan las fíbulas y los broches de cinturón, trabajados fundamentalmente en bronce.
Más información Orfebrería
El mundo ibérico quizá sea el que menos interés ha despertado en este aspecto, puesto que sus joyas han permanecido eclipsadas por las fenicias, tartésicas y celtibéricas, por una parte, y por otras manifestaciones artísticas de su propia cultura (escultura, sobre todo).
Más información Dos transiciones decorativas
Podríamos hablar de dos tradiciones decorativas en la orfebrería ibérica: la orientalizante -de tradición fenicia y oriental, directamente derivados del mundo tartésico- y la griega clásica; ambas llegan a mezclarse, formando un estilo propiamente ibérico, que en su fase más pura se caracteriza por su realismo y naturalismo y que en los últimos tiempos cede el lugar a las formas estilizadas y geométricas.
Más información Diversidad de los tesoros
Los hallazgos de piezas de orfebrería ibérica se deben en buena medida a la casualidad. Cuando aparecen en un poblado, lo hacen por regla general en forma de escondrijo o de tesoro, esto es, como consecuencia de la ocultación deliberada de un conjunto de piezas de valor ante una circunstancia anormal. Los tesoros más importantes en la Península Ibérica son los de Carambolo, Villena, Aliseda, Tivissa y Jávea.
Más información Alfarería
La cerámica era una técnica antigua y bien conocida, que permitía fabricar, de manera fácil y económica, al tiempo que duradera, una serie de objetos necesarios para el desarrollo de su economía y su modo de vida por lo que la cultura ibérica mostró, al igual que otras muchas culturas antiguas, un elevado interés por la alfarería y la producción cerámica.
Más información La pintura aplicada a la cerámica
La pintura es el procedimiento más característico de decoración de la cerámica ibérica. Se aplicaba antes de la cocción, y para ello se utilizaban pigmentos minerales. Los motivos básicos eran geométricos y bastante sencillos. En un segundo momento se incluyen motivos figurativos, primero de tipo vegetal y, más adelante, animales y humanos.
Más información Las producciones meridionales
Las cerámicas del círculo meridional se caracterizan por una marcada simplicidad decorativa, que le lleva a preferir las decoraciones geométricas, a base de simples líneas y bandas monocromas paralelas que alternan con circunferencias o semicircunferencias concéntricas, líneas onduladas verticales, redes de rombos, etc.
Más información Las producciones del sureste
En este área nos encontramos con una multiplicidad de tipos cerámicos, que van desde las más bastas cerámicas de cocina -las tradicionalmente llamada arcaizantes-, hasta los más complejos ejemplares con una rica decoración figurada. Muy frecuente es también la cerámica más fina, pero sin decoración, cuyas formas y acabados resultan similares a los de la cerámica pintada.
Más información Aparición de la decoración figurada
En el siglo II a.C. encontramos decoración figurada en las producciones cerámicas del Sudeste de la península Ibérica, adquiriendo un predominio que continuará manteniendo durante el siglo I a. C.; se trata, por tanto, de una cerámica que es en realidad contemporánea de la presencia romana en la Península. Este conjunto de cerámicas decoradas recibe el nombre de estilo de Elche-Archena.
Más información Diosas y guerreros
En las producciones cerámicas del Sudeste de la península Ibérica encontramos algunos decorativos elementos peculiares como la presencia de una figura femenina con el cuerpo en forma de botella identificada con una diosa o escenas de combates singulares entre guerreros.
Más información Las producciones orientales
Si bien la decoración geométrica y vegetal de las cerámicas orientales es similar a las de la región del sudeste, la decoración figurada es diferente al imponerse un estilo mucho más abierto y menos denso de contenido, que ha recibido el apelativo de estilo narrativo.
Más información Las producciones celtibéricas
De un grupo de yacimientos ubicados en el valle del Ebro y en el reborde oriental de la Meseta nos han llegado producciones cerámicas en las que encontramos influencias de la costa, trayendo como consecuencia una producción híbrida del mayor interés.
Más información Arte celtibérico
La España céltica más representativa y mejor conocida es la coincidente con el fenómeno urbano de los castros. Quizás estas regiones peninsulares sean las que incluyen los griegos en este término tan genérico de Keltiké, al reconocer en ellas una lengua indoeuropea distinta de la suya o del latín. Su relación con los celtas, por tanto, ha de entenderse en el sentido en que éstos han dejado de ser un único pueblo para hoy identificarse con una serie de grupos radicados en gran parte de toda la geografía occidental de Europa, a quienes unen ciertos rasgos de cultura material, incluso aspectos sociales y lingüísticos, pero siempre superpuestos a un sustrato local anterior de gran peso.
Más información Tres grandes corrientes
Al día de hoy es posible referirse a tres grandes corrientes culturales a partir de las cuales se configura el que venimos denominando arte celtibérico: el sustrato local, las influencias del Noroeste y el Valle del Ebro y las influencias que podemos definir de raigambre meridional y mediterránea.
Más información Arquitectura y elementos urbanos
La característica más apreciable del hábitat celtibérico es el establecimiento en lugares elevados, de fácil defensa, controlando estratégicamente una buena parte de su territorio. El conocimiento actual de la arqueología de estos pueblos permite establecer un poblamiento organizado donde los grandes poblados, ahora de un tamaño mayor que en las etapas precedentes, se articulan con otros menores (castella), completándose con los denominados caseríos, de más difícil localización en el llano. Un poblamiento en el que los ríos se han convertido en ejes directores, proporcionándoles asimismo las necesarias vías de comunicación entre unos y otros núcleos.
Más información Numancia
La ciudad comprendía un perímetro entre 20-24 hectáreas, rodeado de una muralla de piedra de sección trapezoidal. La trama urbana de este espacio oval se organiza en retícula con dos largas calles paralelas recorriendo el eje principal y otras once calles cruzando a éstas, sin olvidar la que las circunda junto a la muralla.
Más información La escultura
La escultura
A pesar de lo escueto que se presenta el panorama de la plástica escultórica entre los pueblos de cultura celtibérica, desde antiguo se ha conocido y valorado un tipo de manifestación bien singular: los verracos.
Más información Las estelas
Habitualmente son lajas de piedra con remate circular, si bien contamos con algunos ejemplares rectangulares, donde el artesano ha realizado un pequeño relieve plano, de rasgos siempre muy toscos, sin noción clara de espacio y de proporciones, y donde la frontalidad y la simetría juegan un papel indispensable en su composición.
Más información La metalistería y la orfebrería
Un capítulo importante del saber hacer artístico de los celtíberos y de sus notables avances en la técnica de producción de objetos suntuarios lo componen las artes industriales de metal, con dos grupos sobresalientes por su labor: el armamento y las joyas.
Más información Descripción de las piezas
Torques, arracadas, pulseras, brazaletes espiraliformes, fíbulas, broches de cinturón y monedas son las piezas de orfebrería más importantes en el arte celtibérico.
Más información La cerámica
Las vasijas celtibéricas se decoran casi siempre con series de motivos geométricos: círculos y semicírculos concéntricos, ondas, bandas entrelazadas, meandros..., que contribuyen a homogeneizar las manufacturas cerámicas a lo largo de todo el ámbito geográfico del interior peninsular.
Más información Estética e iconografía religiosa celtibérica
El santuario sería considerado en el mundo céltico como el centro cósmico, donde es posible la comunicación entre divinidades y hombres. También en la iconografía se ve reflejada la presencia de personajes destacados socialmente con rango de sacerdotes, en cierto modo con cualidades y funciones parecidas a los de los druidas galos.
Más información El arte castreño del Noroeste
En esencia, la cultura castreña comprendería la Galicia actual, el Norte de Portugal hasta el Mondego y la parte occidental de Asturias hasta el Navia. Yacimiento, espacio y tiempo son tres elementos definidores de la cultura castreña. Cronológicamente, a partir del siglo VII a. C. los primeros vestigios de ocupación. Los momentos clave de la cultura castreña corresponden a los tiempos en los que Galicia entra a formar parte de la órbita del Imperio romano.
Más información El urbanismo y la decoración arquitectónica
Los castros, recintos fortificados construidos en alturas variables y de diferente tipología, en función de su emplazamiento y destino, experimentaron una evolución desde las primeras ocupaciones en el Bronce Final hasta las grandes transformaciones habidas a partir de la conquista romana.
Más información Los llamados monumentos con horno
Instalados en la parte baja de los castros y lejos de la zona superior habitada, constan de un horno cubierto con una cúpula, comunicado con una estancia rectangular con cubierta a dos aguas y cerrada en su parte frontal por una pedra formosa. En el exterior hay un patio con una fuente. Se trata, sin duda, de edificios termales y la distribución de las dependencias sería la equivalente al caldarium, tepidarium y frigidarium de las termas romanas.
Más información Los guerreros galaicos
Las estatuas de guerreros galaicos son, quizá, la muestra más original de la escultura castreña del Noroeste peninsular. Son estatuas de granito que representan a un hombre de pie, por lo general de tamaño natural o poco superior. De muy pocas se conserva la cabeza y a otras les faltan los pies. Hay elementos comunes como la caetra, o escudo redondo, que puede tener variantes.
Más información Las cabezas
Existen muchas discusiones tanto sobre la cronología como acerca de la función de estas piezas, pues sus características en un territorio como el galaico pueden corresponder a un espacio temporal muy amplio, a lo que hay que añadir que no todas las piezas responden a la misma tipología.
Más información La orfebrería
Al lado de las estatuas de guerreros galaicos y las pedras formosas aparece la orfebrería, como la muestra más rica y llamativa del arte de los habitantes de los castros galaicos. Son piezas destinadas al disfrute, exhibición y muestra del poderío de los que en la sociedad castreña dominaban en cualquiera de los ámbitos político, económico o religioso.
Más información Consideraciones finales
En la cultura de los castros existe un arte indígena que sirve para los habitantes de los yacimientos en los que se produce y para las gentes de las respectivas comarcas de las zonas de influencia. En cambio, en las ciudades y en las villas se producirán otras manifestaciones artísticas de signo diferente, propias de ambientes distintos y para gentes diferentes. Se puede hablar de un arte provincial romano que tiene su plasmación en los núcleos urbanos y en las villae, y un arte castreño galaico que se produce y consume en los castros.
Más información Introducción al arte hispanorromano
La inclusión de Hispania en la vasta y complejísima estructura del imperio Romano es un acontecimiento capital de nuestra Historia, de toda nuestra Historia, desencadenante de una larga serie de consecuencias que componen lo que, en conjunto, se entiende por romanización. Hispania fue modificando sus antiguas culturas por el contundente efecto aculturador, homogeneizador de Roma. Pero las aportaciones romanas convivieron largo tiempo, con las no romanas, y no siempre fue una convivencia paralela, sino también entrecruzada, en la que las unas influían en las otras, en ambas direcciones, con el resultado de formas culturales híbridas.
Más información Arte no romano en época romana
Las culturas hispanas preexistentes a la conquista siguieron produciendo creaciones en la línea de sus propias tradiciones, pero muchas veces con el estímulo nuevo que la romanización, o la conquista, supusieron. Incluso llegó a ocurrir que algunas culturas alcanzaron entonces las condiciones en las que desarrollar sus propias tendencias en mejores condiciones que antes, por razones, entre otras, de índole económica.
Más información Las perduraciones
La inercia cultural y el lógico apego a la tradición propia están en la base de una continuidad que Roma no estorbó con barreras infranqueables, sino que impulsó más o menos deliberadamente. Hubo, por tanto, largas perduraciones de las tradiciones locales, cada vez más fundidas con las romanas, forjadoras unas y otras de un campo en el que germinaron abundantes manifestaciones de mestizaje, de hibridismo cultural y artístico.
Más información Arte hispanorrornano y arte romano provincial
El arte hispanorromano, por la diversidad de las culturas hispanas preexistentes, por el distinto y escalonado grado de romanización que se registra en ellas, por los múltiples niveles en los que el mismo arte romano se expresa o se proyecta, por las numerosas vías por las que penetró en Hispania, será un arte heterogéneo y complejo de ordenar, clasificar y valorar científicamente.
Más información Las grandes aportaciones de Roma
Las aportaciones de Roma al desarrollo del arte en la España antigua fueron enormes, como se ha dicho, al margen de los fenómenos de perduración o de provincianismo. La romanización se manifestó también en una verdadera revolución en el terreno de las manifestaciones artísticas, con tantas facetas como es de esperar, al tratarse de la corriente enriquecedora de una de las grandes culturas artísticas de todos los tiempos.
Más información La gran revolución de la arquitectura
Si Grecia revolucionó la escultura, Roma hizo otro tanto con la arquitectura, basada en lo esencial en una audaz concepción del espacio interior, modelado con las enormes posibilidades que se imprimió a las cubriciones con arcos y bóvedas. Al servicio de su insuperable ambición arquitectónica puso Roma una tecnología revolucionaria, basada en el empleo de materiales nuevos, como el hormigón y el ladrillo, que se añaden a la gran experiencia heredada, representada por el uso de la piedra, en diferentes tipos de paramentos, y de otros materiales.
Más información Arquitectura del territorio de Hispania
En este contexto se pretende exponer de forma sintética el estudio sobre los treinta y ocho puentes, los setenta y siete diques, los cincuenta y tres acueductos y el faro romanos que hemos inventariado en el que fue territorio de la antigua Hispania.
Más información Un tema por investigar
El análisis serio y fundado de los ejemplares conservados es una tarea que apenas si ha comenzado, pues, aunque parezca una exageración, sólo están bien estudiados un faro, cinco o seis acueductos y tres o cuatro puentes. La mayoría de lo que se ha publicado sobre estas obras romanas es una simple acumulación de citas, fotocopias de errores y opiniones basadas en el prestigio de la autoridad que las emite. Lo que falta es, en primer lugar, documentación seria de los propios monumentos, ya que en su inmensa mayoría ni siquiera están bien dibujados, y en segundo lugar brillan por su ausencia las excavaciones.
Más información Obras singulares
La más notable de las obras singulares de Hispania, y seguramente una de las más interesantes del Imperio, es el faro de Brigantium, es decir, la Torre de Hércules de La Coruña.
Más información Pontífices de las calzadas
La nómina de puentes hispanos debió ser elevada, y de ellos quedan bastantes, aunque en su mayoría aparecen tan intensamente transformados que lo único que podemos reconocer como romano es el sitio y una cierta idea general de sus masas constructivas.
Más información El rey de los puentes
El puente de Alcántara es el más bello de los puentes hispanos. Su autor fue Julio Caio Lácer y la obra se concluyó en el año 103 d.C. El problema de su diseño y construcción era complejo, ya que el río se presenta encajonado en unas laderas rocosas de considerable altura, que lo representan de manera que en época de lluvias la masa de agua que debe soportar la pila central es extraordinaria; por todo la solución consistió en elevar tanto el tablero que rara vez llega a hacer represa.
Más información Agua para todos
Cuando la pax romana fue un hecho, las necesidades ya no fueron sólo las de la supervivencia estricta, sino que las de consumo agrícola, industrial, higiénico o suntuario fueron casi tan elevadas como hace cincuenta años. Por ello no les quedó más remedio que fabricar costosas conducciones, que debieron ser abastecidas por medios más caudalosos y más constantes que una fuente o un aljibe.
Más información Las obras emeritenses
Mejor suerte han tenido las presas que alimentaron la vieja capital de Lusitania y actual de Extremadura, Mérida, que llegó a tener, como veremos, tres conducciones independientes, aunque sólo dos partieron de presas. La más antigua de ellas tiene como nombre moderno el de Cornalvo.
Más información La teoría vitruviana
Aunque en Hispania no poseemos un conjunto tan numeroso como el que ostenta la propia ciudad de Roma, ni la variedad de las importantes conducciones del sur de Francia, sí tenemos las que probablemente sean las más bellas y espectaculares estructuras de todo el mundo clásico en esto de facilitar agua a las ciudades.
Más información El agua de los ingleses
Las formas de los acueductos, sobre todo de las arcuationes, son de dimensiones menores que las de los puentes y no digamos de las de los diques; esto y su continuidad y estrecha relación con ambientes urbanos, aconsejaron el empleo de materiales más moldeables, entre los que, como cabría esperar, los ladrillos y las mamposterías ocuparon un lugar significativo.
Más información Las ciudades hispanorromanas
En una sociedad eminentemente urbana como era la romana, es lógico que las ciudades constituyesen el marco esencial en el que se desarrollara la mayor parte de la vida social. Esta importancia concedida al fenómeno urbano no se circunscribió al ámbito de la Península Itálica, sino que fue expandiéndose a medida que Roma fue reafirmando su condición de potencia dominadora hasta alcanzar el rango de auténtico Imperio.
Más información La ciudad romana
Se ha hablado de una serie de elementos básicos sin los que no podía concebirse el normal funcionamiento de una ciudad, pero es preciso determinar cuáles eran los que realmente poseían este valor: la muralla, el forum o plaza pública, templo, termas, los edificios para espectáculos -teatros, anfiteatros y circos- y las construcciones destinadas a vivienda de carácter privado.
Más información La época republicana
La época republicana
Los establecimientos militares representan la primera manifestación de la arquitectura romana en suelo peninsular, así como la primera actividad de tipo urbanístico, de las que apenas se posee evidencia arqueológica.
Más información La época altoimperial
El Principado de Augusto trajo consigo un sinnúmero de transformaciones que afectaron a todos los estamentos del Imperio. La Península Ibérica no permaneció ajena a estos cambios y así nadie discute que la época augústea abrió una nueva etapa en el proceso de urbanización y monumentalización de la Península.
Más información Monumentos urbanos en tiempos de Augusto
Poseemos un buen número de referencias que permiten valorar el alcance de los proyectos monumentales emprendidos a partir de época augústea. Las actuaciones en Augusta Emerita, Carthago Nova, Caesaraugusta, Segóbriga y Tarraco son las más importantes.
Más información De Claudio a Adriano
A lo largo de la primera mitad del siglo I d. C. se asiste a un proceso de consolidación de los programas iniciados con anterioridad. Fueron dos facetas, la política y la religiosa, las que impulsaron la realización de los nuevos programas monumentales a lo largo del siglo I d. C. y especialmente a partir de época flavia
Más información El Bajo Imperio
En líneas generales a partir del siglo II y salvo excepciones como Itálica se advierte un descenso en el número de construcciones y un mayor predominio de restauraciones o modificaciones de programas ya ejecutados con anterioridad. A partir del siglo III la realización de grandes proyectos monumentales de carácter urbano sufrió un acusado descenso a consecuencia de la crisis en la que se vio envuelto el Imperio.
Más información Conclusión
En el siglo II, la monumentalización de las ciudades estaba llegando a su techo y, salvo la excepción de la Nova Urbs de Itálica, que no tiene parangón en toda Hispania, la actividad constructora ya no tuvo empuje del siglo y medio anterior. Comienza a partir de aquí un lento proceso de decadencia en el que, paulatinamente, las ciudades hispanorromanas irán siendo despojadas de sus principales exponentes monumentales.
Más información Urbanismo hispanorromano
Desde que Escipión desembarcó en Ampurias el año 218 a. C., la Península Ibérica inició el proceso de romanización o incorporación de las tierras y comunidades indígenas a los modos de gobierno y actuación de Roma. Uno de los testimonios más elocuentes que dio forma y fondo a este proceso fueron las ciudades, bien creadas ex novo, o bien remodeladas bajo el empuje de los nuevos colonizadores.
Más información La fundación de una ciudad romana
Cuando Roma fundaba una ciudad ex novo en una provincia, repetía un ritual enraizado en la tradición etrusca, a la vez que aplicaba unos esquemas de organización espacial estrechamente vinculados a los principios de la urbanística helénica.
Más información La acción urbanizadora de Roma en Hispania
Los principios que rigieron la acción urbanizadora de Roma en Hispania se pueden enunciar de la siguiente manera: aprovechamiento selectivo de las grandes aldeas y poblados fortificados; unificación de varios centros de menores dimensiones y entidad en uno solo; creación de una ciudad adosada o próxima a un núcleo preexistente, y creación de ciudades ex novo.
Más información Urbanística del área ibérica hasta época de César
Las zonas ibéricas del Levante y Mediodía peninsular presentaban a la llegada de los romanos un desarrollo urbano con suficiente entidad como para que los nuevos colonizadores encontrasen satisfechas buena parte de sus necesidades. Quizá por ello Roma fundó pocas ciudades ex novo en estas tierras optando por aprovechar la situación urbana precedente, que no se verá modificada hasta bien entrada la época imperial.
Más información Las primeras fundaciones
Las únicas ciudades fundadas por Roma en el siglo II a. C. con categoría de colonia latina fueron Carteia, Valentia, Palma, Pollentia, y quizá Corduba. Según A. Marín Díaz, Itálica, Tarraco, Gracurris y Brutóbriga tuvieron carácter de ciudades peregrinas y sólo con posterioridad alcanzarían un estatus privilegiado. A excepción de Valentia (Valencia) que se fundó ex novo por deductio de los veteranos de las guerras lusitanas, los demás se asentaron sobre núcleos indígenas de mayor o menor entidad.
Más información Las fundaciones cesarianas y triunvirales
La política de César en Hispania se caracterizó por la creación y promoción de ciudades, en particular, de la provincia Ulterior. Fundó nueve colonias, cuatro municipios de derecho romano, siete de derecho latino y cinco núcleos llevan el título de oppidum civium romanorum.
Más información Urbanística del área céltica hasta el cambio de era
Cuando la Meseta entró en contacto con Roma a lo largo del siglo II a. C., su nivel de urbanización era diferenciado puesto que existían zonas próximas al mundo levantino y turdetano con mayor desarrollo que otras áreas más distantes.
Más información La articulación territorial de Hispania a partir de Augusto
Todos los autores coinciden en que la obra de municipalización de Augusto en Hispania fue continuadora de la de César. Se pueden contabilizar una treintena de ciudades privilegiadas atribuibles con certeza al periodo augusteo entre colonias, municipios y núcleos con el apelativo Augusta.
Más información Las capitales provinciales
La reforma augustea supuso la división de Hispania en tres provincias: Bética, con capital en Corduba, Tarraconense con capital en Tarraco, y Lusitania, recién creada, con Augusta Emerita (Mérida) como capital. La investigación arqueológica de los últimos años ha revelado que entre Augusto y los Flavios estas tres ciudades alcanzaron un alto nivel de monumentalización.
Más información Otras fundaciones augusteas
Dentro de la política augustea de apoyo a una red de comunicaciones más compleja, se encuadra la creación de Caesaraugusta (Zaragoza) y la de Barcino (Barcelona). Tras las Guerras Cántabras, se crearán en el NO las ciudades de Asturica Augusta (Astorga), Lucus Augusti (Lugo) y Bracara Augusta (Braga).
Más información Urbanística hispanorromana a partir de la época flavia
Entre mediados y finales del siglo I d. C. reviste especial importancia la acción urbanizadora de los emperadores flavios en Hispania. Se observa que en las ciudades de origen augusteo se construyeron nuevos edificios públicos, e incluso algunas áreas forenses se remodelaron casi por completo
Más información Conclusión
La implantación del urbanismo romano en Hispania fue un fenómeno consecuente al proceso de romanización, y para buena parte del territorio, no supuso una ruptura estructural con el periodo anterior, sino más bien la culminación de una serie de cambios que se estaban produciendo en el seno de la Iberia prerromana.
Más información Teatros, anfiteatros y circos romanos en Hispania
Los juegos y espectáculos serán fundamentales en la vida cotidiana de los romanos, no sólo en la propia Roma sino en todos los confines del Imperio. Esta será la razón por la que teatros, anfiteatros y circos se construirán en todas las provincias, conviertiéndose los edificios de espectáculos en la mejor muestra de la arquitectura romana.
Más información Antecedentes
Es evidente que la romanización cultural de la península comienza mucho antes de la época de César, y cabe pensar que, por lo menos a lo largo de la costa mediterránea y en los valles del Ebro y el Guadalquivir, los espectáculos típicos de Roma hubiesen hecho su aparición ya en el siglo II a.C. Pero los datos fehacientes faltan por completo.
Más información Las razones de los juegos
Los juegos carecen ya de todo sentido religioso: convertidos en simple motivo de diversión, pueden darse por las más diversas razones. Lo más normal es que se ofrezcan para realzar un acontecimiento: así, parece que era relativamente común que un magnate celebrase juegos circenses o teatrales cuando inauguraba y donaba a los poderes públicos ciudadanos un monumento, cualquiera que fuese su entidad.
Más información Los géneros teatrales
El género que mejor cubría las necesidades de los espectadores era, sin lugar a dudas, el mimo; también se recitaban fragmentos trágicos.
Más información El interés por el circo
Hispania, y especialmente sus provincias Lusitania y Tarraconense, se presenta como una región muy interesada en las carreras hípicas, y gran criadora de caballos. En relación con los demás tipos de edificios para espectáculos, nuestra península es, con diferencia, la región del Imperio con mayor proporción de circos, duplicando crecidamente el porcentaje del conjunto.
Más información Los ámbitos arquitectónicos
Hubo que esperar en Roma al principado de Augusto para que los ámbitos arquitectónicos de los juegos cobrasen un carácter monumental. Algo similar podemos encontrar en las provincias.
Más información Monumentos dudosos
La monumentalización de los edificios de espectáculos es reflejo de la que se da en Italia, y que, por tanto, los teatros, anfiteatros y circos de nuestra península que han dejado huellas hasta hoy han de ser todos -salvo algún caso aislado que merece especial análisis- de época imperial.
Más información Parecidos pero no iguales
En un anfiteatro, un teatro o un circo, la estructura está compuesta por los muros, los arcos de cemento, las gradas y pasillos tallados en la roca o modelados en el hormigón; esto constituye, digámoslo así, la parte de la ingeniería en la obra y, a menudo, lo único que nos ha llegado de ella. Pero, para un arquitecto antiguo, este aspecto tenía escaso interés porque, en principio, cal y roca tallada quedarían ocultos cuando la obra llegase a su conclusión: por encima habría de colocarse lo más interesante y vistoso.
Más información Evolución técnica
La obra de ingeniería tiene una evolución menos sujeta al vaivén de los gustos. En esencia, su problemática es siempre la misma: construir grandes superficies inclinadas, como cintas oblicuas, para colocar en ellas las gradas, y solucionar el problema del acceso a distintas alturas.
Más información Circos
De los seis circos que se conocen en Hispania, hay dos que pueden calificarse de obras populares, carentes de toda ambición arquitectónica - Mirobriga y Saguntum-. Los verdaderos hallazgos a nivel de ingeniería o de arquitectura han de buscarse en los cuatro circos de estructura abovedada: Calagurris, Emerita, Toletum y Tarraco.
Más información Anfiteatros
Anfiteatros
En Hispania quedan restos documentados de 12 anfiteatros. El gran problema de estos edificios, mal conocidos y apenas excavados, es su cronología. Tras la obra maestra de Emerita Augusta, los anfiteatros del período julioclaudio y de principios de la dinastía flavia resultan ciertamente pobres. Construidos, probablemente todos, por iniciativa particular o municipal, en sus estructuras alternan -y hasta se yuxtaponen cuando es necesario para ahorrar gastos- todo tipo de sistemas constructivos, desde la talla en la roca hasta la estructura hueca.
Más información Teatros
En Hispania quedan restos de 21 teatros de época romana. La construcción de teatros en nuestra península se concentra en un período muy breve, de poco más de un siglo, entre el período cesariano y los primeros años de la dinastía flavia. En consecuencia, es muy explicable una cierta sensación de homogeneidad, y hasta de monotonía, que sólo algunas construcciones, por su originalidad o su riqueza, permiten superar.
Más información La ciudad romana de Mérida
En medio de túrdulos, vettones y lusitanos, gentes poco permeables a la romanización, sobre todo estos últimos, se fueron estableciendo, paulatinamente, unos enclaves, los propugnacula imperii: Metellinum, Castra Caecilia, Norba Caesarina, que culminan en el año 25 a. C. con la fundación de Emerita.
Más información Esplendor de Emerita en la época flavia
La época de los flavios y el comienzo del período de los emperadores de la dinastía hispana supone para toda la Península un momento de esplendor, una incostestable proyección dentro del mundo romano. Es la hora, pues, de Hispania y Emerita no va a quedar descolgada de ese ambicioso plan de rehabilitación. Es entonces cuando se acometen considerables proyectos de reforma de sus más señalados monumentos: el Teatro y algunos edificios del foro municipal.
Más información El Puente
El Puente sobre el Guadiana fue el genitor urbis, el hacedor de la ciudad, el pasaje de todas las calzadas que confluían en ella. Efectivamente, la fábrica se construyó al aprovecharse la existencia de una isleta que facilitaba el establecimiento de sus estribos y sobre una amplia plataforma diorítica. Fue él, además, el que determinó el esquema urbano de la colonia.
Más información El urbanismo
Las investigaciones sobre el urbanismo emeritense constituyen actualmente, por las incógnitas que se plantean al encontrarse la ciudad actual superpuesta a la antigua, una de las empresas más atrayentes que tiene ante sí el arqueólogo local. Dos teorías fundamentales se han formulado acerca del recinto urbano hasta ahora. Una de ellas, sustentada por Schulten y seguida por Mélida, Gil Farrés, García y Bellido, etc., y otra que explicó Richmond.
Más información El recinto murado
Lo que conocemos, muy poco, del recinto murado ofrece inequívocas muestras de ser obra augustea. Baste recordar lo expresado por Richmond, al hablar de su relación con el Anfiteatro y las excavaciones realizadas en diversos puntos de la ciudad que han ofrecido cronologías muy homogéneas. El sistema constructivo de la cerca murada es bastante uniforme: esencialmente comprende un núcleo de piedra y tierras paramentado con losas de diorita bien careadas. Se aprecian, en diversos puntos, refuerzos de sillares de granito.
Más información Las conducciones hidráulicas
El sentido utilitario de los romanos se puso de manifiesto a raíz de la fundación de la colonia, con la planificación de hasta tres conducciones hidráulicas, cuyas ruinas son bien expresivas.
Más información La red urbana
La ciudad romana, al parecer, estaba estructurada en cuadrículas más o menos regulares, que delimitaban insulae o manzanas de 100 x 110 metros de longitud por 50-60 metros de anchura, aunque algunas son más cortas, de 80 metros por 70-75 metros.
Más información Foro municipal
La estructura del Foro municipal emeritense respondía a un esquema muy repetido en las ciudades romanas de Occidente durante la primera época imperial. Dicho espacio contaba con un templo, el de Diana, una basílica, unas posibles termas y un pórtico.
Más información El foro provincial
La existencia de dos o más foros es algo normal en las grandes ciudades del Imperio y, sobre todo, en las capitales de provincia. Las recientes investigaciones han podido constatar la existencia de un foro provincial en Mérida, en las inmediaciones de la Plaza de la Constitución y del cerro de El Calvario.
Más información Los edificios destinados a espectáculos
El conjunto de edificaciones más importantes de la Mérida romana se hallaba en el extremo suroriental de la ciudad, en el límite del recinto murado, y lo constituían el Teatro y el Anfiteatro. Ambos fueron contemplados dentro del plan general del urbanismo de la nueva ciudad y se ubicaron en las faldas de una suave colina, que sirvió para asentar, en talud, sus graderíos.
Más información El Anfiteatro
El anfiteatro de Mérida fue inaugurado el año 8 a. C., según aclara una inscripción que se repetía hasta cuatro veces, en otras tantas tribunas. En la época flavia o quizás en la de Trajano debió reformarse buena parte del mismo. Era capaz de albergar a 15.000 espectadores, que se distribuían en los tres sectores tradicionales.
Más información El Circo
Junto a la calzada que unía Emerita con Toletum, se construyó el circo, probablemente en época de Tiberio, con sus grandes dimensiones de más de 400 metros de longitud y de 100 de anchura. El aforo era de 30.000 espectadores.
Más información Otros edificios
Se tienen noticias de otros edificios del conjunto monumental emeritense, hoy no aparentes, tales como templos y construcciones de diverso carácter.
Más información Las casas
El conocimiento de la casa romana emeritense es en la actualidad muy fragmentario. Es verdad que en el conjunto urbano se han podido descubrir restos de mansiones que proporcionaron pavimentos de mosaico pero no es menos cierto que lo conocido de esas estructuras domésticas es mínimo.
Más información Las necrópolis
Se conocen las diferentes áreas de necrópolis que ceñían a la ciudad y que se establecieron con claros criterios urbanísticos y alineados en relación a las calzadas que salían de la ciudad.
Más información Escultura, pintura y mosaico
Los programas constructivos que en Emerita se ejecutaron a raíz de su fundación precisaron del concurso de varias escuelas que plasmaron sus realizaciones en los conjuntos del Foro Municipal y del Teatro fundamentalmente.
Más información La pintura
En Mérida se conserva probablemente el conjunto más rico en pintura mural de Hispania. A lo ya descubierto en antiguas excavaciones (Columbarios, Casa-Basílica) se han venido a sumar en época reciente las composiciones pictóricas halladas en la excavación de diversas casas romanas: Anfiteatro, Mitreo, Alcazaba, Suárez Somonte, y, más recientemente aún, las que presentan escenas de anfiteatro y que se hallaron en el monumento.
Más información El mosaico
El mosaico (opus tessellatum) comenzó a ser empleado a gran escala como pavimento de diversas estancias emeritenses a partir del siglo I d. C., sustituyendo a otros tipos, fundamentalmente el conocido como opus signinum.
Más información Tarraco
Las primeras evidencias arqueológicas que atestiguan una presencia romana son las propias murallas de la ciudad, cuya cronología parece confirmar la famosa frase de Plinio, según la cual Tarraco fue fundada por los Escipiones. Con la denominación oficial de Colonia Julia Urbs Triumphalis Tarraco, tras la reforma administrativa promovida por Augusto (27 a. C.), la ciudad se convirtió en capital de una de las más extensas provincias del Imperio y cabeza de un conventus.
Más información Las murallas
Todo parece indicar que el primer recinto amurallado construido en Tarraco corresponde a un campamento fortificado que debe asociarse a los acontecimientos ligados a la Segunda Guerra Púnica o a una monumentalización del mismo, a principios del siglo II a. C. La ampliación de mediados del siglo II a. C. debe interpretarse como una reutilización de dichas estructuras defensivas en la construcción de un recinto amurallado que debió englobar la totalidad del núcleo urbano.
Más información El foro de la colonia
El foro de la ciudad de Tarraco estaba integrado por la basílica, la plaza, el capitolio y otros edificios que se extenderían al sur de la basílica hasta las proximidades del teatro.
Más información Las casas
Pocos son los datos de los que disponemos para hablar de la arquitectura privada tarraconense y de las zonas en las que se levantaban las domus en las que residían los habitantes de la ciudad. Sin duda alguna, éstas se ubicaban en el área intramuros al sur del tramo urbano de la Via Augusta.
Más información El teatro
El teatro romano es el peor conservado de los edificios de espectáculos de Tarraco y, evidentemente, el menos conocido. Su situación en la parte baja del núcleo habitado, junto al puerto, ha sido la causa de sus sucesivas destrucciones y de la dificultad, todavía por superar, de proceder a su recuperación.
Más información El puerto
Es evidente que la llegada de naves no implica obligatoriamente la existencia de unas estructuras portuarias, especialmente en una época tan temprana como el último cuarto del siglo III a. C., pero es también evidente que una ciudad en la que se documenta una intensa actividad como cabeza de puente del ejército romano en Hispania, no puede adolecer de unas estructuras que cumplan la función propia de un puerto.
Más información El foro provincial
El sector septentrional, el más elevado, de la ciudad romana fue objeto, durante el último tercio del siglo I d. C., de una profunda transformación. Destinado, desde época republicana, a funciones de tipo militar, este sector urbano fue el elegido para la construcción de un gran complejo arquitectónico destinado a ser la sede del Concilium provinciae -el centro religioso, político y administrativo- de la Hispania Citerior.
Más información El circo y el anfiteatro
Ubicado en el interior del recinto urbano, el circo de Tarraco representa la fase final del proyecto flavio de reurbanización del sector nordeste de la ciudad. Parece obvio que este monumento fue proyectado al mismo tiempo que las dos terrazas del foro provincial, sin embargo, la magnitud de la actuación autoriza a pensar en un desarrollo en fases. A extramuros de la ciudad, entre ésta y el mar, el anfiteatro tarraconense se levanta junto al acceso nordeste de la Via Augusta, aprovechando las especiales condiciones topográficas de la zona.
Más información Las necrópolis
Pocos son los datos de los que disponemos en relación a la localización y características de las necrópolis correspondientes a la ciudad de época republicana. El monumento funerario mejor conocido, de época alto-imperial (primera mitad del siglo I d. C.), es la llamada Torre de los Escipiones, construida junto a la vía Augusta, a unos seis kilómetros al nordeste de Tarraco.
Más información El arco de Bará
Uno de los símbolos de la Tarragona romana, el arco de Bará se halla situado en la antigua Via Augusta, a unos 20 kilómetros al nordeste de la ciudad. Ha sido tradicionalmente fechado a principios del siglo II d. C., básicamente a partir de la lectura de la inscripción, en la actualidad parcialmente conservada en el arquitrabe de uno de sus lados.
Más información Las villas
En la llanura costera que rodea a Tarragona -conocida como Camp de Tarragona- se documenta una significativa cantidad de asentamientos rurales, villae, que nacen en época tardo-republicana, perduran durante el Alto Imperio y, en algunos casos, presentan importantes fases edilicias en época bajo-imperial.
Más información Las villas hispanorromanas
En época romana, el término villa era entendido de forma diferente por distintos autores, que lo usaban para denominar construcciones campestres de características muy diversas. En origen, las villas eran esencialmente casas de labor y a lo largo de los primeros siglos de la historia romana fueron desarrollándose progresivamente como centros de fincas de mayor o menor extensión hasta convertirse en auténticas unidades de explotación agraria.
Más información La villa ideal
La villa debía atender tanto a las necesidades de la explotación como a fines más suntuarios relacionados con la comodidad y el bienestar de los propietarios, con ese ideal tan romano de aunar el decor a la utilitas. Para ello, era fundamental cuidar de una manera extrema la elección del emplazamiento: los factores determinantes para escoger el sitio eran fundamentalmente la salubridad del clima, la fertilidad de las tierras, la proximidad a fuentes de agua y las buenas comunicaciones.
Más información Villa rústica, villa urbana: el perpetuo dilema del campo y la ciudad
Los romanos consideraban sus villas como lugares de esparcimiento y de recreo, al margen de la rentabilidad económica que pudiera reportarles: la villa también era un lugar donde el propietario podía retirarse para descansar del ajetreo de la ciudad, entregarse a la caza y pesca, dedicarse a la lectura o a las actividades artísticas. Este ocio no era incompatible con los usos agropecuarios de la villa, pero evidentemente exigía unas instalaciones diferentes a las requeridas para la agricultura.
Más información Los usos de las villas
Normalmente se considera villa a una explotación agraria que, de manera provisional o definitiva, dedicaría una parte a residencia del dominas o propietario. Desde este punto de vista, cuando se excava un yacimiento de este tipo, se busca identificar en él la parte urbana y la rústica, a veces forzando la interpretación de los hallazgos para tratar de encajarlos en estas categorías.
Más información Los propietarios
Para entender la mentalidad y formas de vida que los propietarios llevaban en sus villas, sería importante conocer sus personalidades: quiénes eran, la clase social a que pertenecían, sus carreras en el ejército, en la administración del Estado o de las ciudades; pero desafortunadamente son pocos los indicios seguros que procedentes de las villas conservamos de estos señores.
Más información Los restos arquitectónicos
Los restos arquitectónicos
Puede afirmarse que Hispania fue un país con una densa población rural en época romana, y que el número de villas halladas es abundante y su grado de riqueza grande, sólo comparable a las de la misma Italia. En ciertos aspectos, nuestras villas romanas se diferencian claramente del resto de este tipo de establecimientos en otras zonas del Imperio.
Más información El arte de las villas: mosaicos, esculturas, artes suntuarias
Puede apreciarse un extraordinario desarrollo constructivo durante el siglo IV d. C., cuando se constata la remodelación casi completa de antiguas fincas agrícolas y de lugares de culto, junto a la erección de templos de nueva planta. Hay que pensar que ello supondría verosímilmente un decidido estímulo para la economía y posibilitaría el desarrollo de ciertos campos de creación artística.
Más información El retrato privado romano
Ningún género artístico de la cultura romana refleja tan bien como el retrato la filosofía vital de aquel pueblo. El retrato arraiga con intensidad en la sociedad y ésta lo expande por los nuevos territorios conquistados, alzándose como patrón de romanidad. En la formación del retrato romano es posible detectar tres raíces: la etrusco-itálica, la griega y la corriente autóctona de las maiorum imagines.
Más información Cuestiones técnico-formales
El material pétreo, en las distintas calidades, es el que ocupa un capítulo mayor, y de hecho, de modo inconsciente, cuando citamos retrato romano, lo asociamos con el género escultórico. La pintura, a veces complementando a la escultura, también fue empleada como soporte del retrato; los factores degradantes de los lienzos pictóricos han impedido que hoy conozcamos numerosos retratos de esta categoría. Tampoco escapan a la producción retratística las mal llamadas artes menores, esto es: cerámica, eboraria, glíptica, metalistería y orfebrería. Mención aparte merece la numismática.
Más información Evolución estilística del retrato privado peninsular
Durante varios siglos los habitantes de Hispania perfilarán la línea artística del género y reflejarán gustos propios y rasgos genuinos de su personalidad. El inicio del retrato romano en nuestro país viene de la mano de los primeros moradores de las regiones romanizadas tempranamente, Tarraconense y Baetica.
Más información Un nuevo impulso
El nuevo orden político establecido por Augusto traerá parejo importantes cambios que se plasmarán en lo artístico. El retrato particular a partir de este momento iniciará un seguro despegue que culminará en la dinastía julioclaudia, período de mayor eclosión del género.
Más información Mayor refinamiento
El último tercio del siglo I d. C., la fase flavio-trajanea, marca el nexo de unión con las fórmulas del siglo II d. C. El retrato masculino, alentado por los patrones imperiales de Vespasiano y su dinastía, revalorizará la tradición latente tardorrepublicana pero impregnada ahora de un aire más refinado. El cambio de centuria va a ser testigo de una transformación del formato del retrato, iniciándose los tipos monumentales en relieve: altares, estelas y placas-relieve.
Más información Estelas funerarias
Desde el punto de vista tipológico, en el período julio-claudio se gesta un nuevo soporte retratístico: los monumentos funerarios emeritenses conocidos como estelas de tipo emeritense, en cuyo frente los personajes particulares insertan el retrato de sí mismo o de sus antepasados. Otro gran bloque lo componen las denominadas estelas de pseudoedícula, monumentos funerarios de similar estructura que los altares pero sin la funcionalidad cultural de éstos.
Más información Fase de decadencia
Con el siglo III d. C. iniciamos el descenso real y simbólico de la retratística hispana. Junto con el siglo IV compone el punto de partida de la tardoantigüedad.
Más información Sociología del retrato privado
Es una tarea ardua reconstruir la ambientación en que se expusieron estos retratos y la finalidad para la que fueron encargados. Los particulares que encargaban un retrato podían destinar éste a tres posibles usos: doméstico, funerario y público-conmemorativo.
Más información El arte funerario hispanorromano
En Roma, como en casi todas las culturas antiguas y modernas, la idea de la muerte y de su incontestable realidad marcó de una u otra forma la vida de los ciudadanos y estuvo presente en la literatura, el arte y la religión. En el arte, mediante la construcción de tumbas más o menos monumentales, que tenían como misión la de hacer ver a los vivos que allí se encontraba enterrado alguien que en otro tiempo fue como ellos pero que ya había muerto, y despertar de esta forma un sentimiento de recuerdo y compasión.
Más información El ritual funerario
La cultura romana es una de las pocas que en el mundo antiguo experimenta un cambio de rito funerario; a la cremación, que constituye el ritual predominante durante toda la República y los comienzos del Imperio, sucede, a partir del segundo tercio del siglo II d. C., la inhumación.
Más información Hipogeos
Las tumbas en forma de cámara excavadas en la roca tienen su mejor exponente en la necrópolis de Carmona (Sevilla), descubierta a finales del siglo XIX. Se trata de una necrópolis de cremación, constituida por un conjunto de cámaras subterráneas excavadas en la roca, con nichos para colocar las urnas cinerarias.
Más información Monumentos en forma de estela o de altar
Muchas tumbas se encuentran señaladas por simples losas de piedra, casi siempre con inscripción. Suelen estar labradas en un bloque de piedra, cuya forma varía considerablemente, puesto que puede tratarse de una simple losa inscrita que era empotrada en el propio monumento funerario, o tener forma de altar o de ara, esto es, de un bloque de piedra paralelepipédico con la inscripción en una de sus caras laterales, que podía complicarse con el añadido de molduras, decoraciones ornamentales o figuradas, etc.
Más información Monumentos turriformes
Los monumentos de friso dórico no son sino una variante de un tipo de edificio funerario que tiene su origen en época prerromana y que alcanzan su mayor difusión durante el Imperio Romano: los monumentos turriformes. El más antiguo de los conservados en la Península Ibérica es el de Cartagena que tradicionalmente se ha venido conociendo como la Torre Ciega.
Más información Monumentos rematados en columnas
Monumento excepcional lo constituye el llamado dístilo sepulcral de Zalamea de la Serena, en Badajoz. Se trata de un impresionante edificio de más de veinte metros de altura, que durante mucho tiempo sirvió de torre a la iglesia del pueblo, lo que sin duda lo salvó de una destrucción cierta.
Más información Monumentos naomorfos
Emparentados también con los monumentos turriformes se encuentran aquellos que tienen apariencia de templo; esta semejanza puede limitarse a la fachada principal, pero también puede extenderse al resto del edificio, llegando a configurar un verdadero templo en cuanto a la forma, aunque su finalidad sea básicamente funeraria.
Más información Edificios de planta centrada
Menos frecuentes, y característicos sobre todo de época tardía, son los monumentos de planta centrada, llamados así porque el espacio principal corresponde a una cámara circular o poligonal abierta en el interior del edificio. En la Península Ibérica, el monumento más significativo es el de Centcelles.
Más información Elementos decorativos de las tumbas: esculturas, mosaicos y pinturas
Las tumbas podían contar también con elementos decorativos. En ocasiones son relieves escultóricos que tratan de prestigiar la tumba hacia el exterior o de dar conocer al caminante algunos de los rasgos del difunto.
Más información Sarcófagos
La escultura adquiere un mayor papel cuando se impone el rito de la inhumación; aunque la mayor parte de los cadáveres se entierran dentro de una simple caja de madera, o incluso envueltos en un sudario, algunos de los más pudientes eligen costosos sarcófagos de piedra, que en un primer momento fueron importados en Roma y de otros centros productores y que, con el paso del tiempo, llegaron a fabricarse también en algunos lugares de la Península Ibérica.
Más información Estelas
De Mérida procede un interesante conjunto de cipos funerarios compuestos por una pequeña hornacina flanqueada por sendas pilastras y cubierta por un arco de medio punto o rebajado, en cuyo interior rehundido se ubica el busto de una figura masculina o femenina, e incluso en algunos casos de una pareja; por debajo de ellas corre la inscripción alusiva al difunto o a los difuntos allí representados.
Más información Mosaicos
Existen algunas laudas funerarias musivas, esto es, lápidas que cubren las tumbas con motivos decorativos e inscripciones realizadas en mosaico. Aunque la mayor parte de estas representaciones son ya de época cristiana, existen algunas que carecen de símbolos cristianos y podrían ser consideradas aún como paganas. Casi todas ellas se concentran en el litoral mediterráneo español, siendo frecuentes sobre todo en Tarragona y sus alrededores.
Más información Pinturas
Conservamos bastantes restos de decoraciones pintadas en algunas de las tumbas romanas conocidas. El conjunto más amplio es sin lugar a dudas el de la necrópolis de Carmona.
Más información Orígenes del arte cristiano en la Península
Parece que las costas españolas, especialmente las de la Andalucía mediterránea, estuvieron siempre abiertas a los navegantes orientales lo que motivará la influencia oriental en el primer arte cristiano peninsular, siendo calificado de bizantino.
Más información Talleres de sarcófagos cristianos de Levante
El mayor número de sarcófagos antiguos en la península se ha encontrado en Cataluña, apreciándose en ellos influencias romanas, francesas y norteafricanas.
Más información Sarcófagos de Andalucía
En el siglo V, se producen en Andalucía varios sarcófagos, que por la separación de sus lugares de hallazgo y por su evolución estilística, no pueden atribuirse a un solo artista o taller, sino a un estilo local en el que trabajarían varios centros con fórmulas y temas de la misma procedencia.
Más información Los sarcófagos de La Bureba
El taller de La Bureba es el más importante de la zona norte peninsular; de él conocemos cinco piezas, siendo el estilo rudo y las figuras desproporcionadamente bajas, aunque se aprecian influencias del mundo oriental.
Más información La escultura exenta
Son sólo tres las esculturas paleocristianas exentas encontradas en España, se trata de las figuras del Buen Pastor de Sevilla (Casa de Pilatos) y las dos de Gádor (Almería).
Más información La decoración escultórica de las iglesias
Es patente la carencia de decoración de las iglesias españolas paleocristianas, lo que explica la tendencia anicónica de época visigoda. Verdaderamente no hay testimonios de decoración de las basílicas más antiguas.
Más información La pintura mural
La pintura mural
Todavía más escasos son los restos de pintura mural paleocristiana hallados en España debido a la deficiente conservación de las estructuras y las remociones de época avanzada.
Más información El mosaico
En los mosaicos se manifiesta la dependencia de las artes plásticas cristianas de sus coetáneas tardorromanas, de las que a excepción de la iconografía, poco o nada permite diferenciarlas. Con ellas comparte unidad técnica estilística y de inspiración y en casi todas las ocasiones también iconografía. El paleocristiano hispano se divide en dos tipos: el mosaico arquitectónico y el funerario.
Más información Las artes menores
No abundan en nuestro país, o no se han hallado todavía, vidrios o huesos con iconografía cristiana susceptible de aclarar aspectos litúrgicos de la Hispania cristiana. Los bronces, sin embargo, demuestran la íntima relación de la industria del metal tardorromana con la cristiana.
Más información Hispania invadida
Las tribus de alanos, vándalos y suevos asolaron la Península Ibérica en el año 409, sometiendo a todos los pueblos a saqueos y destrucciones. Los visigodos, por su parte, ocuparon de forma estable el sur de Francia, en el que se creó el reino de Tolosa, y, desde allí, combatieron en nombre de la autoridad imperial, y más adelante, en nombre propio, a los ocupantes de la Península.
Más información La continuidad de las basílicas cristianas
La influencia romana, norteafricana y bizantina se pone de manifiesto en las basílicas cristianas construidas en época visigoda.
Más información Los ladrillos decorados de la Bética
Existió en época visigótica un sistema decorativo, a base de placas de arcilla y ladrillos con decoración a molde, que tuvo un empleo muy extendido en la Bética hasta el siglo VII. Este tipo de ladrillos se da también en el norte de África.
Más información Las necrópolis visigodas y sus ajuares
Las necrópolis cristianas inmediatas a las basílicas de los siglos V y VI, se caracterizan por un escaso ajuar metálico y la presencia inevitable de algunas pequeñas jarras, platos y vasijas que hacen referencia a los alimentos necesarios para realizar el último viaje, según la tradición romana, y que se adaptan pronto a las ideas de la nueva religión. Lo que se conserva en las tumbas es la parte metálica de la hebilla del cinturón, la fíbula del manto, y, ocasionalmente, alguna contera metálica de correajes y pequeñas joyas.
Más información El arte visigodo
El pueblo visigodo se instala sobre la Hispania romana como resultado de una larga peregrinatio, que se inicia en los países escandinavos para recorrer el este europeo y prácticamente todas las regiones de la cuenca mediterránea. El punto final de la peregrinatio es, sin lugar a dudas, la creación -muy a principios del siglo VI- de un reino independiente y estable en los territorios de la Península Ibérica. Territorios que, no se debe olvidar, están profundamente romanizados y que, por tanto, ven en la llegada de los ejércitos visigodos a un usurpador de sus tierras y, evidentemente, a un bárbaro, en el sentido etimológico de la palabra.
Más información La arquitectura visigoda
Se podrá observar que la mayoría de los edificios visigodos conocidos tienen diferencias notables y sólo se agrupan por elementos tan genéricos como la organización de la planta en naves paralelas o en cruz, pero dentro de cada grupo hay suficientes diferencias como para que cualquier edificio sea único e inconfundible con los restantes. Sin embargo, hay una clara personalidad diferencial en la arquitectura visigoda. Una de las constantes más llamativas es la del empleo del arco de herradura.
Más información La arquitectura civil y militar
La arquitectura civil y militar de época visigoda es, por el momento, bastante poco conocida. Agrupamos conjuntamente las denominadas arquitectura civil y militar, pues en algún caso, un poblado tuvo muy probablemente funciones defensivas militares, dado el lugar de su emplazamiento.
Más información Recópolis
La ciudad de Recópolis es la única iniciativa urbanística de los reyes visigodos que conocemos parcialmente. Su construcción se debe a Leovigildo en el año 578, imponiéndole el nombre de su sucesor, Recaredo. Las ruinas se encuentran en el Cerro de la Oliva de Zorita de los Canes (Guadalajara). La fundación de Recópolis estaba destinada al descanso del pueblo visigodo, una vez vencidos todos sus enemigos en la Península, y el rey le otorgó privilegios a sus pobladores y la dotó de murallas y otros edificios admirables.
Más información Basílicas de crucero e iglesias menores
La introducción de un espacio intermedio para el crucero o la aparición de alas laterales, como prolongaciones de una nave transversal, son las novedades que se observan en las iglesias visigodas desde el siglo VI. El mejor ejemplo de iglesia con nave de crucero independiente es Santa María de Quintanilla de las Viñas en la provincia de Burgos.
Más información Las iglesias con capillas independientes
Una de las singularidades de la arquitectura visigoda es la de un grupo de iglesias en los que la cabecera está constituida por tres capillas con muros independientes. Esta variedad en las iglesias podría corresponder a una evolución de las basílicas de tres naves rematadas en capillas dentro de una cabecera rectangular común.
Más información Iglesias de planta central
El mausoleo cruciforme que vemos empleado por los emperadores en Constantinopla y que adopta también Gala Placidia para su sepulcro de Rávena, tiene en nuestra Península una manifestación excelente en la tumba de San Fructuoso situada en Montelios, junto a Braga. Es el edificio más bizantino de la arquitectura visigoda, que pone de manifiesto cómo pudo ser el arte de las grandes ciudades de la época, bajo el influjo de los dirigentes más cultos de la Iglesia.
Más información Santa Comba de Bande
Santa Comba de Bande, en la provincia de Orense, es la iglesia visigoda de planta central que nos ha llegado en mejor estado de conservación.
Más información San Pedro de la Nave
Este edificio se ha considerado por mucho tiempo como una síntesis original del tipo cruciforme y el tipo basilical; aunque ésta sea la apariencia de su forma actual, sabemos que ello no responde a un proyecto intencionado, sino a la resolución casual de la sucesión de dos ideas distintas, cuyo proceso se puede restituir con mucha precisión.
Más información Ornamentación y artes menores
En general, los relieves visigodos muestran la convivencia de dos fuentes de inspiración: una más abstracta y geométrica, que tiene raíces locales pero también participa de formas al uso en el arte europeo del momento, y otra más naturalista y figurativa, cuyo enlace con la decoración clásica se hace a través de modelos elaborados en ambientes bizantinos.
Más información Los capiteles visigodos
El grupo de mejor calidad entre los capiteles visigodos está formado por los que dentro de la evolución del capitel corintio clásico conservan todos los elementos esenciales con otro tratamiento estilístico. Lo más frecuente es una adaptación de fantasía de las hojas, caulículos y volutas, hasta asimilarlos con otras formas naturales.
Más información El taller de Mérida
Con un cierto carácter de primacía sobre Toledo o Córdoba, el foco visigótico emeritense proporcionaría los temas, las formas y los artistas del resto de los talleres, cuando no exportaba directamente piezas confeccionadas. En cuanto al estilo, hay una presencia constante de los geometrismos locales o romanos tardíos, en los que influye decididamente una aportación bizantina, que parece tener su cauce a través de Rávena y el Sur de Italia.
Más información La decoración geométrica
En el arte visigodo es habitual el contraste entre muros lisos y bandas decorativas. Los temas más extendidos y frecuentes en la decoración visigótica son las combinaciones de círculos. También encontramos decoración vegetal.
Más información La ornamentación con roleos vegetales
La decoración basada en un tallo vegetal ondulado, para servir de organización al resto de los motivos, es el principio más frecuente de los relieves naturalistas visigodos. Su origen en la decoración clásica es fácil de establecer, así como que los prototipos más extendidos proceden de la adaptación de la simbología cristiana primitiva.
Más información La iconografía figurada
Las pocas representaciones figuradas del arte visigodo corresponden a sus manifestaciones más tardías y en ambientes de claro orientalismo. Puede que la prohibición de representar imágenes en las paredes que promulgó muy pronto la Iglesia española mantuviera una tendencia a colocar en los templos sólo motivos ornamentales o simbólicos.
Más información Vasos sagrados y orfebrería visigoda
Además de los talleres populares de fabricación de objetos de bronce, la corte toledana promocionó una orfebrería áulica, que necesitaba de sus propios talleres y de un artesanado bien especializado. Las joyas visigodas del siglo VII tienen una excelente representación en dos importantes tesoros, los de Guarrazar y Torredonjimeno.
Más información El arte asturiano
El arte de la corte de Oviedo es plenamente personal, pero no por un aislamiento estricto respecto al resto de los países cristianos de su época, sino por la independencia y la libertad de los criterios con los que se sintetizaron determinadas ideas, y se pusieron al servicio de una forma peculiar de concebir la rehabilitación de la monarquía hispánica. El arte asturiano cuenta con los elementos visigodos que podían estar a su alcance, pero recurre con toda libertad a formas de origen latino, conservadas en la propia Italia o transmitidas por las cortes europeas, de las que hace su propia síntesis.
Más información El siglo VIII
Los restos encontrados en Cangas de Onís y Pravia indican que las construcciones realizadas en el siglo VIII prefiguran las características de épocas posteriores, especialmente en la iglesia de Santianes en esa última localidad.
Más información La sede real de Oviedo
En el programa constructivo de la sede regia de Oviedo se incluía una nueva catedral, dedicada a San Salvador y a los doce Apóstoles, a la que se otorgaba el rango de sucesora de la sede episcopal toledana. De la seo y del palacio de Alfonso el Casto sólo hay testimonios parciales de vestigios arqueológicos, entre los que se mantiene la Cámara Santa. De la basílica de San Tirso se ha conservado el testero de la capilla mayor. Fuera del centro residencial y representativo de la Oviedo de Alfonso II se levantó San Julián de los Prados, donde se establece el esquema de la iglesia real.
Más información El arte ramirense
En el monte Naranco, Ramiro I estableció una residencia palaciega de reposo de la que sólo se ha conservado el palacete rústico, convertido en iglesia de Santa María, y la parte de los pies de la iglesia palatina de San Miguel de Lillo; junto a ambos monumentos es inevitable colocar la iglesia de Santa Cristina de Lena.
Más información Santa María del Naranco
Una de las joyas del arte ramirense es el pabellón real del Naranco, convertido después en iglesia de Santa María. Su forma general es la de un prisma rectangular alargado con cubierta inclinada a dos vertientes; en el exterior sobresalen a cada lado dos series de cuatro esbeltos contrafuertes verticales con estrías y acanaladuras, en los lados largos se adosan una escalera doble exterior y un pórtico con un mirador.
Más información San Miguel de Lillo
La iglesia del conjunto ramirense del Naranco estaba dedicada a San Miguel; ha perdido toda la zona de la cabecera pero se puede observar que la nave principal era estrecha y muy alta, con bóveda de cañón entre arcos fajones, como la de Santa María, que pudo desplomarse por la poca superficie de los soportes y la mala cimentación.
Más información Santa Cristina de Pola de Lena
Santa Cristina de Pola de Lena
La tercera obra de los artistas ramirenses del Naranco es la ermita de Santa Cristina en Pola de Lena. El edificio se compone de una sola nave con cámaras menores en cada lado; la de los pies sirve de pórtico, la de la cabecera de capilla mayor y las laterales harían de sacristías, aun que están algo alejadas del altar para permitir el desarrollo de las escaleras laterales a los muros. En el exterior hay contrafuertes, pero ni éstos ni las dovelas de los arcos tienen decoración alguna, quizás por la menor calidad de la piedra.
Más información La época de Alfonso III
Durante el reinado de Alfonso III se ejecutan restauraciones en todas las iglesias de Oviedo y se hacen obras menores como el casetón que cubre la Foncalada. También en estos momentos se elabora la Cruz de la Victoria. Como término final de la arquitectura áulica asturiana, debe tomarse en consideración la iglesia de San Salvador de Valdediós.
Más información El arte mozárabe
El término mozárabe designa al arte cristiano español del siglo X. Se caracteriza el arte mozárabe por la introducción de formas constructivas y decorativas musulmanas en el arte cristiano; su vehículo de transmisión serían los, monjes evadidos de Córdoba por la represión califal, cuya intervención fue decisiva en la repoblación del valle del Duero.
Más información Andalucía
Hay en toda la región andaluza abundantes huellas de comunidades monásticas retiradas a zonas montañosas. Siempre que el terreno fuera el adecuado, los ermitaños asumían entre sus penitencias la de labrarse sus propias celdas en lugares retirados, y entre todos, construían la iglesia; la abundancia de arquitectura rupestre popular y la continuidad en el uso de estas edificaciones, hace que sean mal conocidas. La más importante es la de Bobastro.
Más información Santa María de Melque
El excelente estado de conservación de la iglesia de Santa María de Melque en Toledo la convierte en una de las obras más importantes del arte mozárabe. El tipo de iglesia de planta central con cimborrio, cuatro brazos de naves, pórtico, capilla mayor y cámaras laterales para monjes, es el de los edificios monásticos visigodos.
Más información San Pedro de Lourosa
En la construcción de la iglesia de San Pedro de Lourosa se aprecian recuerdos del arte romano y del visigodo. La planta es de tres naves, separadas por arquerías también triples, de más del doble de anchura la central que las laterales. Parece que el crucero ocupaba sólo la anchura de la nave central, mientras que a los lados hay dos salas rectangulares, que sobresalen de las naves laterales, con puertas hacia el exterior.
Más información El arte mozárabe de repoblación
El paso de la construcción visigoda a la mozárabe, tras casi doscientos años de abandono de los oficios tradicionales, es un cambio de la cantería por la albañilería y de la carpintería de armar por la carpintería de lo blanco. Gracias a la manipulación de materiales más ligeros, las iglesias de los monjes mozárabes pueden desarrollar alturas considerables y dar mayor vuelo a los tejados gracias a las armaduras menos pesadas de teja curva. El modillón de lóbulos es el elemento más constante en todo este ciclo del arte mozárabe.
Más información El mozarabismo en Aragón y Cataluña
En los reinos orientales de la España cristiana no hay una gran arquitectura anterior a la románica; el siglo X fue pobre y las malas relaciones políticas con Castilla y con Francia pesaban a veces en un acercamiento al califato cordobés. Dentro de la pobreza de restos que corresponden a este período se han encontrado algunos rasgos de islamismo. El modelo de los edificios más frecuentes, siempre con originalidades que no crean norma, es una nave amplia con capilla, comunicadas por arco de herradura; se dan también iglesias de dos naves y las capillas pueden ser redondeadas o trapezoidales.
Más información La miniatura mozárabe
Parece que la pintura mural fue frecuente en las iglesias del ciclo mozárabe, aunque todavía sea mal conocida. Esta pintura puede tener en sus pocos restos un recuerdo de islamismo. Sin embargo, el elemento islámico en la miniatura mozárabe es relativamente poco notorio, y desde luego, no el más importante; se observan imitaciones de motivos de miniaturas británicas, irlandesas o francesas, o hay recuerdos del arte carolingio. Mucho más importante que los contactos europeos o los influjos musulmanes, son, en cualquier caso, los rasgos de originalidad, que caracterizan a la escuela de miniaturistas hispanos prerrománicos, como los de mayor libertad expresiva y mejor capacidad para el manejo del color.
Más información Las iglesias del valle del Duero
En torno al año 900 la frontera del reino leonés alcanza el Duero, lo que supone la incorporación, en medio siglo, de los espacios comprendidos entre la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica y el río meseteño. Este avance conlleva un gran proceso de importancia no sólo histórica, sino también artística: la repoblación.
Más información Norteños y mozárabes al servicio de la restauración
La documentación de la época, pese a la diversidad y, a veces, dispersión de los datos que ofrece, insiste en el constante deseo de la monarquía -deseo canalizado a menudo a través de los monasterios- de restaurar las ciudades y devolverles un cierto tono vital, al tiempo que se reorganiza administrativamente el territorio.
Más información Recintos defensivos
El primer foco de atención de las restauraciones habría de ser los recintos defensivos. En este sentido, Ordoño I circundó con muros y levantó puertas en ciudades abandonadas de antiguo como León, Astorga, Tuy y Amaya.
Más información El papel del monasterio
La repoblación del valle del Duero se llevó a cabo, en gran medida, por monjes y hombres libres venidos del norte, a los que se unieron los religiosos inmigrados desde al-Andalus. Pero el papel del monacato fue aún más allá; constituyó uno de los principales creadores de nuevas fuentes de riqueza y, sobre todo, su contribución fue decisiva en la formación de la rudimentaria articulación social que resultaba indispensable a la monarquía astur-leonesa, para la consolidación del territorio.
Más información Los edificios de repoblación: formas y finalidad
La primera característica de los templos de repoblación es la diversidad de sus estructuras planimétricas. Veremos edificios basilicales, resultado de la tradición paleocristiana, con naves separadas por columnas; iglesias de dos naves; otras dotadas de una complejidad estructural mayor, en cuanto a la articulación de espacios interiores y volúmenes exteriores; o los llamados edificios contraabsidados. Por último, junto a estas construcciones de plantas más elaboradas, aparecerán otras dotadas de una gran sencillez estructural.
Más información San Román de Hornija
La disposición de la iglesia de San Román de Hornija es realmente singular, con torre sobre la puerta occidental, dos capillas laterales en el primer tramo y una nave muy larga sin más dependencias; el ancho de la fachada es de 24 metros y el de la nave 12, por lo que puede suponerse que la zona de los pies de la iglesia está trazada aún sobre un edificio de metrología visigoda. Los capiteles son uniformes en material, técnica de labra y recursos de taller; puede pensarse que se fabricaron para un mismo edificio, por un solo taller y en poco tiempo.
Más información San Cebrián de Mazote
La iglesia de Mazote es una singularidad de trazado en todo el arte cristiano español, puesto que posee dos naves cruzadas con ábsides en los cuatro extremos, a la manera de algunos monasterios orientales. Los fustes son de mármoles, diámetros y alturas muy diversos, por el acarreo desde otras construcciones.
Más información Santa María de Bamba
Casi todo lo que hoy se ve de la iglesia de Santa María de Bamba es obra avanzada de la Edad Media, pero los arcos de herradura y las bóvedas de la cabecera triple, se atribuyen al siglo X. Los cimacios de estos arcos son de triples baquetones cordados entre altas nacelas, como los que acompañan a muchos capiteles bizantinos leoneses.
Más información Santa María de Lebeña
La organización de la iglesia de Santa María de Lebaña es de planta central, de cruz con brazos iguales dentro de un cuadrado, y sobre su lado oriental tres capillas, más estrechas y cortas las laterales. Los arcos son de herradura, labrados en sillería de buena calidad y con el despiezo excéntrico del trasdós típico de los arcos visigodos. Las bóvedas son de cañón, todas en la misma dirección este-oeste, salvo las de los brazos laterales del crucero y las dos inmediatas por el este, que son perpendiculares al eje.
Más información La capilla de San Mancio en el monasterio de Sahagún
Esta capilla desapareció como todo el famoso monasterio, tras la desamortización eclesiástica, pero es lógico atribuirle un conjunto de capiteles dispersos por Santiago y Santa Cruz de Sahagún, San Pedro de Dueñas, y los Museos de Palencia y León.
Más información San Miguel de la Escalada
La iglesia del monasterio de Escalada es una de las fundaciones mozárabes mejor documentadas. El edificio tiene bastante amplitud y originalidad, aunque de mala y torpe construcción, en palabras de Gómez Moreno, por la irregularidad del aparejo y la pobreza de los materiales, que contrasta con la calidad de las piezas decorativas. Lo más destacable es el pórtico de doce arcos que hay a lo largo del flanco meridional, también sobre fustes de altura desigual, que se regularizan por las diferencias de basas y capiteles.
Más información Santiago de Peñalba
La construcción es de una sola nave con capilla y cámaras laterales; en la parte de los pies, el lugar ocupado por la capilla funeraria de San Genadio, corresponde a un pórtico; el edificio original tenía el interior de la nave corrido, sin el arco que la divide ahora, y que corresponde a los contrafuertes exteriores, colocados por los restauradores mozárabes al reformar toda la cubierta. El grupo de columnas de la iglesia corresponde al estilo bizantino leonés y es un grupo homogéneo, similar al de San Miguel de Escalada.
Más información Otras iglesias del mismo tipo
En otras iglesias del norte del Duero se encuentran capiteles bizantinos leoneses, posiblemente como consecuencia del trabajo libre y personal de un maestro tallista formado en Constantinopla en el siglo VII. La ermita de San Román de Moroso en Bostronizo (Cantabria), la iglesia de San Millán de Suso o la Cámara Santa de Oviedo son algunos ejemplos.
Más información Decoración
Junto al reaprovechamiento de piezas anteriores, en el siglo X, se realizaron importantes tallas de relieves en capiteles, canceles, etc., bien imitando modelos antiguos o creando otros nuevos, donde está prácticamente ausente la decoración figurada o emblemática, con muy contadas excepciones.
Más información La arquitectura del primer románico catalán
A mediados del siglo X, los territorios de la Marca Hispánica carolingia comienzan un proceso de independencia respecto de los monarcas francos. Las relaciones se rompen a partir de la razzia de Almansur sobre Barcelona en 985. Los condes catalanes iniciarán una política distinta a la realizada hasta el momento, liberándose de la dependencia feudal, ya muy debilitada a partir de la subida al trono de la dinastía de los Capetos.
Más información El auge arquitectónico y sus condicionantes
Todos los historiadores coinciden en fijar la fecha del 950 como el inicio en Cataluña de una etapa de auge en todos los niveles, económico, social, cultural, religioso.
Más información La continuidad arquitectónica en el primer período románico
Sin lugar a dudas, es la iglesia del monasterio de Sant Pere de Rodes, en la comarca del Alt Empordà, el conjunto monumental que puede considerarse el paradigma de esta arquitectura que podemos considerar autóctona. Arquitectura que resume y sintetiza toda una serie de factores e influencias del mundo prerrománico europeo y que entra en el período románico con esta gran construcción, al margen de la influencia del románico lombardo.
Más información La problemática del primer románico
Las influencias lombarda, carolingia y autóctona determinarán las construcciones del primer románico en Europa.
Más información La arquitectura de influencia lombarda
La arquitectura de influencia lombarda
Sus características son las siguientes: el aparejo se hace más regular; el sistema de cubiertas se perfecciona al expandirse la bóveda de cañón y la bóveda de arista; aparece la cúpula como elemento fundamental; se generaliza el pilar como soporte; se difunde el tipo de crucero en celdas, al partir el avance del presbiterio hacia la nave central y determinar espacios rectangulares frente a los ábsides laterales; se levanta un tipo de campanario característico, etcétera.
Más información Las obras
La iglesia de Sant Juliá de Coaner, cerca de Cardona, puede considerarse el primer ejemplo documentado del románico de influencia lombarda en Cataluña (1024). Cronológicamente seguirán a esta obra la reforma de Ripoll (1032), la consagración de la catedral de Vic (1038), la construcción de Sant Vicenç de Cardona (1040), Sant Pere de Casserres (1050), Sant Jaume de Frontanyà (1066).
Más información La riqueza arquitectónica del siglo XI
La mayoría de estas construcciones posee cronologías que abarcan el siglo X, pero sus fábricas se renuevan en el siglo XI, en su mayor parte bajo los parámetros estilísticos de la influencia lombarda. En otros casos, obras iniciadas en el siglo XI continuarán en el siglo siguiente, e incluso algunos edificios serán reformados posteriormente.
Más información Del Románico Pleno al Tardorrománico
Desde el tercio final del XI hasta mediados del XII, toda la Europa cristiana del momento adopta un lenguaje plástico común, de Lisboa a Tierra Santa, de Escandinavia a la España cristiana. Se puede decir que, tras una serie de experiencias, ha cristalizado el estilo románico. Ahora sí será un estilo que se pueda generalizar a la totalidad de las artes. El nuevo lenguaje plástico acabará con los núcleos de resistencia que otras formas artísticas oponían para perpetuarse en sus propias tradiciones locales.
Más información La decoración escultórica monumental
Un edificio del románico pleno se identifica inmediatamente por el tratamiento especial que recibe en la aplicación de motivos de escultura como complemento de las líneas arquitectónicas. Desde los aleros hasta los vanos -puertas, ventanas, óculos- e incluso los propios paramentos, sirven de marco a una profusa ornamentación figurada.
Más información Bóvedas y organización muraria
Las bóvedas preferidas en época románica son los cañones sobre arcos fajones y las de arista. Los dos muros que flanquean la nave central recibieron un tratamiento muy especial por los arquitectos románicos.
Más información La iglesia paradigmática
El tipo de iglesia paradigmático del románico pleno sea el conocido como el de iglesias de peregrinación. Se trata de edificios de tres o cinco naves, con transepto de igual estructura que las naves longitudinales, rematados los brazos de la cruz en fachadas torreadas con portadas monumentalizadas. La cabecera se dispone en una girola con capillas radiales. Mientras que la nave central se cubre con una bóveda de cañón sobre fajones, en las colaterales se emplean bóvedas de arista sobre las que va una tribuna.
Más información El monasterio
La estructura de los monasterios del románico mantiene el esquema básico que aparece en el plano de Sankt Gallen en el siglo IX. Tan sólo introduce la codificación definitiva de la panda de los monjes, donde se instala ya la sala capitular bajo el dormitorio. Los cistercienses, que tuvieron su gran período de esplendor en plena época románica, realizarán alguna de las más monumentales fábricas claustrales medievales.
Más información De la arquitectura civil y militar
La arquitectura civil románica ha sobrevivido muy precariamente. La vivienda románica, salvo excepciones muy tardías, presenta una planta muy sencilla, con dos o tres habitaciones unidas directamente, sin espacios intercomunicadores. La arquitectura militar románica intentó poner fin a las torres defensivas de madera, sin embargo, éstas debieron seguir construyéndose durante mucho tiempo.
Más información La pintura románica y las influencias bizantinas
La pintura románica tendrá su origen en el último cuarto del XI. La ruptura con la tradición prerrománica se producirá por la influencia de las formas pictóricas bizantinas introducidas en Occidente a través del mundo italiano. El edificio románico no se consideraba totalmente acabado hasta que sus muros se cubrían de pintura.
Más información La imagen románica y su significado
Los programas pictóricos que cubrían en su totalidad los muros de las iglesias, o las imágenes que se disponían en las portadas monumentales, eran utilizados como un instrumento con el que se enseñaban los principios fundamentales de la religión.
Más información El arte románico en los Reinos Hispanos
La aparición de las primeras manifestaciones del románico en los Reinos Hispánicos se producirán en aquellos lugares donde las reformas -sustitución de las viejas reglas monásticas por las órdenes reformadoras europeas e implantación de la liturgia romana en detrimento del viejo ritual hispanogodo- se estaban ejecutando.
Más información Arquitectura y escultura
Las primeras manifestaciones del románico pleno en la Península se producirán en el camino que llevará los peregrinos a Compostela y donde se encuentran los centros neurálgicos del poder. Entre los centros románicos hispánicos merecen una especial atención la catedral de Santiago, San Isidoro de León, San Martín de Frómista, San Pedro de Arlanza, Santo Domingo de Silos y la catedral de Jaca.
Más información Cataluña
Cataluña conocerá muy pronto las formas renovadoras, interpretándolas con un léxico arquitectónico local. Monumentos como San Pedro de Roda, San Miguel de Cuixá y San Vicente de Cardona son paradigmas excepcionales en la historia del primer románico.
Más información Santiago de Compostela
El proyecto de catedral compostelana corresponde al mejor exponente de la tipología de iglesias de peregrinación y, con toda seguridad, del estilo mismo. Es un proyecto maduro, en el que se articulan todas sus partes -girola, tribuna, torres, etc.- de una manera armónica. Su construcción se llevó a cabo entre 1070 y 1122.
Más información Santiago y el maestro Mateo
Reconstruir la biografía de Mateo es imposible, pero sus "formas arquitectónicas y escultóricas... suponen la iniciación de la estilística gótica", según el profesor Azcárate. Su obra evidencia el conocimiento del arte de Borgoña y de Saint-Denis. Tampoco faltan recuerdos italianos, ni rasgos islámicos de Al-Andalus, ni del arte gallego del momento.
Más información La terminación de las naves de la catedral
Cuando el Maestro Mateo se hizo cargo de las obras de la catedral de Santiago las naves y el triforio estaban sin concluir, a pesar de la terminación que cita el Codex Calixtinus. Parece, pues, que Mateo la alargó y concluyó.
Más información La cripta del Pórtico de la Gloria
El declive hacia el oeste del terreno en que se levanta la catedral alcanza al final de las naves suficiente para hacer posible y necesaria una cripta. La preside y centra un pilar con ocho columnas: cuatro entregas y otras tantas acodilladas y de fustes más delgados. Son necesarias para sostener los arcos de la "especie de deambulatorio" que se desarrolla a su alrededor, y las bóvedas de crucería de la parte oeste.
Más información El Pórtico de la Gloria
El pórtico, completado con la desaparecida fachada occidental, se ciñe a la ordenación arquitectónica marcada por las naves catedralicias. De aquí sus tres arcos, de los que el central se divide en dos huecos por un parteluz, elemento desconocido hasta entonces por la arquitectura gallega, y que permite la colocación del gigantesco tímpano.
Más información La fachada exterior del Pórtico de la Gloria
Lo que hoy forma el Pórtico de la Gloria no es más que una parte de lo que construyó Mateo, ya que lo cerraba una fachada que nada tenía que ver con la descrita en el Calixtino, y que llegó hasta los primeros años del siglo XVI, momento en el que el cabildo acordó colocar puertas de madera que permitieran cerrar la iglesia. Como el arco central era tan amplio resultaba imposible cumplir el acuerdo por lo que, en 1519, se mandó convertirlo en dos más pequeños y que así se colocasen las hojas de madera. El gran arco medieval, que permitía la visión del pórtico desde el exterior, fue destruido; sólo se respetó el que, por dentro, sostenía las bóvedas.
Más información El coro pétreo de la catedral
El coro, tallado en granito, estuvo instalado en la basílica hasta 1604, fecha en la que el cabildo autorizó al arzobispo, don Juan de Sanclemente, su derribo para colocar otro de madera en el que la silla central correspondería al prelado, razón principal para la destrucción de aquél.
Más información La difusión del estilo del Maestro Mateo
A través de sus discípulos y colaboradores, el estilo del Maestro Mateo conoció una importante difusión por Galicia e incluso más allá, por ejemplo por Zamora. Esta se produjo todavía en vida del maestro y cuando su taller se encontraba en plena actividad, prolongándose hasta mediados del siglo XIII.
Más información El camino de las estrellas
Un fenómeno de masas como éste, cuyo origen se remonta a casi mil doscientos años, ha dejado su impronta en los protagonistas y en los caminos por donde ha discurrido la peregrinación jacobea. Siendo Santiago uno de los apóstoles más importantes según los textos evangélicos, su fama y prestigio sufrirá una transformación radical a partir de su supuesta evangelización de España y su entierro en Galicia.
Más información El Apóstol
Informado el obispo de Iria, Teodomiro, de que se producían unos fenómenos extraños en un lugar de su diócesis, acudió allí y fue entonces cuando acaeció el hallazgo de la tumba apostólica. Alfonso II tuvo conocimiento del suceso en el año 834, disponiendo el monarca que se erigiese una basílica sobre el sepulcro. Se había creado así el santuario compostelano.
Más información Los peregrinos
La caracterización más tópica de un peregrino viene dada por dos elementos de su indumentaria: el bastón-bordón y la esportilla o morral. Desde muy antiguo la Iglesia dispuso de un ceremonial de bendición especial para los caminantes.
Más información Los caminos
Los caminos
Cuando se habla del Camino de Santiago tradicionalmente se refiere a la ruta que los europeos seguían una vez que traspasaban los puertos pirenaicos, aunque de manera estricta debemos entender que todo camino que condujese a Compostela desde cualquier parte debe ser considerado como tal.
Más información La ciudad de los peregrinos
La ciudad de Santiago de Compostela constituye un conjunto surgido a la sombra del templo apostólico, sin que los cambios de la época moderna desplazaran su dominio sobre el medio.
Más información Arte y peregrinación
Cuando hablamos de la importancia de Santiago y del Camino es necesario referirnos a lugares surgidos sólo porque esta ruta había adquirido notable relevancia. Pero algunos, llegan con el paso del tiempo a adquirir vida propia y a poseer su propia dinámica de funcionamiento, con independencia de sus orígenes.
Más información Iglesias de peregrinación
Entendiendo la peregrinación como un camino físico que a su vez también era una vía mística, los santuarios que se encontraban a lo largo del itinerario constituían etapas que preparaban a los romeros para, al llegar a la meta de su viaje, ante la tumba de Santiago, encontrarse en la mejor disposición espiritual de recibir los favores que esperaban.
Más información Los puentes en el Camino
A fines del siglo XI el Camino de Santiago era una gran arteria por la que circulaba multitud de peregrinos de todas las partes del mundo de la época. Su importancia impulsó numerosas iniciativas para su equipamiento, como la construcción de puentes de nueva planta o bien reconstruidos sobre antiguas fábricas de piedra romanas.
Más información Hospitales de la ruta jacobea
Numerosos hospitales se crearon a lo largo de todo el Camino. Los había pequeños o grandes, pero en todos ellos hallaban acogida los peregrinos que llegaban con hambre o sueño.
Más información El tesoro de los peregrinos
Deseosos de obtener el favor celestial, los fieles peregrinos engrosaron con sus ofrendas y donaciones los tesoros de los templos del Camino, especialmente el de la catedral de Santiago de Compostela.
Más información Imágenes y leyendas
La figura del apóstol Santiago ha sido objeto de múltiples representaciones, donde se entremezclan siempre historia y leyenda.
Más información San Isidoro de León y su ámbito de influencia
La iglesia de San Isidoro de León adopta la forma de tres naves, con intercolumnios de pilares cruciformes, y un acusado transepto de una nave, al que se abren tres ábsides semicirculares. Es una tipología antigua, más conforme con la herencia del primer románico que con planteamientos modernos del XII. Mención especial merecen las dos puertas monumentales, la del Cordero y la del Perdón.
Más información Un prólogo oscuro
Las noticias más antiguas que hacen referencia al solar y al entorno que hoy ocupan el Panteón Real y la iglesia isidoriana, al norte de la ciudad y dentro del recinto murado, son escasas y muy confusas. La ausencia por otro lado, de vestigios materiales de aquel momento, tampoco contribuye a esclarecer el problema.
Más información La época de Fernando I y doña Sancha
Es posible que, tras su victoria en Atapuerca (1054), pacificado el territorio y saneadas las arcas, Fernando I y doña Sancha construyen en piedra un nuevo templo de San Juan Bautista. Además, deciden disponer en León su Panteón Real y traen desde Sevilla las reliquias de san Isidoro, para reemplazar las perdidas de san Pelayo. Desde entonces, el santo visigodo se convertirá en protector de la casa real y defensor del Reino.
Más información El Panteón Real
A los pies de la iglesia se construyó un recinto destinado a Panteón Real. En él se recogió la función del viejo enterramiento regio y la tradición que desde antaño habían puesto en uso los reyes ovetenses. Se trata de un espacio cuadrangular, dividido en seis tramos por dos gruesas columnas centrales. Un segundo cuerpo, conocido como Panteón de Infantes y también tripartito, enlaza con la muralla.
Más información El Pórtico Norte
Cuando en 1960 se llevó a cabo una serie de reformas en el claustro de San Isidoro, salieron a la luz varios arcos empotrados en las construcciones que se efectuaron, en esta zona, durante el siglo XVI. La limpieza de los mismos dejó a la vista un pórtico románico que discurre a lo largo del costado norte de la iglesia, del espacio abierto del Panteón y se prolongaba hasta el lienzo de la muralla.
Más información La tribuna regia
Sobre el Panteón Real se levantó una tribuna o palco regio que bien pudo ser contemporáneo del Pórtico Norte. Mediante un gran arco, hoy cegado, se abría a la nave central de la iglesia. Este espacio en alto, sobre el Pórtico y a los pies del edificio, emulaba la tradicional capilla palatina de la monarquía asturiana.
Más información La nueva iglesia isidoriana
Quienes admiten que las obras fueron iniciadas por doña Urraca consideran que a ese momento pertenecían la cabecera, con sus tres ábsides semicirculares y escalonados, el transepto y hasta cierta altura los dos tramos contiguos de las naves. De una segunda campaña constructiva sería el resto; es decir, parte de los muros del sur y de poniente, la zona alta de los paramentos y la cubierta.
Más información Significado y valoración globales del espacio isidoriano
Desde el punto de vista artístico, la Real Colegiata de San Isidoro es un ejemplo de distintos momentos de apogeo del Románico y la expresión perfecta de la integración de la arquitectura y escultura a la que se aúna, en el recinto del Panteón, la pintura mural.
Más información San Martín de Fromista
La iglesia de San Martín de Fromista (Palencia) es un pequeño edificio basilical de tres naves, con otros tantos ábsides de planta semicircular. Para separar las naves se emplean pilares cruciformes. La importancia del espacio central del crucero se enfatiza con la disposición de un cimborrio octogonal apoyado en trompas, cubriéndose con una cúpula.
Más información El neorrómanico de Frómista
San Martín de Frómista, una de las joyas románicas del Camino de Santiago, fue tan restaurada a finales del siglo pasado que parece un edificio de cartón-piedra.
Más información Monasterios burgaleses
En el área burgalesa, un grupo de monasterios desempeñaría un importante papel en la difusión del románico pleno por tierras castellanas. Entre éstos, destacan San Pedro de Arlanza y Santo Domingo de Silos.
Más información Jaca y su entorno
La catedral de Jaca corresponde a una estructura basilical, con tres ábsides semicirculares. El crucero no se marcaba sobre las colaterales y tiene, en su centro, un cimborrio octogonal con cúpula de nervios que arrancan en modillones, sin tener un tambor intermedio, y descansa sobre trompas. Los intercolumnios se componen de pilares cruciformes y columnas alternadamente.
Más información La escultura románica en Navarra
El antiguo reino de Navarra, a través de algunos de sus monarcas como Sancho el Mayor y sus sucesores, contribuyó de forma decisiva a la creación de la Ruta de Peregrinación a Compostela. En función de ella se crearon o revitalizaron ciudades (como Estella y Pamplona) y se construyeron o rehabilitaron calzadas, puentes, hospitales, iglesias, etc.
Más información Primeros momentos
Los textos publicados sobre el arte románico en Navarra nos presentan como la primera obra románica de entidad el edificio del monasterio de Leyre. Se trata de la abadía con más solera del reino y que para algunos autores fue la más importante, tanto en cuanto a aspectos políticos como religiosos.
Más información La catedral de Pamplona
Aunque la actual catedral de Pamplona es de época gótica (con remodelaciones parciales realizadas en momentos posteriores, como es el caso de su fachada), existió antes de ella y en el mismo lugar un edificio románico del cual tan sólo nos quedan escasos restos escultóricos. Estos, conservados en el Museo de Navarra, proceden de la iglesia catedral y del claustro anejo a ésta, construido también en época románica.
Más información Derivaciones del claustro de Pamplona
El taller del claustro de Pamplona debió ser un foco importante que irradió su influencia por todo el reino de Navarra, más concretamente por los centros en los que por las mismas fechas o algo después se estaban realizando obras con componente escultórico, siendo sustituido el modelo proporcionado por dicho taller sólo cuando en épocas posteriores se dispuso de modelos más nuevos y llamativos.
Más información Santa María de Sangüesa
El núcleo principal de este nuevo centro urbano fue el Palacio Real, que se abría a la Rúa de los Peregrinos y dentro de cuyo recinto se construyó la iglesia de Santa María. Esta coexistió al menos con otras cinco iglesias cristianas.
Más información Las iglesias de Tudela
La iglesia de transición que hemos conservado en Tudela no se inició hasta la segunda mitad del siglo XII y en ella se ha preservado una gran cantidad de escultura, tanto románica tardía como gótica. En el primer caso podemos incluir la escultura de la cabecera de la iglesia, del claustro, de las dos puertas del transepto y parte de la ubicada en los capiteles interiores de las naves laterales.
Más información San Miguel de Estella
San Miguel de Estella
El edificio posee una cabecera triconque románica y tres naves más avanzadas, localizándose la escultura en las ventanas de los ábsides, en la puerta sur y en la puerta norte, aunque aquí nos interesa esencialmente la correspondiente a los ábsides y puerta norte, ya que la de la puerta sur está integrada por capiteles vegetales sin demasiado interés.
Más información Los edificios del tardorrománico
Las catedrales de Lérida, Tarragona, Orense y Sigüenza se empezarán a construir en esta época, al igual que buena parte de los grandes monasterios cistercienses.
Más información El final del Románico en Cataluña
Será a partir del último tercio del siglo XII y buena parte del siguiente cuando en la Europa occidental, o más concretamente en los territorios cristianos de la Península Ibérica, una serie de monumentos refleje cambios de distinto alcance, alejándose del llamado románico pleno y acercándose, en algunos casos, al gótico. En Cataluña, las catedrales de Tarragona y Lleida constituyen dos de los ejemplos más representativos de esta fase.
Más información Contexto histórico y artístico
Esta variada y ambiciosa actividad constructiva y artística se corresponde con una etapa de expansión territorial catalana en dirección meridional y occidental, tras consolidarse la organización condal y monárquica con las conquistas cristianas de Lleida y Tortosa a mediados del siglo XII.
Más información La construcción de la Seu Vella de Lleida
El conjunto catedralicio, en su resultado global exceptuando cambios posteriores al siglo XIII, es el de una iglesia de dimensiones considerables, de planta de cruz con cabecera escalonada, provista de cinco ábsides, amplio transepto y tres naves. En el crucero se levanta el cimborrio, de sección octogonal y sostenido sobre trompas, constituyéndose en una de las principales entradas de luz. El claustro se encuentra a los pies, comunicándose con las naves a través de tres puertas.
Más información La escultura de la Seu Vella
La decoración escultórica de la Seu Vella se desarrolla fundamentalmente en el marco de los capiteles de las columnas del interior de la iglesia y en las portadas, sin olvidar, por lo que respecta a la época que nos interesa, una parte del claustro.
Más información Talleres y soluciones decorativas
A partir de las puertas de la seo de Lleida se define la llamada Escola de Lleida que será el punto de referencia para una importante serie de conjuntos entre los que sobresale Agramunt.
Más información La catedral de Tarragona
La catedral de Tarragona es una iglesia de planta de cruz, con cabecera escalonada y amplio transepto, seguido de tres naves de cinco tramos. Rasgo excepcional, las dependencias canonicales y el claustro se encuentran en el ángulo marcado por la cabecera y el brazo del transepto del lado del Evangelio, a causa del aprovechamiento de restos de época romana, algunos aún visibles.
Más información El claustro de la catedral de Tarragona
De excepcional localización, el claustro es la otra gran pieza de la seo tarraconense, tanto arquitectónica como escultóricamente. Debió iniciarse poco más tarde que ésta, y por su configuración homogénea debe responder a un proyecto uniforme. Se ha supuesto que se iniciaría a finales del siglo XII, pero los indicios claros de actividad se fechan en la segunda década del XIII.
Más información Difusión de los talleres de escultura tarraconenses
La difusión de las fórmulas arquitectónicas y escultóricas presentes en la seo tarraconense es perceptible en una serie de conjuntos relativamente próximos, aunque los resultados no fueron tan amplios y llamativos como los del caso de Lleida. Sin embargo, lo más notable resulta del desarrollo de algún taller de escultura, especialmente del claustro.
Más información Frescos y miniaturas
En la Península Ibérica se conservan un número considerable de conjuntos murales, especialmente en tierras catalanas y aragonesas. Entre ellos destacan la Maiestas de San Clemente de Tahull y las pinturas del panteón de San Isidoro de León. Los talleres de miniaturistas consiguen, a lo largo de la segunda mitad del XI, adecuarse a la pintura románica, abandonando definitivamente la tradición hispana.
Más información Los Beatos
Se designa con el nombre de Beatos los manuscritos que nos transmiten los Comentarios al Apocalipsis atribuidos a Beato de Liébana, redactados por vez primera en el año 776. Aportan frecuentemente, aunque no siempre, una copia del Comentario de San Jerónimo al Libro de Daniel y algunos otros textos íntimamente adheridos a ellos.
Más información La ilustración de los Beatos
Lo que ha dado verdadera fama a los Beatos es su rica ilustración. De los 34 códices y fragmentos que conservamos entre los siglos IX al XIII, 24 tienen miniaturas. Estas ilustran fundamentalmente el Comentario extenso y el Comentario de Daniel.
Más información El más antiguo fragmento ilustrado de Beato y los Beatos del siglo X
Los primeros ejemplares ilustrados que conservamos datan del siglo X y proceden de los escritorios monásticos del reino de León -que entonces comprendía Asturias, Galicia, León y parte de la futura Castilla- y de la monarquía de Pamplona.
Más información Tradición e innovación en los Beatos del siglo XI y principios del XII
A partir del siglo XI, el Comentario de Beato, producto específico de los reinos occidentales de la Península, inicia su expansión en otras direcciones.
Más información Los Beatos tardíos
Uno de los hechos más sorprendentes para los estudiosos de los Beatos es el rebrote y la difusión que adquiere de nuevo el Comentario entre el último tercio del siglo XII y mediados del siglo XIII. Siete u ocho manuscritos y fragmentos ilustrados conservamos de estos momentos, los Beatos de Lorvao, Navarra, León, San Pedro de Cardeña, Manchester, San Andrés de Arroyo, las Huelgas y México.
Más información Las artes suntuarias
Las artes suntuarias románicas en la Península Ibérica rompen con la anterior tradición hispánica para acercarse a los trabajos que se realizan en la Europa otoniana y románica, especialmente tras el reinado de Fernando I de Castilla.
Más información Los esmaltes románicos
Las mal denominadas Artes Menores que, de serlo serían únicamente debido a su menor tamaño, gozaron de gran estima en el mundo medieval, ocupando un lugar incluso superior, al considerar únicamente las piezas de orfebrería como verdaderas obras de arte. Formaban parte fundamental de los tesoros eclesiásticos y desempeñaban un papel insustituible en el culto a las reliquias. Dentro de este contexto, la esmaltería conoce durante el período medieval sus momentos de mayor auge, en época románica gracias al empleo del cobre y la aplicación técnica del excavado.
Más información Los primeros esmaltes
Ya en el siglo XI tenemos datos ciertos sobre la ejecución de esmaltes usando presumiblemente, en la mayoría de los casos, la técnica del alveolado sobre oro. Paulatinamente se va imponiendo el cambio de metal y el procedimiento de aplicación. Sin embargo, por desgracia, hemos de conformarnos en la mayoría de los casos, con descripciones de estas obras, pues muy escasas son las que se conservan.
Más información El siglo XII
Es a partir de la mitad del siglo XII cuando, según los datos que poseemos, podemos situar el comienzo de la fase de esplendor del esmalte español. Sin embargo, el desconocimiento del período anterior es casi absoluto. Prácticamente la totalidad de las obras referenciadas ha desaparecido.
Más información Taller de Silos
La poderosa abadía de Silos, uno de los centros comerciales más importantes del norte de España, extendía sus dominios mucho más allá de los límites de la diócesis. En este ambiente se desarrolla en el monasterio un importante taller de orfebrería del que, a lo largo de los siglos XI y XII, saldrán piezas de inestimable valor. Probablemente corresponde a la iniciativa del propio Santo Domingo la restitución del mismo.
Más información Orfebres y esmaltadores
A lo largo del siglo XII, especialmente en su segunda mitad, junto al trabajo de orfebrería se va a desarrollar el de esmaltería, con una calidad y belleza difícilmente superable.
Más información La Urna de Santo Domingo
La obra maestra del taller de Silos es, sin duda, la Urna que revistió el sepulcro de Santo Domingo. Está formado por dos piezas, la superior que se conserva en el Museo del Monasterio y la inferior, en el Museo Provincial de Burgos.
Más información Otras muestras de la producción silense
Estrechamente relacionado con el Taller de Silos se conserva en el monasterio un báculo abacial; en la misma órbita de Silos aunque su identidad no sea absoluta, hay que situar una magnífica cruz conservada en el Museo Diocesano de Seo de Urgel.
Más información Taller de Pamplona
Taller de Pamplona
A fines del siglo XII, seguramente debido a la iniciativa del obispo Pedro El Parisino, nacido en Olite, se produce la apertura del Taller de Pamplona. Coincide con un momento de gran esplendor, subrayado por la construcción de la catedral y el claustro románicos. Aquí trabajan grabadores, esmaltadores, fundidores, carpinteros, metalúrgicos, etc., que utilizan cobre, oro, cristal de roca, esmaltes, etc. Esto implica la importación de productos de diversas procedencias, así como la confluencia de corrientes artísticas, básicamente la hispana y la lemosina.
Más información Intercambios artísticos
En la perspectiva de intercambios artísticos e influencias mutuas que se producen en el esmalte románico en España, hay que situar dos magníficas Tapas de EvangeLario. Tradicionalmente se supone que formaron pareja, aunque hoy se encuentren en distintos museos.
Más información Temas y conceptos
El Islam se ha decantado por el culto abstracto, sin imágenes. La iconofobia se fraguó en época abbasí, cuando se formó una escuela teológica denominada Mutazila. La tendencia anicónica del arte musulmán, con todos sus matices, forzó al artista en particular y al artesano en general, a volcar su creatividad en otro de los atributos visuales, el color, pero incluso en el campo cromático hubo una importante limitación.
Más información El amor por la geometría
El campo en el que el artista musulmán más a gusto pareció encontrarse fue en el de la geometría. En su versión más pura y simple los lados de tales polígonos serán lazos. El artista se permitió, partiendo de uno o varios polígonos básicos, alcanzar composiciones hipercomplejas mediante operaciones de inclusión, ruptura o supresión, siempre recurrentes y simétricas.
Más información La arquitectura, el arte por excelencia
El Islam heredó del Mundo Antiguo órdenes formalmente vivos, y bastante más variados que lo que la tradición humanista nos ha hecho creer; de acuerdo con su falta de escrúpulos estilísticos, los tomaron y repitieron pero ni los empeoraron ni los dispersaron más de lo que estaban.
Más información Decoración de los edificios
Los edificios musulmanes, salvo excepciones justificadas por su pobreza, funcionalidad o el eventual rigor religioso de sus promotores, estuvieron siempre profusamente decorados y con bastante color por cierto, siendo la decoración exuberante su principal aportación.
Más información Cuestión de injertos
Para definir el arte islámico Oleg Grabar ha expuesto una metáfora que resulta inquietante; para este investigador, el Arte islámico se desarrolló como los injertos en las plantas que los admiten, de tal manera que el resultado dependió mucho de la existencia y vitalidad de la base que se vio obligada a recibir en su tronco el esqueje musulmán, carente hasta entonces de frutos artísticos.
Más información El entorno construido
Caminos, obras auxiliares, palacios, acueductos, albergues para peregrinos, fortalezas, mausoleos, mezquitas, cisternas... los musulmanes realizaron un amplio número de construcciones que rompe con la idea de su entorno como un páramo sin construir, elaborando un entorno totalmente construido.
Más información La ciudad: el laberinto orgánico
Las ciudades islámicas toman como base antiguas edificaciones de épocas anteriores pero también se realizarán nuevas urbes, caracterizándose por cierta anarquía constructiva.
Más información Arquitectura militar
Los rasgos diferenciales de la arquitectura militar islámica, son, en primer lugar, su carácter omnipresente; en segundo lugar, su decoración; en último lugar, debemos resaltar su falta de modernización.
Más información La casa musulmana
El núcleo de la casa musulmana era el patio, cuadrado o rectangular, pero siempre pequeño, en el que solía existir un pozo y tal vez un emparrado; sus galerías, que rara vez pasaban de dos, daban entrada a otras tantas salas y a la cocina, despensa y letrina, y tal vez, a una escalerilla, siempre muy pina y estrecha.
Más información El mercado
En las ciudades anteriores a la expansión otomana los comercios estaban organizados en zocos, es decir, conjuntos de calles en cuyos edificios los artesanos vivían, producían y vendían, de la misma manera que había ocurrido en las ciudades romanas, se agrupaban según los productos y se localizaron a partir de la aljama, de tal manera que un síntoma de la proximidad de ésta es el incremento de la densidad de los comercios, y que sus calles fuesen por lo general cubiertas.
Más información La mezquita: oración y teología
En esencia una mezquita es sólo un recinto aislado, con una parte cubierta, uno de cuyos muros (la qibla) mira a La Meca; aunque el edificio no se presta a confusión, la qibla, a la que se mira al orar, está asignada por un nicho vacío (mihrab) y que suele estar en el centro. La oración que se celebra el viernes al mediodía, requiere que los asistentes estén en estado de pureza legal, que se adquiere mediante la ablución en una fuente o receptáculo situada a la entrada de la sala.
Más información La sanidad y las estrellas
Además de casas, zocos y mezquitas, las ciudades musulmanas también contaban con alhóndigas, hospitales, baños públicos y manicomios.
Más información Los alcázares
En la ciudad islámica el poder estuvo concentrado en un solo lugar amurallado, ubicado en un punto periférico de la cerca urbana y privilegiado por la topografía: la alcazaba. Con sus murallas autónomas, accesos independientes, espacio para tropas y caballerías, palacios, huertos, aljibes, cementerio y, cómo no, mezquita, era la ciudad del poder dentro de la ciudad.
Más información Los jardines
Complemento de todo palacio fue la jardinería, siempre inspirada en la literatura; una de estas fuentes fue el Paraíso prometido a los creyentes nacidos en la seca Arabia, y que el Corán describe como un parque, situado en las alturas, en el que los bienaventurados disfrutarán de múltiples comodidades. Los primeros jardines se dieron en los palacios del desierto.
Más información Artes decorativas
En la decoración islámica se empleó tanto mosaico como pintura mural y vidrio. La mayor diferencia que podemos establecer entre el mosaico y la pintura mural, es que en el primero la aportación musulmana reviste carácter regresivo, tanto que al poco se abandonó esta técnica, mientras la pintura mural, por versatilidad y menor costo, se adaptó y pervivió más.
Más información La escultura: el arte maldito
Casi toda la escultura islámica conservada es omeya y de dos palacios del desierto; formaron parte de la decoración arquitectónica aunque en lugares bastante raros de bóvedas y cúpulas. El grupo parece deberse a la iniciativa del califa Hisam, en el segundo cuarto del siglo VIII.
Más información La miniatura islámica
Las miniaturas islámicas se agrupan de acuerdo con la procedencia concreta de sus autores, lo que equivale, a su vez, a un cierto orden cronológico. Los siglos XIII y XIV corresponden a los escasos ejemplos de pintores sirios e iraquíes. Los miniaturistas persas se fechan entre el mismo siglo XIII y la segunda mitad del XVII; sus obras constituyen la línea esencial de la miniatura islámica. El tercer grupo es el de los turcos cuyas obras se fechan entre el primer cuarto del siglo XV y el siglo XVIII; la escuela nacional más moderna es la hindú, derivada de Persia e iniciada bajo el Gran Mongol.
Más información Artesanía de lujo
El mundo musulmán producirá un buen número de productos de lujo como tejidos, tapices, objetos de vidrio y metal, cerámica...
Más información Cerámica y metalistería islámica
La cerámica musulmana, durante la época omeya y el primer siglo abbasí, dispuso tanto de las obras de tradición grecorromana, con decoración en relieve, o bien de origen persa. Sin embargo, muy pronto los artesanos iraquíes realizaron las primeras modificaciones técnicas intentando imitar manufacturas chinas.
Más información La Alhambra y el Generalife
Los conjuntos monumentales de la Alhambra y el Generalife constituyen la fase final del arte hispanomusulmán en la que el Islam de España alcanza todo su esplendor.
Más información La magia de la Alhambra
El Romanticismo, con su literatura, sus grabados idealizados y sus restauraciones adornistas, nos legaba una visión falseada de la Alhambra. A pesar de estas deformaciones indujo al público a gozar de la belleza pintoresca y exótica del monumento. Quedaba pues, por delante una ingente labor por recuperar la autenticidad de la Alhambra.
Más información La Alhambra actual y la Alhambra nazarí
El aspecto de la Alhambra, ya durante el periodo nazarí, varió considerablemente evolucionando desde la arquitectura militar a la palatina. A partir de 1492, la etapa cristiana transformará profundamente el conjunto.
Más información Focos de luz sobre la Alhambra
La Alhambra "habla" al visitante en primera persona a través de las inscripciones árabes que lo ornamentan. En ocasiones éstas son de carácter puramente informativo, otras son expresiones piadosas, sin embargo las inscripciones más destacadas son textos poéticos.
Más información La Alhambra antes de los nazaríes
De la Alhambra del sigo XI han llegado hasta nuestros días algunos cimientos y lienzos inferiores de muros y torres en la zona de la alcazaba, sobre los que se eleva la obra nazarí del siglo XIII. En el siglo XII se convirtió en refugio y baluarte del partido andalusí en las numerosas luchas y revueltas contra las ocupaciones almorávide y almohade.
Más información La Alhambra militar del sultán Muhammad I
La Alhambra del sultán fundador de la dinastía nazarí se reduce a una arquitectura sobria y desornamentada, propia de la función defensiva y militar que tiene en este momento la ciudad.
Más información El Generalife, jardín del Paraíso
Obra del segundo sultán de la dinastía nazarí y reformado por Ismail I, el Generalife, situado al pie de una colina, constituye un conjunto totalmente independiente de la Alhambra donde se descansaba de las tareas de gobierno y estado.
Más información La Alhambra del sultán Yusuf I
La Alhambra del sultán Yusuf I
En la Alhambra de Yusuf I se contraponen, ya plenamente definidos, los dos conceptos arquitectónicos que conviven en este conjunto: de un lado la sólida Alhambra funcional y de otro la ornamental. Esta ambivalencia arquitectónica adquiere su máxima expresión en el torreón de Comares.
Más información La Alhambra del sultán Muhammad V
Las construcciones de Muhammad V en la Alhambra alcanzan el máximo esplendor del arte nazarí en su versión ornamental y a la vez constituyen el canto del cisne de la ciudad palatina.
Más información La Mezquita de Córdoba
Nos disponemos a efectuar un recorrido veteado de observaciones, que trataré de amenizar y personalizar como el relato de un guía que acompaña, en una visita de lluviosa primavera, de las que casi no quedan, a otra dama que, por vez primera, entra en una antigua mezquita.
Más información La sorpresa del encuentro
Una vez dentro de la Mezquita creo que el desconcierto es la sensación que domina al visitante primerizo, pues ante tus ojos aparece un desfile de columnas y arcos, perspectivas en todas las direcciones del espacio, tenues luces cenitales y ventanas altas sobre un fondo de bóvedas de yeso, en cuyas claves se alojan lámparas.
Más información El piadoso emigrado
Cuando aún no había cumplido los veintiséis años, Abd al-Rahman se apoderó de Córdoba, donde fue proclamado emir de todo Al-Andalus. Veinte años después restauró el alcázar para su propio uso y en el 785 se dedicó a la construcción de la mezquita durante bastantes años, pues el edificio, pese a ser inaugurado antes de su muerte, el 30 de septiembre del año 788, no se concluyó hasta unos años después.
Más información La teoría del acueducto
La primera edificación tenía planta casi cuadrada, con 79,2 metros de este a oeste y 78,88 de norte a sur, repartidos éstos entre el sahn y el liwan, que estaba articulado en once naves perpendiculares a la qibla, a las que se entraba por otros tantos arcos abiertos en el muro de fachada del patio, a nuestra espalda.
Más información Un genio sin nombre
La genialidad de la mezquita vino por la solución de las arquerías, sin parangón en Oriente ni en Occidente. A Abd al-Rahman no le dio tiempo de acabar la obra, por lo que su sucesor, Hisam completó el edificio con varios elementos: una galería, un sencillo alminar y un ámbito añadido a la fachada de levante.
Más información El estilo árabe-bizantino
La impresión de romanidad, los ecos bizantinos e incluso lo árabe se disipan, por simbiosis primero y fusión después, al entrar en ese pórtico que llamamos capilla de Villaviciosa. Esta ampliación es, más que una prolongación de la misma profundidad de la aljama del siglo VIII, una nueva mezquita, de las que las fases anteriores y posterior son sólo como unas extensiones simplificadas.
Más información Octógonos mágicos
Las formas octogonales de las tres cúpulas de la maqsura nos remiten al más antiguo de los edificios musulmanes conservados, la Cúpula de la Roca. Hacia 1492, el obispo Manrique de Lara fue el promotor de la construcción de la catedral, convirtiendo así el lado occidental de la Capilla de Villaviciosa en el presbiterio.
Más información La cabellera de Rainer María Rilke
En 1523 se decidió el derribo de una parte sustancial de la ampliación de Abd al-Rahman y su prolongación hacia el este, todo ello bajo el proyecto de Hernán (Rodríguez) Ruiz. Además de cinco ámbitos musulmanes claramente diferenciados, lucía numerosos añadidos y refuerzos cristianos.
Más información La obra de Almanzor
La uniformidad del edificio musulmán en el año 1000 queda un tanto maltrecha si analizamos esta última ampliación de Almanzor, cuya única novedad es que desaparecen los ladrillos de los arcos para ser sustituidos por piedras pintadas que los imitan.
Más información Puertas y postigos
El gran campanario que se nos muestra en el lado norte del patio, aunque en su aspecto exterior sea obra iniciada en 1593 por el tercero de los Hernán Ruiz que trabajaron en el edificio, es una obra musulmana y anterior a la ampliación de Almanzor. Éste oculta el alminar que se construyó en época del primer califa cordobés, Abd al-Rahman al-Nasir.
Más información Madinat al-Zahra, la ciudad de los sultanes
El esplendor político y cultural que vivió al-Andalus durante el prodigioso siglo del Califato de Córdoba tiene, sin duda, su referente más importante en la ciudad de Madinat al-Zahra, erigida como la materialización urbana del triunfo y consolidación del Estado islámico en la Península.
Más información La Aljafería de Zaragoza
Alcázar islámico del siglo XI, palacio mudéjar, residencia de los monarcas cristianos hasta los Reyes Católicos, cárcel de la Inquisición, cuartel, presidio y, finalmente, sede de las Cortes de Aragón, la Aljafería es, sin duda, una de las edificaciones islámicas más importantes de España.
Más información El arte mudéjar
Durante ocho siglos España quedó dividida entre la Cristiandad y el Islam, dos culturas enfrentadas política y religiosamente. Es la rica historia de esta civilización, cuando los musulmanes y judíos viven como súbditos de reyes castellanos y aragoneses, la que nos interesa en primer lugar.
Más información El mudéjar, entre la Cristiandad y el Islam
El mudéjar no corresponde, en sentido estricto, ni a la historia del arte musulmán ni a la del arte occidental cristiano, ya que es un eslabón de enlace entre ambas; es un fenómeno singular de la historia del arte español, no es otra cosa que la expresión artística de la sociedad medieval española, en la que conviven cristianos, moros y judíos.
Más información Problemas de terminología e interpretación
Tras un siglo de intentos terminológicos e interpretativos, el mudéjar se ha ganado merecidamente la permanencia en el controvertido vocabulario de la periodización artística, debiéndose poner el énfasis en el futuro en la precisión e interpretación de sus contenidos artísticos.
Más información Aproximación histórica al mudéjar
Varios son los factores que posibilitan el nacimiento del arte mudéjar, como la fascinación que la sociedad cristiana manifestó ante las creaciones artísticas del Islam; el ingente patrimonio monumental islámico que incorpora la paulatina reconquista del terrirotio al patrimonio cristiano o el propio proceso histórico de la reconquista.
Más información El éxito del arte mudéjar
Se han señalado numerosas causas para explicar el éxito del arte mudéjar, que alcanzó una enorme expansión durante los siglos bajomedievales, algunas de ellas poco contrastadas por la investigación actual. Hay que volver, pues, siempre a la razón histórica para la interpretación de cualquier fenómeno artístico.
Más información Síntesis artística de elementos musulmanes y cristianos
Todo análisis actual de los elementos formales del arte mudéjar debe enfatizar necesariamente dos extremos: que la ornamentación no es elemento secundario del arte mudéjar sino primordial y, que el arte islámico ha aportado elementos estructurales decisivos a la formación y desarrollo del arte mudéjar.
Más información La variedad mudéjar de los focos regionales
En el arte mudéjar existe una asombrosa unidad que se fundamenta en el sistema de trabajo. Por ello, en esta ojeada panorámica a través de los focos regionales vamos a centrarnos en aquellos aspectos que ayudan a comprender mejor la totalidad del fenómeno mudéjar, ya sean factores de unidad o de diversidad.
Más información Teruel mudéjar
A lo largo de un siglo, entre 1250 y 1350 aproximadamente, la ciudad de Teruel vivió al compás de su desarrollo urbano un extraordinario periodo de esplendor del arte mudéjar, de valor tan excepcional que la Unesco le ha otorgado, en 1986, el título de Patrimonio de la Humanidad.
Más información La arquitectura gótica en la península Ibérica
El gótico propiamente dicho tardará aún unos años en hacer su aparición en la Península Ibérica y no surge como resultado de los ensayos realizados en nuestra geografía. Se trata de un fenómeno de colonialismo artístico que va a afectar a Castilla desde mediados del siglo XIII, y a la Corona de Aragón y Navarra unos años más tarde.
Más información Arquitectura cisterciense en León
La Orden del Císter, por el número y envergadura de los monasterios que a ella pertenecieron, ocupa un lugar de excepción en el panorama histórico del Reino de León. Sobre todo en la etapa central de la Edad Media, esto es, en el siglo que transcurre entre los años nucleares de la duodécima centuria y el mismo momento de la siguiente.
Más información Las primeras construcciones
Las primeras edificaciones levantadas por el Císter en el Reino de León se van a caracterizar por la novedad de sus criterios decorativos y de sus planteamientos -en planta y alzado- respecto de las empresas erigidas en sus proximidades.
Más información La expansión de la arquitectura cisterciense
Las dos últimas décadas del siglo XII, con la Orden plenamente asentada, son de una gran actividad edificatoria. Prácticamente todos los monasterios o, cuando menos, los más significativos empiezan a levantar sus fábricas definitivas.
Más información Las dependencias monásticas
Las dependencias monásticas
No conservamos, completo, ningún complejo monástico de tiempos medievales en las abadías cistercienses existentes en el Reino de León. Las dependencias llegadas hasta hoy o los indicios que de otras persisten permiten afirmar con rotundidad, en cualquier caso, que en su organización y distribución general los monasterios leoneses se adecuaron a las normas imperantes en el conjunto de la Orden.
Más información Valoración final
Como valoración final debe destacarse la extraordinaria variedad de plantas y alzados que usaron en sus iglesias, detectándose una significativa complejidad de fórmulas.
Más información Monasterios de monjas cistercienses
Es en España donde las cistercienses van a tener un éxito considerable, ya que su primera andadura en Francia había sido problemática por las objeciones que el Capítulo General y San Bernardo ponían para su desarrollo.
Más información Características del monasterio cisterciense femenino
Todos los esquemas monásticos cistercienses se han hecho en función de los monasterios masculinos. Aunque, a la vista de los edificios de monjas conservados, éstos se inspiran prácticamente en aquellos, sin embargo, se observan ligeras variantes en los femeninos.
Más información La iglesia
Lo habitual era una iglesia de una nave, como la de Tulebras. La excepción son las ingentes fundaciones castellanas que, bajo la protección de poderosos señores, se pudieron permitir proyectar, al menos en principio, magníficos templos como Las Huelgas o Gradefes.
Más información El claustro
En la distribución de los claustros femeninos no se aprecian grandes diferencias con los de los monjes, a excepción de la panda del capítulo.
Más información Panda Este
Incluye la Sacristía que suele ser una habitación alargada, no muy grande; la Sala Capitular, lugar de reunión de la comunidad; el Locutorio, donde la priora reunía a cada monja para encargarle el trabajo del día; la Sala de Monjas, de las que no conservamos ninguna en los monasterios españoles y el Dormitorio.
Más información La panda del refectorio
La panda del refectorio es la que ha sufrido las mayores transformaciones en las abadías femeninas, para lograr una mayor funcionalidad en cada época. Incluye el refectorio y la cocina.
Más información La panda de conversas
Resulta este espacio uno de los lugares más perturbadores del claustro medieval, generalmente un largo pasillo sin vanos, por el que circulaban las conversas en silencio para no molestar a las hermanas en el recogimiento de su clausura.
Más información Una excepción monumental: Las Huelgas
El monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas se funda hacia 1180 por Alfonso VIII y su mujer Leonor Plantagenet, aunque hasta 1187 no se hace carta de dotación, en la que se menciona la observancia cisterciense.
Más información La iglesia
La iglesia de Las Huelgas presenta una planta cruciforme, transepto acusado en planta y alzado; tres naves de ocho tramos separadas por soportes octogonales, con capiteles sin tallar y embutidos en los muros que separan las naves; la norte, dedicada a Santa Catalina y la sur a San Juan. La cabecera se compone de una capilla central con ábside poligonal precedido por un tramo recto.
Más información El claustro y la sala capitular
La Sala Capitular, una de las mejores construcciones del monasterio. No sólo se recogen tradiciones francesas, sino que también se pueden establecer semejanzas con otros edificios españoles coetáneos, como las catedrales de Sigüenza y Cuenca, o monásticos como Santa María de Huerta.
Más información Consecuencias inmediatas de la excepcionalidad: Gradefes y Cañas
La iglesia de Gradefes es una excepción dentro de las tipologías planimétricas de edificios cistercienses femeninos. Su novedad radica en la presencia de una girola. La fundación del monasterio de Santa María del Salvador de Cañas, en 1169, se debe al conde don Lope Díaz de Haro y su mujer Aldonza Ruiz de Castro.
Más información Dispersión geográfica de la arquitectura cisterciense femenina
Entre los monasterios cistercienses femeninos destacan los de Santa María de Carrizo, Santa María en Sandoval, San Andrés del Arroyo o Villamayor de los Montes (Burgos).
Más información A modo de conclusión
Los edificios de monjas han sido considerados siempre como obras más apegadas a las tradiciones arquitectónicas locales que los monasterios de monjes. Esta afirmación no corresponde a la auténtica significación de estas obras, pues la realidad es que entre uno y otro tipo de monumentos suele existir una clara diferenciación de medios.
Más información Catedrales góticas castellanas
Durante el último tercio del siglo XII y las dos primeras décadas del XIII (coincidiendo en Castilla, por tanto, con el reinado de Alfonso VIII) asistimos a la fase preparatoria, a la gestación de la arquitectura gótica que se pondrá de manifiesto, definitivamente, en las grandes catedrales castellanas a partir de la tercera década del siglo.
Más información Las primeras canterías catedralicias castellanas
Es al comenzar la tercera década del siglo XIII cuando se ponen en marcha las dos primeras canterías catedralicias ya plenamente góticas desde su planteamiento de origen: Burgos y Toledo.
Más información Los hombres y sus programas arquitectónicos
Ambos factores -sentimiento estético y responsabilidad moral- ayudan a explicar el empeño que algunos prelados pusieron en convertirse en patrocinadores de una empresa arquitectónica de envergadura, que por una parte serviría para la glorificación de Dios y de su Iglesia y por otra para su gloria y satisfacción personal.
Más información Los maestros arquitectos
El estado actual de nuestros conocimientos sobre los maestros arquitectos que durante el siglo XIII tuvieron a su cargo la dirección de las canterías castellanas se reduce a una lista escasa de nombres, acompañados del apelativo maestro de la obra, algún comentario elogioso, propio de un epígrafe funerario y muy poco más. De hecho la mayor parte de las referencias ha llegado a nosotros por pura casualidad.
Más información Los edificios y las formas
Fue en el siglo XIII cuando las fábricas catedralicias fraguaron sus núcleos originarios. En los siglos sucesivos se concluyó lo que se había comenzado, al tiempo que se introducía una serie de cambios en el proyecto inicial, en la concepción del edificio en sí y de su disposición planimétrica, en íntima relación con la evolución experimentada por la mentalidad religiosa del hombre bajomedieval.
Más información Entre el románico y las nuevas fórmulas
Entre la tradición del románico y la investigación de nuevas fórmulas se encontraban dos catedrales castellanas, cuyas canterías estaban en plena actividad en el último tercio del siglo XII (Sigüenza y Ávila).
Más información Algunas particularidades del alzado
La forma en que se organiza el muro gótico que limita lateralmente el espacio de la gran nave central, no es sino una consecuencia de las sucesivas transformaciones que en este sentido se produjeron a lo largo de los siglos del románico.
Más información El desarrollo de las cabeceras
La Alta Edad Media ofrecía a las catedrales modernas dos modelos para el desarrollo de sus cabeceras: uno comportaba deambulatorio o girola rodeando la capilla mayor, con o sin capillas absidales; el otro, simplemente, ábsides abiertos a una nave de transepto.
Más información La catedral de León
Al oeste de la ciudad de León, en el extremo de la vía decumana del viejo campamento donde se asentaban las legiones romanas encargadas de la pacificación y vigilancia de las provincias del norte de Hispania, se construyó en el siglo XIII la catedral de León.
Más información La iglesia del siglo X
La primera catedral de León respondía al modelo de cabecera tripartita, con capillas dedicadas a Santa María, El Salvador y San Juan Bautista, un pórtico en el que consta la celebración de asambleas a lo largo del siglo X, y el monasterio capitular en el que residía el obispo.
Más información La iglesia románica
La iglesia románica
La descripción del edificio realizada por el obispo don Pelayo (1065-1085), que se conserva en el Libro Tumbo de la catedral de León, es muy ilustrativa del deficiente estado en el que se encontraba la vieja sede y refiere también cómo los altares de la nueva iglesia estaban dedicados a Santa María, a El Salvador y a San Juan Bautista y San Cipriano.
Más información La catedral gótica de Santa María de Regla
La Iglesia se constituyó, junto al rey, en la institución más poderosa del León medieval al disfrutar de una doble exención económica.
Más información El obispado de Manrique de Lara
Los inicios de la construcción de la actual catedral de León, en la transición de los siglos XII al XIII están vinculados a la figura del obispo Manrique de Lara. El período comprendido entre la muerte de éste en 1205 y la elección de Martín Fernández es generoso en la descripción de un panorama desastroso en la economía de la diócesis, pero parco en noticias sobre la construcción del edificio.
Más información El obispado de Martín Fernández
En 1260, en un tiempo sorprendentemente corto para unas obras que, se supone, habían comenzado cinco años antes, en el marco del confuso panorama con que inició Martín Fernández su episcopado, en el que sobresalían problemas económicos y personales, consta que la capilla mayor ya estaba dedicada al culto.
Más información El marco arquitectónico
De menores proporciones que la Catedral de Reims, la catedral leonesa se configura espacialmente por tres naves divididas en cinco tramos (la francesa lo hace con nueve), y un gran crucero desarrollado mediante la adición de tres tramos y dos naves laterales.
Más información La escultura gótica
Leon se configura como uno de los focos fundamentales de la escultura gótica del siglo XIII hispano. Los escultores castellanos, formados en talleres de maestros franceses, crearon modelos paradigmáticos de la escultura monumental que alcanzarían durante el último tercio del siglo uno de los momentos más brillantes del arte español.
Más información La catedral gótica en el siglo XV
La actividad constructiva se reinició con la designación como obispo de León de don Pedro Cabeza de Vaca, quien encomendó los trabajos a Jusquín nombrado maestro mayor de la catedral entre los años 1445 y 1468. Quizá la obra que explique con más precisión la singularidad de la cultura artística castellano-leonesa de la segunda mitad del siglo XV sea el sepulcro de Juan Martínez de Grajal.
Más información La sillería de coro
El análisis formal del coro leonés conduce a situar los primeros trabajos hacia 1460 y su conclusión a fines de la década de los setenta. Tampoco existen datos fiables sobre sus autores. El primer taller fue el del maestro Enrique. Sin embargo, la concepción de la obra desde el punto de vista iconográfico y estilístico debió ser de Juan de Malinas, a su muerte pudo sustituirle el maestro Copin de Ver que remataría la obra.
Más información El renacimiento en la catedral de León
El signo de la nueva estética se perfila en torno al Arco de la capilla de San Andrés, obra de Juan de Badajoz el Mozo que permitiría el acceso desde el claustro a la Librería, conocida como capilla de Santiago desde 1535. Durante el último tercio del siglo XV, el taller de Juan de Malinas había tallado la sillería coral que se instaló en el presbiterio y parte del crucero.
Más información La catedral de León durante los siglos XVII y XVIII
Los siglos XVII y XVIII son tiempos de crisis para la sede leonesa. A la fatiga del terreno y de la cimentación, que venía provocando desde el siglo XV un serio deterioro en la neutralización de los empujes meridionales del edificio, deben sumarse las desafortunadas medidas constructivas que se ejecutaron durante este período.
Más información La catedral en los siglos XIX y XX
Para iniciar los trabajos de restauración se nombró arquitecto director a Matías Laviña Blasco pero la recuperación de la catedral se produjo con el nombramiento como director de las obras de restauración de Juan Madrazo y Kuntz. Cesado en 1879, se nombró director de las obras a Demetrio de los Ríos y Serrano, actividad que desarrolló hasta su muerte en 1892.
Más información Las vidrieras
El origen de las vidrieras de la catedral de León, al igual que ocurría con la arquitectura y la escultura, debe rastrearse en la vidriera francesa; un análisis minucioso de los programas y de las técnicas utilizadas durante la segunda mitad del siglo XIII en la sede legionense, remite a los modelos de las catedrales de Reims o Amiens.
Más información A modo de conclusión
Tras un periodo de inercia y experimentación, la iniciativa de personas excepcionales, conocedoras de lo europeo y sensibles a la belleza de las magníficas y modernas construcciones francesas, hará posible la llegada a nuestro país de los nuevos aires que respiraba la arquitectura más allá de los Pirineos.
Más información Arquitectura de las órdenes mendicantes
Nuestro objetivo a lo largo de estas líneas será analizar la significación religiosa en el ámbito arquitectónico y sobre todo la huella artística que durante los siglos XIII y XIV dejaron en suelo hispano las órdenes franciscana y dominica, sin duda alguna las más extendidas y de las que más numerosos testimonios han llegado hasta nosotros.
Más información La nueva religiosidad mendicante
De la mano de San Francisco y Santo Domingo nacían, en el primer tercio del siglo XIII, dos nuevas instituciones religiosas destinadas a transformar la religiosidad medieval. La rápida consolidación de ambas órdenes, su modo de actuación fundamentado en la acción directa, su novedoso sistema de organización basado en provincias y la progresiva aceptación popular, hicieron que éstas se extendieran con gran rapidez por Europa e incluso fuera de ella.
Más información De la provisionalidad a la fijación de modelos templarios
A la hora de abordar el estudio de la arquitectura mendicante, el elemento que más atrae la atención es la interesante evolución sufrida en lo que respecta a materia constructiva. Una evolución sufrida sin prisa, pero sin pausa, y marcada por tres grandes momentos caracterizados por pautas de comportamiento perfectamente diferenciadas: gestación, infancia y adolescencia.
Más información La iglesia mendicante: función y símbolo
En la arquitectura mendicante la iglesia es, sin duda alguna, la parte más importante del recinto conventual, siempre la primera en erigirse organizada en dos ámbitos perfectamente diferenciados: la cabecera y la nave, cuya funcionalidad es necesario conocer.
Más información La iglesia mendicante en España
Las iglesias variarán no sólo según las distintas naciones, sino incluso dentro de éstas dependiendo de la zona geográfica donde estén enclavadas, peculiaridad ésta que no sólo afecta al caso hispano sino también al resto de la arquitectura europea. En el ámbito hispano, los tipos planimétricos más utilizados son los edificios de cruz latina y los de una nave rectangular con capillas entre los contrafuertes.
Más información Organización del espacio conventual
A la hora de abordar el tema de la organización de las distintas dependencias conventuales, nos encontramos con serios problemas. Problemas que derivan, por un lado, de la notable ausencia de restos materiales conservados, por otro, por las múltiples ampliaciones, transformaciones y reutilizaciones que han sufrido estas estancias en el transcurso de los tiempos y, en última instancia, por la falta de normativa referente a la organización de los esquemas conventuales.
Más información Proceso crono-constructivo de la arquitectura mendicante
La etapa dorada de la actividad edificadora de los frailes se desarrolla a partir de la segunda mitad del siglo XIII, continúa a lo largo de la centuria siguiente -en cuya mitad se sitúa el período álgido- y decrece progresivamente al aproximarnos a la decimoquinta centuria. Existen, sin embargo, matizaciones que es importante precisar.
Más información Manifestaciones escultóricas en la península Ibérica
En la Península Ibérica se patentiza una pervivencia de las formas que se generan en tomo a 1200 hasta avanzado el siglo XIII; el cambio vendrá dado por la llegada y asentamiento de maestros del norte. Burgos es el centro más importante de esta etapa.
Más información León, Navarra y Cataluña
En León hallamos la escultura repartida a lo largo de la triple portada de la fachada occidental, de las tres que se abren en el brazo sur del crucero y de la única existente en el norte. En Navarra o en la Corona de Aragón la afluencia de artistas foráneos conllevó también la penetración de las formas góticas. En Cataluña se asientan maestros de origen nórdico a través de cuya actividad va a introducirse el gótico.
Más información Escultura gótica en Castilla
El siglo XIV se caracterizó en Castilla por una profunda crisis, a consecuencia de las luchas originadas por las minorías regias hasta el establecimiento en el trono de los Trastamara. Disputas por el control de la regencia, guerras civiles, banderías nobiliarias, invasiones de tropas extranjeras, éste era el panorama de esta agitada centuria, marcada por una tragedia que asoló Europa, la Peste Negra -1348-, con rebrotes recurrentes cada diez o quince años.
Más información Escultura monumental
Escultura monumental
Los grandes programas iconográficos de Burgos y León dejaron abierto el camino para la escultura monumental del siglo XIV. En torno a Toledo y Vitoria se desarrollaron los talleres más destacados de Castilla, y en las portadas se plasman programas iconográficos dentro de los cánones góticos del siglo XIII.
Más información Decoración escultórica de claustros catedralicios
La decoración de las repisas y capiteles del claustro de la catedral de Burgos -hacia 1265-1270- sirvió de pauta para los claustros de León y Oviedo, en los que se repetirá parcialmente su temática iconográfica, obras sustancialmente del siglo XIV.
Más información Capillas funerarias y monumentos sepulcrales
El arte funerario es el que más patentemente da la tónica de los valores trascendentes de la sociedad y paradójicamente de la idea de la fama y sentido de la pervivencia. Incluso en la muerte, las clases sociales elevadas -realeza, nobleza y clero- manifiestan su deseo de perpetuar su memoria.
Más información Capillas funerarias
Aparte de los reyes, nobles y eclesiásticos instituyen capillas funerarias, interesantes no sólo como construcciones más o menos ostentosas, sino también como configuración de una función litúrgica precisa, la celebración de misas y oficios por el eterno descanso de sus almas por generaciones sucesivas.
Más información Monumentos sepulcrales
Aparte de las capillas funerarias, propiedad del encargante, prolifera el tipo más frecuente, más económico, el sepulcro en sus variadas formas, tanto en catedrales, iglesias y capillas, como en los claustros.
Más información Lápidas
Un tercer tipo de sepulcro, extendido por doquier a lo largo de la historia, es el de la lápida sepulcral. Su mayor difusión está unida en general al menor coste, aunque a veces obedece a otros motivos.
Más información Retablos
La inigualable riqueza de retablos en Cataluña durante el siglo XIV, contrasta con su práctica ausencia en el área castellana. Existen, sin embargo, algunos ejemplos significativos.
Más información Imaginería
Durante el siglo XIV proliferó la temática pasional, con el Crucificado, el Calvario y la Crucifixión, esta última muy característica del siglo XV.
Más información Temas marianos
La devoción mariana, que se extendió por Castilla desde la época de Alfonso VIII, tiene amplia difusión a lo largo de los siglos XIII y XIV, en que continúa el tipo iconográfico de la Virgen entronizada con el Niño en brazos.
Más información Santos
Las imágenes de santos conservadas son en general escasas y toscas. Presentan un carácter rígido, lo que hace difícil establecer una cronología.
Más información La pintura en la península Ibérica
Es capital toda la miniatura de la época de Alfonso X el Sabio, concebida ya dentro de las nuevas pautas. Esta labor se enmarca dentro del gótico lineal y es fácil que haya sido decisiva en la evolución posterior de la pintura en la Península Ibérica, singularmente en tierras de Castilla y León. Durante la primera mitad del siglo XIV la pintura en la que domina la línea sobre el color es la que tiene un gran desarrollo.
Más información La pintura protogótica
Durante siglos, salvo casos excepcionales, como el del Panteón Real de San Isidoro de León, los frescos románicos y protogóticos han estado encalados, cubiertos por pinturas barrocas o arrinconados tras retablos o construcciones posteriores. Y la salida a la luz de los mismos, como es lógico, no se ha dado al mismo tiempo a lo largo de la geografía de los distintos reinos cristianos medievales.
Más información Definición de la pintura protogótica
Se podría decir que la pintura protogótica es aquella que presenta suficientes rasgos, tanto formales como iconográficos, en sus más diversas acepciones ambos, para que no se la identifique como románica y que no muestra aún los caracteres propios de la pintura de influencia toscana.
Más información Francogótico, gótico lineal y protogótico
En buena medida los tres apelativos del enunciado aún hoy en día se utilizan indistintamente, o casi indistintamente, por los historiadores para designar la secuencia estilística en la evolución de nuestra pintura medieval que estamos intentando definir.
Más información Los inicios de pintura protogótica
Salamanca y Barcelona son, hoy por hoy, los hitos geográficos que nos señalan el inicio de lo protogótico, inicio que se genera en el último tercio del siglo XIII.
Más información Castilla y León
Es probablemente a través de la miniatura por donde en tierras castellano-leonesas se introduce el nuevo estilo pictórico. En el ámbito de la decoración mural, la catedral vieja de Salamanca es con seguridad el lugar más rico en ese tipo de pintura.
Más información Aragón
La riqueza del protogótico mural aragonés se pone en evidencia en los museos diocesanos de Huesca y especialmente en el de Jaca.
Más información Navarra
La tabla que mejor representa la definición protogótica navarra es la que a veces se ha considerado retablo portátil de la catedral de Pamplona, en él se puede adivinar con claridad el influjo de lo francés que tanto caracteriza al taller pictórico de la catedral de Pamplona. Este influjo se contaminó en ocasiones de un claro italianismo, quizá procedente de la escuela de Avignon.
Más información El País Vasco y La Rioja
Los restos murales en este caso son seguramente menos representativos que el de las piezas sobre tabla. Atendiendo a las escasas pero importantes muestras que han perdurado hasta la actualidad podemos suponer que el arte protogótico del País Vasco y de La Rioja debió de ser mucho más rico del que en la actualidad se puede contemplar.
Más información Cataluña y las islas Baleares
Hemos distinguido en la pintura protogótica catalana dos modos que no corresponden ni a divisiones geográficas ni a cronológicas: el que en otras ocasiones hemos denominado modo austero, dominante en el período, y el modo grácil.
Más información Algunos aspectos sobre la iconografía religiosa
En las decoraciones de catedrales, iglesias, ermitas, en la de los palacios y mansiones privadas, en la de los frontales y retablos, el terror románico y la angustia escatológica dejan paso a una apreciación de la realidad dominada, en lo religioso, por el sentimiento, por el patetismo y por el dolor, y en lo temporal, por el orgullo de una nueva clase.
Más información Consideraciones sobre la formalización protogótica
El espacio, y también el tiempo, empiezan a existir; la pintura ya no sólo presenta seres que son, sino representa seres que están, y ese representar el estar y no presentar el ser de por sí ya sería suficiente para definir toda una secuencia estilística como es la protogótica.
Más información La miniatura en la Corte de Alfonso X
Hay que pensar que para la ingente tarea pictórica que suponía la iluminación de los códices alfonsíes, el monarca hubo de recurrir a los artistas locales y foráneos.
Más información La intervención real
La actuación regia, como promotor de una traducción se expresa con una miniatura en la que vemos la llamada escena de presentación -de dedicación, para los alemanes- en la que el traductor, generalmente arrodillado, entrega el libro cerrado al promotor de la misma.
Más información Los códices alfonsíes
En este estudio nos vamos a referir únicamente a los códices salidos del scriptorium regio que conservan su prólogo original y las miniaturas correspondientes a éste: el Lapidario, el "Libro de las Formas e Imágenes que están en los cielos", las Cantigas de Santa María; códice princeps o de los músicos, la "Primera Partida", el "Libro de los Juegos de Ajedrez, Dados y Tablas", la primera parte de la "Estoria de España" y la cuarta parte de la "General Estoria".
Más información La cultura alfonsí
La cultura promovida por el rey Sabio ha llegado a nosotros en códices muy notables por sus pinturas, por su música (Cantigas de Santa María), además de por sus valores literarios, tanto en poesía como en prosa.
Más información Las miniaturas de las Cantigas de Santa María
En las "Cantigas de Santa María", Alfonso X se ocupó de componer un texto poético con unos 400 poemas dedicados a la Virgen que en su mayoría cantan sus milagros. La Virgen es presentada como la nueva Eva, elemento insustituible para la Encarnación de Cristo y activa participante en la vida del Hijo.
Más información Alfonso X, trovador
Alfonso X, trovador
En los textos de las Cantigas y en las miniaturas del "códice rico" vemos alusiones a Alfonso X como trovador. Estas imágenes, dejando a un lado los aspectos textuales para los estudiosos de la literatura, son algo excepcional dentro de la pintura medieval tanto europea como bizantina.
Más información El Lapidario
Es la primera obra astrológica que mandó traducir Alfonso X el Sabio e inauguró por tanto un importantísimo capítulo de su tarea científica.
Más información Otros códices alfonsíes
La "Primera Partida", el "Libro de Ajedrez" y las obras históricas "General Estoria" y "Estoria de España" son otros códices alfonsíes que también presentan miniaturas.
Más información Navarra, Aragón y Cataluña
En Navarra la pintura se transforma de la mano de Juan Oliver radicalmente. El gótico lineal, de la mano de artífices muy distintos y de variada calidad, llega a Aragón en fechas relativamente tempranas. En Cataluña un conjunto de pinturas murales y sobre tabla, fechadas dentro de la segunda mitad del siglo XIII, inauguran el gótico. A partir de 1333 pervive el gótico lineal, pero el italianismo va penetrando poco a poco, con lo cual muchos maestros formados en la tradición anterior acaban contaminándose.
Más información Las pinturas de Sijena
El monasterio de Sijena se compone de las dos partes que le son básicas: por un lado, las dependencias monacales que se levantan en torno a un claustro y, en segundo término, la iglesia. Esta es de planta con una sola nave, crucero y tres ábsides, del que destaca el central. Los edificios se levantaron desde su fundación en 1188 hasta, casi con seguridad, la consagración de 1258.
Más información Descripción de las pinturas
Gran parte de la arquitectura que conforma la Sala Capitular va a actuar como soporte de un programa bíblico que acoge los principios básicos del cristianismo, en un discurso fuertemente coherente, claro y ejemplificador para la comunidad religiosa a la que está destinado. Dos son los ciclos que conforman las líneas básicas de las representaciones: Antiguo y Nuevo Testamento.
Más información Escenas del Antiguo Testamento
Los episodios del Antiguo Testamento queda situados en el corazón de la sala y en la columna vertebral de la arquitectura, arropada por los muros perimetrales.
Más información Las Genealogías de Cristo
Las Genealogías de Cristo, importante nudo del conjunto, tienen reservado un lugar neutro en los intradoses de los cinco arcos apuntados, acogiendo una serie de catorce representaciones en cada uno de ellos, lo que hace un total de setenta que, en este caso, avanzan de norte a sur y de sur a norte hasta encontrarse en un punto intermedio.
Más información Representaciones del Nuevo Testamento
Respecto al Nuevo Testamento, el segundo gran ciclo, se sitúa en los muros perimetrales y con un recorrido de norte a sur por el lado oriental, en donde se desarrollan once escenas relativas a la vida de Jesús acogidas en los lados menores y en tres de los seis tramos del oriental.
Más información La sala capitular de Sijena en la historia del arte
Buena parte de las pinturas de la sala capitular se da a conocer para la historia del arte cuando en 1882 el Boletín de la Real Academia de San Fernando publica la noticia de su descubrimiento parcial.
Más información Análisis de una idea global
El diseño de las pinturas de Sijena es conducido hacia un conjunto sin fisuras en el que todas sus partes deben estar perfectamente, imbricadas. En este sentido, la arquitectura se convierte en el esqueleto de unas ideas que paulatinamente van cubriéndolo hasta llegar a esa forma final en la que las distintas articulaciones dejan ver su perfecta organicidad.
Más información El mundo ante legem
Se deja ver que la idea del pecado se manifiesta de forma clara en el recorrido de este ciclo, pues la alusión a él es constante desde la advertencia divina hasta su consecuencia más directa en la expulsión y primer pecado del hombre.
Más información El mundo sub lege
Este capítulo, con cinco espacios de las enjutas, se dedica prácticamente en su totalidad a la figura de Moisés, de nuevo prefigurando a Cristo.
Más información Representaciones marginales
Los angostos espacios que van de las enjutas a las claves de los arcos se cubrían con pinturas, en un proceso que apuntaba al horror vacui que el autor venía a demostrar. Esta flora y fauna diversas, entroncadas con el mundo de la fantasía y de los bestiarios medievales, van a servir de tramoya y complemento de la representación principal.
Más información El mundo sub gratia
Las escenas del Nuevo Testamento que conocemos insisten en la idea matriz de la salvación superando al pecado, y cabe imaginar que aquellas que se han perdido mantenían una línea simbólica similar.
Más información Las Genealogías
Los intradoses acogían las genealogías de Jesús según Mateo y Lucas en un orden que, respectivamente, iba de norte a sur y de sur a norte de la sala capitular, hasta encontrarse las dos.
Más información La experiencia de un singular pintor
Sin lugar a dudas, el pintor de Sijena se trata de un artista foráneo integrado en las últimas corrientes europeas dominantes en el primer tercio del siglo XIII y dotado de un sólido oficio sólo adquirido por la experiencia y el conocimiento de distintas técnicas y manifestaciones artísticas.
Más información Las consecuencias
El impacto directo de Sijena desde su finalización hacia 1220 no debió ser intenso si nos atenemos a lo conocido. Admitiendo su lejano eco años más tarde en las pinturas de la cabecera de la propia iglesia monástica, ningún parentesco se encuentra con las pinturas de la sala capitular del monasterio de Arlanza.
Más información La vidriera medieval
El análisis de la vidriera medieval supone remontarnos al origen desconocido de esta especialidad, pues aunque existió desde mucho antes, apenas si se conserva algún resto anterior al siglo XI. Diferentes menciones literarias y documentales y algunos hallazgos arqueológicos acreditan la práctica de este arte surgido para atender unas exigencias prácticas: cerrar los ventanales de un edificio es impedir el paso de luz.
Más información La importación de un lenguaje y el clasicismo gótico
El inicio de esta especialidad en España se produjo mediante un proceso de importación, llevado a cabo por diferentes talleres franceses que realizaron los primeros conjuntos de vidrieras conocidos para destacados edificios góticos del siglo XIII. En España, el conjunto más importante de esta especialidad lo constituye el de la catedral de León.
Más información La vidriera imperial de Alfonso X
La vidriera de La Cacería, desde un punto de vista formal, corresponde a una segunda etapa en la realización de las vidrieras de la catedral de León que coincide con la actividad entre 1264 y 1279, de un vidriero llamado Pedro Guillermo, y en la que se ha producido una alternativa plástica importante.
Más información Inercia y renovación figurativa
Donde encontramos un desarrollo sorprendente de la vidriera durante el siglo XIV es en Cataluña, Valencia y Baleares.
Más información Los vidrieros y el Gótico Internacional
En la vidriera española, la consolidación de las soluciones del sistema plástico del Gótico Internacional se desarrolló a través de la presencia de vidrieros franceses que durante la primera mitad del siglo XV intervinieron en los principales conjuntos.
Más información La práctica y la renovación del lenguaje
El hecho de que la vidriera de influjo flamenco no surgiera en España a través de la conversión de artistas formados en las soluciones del Gótico Internacional al nuevo lenguaje tuvo importantes consecuencias en la evolución posterior de esta especialidad.
Más información Las vidrieras de Enrique Alemán
Las vidrieras de Enrique Alemán muestran una plena adaptación y experimentación de las técnicas al servicio del sistema de representación flamenco. En sus vidrieras se aprecia un empleo abundante de colores de base limitando el uso del amarillo de plata para el tratamiento de algunas partes de las figuras como cabellos, elementos ornamentales y arquitecturas.
Más información Arnao de Flandes, Diego de Santillana y Juan de Valdivieso
La labor de Arnao de Flandes, Diego de Santillana y Juan de Valdivieso conforma el desarrollo colectivo de una tendencia, marcada por el influjo flamenco, que se impone hasta bien entrado el siglo XVI con alguna contaminación de formas del Renacimiento imperantes en la cultura artística burgalesa de en torno a 1500.
Más información 6.- LA CULMINACIÓN DEL GÓTICO 1.La arquitectura del Gótico Tardío en la Península Ibérica
La arquitectura del Gótico Tardío en la Península Ibérica
La división en reinos y las diferencias económicas y sociales siguen incidiendo en el tipo de arquitectura que se hace en la Península. La segunda mitad del siglo XIV y los inicios del siguiente resultan especialmente brillantes en Cataluña, pese a que se acuse ya una cierta crisis, mientras es muy opaco en Castilla y León, salvo en algunas empresas regias. A medida que nos adentramos en el XV la situación se altera.
Más información Monumentos notables en Castilla
Toledo se convierte en uno de los grandes focos de la arquitectura peninsular. Juan Guas será el más importante arquitecto. En Burgos, el obispo Alonso de Cartagena trajo a Hans o Juan de Colonia, que se encargará de transformar la fachada tan francesa del siglo XIII de la catedral en algo distinto, con las dos famosas agujas caladas. En Portugal las grandes construcciones son escasas hasta llegar a Batalha.
Más información Monarquía y arte en Navarra
Las peculiares características del reino navarro y su fascinante trayectoria histórica en los siglos XIV y XV, permiten valorar correctamente las distintas variables que intervienen en la plasmación final del mecenazgo artístico.
Más información Arte, artistas y burocracia
Los maestros del reino navarro actuaban como sus colegas de cargo de Europa occidental. En general eran naturales del reino y a veces recorrieron toda la escala gremial hasta culminar como maestros de obras del reino. De ellos destaca Martín Périz de Estella.
Más información Los monarcas ausentes: primera mitad del siglo XIV
Entre una cosa y otra, los primeros cincuenta años del siglo XIV se caracterizaron por la ausencia de los monarcas del reino navarro, suplida por la presencia de gobernadores y reformadores. Eso, desde un punto de vista artístico, no supuso una merma en el nivel del reino.
Más información Luces y sombras en la segunda mitad del siglo XIV
En sus comienzos, los intereses artísticos de Carlos II alcanzaron el más alto nivel; pero sin duda sus realizaciones no alcanzaron lo que podíamos esperar. Una gran empresa suele tenerse por obra del monarca: la nave gótica de Ujué.
Más información Un nuevo reinado
De ser un satélite de intereses franceses o de haber participado sin beneficio en toda contienda cercana, el talante pacificador de Carlos III lo iba a conducir a ser remanso de vida placentera en que las producciones artísticas se desarrollaron a gran nivel.
Más información Los esplendores del gótico: el palacio de Olite
Desde comienzos del siglo XV se abre un período brillantísimo en el arte navarro que cerrarán las guerras civiles entre los partidarios del Príncipe de Viana y los de Juan II a mediados de siglo. De las construcciones llevadas a cabo en este periodo destaca el palacio de Olite.
Más información Planteamientos europeos
Sería ingenuo pretender que pudiera haber existido un tipo de palacio gótico específicamente navarro, del cual Olite fuera ejemplo arquetípico. Tampoco es un palacio francés o castellano importado e implantado en el corazón de Navarra. Sincretismo, eclecticismo buscado por la voluntad del promotor, conjunción de lo europeo y lo peninsular.
Más información Otras obras promovidas por Carlos III
Cuando ya contaba 55 años decidió iniciar otro gran complejo, el palacio de Tafalla, situado a unos cinco kilómetros de Olite. Por razones imprevisibles, Carlos III se vio envuelto en la mayor de las edificaciones que nos ha dejado la Navarra medieval: la catedral de Pamplona.
Más información Elegancia y equilibro
Todo el conjunto del sepulcro del monarca se caracteriza por la elegancia y equilibrio del juego de densos volúmenes propio de los inicios del siglo XV. Constataremos cómo el sepulcro real marcó un hito en la escultura funeraria navarra; si bien su verdadera dimensión no se capta en un panorama tan reducido como el del viejo reino pirenaico.
Más información De doña Blanca y Juan II a los Albret
Los tiempos de bonanza continuaron al menos hasta la muerte de la reina Blanca en 1441: algunas obras iniciadas en vida del rey Noble debieron concluirse en la década de 1430. Por desgracia Blanca murió demasiado pronto, y su ausencia trajo la desdicha al reino.
Más información La escultura del Gótico Tardío en España
En la Península Ibérica estamos en una de las grandes etapas de la escultura, con un enorme número de talleres de gran calidad abiertos, una distribución de los mismos con cronologías muy diferentes, acusando la llegada abundante de obras y, sobre todo, artistas nórdicos, a partir de la segunda mitad del siglo XV, y distinguiéndose los talleres por influencias distintas y hasta particularidades en los materiales elegidos.
Más información Cataluña
En Cataluña, la afluencia de escultores franceses, flamencos o italianos parece disminuir después de mitad de siglo, al consolidarse una escuela propia, siempre abierta a lo foráneo, pero con personalidad.
Más información El gran escultor Pere Johan
Quizás el punto más alto en la escultura catalana se alcanza con Pere Johan, irregular en su producción, pero con un momento único en el bancal del retablo mayor de la catedral de Tarragona. Sus composiciones son abigarradas. Los personajes se inclinan, incurvan y retuercen, en formas de delicada caligrafía, arabesco figurativo, que enlaza con el internacional en su vertiente más expresionista.
Más información Navarra y el País Vasco
En esta primera fase del último gótico, en Navarra y País Vasco están en obra diversas canterías ocupadas preferentemente en portadas. La obra culminante es la portada sur de la iglesia de Santa María de Laguardia.
Más información La corona de Castilla
En la Corona de Castilla el fin de siglo no es especialmente interesante. En el siglo XV, la voluntad de ciertos promotores religiosos y laicos va cambiando lentamente la situación.
Más información La segunda mitad del siglo XV
La segunda mitad del siglo XV ve un cambio de situación general muy acusado. Ni en Cataluña, ni en Mallorca, continúa manteniéndose el nivel de encargos y calidad de épocas anteriores. En Aragón es de destacar que se mantiene durante un tiempo la relación con los artistas catalanes que parecen en algún momento trabajar más para este reino, que en su Principado. En la Corona de Castilla la segunda mitad de siglo presenta un panorama deslumbrante y agotador, por el número de empresas y las dimensiones de muchas, pese a todo lo que se ha destruido o anda disperso por lugares muy diferentes.
Más información Retablos flamencos en España
Fueron Bruselas, Malinas y Amberes las ciudades en las que se desarrolló una intensa producción escultórica en madera durante los siglos XV y XVI y de aquí procede la mayor parte de los retablos exportados a los diferentes países -entre ellos a España-.
Más información El retablo: su función religiosa y social
Los retablos desempeñan en el ámbito religioso una función muy especial que les diferencia del resto del mobiliario litúrgico, en parte debido a su emplazamiento tan privilegiado, al estar situados detrás o sobre el altar donde se realiza la Eucaristía. Hacia este lugar todos los fieles dirigen sus miradas y oraciones, por lo que también es un instrumento de estimulación religiosa con su carácter ilustrativo y pedagógico.
Más información La organización de los talleres
Es el retablo una obra colectiva y las diferentes partes de que constaba podían incluso ser realizadas en diferentes talleres, aunque todo bajo el control y autoridad de un maestro principal que imponía su personalidad y el criterio de unidad de la composición que presidía el trabajo y borraba las características individuales.
Más información Materiales y tipología
Para la construcción de los retablos podían utilizarse todo tipo de materiales, desde los más nobles: oro, plata u otros metales, hasta los más resistentes: piedra o mármol, aunque éstos no fueron muy empleados. También se trabajó el barro cocido. La actividad de los talleres que producen la mayor parte de los retablos flamencos se centró especialmente en la madera.
Más información Iconografía: consideraciones generales
Al final de la Edad Media se observa en la religiosidad un deseo de acercar el mundo de lo divino al de lo humano, a diferencia de lo que había caracterizado al arte de los períodos anteriores. Este dato tendrá su proyección en las representaciones artísticas, tanto en la elección de un ciclo iconográfico de carácter narrativo, como en las imágenes aisladas o independientes.
Más información Retablo de Nuestra Señora de Belén
Este retablo se conserva en la iglesia de La Asunción de Laredo (Cantabria). Presidido en la calle central por la imagen de la Virgen de Belén, modelo de Virgen amamantando al Niño o Virgen de la Leche, la obra no ofrece su estado original pues, como ha sucedido en otros ejemplos, en época barroca fueron sustituidos los enmarcamientos arquitectónicos iniciales por otros correspondientes al estilo entonces dominante.
Más información Retablo de San Juan Bautista
Retablo de San Juan Bautista
En la nave de la Epístola de la iglesia de El Salvador (Valladolid) se abre la capilla de San Juan Bautista, fundación de don Gonzalo de Illescas -oidor de la Chancillería de Valladolid y del Consejo de los Reyes Católicos- y de su mujer Marina de Estrada. Es una interesante obra de iniciativa privada que tanta importancia tuvo en el siglo XV, época a la que corresponde este conjunto.
Más información Retablo de la Santa Cruz
Este ejemplo, conservado en la capilla de los García de Salamanca, presenta una tipología que refleja fórmulas propias de los retablos castellanos, pues está empotrado en el muro, rodeado de un arco de piedra de medio punto profusamente decorado, aspecto que nunca se encuentra en los ejemplos flamencos, los cuales se caracterizan por ser exentos.
Más información Retablo de la iglesia de San Juan Bautista
El retablo de Telde es de madera dorada y policromada, pero no conserva completo su estado original pues fue retocado en el siglo XVIII. Sólo en algunas figuras de segundo término permanecen los rojos, azules, blancos, verdes y el dorado de la policromía primitiva que le caracterizaría y daría vivacidad.
Más información La personalidad de Gil de Silóe
A fines de siglo XV comienza a trabajar el más importante escultor de gótico hispano: Gil de Silóe. Es un artista de vigorosa personalidad y un oficio sólo parangonable con el de los mejores imagineros germanos. Además, posee una capacidad creadora sin paralelo en sus contemporáneos hispanos. Cada obra parece plantearle un problema distinto. Realmente, es uno de los mayores artistas de su tiempo.
Más información El retablo del Arbol de Jesé en la catedral de Burgos
La primera obra de la que no deben existir dudas es el retablo de la capilla funeraria levantada por orden del obispo Luis de Acuña a partir de 1477. Gil de Silóe debió recibir el encargo no después de 1483 y casi con seguridad algún tiempo antes. Al lado de Gil estaba Diego de la Cruz, un pintor que era vecino de Burgos, al menos desde 1482. Va a ser su colaborador tantas veces como el contrato se refiera a una obra en madera policromada.
Más información Silóe en Valladolid
La primera noticia sobre Silóe procede del momento en que se decide dotar la capilla del recién fundado colegio de San Gregorio de Valladolid con el apropiado retablo. Se dice que se encargará a Gil de Silóe y Diego de la Cruz y se hará a imitación del otro. En 1489 estaba terminado.
Más información Los sepulcros reales de Miraflores
En mayo de 1486 Gil de Silóe delineó los sepulcros de Juan II y su esposa, Isabel de Portugal. Sin que conste mención expresa de la voluntad previa del príncipe Alfonso, muerto tan prematuramente, la reina decidió añadir su sepulcro.
Más información El sepulcro del infante Alfonso
La reina Isabel quiso que los restos de su joven hermano hallaran adecuada sepultura también en Miraflores. Parece que Gil de Silóe recibió el encargo al tiempo que el otro y entregó el modelo en mayo de 1486. En esta ocasión, la idea del sepulcro adosado en el muro, con arco solio que cobija un amplio espacio destinado a la figura del difunto, tenía amplios antecedentes.
Más información La parroquia de San Esteban y su retablo mayor
En la parroquia de San Esteban se reúnen casi todos los vecinos el 3 de octubre de 1493, con el fin de preparar lo que va a ser un encargo costoso y conveniente: el retablo mayor. Parece que en principio dudan en hacerlo de pintura sólo, y citan a Diego de la Cruz, o mixto de talla policromada y entonces aparece el nombre de Maestre Gil. Por fin se decantan a favor del segundo, si bien se ve que la policromía correrá a cargo del pintor antes citado, colaborador del escultor anteriormente.
Más información El retablo mayor de la cartuja de Miraflores
La vigilia de Navidad de 1499 se acababa de asentar el retablo mayor de la cartuja de Miraflores (Silva) completando así el presbiterio de la elegante iglesia de los Colonia y convirtiéndolo, definitivamente, en uno de los máximos puntos de referencia del último gótico europeo. Tres años antes habían dado comienzo las obras, siendo responsables de todo, una vez más, maestre Gil y Diego de la Cruz.
Más información Las últimas obras
A partir de 1500 no tenemos documentos, pero nadie pone en duda que existen dos grandes empresas que sólo el maestro Gil era capaz de realizar. Por un lado, hablamos del sepulcro de Juan de Padilla, antes en el monasterio jerónimo de Fresdelval, muy cerca de Burgos. Por otro, está el relativamente pequeño retablo de santa Ana en la capilla del Condestable de la catedral burgalesa.
Más información Otros escultores
En el área castellana encontramos interesantes escultores contemporáneos a Gil de Siloé pero desgraciadamente anónimos. En Andalucía, Sevilla se configura por vez primera como centro escultórico importante; nunca dejará de serlo hasta el siglo XVIII.
Más información La pintura del Gótico Tardío en la Península Ibérica
La pintura peninsular del siglo XV se desarrolla en dos estilos influidos por corrientes extranjeras: el Estilo Internacional, bajo la influencia italiana, y el Estilo Hispano Flamenco, relacionado con el arte llegado de Flandes.
Más información La influencia italiana
En las páginas siguientes nos centraremos en las dos etapas mencionadas, trecentista e internacional. Dedicaremos una especial atención a la pintura de influencia trecentista; se recogerán aquellos aspectos formales, iconográficos y estilísticos que nos permitirán situar las diferentes manifestaciones en el marco en el que se generaron y ver sus relaciones y puntos de contacto con otras zonas.
Más información El taller toledano
Centrado el foco toledano en torno a Gherardo Starnina y Rodríguez de Toledo es difícil, sin embargo, aislar sus personalidades. Pues si bien su dirección se percibe en algunas obras, son más los rasgos estilísticos los que permitirán, en la mayor parte de las ocasiones, establecer las conexiones del taller toledano, permaneciendo incógnitas respecto a sus maestros.
Más información Presencia de Gherardo Starnina en Toledo
Las notas biográficas acerca de Starnina son confusas. Sus datos se reducen a los aportados por Vasari. El documento que prueba su estancia en Toledo es un recibo, conocido desde hace tiempo gracias a Fernández Vallejo, y que más recientemente sacó a la luz C. Torroja.
Más información Retablo de san Eugenio
Se trata de la obra más antigua del taller toledano. Situado frente a la reja de acceso a la capilla, consta de tres calles, divididas en dos cuerpos, sobresaliente el central y con un basamento en donde se sitúan las cinco tablas de la predela.
Más información Capilla de san Blas
Obra clave del taller toledano nos ofrece el ejemplo más importante de pintara mural de influencia florentina en Castilla. Presenta una serie de escenas encuadradas en una retícula con decoración geométrica y figuras de santos dentro de cuadrilóbulos, de notable influencia italiana.
Más información Rodríguez de Toledo y el retablo del arzobispo Sancho de Rojas
Mandado hacer por encargo del propio arzobispo para la iglesia primitiva del monasterio de san Benito el Real de Valladolid, pasó más tarde a la iglesia de san Román de Hornija en cuya capilla del cementerio lo descubrió Gómez Moreno, siendo adquirido finalmente en 1929 por el Museo del Prado.
Más información Otras obras del taller toledano
Las dos tablas con los apóstoles san Juan y san Simón de la capilla del Santo Sepulcro nos ofrece la fusión de notas de los distintos maestros italianos. Más numeroso es el grupo de obras, fuera de la catedral toledana, que podemos relacionar con Rodríguez de Toledo, tanto en la propia ciudad y su provincia como en otras zonas limítrofes como Valladolid o Cuenca.
Más información Proyección hacia Andalucía
Hay que tener en cuenta la proyección del taller trecentista toledano hacia territorios más lejanos. En este sentido se distinguen tres focos importantes en Andalucía (Sevilla, Cádiz y Granada), que han sugerido hipótesis de una posible vía andaluza para la penetración del estilo trecentista.
Más información El estilo internacional: Sevilla y Salamanca
Se distinguen tres focos significativos: Sevilla, que aparece en cierta manera como continuadora de la tradición trecentista toledana; Salamanca, con la presencia de artistas florentinos (los Delli) que introducen, junto a elementos propios del estilo internacional, aspectos cuatrocentistas y, por último, León.
Más información Cataluña
Los reinos peninsulares no son receptores uniformes del internacional. Paradójicamente, será más importante en las burguesas Cataluña y Valencia, que en la aristocrática Castilla. Como consecuencia, no será la miniatura, reclamada en un ámbito de perfiles dominantes aristocráticos, sino la pintura sobre tabla la que tendrá protagonismo principal. En Cataluña destacan las figuras de Lluis Borrassá, Bernard Martorell y Ramón de Mur.
Más información La escuela de Valencia
Quizás es Valencia donde existe una escuela más vigorosa y variada dentro del Gótico Internacional en la Península Ibérica. La importancia de la pintura valenciana no sólo reside en la calidad de sus artistas, sino en su difusión hacia otros lugares. Marsal de Sax, Gerardo Starnina y Gonzal Peris son los artistas más importantes de esta región.
Más información La influencia de Flandes en la Península Ibérica
La influencia de Flandes en la Península Ibérica
En los reinos de la Península Ibérica la pintura sigue el mismo camino que otras artes; disminuye la importancia de Cataluña, mientras es mayor la de Castilla. Los orígenes de la recepción de lo flamenco se dan antes en Valencia, ciudad que mantiene y aumenta su peso como gran centro mediterráneo.
Más información La corona de Aragón
En Valencia se dan cita, como a fines del siglo XIV, artistas foráneos, como Luis Alincbrot; pero es Jacomart el gran pintor. Aragón abundaba en obras producidas en diversos centros, aunque con una calidad muy desigual. La pintura catalana no mantiene la calidad anterior, explicable por la difícil situación por la que pasa el Principado; Huguet es el maestro incontestable.
Más información La personalidad de Jaume Huguet
La figura y actividad de Jaume Huguet, uno de los artífices más destacados de la tardía Edad Media hispana, pueden servirnos para reflexionar sobre estos aspectos en el ámbito concreto de la pintura catalana de la segunda mitad del siglo XV.
Más información El desarrollo de las formas
Al no establecer una cesura clara y definida con el período internacional, la obra de Huguet demuestra la imprecisión de los límites señalados por compartimentaciones históricas de carácter idealista, y según las cuales la aceptación de un nuevo estilo supone el inmediato abandono del anterior.
Más información Influencias europeas
Lo cierto es que el concepto que domina la composición y el espíritu de la pintura se relaciona no sólo con el universo del refinado gótico internacional y del naturalismo flamenco, sino también con el mundo italiano.
Más información Cultura visual e involucionismo artístico
La continuidad y evolución de las propuestas elaboradas por Dalmau y Huguet durante la quinta década del siglo XV dependían en gran medida, de la consolidación de una clientela con unas preferencias estéticas e iconográficas en consonancia con las nuevas pautas de los modelos flamenco e italiano.
Más información Adaptación al gusto de la clientela
La involución que se observa en la obra de Huguet, puede contemplarse como la cristalización plástica de una estética más atenta a remarcar visualmente principios de orden simbólico y trascendente que no aquellos frutos de una experiencia empírica.
Más información Huguet, ¿artista o artesano?
El perfecto artesano al servicio de la burguesía local predomina absolutamente sobre el excelente creador inquieto, aunque sólo fuera de manera indirecta, ante las propuestas de las grandes corrientes cuatrocentistas.
Más información El esplendor del retablo gremial
El éxito de la actividad del maestro catalán también debe ponderarse desde la perspectiva de su contribución al desarrollo y esplendor del gran retablo gremial y parroquial de fines de la Edad Media.
Más información Los programas iconográficos
Imagen mayestática del santo titular, Crucifixión y representaciones del bancal, constituyen los tres componentes estáticos del retablo. Su complemento dialéctico, que permite obtener un equilibrio en las funciones del conjunto, se encuentra precisamente en la historia del propio santo, desarrollada en clave narrativa a lo largo de los compartimentos laterales.
Más información Tradición y pintura
Para la composición de sus retablos, Huguet se hace eco de un modelo muy extendido en el mundo toscano (Andrea Bonauti, Gentile da Fabriano), quizás conocido indirectamente gracias a la presencia en Cataluña de algún pintor de origen italiano.
Más información Significado y función de las imágenes
Desde una perspectiva general, podemos considerar que la exaltación pictórica de los santos patronos de una cofradía o parroquia se inscribe en un amplio movimiento religioso tardomedieval, caracterizado por la vulgarización de estos personajes sagrados en el marco de las comunidades laicas.
Más información La corona de Castilla
En la Corona de Castilla la influencia flamenca se empezará a manifestar con mayor intensidad. La línea Guadalajara-Toledo-Avila será la más importante.
Más información Burgos
Otro foco extremadamente importante en la Corona de Castilla está en Burgos, con ramas en Palencia. Es muy prolífico, a juzgar por lo que aún se conserva. Varias personalidades se mueven en él: Diego de la Cruz, el Maestro de Burgos o de Los Balbases y Alonso de Sedano.
Más información Salamanca
El último foco es el de Salamanca, donde pinta el más popular de los maestros flamenquizantes de la Corona de Castilla: Femando Gallego.
Más información Introducción al Renacimiento español
El arte del Renacimiento en España responderá indistintamente a una serie de opciones renovadoras en relación con el panorama artístico local, generalmente inspiradas en el modelo italiano, y otras que podemos denominar tradicionales, aunque en muchas ocasiones estas últimas se adoptaran, de acuerdo a unos nuevos planteamientos y de forma moderna, como contestación a los lenguajes procedentes del exterior.
Más información El Renacimiento en España
La arquitectura de nuestro primer Renacimiento se debatió entre la vigencia de las técnicas constructivas góticas y de tradición islámica, con sus respectivos sistemas ornamentales, y la confrontación con los nuevos repertorios decorativos de procedencia italiana, estableciéndose gran variedad de opciones; a partir de los años treinta, se inició una fuerte polémica antiplateresca que preludiará el estilo desornamentado que precedió a la arquitectura escurialense. El punto de partida de la escultura se estableció en la tradición gótico-borgoñona; poco a poco se fueron incorporando a este mundo soluciones más clásicas y reposadas relacionadas con la estética manierista. Un tanto más complejo se nos presenta el panorama de la pintura española del Renacimiento debido a las diferentes opciones, más o menos tradicionales, que se ofrecen a los pintores en las diversas regiones del país.
Más información El Renacimiento en España entre 1490-1526
Las formas y repertorios del gótico no sólo se actualizaran en la época de los Reyes Católicos, sino que sirvieran de experimentación en las grandes catedrales españolas del siglo XVI. De la misma manera, las soluciones mudéjares se aplicaron de forma sistemática a edificios de tipología tradicional como a las nuevas construcciones del Renacimiento, donde se conjugaron con las propuestas clasicistas más refinadas.
Más información Vigencia de las tradiciones artísticas españolas
El sistema tectónico gótico, e incluso los repertorios decorativos a él asociados, tuvieron que adaptarse forzosamente a las múltiples necesidades derivadas del nuevo régimen político instaurado por los Reyes Católicos. Iglesias, conventos, hospitales y otros edificios públicos o privados se estructuran de acuerdo a una serie de tipos que se repiten durante su reinado, originando un arte unificado en el que se fija la impronta de los modelos patrocinados por la monarquía.
Más información Las artes suntuarias
La construcción de nuevos templos y el engrandecimiento de las catedrales españolas motivó el extraordinario auge de algunas actividades artísticas muy vinculadas con la estética gótica como la imaginería, la platería y la confección de ornamentos sagrados.
Más información Influencia de lo hispano musulmán
El impulso manifestado en la tradición mudejar después de la Guerra de Granada responde, además de una política de reconstrucción derivada de los efectos de la guerra, a dos factores principales: uno, de índole socio-laboral; y otro, de carácter estético.
Más información Convivencia de dos tradiciones
Cuando la combinación se establece entre la tradición mudéjar y los elementos aportados por el Renacimiento italiano no sólo no se experimentó una oposición entre los dos sistemas constructivos, herederos ambos de la tradición romano-mediterránea, sino que llegó a establecerse un fecundo diálogo entre sus diferentes sistemas ornamentales, debido a la versatilidad de los esquemas decorativos islámicos que favoreció la inclusión en los mismos de temas ornamentales de origen italiano sin producir unos contrastes demasiado acusados.
Más información El prestigio de lo italiano y los primeros síntomas de renovación
La adopción por parte de las familias más influyentes de la alta nobleza de los sistemas y repertorios procedentes de Italia aparece claramente relacionada a su deseo de instrumentalizarlos como forma singular de diferenciación y de prestigio, frente al arte oficial y estandarizado de la monarquía y a los ambientes contemporáneos más conservadores.
Más información La importación de obras italianas
La adopción del Renacimiento italiano como modelo digno de imitación se presenta de una forma más directa y radical cuando se trata de obras importadas de Italia o realizadas en España por artistas italianos.
Más información Artistas extranjeros en España
Artistas extranjeros en España
La participación de artistas extranjeros, preferentemente italianos, en España permitirá la difusión de los nuevos lenguajes artísticos. Estos artistas extranjeros no sólo trabajaron en ambientes locales, sino que, de la mano de sus nobles protectores, se introdujeron en los mismos círculos cortesanos.
Más información La aportación española: el viaje a Italia y los estilos nacionales
En este proceso de recepción y asimilación de la cultura artística italiana, los que asumieron un papel más activo y determinante en la clarificación del panorama artístico español, fueron los artistas que habían estudiado en Italia coincidiendo con el esplendor del Clasicismo altorrenacentista: Bartolomé Ordóñez, Diego de Siloé, Pedro de Machuca y Alonso de Berruguete.
Más información El Plateresco
El Plateresco se desarrolla desde los últimos años del siglo XV hasta el triunfo de la normativa clásica hacia 1560. Se pueden considerar platerescas aquellas manifestaciones artísticas que, realizadas en las primeras décadas del siglo, se caracterizan por la utilización de repertorios decorativos italianos en conjuntos donde persiste un espíritu gótico, entendido como negación de la idea de orden y proporción propios de la normativa clásica. En todos estos casos, se trata de soluciones que tienen como objetivo dotar a estas obras de un aspecto moderno respecto al contexto para el que fueron diseñadas.
Más información La cuestión plateresca
Las limitaciones del Plateresco estriban en la inexistencia de un lenguaje arquitectónico propio que lo defina como un auténtico estilo, por lo que tiende a verse como un problema de indeterminación estilística en el epílogo del Gótico.
Más información El grutesco, la columna abalaustrada y otros motivos ornamentales
La fusión motivos clásicos con elementos de la tradición gótica y mudéjar es lo que confiere al Plateresco una dimensión de bastardía inadmisible incluso desde la heterodoxia de la licencia que, aun en la formulación manierista, es contraria a toda ilegítima mezcla de órdenes.
Más información Geografía y fases del Plateresco
Tanto por la dificultad de deslindar tendencias y momentos, como por la dispar valoración que la definición y denominación de éstos merece, no hay general concordancia en la periodización de la arquitectura española del Renacimiento.
Más información Inicios de la arquitectura protorrenacentista
No es casual que, frente a la primacía de lo hispanoflamenco en fundaciones institucionales de significación religiosa, el cambio se genere en la arquitectura civil. El impulso inicial corresponde al mecenazgo mendocino.
Más información Las escuelas regionales: zona central
La difusión, aceptación y adecuación de los nuevos códigos ornamentales fue rápida, y para 1525 no hay monumento, reja, retablo o púlpito que no muestre motivos clásicos. Algunos tempranos ejemplos se dan en la estampa, mereciendo especial mención la "Biblia Complutense" de Arnao Guillén de Brocar o las publicaciones sevillanas de la imprenta de Jacobo de Cronberger.
Más información Las formas híbridas en Castilla. La escuela burgalesa
Anteriormente, el retorno de Diego de Silóe, formado en Italia, supuso ya un impulso decisivo para la arquitectura renacentista burgalesa, que se inicia con la realización de la Escalera dorada (1519-1522), en la catedral, tanto por su creativa solución para salvar el desnivel con la puerta de la Coronería, desde modelos de Bramante, como por la integración de los elementos arquitectónicos clasicistas.
Más información El foco salmantino y su irradiación
Centro singular de gravitación e irradiación de lo plateresco es Salamanca, cuya nueva Catedral, punto de referencia para toda la arquitectura religiosa, se acomete en 1512 con trazas enteramente góticas. Los nuevos aires se dejan sentir primero en construcciones de carácter civil, pasando de inmediato a contaminar todas las creaciones artísticas.
Más información Otros centros artísticos del norte peninsular
En Galicia, donde la arquitectura renacentista adquiere escaso desarrollo, la más genuina expresión del Plateresco la constituye la portada del Hospital Real de Santiago de Compostela.
Más información Arquitectura ornamentada en Aragón y la región oriental
Asistimos a una temprana aparición de las formas clasicistas en Aragón de la mano de Gil Morlanes el Viejo y Damián Forment, escultores de profunda formación gótica. Obra excepcional, por lo madrugadora y por la calidad en traza y labra, es la portada de la iglesia conventual de Santa Engracia de Zaragoza.
Más información Plateresco meridional
La temprana presencia de artistas italianos en Granada y Murcia y la llegada de los grandes arquitectos castellanos, Diego de Silóe (1526) y Pedro Machuca (1527), formados en Italia, señala en Andalucía la pronta apertura de una nítida vía clasicista a la que no tardaron en sumarse maestros locales, como Vandelvira en Jaén, o Hernán Ruiz el Joven en Andalucía occidental.
Más información El estilo Cisneros
En las obras auspiciadas por Cisneros no se plantea una voluntad estilística similar a la referida para el estilo Reyes Católicos. Si desde el punto de vista estético estas obras consiguieron unos resultados bastante afortunados a pesar de la rapidez con que fueron realizadas, desde una óptica arquitectónica responden a unas soluciones constructivas que manifiestan su identidad con el fenómeno de imprecisión estilística referido al analizar el problema del Plateresco.
Más información La Universidad de Alcalá
De todas las empresas de Cisneros, la fundación de la Universidad de Alcalá de Henares fue la que siguió con más empeño. De todo el conjunto, el edificio más singular por sus dimensiones e interés artístico es el Colegio Mayor, que ocupaba la parcela más extensa del barrio académico. Constaba de dos claustros con arquerías que, en sentido longitudinal, limitaban un patio al que daban las dependencias administrativas, oficinas y almacenes.
Más información Entre la tradición y la modernidad
El prestigio adquirido por la cultura y el arte italianos hizo posible que, durante el reinado del emperador Carlos V, los ambientes artísticos de la Península se fueran decantando hacia soluciones más severas, en sintonía con las alternativas procedentes del exterior.
Más información Ciudades españolas del Renacimiento
En la segunda mitad del siglo XVI, coincidiendo con un gran auge constructivo, las ciudades de la Península estaban adoptando algunas de las nuevas concepciones humanistas referidas a la arquitectura y al planeamiento. La mayoría de las grandes ciudades, e incluso otras de mediano formato, habían emprendido ambiciosos proyectos para reformar su trazado urbano: ensanche y rectificación de calles y viales, construcción de amplias plazas -espacios públicos de carácter plurifuncional-, y otra serie de mejoras relacionadas con la policía y ornato de la ciudad, su saneamiento y el adelanto de las obras públicas imprescindibles para su desarrollo.
Más información Nuevo espíritu cívico
Los nuevos edificios construidos en las nuevas ciudades responden a un espíritu cívico que, enraizado con la tradición cívica del Humanismo italiano, manifestaba las aspiraciones y recelos de las ciudades españolas frente a los deseos centralizadores de la monarquía.
Más información Otras intervenciones
El proceso de transformación de la mayoría de las ciudades españolas del siglo XVI no obedece a una planificación de carácter ideal, tal y como se plantea en los tratados y escritos de arquitectura. La mayor parte de éstas responden a un proceso de regularización de los conjuntos medievales, y en situaciones óptimas, a la planificación de un ensanche regular para atender las demandas originadas por sus nuevas funciones.
Más información El clasicismo cortesano y los programas de la monarquía
Las actividades promovidas desde el círculo imperial no llegaron a articular un auténtico arte de corte, sino que únicamente trataban de reflejar una imagen externa del monarca, básicamente clasicista. Aunque el carácter itinerante de la corte y algunos resortes de la política imperial no hicieron posible la formulación de un arte cortesano, no por ello el emperador dejó de mostrar cierto interés por cultivar determinada imagen de su persona y de la monarquía que tenía la misión de regir los destinos de un vasto imperio.
Más información El palacio de Carlos V en Granada
El Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada es el edificio más significativo de este período. Proyectado como complemento de la residencia privada de la Alhambra para servir de escenario a las ceremonias y actos oficiales de la corte, el palacio se levantó, frente a la ciudad y el exterior, como símbolo del nuevo Estado, confirmando el interés del monarca por ofrecer una nueva imagen del reinado, sirviéndose para ello de una arquitectura clasicista y renovadora, y de un elaborado programa iconográfico. Pedro de Machuca fue el autor de sus trazas.
Más información Los alcázares del rey
La celebración de los esponsales de Carlos I con la emperatriz Isabel en los Alcázares de Sevilla en 1526, debió de ser el origen del interés del monarca por este conjunto palaciego. Ya desde 1535 se emprendieron una serie de reformas de carácter funcional, orientadas a transformar el viejo recinto en un moderno palacio adecuado a las necesidades del monarca y de su corte. Las obras, bajo la dirección de Luis de Vega, cobraron un gran impulso a partir de la década de los cuarenta. Los alcázares de Madrid y Toledo también sufrieron importantes transformaciones.
Más información Nuevos palacios urbanos
El prurito de distinguirse de otras clases urbanas y el deseo de emular a la corona, pueden explicar el proceso de renovación del tipo de palacio urbano y el sentido de las empresas artísticas patrocinadas por algunas nobles familias. Mediante estos recursos, el palacio se convierte en expresión externa del poder nobiliario en el ámbito de la ciudad, definiendo los más importantes espacios urbanos y cumpliendo una función representativa de capital importancia en las ciudades españolas del quinientos.
Más información Programas decorativos
Programas decorativos
Tenemos bastantes datos como para afirmar que este tipo de decoraciones acordes con los postulados defendidos por el Humanismo fueron relativamente frecuentes en los palacios españoles del Renacimiento y demuestran la presencia de unos gustos humanistas en las clases nobles abiertas a este tipo de novedades iconográficas.
Más información Teoría y práctica de la arquitectura
El proceso de decantación purista que iba aproximando a la arquitectura hacia concepciones más próximas al clasicismo no fue acompañado de un verdadero desarrollo de la literatura artística que intentara explicar el fundamento teórico de estos cambios, aunque la literatura teórica italiana constituyó, en gran medida, el soporte de los primeros intentos españoles en este sentido.
Más información Gil de Hontañón y las catedrales góticas del siglo XVI
Uno de los aspectos más controvertidos de la arquitectura española del siglo XVI será la construcción de grandes catedrales góticas -Segovia, Salamanca, Plasencia, Ciudad Rodrigo, etc.- en pleno Renacimiento ya que el gótico, por sus connotaciones simbólicas y versatilidad, fue considerado el sistema más adecuado para estos fines. En este campo, la labor de Rodrigo Gil podemos considerarla modélica.
Más información La obra de Alonso de Covarrubias
La figura de Alonso de Covarrubias es la que mejor encaja dentro del proceso de decantación clasicista. Formado a principios de siglo en el círculo de los Egas, sus primeras obras se encuadraron necesariamente en la estética del gótico. Muy pronto, su conocimiento de la decoración renacentista se manifestó en algunos de sus trabajos. Con la década de los treinta, su producción cada vez más apartada de las soluciones platerescas, se orienta hacia la formulación de una arquitectura cada vez más clásica. Su nombramiento en 1537 como maestro mayor de las obras reales orientó definitivamente su obra hacia soluciones más clásicas y desornamentadas.
Más información Toledo en el siglo XVI
En el siglo XVI Toledo aún mantiene el título de Ciudad Imperial concedido siglos atrás por los reyes castellanos. Sus cronistas retoman tal circunstancia y los momentos más gloriosos de su pasado a lo largo de la centuria.
Más información Los primeros trabajos de Covarrubias.
El año 1526 es significativo en la actividad arquitectónica de Covarrubias: de él datan su primera titulación como maestro de cantería y su primera traza documentada. Se trata de la iglesia del convento de Nuestra Señora de la Piedad de Guadalajara, encargada por doña Brianda de Mendoza, que no concluiría hasta 1530.
Más información La maestría mayor de la catedral primada
Lo numeroso de las empresas arquitectónicas del arzobispado permitía a quien ostentaba la maestría mayor imponer su estilo, en este caso el renacentista, en un amplio territorio. Covarrubias inició esta actividad en la iglesia parroquial de Yepes.
Más información La maestría mayor de los Alcázares Reales
En 1537 Covarrubias es nombrado, junto con Luis de Vega, maestro mayor de las obras de los Alcázares Reales de Toledo, Madrid y Sevilla, lo que le obligó a rescindir su contrato como maestro mayor de la catedral de Plasencia obtenido días antes.
Más información Las obras de madurez
En 1541 se le encargó a Covarrubias la obra que se convertiría en su proyecto más representativo: el Hospital Tavera. El patrocinador del edificio fue el cardenal Tavera, quien, con el beneplácito imperial, decidió la fundación de un hospital general extramuros de la ciudad, dedicado a san Juan Bautista.
Más información Cumplimiento de otros encargos
De poco después de los trabajos en el Hospital Tavera son los encargos del cardenal Silíceo para tres iglesias: una en la provincia de Madrid y dos en la de Toledo. La madrileña sigue la tradición de las Hallenkirche españolas del siglo XVI. En cuanto a las dos toledanas, retoman el modelo de iglesia introducido por Covarrubias en Valencia hasta conseguir variantes del mismo.
Más información Urbanismo y arquitectura civil
A mediados de la década de los cuarenta Covarrubias emprendió una serie de obras menores de carácter civil, tales como la reconstrucción de las Carnicerías Mayores de Toledo (desaparecidas), los trabajos de albañilería y yesería de la casa del conde de Cifuentes y la escalera de la casa de don Martín Ramírez.
Más información Las últimas obras
En la última década de su vida, entre otras obras hoy desaparecidas proyectó la arquería baja de la fachada sur del Alcázar, Covarrubias se ocupó de la remodelación interior de la iglesia de San Clemente el Real (1562).
Más información Otros arquitectos toledanos. Francisco de Villalpando
La corriente arquitectónica iniciada por Alonso de Covarrubias y Luis de Vega, que conciliaba la tradición española anterior y los nuevos postulados clasicistas, tuvo en Toledo una importante secuela personalizada en Francisco de Villalpando y en Hernán González de Lara, y habría continuado con Nicolás de Vergara el Mozo de no haber intervenido Juan de Herrera en la arquitectura de la ciudad.
Más información Los trabajos de Hernán González de Lara
González de Lara es el representante del eclecticismo que aún se mantenía en Toledo a mediados de siglo: utiliza estructuras planimétricas y técnicas de tradición gótica, aunque en lo decorativo y en el tratamiento de las superficies sea capaz de emplear con soltura los elementos del nuevo estilo renaciente siguiendo los modelos de Covarrubias y de Serlio a través de él.
Más información Otros arquitectos
Entre los arquitectos herrerianos de la ciudad destacan Juan Bautista Monegro, Diego de Alcántara y Nicolás de Vergara el Mozo.
Más información El clasicismo andaluz
Andalucía fue la zona de la Península donde antes se adoptaron las soluciones aportadas por el Renacimiento italiano. A ello contribuyeron definitivamente, aunque por diferentes razones, la construcción de la catedral de Granada y la del Palacio de Carlos V en la Alhambra.
Más información Arquitectura del XVI en Sevilla
Las páginas que siguen presentan el estado actual de los estudios sobre la arquitectura sevillana del Renacimiento, sin que alberguen pretensiones de exhaustividad o de ser tenidas por definitivas. Antes al contrario, quieren ser punto de partida para esos estudios parciales que aún se echan en falta.
Más información Las importaciones italianas y las primeras obras renacentistas
El conocimiento del arte del Renacimiento se produciría en Sevilla a través de estampas, de ilustraciones de libros y de distintas piezas de las artes industriales provenientes de Italia. A éstas seguirían muy pronto obras entre las que deben incluirse tres piezas de cerámica vidriada, surgidas en el mundo florentino y relacionadas con el taller de Andrea della Robbia.
Más información La implantación del nuevo estilo
El edificio del cabildo sevillano se inició en los últimos meses de 1526, prolongándose su construcción hasta el último tercio del quinientos. A lo largo de esos años se introdujeron algunos cambios en el proyecto elaborado por Riaño, debidos a sus sucesores al frente del mismo, habiéndose además transformado sustancialmente la fisonomía del conjunto renacentista durante el siglo XIX.
Más información El experimentalismo manierista
El carácter manierista de la arquitectura de Ruiz el Joven llega a su máxima expresión en la Sala Capitular de la Catedral de Sevilla y su acceso. Al fallecer Hernán Ruiz II se produce una crisis en la arquitectura sevillana. Sus sucesores no estaban a la altura de las circunstancias, mostrándose incapaces de continuar sus trabajos.
Más información La huella cortesana
El edificio de La Lonja se levantó exento y sobre unas gradas para superar el desnivel del terreno. Las obras fueron dirigidas por Juan de Minjares, arquitecto que simultaneó este trabajo con los realizados en la Alhambra de Granada.
Más información El Renacimiento en Granada
En este siglo XVI van a desarrollarse en Granada lo que podemos denominar tres estilos, cada uno con un claro mestizaje de elementos y repertorios: el gótico, renacimiento y mudéjar en los que patrocinio, función y nivel de prestigio, determinarán el porcentaje de unos y otros.
Más información Arquitectura y urbanismo
Las transformaciones urbanísticas que se van a producir en Granada vendrán de la mano de dos instituciones muy representativas del Estado absoluto: la Iglesia y el Cabildo de la ciudad. Ahora bien, las grandes intervenciones que trastocan definitivamente la ciudad musulmana estarán dirigidas por la monarquía y afectan al centro de la medina.
Más información La arquitectura funeraria
El establecimiento del conjunto funerario de la monarquía dotaba a la ciudad de Granada de cierto prestigio en el contexto nacional. La capilla Real es una obra maestra de la arquitectura conmemorativa gótica que funcionaría como elemento anexo a la proyectada catedral.
Más información El Monasterio de San Jerónimo
Encargado Florentino de las obras en 1525, sólo permanecería al frente de ellas hasta comienzos del año siguiente, en que muere. Silóe proyectará las cubiertas del crucero y la capilla mayor, de medio cañón las primeras y con un tramo final avenerado las del presbiterio.
Más información Arquitectura asistencial
Arquitectura asistencial
En lo referente a la arquitectura asistencial, el Hospital Real va a ser un ejemplo claro dentro de la cultura del Quinientos, de lo que significa el mantenimiento de estructuras góticas. Posteriormente asistimos a un cambio de estética, que supone el triunfo absoluto de la arquitectura renacentista.
Más información El programa imperial
Los grandes proyectos de Carlos V se van a concretar en la fecha de 1526. A partir de la estancia del emperador durante cinco meses en Granada, se trazará un plan de amplio alcance tendente a la cristalización de la ciudad como capital imperial.
Más información Obras en la Alhambra
La segunda decisión importante de Carlos V será la de situar la mansión terrena del emperador dentro del conjunto alhambreño, lo que supone la apropiación simbólica de un espacio de recia tradición palatina.
Más información La arquitectura del último tercio del siglo
El impacto, a nivel urbano, se concreta en 1587 con la realización de la magnífica fachada de la Chancillería por Francisco del Castillo. Este arquitecto, formado en Italia, se convertirá, a su regreso a Andalucía, en un fiel imitador de los modelos serlianos, consiguiendo en la Chancillería un diseño que enlaza con la vanguardia del manierismo romano.
Más información Pintura y escultura
El desarrollo de la pintura y la escultura en Granada durante el siglo XVI va a estar determinado por la necesidad, tras la conquista, de dotar de elementos simbólicos a la nueva ciudad. Asistimos a la presencia de un fuerte flujo de elementos importados, entre los que destacan las tablas flamencas, dispuestas para servir de elementos centrales del ceremonial tanto en las iglesias como en las puertas de la ciudad.
Más información Vidrieras y rejas
En el terreno de la rejería será la gran reja de la Capilla Real la que marque el inicio y desarrollo posterior del Renacimiento en esta técnica. En lo que a vidrieras se refiere, contamos con el conjunto de la catedral como uno de los más excepcionales del Renacimiento español.
Más información La pintura renacentista en Sevilla
La producción de la obra pictórica sevillana durante el siglo XVI está llevada a cabo por artistas foráneos, flamencos y alemanes sobre todo, y ocasionalmente algún sevillano educado en Italia, como Luis de Vargas. En definitiva, hemos de hablar sobre pintura hecha en Sevilla y para Sevilla pero no de buena pintura sevillana en sentido estricto.
Más información La cultura sevilla del siglo XVI
La conversión del puerto del Guadalquivir en el único receptor de la riqueza americana después de 1500 cambió el aspecto de Sevilla incluso en lo puramente físico.
Más información El goticismo tardío y el primer renacimiento: Alejo Fernández
La figura más relevante del tránsito de un siglo a otro y ya abiertamente renacentista es Alejo Fernández. Su estilo me parece más la evolución natural de un artista de educación centroeuropea, que quizás pasase por el norte de Italia, y que se encuentra en España con una fuerte y retrógrada tradición gótica.
Más información La plenitud renacentista: Pedro de Campaña, Esturmio y Luis de Vargas
Uno flamenco y otro holandés, Campaña y Esturnio desarrollan su actividad en Sevilla entre 1540 y 1560. Luis de Vargas es un personaje que recupera la calidad y la modernidad de la pintura en Sevilla pasó la mayor parte de su vida en Italia. Es uno de los pocos privilegiados españoles que puede o quiere abandonar su tierra para enriquecer sus conocimientos.
Más información El último tercio del siglo XVI. Entre el manierismo y el barroco
Convendría hacer alguna consideración final a modo de conclusión y que enlazara con algo ya insinuado al principio: no existe buena pintura sevillana en el siglo XVI salvo honrosas excepciones (Vargas, Vázquez), puesto que la mejor está realizada por extranjeros, ya sean portugueses o nórdicos. Hablemos por tanto de pintura hecha en Sevilla y no de pintura sevillana en sentido literal.
Más información Arquitectura burgalesa del siglo XVI
No es posible ver en la arquitectura burgalesa del siglo XVI tanto de la ciudad como del territorio afecto a la misma, es decir, en la Diócesis, una arquitectura renacentista entendida como tal y que, considerada desde un punto de vista formalista purista, sería acorde con los postulados teóricos y formas constructivas del Renacimiento italiano.
Más información Programa constructivo y tipos de edificios
Consideramos como verdaderos modelos tres tipos de edificios: el hospital de enfermerías de planta basilical, las capillas funerarias de ámbito único y el palacio o casa señorial de fachada posterior de tres lados, a modo de loggia o patio porticado abierto a un jardín.
Más información Arquitectura civil
Todos los tipos arquitectónicos parten de construcciones medievales, de las que se toman los elementos esenciales, adaptándolos a nuevas formas, pero para desempeñar funciones semejantes, cuando no iguales.
Más información Arquitectura religiosa
La arquitectura religiosa de este tiempo es un fiel testimonio de esa prosperidad temporal y pujanza espiritual. Todos los pueblos se empeñan en la tarea de renovar sus viejos templos, construyendo otro en lugar del anterior o ampliándolo mediante la sustitución de algunas partes que quedan unidas a otras partes de la iglesia anterior generalmente románica.
Más información Capillas funerarias
El prestigio de la capilla del Condestable hizo que se siguiera igualmente por una serie de construcciones cuyos promotores no tenían relación alguna con el linaje de los Condestables. El auge en la construcción de capillas funerarias familiares se extiende a todos los monasterios e iglesias, incluso las rurales.
Más información El Cimborrio y la Escalera Dorada de la catedral
En la catedral de Burgos se trabajaba en dos obras de tan especial categoría y singularidad que, junto con la torre de la parroquia de Santa María del Campo, pueden servir para definir toda la arquitectura del período, aunque sus propias características las convierten en obras excepcionales e irrepetibles; el Cimborrio y la Escalera Dorada, en la catedral burgalesa.
Más información Iglesias parroquiales
El tipo de iglesia característico es el denominado de planta de salón, con volumen único de forma prismática, de dimensiones muy semejantes en la superficie, y espacio dividido en tres naves, más ancha la central que las laterales, cubiertas con bóvedas estrelladas de rica tracería, que cargan sobre pilares de gran desarrollo de la misma altura.
Más información Claustros conventuales
La pujanza vital del siglo XVI burgalés se manifestó también en la actividad constructiva de las órdenes religiosas, se encuentran el elevado número de claustros que se ampliaron o construyeron de nuevo.
Más información Funciones de la imagen religiosa en el Manierismo español
Las décadas centrales del siglo XVI se caracterizan por el desarrollo que alcanzó el tema de la imagen religiosa y por la formulación de la polémica establecida entre los que pretendían dotar a la misma de un contenido clasicista, a la manera italiana, y los partidarios de otras opciones que, por sus planteamientos dramáticos y emocionales, enlazaban con el modelo nórdico de filiación flamenca. En el campo de la arquitectura religiosa, la crisis ideológica y religiosa que afectó a la sociedad española del siglo XVI se tradujo generalmente en una radicalización de posturas dirigidas a establecer un sistema que sirviera de estilo oficial a la Iglesia.
Más información La obra de Alonso de Berruguete
A pesar de su formación clásica y de su vinculación, por tanto, a los modelos formales del Renacimiento y Manierismo italianos, Alonso de Berruguete desarrolló en su obra gran cantidad de recursos dramáticos y expresivos para dotar a sus esculturas de un contenido básicamente emocional. Su obra constituye una de las aportaciones más importantes de la poética manierista europea y una alternativa válida a la crisis del Renacimiento Clásico, a la vez que contribuye a la consolidación en España de una corriente emocional y expresiva llamada a tener en el futuro un gran éxito en las artes plásticas.
Más información La obra de Juan de Juni
Frente a las soluciones radicales de Alonso de Berruguete, Juan de Juni adopta una posición diferente y hasta cierto punto divergente: su gusto por las figuras clásicas, reposadas, y su afición por las formas anatómicamente correctas le vinculan con ciertas fórmulas del clasicismo italiano y le relacionan con la obra de Miguel Angel en su primera etapa florentina.
Más información La escultura castellana del siglo XVI
La escultura refleja, quizás mejor que otros campos artísticos, este afán renacentista de vuelta al mundo clásico grecorromano que exalta en sus desnudos la individualidad del hombre creando un nuevo estilo cuya vitalidad sobrepasa la mera copia.
Más información Difusión de la escultura castellana
Junto a las escuelas de Valladolid y Toledo y las andaluzas de Sevilla y Granada, que en el transcurso de los años de esta centuria se vivifican con el éxodo de los artistas de aquéllas, fundamentalmente la toledana, surge en torno a la Corte, con capitalidad estable en Madrid desde el año 1561, un foco cortesano ocupado primordialmente en la magna obra del monasterio de El Escorial.
Más información Primera etapa
Primera etapa
Las importaciones de obras italianas, en general genovesas, de un renacimiento en cierto modo industrializado aunque muy correcto, se realizan de hecho en un área externa a los centros castellanos y, desde otro punto de vista, su influjo es tangencial en la progresiva asimilación del nuevo gusto.
Más información Aceptación temprana del Renacimiento
Mientras que en Burgos Felipe Bigarny realizará la decoración del trascoro de su catedral en la temprana fecha de 1498, posiblemente el primer monumento escultórico renacentista español, el cardenal Mendoza emprende en estos años finales del siglo XV una serie de obras en las que impone el orden a la romana, en su Colegio de Santa Cruz de Valladolid, con fina portada de correcto italianismo.
Más información Los grandes retablos de las catedrales
En comparación con el italianismo puro de un Bartolomé Ordóñez, que tiñe de españolismos expresivos del más puro lirismo Diego de Siloe, la obra de Bigarny resulta retardataria pero no obstante su ingente actividad en la dilatada zona geográfica de las dos Castillas es la que hace avanzar nuestro renacimiento, al saber adaptar el lenguaje renacentista a su acento nórdico más familiar a nuestros oídos en los primeros años del siglo XVI.
Más información Granada, Burgos y Barcelona
Las formas renacentistas se van imponiendo a través de los grandes maestros, favorecido este movimiento de renovación por la difusión de estampas del nuevo arte que como los grabados de, por ejemplo, un Zoan Andrés pudieron servir de modelo en la ejecución de los nuevos temas a maestros menos conocedores del renacimiento italiano.
Más información Segunda etapa
Puede decirse que hacia los años medios del siglo XVI el Renacimiento español se ha definido en todas sus regiones merced a la labor dispersa de estos grandes maestros, y a partir de entonces van perfilándose centros diversos de la actividad escultórica castellana con peculiaridades propias, destacando el de Valladolid por la obra de Juni.
Más información Becerra, Anchieta y la escultura romanista
La crítica siempre estuvo de acuerdo en señalar el retablo mayor de Astorga, construido entre 1558 y 1562 por Gaspar Becerra, como la obra representativa del nuevo estilo tanto en su estructura arquitectónica y sus motivos decorativos como en el estilo e iconografía de sus imágenes y relieves.
Más información La renovación artística y la configuración del estilo
La contribución definitiva a la renovación artística va a nacer de la obra de Gaspar Becerra y de los nuevos repertorios de estampas y grabados. La estancia en Italia del escultor del retablo de Astorga y su colaboración con Volterra y Vasari le permiten conocer de primera mano las obras de Miguel Angel y su círculo.
Más información Un nuevo marco. Traza y decoración en el retablo romanista
La nueva imagen se sigue ofreciendo en su marco tradicional, el retablo, pero transformado y diferente en su traza y repertorio decorativo. Este mueble litúrgico se había convertido en la herramienta principal para el adoctrinamiento de los fieles, pero era lógico que al compás de las nuevas ideas, el retablo abigarrado y repleto de motivos decorativos del Primer Renacimiento no fuera ya válido.
Más información La nueva imagen. Estilo e iconografía
Las imágenes de la escultura romanista llaman la atención por la monumentalidad, el canon alargado, violentos escorzos o contrapostos más suaves, y anatomías de músculos potentes más propios de atletas que de santos. El afán moralizante y ejemplificador se consiguió a través de actitudes clásico-heroicas de gran aplomo.
Más información La policromía contrarreformista
Trento y los Sínodos prohibieron las cosas que causan o pueden causar indecencia e indevoción y pintar historias deshonestas, impidiendo así la representación de motivos fantásticos o grutescos que se vieron sustituidos por un estofado más naturalista.
Más información Gaspar Becerra y la introducción del romanismo
Si importante fue el retablo astorgano para la configuración del Romanismo, no cabe duda que el éxito y la difusión del modelo por el resto del país radica en los colaboradores de Becerra en tan magna empresa, que copiaron en sus obras traza e imágenes considerados paradigmáticos del estilo.
Más información Esteban Jordán. Puente de oro en la escuela de Valladolid.
Su amplia producción y las numerosas tasaciones para las que fue llamado relacionaron a Esteban Jordán con los mejores escultores del momento, erigiéndose en el principal protagonista de la escultura del último tercio del siglo XVI en Castilla.
Más información Pedro López de Gámiz y el problemático retablo de Briviesca
Una sola obra, el retablo mayor de Santa Clara de Briviesca, hubiera bastado por su trascendencia en la difusión del Romanismo, para considerar a su autor, Pedro López de Gámiz, como una de las cumbres de la escultura española.
Más información Juan de Anchieta y su obra
Su abundante y dispersa obra, la calidad de la misma y los numerosos seguidores, convierten a Juan de Anchieta en una de las claves para comprender el éxito del nuevo estilo desde el Cantábrico al Ebro y desde Aragón a Burgos.
Más información Pedro de Arbulo y Juan Fernández de Vallejo
Arbulo dominará en la Rioja Alta y Vallejo en Logroño. Desde 1569 las obras se suceden, entre ellas sobresalen tallas y relieves del retablo de San Andrés de Eiba (1569), el retablo y sillería de San Asensio (h. 1570, desaparecido), los mayores de Desojo (1571), San Torcuato y Manjarrés (h. 1571) y el del Monasterio de la Estrella (1597, Museo de Logroño).
Más información Ultimas manifestaciones
La actividad escultórica de estos años es grande y va cubriendo de bellos altares las iglesias castellanas; la escultura funeraria cobra nuevo auge aunque se advierte el abandono gradual del trabajo en materiales duros incluido el decorativo de la arquitectura, que el nuevo sentir clasicista repudia como ajeno a tan noble arte.
Más información Damián Forment y el Renacimiento en Aragón
En contraste con la escuela castellana y su irradiación en Andalucía, organizada en focos prácticamente independientes, en Aragón aparecen núcleos de trabajo que gravitan todos alrededor de Zaragoza. Estos centros de actividad en gran medida siguen las pautas ya trazadas en el siglo XV, pues la función predominante de las obras de arte suele ser la tradicional y los comitentes pertenecen a los mismos estamentos sociales.
Más información El papel de los talleres artísticos
Entre los tipos de obras de escultura realizadas en Aragón durante el siglo XVI, el más frecuente es el retablo, verdadero soporte temático del discurso iconográfico que constituía la forma principal de decoración de las iglesias. Precisamente, en ese siglo la mayor parte de las catedrales aragonesas, de los monasterios más importantes y de las iglesias parroquiales, renovaron sus retablos mayores.
Más información El maestro de retablos
En su ciudad natal, Valencia, como lo da a entender el contrato del retablo de San Eloy Forment en contacto con la nueva moda italiana, que desde fecha temprana se conocía en Valencia. Las relaciones con Italia y particularmente con Nápoles fueron frecuentes ya desde Alfonso el Magnánimo.
Más información El retablo del Pilar y sus consecuencias
El retablo del Pilar es una de las piezas escultóricas capitales del Renacimiento español. De la obra se hicieron primero el sotobanco y el banco (1509-1512) y, una vez asentada esa parte, se comenzaría a trabajar en el cuerpo (1512-1518).
Más información El gran taller de Forment
La obra del retablo mayor de la Catedral de Huesca y la llegada de Forment con su taller supondrían convertir a Huesca en un importante foco escultórico del Renacimiento aragonés, de larga duración gracias a artífices como la familia de los Orliens.
Más información Años finales
Años finales
Damián Forment falleció en Santo Domingo de la Calzada, el 22 de diciembre de 1540. Con él desaparecía el taller escultórico más importante de Aragón y uno de los más activos de España, cuya estructura y funcionamiento había permitido trabajar en cuantiosas obras, contratadas y dirigidas por el escultor, pero ejecutadas habitualmente por la nutrida nómina de buenos colaboradores.
Más información El final de una generación
Con la desaparición de los grandes maestros, Joly en 1538, Forment en 1540 y Moreto en 1547, termina la primera etapa de la escultura aragonesa del Renacimiento y se inicia un período, más complejo y peor conocido que el anterior, a lo que se añade la falta de grandes figuras que pudieran continuar el nivel de sus maestros.
Más información Persistencia de lo plateresco
Frente a las novedades tipológicas establecidas por Juni y sus colaboradores, los grandes retablos platerescos, complejos de estructura y prolijos en la decoración, se resisten a desaparecer en unas fechas donde en otros lugares se inicia una fuerte crítica a los excesos y desproporciones platerescos, que pronto afectaría al concepto mismo de la imagen sagrada.
Más información La pintura devocional
Las numerosas obras de Juan Correa de Vivar (muerto en 1566) o las pinturas piadosas de Vicente Macip y su hijo Juan de Juanes (muerto en 1579), representan la adaptación de soluciones cultas a un lenguaje elemental orientado a satisfacer las necesidades devocionales de un gran número de fieles.
Más información El arte español en América
Una vez aseguradas las más inmediatas necesidades defensivas y de control del territorio, las autoridades civiles y religiosas del Nuevo Mundo emprendieron de manera sistemática la urgente tarea de levantar nuevos asentamientos urbanos y de dotarles de los equipamientos y edificios necesarios para reproducir en los territorios conquistados un modelo de sociedad y, en definitiva, un modelo de cultura, que no era otra que la de los conquistadores europeos.
Más información Arquitectura conventual
La instalación en América de las órdenes religiosas españolas -principalmente franciscanos y dominicos-, insustituibles en la misión evangelizadora emprendida desde los primeros momentos de la Conquista, trajo consigo la construcción de determinados tipos conventuales, a los que hubo que añadir algunos elementos imprescindibles para que aquéllos pudieran cumplir convenientemente con su misión.
Más información El arte en el reinado de Felipe II
El proceso de decantación clasicista constatado en los ambientes artísticos españoles durante el período carolino, culmina en el reinado de Felipe II con la adopción del Clasicismo como lenguaje oficial de la monarquía. El Monasterio de El Escorial, lugar donde se da una perfecta combinación de lo práctico y lo simbólico, entre lo sagrado y lo profano, se convierte en el ejemplo más fidedigno de la cultura de una época y en el mejor exponente de la Contrarreforma católica.
Más información Felipe II y la arquitectura
Con la llegada al trono de Felipe II, la alternativa clasicista que, breve y discontinuamente, se había formulado a lo largo del siglo XVI, se implantó definitivamente en los ambientes artísticos españoles como reflejo del arte oficial establecido en la corte, que a partir de 1561 tuvo en Madrid su capital permanente.
Más información Los trabajos de Juan Bautista de Toledo
Después de un período de formación italiana y de unos años de actividad profesional en Nápoles y Roma, Juan Bautista de Toledo llega a España con la misión de dirigir el conjunto de las obras reales y de formular un tipo de arquitectura sencilla, austera y monumental en sintonía con los ideales de la Contrarreforma.
Más información El Monasterio de El Escorial: el edificio y sus programas
De todas las obras emprendidas por Felipe II, el proyecto más importante, y el único que prácticamente se ha conservado hasta nuestros días conforme fuera diseñado, es el monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial, lugar donde se pone especialmente de manifiesto la instrumentalización de las artes efectuada por el rey, al convertir su más querido y costoso proyecto en el exponente programático de la Monarquía y en el mejor ejemplo, en su totalidad, del arte de la Contrarreforma católica. Juan Bautista de Toledo es designado como director de las obras del monasterio sucediéndole en el cargo Juan de Herrera.
Más información La basílica
De todas las partes del monasterio de El Escorial, lo que más problemas planteó a Felipe II y a sus arquitectos fue, sin duda, la Basílica, elemento nuclear del conjunto situado en el eje axial del edificio. La basílica se organiza a partir de un espacio central cubierto con cúpula sobre tambor y responde a una arquitectura monumental y desornamentada cuyos alzados se articulan con un orden colosal de pilastras dóricas que soportan las cornisas sobre las que cargan las bóvedas.
Más información El palacio del rey
El palacio real se articula en torno a un gran patio, simétrico al de los Evangelistas, dividido en tres partes por dos crujías ortogonales, donde se emplazan las salas de representación situadas en torno al Patio de los Mascarones, los servicios de la corte y la Sala de las Batallas. La ausencia de espacios de ostentación, propios de las construcciones palaciegas contemporáneas, convierten a esta zona del monasterio en un lugar de retiro espiritual del monarca, que permanece oculto para sus súbditos recluido en sus habitaciones privadas, comunicadas visualmente con el altar mayor de la basílica.
Más información La biblioteca
De todo el conjunto de El Escorial, la pieza más importante después de la iglesia es la Biblioteca, nexo de unión de la zona del convento y del estudio, o sea, del mundo de lo sagrado y de lo profano, idea que se refuerza con un amplio programa iconográfico desarrollado por Carducho y Tibaldi con la colaboración en lo ornamental de Granello y Castello.
Más información Una nueva imagen religiosa
Al margen de las corrientes emocionales que en sintonía con el sentir popular definían la imagen religiosa en la España contrarreformista, el arte oficial fomentó una idea distinta de la pintura piadosa, basada en unos planteamientos clasicistas concebidos como medio de representación del distanciamiento y de la majestad divina. Debemos resaltar el cambio de orientación de la pintura religiosa a la muerte de Juan Fernández Navarrete, el Mudo, con la llegada de los italianos Cambiaso, Zúccaro y Tibaldi.
Más información Alternativas emocionales al arte oficial
El lenguaje clasicista se reduce a los círculos próximos a la corte y a los ambientes humanistas más sofisticados, mientras que las alternativas vinculadas al arte oficial de la Iglesia, por su carácter emocional y expresivo, se convierten en manifestaciones populares de tipo devocional, en consonancia con las funciones asumidas tradicionalmente por la imagen religiosa. Sin embargo, a finales del siglo XVI y por influencia del arte de El Escorial el fenómeno clasicista se extiende incluso a este campo, dominando todo el panorama artístico durante varios años.
Más información El retrato renacentista
No hay en el panorama del siglo XVI español nada que propicie la creación artística fuera del mecenazgo de la Corona y de la Iglesia, aunque han de considerarse algunas excepciones, pero el retrato propiamente dicho tardará en producirse y, cuando lo hace se limita exclusivamente al ámbito áulico y al eclesiástico.
Más información Berruguete y el retrato español del Renacimiento
Brillante colorista y excelente dibujante, Berruguete mantiene una inclinación por el lujo y los dorados, elementos decorativos muy del gusto de la clientela española de los últimos años del siglo XV. Pero su formación, en ese sentido, se ve alterada por una estancia en Italia donde creará lo más moderno de su producción.
Más información El retrato del siglo XVI en Levante
En el Este mediterráneo peninsular se habla habitualmente de Pablo de San Leocadio, de los Osona padre e hijo y de una buena cantidad de pintores más limitados que abren paso a los verdaderos italianistas levantinos: Fernando Yáñez de la Almedina y Fernando de los Llanos. Ninguno de ellos tiene mucho que ver con el retrato, actividad poco practicada en la Península.
Más información El retrato del siglo XVI en Andalucía y Extremadura
Tampoco en el sur y el oeste de la Península encontramos artistas especialmente dotados para el retrato. Al igual que en Levante, ninguno de ellos ha de ser considerado como retratista y sólo algunos se dedican a esa tarea esporádicamente, como complemento de composiciones religiosas. Con frecuencia, quienes lo hacen son de procedencia nórdica, como es el caso de Alejo Fernández y Pedro de Campaña.
Más información El retrato de Corte bajo Felipe II
El único retratista español, en sentido estricto, del siglo XVI es Alonso Sánchez Coello. Sucede al flamenco Antonio Moro como retratista en la corte de Felipe II, pero previamente tuvo ocasión de acercarse a la estupenda obra del maestro viajando a Flandes.
Más información El Greco como retratista
Afortunadamente hemos de ceñirnos a su actividad como retratista pero ello no resta esfuerzo a la hora de comentar, elegir y poner en su lugar una serie de retratos de mano de El Greco que, alejados de la Corte, se cuentan entre los más sugerentes en el tránsito del siglo XVI al XVII.
Más información Pinturas devocionales
La pintura devocional podría entenderse indistintamente atendiendo a los recursos del sentimiento y de la emotividad, como en el caso de las obras de Juan de Juanes, o subrayando el carácter de imagen piadosa dirigida a provocar el recogimiento y meditación de los fieles. En este sentido, las obras de Luis de Morales se orientaron a conseguir estos últimos fines.
Más información La obra de Luis de Morales "El Divino"
Por encima del placer estético producido por el arte pictórico de Luis de Morales, habría que fijarse en su interés por la forma artística funcional, por su capacidad y su éxito en la adecuación de una forma a unas intenciones funcionales muy precisas, ajenas quizá a nuestro sentir contemporáneo.
Más información Algunos hechos y personajes de su vida
La documentación conservada nos indica, por una parte, que se tenía a Morales como un artista que pintaba menos al natural que Estado; por otra, se nos concentran las obras realizadas hasta la fecha por Luis, empezando por las obras para instituciones civiles y religiosas, como sus retablos para el Hospital de San Andrés de Badajoz.
Más información Un mito rural y popular
No pueden extrañarnos los muy distintos destinatarios de unas u otras tablas realizadas por Morales, ni que sus mejores obras pertenezcan a aquel género, el cuadro de oratorio familiar o pequeña capilla, como su Virgen con el Niño y el pajarito.
Más información Una clientela novadora de pintura letrada
Ya hemos apuntado de pasada los contactos que debió establecer Morales con los obispos Francisco de Navarra y Cristóbal de Rojas y Sandoval; sin embargo, su más conocido cliente, casi su mecenas al pasarle un excelente sueldo de 160 ducados anuales fue su sucesor en la sede episcopal y futuro santo Juan de Ribera.
Más información De Erasmo a Rotterdam a fray Luis de Granada
De Erasmo a Rotterdam a fray Luis de Granada
Para fray Luis, el juicio particular se convierte en previsión del juicio final y el hombre debe estar prevenido ante él. La idea de la salvación del pecador aparece incluso en cuadros aparentemente anecdóticos de Luis de Morales en los que curiosamente se insiste en la importancia del aprendizaje de la escritura como parte de las primeras letras.
Más información Un nuevo método imaginativo de meditación devocional
Morales no fija en un tiempo o en un lugar concretos la escena de sus tablas, nos da una pauta a partir de la que nuestra imaginación puede volar hacia delante y hacia atrás. Los comparsas del drama nos señalan, desde la propia imagen, el centro de nuestra atención.
Más información El éxito de los retablos
La multiplicación de encargos de retablos tuvo que suponer a Morales la cúspide de su actividad, valorada en términos económicos, aunque nunca alcanzaran las cantidades -el retablo de Arroyo del Puerco fue contratado por 400 ducados, el de Evora por 212, el pequeño de Higuera la Real por 160- que se barajaban en capitales como Toledo o Sevilla.
Más información La decadencia de un pintor y un estilo
La década de los setenta, tiempo del obispado pacense del inquisitorial y dogmático Diego de Simancas (1569-1578), será para Morales la de la decadencia, la vejez, el taller, los encargos de retablos lejanos y algunas deudas documentadas, a las que se sumarían actividades de compraventa de solares y tierras de labor; sería también ésta la década de la ausencia de encargos -no digamos mecenazgo- episcopales.
Más información La obra de El Greco
Fue El Greco el único artista español que supo traducir en imágenes una idea dramática de la experiencia religiosa. Su obra configura un mundo personal e intelectualizado donde la pintura, utilizada como instrumento de definición de la imagen piadosa, se manifiesta mediante unas licencias sin límites en el tratamiento de la forma y unos criterios lumínicos y cromáticos radicalmente novedosos. Desde un punto de vista formal, la pintura de El Greco aparece en España como una prolongación única y singular de los planteamientos dramáticos del Manierismo veneciano.
Más información El Greco: de Italia a España
Natural de Creta, Domenikos Theotokópoulos marchó a Italia para realizar su aprendizaje artístico, viajando en primer lugar a Venecia y después a Roma. Desde la Cidad Eterna se trasladará a España, según Mancini debido a sus comentarios desfavorables sobre el Juicio Final de Miguel Angel, afirmando que sus palabras indignaron tanto a los artistas y amantes de la pintura que se vio obligado por ello a marchar a España
Más información Su arte
El Greco pretendió ser un artista completo. Por fuentes de la época sabemos que, además de a la pintura, dedicó una parte de su actividad creadora a la arquitectura y a la escultura. Pero El Greco que hoy conocemos, admiramos y aún estudiamos fue esencialmente un pintor, un pintor único y magistral.
Más información Simbolismo e imaginación
El Greco fue sin duda un artista de su tiempo y sus ideas estéticas estuvieron dentro de la corriente de la época, pero su personalidad fue única y su intención distinta. En realidad no se sumó al Manierismo, lo interpretó. La influencia de la doctrina de la Contrarreforma es otro de los factores a considerar a la hora de analizar su estilo.
Más información Su obra
La temática de la pintura de El Greco está condicionada por su estancia y sus relaciones en Toledo, donde realizó casi toda su obra conocida. Sin embargo, cuando llegó a España tenía ya unos treinta y seis años y aunque durante su etapa italiana no alcanzó el éxito, es de suponer que allí pintara una serie de obras, la mayoría de las cuales hoy nos son desconocidas.
Más información Lo terreno y lo celestial
Tras el rechazo de Felipe II del Martirio de San Mauricio y la Legión Tebana, El Greco determinó su establecimiento definitivo en Toledo, donde poco tiempo después demostró la extraordinaria calidad de su arte pintando para la iglesia de Santo Tomé uno de sus lienzos más famosos, El entierro del Conde de Orgaz, que se conserva en su emplazamiento original.
Más información Influencia en el Barroco
Otro momento culminante de la carrera de El Greco son sus trabajos para el Hospital de la Caridad de Illescas. En 1603 se comprometió junto a su hijo a hacer el retablo del presbiterio para el que pintó cuatro lienzos, la Virgen de la Caridad, la Coronación de la Virgen, la Anunciación y el Nacimiento.
Más información Una fecunda actividad
La actividad del Greco fue muy fecunda y además de realizar conjuntos decorativos pintó también numerosas imágenes de devoción y series de santos, con los que, siguiendo la doctrina contrarreformística, fijó una nueva iconografía que ejerció una decisiva influencia en la pintura posterior.
Más información Fortuna crítica
La exposición monográfica que organizó el Museo del Prado en 1902 y el estudio riguroso que le dedicó Manuel B. Cossío en 1908 fueron los inicios del camino que condujo a la auténtica comprensión de la pintura de El Greco. A lo largo del siglo XX ha sido objeto de numerosos e importantes estudios, gracias a los cuales hoy se le considera como se merece, es decir, como uno de los más grandes genios de la pintura.
Más información El fin de siglo: arquitectura y urbanismo
Los ideales clasicistas formulados en El Escorial se proyectaron inmediatamente desde la corte hacia otros lugares de la Península a través de la obra de muchos de los artistas que habían trabajado en el monasterio. Juan de Herrera con sus intervenciones en los Sitios Reales, en Granada, Sevilla y Valladolid el artífice más destacado de este proceso.
Más información Los ideales del clasicismo en América
Fue en América donde el fenómeno clasicista alcanzó una especial significación, contribuyendo a la clarificación de la normativa constructiva que se fue apartando progresivamente de la imprecisión lingüística que caracterizó al período carolino. Fue a partir de mediados de la década de los años sesenta, cuando se inició la construcción de las grandes catedrales americanas de acuerdo a los principios de la normativa clásica.
Más información Introducción al Barroco Español
Tras el período de duda y desintegración vivido por el mundo europeo con motivo de la Reforma protestante, en los últimos años del siglo XVI surgieron unos nuevos planteamientos ideológicos que crearon la necesidad de una renovada cultura que sirviera como instrumento integrador y, sobre todo, que ofreciera al hombre un fundamento seguro de existencia. El Barroco nació, por consiguiente, aceptando la diversidad de pensamientos, actitudes y necesidades expresivas, lo que justifica la pluralidad de tendencias que lo configuran, las cuales no hacen más que confirmar la propia esencia plural de la época.
Más información La España del siglo XVII y el arte
A lo largo de esta centuria reinaron en España los tres últimos monarcas de la Casa de Austria: Felipe III, Felipe IV y Carlos II, siendo regente durante su minoría de edad su madre Doña Mariana de Austria. La precaria situación económica se dejó sentir en la arquitectura, la más necesitada entre las tres grandes artes de recursos monetarios para financiar la actividad constructiva. La escultura y la pintura, menos dependientes de la situación económica, no se vieron afectadas negativamente por el empobrecimiento de la nación. Ambas se convirtieron en intérpretes de una religión profundamente vivida por la sociedad española de la época, desde los reyes hasta las clases más humildes.
Más información Arquitectura barroca española
La actividad constructiva en la España del siglo XVII se vio, en general, afectada por la falta de recursos: materiales pobres, lentitud en los trabajos, interrupciones y demoras... Tampoco se llevaron a cabo empresas arquitectónicas ni programas urbanísticos importantes, como sucedió en otros países. Sin embargo, se levantaron numerosos edificios religiosos, debido a que la Iglesia fue el estamento que menos sufrió la recesión económica, recibiendo, además, la ayuda de la monarquía y de la alta nobleza para financiar sus construcciones.
Más información La etapa de transición
En los primeros años de la centuria predomina un estilo sobrio y monumental, basado en esquemas tradicionales y heredero de las ideas clasicistas definidas por Juan de Herrera en las últimas décadas del siglo XVI. La actividad se centró sobre todo en Castilla, siendo Francisco de Mora el más destacado exponente de este proceso evolutivo.
Más información El primer Barroco
Los diseños y estructuras de esta etapa perduraron hasta la siguiente centuria, sin sufrir cambios sustanciales, tanto en la tipología religiosa como en la civil, apreciándose como única nota evolutiva a destacar en el transcurrir del siglo un creciente interés por la ornamentación Los edificios son concebidos con evidente geometrismo y sencillez, pero se apartan de la rigurosa severidad herreriana mediante la valoración plástica de los volúmenes y la aplicación de elementos decorativos a los muros, lo que confiere a las superficies el carácter pictórico propio del Barroco.
Más información Gómez de Mora y la sistematización del lenguaje arquitectónico
Juan Gómez de Mora es la figura más importante de la arquitectura española de la primera mitad del siglo, y además el creador de un "sistema arquitectónico racional y emblemático" con el que dio respuesta a los planteamientos ideológicos y funcionales de la época, consiguiendo una perfecta síntesis entre la herencia clasicista y la naciente formulación barroca, basada en renovadas expresiones y experiencias.
Más información El palacio del Buen Retiro
El Conde Duque de Olivares ofreció a Felipe IV un lugar de descanso y retiro en el Palacio construido a las afueras de Madrid. Se trata de un conjunto sencillo en la forma, anárquico en la traza pero magnífico en la riqueza y suntuosidad de sus interiores. Alonso Carbonel trabajará como maestro de obras. La rapidez de los trabajos dañó la calidad de la construcción, que presentaba en su aspecto exterior un diseño sobrio y austero, siguiendo la tipología de la arquitectura cortesana definida por Gómez de Mora en aquellos años.
Más información Los arquitectos jesuitas y la influencia italiana
La actividad de los arquitectos jesuitas contribuyó a la evolución de la arquitectura española desde las formas renacentistas a las barrocas, debido a las numerosas fundaciones que la orden llevó a cabo en la Península desde las últimas décadas del XVI. La Compañía de Jesús fue uno de los principales impulsores de la creación del nuevo estilo en Italia, donde Vignola definió en el Gesù de Roma (1568) el modelo deseado por los jesuitas que después, con diversas variantes locales, se convirtió en el prototipo de iglesia barroca, porque su diseño se adecuaba exactamente a las exigencias de los ideales contrarreformísticos imperantes en el arte de la época.
Más información Los tratados de arquitectura en la España del siglo XVII
En general los tratados del Renacimiento ejercieron un importante influjo tanto en la arquitectura española del XVII como en los textos que se escribieron en nuestro país en dicho período. El primero en aparecer fue el tratado "Arte y uso de arquitectura" de Fray Lorenzo, sin duda el de mayor éxito y difusión en su época. Ya en la segunda mitad de la centuria destaca el manuscrito de Fray Juan Rizi "Tratado de la Pintura Sabia". Hacia 1678 Juan Caramuel escribe "Architectura civil recta y oblicua".
Más información La consolidación del estilo
A partir de los años centrales del siglo la arquitectura fue adquiriendo una expresión definitivamente barroca, superando poco a poco el recuerdo clasicista. La valoración de la plasticidad y de los contrastes luminosos en los exteriores, así como la intensificación de la decoración, sobre todo en los interiores, son las cualidades más sobresalientes de esta última etapa de la centuria, en la que sin embargo no se produjeron novedades estructurales.
Más información Los focos regionales
Los focos regionales
La crisis económica que sufrió España en este siglo incidió de forma determinante en la actividad constructiva desarrollada en las distintas zonas de la geografía peninsular, que en general vieron muy mermada por este motivo su capacidad para promover empresas arquitectónicas importantes. Sólo Galicia escapa a esta situación, debido a la existencia en la región de un clero adinerado que impulsó numerosas edificaciones.
Más información La ciudad española en el siglo XVII
La ciudad barroca se estructuraba sobre el eje de la Calle Mayor, en torno al cual se repartía un pobre caserío en un entramado de callejuelas, rincones y plazuelas irregulares. La Plaza Mayor era el punto principal de concentración y los distintos barrios conservaban la especialización de actividades y talleres artesanales heredados de la Edad Media. Palacios, o mejor grandes caserones sobrios por fuera y ricos por dentro, y sobre todo iglesias, conventos, capillas, ermitas y altares urbanos llenaban sus calles, ampliadas en sus tramos más importantes para facilitar el paso de los viandantes y carruajes, siguiendo la idea barroca de adecuar el diseño urbano a las exigencias de la vida del hombre. La falta de iluminación y de empedrado, y la abundante suciedad completan la visión de la ciudad de la época, cuya fisonomía poseía una especial caracterización gracias a los numerosos chapiteles apuntados de pizarra que la coronaban.
Más información La Plaza Mayor en España
Entre las aportaciones más singulares del urbanismo español a la general historia de la ciudad, se encuentra, sin duda alguna, la Plaza Mayor de ordenada arquitectura. Sus orígenes y definición formal no resultan muy claros hasta los años finales de la Edad Media, siendo desde el siglo XVI una realidad urbana que dio lugar a una serie ininterrumpida de modelos y variantes, hasta llegar a las últimas plazas del siglo XIX, con las que se cierra este original episodio de la Plaza Mayor en España.
Más información La Plaza Mayor en la historia del urbanismo
El deseo de dotar a la ciudad de una plaza regular es muy antiguo y su elemental geometría supone el deseo de racionalizar el espacio con beneficio de sus funciones y mejora de sus condiciones estéticas.
Más información Antecedentes medievales
A lo largo del siglo XIII, con la guerra y repoblación se vincula la creación de las bastidas o villas nuevas, cuyos vecinos viven prácticamente una doble condición civil y militar en un territorio en litigio que hay que defender.
Más información Usos y funciones de la Plaza Mayor
La Plaza Mayor sirvió como teatro para otras funciones más amables, en las que habría que incluir todo tipo de espectáculos públicos imaginables (procesiones religiosas y gremiales, entradas y bodas reales, proclamaciones, torneos y juegos de cañas, comedias y autos sacramentales, etc.), pero fueron la lidia y el rejoneo de toros los que dieron a la plaza su más hondo significado.
Más información El siglo XVI
Desde el punto de vista cronológico el siglo XVI supone el despegue decidido de la nueva y ordenada Plaza Mayor, tal y como vamos a conocerla hasta el siglo XIX. En aquella centuria se dio toda una serie de circunstancias históricas, económicas y estéticas que formalizaron la Plaza Mayor, tal y como convenía a la España del Siglo de Oro, y tal y como se llevó a América como pieza sobresaliente y emblemática del proceso colonizador.
Más información La época barroca
Es ésta la etapa central de la historia de la Plaza Mayor, la que corresponde a la España barroca de los siglos XVII y XVIII, si bien lo que verdaderamente se expresa en términos propios de la mentalidad barroca es la fiesta misma, el espectáculo, el argumento y cuanto sucede dentro de la plaza, mientras que ésta se mantiene sin variar más que en lo secundario, en lo epitelial, en lo estilístico.
Más información La plaza neoclásica
La fundación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando supuso la desaparición de la Plaza Mayor tradicional, si bien hemos de matizar que la plaza, su planta y concepción, siguió siendo la misma, quizás con mayor rigidez en su replanteo, siendo la piel de su arquitectura la que experimentó mayores cambios.
Más información El arte efímero
Arquitectura, escultura y pintura participaban de la configuración de este tipo de obras, algunas creadas para los interiores de los templos, como los monumentos de Semana Santa y los catafalcos para las honras fúnebres de personajes reales, y otras, las más numerosas y representativas, destinadas a vestir la ciudad con motivo de importantes acontecimientos.
Más información El Barroco efímero
Uno de sus rasgos más peculiares era su carácter provisional o transitorio, ya que se trataba de una manifestación artística producto de un acto coyuntural o de un festejo excepcional, bien fuera un triunfo romano, una celebración litúrgica, un fasto cortesano o una representación teatral del Siglo de Oro.
Más información El reino del disfraz
Los cronistas resultan pretenciosos con su continuo interés en impresionar al lector de aquello que fue lo nunca visto. No sólo describen minuciosamente la fiesta sino que también la interpretan al transcribir y explicar los textos emblemáticos incorporados a las arquitecturas transitorias.
Más información Esplendor y decadencia
Pese a su esplendor, las manifestaciones artísticas provisionales son producto de una sociedad decadente con una economía regresiva. Esta paradoja, siempre puesta de manifiesto, ha sido vista como un fenómeno consustancial de la España de los Habsburgo.
Más información Imagen y ostentación en los espectáculos y diversiones reales
Colgaduras, carrozas y efectos de representación escénica estuvieron presentes en las celebraciones regias y religiosas, aunque en estas últimas primó la instalación de altares provisionales. Tramoyas y diversiones de todo tipo, como danzas, máscaras y saraos, tuvieron como escenario el palacio y los jardines.
Más información Fasto y mascarada
Durante el reinado de Felipe III aparecieron las comedias de tramoyas, un género que requería una compleja maquinaria para lograr los efectos escénicos requeridos y que muy pronto se introdujo en la corte de Felipe IV.
Más información Efectos urbanísticos
Si hay que destacar un artista de primera fila es inevitable mencionar a Rubens como responsable del festejo que Amberes celebró con motivo de la llegada de don Fernando de Austria como gobernador de los Países Bajos, una de las pompas más célebres del siglo cuyas arquitecturas tuvieron una repercusión trascendental no sólo en España, sino en toda Europa.
Más información La fiesta religiosa
Particular importancia tuvo la fiesta del Corpus en las ciudades barrocas. Excelentes estudios han demostrado la validez del factor escenográfico en la conformación de esta procesión, de origen medieval, que gravitó por las calles luciendo el elemento esencial de su función: la custodia eucarística.
Más información La cabalgata de los festejos dieciochescos
Con el siglo XVIII la fiesta tiende de forma progresiva a distinguir lo puramente sagrado de lo cívico y profano. Excepcional importancia tuvieron la música y la ópera en las fiestas cortesanas de la primera mitad del siglo, así como las diversiones organizadas en Aranjuez durante el reinado de Fernando VI.
Más información El retablo
El retablo barroco es sin duda la creación fundamental del arte religioso español. Algunas de sus características son coincidentes con las del arte efímero, como el hecho de ir por delante de la arquitectura y de convertirse en una fuente generadora de nuevas fórmulas. Alonso Cano y Pedro de la Torre fueron los auténticos renovadores de la tipología del retablo a partir de los años centrales de la centuria.
Más información El retablo barroco
Varios ingredientes influyeron en el explosivo éxito del retablo en España, pues aunque existiese también fuera de nuestras en ningún otro país se produjo con tanta intensidad acumulativa como en el nuestro, donde realmente el retablo barroco ha de ser considerado como una de las expresiones más genuinas, significativas y aun exclusivas de nuestro arte.
Más información Usos y tipologías del retablo
El retablo barroco ha de considerarse como un mueble litúrgico destinado a desempeñar una función de carácter devocional, cultural y religioso. Ahora bien, los distintos usos que podía tener dentro de ese ámbito, bien separadamente, bien de manera simultánea, condicionaron su composición y distribución.
Más información Retablo, escenografía y tramoya
Uno de los principales ingredientes del arte barroco en general y del retablo en particular fue la asimilación de recursos propios de la escena y de la técnica teatrales a fin de intensificar su efectismo y emotividad, atrayendo por este medio al público hacia lo religioso y lo sagrado.
Más información Evolución morfológica y estilística del retablo
La primera etapa del retablo seiscentista se puede definir como una prolongación del clasicismo arraigado plenamente a finales del siglo XVI, cuyo máximo exponente fue el retablo diseñado por Juan de Herrera para la basílica del monasterio de El Escorial. En ella se atiende de preferencia a la estructura y dispositivo arquitectónico.
Más información Artífices y clientes. La iconografía de los retablos
El retablo es por naturaleza proteico, pues su arquitectura ha de servir de marco y encuadre a la imagen pintada y esculpida, razón por la cual pertenece también al área de la pintura y de la escultura.
Más información Fin y epílogo del retablo barroco
Cuando llegó a España el Despotismo Ilustrado con Carlos III y sus colaboradores y ministros, se trató de regenerar al país educando al pueblo pero desterrando paradójicamente el gusto del pueblo. Los ilustrados clasificaron al barroco en general y al retablo en particular dentro del gusto populachero.
Más información Escultura barroca española
La escultura española del siglo XVII es uno de los ejemplos más auténticos y personales de nuestro arte, porque su concepción y su forma de expresión surgieron del pueblo y de los sentimientos más hondos que en él anidaban. Quebrantada la economía del Estado, en decadencia la nobleza y cargado de fuertes gravámenes el alto clero, fueron los monasterios, las parroquias y las cofradías de clérigos y seglares los que impulsaron su desarrollo, siendo costeadas las obras en ocasiones mediante suscripción popular.
Más información El arte procesional del barroco
El arte procesional del barroco
Cristo era, sobre todo, el modelo en los momentos de agobio, en su Pasión. Las cofradías penitenciales eran de la Pasión de Cristo. La terrible historia de su final constituye el repertorio temático para la cofradía de penitencia. La Semana Santa era el marco en que tenían que concentrarse la piedad y la capacidad de sufrimiento de los hermanos. Esta semana tenía dos escenarios: el templo y la calle.
Más información Los pasos procesionales
El nombre de paso proviene del vocablo latino passus, escena de pasión. Paso es tanto como tema lacerante, generalmente referido a la Pasión de Cristo. Así se habla de paso de la Quinta Angustia, paso de la Degollación del Bautista. El nombre además aparece vinculado a imágenes que se destinan a uso procesional, citándose expresamente la palabra en los contratos.
Más información Temas de los pasos
Todo un repertorio de temas referentes a la Pasión de Cristo se escenifica en los pasos. El Crucificado es por antonomasia el símbolo del sacrificio de la vida, elemento de identificación del cristiano desde los orígenes. Pese a ello y siendo numerosas las representaciones de Crucifijos, la figura simbólica es la del Nazareno.
Más información Escultores de pasos procesionales
Hubo escultores con mayor incidencia en la actividad del paso procesional, como fueron Juan de Mesa, Gregorio Fernández y Francisco Salzillo.
Más información Siglo XVII
Las modalidades se esparcieron por toda Andalucía, como lo acreditan los Nazarenos y Dolorosas, con el adorno de pasos con ricas telas, dosel y antepecho de candelería. Pero hemos de situar nuestra mira en las obras principales, pues como sucede con frecuencia fueron las obras renombradas las que hicieron escuela.
Más información Siglo XVIII
En un punto brotó con lozanía el arte procesional. El acontecimiento tuvo lugar en Murcia, donde coincidieron dos circunstancias. De un lado, la prosperidad de la región murciana y, por otro, la existencia de un taller escultórico, activo en la región (Murcia y Alicante), en el que sobresalió el gran escultor Francisco Salzillo.
Más información Gregorio Fernández y su escuela
En la historia de la escultura, Gregorio Fernández representa la tendencia más realista y sincera de su época. Coetáneo del otro genial escultor, activo en Sevilla, Martínez Montañés, ambos definen la estética hasta cierto punto contrapuesta de las dos grandes escuelas escultóricas de este siglo. Fernández, hijo de la cultura contrarreformista de Felipe II, crea una imagen religiosa lo más didáctica posible, lejos de los planteamientos puramente estéticos.
Más información Un escultor tridentino
Las esculturas de Gregorio Fernández corresponden al predicamento de la Iglesia desde el Concilio tridentino, en el sentido de que las imágenes sagradas ante todo deben incitar a la fe; este escultor realiza santos algo tristes, personas que lloran, melancólicas, porque nos transmiten el sentido último de la vida.
Más información El reconocimiento de la corte
La valía de Gregorio Fernández alcanzó a la misma persona del rey, quien encabeza el rango social de sus admiradores, tanto Felipe III como su hijo, Felipe IV.
Más información Valladolid, ciudad de artistas
Gregorio Fernández, pese a que Leoni murió en 1608, se quedó en Valladolid, ciudad que mantenía una actividad comercial muy importante y poseía instituciones arraigadas desde el siglo XVI, como la Real Chancillería y la Universidad, que continuaron en funcionamiento. La clientela, por tanto, que podía tener el escultor era muy adecuada y el nivel cultural, de primer orden.
Más información Emoción y naturalidad en su etapa de madurez
Una etapa muy productiva es la de estos años, momento de grandes obras y con capacidad para mantener sus aspiraciones de perfección en el trabajo. En la madurez, en las obras anteriores a 1616, el estilo de Fernández desarrolla aspectos manieristas, de una perfecta e idealizada belleza formal.
Más información Los pasos procesionales
Para cofradías penitenciales vallisoletanas Fernández realiza, desde 1612, obras en las que continúa el tipo de paso procesional que había creado su maestro, Francisco Rincón, consistente en componer escenas con varias figuras de tamaño natural.
Más información Prototipos iconográficos del Barroco
Inmaculadas, Sagradas Familias, san José, santa Teresa, la Compassio Mariae y la Piedad son algunos de los prototipos iconográficos salidos de las gubias de Gregorio Fernández.
Más información Al servicio de las órdenes monásticas
A lo largo de su vida, Fernández fue el escultor más solicitado por las órdenes monásticas: ante la avalancha de encargos seleccionaba a los comitentes también por cuestiones subjetivas, como era su personal predilección por los carmelitas, orden con la que tenía una especial relación.
Más información Un taller sobrecargado
Abrumado por los encargos, en el taller todos los colaboradores son insuficientes y los comitentes no cesan de presionar a Fernández, aun conscientes de las dificultades que ellos mismos plantean para cumplir los compromisos. Los nobles y priores que asisten a Valladolid procuran acudir a su casa, porque era un placer verle cincelar, y de paso, comprueban la relación que el maestro mantiene con la obra.
Más información La última etapa del artista
En su última etapa, desde 1631, el barroquismo del estilo de Fernández adquiere tintes inauditos; las composiciones llegan a ser tan teatrales como las de los más audaces pintores contemporáneos; cada vez son menores los límites de la escultura.
Más información La escuela de Gregorio Fernández
La creatividad de Gregorio Fernández no sólo fue comprendida desde el primer momento, sino que sus colegas se vieron obligados a imitarle: no tuvieron posibilidad de desarrollar sus propias iniciativas. Esta influencia es visible a lo largo de todo el siglo XVII y dejó una estela de enormes proporciones, lo que afectaría negativamente a la evolución artística de Castilla, donde las posibles novedades se truncaban por la constante exigencia en los encargos de que las imágenes fueran iguales a otras de Fernández.
Más información La actividad en la Corte
La actividad escultórica en el Madrid del XVII no presenta rasgos unitarios que permitan su consideración como escuela de características propias. El encargo a centros de prestigio, como el vallisoletano o el andaluz, y la importación de obras extranjeras, especialmente italianas, por parte de los círculos cortesanos y de la monarquía, restaron protagonismo a los escultores que por entonces trabajaron en Madrid, que se vieron en general alejados de la clientela más importante.
Más información Martínez Montañés y la escultura sevillana
A la escuela sevillana de escultura pertenecen una serie de maestros de indiscutible valía que supieron aunar en sus obras la extraordinaria calidad técnica y la profundidad religiosa, acordes con el ambiente de su época, plenamente conectado con los gustos de la clientela, más interesada por la obra de temática religiosa que por los encargos de carácter profano, marcando así una diferencia sustancial con respecto a la producción de otros países de Europa.
Más información La producción de Juan Martínez Montañés
El esplendor artístico del que disfrutó Sevilla en la segunda mitad del XVI, etapa en la que fue uno de los principales centros del Renacimiento español, se prolongó, e incluso se incrementó en el XVII gracias a la personalidad de Juan Martínez Montañés; no fue sólo un extraordinario escultor sino además el definidor de un estilo y el creador de una escuela, la sevillana, a la que dotó de una esencia serena y de una elegante nobleza para expresar los sentimientos de intensa religiosidad imperantes en el arte español de la época.
Más información Los retablos en la obra de Montañés
Los retablos trazados por Martínez Montañés responden a tipologías diversas que, no obstante, presentan ciertos rasgos comunes, entre los que descuellan el conocimiento cabal de la preceptiva italiana y la armonía entre las partes componentes, esto es, la arquitectura, la escultura y la pintura.
Más información La escultura montañesina
En la producción artística de Juan Martínez Montañés ocupa un destacado lugar una serie de obras escultóricas que fueron concebidas bien con carácter procesional, bien para el culto privado; aunque responden a muy diversas iconografías, en todas ellas se observa una elegancia y armonía exquisitas que revelan el fuerte clasicismo que anima la estética montañesina.
Más información Las representaciones de Cristo y de la Virgen
Las representaciones de Cristo y de la Virgen de Martínez Montañés son las que mejor reflejen el arte indiscutible de este artífice, bautizado desde antiguo con el apelativo de "dios de la madera".
Más información Alonso Cano en Sevilla
En la estética de Alonso Cano se mezclan las pervivencias manieristas de su formación intelectual con los nuevos aires barrocos, patentes en determinados aspectos de su lenguaje formal, tamizado todo por un personalísimo concepto de belleza, más cercano al ideal clásico que al reflejo de la realidad.
Más información El imaginero Juan de Mesa
La estética que anima la producción escultórica de Juan de Mesa es decididamente barroca, de formas llenas que se envuelven con ropajes de plegados profundos que marcan intensos contrastes de luz; sus desnudos revelan a un perfecto conocedor de la anatomía humana, llegando al extremo de saber expresar con toda la precisión los signos que la muerte deja en el cuerpo del hombre; los rostros de sus figuras, aureolados por cabelleras de rizos abundantes y profundos, revelan una intensa vida interior que conecta directamente con la sensibilidad de quien los contempla, en perfecta sintonía con la doctrina que por entonces defendía la Iglesia en relación con el papel persuasivo de la imagen.
Más información El taller de Ribas
Quizá el principal aporte de Felipe de Ribas a la retablística sevillana lo hallemos en la incorporación del fuste salomónico de orden gigante, según hizo en el desgraciadamente perdido retablo mayor para la Orden de la Merced de Sevilla. Realizó asimismo Ribas relieves y figuras exentas a las que gusta representar imbuidas de empaque, graves, con rostros delicados y serenos, envueltas en telas abundantes de plegados verticales que contribuyen a dar solemnidad a las formas.
Más información Los retablistas posteriores a Montañés
Los retablistas posteriores a Montañés
La mayoría de los artistas activos en la ciudad de Sevilla son jóvenes ansiosos de obtener éxito y serán ellos los encargados de dar vida a la producción artística de la segunda mitad del Seiscientos. Sobresalen en el campo del retablo Francisco Dionisio de Ribas, Bernardo Simón de Pineda y Cristóbal de Guadix, mientras que en el de la escultura destacan José de Arce, Pedro Roldán, Luisa Roldán y Francisco Antonio Gijón.
Más información El taller de Roldán
El estilo de Pedro Roldán revela un nuevo modo de entender el arte, que se aleja de la estética de los maestros de la primera mitad de siglo y se muestra por contra más acorde con el espíritu barroco de los artistas europeos, cuyos diseños llegan a los talleres sevillanos a través de grabados y de la presencia de José de Arce.
Más información Los artistas de fin de siglo
En torno al taller de Pedro Roldán trabajó un considerable número de artífices que muestran en su quehacer una valla desigual y a los que con frecuencia les fueron encargadas muchas de las labores secundarias inherentes a la realización de una obra artística, por lo que resulta muy problemático saber con certeza la labor individual desarrollada por cada uno de ellos.
Más información Alonso Cano y la escuela granadina
La escultura española del siglo XVII encontró en Granada un foco de singular expresión, que perfiló sus propias características a partir de la personalidad de uno de los más relevantes artistas del barroco español: Alonso Cano. En su lenguaje existen dos componentes decisivos, el influjo de la plástica sevillana, en la que se formó, y su propia concepción estética, en la que prima la búsqueda de un ideal de belleza y de serena expresión, que proporcionan a su obra un carácter único en la escultura barroca española.
Más información El arte de Pedro de Mena
Pedro de Mena aporta a la escuela granadina unas cualidades distintas a las de Cano, con quien colaboró tras su llegada a la ciudad en 1652; pero no se interesó por la elegante serenidad de este maestro, sino que por el contrario, concibió sus figuras con un penetrante ascetismo, de gran intensidad realista y apasionadas expresiones de concentración interior.
Más información Los Mora y el paso al siglo XVIII
Las cualidades de la escuela granadina, en la que se fundían las influencias de Cano y Mena, llegaron hasta el siglo XVIII gracias a esta familia de escultores, integrada por el padre Bernardo de Mora y sus hijos José y Diego.
Más información La escultura en el resto de España
Fuera de las escuelas y focos de Valladolid, Madrid, Sevilla y Granada, la plástica en el resto de España carece de relevancia o su dependencia de los principales centros creadores es prácticamente absoluta. El único escultor que, ajeno a los núcleos ya citados, realiza una obra importante es Nicolás de Bussy.
Más información Pintura barroca española
La pintura del siglo XVII es sin duda una de las aportaciones españolas más importantes al Arte europeo, por la gran calidad de su conjunto, por la genial personalidad de algunos de los pintores del momento y por sus especiales cualidades, que la hacen poseer, por vez primera y única, una entidad propia frente al resto de las escuelas pictóricas del continente. La nota predominante es un marcado realismo que, aunque coincidente con la tendencia naturalista creada por Caravaggio en Italia, presenta en España un sentido y una interpretación en cierto modo independientes.
Más información Madrid y Sevilla, centro artísticos
Los principales focos de actividad pictórica fueron Madrid, sede de la corte y núcleo aglutinador de presencias e influencias artísticas, y Sevilla, debido a la pervivencia del auge cultural del siglo anterior y también, aunque mermada, de su pujanza económica. Durante el mandato de Felipe III se gestó el nacimiento y la formación de la escuela, que cristalizó y definió su personalidad bajo su sucesor Felipe IV, etapa en la que tuvieron un papel extraordinariamente significativo los grandes maestros del centro del siglo: Ribera, Zurbarán, Velázquez y Alonso Cano. Y, finalmente, en las últimas décadas de la centuria regidas por Carlos II, se alcanzó la plenitud barroca, incorporando el lenguaje europeo a las particulares cualidades hispanas.
Más información La gestación de una escuela
El origen y desarrollo del nuevo estilo se gestó en las primeras décadas de la centuria, en las que una serie de pintores, nacidos en el XVI, fueron configurando las cualidades de la pintura barroca española a partir de sus propias experiencias artísticas y de la influencia del naturalismo creado por Caravaggio en Italia.
Más información La actividad en la Corte
Aunque Madrid era la capital desde 1561, esta idea no comenzó a afianzarse hasta después del regreso de la corte de Valladolid en 1606, lo que permitió que Toledo conservara todavía en esta etapa inicial del siglo su antiguo prestigio y, por consiguiente, una actividad pictórica importante que, sin embargo, después de estos años fue absorbida por el foco madrileño.
Más información La creación del bodegón
Flores, frutas, paisajes, animales, etc., se convirtieron en la época barroca en protagonistas absolutos de cuadros, siendo el bodegón el único de los nuevos temas que alcanzó en la España del XVII una cierta relevancia, más por su calidad y originalidad que por su número.
Más información La aportación toledana a la pintura barroca
Hacia 1600 el ambiente pictórico toledano estaba dividido entre el personal estilo del Greco y el de los pintores vinculados al foco escurialense, como Luis de Velasco y Blas de Prado.
Más información La personalidad de Ribalta
Francisco Ribalta fue el pintor más importante de la escuela valenciana del siglo XVII. Formado en el lenguaje manierista de El Escorial, evolucionó después hacia el naturalismo tenebrista del Barroco, que él define con total plenitud aproximadamente desde 1620, impregnándole de la honda espiritualidad que caracteriza a la escuela española.
Más información La diversidad sevillana
El auge económico de la Sevilla de Felipe III impulsó una importante actividad pictórica dominada por la personalidad de tres artistas dispares: Pacheco, Roelas y Herrera el Viejo. Sus diferentes estilos e intereses restaron homogeneidad al foco sevillano, que sólo a partir de la segunda década de la centuria empezó a interesarse por las fórmulas del naturalismo barroco.
Más información Los grandes maestros de mediados de siglo
Durante el reinado de Felipe IV la escuela española afirmó las cualidades de su estilo y definió su personalidad, gracias fundamentalmente a los grandes maestros de mediados del siglo: Ribera, Zurbarán, Velázquez y Alonso Cano. Los cuatro dominaron la producción pictórica de la época, eclipsando a sus contemporáneos, a los que convirtieron en deudores de sus respectivos estilos.
Más información Ribera, un pintor con doble ciudadanía artística
Ribera representa en esta etapa la pervivencia del naturalismo táctil y concreto, que se había iniciado en las primeras décadas del siglo y que con él alcanzó su máxima expresión, aunque olvidara o atenuara su tenebrismo con el transcurrir de los años, siguiendo la evolución del siglo.
Más información La obra de Ribera
Como la mayoría de los pintores activos en el mundo católico del XVII, Ribera dedicó gran parte de su producción a los asuntos religiosos, aunque también se acercó a la mitología en diversas ocasiones debido sin duda a su residencia en Italia, donde este tema era tradicionalmente apreciado.
Más información Zurbarán y la pintura monástica
Zurbarán representan en esta etapa la pervivencia del naturalismo táctil y concreto, que se había iniciado en las primeras décadas del siglo y que con él alcanzó su máxima expresión, aunque olvidara o atenuara su tenebrismo con el transcurrir de los años, siguiendo la evolución del siglo.
Más información La obra de Zurbarán
La principal aportación de Zurbarán a la pintura española del Barroco será el reflejo de la vida, las creencias y las aspiraciones de los ambientes monásticos, para los que el pintor realizó prácticamente toda su obra.
Más información Velázquez, pintor de pintores
El arco estético descrito por la pintura de Velázquez desde el naturalismo claroscurista de su etapa sevillana, que materializa los elementos compositivos, hasta su obra posterior a 1630, sumida en un febril proceso desmaterializador de pintura le han convertido en el pintor puro por antonomasia.
Más información Origen, ambiente y formación
Esta formación se basó, según narra el propio Pacheco en el "Arte de la Pintura" en la copia o interpretación de modelos humanos (figuras, retratos) y objetos inertes (bodegones) que son los dos aspectos más sobresalientes de la primera producción independiente de Velázquez, en la que el fuerte aire naturalista y cotidiano se presenta con una técnica individualizada, muy moderna para la Sevilla del momento.
Más información Obra y estilo de los años sevillanos
En el ambiente sevillano de clientela casi exclusivamente religiosa, que por ejemplo explica la obra de Zurbarán, Velázquez renunció a seguir por este camino y optó por modificarlo o interpretarlo de modo heterodoxo: alardes de imaginación con viejas recetas manieristas y nuevos modos estilísticos en las medias figuras y el tenebrismo.
Más información En la corte. Pintura y promoción social
La febril creatividad de Rubens, su versatilidad y su condición aristocrática, que aunaba el alto rango social con la pintura, fueron sin duda ejemplo de comportamiento futuro para Velázquez. También suele atribuirse a Rubens que animase a Velázquez a viajar a Italia, a aprender en su arte y en sus maestros.
Más información El primer viaje a Italia: la metamorfosis del estilo
En 1630 Roma era el hervidero artístico del mundo y en él, hasta el más exquisito pintor de retratos del natural -título con que Velázquez fue presentado al Duque de Toscana-, tendría que aprender. El naturalismo sobrevivía en las manifestaciones pintorescas de los bamboccianti y el clasicismo romano-boloñés detentaba la representación del arte oficial.
Más información En Madrid. Dos décadas de intensa actividad
En Madrid. Dos décadas de intensa actividad
Para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, construido vertiginosamente por iniciativa del Conde-Duque de Olivares en los primeros años de la década de 1630, pintó Velázquez cinco grandiosos retratos ecuestres de Felipe IV, su mujer Isabel de Borbón, sus padres Felipe III y Margarita de Austria, y del Príncipe Baltasar Carlos.
Más información Una pincelada impresionista
En su obra Velázquez va dando cada vez más importancia a la pincelada impresionista frente a la que describe dibujando, simulando las formas y las calidades con la complicidad de la percepción visual, sin que ello reste verosimilitud al conjunto. Por desgracia, el maestro se dedica cada vez menos a la pintura.
Más información Italia de nuevo: honores, pintura y libertad
Ahora Velázquez viajaba como Ayuda de Cámara del Rey con derecho a carruaje y mulas de carga. Se integró en la embajada del Duque de Maqueda que salió de Madrid en noviembre de 1648 y embarcó en enero siguiente en Málaga, rumbo a Génova, para encontrarse en Trento con doña Mariana de Austria, sobrina y futura esposa de Felipe IV.
Más información En Madrid. El triunfo final
Hacia 1656, Velázquez había acometido un curioso retrato de La familia de Felipe IV donde combinó la realidad, simple y sorprendida en un fugaz instante, con una estructura elaboradísima, puramente intelectual, que plantea esa realidad como un problema a resolver y que ha sido punto de partida de múltiples interpretaciones de la obra en clave simbólica, esotérica o simplemente geométrica.
Más información Los últimos retratos
Los últimos retratos de Velázquez son suntuosos, llenos de elementos significantes como los cortinajes o las mesas engalanadas con ricos tapetes que en el retrato de la Infanta Margarita (c. 1652-53) se adorna con un pequeño búcaro de flores plenamente impresionista.
Más información El más alto honor al final de la vida
La prolongada y estrecha relación entre Felipe IV y Velázquez se vio mutuamente recompensada; al ennoblecer al pintor, Felipe IV dignificó el "Arte de la Pintura", como la misma Pintura por mano de Velázquez había inmortalizado al rey.
Más información Alonso Cano, pintor
En el campo de la pintura las amplias cualidades de Alonso Cano también le sitúan en una posición relevante dentro del panorama de la época, porque con su elegante y personal lenguaje enriqueció el arte español, además de definir las características estéticas de la producción granadina de la segunda mitad de la centuria.
Más información La pintura barroca madrileña
Uno de los procesos más interesantes de nuestra pintura del Siglo de Oro es la progresiva centralización de los pintores de más calidad en torno al eje Madrid-Sevilla.
Más información La Corte, un lugar de promoción social
Desde los tiempos de los pleitos de Vicente Carducho, pasando por la búsqueda del hábito de una orden militar por Velázquez, los artistas madrileños se sienten firmes en sus aspiraciones de mantener un status social más elevado que los del resto de España.
Más información Entre tradición e innovación: influencias de la escuela madrileña
Los pintores madrileños, en muchos casos copiaron en sus composiciones obras maestras de estos artistas, bien porque las conocían directamente en las colecciones reales, bien a través de estampas. Entre las novedades del mundo italiano contemporáneo merecen destacarse varias contribuciones que ayudaron a perfilar el panorama artístico madrileño.
Más información Los géneros y las técnicas
Los artistas madrileños trabajaron todos los géneros pictóricos con desigual intensidad. Destaca la pintura religiosa, tanto mural como en lienzos para altares y capillas privadas. El retrato, aspecto bien conocido y documentado en los artistas como Carreño de Miranda o Claudio Coello, ya que fueron pintores de cámara del rey Carlos II, manteniendo las formas del retrato oficial de Corte.
Más información Carreño, Rizi, Herrera y los artistas de su generación
En la década de los 60 se afianza la estrecha colaboración de Carreño con Francisco Rizi y juntos llevan a cabo varias decoraciones murales. Son obras de importancia decisiva para el posterior desarrollo de la escuela y, aunque se conserva poco, lo que queda nos da una idea muy aproximada de la decisiva influencia que tuvo en posteriores generaciones de artistas.
Más información La generación truncada: Escalante, Antolinez, Cerezo, Cabezalero
Tras los primeros triunfos de la generación anterior surgió un grupo de pintores, todos ellos nacidos en la década de los treinta, discípulos de aquéllos, y que continúan y desarrollan los logros de sus maestros, para desaparecer antes que éstos. Su pintura más efectista y con un sentido más audaz del color si cabe, los hubiera convertido en los dignos sucesores.
Más información Claudio Coello y su círculo
Su estilo refleja justo lo contrario del de su maestro Rizi. Si en éste la rapidez y la intuición en la ejecución o el efecto de conjunto eran la clave de su arte, en Claudio Coello el proceso de elaboración es mucho más lento. Fue un gran dibujante y nunca dejaba al azar ni un solo gesto o movimiento que pudiese parecer mal, representado.
Más información La llegada de Palomino
Palomino ha pasado a nuestra historia de la pintura como el biógrafo más importante de los artistas españoles de los siglos XVI y XVII, al escribir en la tercera parte de su tratado "Museo Pictórico y Escala Optica", un estudio de doscientas veintiséis biografías. Más interesante si cabe, es el hecho de que conoció directamente a muchos de los artistas madrileños del Barroco pleno.
Más información Pintores de géneros menores
Aunque la pintura de género no puede definirse como un arte plenamente barroco, puesto que continúa el estilo de los artistas del Naturalismo de la primera mitad del siglo, sin embargo, en algunos artistas del momento se ven influencias en el sentido más dinámico de la disposición de los objetos y en el uso de una pincelada más suelta.
Más información Murillo, Valdés Leal y su escuela
El ejercicio de la pintura tenía como marco legal un gremio, que obligaba tras el aprendizaje a un examen de maestría sin el cual no se podía practicar pública y libremente. Pero esta vetusta estructura corporativista permitió en esa misma etapa la fundación de una Academia de Pintura, donde una nueva organización formativa refrendó y después divulgó la barroquización total que vertebró esa escuela. Murillo y Valdés Leal tuvieron especialmente un papel esencialísimo en ambos logros y por ello han recuperado su puesto de pintores sevillanos más importantes de aquella época.
Más información Primera trayectoria de Murillo
Bartolomé Esteban Murillo y Juan de Valdés Leal polarizaron en diferente medida la pintura sevillana de la segunda mitad del Seiscientos y al analizarlos muestran una serie de paralelismos y diferencias que permiten un contraste en etapas de vida y actividades.
Más información Comienzos de Valdés Leal
Más complejo es conocer, por la escasez de obra, la primera actividad de Valdés Leal, que debió formarse en Sevilla de donde marchó en algún momento. Su maestría en las composiciones avanzaba a la par del descubrimiento de la luz, cada vez más clara, difusa y generalizada, en armonía con el gradual enriquecimiento y jugosidad del color.
Más información El cambio al pleno barroco: Herrera el Mozo y la Academia
Es obligado tratar sobre Francisco de Herrera el Mozo por la enorme transcendencia de su novedoso influjo en el ambiente pictórico local desde 1650. Su primera formación transcurrió con su padre, artista altivo de fuerte genio y maestro de muchos pintores, pero del que por eso pronto se emancipó escapando de su tutela y con sus dineros, según Palomino.
Más información La plenitud barroca de Murillo
Las instituciones piadosas y asistenciales como hermandades y cofradías, regidas por laicos, seguían proporcionando encargos a Murillo, de los que el último y más importante en monta y precio fue el de la Santa Caridad, a través de don Miguel de Mañara, rico comerciante reconvertido a la beneficencia y amigo del citado Veitia que, como pariente de Murillo, influiría en su elección aunque también participase Valdés.
Más información La desigual madurez barroca de Valdés Leal
Las pinturas, realizadas en más de tres años reflejan dos eventos transcendentales en la secuencia de Valdés Leal: su traslado definitivo a Sevilla en 1656 y, por consiguiente, el influjo de Herrera y del nuevo barroco visto allí. Esto justifica el dispar estilo de los cuadros, pues contrasta la factura todavía prieta y claroscurista de los hechos residiendo en Córdoba con la más dinámica, ligera y colorista, decididamente barroca de los fechados ya en 1658 en Sevilla.
Más información Pintores destacados del entorno de Murillo y Valdés
Varios pintores contemporáneos acusaron la huella de Murillo y Valdés pero sin perder su personalidad, lo que obliga a considerarlos aparte.
Más información La estela de Murillo y Valdés y la transición al Setecientos
La estela de Murillo y Valdés y la transición al Setecientos
Los discípulos de Murillo no siempre así denominados formaron un amplio elenco, casi todos con personalidades y obra todavía sin concretar, estudiándoseles sólo mediante algunos cuadros. Esto no impide afirmar que pintaron con las directrices del gran artista, con resultados tan dispares que, pese a la capacidad de cada cual, muchísimas de sus realizaciones se le han atribuido equivocadamente hasta ahora.
Más información Introducción al siglo XVIII en España
El arte que resume el siglo XVIII español tiende a sincretizar los intercambios, a practicar a un tiempo estilos de oposición que comportan resultados contrarios, todo ello como el producto de un barroco de esplendor, el exceso formal del rococó, la ideología de la razón y los diferentes y confrontados ideales del clasicismo.
Más información Etapas
La vasta extensión de un siglo obliga a distinguir algunas etapas que vienen a ser coincidentes con los procesos que acompañan los reinados de los cuatro primeros monarcas de la dinastía borbónica en España. Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1789) y Carlos IV (1789-1808).
Más información La transición al siglo XVIII: autocensura y elite reformista
El clima hacia una apertura ideológica, aunque no de forma programática, se advierte, y se admite, que no lo motivó la mera curiosidad, sino tal vez el deseado milagro que buscan algunos de liberar la soñolienta España del último tercio del XVII, de la irrisión de otros países.
Más información España y Europa: el soporte regio de un nuevo horizonte
España no dejó a lo largo del siglo de reaccionar ante las influencias artísticas venidas del exterior. Tanto las acciones como las reacciones se manifiestan en toda la Península y son especialmente significativas en los núcleos cortesanos.
Más información La arquitectura española del siglo XVIII
La arquitectura del siglo XVIII, que supone la superación del pasado, tiene un componente sustancial que presupone, ante todo, la utilización de materiales de la cultura precedente. Tiene un componente político heredado que influye en su desarrollo, unas condiciones demográficas y tecnológicas heredadas, un componente histórico y estético que pervive y todo ello orientado en sus diferentes direcciones.
Más información Coherencia y variedad de la propuesta arquitectónica hispánica
La arquitectura nacional, al llegar el siglo XVIII, ha madurado, tal vez en virtud de su propia experiencia crítica y creadora, pero abre el siglo con una nueva fenomenología, en la que la concepción del arte edificatorio intenta llegar a una integración estética, técnica y social de la obra arquitectónica.
Más información Cualidades formales del espacio barroco hispánico
En los comienzos del siglo XVIII el arte barroco español nos conduce a uno de sus puntos de creación esenciales en la obra de uno de los maestros singulares del país, Pedro de Ribera. Tampoco se debe pasar por alto el lenguaje lleno de signos sugerentes que hallamos en la obra de juventud de Ventura Rodríguez.
Más información Estructuras de artificio: espacios para la contemplación
Los espacios para la devoción popular en forma de capillas-camarín, sagrarios, trasparentes, etc., habían tenido incidencia en el siglo XVII desarrollando una arquitectura de prestigio, creativa, que encuentra su natural deslizamiento al siglo XVIII, lo que conduce a espectaculares composiciones, hoy estimadas en su variedad y singularidad.
Más información La arquitectura, marco para la escultura
En el siglo XVIII español se pretende matizar la exuberancia decorativa que se presenta en versiones originales, dispuesta bajo una retórica que alcanza con frecuencia un carácter apasionado. Las composiciones enlazan y prolongan el juego de la arquitectura y en ella se exige un esfuerzo de contenido casi equivalente a los cuadros de caballete.
Más información Corolario de la arquitectura extranjera en España
La página más luminosa de la arquitectura palacial moderna en España tuvo lugar en el siglo XVIII. A través del tema doméstico palacial, se introduce una nueva manera extranjera. Con este argumento se alcanza el dominio de la cualidad del barroco clásico italiano y el manejo del idioma francés, tanto en los espacios como en los detalles.
Más información Arquitectura barroca cortesana
Hablar de arquitectura cortesana española precisa definir de entrada el ámbito físico al que nos referimos, que es la Corte y los Sitios Reales. Las posesiones así llamadas configuraban en torno a Madrid un sistema de lugares de esparcimiento que había ido formándose desde el siglo XIV, pero cuyo impulso y forma característica se deben a Felipe II.
Más información La Granja de San Ildefonso
El emplazamiento de este nuevo Real Sitio, cercano al de Valsaín -cuyo palacio, afectado por un incendio en tiempo de Carlos II, se hallaba ruinoso y no volvió a ser reconstruido- se debe al capricho del neurasténico monarca.
Más información Los diseños de Filippo Juvara para el Palacio Real de Madrid
El Palacio Real, cuyo proyecto ha llegado hasta nosotros en varias series de copias y del que se hizo una gran maqueta hoy perdida, había de levantarse en un terreno llano, pues Juvara no quiso de ninguna manera construir en el solar del antiguo porque su estrechez e irregularidad harían que el mejor arquitecto perdiese su crédito.
Más información Carlier en El Pardo. Las Salesas Reales
La curiosa y efectiva síntesis estilística ítalo-gala desarrollada por Carlier en esta obra, su mejor y última, influyó sin duda en la arquitectura doméstica madrileña de la década de 1750. Pero por lo demás es el último gran episodio dentro de ese arte barroco tardío cortesano formulado a partir de influencias de los dos modelos vecinos en la primera mitad del siglo.
Más información El Real Sitio de Aranjuez
El piacentino Giacomo Bonavia, llamado en principio como ayudante del pintor Galluzzi y empleado luego junto a su compatriota Rusca en la pintura con perspectivas arquitectónicas de las bóvedas en el palacio de La Granja de San Ildefonso, fue ganando reputación de arquitecto a los ojos de Felipe V.
Más información El palacio de Aranjuez
Bonavia decidió la conclusión del palacio de Aranjuez construyendo el sector derecho y el centro de la fachada principal. Tras ella, la escalera ocupa la totalidad del espacio hasta el patio, con un desarrollo hasta entonces no alcanzado en ninguna residencia real española y cuya causa inmediata parece haber sido la idea de Scotti para ampliar las escaleras principales del palacio de Madrid, con arreglo a la cual Sacchetti concibió su proyecto de 1742.
Más información La urbanización del Sitio
La idea de un lugar para la fiesta regia que tenía Fernando VI acerca de Aranjuez exigía, sin embargo, un número de actores/espectadores -de cortesanos- más elevado, y alojado también de manera escenográfica. Así, hacia 1748 concibió la idea de derogar las ordenanzas que prohibían habitar en Aranjuez a quien no fuese criado en activo del rey y formar una nueva población.
Más información Carlos III y el urbanismo ilustrado
Durante el reinado de Carlos III los Sitios Reales, como lugares exclusivamente dependientes del monarca ilustrado, cobran un nuevo sentido como ejemplos o experiencias modelo de las actuaciones que el Estado propone sobre la generalidad del país. Este cambio de orientación es particularmente notable en Aranjuez, que pierde el sentido escenográfico-festivo del período anterior.
Más información Carlos III y Sabatini
La elección de Sabatini por Carlos III supone el rechazo no propiamente de Juvara -pues el primer encargo de Fontón consistió en poner en limpio los diseños del gran proyecto para el Palacio de Madrid con el fin de grabarlo y darlo a la estampa- sino de sus discípulos y seguidores en la Corte. Sacchetti fue jubilado y murió cuatro años después viendo su Palacio ya acabado, pero alterado por el nuevo arquitecto.
Más información Otras formas de proyectura extranjera
Junto a los diseños de los palacios reales realizados por extranjeros, en la España del siglo XVIII encontramos otro tipo de proyectos también realizados por extranjeros entre los que destaca la fachada de la catedral de Valencia, una de las obras más afortunadas elaborada sobre una idea de Conrald Rudolf.
Más información Otros artistas italianos
La influencia de lo italiano en el desarrollo arquitectónico interesa especialmente, ya que en el campo de los particularismos formales del barroco, los artistas que visitan la corte de Madrid entran de plano en la historia de grandes empresas constructivas, acelerando el proceso de asimilación del clasicismo barroco. Sabatini y Bonavia serán los mejores maestros italianos de esta época.
Más información Arquitectos franceses
Arquitectos franceses
Si bien la arquitectónica italiana abarca un amplio campo de la actividad en el siglo XVIII hispano, la tendencia francesa también quedó bien advertida desde los inicios de la centuria. Francisco Antonio Carlier será el arquitecto más importante.
Más información Monumentos de servicio público
Muy representativo del nuevo clima artístico establecido en el siglo XVIII, fue el surgimiento de una arquitectura de uso público no menos afortunada en sus logros que aquella de tono oficial o que se articula al directo servicio del monarca. Se realiza, por lo general, por fundamentos de utilidad y de servicio y también por cuestiones de prestigio y representatividad.
Más información Los sitios reales: arte y ordenación de un territorio
El programa de los Reales Sitios en España marca un hito fundamental en la producción artística del siglo XVIII, ya que fue planteado desde criterios autónomos, desde el valor del límite del espacio natural, desde el ordenamiento territorial como hecho urbano, desde la relación dialéctica de ciudad y de campo o desde la ambición culta y laboriosa de congregar sabiamente las artes en su dimensión y aparato formal.
Más información La práctica española del arte de la jardinería en el siglo XVIII
El arte de ordenar y configurar la naturaleza según criterios arquitectónicos de gran alcance artístico tuvo su momento de gran esplendor en el siglo XVIII, cuando los jardines pasan definitivamente a manos de los arquitectos, se formulan normativamente y acaban siendo una alternativa de la propia construcción. Fue entonces cuando se reconoce con evidencia que el jardín es analizado desde la visión pura del espacio, y cuando se establece esa teoría específica de los jardines con valor diferenciado, bajo una codificación cuya influencia llega directamente de Francia.
Más información La práctica escultórica de lo antiguo
La Antigüedad, compleja y variada, permitió elegir con flexibilidad y libertad. Y en contiendas entre lo clásico y lo barroco, los escultores franceses invitados por Felipe V a la corte española pusieron en marcha una serie de transformismos en los que se reconocen en España las aplicaciones de una nostalgia ovidiana.
Más información Escultura cortesana del siglo XVIII
La construcción de la Colegiata de La Granja de San Ildefonso y el Palacio Real Nuevo y la remodelación de Aranjuez con sus respectivos jardines y fuentes, unidas a la gran empresa escultórica del palacio madrileño, van a ser la causa de un desarrollo de la escultura de tema profano realmente espectacular como no se había producido hasta entonces en épocas anteriores.
Más información Jardines y fuentes de La Granja de San Ildefonso
Los reyes Felipe V e Isabel Farnesio eligieron como lugar de retiro y recreo el terreno que adquirieron a los jerónimos en 1720, donde construyeron un palacio acorde con sus gustos, La Granja de San Ildefonso. Sobre un extenso terreno que se eleva en desniveles desde el palacio que ocupa la parte baja planificó Le Nôtre un jardín a la francesa, que está inspirado más en el palacio de Marly que en los jardines de Versalles.
Más información Jardines y fuentes del Palacio de Aranjuez
La estatuaria dieciochesca en los jardines del Real Sitio de Aranjuez no tuvo el desarrollo de las fuentes de La Granja, principalmente porque en su mayor parte habían sido colocadas ya en el siglo XVII.
Más información La decoración escultórica del Palacio Real de Madrid
El proyecto de decoración escultórica del Palacio Real Nuevo puede considerarse, por su envergadura, obra única de la Europa de su tiempo. Al programa que en él se debía desarrollar no se llegó de una vez, sino a través de sucesivos programas.
Más información La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
La creación de esta Academia está estrechamente ligada al taller escultórico del Palacio Real Nuevo y a su director Juan Domingo Olivieri, quien desde su llegada a España en 1740 vio la necesidad de que los artistas extranjeros mandados venir por los reyes a nuestro país enseñaran a los artistas españoles el nuevo lenguaje artístico internacional.
Más información El obrador del Palacio Real
La creación de un taller real que elaborara la decoración escultórica del Palacio Real Nuevo constituye un hecho de particular trascendencia para la escultura cortesana y para la escultura española, en general. En el taller real confluyeron artistas españoles de diversa procedencia y formación artística junto a extranjeros, fundamentalmente italianos y franceses, que trabajaron conjuntamente en un proyecto común bajo la batuta de Juan Domingo Olivieri.
Más información Juan Domingo Olivieri, Escultor Principal
Nacido en Carrara en 1708 se formó en su ciudad natal con los escultores locales Franzoni y Baratta y pasó después a Génova para completar su formación con Schiaffino, de quien aprende un lenguaje formal propio del barroco romano tardío de inspiración berninesca.
Más información Felipe de Castro, escultor de Cámara
La obra de Felipe de Castro marca en la escultura la inflexión hacia el neoclasicismo. Castro ofrece la imagen del artista culto que además de ser escultor y excelente dibujante fue escritor y poeta, facetas a las que se une su actividad de profesor académico.
Más información La obra de Luis Salvador Carmona
Carmona comparte con Olivieri y Castro la práctica de un arte cortesano por su participación en la gran empresa escultórica del Palacio Real y sus trabajos en el Real Sitio de San Ildefonso de La Granja, pero le diferencia de ellos su conocimiento de la imaginería tradicional en sus variedades regionales.
Más información Los trabajos de Juan Pascual de Mena
En Pascual de Mena el barroquismo de Salvador Carmona aparece enfriado por un clasicismo presente ya en las primeras obras y que se justifica por la relación del artista con Felipe de Castro.
Más información Roberto Michel y otros escultores
La formación de Michel tiene lugar en Toulouse con el flamenco Luquet, quien le aconseja su venida a España, cosa que hizo en 1740 acompañado de su maestro. Permaneció en la Corte hasta su muerte acaecida en 1786, salvo cortas estancias en Alava, región a la que aparece vinculado. Participó en la decoración del Palacio Real Nuevo, en cuyo obrador aparece en el grupo de Felipe de Castro. Otros escultores de distinta formación y trayectoria diversa formaron parte del obrador real y participaron en el gran proyecto escultórico del Palacio Real Nuevo.
Más información Arte y manufactura: tipología edificadora industrial
Emulando la acción intervencionista del Estado de línea colbertiana, los Borbones dan paso a la creación de las manufacturas que han de desplazar y superar el proceso artesanal disperso gremial. Se define el tipo de la fábrica-bloque de planta cerrada, con patios en torno a los cuales se ordenan las diferentes dependencias con sus distintas funciones, facilitándose el control de producción. Y se introduce también el conjunto industrial de complejidad urbano-arquitectónico.
Más información Escenografía, teatro y arte efímero
La estabilización del edificio teatral moderno en España no se lleva a cabo hasta el siglo XVIII. Fue entonces cuando se buscan equivalencias con el teatro antiguo a través sobre todo de la modelística italiana renacentista y barroca. Fue en Italia donde se apoya preferencialmente nuestro experimentalismo.
Más información La pintura extranjera en España
La pintura española del siglo XVIII se desarrolló abierta a florecientes escuelas y artistas extranjeros, hecho del que pudo beneficiarse también la tradición pictórica local cediendo a su poderosa influencia. A la corte española fueron llegando artistas de relieve, que gozaron en algunos casos de una situación especial, llevando a cabo una producción en la que, tanto ideológica como técnicamente, se inscribe el que hacer artístico de los medios oficiales.
Más información Florecimiento del barroco pictórico italiano en España
Al refugiarse Felipe V de una manera un tanto exclusiva en el arte de Versalles, lo italiano corrió el peligro de no simbolizar el mismo contraste de fuerzas. Sin embargo, el legado artístico italiano, sutil y variado en su larga trayectoria barroca, logró mantener en la Corte española su firme reputación, ofreciendo ya en el primer cuarto del siglo las cualidades poéticas y el destello que ha de culminar en el estilo maduro de Tiépolo.
Más información La pintura rococó en España
Los rasgos o perfiles rococó de una obra arquitectónica, o de una pintura decorativa, se diluían dentro del vigoroso y duradero Barroco tardío español. Sólo desde los años 70 la situación ha empezado a cambiar, y en las grandes síntesis y visiones actualizadoras que del arte dieciochesco español se han hecho recientemente ya se suele abordar lo rococó con mayor interés.
Más información Características de la pintura rococó
La pintura rococó tuvo un predominante sentido y función decorativos. En ella lo pictórico predomina sobre la línea, sobre el dibujo, siendo de gran espontaneidad de pincelada, como se comprueba en los bocetos y modellini de los grandes frescos y cuadros de altar. Al gran auge de la pintura al fresco y al óleo, herencias del Barroco, se unirán en la época del Rococó nuevas técnicas pictóricas como el pastel o la acuarela.
Más información Precedentes y primeros atisbos
Precedentes y primeros atisbos
La pintura española de la primera mitad del siglo XVIII responde todavía a los postulados estéticos del pleno barroco decorativo conformados en la segunda mitad de la centuria anterior (Rizzi, Carreño, Coello...), actualizados con nuevos bríos a finales de siglo con las aportaciones decorativistas de Luca Giordano.
Más información El triunfo de la pintura rococó
El reinado de Fernando VI (1746-1759) conoció importantes cambios estéticos en la Corte. Los artistas italianos de orientación rococó desbancaron definitivamente a los franceses en el ámbito cortesano; en ese cambio y en la orientación estética del rey y de su amada esposa, Bárbara de Braganza, tuvo un protagonismo sobresaliente el excepcional cantante Farinelli, que había llegado a la Corte de España en 1737.
Más información Corrado Giaquinto, Primer Pintor de Cámara
Las intervenciones artísticas más sobresalientes de Giaquinto las encontramos en los techos del Palacio Real. Primero decoraría la Capilla, comenzando por la cúpula (1755), donde representó una Gloria celestial, que resumía sus experiencias anteriores en Roma y en Cesena, y a San Hermenegildo, San Isidoro, San Isidro Labrador y Sta. M.? de la Cabeza en las pechinas.
Más información El influjo de Giaquinto y su proyección
Una ola de giaquintismo inundó la pintura española que se hacía en el entorno de la Corte y de la Academia, y repercutió también, aunque con menor intensidad, en algunos focos pictóricos provinciales. La marcha de Giaquinto de España en 1762 y la llegada de Mengs el año anterior supondría un giro en la orientación estética, primero hacia un mayor eclecticismo.
Más información El foco rococó zaragozano
Zaragoza va a ser el segundo centro artístico en importancia de España, después de Madrid, en la difusión de la sensibilidad rococó en la pintura. La labor de difusión de las formas y colores del rococó romano-napolitano emprendida por José Luzán tras su regreso de Nápoles (1735), así como la ejecución por Antonio González Velázquez de los frescos de la cúpula de la Santa Capilla de El Pilar.
Más información Tiépolo en España
La actividad decorativa de Tiépolo, ayudado por sus hijos, se centraría durante la década de los sesenta en los techos más importantes del Palacio nuevo. Al parecer, el primero de los frescos ejecutados sería el del Salón de Alabarderos, donde representó a Eneas conducido por Venus al templo de la Inmortalidad (hacia 1762-64), dentro de la más espectacular escenografía alegórica.
Más información Luis Paret y Alcázar, el más genuino pintor rococó
Pintor culto, formado en el pensamiento ilustrado, políglota, de alegre y accidentada juventud, abierto a los gustos europeos, se mantuvo al margen del idealismo clasicista que se impuso en la pintura española con la presencia de Mengs en la Corte de Madrid.
Más información Persistencia del rococó en los cartones para tapices
A partir de 1773 hubo un giro temático y estético radical en la Real Fábrica, dando entrada a temas de caza y de pesca, primero, y después a escenas de temática popular y costumbrista, temas campestres y asuntos populares madrileños en los que se reflejaba una vida alegre, desenfadada e idílica.
Más información La pintura rococó en otros centros: Valencia, Barcelona y Sevilla
Además del gran foco cortesano y del temprano y activo foco zaragozano, en otros centros pictóricos españoles, si bien con mucha menor intensidad, se dejaron sentir los efectos de la sensibilidad rococó. Es el caso de Valencia, Barcelona y Sevilla, ciudades cosmopolitas y abiertas a influjos estéticos exteriores.
Más información La segunda mitad del siglo XVIII en España
La constitución de las Academias de Bellas Artes determina un nuevo camino en la integración social del quehacer artístico. Fue la idea de carácter estatutario contra la tradicional organización gremial. La Academia, controlada por la burocracia real y por la nobleza pone en marcha una rigurosa reglamentación que establece una drástica separación entre artistas y artesanos.
Más información Las Academias
El proyecto académico, con antecedentes en el siglo XVII, fue apoyado en el siglo XVIII por una élite que, al reagruparse sobre un programa definido y apropiado, logró el apoyo de la Monarquía reinante. La fundación quedó integrada en el aparato burocrático real, y su estructura científica adaptada a los modelos de Italia y de Francia por considerarse los más progresivos.
Más información La Academia y el artista
Las academias constituyen un modelo de institución artística poco conocido y, quizás por ello, escasamente valorado. A ello no son ajenos, sin duda, los prejuicios acuñados durante el siglo XIX -sobre todo en su segunda mitad-, debido al comportamiento de las corporaciones académicas que funcionaron en aquel período.
Más información El siglo XVII. Los orígenes del academicismo español
El proceso histórico seguido en el caso español se encuentra muy próximo al comentado en Italia. Muy posiblemente, el factor más determinante en la circulación de las ideas referentes a la nueva consideración social del artista fue la decoración del monasterio de San Lorenzo de El Escorial y la participación en ella de artistas manieristas italianos.
Más información El siglo XVIII. Las academias ilustradas
Las academias españolas del siglo XVIII ofrecen un comportamiento totalmente ajeno al observado durante la centuria precedente, al sustituir el modelo italiano por otro de carácter francés, mucho más acorde con los intereses de la nueva monarquía borbónica, impulsora del llamado Despotismo Ilustrado.
Más información Normalización del sistema
La inclusión de los ingenieros encontró razones de índole semejante. Los reformadores defendieron, siempre que tuvieron ocasión para ello, la integración de las artes y las ciencias, cuya más feliz realización habría sido la anhelada Academia General de Ciencias y Artes, que habría aglutinado disciplinas de distinta naturaleza.
Más información Los siglos XIX y XX. La reacción antiacadémica
La pérdida de vigencia de los usos políticos del Antiguo Régimen tuvo unas amplias consecuencias en el terreno de la creación y el academicismo artístico. La revolución burguesa modificaría radicalmente el proceso de relación entre el artista como creador y el público como consumidor de obras de arte, con la voluntad expresamente manifestada de limitar la intervención del Estado y en general de todos los poderes públicos en el proceso creativo del artista y en la venta de la obra de arte como objeto sometido a las leyes del mercado.
Más información El cambio de modelo
Muchos y muy profundos son los inconvenientes para la formación del artista que Galofre observa en las academias de su tiempo, aunque casi todos podrían condensarse en la crítica de un único y fundamental inconveniente: la concepción incorporada por Antonio Rafael Mengs en el siglo anterior del bello ideal o de la belleza única.
Más información La encrucijada ideológica de la segunda mitad del siglo XVIII
En el período de la Ilustración, el debate europeísta se cierra en torno a la vuelta a Roma y al racionalismo clasicista en las artes, ocasionando una ruidosa polémica llevada a cabo por minorías o elites cultas presentes en las academias y en otros foros intelectuales del mundo europeo, acentuándose la aversión al arte o a la cultura barroca, denostada por sus excesos de lenguaje lo cual sirve para su rechazo por la mayoría de los insignes ilustrados.
Más información El genio de Anton Rafael Mengs
Cuando se rastrea la teoría de las artes en el siglo XVIII español, Mengs aparece como una de las figuras más destacadas. En el cuadro del ideal ético-intelectual se apunta siempre al pintor bohemio cuya normativa, por él desarrollada, domina en el reformismo iluminista de las Artes. Mengs es guardián y censor del buen gusto, y es también la imagen del perfecto artista ilustrado, en el momento en que una elite asume su protagonismo en el seno de la Academia y define al artista por mérito y talento.
Más información Juan de Villanueva y la arquitectura neoclásica
Desde mediados del siglo XVIII, una voluntad de restauración de la arquitectura greco-romana, en las palabras de los protagonistas de los hechos y de sus primeros mentores, queda instituida como materialización del ideal artístico de la Ilustración, asociado a la reacción contra el gusto barroco y rococó, a la normalización universalista del codificado lenguaje arquitectónico de la Antigüedad clásica y a la nueva comprensión de las leyes de la Naturaleza, con la razón y la experiencia como guías
Más información Arquitectura neoclásica
Nuestro Neoclasicismo queda marcado por cinco sucesivas generaciones de arquitectos y ceñido a un siglo exacto -1744-1844- desde la creación de la Junta Preparatoria de la Academia de San Fernando hasta la creación de la Escuela Superior de Arquitectura en Madrid, momento en el cual la formación de los arquitectos se ve desplazada de una institución a otra, quedando la primera como organismo consultivo y sancionador de titulaciones y competencias.
Más información España y Europa
Dos hechos vinculados a la corte marcarán el panorama artístico español en su relación con lo que ocurre en Europa, cuando Europa era sinónimo de mundo occidental. Son el incendio del antiguo Alcázar de los Austrias, en la noche del 24 de diciembre de 1734, y la creación de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando en Madrid.
Más información Los trabajos de Diego de Villanueva
La importancia de don Diego para nuestro protoneoclasicismo se debe más a su aportación como escritor y teórico. Entre su escasa obra construida se cuenta la renovación interior de la iglesia de las Descalzas en Madrid (1756) y la reforma del palacio Goyeneche en la calle de Alcalá.
Más información Juan de Villanueva: primeros trabajos
Juan de Villanueva: primeros trabajos
El período de formación de Villanueva abarca los años de 1750 a 1770. Otro período posterior le sirve para desarrollar lo mejor de su obra entre 1770 y 1795. En cada uno de estos intervalos Villanueva cumple con todas las expectativas que sus antecedentes familiares, su independencia discipular, sus estudios y su talento artístico hacían esperar.
Más información Auge de la Ilustración
La vida y la obra de Villanueva se inscriben rigurosamente en el marco del apasionado y singular momento ilustrado español, un momento en el que lo deseado es siempre más ambicioso y rico que lo conseguido. Sólo en ese contexto del final del siglo XVIII español se entiende que el edificio del Museo, hoy del Prado, esté veintitrés años construyéndose, y el Observatorio, dieciocho, sin llegar a concluirse cuando, en 1808, una invasión extranjera empeora el anterior e imperfecto orden.
Más información Arte civil y religioso
Son conocidas cuatro basílicas en la obra del arquitecto, dos destinadas a fines religiosos -ésta del Oratorio y otra proyectada en 1794 para un lugar desconocido y no construida- y dos con un destino civil, ambas como salón de juntas del actual Museo del Prado, que, por diferentes razones para cada una, tampoco se construyeron.
Más información El Museo del Paseo del Prado
La necesidad programática que Floridablanca traslada a Villanueva es la de reunir con la solidez y extensión necesarias una galería de Historia Natural con gabinetes de estudio, una Academia de Ciencias Naturales -con capacidad para sus máquinas e instrumentos, biblioteca, aulas, laboratorios, sala de química y oficinas- y un salón para las juntas particulares y generales de la Academia, contemplando que pudiera ser la de Nobles Artes de San Fernando su receptora. Tres establecimientos dedicados a la instrucción pública en un gran edificio.
Más información La gran obra
El Museo queda dispuesto como tres edificios estrechos y profundos, con tres entradas, ninguna preferente para el edificio como totalidad, sino específicas para cada programa parcial, características para cada destino funcional. De este modo se entiende la ausencia, a veces criticada, de una gran escalera interior en la obra de Villanueva. El edificio tenía varias, pero pequeñas y casi privadas, escondidas, sin ninguna presencia evidente.
Más información El Observatorio Astronómico
Aunque la iniciativa de la creación del Observatorio corresponde al reinado de Carlos III, probablemente en torno al año 1778, en que se inicia el plan general de las obras del Jardín Botánico y con el del conjunto que incluiría más tarde el Museo y este edificio, el comienzo de su construcción no se produjo hasta 1790. Era todavía bajo el ministerio de Floridablanca pero ya durante el reinado de Carlos IV, en los llamados altos de San Blas, próximos a una antigua ermita dedicada al santo, que se mantuvo frente a la fachada sur de la nueva obra.
Más información Ventura Rodríguez, el arquitecto de la magnificencia
Por formación, inclinación personal y encuadre en el gusto hispano de su tiempo fue Rodríguez un arquitecto que se expresó dentro de un Barroco clasicista de origen italiano, dotando de progresiva relevancia al lenguaje de los órdenes arquitectónicos, de los que emana la belleza de los edificios, antes que del ornato superfluo, y fue representante de una Academia de Bellas Artes que las reguló a base de educación y normas comunes.
Más información Ventura Rodríguez en la Academia de San Fernando
La actividad temprana de Ventura Rodríguez se derivó de su destacado puesto en el Palacio Nuevo y de su vinculación a la Academia de San Fernando desde el inicio de la Junta Preparatoria (1744). Rodríguez enseñoreó la Sección de Arquitectura prácticamente hasta su muerte, pasando por momentos de dificultad y tensión internas, pero cumpliendo con las directrices del Barroco académico.
Más información La sombra del Barroco romano
Las obras de Ventura Rodríguez estuvieron directamente vinculadas a las Obras Reales hasta 1760 cuando, cesado por decisión de Carlos III, surgieron otros cargos y clientes con necesidades distintas, que sólo aparentemente produjeron un estilo nuevo, más funcional, severo y desornamentado.
Más información La madurez barroca bajo Fernando VI
Bajo el reinado de Fernando VI, Rodríguez alcanzó su cenit profesional con un estilo maduro de origen barroco romano, complejo en sus articulaciones espaciales y rico en sus repertorios decorativos. Muy pocas fueron las obras importantes acometidas en la Corte que no contaran con el concurso del arquitecto.
Más información Nuevos tiempos, nuevos clientes, nuevos aspectos
Gracias a sus antiguos mecenas y protectores, el cese como Maestro de las Obras Reales le abrió otros horizontes con nuevas ocupaciones que le obligaron a adecuar su lenguaje plástico. Rodríguez mantuvo una intensa actividad al asumir los cargos de Maestro Mayor de la Villa de Madrid, tras la muerte de Sacchetti (1764), de Arquitecto Supervisor del Consejo (1766), y de la Cámara de Castilla (1770), lo que le permitió intervenir por toda España. Sin el favor real, también halló Rodríguez mecenas privados.
Más información Madrid: la villa y la aristocracia
Como Maestro Mayor de Madrid las ocupaciones de Rodríguez fueron muchas, pero monumentalmente intranscendentes si se exceptúa la Fuente de los Galápagos (1770), adosada a Escuelas Pías de San Antón, toda vez que la Puerta de Alcalá se ejecutó con los proyectos de Sabatini.
Más información Toledo y el cardenal Lorenzana
Recién vuelto de México, el cardenal D. Francisco Antonio Lorenzana, arzobispo de Toledo (1772-1804), nombró a Ventura Rodríguez Maestro Mayor de la Catedral (1772) y promovió la reforma de su fachada principal, cuyos proyectos presentó el arquitecto en 1773, siendo rechazados por el Cabildo.
Más información La tutela del Consejo de Castilla
En 1764 Rodríguez fue nombrado arquitecto supervisor del Consejo de Castilla. Las últimas décadas de su actividad fueron intensísimas, proyectando obras nuevas, supervisando proyectos ajenos, redactando informes técnicos, o dedicándose a la Academia.
Más información El grandioso final
El 23 de diciembre de 1777, Rodríguez fue comisionado por la Cámara de Castilla para restaurar Nuestra Señora de Covadonga. Fue el más importante encargo hecho por la Cámara al arquitecto, cuyo colosal proyecto no pudo terminarse.
Más información Goya antes de 1800
En el panorama de aquella época, Goya busca otras vías de enriquecimiento, cuando su sensibilidad vive las horas del pleno despertar. Su pintura logra desarrollar un lenguaje de fórmulas avanzadas por la concentración expresiva que confiere a los personajes o por la autenticidad con la que formula la realidad humana. Esta solidaridad embarca la obra de Goya en una audaz empresa analítica y creadora que recaba fórmulas de gran arte en un compendio de pintura futura.
Más información Ciudad, territorio y el mito de la Nueva Roma
En cada fenómeno urbano el hecho histórico es preeminente. La ciudad viene a ser una síntesis de valores desde el plano individual y colectivo. La llegada a España de la monarquía borbónica promueve un cambio importante en la vida del país, con destacables consecuencias tanto en el orden político, económico y cultural. En el siglo XVIII, la capital desarrollaba toda su potencia.
Más información Desarrollos regionales en el siglo XVIII español
Los caminos artísticos tienen en España en el siglo XVIII una serie de virtualidades por zonas, que plantean la necesidad de su contemplación, aunque en esta ocasión se aborden de manera muy somera. Cada región tiene sus recursos culturales propios y a veces surgen producciones de lo más inesperado y jugoso.
Más información Arquitectura
La arquitectura tiene como finalidad el autorizar la intervención de nuevos términos. Por un camino se otorga cierta preeminencia a factores de interés práctico y funcional y, por otro, nace una arquitectura monumental cuyas formas son una mina de ideas, con carácter y particularidades significativas. La capacidad de los artistas locales por adaptarse al ambiente da lugar al paso de un lenguaje flexible, que avanza en términos de invención y que suscita licencias y caprichos de gran imaginación. La nueva arquitectura influye sobre la forma interna de la ciudad a nivel urbano y arquitectónico y representa un nuevo valor sobre el legado del siglo XVII.
Más información Arquitectura barroca en Galicia
Es el Barroco uno de los períodos álgidos de la Historia del Arte gallego, en especial en lo que afecta a la arquitectura y la retablística, de tal modo que desde el Románico no se había asistido a un tal afán de renovación de las fábricas religiosas como el que se va a desarrollar desde mediados del siglo XVII hasta la segunda mitad de la siguiente centuria.
Más información Vega y Verdugo y la introducción del Barroco
Don José de Vega y Verdugo, conde de Alba Real, es una de las personalidades más complejas e interesantes de su tiempo, representante, según Bonet Correa, del teórico ilustrado capaz de dirigir y aglutinar bajo su mandato a una serie de artistas a los que formará en el gusto más actualizado tanto del arte italiano como de lo que se estaba llevando a cabo en la Corte de Madrid.
Más información Velasco Agüero, el último maestro trasmerano
Por los mismos años en que Vega y Verdugo dirigía la renovación barroca de la catedral de Santiago, llegó a Galicia Melchor de Velasco Agüero, arquitecto santanderino, último representante de aquellas cuadrillas de maestros trasmeranos que tan decisivo papel habían jugado en la implantación del clasicismo en el Norte peninsular.
Más información La plenitud del barroco: la generación de 1640
Aunque el núcleo generador continuará siendo Santiago, en otras zonas más o menos periféricas se va a ensayar ya la introducción del barroco, abandonando el periclitado lenguaje clasicista, como ocurre en las zonas de Lugo y Orense, debido sobre todo a la esporádica presencia allí de arquitectos compostelanos, como Domingo de Andrade, Pedro Monteagudo, etc.
Más información Andrade y la catedral de Santiago
La mayor parte de la vida del arquitecto transcurrió vinculada a las obras encargadas por la catedral de Santiago, de la que tantos años fue maestro de obras: para su engrandecimiento y transformación barroca trazó Andrade sus planos más innovadores, destacando entre todos ellos su actuación en la Plaza de la Quintana, con la construcción de la Torre del Reloj, la remodelación del Pórtico Real y el inicio de la Casa de la Canónica.
Más información Pedro Monteagudo, la defensa del ornamentalismo
Pedro Monteagudo, la defensa del ornamentalismo
De Pedro Monteagudo tenemos muy escasas referencias documentales que puedan permitir atribuirle algunas obras, pero sabemos que trabajó en el monasterio de Celanova, en la cúpula de la iglesia, que presenta una decoración radial de sartas vegetales similares a las empleadas por Andrade, pero sin su delicadeza de talla.
Más información Diego de Romay, el gusto por lo decorativo
Magnífico arquitecto de personalidad quizá un tanto eclipsada por la de su coetáneo Andrade, si bien su prestigio social fue ya reconocido en su tiempo. Día a día, los archivos van desvelando datos que lo revelan como uno de los arquitectos más representativos del período en Compostela, en donde trabajó durante toda su vida, sirviendo de contrapunto a la actividad del maestro de obras de la catedral.
Más información Fray Tomás de Alonso, la fantasía ornamental
Fray Tomás Alonso es fundamentalmente un decorador que aborda pequeñas construcciones o remodelaciones, primando el sentido ornamental a base de formas fantásticas en las que entremezcla elementos vegetales y humanos.
Más información Fray Gabriel de Casas, la opción clasicista
A fray Tomás Alonso le sucede en la dirección de las obras de San Martín Pinario otro monje benedictino, fray Gabriel de Casas, que representa una opción clasicista dentro del barroco compostelano, ya que prescinde de las exuberancias ornamentales de sus contemporáneos para centrar su interés en la valoración del edificio como volumen plástico que domine por su grandiosidad y correctas proporciones.
Más información La generación de 1670. Casas y Novoa
Creada ya una versión personal de la estética barroca en Galicia por los arquitectos de la generación anterior, sobre todo por Domingo de Andrade, y que se basa en una conjunción perfecta de efectos espaciales nuevos y una riquísima decoración, los arquitectos que trabajan durante la primera mitad del siglo XVIII van a centrar su interés en la consecución de nuevos y más audaces planteamientos espaciales, desafiando las leyes de la estática y de la lógica constructiva.
Más información Casas en San Martín Pinario y el Obradoiro
Fernando de Casas, reclamada su presencia en otras obras, dejó al frente de la capilla lucense a su aparejador Lucas Ferro Caaveiro, limitándose el arquitecto a visitar y supervisar su evolución en algunas ocasiones hasta su conclusión en 1736. Al mismo tiempo, Casas trabajó como maestro de obras de San Martín Pinario.
Más información Simón Rodríguez, el estilo de placas
Simón Rodríguez opta por valorar el material en sí mismo, dominando a la perfección la estereotomía de un granito que, en sus manos, se geometriza y convierte en el elemento volumétrico desafiante de la estática en esa sucesión de placas que han dado nombre a esta peculiar fase del barroco gallego.
Más información La generación de 1700: el barroco final
La generación de 1700 está compuesta por buena parte de los discípulos de Fernando Casas, entre los que sobresalen Lucas Ferro Caaveiro, Clemente Fernández Sarela, fray Plácido Iglesias o fray Manuel de los Mártires.
Más información Escultura
A principios del siglo XVIII, la escultura netamente española intenta mantener y reflejar algunos de los valores de los grandes maestros del pasado. Sin embargo, queda un campo abierto a nuevos ideales y un acoplamiento a las aportaciones lingüísticas que ha de plantear el siglo XVIII en el proceso borbónico.
Más información La genialidad de Francisco Salzillo
Sin duda gozó Francisco Salzillo de una muy merecida fama en vida, y ello fue tanto por su profusa y valiosa producción como por la valía personal humana con la cual, según a todas luces se desprende de las noticias que nos legó el pasado, se investían tanto él como su familia.
Más información Los antecedentes
Entre los antecedentes más directos del estilo de Salzillo debemos mencionar a Nicolás de Bussy, a su padre, Nicolás Salzillo, y a Antonio Dupar.
Más información Otras fuentes de influencia
Una buena cantidad de obras escultóricas importadas y cuantiosos grabados serán las fuentes de influencia en las que beberá Salzillo, además de la enseñanza de sus predecesores en la villa de Murcia.
Más información Vida y obra de don Francisco Salzillo y Alcaraz
La muerte del padre en el año 1727, obligó a Salzillo, con veinte años, a colocarse al frente del taller y no sólo como gestor o director del trabajo que hicieran los oficiales y aprendices que allí hubiera, sino tomando directamente las herramientas para concluir de su mano las esculturas que habían quedado a medio hacer.
Más información Aproximación a su personalidad
Resulta un poco arriesgado abordar este apartado desde tan lejos en el tiempo, pero las distintas noticias que han quedado que nos informan de actos y datos concretos quizás puedan permitirnos hacer algunas reflexiones sobra la personalidad de Salzillo.
Más información Conocimientos técnicos
Francisco Salzillo estudió dibujo y colorido con don Manuel Sánchez, pero los muchos o pocos conocimientos que pudiera haber adquirido apenas los usó en otra cosa que para el policromado de sus tallas y lo que es más importante, y nunca se ha destacado como debiera, para componer con la máxima sabiduría las figuras de sus pasos y la relación entre ellas.
Más información La clientela
Para Murcia y toda su provincia trabajó principalmente Salzillo , así como las estrictamente colindantes: Almería, Albacete y Alicante. Su obra se quedó circunscrita a un área muy limitada de difusión que quizás se hubiese ampliado con el viaje a la Corte o si él mismo se hubiera interesado en darse a conocer en otros lugares.
Más información La obra
La producción de Salzillo fue cuantiosa; 1792 obras apunta Ceán y ello seguramente lo hará informado por gentes que le conocieron directamente, pero ésta se vio aún aumentada con el paso del tiempo, cuando se le fue atribuyendo toda obra que mostrara una calidad razonable.
Más información Colaboración de retablos
En el año 1730 se inicia la colaboración de Salzillo en retablos, contratando la parte escultórica del retablo que, para la ermita de San Antón, habían de hacer Jacinto Perales y Nicolás de Rueda (desaparecido). Es al año siguiente cuando, también junto a Jacinto Perales, contrató el retablo de San Miguel de su parroquia, en Murcia.
Más información Su época dorada. Los pasos
Es a partir de la década de los cuarenta cuando Salzillo crea sus grandes modelos iconográficos que luego se repetirán insaciablemente en su taller y, después de muerto, por sus seguidores. En 1746 firma el San José para la iglesia de Ricote; esta vez lleva al Niño en brazos y éste provoca la sonrisa del Santo gracias a su parloteo y gesticulación.
Más información Revalorización de la última etapa
Se viene señalando una última etapa en la obra de Salzillo como de decadencia e industrialización. De lo segundo no hay duda y era necesario para satisfacer toda la demanda que llegaba al taller; respecto a lo primero, hay que matizarlo, habida cuenta de las obras de segura paternidad con que podemos contar de sus últimos años.
Más información Los discípulos y lo salzillesco
Debido a lo nutrido del taller estrictamente familiar no debió Salzillo necesitar mucha ayuda del exterior; aun así se le conocen dos discípulos (a los que deja juegos de herramientas en el testamento del 65) que son: José López Pérez, vecino de Caravaca, que hizo escritura en 1753, y Roque López (1747-1811) que la hizo en el 65.
Más información Pintura
La pintura española, en el panorama general del siglo XVIII, al margen de las aportaciones extranjeras que enriquecen su capacidad colorista y aumentan sus ciclos figurativos, se inscribe en una tendencia renovadora, a la que sirve una literatura artística que impulsa corrientes y planteamientos distintos. Dentro de un homogéneo ambiente cultural, hay divergencias, notas distintivas que van de una región a otra.
Más información Neoclasicismo y Romanticismo
La corriente predominante entre 1790 y 1840 es la neoclásica. Mas pronto se impregna de una segunda, el romanticismo. En España, el neoclasicismo se mantiene hasta 1820 en la arquitectura y en la escultura, si bien en la pintura existe una mayor ambigüedad.
Más información Entre la belleza ideal y las formas tradicionales
Entre la belleza ideal y las formas tradicionales
Los ilustrados españoles, lo mismo que los poetas de la generación del Veintisiete, junto a la búsqueda del clasicismo indagan sobre las raíces de lo popular. Intelectuales y nobles imitarán algunas costumbres plebeyas.
Más información Desarrollo del neoclasicismo
El modelo francés pronto se difundió en otros países europeos. España lo importó a mediados del siglo XVIII, al crearse en 1744 la Academia de San Fernando. Pero como hemos señalado, es tan sólo después de la reforma de Mengs cuando cobra verdadero sentido la enseñanza.
Más información La arquitectura española entre el neoclasicismo y el romanticismo
Si Juan de Villanueva da el primer paso dentro de la arquitectura clásico-romántica, es un grupo de arquitectos que trabajan en torno a 1800 el que establece esta corriente en España de modo definitivo: Justo Antonio de Olaguibel (1752-1818), Antonio López Aguado (1764-1831), Isidro González Velázquez (1765-1840) y Silvestre Pérez (1767-1825).
Más información Clasicismo y romanticismo escultórico
El peso de la protección real y el control de la Academia de Bellas Artes hace que, a lo largo del siglo XVIII, las formas clasicistas se vayan imponiendo en el ámbito cortesano; luego, con más lentitud, al mediar el siglo, en el regional.
Más información La pintura entre las dos corrientes
La figura intachable de Carlos III no sólo acepta el neoclasicismo como moda artística sino como estilo de vida a imponer en sus reinos. Era necesario volver al orden, tal como definen los teóricos en las edificaciones eclesiásticas y civiles, pero también en sus decoraciones, pues ello debía de ser un reflejo del nuevo modo de vida.
Más información Goya y el camino hacia la modernidad
El artista más representativo no sólo de la Ilustración española sino de la europea es Francisco de Goya (1746-1828). Su personalidad a la vez genial y dúctil es reflejo de su naturaleza y de su época. Ningún pintor del momento llegó a profundizar tan agudamente en el subconsciente humano y a practicar su arte ateniéndose a las diversas corrientes cultivadas en su época.
Más información La Historia como modelo
La pintura de Historia fue probablemente el género más apropiado durante el romanticismo. Su temática era impulsada a través de los concursos y oposiciones académicas desde la segunda mitad del siglo XVIII.
Más información Las artes industriales desde la Ilustración al reinado de Isabel II
En la etapa de la Ilustración las artes industriales cobrarán un desarrollo inusitado en España, alcanzado su esplendor en los reinados de Carlos III y su hijo. El gusto por las artes decorativas se acrecienta en las cortes europeas a fines del siglo XVIII, en las que el lujo superfluo y el deseo de poseer cosas pequeñas y exquisitas se extiende entre la nobleza y la alta burguesía, desde Portugal hasta Rusia.
Más información Arquitectura del siglo XIX
El siglo XIX español es considerado como uno de los períodos más inestables de nuestra historia. El panorama arquitectónico de este siglo parte de una base mucho más compleja que en otras épocas precedentes. Ahora, la convivencia de dos o más arquetipos será normal. De hecho, desde entonces nunca más un solo modelo ha vuelto a monopolizar el gusto.
Más información El historicismo
El interés durante el siglo XIX por los estilos arquitectónicos de otras épocas tiene raíces muy diferentes: podemos hablar de renovación y revitalización religiosa, de identificaciones con un pasado histórico, de evocaciones mitificadas por sentimientos románticos, pero también de búsqueda de un estilo que abre nuevos caminos a la crisis que había planteado el paulatino abandono del modelo clásico.
Más información Arquitectura de hierro
Con el desarrollo industrial se logran progresos acelerados para, en los primeros años del siglo XIX, encontrarnos con las primeras obras de envergadura. España tuvo una expansión industrial tardía y de corto alcance, y esto tiene consecuencias inmediatas en el desarrollo de la arquitectura del hierro al ser igualmente tardía la llegada de estas nuevas técnicas.
Más información El eclecticismo
Como eclecticismo podemos definir aquel estilo que se conforma de la elección y combinación de formas procedentes de diferentes lenguajes y que fundidos dan uno nuevo.
Más información El urbanismo
Las transformaciones urbanísticas del país se inician con la subida al trono de Isabel II, desde su minoría de edad. La ordenación de la nueva ciudad, que es en realidad el ensanche, se estructura socialmente de forma metódica y cuidadosa, procurando establecer una distribución social bastante rígida de modo que se distingan los diferentes barrios.
Más información Epílogo
La crisis que se venía cerniendo sobre la arquitectura se desencadenó en la década final del siglo. En España se busca un estilo que encarne, nuevamente, las esencias nacionales, y ahora será a través del plateresco.
Más información La escultura del siglo XIX
La escultura española del siglo XIX participa de la atonía y la banalidad que este género artístico sufre en toda Europa. No hay en ella ninguna personalidad sobresaliente, ni ninguna intervención innovadora.
Más información El clasicismo
En la primera mitad del siglo la tradición neoclásica continúa viva y origina algunas figuras de porte clásico.
Más información El clasicismo del círculo cortesano
En la Corte destacan los trabajos clasicistas de Juan Adán, José Ginés, José Álvarez Cubero, Esteban de Agreda, Pedro Hermoso, Ramón Barba, Valeriano Salvatierra, José Tomás o Francisco Elías Vallejo.
Más información El clasicismo catalán
En el foco catalán destacan las obras de los hermanos Folch y Costa -Jaime y José Antonio, Damián Campeny y Antonio Solá.
Más información El Romanticismo
El periodo romántico, de escasa duración en escultura, es una etapa de transición, de alternancia de elementos consustanciales a pervivencias clasicistas y apariciones de criterios que desembocarán en un nuevo realismo.
Más información La interpretación realista
Podría señalarse que es constante el avance dentro del eclecticismo imperante desde la mitad de la centuria, cuyo desarrollo viene animado por el ejemplo de las nuevas corrientes que estos artífices conocen a partir de sus pensiones en Roma y sobre todo, París. Sin embargo, el estatismo de la sociedad española les exigirá una renuncia parcial a sus anhelos juveniles, a nobles y renovadoras actitudes, en favor de un encargo o de una medalla en las ya caducas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, de carácter meramente oficialista pero que suponían el único camino para el reconocimiento general.
Más información Entre dos siglos
El proceso de la escultura española en el período que se ha venido en denominar Modernismo, viene a desarrollarse dentro de unos parámetros en los que ese movimiento no parece resultar el idóneo para la identificación con la plástica de nuestros artífices, quienes continuarán por el camino de un eclecticismo a la búsqueda de sus identidades particulares en determinados focos.
Más información Pintura española del siglo XIX
La revolución burguesa y el liberalismo económico rompen los tradicionales cauces que regían anteriormente el arte, quebrándose los mecenazgos de la Iglesia, la Monarquía y la aristocracia, que vienen a ser sustituidas por el Estado liberal y parlamentario y la burguesía capitalista.
Más información Goya, la eclosión del genio
En el siglo XIX Goya vivirá diferentes momentos: a los éxitos iniciales seguirán las tensiones ideológicas que se producen durante la Guerra de la Independencia, para después convertirse casi en un pintor maldito al no ser del agrado de la nobleza su manera de pintar. Las malas relaciones con Fernando VII le obligarán a exiliarse en Francia, eligiendo la ciudad de Burdeos, donde vivía la colonia liberal procedente de España. En Burdeos, Goya realizará sus últimas obras maestras y fallecerá en 1828.
Más información El clasicismo académico
La figura cumbre, la más característica y representativa es Vicente López Portaña, uno de los más depurados productos de la formación proporcionada por la Academia borbónica, y uno de los mayores pintores de su tiempo, aunque su arte se mantuviese anclado en las premisas dieciochescas en que se formó. Estas no eran otras que la herencia estética de Mengs, interpretada en la Academia por sus discípulos, donde aún tenían vigencia las herencias decorativas barrocas.
Más información Vicente López y su época
La vida de Vicente López transcurre entre 1772 y 1850. Formado en Valencia y Madrid, fue nombrado Primer Pintor de Cámara por Fernando VII. Toda una vida de triunfos, distinciones y envidiable situación económica será la larga trayectoria de su dilatada existencia en Madrid hasta su muerte, ya casi octogenario.
Más información Etapas de una vida
En la pintura de Vicente López pueden marcarse las siguientes etapas: primera época, que abarca desde 1789 hasta su partida hacia Madrid, desde Valencia, en 1814; la segunda etapa, desde 1814 a la muerte de Fernando VII, en 1833; el último período, de madurez, comprende desde entonces hasta 1850, año de su fallecimiento.
Más información Lo religioso y lo profano
Si tenemos en cuenta el panorama temático que nos ofrece la pintura religiosa española en la primera mitad del siglo XIX español, observaremos que es Vicente López el único gran pintor que se entrega con verdadera pasión a este género. Es aquí, en este apartado de su producción, donde con mayor relieve se ponen de manifiesto los aciertos resolutivos y un aire de novedad frente al convencionalismo en que había caído el género.
Más información La estela de Vicente López
Bastante complicada debió ser la fijación de planteamientos para sus discípulos y colaboradores, una e incluso dos generaciones más jóvenes que él, teniendo en cuenta la dilatada existencia y la enorme fecundidad de Vicente López.
Más información El Neoclasicismo
El Neoclasicismo
Aunque se ha pretendido establecer una prioridad cronológica del foco neoclásico catalán con respecto al madrileño, la realidad es que pintores de ambas escuelas comenzaron a realizar obras de este estilo por fechas similares. Y, lo que es más, la actitud decididamente neoclásica del grupo madrileño no se da en el catalán, que se mantiene aún algo ligado a la tradición dieciochesca.
Más información El romanticismo
El romanticismo español se halla ligado, política y socialmente, al movimiento liberal, eclosionando tras la muerte del autócrata Fernando VII.
Más información La pintura de paisaje
Al llegar las corrientes románticas a España se incrementó el interés por el paisaje. Los pintores que pretendieron cultivarlo, al faltarles una tradición paisajística, tuvieron que buscar raíces extranjeras.
Más información La pintura costumbrista
La llegada del romanticismo vivificó esta corriente, aportando a la tradición hispana la visión que los extranjeros tenían de nuestro pueblo, debido al esnobismo de una burguesía nacional europeizante y liberal que, también por influencia extranjera y bajo la moda romántica, vuelve los ojos al pueblo y los monumentos del pasado.
Más información El romanticismo académico
Frente al romanticismo pintoresco, colorista y vitalista, se encuentra el mundo oficial del romanticismo, las tendencias pictóricas elevadas que gozaron del favor académico, alcanzando sus cultivadores las más altas cotas de prestigio e influencia oficial.
Más información Las novedades en España
Los pintores españoles de la época permanecían anclados en un romanticismo académico, fomentado oficialmente a través de las Exposiciones Nacionales y de las enseñanzas impartidas en las Academias, por lo que el Realismo tardará en introducirse de un modo oficial.
Más información El realismo preciosista: Fortuny y el fortunysmo
La transformación del gusto que se experimentó en España durante la segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por la figura de Mariano Fortuny. La proyección de su obra fue asombrosa; además de influir en pintores de su círculo más cercano, artistas como José Jiménez Aranda y Francisco Domingo no fueron ajenos al fortunysmo
Más información Mariano Fortuny, el gran maestro del XIX
Auténtica revelación en su tiempo, ningún pintor español había conseguido hasta entonces el nombre, la fama, de Mariano Fortuny. Sus contemporáneos admiraron ante todo la prodigiosa factura del artista, pues muy pocos manejaban el dibujo con tal seguridad, el color con aquella magistral combinación de luces y sombras, o sabían armonizar la franqueza de Velázquez y Goya con el fino acabado de Teniers, pocos conocían como él los secretos de la acuarela, el óleo, el aguafuerte.
Más información La formación del pintor
Natural de Reus, Fortuny se formó en la Academia de Bellas Artes de Barcelona, donde tuvo como profesores a Claudio Lorenzale y Pau Milà y Fontanals.
Más información Las primeras obras
Las primeras pinturas de Fortuny están dedicadas a temas históricos, religiosos o mitológicos -considerados de mayor trascendencia por su carácter moral y educativo- y en sus características formales reflejan el estilo de su maestro, Claudio Lorenzale.
Más información En Roma
El 19 de marzo de 1858 Fortuny llegaba a Roma tras haber conseguido la beca de estudios convocada por la Diputación de Barcelona. En la Ciudad Eterna acude a la Academia de Fracia y a la Academia Gigi, coincidiendo con Rosales y Puebla.
Más información El gusto de la época: la atracción por lo exótico
Sin haber transcurrido dos años de estancia en Roma, la vida tranquila y un tanto rutinaria de Fortuny se ve radicalmente alterada por un nuevo viaje, en este caso a África, que le propone la Diputación de Barcelona. No se trataba ya de copiar estatuas y obras clásicas en Academias y Museos, sino de actuar como cronista gráfico de la guerra hispano-marroquí.
Más información Esplendor burgués
La visita a algunos de los mejores museos de Europa y la experiencia africana, contribuyeron a ampliar y consolidar sus conocimientos y formación, marcando este año de 1860 la frontera entre la etapa de estudios y el nuevo período decididamente profesional iniciado por Fortuny.
Más información La herencia de Goya
Tras regresar de su segundo viaje a África, Fortuny comienza a destacar en los ambientes comerciales y sus obras y las "hechas a lo Fortuny" dominan el mercado artístico romano durante dos décadas, entre 1865 y 1888. En este período, su influencia no se limita exclusivamente a la que pudo ejercer sobre sus más próximos amigos, sino que la moda abierta por su estilo supuso un verdadero fenómeno de consecuencias difíciles de precisar.
Más información El sueño del artista: la luz del sur
Mimado y obsequiado por todos, Fortuny siente no obstante el agobio de una vida social que le resta tiempo y a la que su carácter tímido y franco se plegaba con dificultad. Por otra parte, teme que el control y la presión ejercida por su marchante sean mayores al vivir en París. Libre de preocupaciones económicas, pues sus cuadros alcanzaban cotizaciones elevadísimas para la época, podía permitirse el lujo de trabajar al margen, buscar un lugar a su medida. Tras visitar Sevilla y Córdoba, lo encontrará en Granada.
Más información El apogeo
Tras dominar la forma, la luz que tienta a Fortuny es la luz del sur, la luz de efectos del sol, de los paisajes y callejuelas marroquíes, la primera a la que se acostumbró su vista. En Granada recupera el placer de la pintura.
Más información Realismo y pintura de historia
La gran mayoría de los pensionados cultivaban la pintura de historia por ser el género que más se valoraba, hasta el punto de que los artistas becados para Roma tenían como compromiso y como prueba de aprovechamiento la realización de un cuadro de historia. Los pintores de historia del último tercio del siglo XIX incorporarían a sus representaciones un lenguaje realista, evidenciado en los detalles compositivos y en su predilección por llevarlos a cabo al aire libre. El más dotado de todos ellos fue Francisco Pradilla.
Más información Realismo y pintura social
El momento que marca el punto de partida del reconocimiento de la pintura realista española puede situarse en la Exposición de París de 1889, habida cuenta de que, siendo la primera ocasión en que se conceden premios a cuadros de alcance y contenido social.
Más información Realismo para burgueses
De menor formato que los cuadros de historia y ejecutados con gran habilidad técnica, la temática recorrida por este género fue muy variada: oficios, niños o escenas familiares.
Más información El paisaje realista
En España, el pintoresquista e imaginativo paisaje de corte romántico fue sustituido por la reproducción de la naturaleza directamente desde sus propios escenarios, fórmula que experimentaron con anterioridad los pintores de Barbizon.
Más información Castilla como tema
Esa reivindicación que llevaría a cabo Haes en el paisaje, así como su voluntad manifiesta de pintar del natural y su empeño en observar y reproducir fielmente la realidad de las cosas, situó a sus numerosos discípulos en un punto de partida muy próximo al impresionismo.
Más información La pintura de género y el retrato
La pintura de género está marcada por el preciosismo de Fortuny y sus seguidores, por el realismo de los discípulos de Martí Alsina, o de otra especie, desde el naturalismo del siglo XVII de los Países Bajos, hasta el de nuestro Siglo de Oro, que deriva en preciosismo fin de siglo en el elegante realismo de pintores como Raimundo de Madrazo.
Más información La pintura de historia
El llamado fenómeno de la pintura de historia, tan denigrado historiográficamente, se refiere a la prolífica producción de cuadros de tal índole que se dio en la pintura española de la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia del historicismo sustentado por los medios oficiales a través del aliciente de los premios en las Exposiciones Nacionales.
Más información El impresionismo
Hablar de impresionismo en España es algo que hay que hacer con mucha precaución, pues los pintores españoles sólo tardíamente aceptan el, para ellos, excesivo tecnicismo de los impresionistas. Están además por medio el confusionismo entre iluminismo e impresionismo.
Más información Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes
El paso definitivo hacia las exposiciones modernas lo dan los salones franceses, pues aparte de favorecer la profesionalización y competitividad de los artistas con sus reglamentos, jurados, premios y adquisiciones oficiales, facilitan la intervención del público entendido y la aparición de la crítica especializada, como determinantes de la jerarquía y calidad de los artistas, que deben revalidar en cada certamen.
Más información Motivos de su creación en España
La elevada misión del arte justificaba, en opinión de los críticos y aficionados, el que, ante la manifiesta falta de actividad artística en España, el Estado, como nuevo depositario de la sociedad siguiendo la pauta que anteriormente marcara el trono, tomara bajo su decidida protección el desarrollo de la cultura en general y del arte en particular, por su carácter social y nacional. Lo que, por añadidura, no precisaba de nuevas aportaciones económicas o gastos extraordinarios, sino simplemente la racionalización de las cantidades invertidas en su fomento y protección.
Más información El reglamento de las Exposiciones Nacionales
Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes están reguladas por los 10 artículos del Real Decreto de constitución, destinados a profesionalizar estos certámenes, para distinguirlos de los que hasta esa fecha organizaban periódica u ocasionalmente la Academia de San Fernando y otras instituciones.
Más información El jurado
El jurado
El valor didáctico del arte y la función distribuida a las exposiciones explica también todas las discusiones y polémicas suscitadas tanto por la composición como por el sistema de selección de jurado. El organismo que, con sus decisiones, es decir, los premios y las propuestas de compras oficiales, debía, al menos en teoría, guiar a los artistas por los verdaderos caminos del arte, y educar y fomentar, a la vez, el gusto del público y aficionados.
Más información Los premios
Objetivo de muchos artistas y de la mayoría de los expositores, denunciado frecuentemente por la prensa como una de las causas del estancamiento del arte, en general, y de las exposiciones, en particular, porque, al necesitar de esos premios, los jóvenes artistas difícilmente osaban contravenir los cánones establecidos.
Más información Las adquisiciones
Los premios proporcionaban además la posibilidad inmediata de la venta de las obras al Estado, con la consiguiente repercusión económica y moral, contemplada siempre en los sucesivos reglamentos aunque, eso sí, formulada no como una estricta obligación para la Administración, sino como la ambigüedad del si lo "juzgase conveniente".
Más información Las exposiciones nacionales como fenómeno sociocultural
El funcionamiento de las exposiciones, unido a la consideración social del arte propia de la época, termina por convertir a estos certámenes en uno de los acontecimientos socioculturales más definitorios del siglo. Se justifica así, sobradamente, la protección oficial.
Más información Su influencia en la pintura de historia
El examen de las cifras globales de los certámenes pone de manifiesto la clara primacía de la pintura de historia, refrendada por las dos terceras partes de las primeras medallas.
Más información La pintura religiosa
Aunque el número de cuadros religiosos es más o menos constante a lo largo de todas las Exposiciones, su proporción, dado el aumento que experimentan los otros géneros, acusa un claro retroceso.
Más información La pintura social
La pintura social conoce un espectacular desarrollo en la última década del siglo, como heredera directa del género histórico.
Más información Paisaje y marinas
Otro género, también en alza, es el del paisaje y las marinas, favorecido por la serie de circunstancias, como el desarrollo y avance del ferrocarril, que permite la multiplicación de los viajes, facilita la extensión de costumbres como las excursiones y el veraneo y, en consecuencia, propicia un mayor acercamiento a la Naturaleza.
Más información El retrato y la pintura de flores
Ambos géneros reflejan la importancia de las exposiciones como barómetro de las oscilaciones del gusto que, en el caso concreto del retrato, recorre un curioso camino que le lleva de ser el género más abundante en la primera exposición, herencia todavía de la situación anterior, a una drástica reducción en las siguientes.
Más información Conclusión
La simple relación de las cifras globales -17 exposiciones, 2.557 expositores, 11.419 obras, 591 medallas, 6.999 menciones y 603 adquisiciones oficiales, aparte de los cerca de 2.000 artículos- deja bien claro su papel trascendental en el desarrollo de un arte al que los cambios sociales y la adecuación a las nuevas circunstancias, habían llevado a mediados de siglo, casi hasta su desaparición.
Más información Gaudí y el Modernismo catalán
Al abordar la vida y obra de Gaudí debe tenerse en cuenta que apenas escribió sus inquietudes ni sus ideas, aunque sí las transmitió verbalmente a amigos y arquitectos-biógrafos como Cesar Martinell Brunet (1888-1973), Josep F. Rafols Fontanals (1889-1965) o Joan Bergós Massó (1894-1974).
Más información Europa 1900
El modernismo europeo podrá estudiarse según metodologías diversas y personales, siendo común y arriesgado el contraponer un modernismo organicista (Bélgica, Francia) a otro más geométrico y rectilíneo o protorracionalista hasta nuestra geografía más próxima.
Más información Cataluña
El modernismo catalán es también complejo. Hasta no hace mucho tiempo se pensaba vulgarmente que era el único de la Península; pero son pocas las grandes ciudades que no tengan alguna obra modernista, sobre todo en la periferia, tal como han venido demostrando los recientes y cada vez más numerosos estudios.
Más información Nacimiento y juventud de Gaudí
El primer contacto significativo que Gaudí tiene con la arquitectura es cuando participa, con quienes habían sido sus compañeros de bachillerato Eduardo Toda Güell (luego diplomático) y José Ribera Sans (luego médico), en un Proyecto de Restauración del Monasterio de Poblet (1870, Archivo de Poblet), entonces en ruinas.
Más información Formación de Gaudí
Por encima de toda la formación universitaria o no, y aun teniendo en cuenta que el medio siempre influye en el ser vivo, se alza la fuerte personalidad de Gaudí, capaz de transformar la naturaleza de la que parte en algo todavía más fantástico, en una arquitectura testimonio del auténtico arquitecto creador sobre la tierra.
Más información Proyectos de estudiante
Procedente de una familia humilde como tantos genios, Gaudi tuvo que mantener sus estudios de arquitectura trabajando para otros arquitectos.
Más información Primeros trabajos
Los primeros trabajos de Gaudí como arquitecto fueron insignificantes, algunos no pasaron de proyectos, pero en absoluto exentos de premoniciones.
Más información Primer periodo
Las obras más importantes del primer periodo de Gaudí son la Casa Vicens, El Capricho de Comillas, el Palau Güell y el Parque Güell.
Más información Hacia las casas Batlló y Milà
En el ámbito doméstico, Gaudí continúa experimentando una transformación que no había cesado desde el Palacio Güell. Su libertad creadora le permite partir de cualquier estilo pretérito para variarlo e imponer su estética personal.
Más información La fortuna de Gaudí
Tras el primer libro de Ràfols, hay un olvido en los años treinta y cuarenta de la obra de Gaudí para, durante los cincuenta, remontar imparablemente su fama con una mejor y distante valoración del simbolismo, cubismo, expresionismo, surrealismo, organicismo, brutalismo, estructuralismo, informalismo, etc.
Más información Artes plásticas en el Modernismo
El término modernismo es un término confuso, que implica la idea de modernidad, pero la modernidad podía -y puede- entenderse de maneras muy distintas; como el deseo de renovación ideológica de todo un planteamiento cultural -el objetivo de los modernistas catalanes-, o bien como una remodelación de unos planteamientos fundamentalmente estéticos -finalidad de los arquitectos y artistas del Art Nouveau y también, como es lógico, de los propios modernistas catalanes-.
Más información La pintura de paisaje y el punto de mira modernista
La modernización de la pintura de paisaje en España, se debe a la obra de dos grandes artistas que, cada uno a su manera, ofrecerán una visión muy distinta del paisaje español. Nos referimos a Aureliano de Beruete (1845-1912) y a Joaquín Sorolla (1863-1923).
Más información París, la capital del arte moderno
Roma era la capital del arte oficial, mientras París atraía a los nuevos artistas que buscaban crear un arte más al gusto de la nueva clientela burguesa, y acorde con las nuevas formas de vida. Porque los artistas no buscaban en París únicamente nuevos modelos plásticos, sino también otros caminos para canalizar su producción.
Más información Los primeros modernistas catalanes
En Cataluña el arte finisecular es asumido probablemente de forma mucho más madura y debe entenderse, ante todo, como un movimiento defendido desde reducidos círculos de intelectuales. Rusiñol, Casas y Clarasó fueron sus protagonistas en el ámbito de las artes plásticas, Rusiñol primero, en Sitges, a la vuelta de la tan fructífera estancia en París, y más tarde Casas.
Más información Los artistas del norte
Destaca también con una entidad específica, un grupo de artistas vascos que, como en el caso catalán, responden a la voluntad de diferenciar una escuela regional -y también a la existencia de un mercado más exigente y de mejor nivel adquisitivo-.
Más información El simbolismo en las artes plásticas
En España, las distintas tendencias simbolistas -prerrafaelismo, parnasianismo, esteticismo o decadentismo- que en Europa se desarrollan a lo largo de medio siglo, son asimiladas al mismo tiempo y de manera global, al margen de las muy diferentes connotaciones que pudieran tener en sus orígenes.
Más información El movimiento simbolista en Cataluña
La tercera fiesta modernista celebrada en el Cau Ferrat de Sitges, en 1894, el acto central del cual consistió en la celebración de un certamen literario, es la manifestación que marca la introducción del movimiento simbolista en España. En estos años Santiago Rusiñol evoluciona en su creación literaria primero y, en seguida, en su producción plástica hacia el simbolismo.
Más información Julio Romero de Torres
El simbolismo en España. Julio Romero de Torres
Hay que tratar con cierto detalle al cordobés Julio Romero de Torres (1874-1930), por ser uno de los pintores que mejor definen la ambigüedad que domina todas las manifestaciones simbolistas.
Más información La escultura simbolista
Gracias a la influencia de los movimientos simbolistas, la escultura deja de ser un monumento conmemorativo o una simple anécdota derivada del realismo, para dar paso, como en el ámbito de la pintura, a un planteamiento distinto; la obra no reproduce la realidad, sino que se convierte en soporte de ideas o símbolos.
Más información La reelaboración del lenguaje simbolista
El artista más representativo de esta tendencia, es el catalán Hermen Anglada Camarasa (1871-1959), gran pintor colorista, que contrasta con el gran muralista Josep María Sert (1874-1945), seguidos por Xavier Gosé (1876-1915), otro catalán que triunfa en París como refinado dibujante de escenas galantes.
Más información El camino hacia la vanguardia. Ramón Casas
En estos años, Casas disfrutará del protagonismo que había tenido Rusiñol en la época del Cau Ferrat. Mientras triunfaba el simbolismo, Casas se había mantenido fiel a corrientes más veristas, acordes con la nueva visión del entorno que, junto con Rusiñol, habían traído de París a principios de los noventa.
Más información Los artistas de la expresión. Mir, Nonell, Picasso
Los pintores catalanes relacionados con el círculo de "Els Quatre Gats", significan una de las cotas más elevadas del arte finisecular español. Su entorno ideológico se convierte en un activo centro de producción, y, por primera vez en el modernismo, los artistas dejan de reinterpretar las manifestaciones plásticas foráneas, para elaborar un lenguaje propio y personal.
Más información Picasso antes del cubismo
La personalidad más genial de la pintura del siglo XX es, sin duda, Pablo Ruiz Picasso. Sus primeras obras se encuentran muy influidas por las corrientes diversas del fin de siglo, especialmente por los modernistas que frecuentan "Els Quatre Gats". En 1900 descubre París, estudia la pintura antigua del Louvre y la escultura clásica y preclásica; conoce la pintura de los maestros impresionistas y postimpresionistas.
Más información La segunda generación de artistas vascos
Estas vanguardias, sin embargo, acabarán definiéndose en el París de las primeras décadas del siglo XX pues no pudieron ser asimiladas en España, ni en la central ni en la periférica, en aquel momento más ilustrada y potente económicamente.
Más información Cubismos
Son los experimentos que llevaron a cabo Pablo Picasso y Georges Braque a partir de 1908 los que configuraron el horizonte estético del cubismo, decididamente afianzado después de 1910 como corriente de vanguardia, que se hizo internacional en apenas dos años.
Más información Braque y Picasso
Entre 1907 y 1911 Picasso y Braque configuraron recursos estilísticos muy afines, en un proceso de aproximación mutua, de diálogo artístico y de intercambio de hallazgos. En sus obras se excluye la perspectiva escenográfica, y las líneas, no sometidas a las leyes de creación de un espacio tridimensional, se convierten sobre todo en vector estructural del cuadro, entendido prácticamente como composición en superficie.
Más información El cubismo analítico
Lo que conocemos por cubismo analítico afecta a las obras de Braque y Picasso en el período comprendido entre 1909 y 1912, en procesos de experimentación similares y simultáneos. Conformaron un estilo muy austero y antiilusionista al que se subordinaba la realidad en favor de la unidad estructural del cuadro. La técnica del facetado fue uno de los recursos primordiales.
Más información El movimiento cubista
A fines de 1909 y en los dos años siguientes, algunos pintores que vivían en diverso grado el influjo de Cézanne se introdujeron en los modos cubistas de los talleres de Braque y Picasso, y se establecieron en su órbita antes de ser invitados. El colectivo cubista creció rápidamente, conforme se sucedieron las diversas exposiciones de 1911 y 1912 en las que se presentaron como grupo.
Más información Papiers collés
El primer cubismo desemboca en 1912 en una pintura que empieza a convocar recuerdos objetivos de la naturaleza matérica. Lo mismo que se habían insertado las letras como signos de realidad, se incorporan ahora otros elementos reales, esta vez algunos que evocan virtualmente aspectos sensibles de la sustancia.
Más información El cubismo sintético
Realmente el cubismo sintético propiamente dicho se produjo por trasposición de los efectos del collage a la pintura al óleo. Tales experimentos empezaron a producirse en la preguerra, pero los artistas no dejarán de innovar y hacia 1914 se conformó un sintetismo de nuevo aspecto, emancipado del papier collé.
Más información Juan Gris. Una jugada de dados jamás abolirá el azar
La obra de Juan Gris es la del cubismo paradigmático. Sus trabajos de pintor comienzan y acaban en los métodos cubistas, que interpreta con un virtuosismo espléndido en los diecisiete años de vida que pudo dedicar a la pintura, entre 1910 y 1927, fecha de su muerte.
Más información La pintura surrealista
El Surrealismo no se limitó, como el resto de las propuestas de vanguardia que le precedieron, a ofrecer una alternativa más a la crisis de los lenguajes tradicionales, sino que, trascendiendo el marco estricto de la práctica del arte y de la literatura, fue concebido como una actitud vital encaminada a alumbrar un hombre nuevo en un mundo mejor.
Más información El modelo interior
El automatismo psíquico al que se hace referencia en el primer manifiesto ofrece al pintor dos opciones diferenciadas, por un lado el denominado automatismo rítmico mediante el cual el artista se abandona al impulso del grafismo, y por otro el trompe-l'oeil, o fijación de las imágenes del sueño, también denominado por otros autores automatismo de funcionamiento simbólico.
Más información La aportación española
La aportación española al Surrealismo plástico puede ser calificada de espectacular ya que, al margen de las grandes figuras que se hallan en la mente de todos, fueron numerosos los pintores que en el contexto de la vanguardia española de los años veinte y treinta evidencian con sus obras la asimilación de los postulados difundidos por Breton.
Más información Picasso y el surrealismo
Picasso no fue inmune a las numerosas muestras de aprecio y al interés que suscitaba su persona en los círculos surrealistas y, al final, la estrecha relación mantenida con Breton y algunos otros componentes del grupo terminó por repercutir en la orientación de su obra.
Más información Joan Miró
La irrupción en la escena surrealista de Miró en el año 1924, marcó un hito importante en la trayectoria de la pintura surreal. El pintor aportó al Surrealismo, entonces en pleno proceso de gestación, una libertad de espíritu y un candor sin parangón, aunque por su carácter se mantuviera alejado de las disquisiciones teóricas.
Más información Salvador Dalí
La llegada de Dalí propinó nuevos bríos al movimiento, siendo su aportación fundamental, tanto en el ámbito teórico como en el de la pintura, sin olvidar sus incursiones junto con Luis Buñuel en el séptimo arte.
Más información Oscar Domínguez
Su adhesión formal al Surrealismo se produjo en 1934, siendo desde entonces un participante asiduo a las tertulias del café La Place Blanche, cercano a la casa de Breton, en pleno barrio de Montmartre, así como a las que tenían lugar en Le Dome y otros locales de Montparnasse, más en boga en el período de entreguerras.
Más información Cataluña
A.D.L.A.N. (Amics de l'Art Nou), grupo formado en 1932, desplegó una intensa labor en pro del arte de vanguardia. Entre sus miembros figuran personajes claves del Surrealismo plástico y literario tales como Angel Ferrant, Joan Miró, Salvador Dalí y J. V. Foix, y críticos que lo apoyaron como M. A. Cassanyes.
Más información Madrid
El Surrealismo en el núcleo madrileño, en el que confluyen personajes procedentes del resto de España, se halla indefectiblemente ligado a la Residencia de Estudiantes. En dicha institución se dieron cita, a comienzos de los años veinte, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí, entre otros.
Más información Aragón
El desarrollo del Surrealismo en Zaragoza, al igual que acontece en el resto de los núcleos reseñados, se halla estrechamente ligado a las publicaciones de vanguardia, en este caso concreto a "Noreste" (1932-1935) y a la actuación de un personaje, el escritor Tomás Seral y Casas (1909-1975), incansable promotor de empresas culturales.
Más información Canarias
La vanguardia tinerfeña había dado muestras, desde mediados de los años veinte, de gran vitalidad al alumbrar una serie de revistas literarias como "La rosa de los vientos" (1927) y "Cartones" (1930), que, pese a su corta vida, sirvieron para agrupar a los escritores canarios más avanzados.
Más información Epílogo
El Surrealismo conoció en España un intenso arraigo, constituyendo, sir duda, en el contexto de las artes plásticas de los años veinte y treinta, la tendencia más definida. Ahora bien, se trata generalmente, salvo contadas excepciones, de un Surrealismo superficial, por cuanto se limitó a asimilar un repertorio formal desprovisto de todo componente vital e ideológico.
Más información Gatepac y movimiento moderno
Cuando el modernismo se extinguía en España a finales del primer cuarto del siglo XX, sin haber satisfecho plenamente las grandes necesidades de la mayoría de nuestra sociedad, un grupo de arquitectos inquietos y atentos a las nuevas corrientes modernas extranjeras investigaciones en la Bauhaus alemana.
Más información Situación en la arquitectura española
La obra del GATEPAC intentó abrirse paso en un medio ciertamente complejo e impermeable, no teniendo además la exclusiva en la regeneración de nuestra arquitectura durante los años veinte y treinta de nuestro siglo.
Más información Arquitectos al margen
Así pues, arquitectos con obras personales, más o menos afectadas por los vientos europeos, se van a encontrar por toda España y coexistiendo con las del grupo GATEPAC. Será rara la ciudad que no posea algún edificio relativamente moderno durante los años 20-30, de espacios limpios o líneas claras, más contaminado por el lastre regionalista o por modas como la del art déco.
Más información GATCPAC y GATEPAC
Sería necesario deslindar y graduar las actividades específicas del GATCPAC respecto del GATEPAC, así como las de sus miembros integrantes. El GATEPAC, fundado el 26 de octubre de 1930 en Zaragoza, se subdividía teóricamente en tres focos, contando con arquitectos de vinculación relativa, todos jóvenes y con títulos entre 1920-1930, a los que se adhirieron estudiantes o colaboradores y titulados después.
Más información C.
La teoría: la revista A.C.
La revista acogió obras no solo del GATEPAC sino también de otros artistas y arquitectos; difundió la importancia de la higiene, el ocio y el deporte para las clases trabajadoras; la relación entre la arquitectura funcional moderna y una adecuada pedagogía en los edificios escolares; o revalorizó la sabiduría anónima en la arquitectura popular mediterránea, concepto perpetuado por el mismo Sert.
Más información Una labor excepcional interrumpida
Sin embargo, la materialización de esas ideas en obras concretas no tuvo un desarrollo pleno. El estallido de la Guerra Civil (1936-1939), la crisis consiguiente y la evolución de los acontecimientos eliminó una perspectiva de futuro, de tal modo que no podemos entrever hoy hasta donde hubiera sido fecunda la labor del GATEPAC, en el caso de haber sido continuada.
Más información Los grupos madrileño y nórdico
Sus compañeros del foco madrileño y del foco nórdico contribuyen también a su manera con obras personales, realizadas dentro de una tónica descreida y, desde luego, al margen del grupo GATEPAC una vez son suspendidos en 1933 por el GATCPAC que se desliga y actúa por su cuenta.
Más información El grupo Este o GATCPAC
El grupo Este o GATCPAC se presenta, en principio, más coherente y compenetrado. No obstante, la realidad hace que sus dos soportes fundamentales acaben siendo José Luis Sert y José Torres Clavé.
Más información Dos grandes obras del racionalismo
La Casa Bloc (1932-1936. Sant Andreu, Barcelona; "A.C." n.? 11. 1933), viene a ser entonces la gran obra racionalista realizada por el GATCPAC (concretamente por J. L.. Sert, J. B; Subirana y J. Torres Clavé). En el Dispensari Central Antituberculós, culmina la colaboración del grupo -concretamente J. L. Sert, J. B. Subirana y J. Torres Clavé- con la Generalitat.
Más información El Pabellón de España en la Exposición Internacional de París
José Luis Sert y Luis Lacasa reciben el encargo de levantar el Pabellón por parte de la República. La premura y la limitación de materiales se solucionaba con el uso de elementos prefabricados de rápido montaje, lo cual facilitó su construcción.
Más información La Guerra Civil y sus consecuencias
España, que no llega a participar en ninguna de las dos grandes guerras mundiales, tuvo por desgracia su propia guerra. Resulta difícil comprender para quien no vivió por fortuna el desastre de la guerra, ni tampoco las secuelas de la inmediata postguerra, cómo España pudo llegar a un estado tan dramático.
Más información La recuperación del tiempo perdido
El rumbo imparable de los tiempos hizo que se permeabilizasen nuestras fronteras tras unos años de introversión y autarquía, que nuestros arquitectos viajasen y comprendiesen que esta arquitectura -cara, desfasada y producto de la crispación postbélica- no tenía porvenir.
Más información La posguerra española
En España el desenlace de la guerra civil (1936-1939) aplastó a la vanguardia, que se desarrollaba con dificultades en el primer tercio del siglo. Muertos muchos artistas en el frente, exiliados en países iberoamericanos otros o exiliados en su propio país, los que se quedaron no tuvieron más remedio que hacer el único arte posible para sobrevivir en aquellas circunstancias de durísima posguerra: pintura de carácter académico y tradicional con unas gotas de modernidad.
Más información El grupo El Paso
El Paso es el nombre de un grupo fundado por Antonio Saura, Manolo Millares, Manuel Rivera, Pablo Serrano, Canogar, Luis Feito, Juana Francés y Antonio Suárez. Su objetivo era sacar al país de la atonía artística en que estaba inmerso, de la atmósfera plásticamente superada, y vigorizar el arte contemporáneo español, consiguiendo un mercado para los artistas (galerías, marchantes, críticos, revistas...), que no existía; todo ello sin marcar tendencias, admitiendo todas las manifestaciones artísticas.
Más información Saura. El monstruo
El principal responsable del grupo El Paso es Antonio Saura. En París se encontró con el informalismo francés y el expresionismo abstracto americano, que consiguieron despertar su interés y le mostraron el camino a seguir, trabajando en una pintura gestual, de gesto automático. Saura hace una pintura violenta, cargada de expresividad, con muy pocos colores.
Más información Temas españoles
Como otros artistas de El Paso, Saura tomó temas españoles para presentarlos desde una óptica radicalmente nueva y profundamente crítica.
Más información Manolo Millares. El surrealismo y las culturas desaparecidas
Tras unos inicios surrealistas y alguna exposición en las islas, Millares se trasladó a Madrid y se estableció definitivamente en la capital, entrando a formar parte de El Paso y siguiendo después una labor personal, la más personal de todo el grupo. Millares tenía dos preocupaciones esenciales: el surrealismo y las raíces profundas de sus culturas desaparecidas.
Más información La fortuna de El Paso
Modernos, internacionales y abstractos, las obras del grupo El Paso eran la mejor embajada, el mejor escaparate que tenía en el extranjero una dictadura poco dispuesta a dejar de serlo. Los puntos de contacto con el éxito del expresionismo abstracto en Estados Unidos son claros, salvando todas las distancias.
Más información Tàpies. La materia con mayúsculas
El primero de los pintores informalistas -o matéricos- españoles que fue conocido y premiado fuera es Antoni Tapies, un catalán que ocupa un lugar muy destacado en el arte internacional de la segunda mitad del siglo.
Más información Oteiza, el agitador
Jorge Oteiza es un personaje inclasificable que no sólo ha hecho escultura y escrito poemas y otros textos toda su vida, sino que además tiene una actividad incesante como agitador cultural de su pueblo, el vasco.
Más información Chillida, la solidez
El máximo representante de la escultura informalista en España, hecha también al margen de El Paso, es Eduardo Chillida, un artista nacido en San Sebastián, con fama internacional como Tapies y uno de los primeros conocidos y premiados fuera de España.
Más información La norma. Equipo 57
El Equipo 57, un grupo formado por tres pintores y dos arquitectos, se proponía aprovechar las ventajas de la máquina para llevarlas al campo del diseño y la arquitectura, renunciando a cualquier voluntad burguesa y capitalista de personalismo, autoría, etc. Descendientes de los constructivistas y del arte concreto y bajo la influencia de Jorge Oteiza, querían cambiar la realidad social, cambiando el medio en el que se desarrolla la vida.
Más información Estampa Popular
Estampa Popular no era una escuela artística, sino un movimiento con varios grupos locales que se mueve en el ámbito del realismo social de la posguerra europea. El carácter social y la voluntad transformadora les llevan a dedicarse con preferencia al grabado.
Más información Otros realismos
No sólo Estampa Popular estaba embarcada en el camino del realismo, un camino realista también, aunque sin carga política, es el que emprendió un grupo de amigos procedentes de la Academia de San Fernando y que han sido conocidos como Realistas Madrileños en el que destaca Antonio López.
Más información Eduardo Arroyo. La figuración narrativa española
Uno de los artistas más interesantes de la figuración narrativa y del arte español de la segunda mitad del siglo XX es Eduardo Arroyo. En su obra hay dos temas fundamentales: la situación política y social en la España de los últimos años del franquismo y la reflexión sobre el papel de la pintura -de la vanguardia, sobre todo- y de los pintores.
Más información El Equipo Crónica
Al mismo tiempo que hace una labor crítica y desmitificadora, el Equipo Crónica pone en cuestión el papel del arte -sobre todo de la vanguardia- en relación con la situación política y cultural española.
Más información Crónica de la realidad
En la España de los años sesenta, un país atrasado política y económicamente, alcanzó más desarrollo un tipo de realismo crítico, que es un fenómeno muy extendido a mediados de la década. Sus mejores representantes fueron Rafael Canogar y Juan Genovés.
Más información La escultura del siglo XX
En la escultura española del siglo XX se pueden indicar cinco fases: a) De los últimos años del siglo XIX a 1918; b) de 1918 a 1936; c) de 1936 a 1955; d) de 1955 a 1975, y e) de 1975 a nuestros días.
Más información De fines del siglo XIX a 1918
Tras la definitiva crisis del mundo colonial español, asistimos a posturas aislacionistas que en nada ayudan a la inserción de España en las renovaciones plásticas que están cuajando en centros más dinámicos. Sólo Cataluña y contados focos menores, ofrecen una burguesía industrial que pueda asumir el liderazgo vitalizador que la nueva situación demanda.
Más información De 1918 a 1936
Convulsa social y culturalmente como pocas, esta etapa conforma con el final del período anterior la edad de plata de la cultura española. Ahora se recogen algunos de los mejores logros de la generación del 98, que explican el buceo en los aspectos más ricos, recios y profundamente hispánicos de la tradición, a la par que se va despojando de las hojarascas realistas de la generación del 68.
Más información Julio González: el padre de la escultura en hierro
La obra de Julio González es la que logra un aprovechamiento creativo que realmente rebasa con gran originalidad el horizonte de la escultura que le precedió. David Smith dijo justamente de él que era "el padre de la escultura en hierro de este siglo". Su influjo sobre el expresionismo abstracto, lo mismo que sobre la escultura racionalista ha sido extraordinario.
Más información De 1936 a la crisis del aislamiento
La guerra significó una parálisis casi total de la actividad escultórica, convirtiéndose el Nuevo Estado y sus organizaciones casi en el demandante exclusivo, canalizando sus encargos hacia la exaltación del régimen y su ideario (monumentos a la Victoria, Caídos, personalidades del momento o históricas, afines o tenidas como tales).
Más información De la crisis del aislamiento a 1975
Al hilo de las circunstancias de la guerra fría, el régimen de Franco ve roto el aislamiento internacional y restablecidos contactos que abren horizontes a la cultura española y obligan a un replanteamiento -primero solo epidérmico- de sus parámetros, propiciando una presencia en muestras internacionales, cuyos éxitos son utilizados como reflejo de libertades socioculturales.
Más información Desde 1975 a nuestros días
Es discutible el diferenciar como apartado el que va de la muerte de Franco a nuestros días, ya que los cambios venían fraguándose casi desde una década antes, pero el aumento espectacular de información, contactos, influjos y circunstancias socioculturales y formales lo justifican, dentro de la aleatoriedad de toda compartimentación cronológica.
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