Plenitud Medieval y Baja Edad Media
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1000 - 1300
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ÍNDICE DEL CAPÍTULO Cristianos y musulmanes . Musulmanes . Califato y sultanes silyuquíes . Turcomanos de Asia Menor . El Islam y las Cruzadas . Pérdida cultural y económica . Almorávides y almohades . Nuevos dominios islámicos . Imperio Bizantino . Bizancio en la segunda mitad del siglo XI . Bizancio en el siglo XII . Cambios sociales y económicos . La cultura clasicista . Bizancio en el siglo XIII . Las Cruzadas . Idea y realidad . Organización del reino de Jerusalén . Intentos de reconstrucción . Las Ordenes Militares . Batalla de Arsuf . La Reconquista en España . Las grandes conquistas . Repoblación y colonización . Pontificado e Imperio . Relaciones entre los siglos XI y XII . Concepto y objetivos reformistas . Primeros pasos reformistas . Enrique IV y Gregorio VII . Del radicalismo a la concordia . Ocaso de la época gregoriana .
La lucha por el dominium mundi . Federico Barbarroja y el Sacro Imperio . Hostilidades entre Federico y Alejandro III . El Tercer Concilio de Letrán . Ocaso y herencia . Triunfo de la Plenitudo Potestatis . La teocracia papal . Inocencio III y los Estados europeos . El IV Concilio de Letrán . Apogeo y crisis de la política Staufen . La ascendencia de Federico II . Inocencio IV y Federico II . El gran interregno . Staufen, angevinos y aragoneses en Italia . Monarquías occidentales . Bases ideológicas . Poder temporal y espiritual . Características de la monarquía feudal . Aspiraciones de las monarquías feudales . Mística y racionalización del poder real . Medios del poder real . Relaciones exteriores y fuerza . Administración y legislación . Parlamentos occidentales . Recursos fiscales . Francia e Inglaterra . Los Capeto en Francia . La Inglaterra de la conquista .
Enrique II y el Imperio Angevino . Choque entre Capetos y Plantagenet . Juan sin Tierra y la Carta Magna . Enrique III y los barones . Eduardo I y la normalidad . La Francia de san Luis . Los Capeto en la transición al siglo XIV . Las Monarquías del flanco sur . Estados hispanocristianos occidentales . Estados hispanocristianos orientales . Sicilia . Nuevas fronteras cristianas . Europa Báltica . Penínsulas Nórdicas . Dinamarca . Noruega . Suecia . Expansión alemana . Europa Central . Polonia . Bohemia . Hungría . Península Balcánica . Eslovenia . Croacia . Serbia . Bulgaria . Rusia . Estado de Kiev . Principados independientes . Periodo mongol . Renacimiento agrario, mercantil y urbano . Expansión agraria .
Variaciones del clima . Inflexión demográfica . Reestructuración familiar . Articulación del espacio . Avances tecnológicos . Roturaciones y colonizaciones . Transformación del paisaje rural . Nueva geografía agraria . Condiciones sociales del crecimiento . El auge de la expansión . Contradicciones del crecimiento . Fin de la prosperidad . Nuevas fuerzas sociales y económicas . Revolución comercial . Areas comerciales . Ferias y mercados . Moneda y crédito . Ciudad y mercaderes . Características del comercio . Renovación de las ciudades . Sociedades urbanas . Solidaridad y conflictividad . Funciones económicas de la ciudad . Madurez de la sociedad feudal . Fundamentos del sistema feudal . Cronología de la feudalización . Señores y campesinos . Franquicias y libertades campesinas . Revolución burguesa .
Las ciudades en el mundo feudal . Inicios del corporativismo . Conflictos urbanos de clase . La Iglesia en el feudalismo . La Península Ibérica . Crisis del feudalismo . Religiosidad en la Plenitud Medieval . Ordenes religiosas . Cluny y la reforma religiosa . Otros centros reformistas . Segunda renovación monástica . San Bernardo y el Císter . Ordenes monásticas menores . Ordenes militares . Ordenes hospitalarias . Renovación del clero secular . Ordenes de canónigos . Ordenes mendicantes . Dominicos . Franciscanos . Los espirituales . Ordenes menores . Religiosidad de los laicos . Los sacramentos . Bautismo y confirmación . Misa y eucaristía . Penitencia y confesión . Matrimonio . La muerte . Formas de culto y piedad .
La Virgen . Los santos . Representaciones sacras . Devoción a Jesucristo . Reliquias y peregrinaciones . Medios de acción pastoral . Vida parroquial . Predicación . Vías minoritarias de perfección . Herejías e Inquisición . Las últimas herejías eruditas . Herejías comunales . Herejías mesiánico-milenaristas . Herejías antijerárquicas . Herejías en favor de la pobreza . Herejías dualistas. El catarismo . La reacción eclesiática . Represión del catarismo . Nacimiento de la Inquisición . Evolución legislativa . Renacimiento cultural del siglo XII . Medios, métodos y materias . Escuelas catedralicias y municipales . Escuelas de San Victor y Chartres . Abelardo y los Universales . La recuperación de Aristóteles . Las universidades . Organización y vida cotidiana .
Conflictos corporativos e intelectuales . París . Oxford . Bolonia . Centros menores . La crisis de la Baja Edad Media . Interpretación de la crisis . Una crisis global . Crisis socio-económica y espiritual . Trastornos demográficos . Mortandades en el siglo XIV . La Peste Negra . Origen y difusión . Consecuencias de la Peste Negra . La recuperación demográfica . El mundo rural . Manifestaciones de la crisis . Los despoblados . Retroceso del espacio cultivado . Precios de los cereales . Caída de las rentas señoriales . Inseguridad del campesinado . Reconstrucción agraria . Ritmos de recuperación . Auge de la ganadería . Especialización de los cultivos . Sociedad rural . Ciudades, artesanía y comercio . Ciudades europeas . Actividades artesanales .
Industria textil . Minería e industrias metálicas . Comercio . Transportes . Técnicas mercantiles . Ferias y sociedades comerciales . Potencias mercantiles tradicionales . Nuevas potencias . Conflictos sociales . Características de los conflictos . La primera mitad del siglo XIV . Los grandes conflictos . La Jacquerie francesa . Los "ciompi" florentinos . La revolución inglesa . Conflictividad en los fines de la Edad Media . Transformaciones políticas . Monarquías europeas en el siglo XIV . Capetos y Valois en Francia . La Inglaterra de Eduardo II . Reinos peninsulares . Castilla . La Corona de Aragón . Portugal . Navarra . La primera fase de la Guerra de los Cien Años . Victorias inglesas y paz de Bretigny . Península Ibérica y reconquista francesa .
La Europa de las grandes treguas . Castilla . Aragón . Portugal . Navarra . Granada . Segunda fase de la Guerra de los Cien Años . Embestida inglesa y paz de Troyes . La Francia dividida . Congreso de Arras y fin del conflicto . Consecuencias de la Guerra . Reinos ibéricos . Monarquías en el ocaso medieval . La Francia de Luis XI . La Inglaterra de los Tudor . Los Reinos Ibéricos . Orígenes medievales del Estado moderno . Aparatos de gobierno . Neutralización de viejos poderes . Guerra y diplomacia . Fundamentos teóricos . Occidente entre las Edades Media y Moderna . Alemania y la decadencia imperial . La institución imperial . El Imperio Alemán . El aparato institucional . Principados y ciudades . Decadencia territorial . Panorama cultural . Italia y su fragmentación política .
Nápoles . Estados Pontificios . Milán . Venecia . Génova . Florencia . Camino del equilibrio . La paz de Lodi . Final del equilibrio . Intervención francesa . Unidad cultural . Periferia de Europa . Dinamarca . Noruega . Suecia . Cultura escandinava . La Hansa . Polonia . Estado polaco-lituano . Bohemia . La cuestión husita . Hungría y los turcos . Ocaso del Imperio Húngaro . Los Balcanes . Rusia . Cristiandad e Islam a fines del Medievo . El mundo islámico . Islam mongol y persa . Islam árabe y mediteráneo . Turcos, griegos y balcánicos . Desde los orígenes hasta 1402 . La ampliación del Imperio Turco . Economia en el Próximo Oriente musulmán .
Cultura en el Próximo Oriente musulmán . Bizancio . Aspectos sociales . Religión y cultura . El dominio del mar por los occidentales . Cruzada y misión . Pontificado y cultura . Pontificado de Aviñón . Enfrentamiento Francia-Pontificado . Felipe IV frente a Bonifacio VIII . Derrota de los postulados teocráticos . Presiones francesas al Papado . Difícil retorno a Italia . El papado de Juan XXII . Enfrentamiento Papado-Imperio . Hacia el pontificado de Aviñón . Situación política italiana . Legación de Gil Alvarez de Albornoz . De nuevo en Roma . Proceso de centralización . Aparato administrativo y fiscal . Resistencias a la centralización . El Cisma de Occidente . Urbano VI y Clemente VII . División de la cristiandad . Proyectos de solución . La "Via Cessionis" . La sustración de obediencia y su fracaso .
Via Compromissi y Via Conventionis . Fracaso de la entrevista pontificia . Apertura de la vía conciliar. Pisa . La obra del Concilio de Pisa . Alejandro V y Juan XXIII . El Concilio de Constanza . Aislamiento de Benedicto XIII . Elección de Martín V . Extinción del Cisma . El Conciliarismo . Convocatoria del Concilio de Basilea . Aparente rendición de Eugenio IV . Preocupaciones hispánicas . Problemas anglo-franceses . Negociaciones con Bizancio . División del Concilio . El Concilio frente al Papa . De nuevo, el Cisma . Triunfo del Pontificado . Primacía de lo temporal . El brillo principesco . Situación alemana e italiana . Cultura y espiritualidad . Innovaciones intelectuales . Guillermo de Ockham . La teoría política . El "Defensor pacis" . Las universidades . El Humanismo italiano .
El Humanismo europeo . Una religiosidad más personal . Vida de fe y devociones . Demandas de reforma . Reforma y laicos . Reforma del monacato . Reforma de la órdenes mendicantes . Respuestas heterodoxas . Asia y Africa . Asia en la Edad Media . China . Epoca S´ung . Dinastía Yüan . Dinastía Ming . Japón . India . Vietnam . Camboya . Birmania . Insulindia . El mundo de las estepas . Los mongoles . Gengis-Khan y sus conquistas . Imperio Timúrida . Africa en la Edad Media . Africa Suprasahariana . Africa Subsahariana . Imperio de Malí . Imperio de Songhay . Imperio Kanem-Bornu . Ciudades-Estado hausa . Reinos feudales . Nigeria y Africa austral .
Reino de Benín . Ciudades-Estado Yoruba . Zimbabwé y Monomotapa . Reinos bantúes . Africa Oriental e Indica . Ciudades-Estado islamizadas . Nubia . Abisinia . ÍNDICE POR REGIONES INGLATERRA ·La Inglaterra de la conquista . ·Enrique II y el Imperio Angevino . ·Juan sin Tierra y la Carta Magna . ·La primera fase de la Guerra de los Cien Años . ·Segunda fase de la Guerra de los Cien Años . ·La Inglaterra de los Tudor . ALEMANIA ·Pontificado e Imperio . ·La lucha por el dominium mundi . ·Apogeo y crisis de la política Staufen . ·El Imperio Alemán . FRANCIA ·Los Capeto en Francia . ·La Francia de san Luis . ·Capetos y Valois en Francia . ·La primera fase de la Guerra de los Cien Años . ·Segunda fase de la Guerra de los Cien Años . ·La Francia de Luis XI . ITALIA ·Pontificado e Imperio . ·Staufen, angevinos y aragoneses en Italia . ·Sicilia . ·Italia y su fragmentación política .
·El Cisma de Occidente ESPAÑA ·Las grandes conquistas . ·Estados hispanocristianos occidentales . ·Estados hispanocristianos orientales . ·Los Reinos Ibéricos . BALCANES ·Plena Edad Media . ·Baja Edad Media . ·Turcos, griegos y balcánicos . EUROPA CENTRAL ·Plena Edad Media ·Baja Edad Media BIZANCIO ·Bizancio en el siglo XII ·Bizancio en el siglo XIII . ·Baja Edad Media . ASIA ·China . ·India . ·Japón . ·Gengis-Khan y sus conquistas . ·Insulindia . AFRICA ·Africa Suprasahariana . ·Africa Subsahariana ·Africa Oriental e Indica . ISLAM ·Plena Edad Media . ·Las Cruzadas . ·Baja Edad Media . RUSIA ·Plena Edad Media . ·Baja Edad Media . VIDA COTIDIANA El hombre y la naturaleza . A merced del medio físico . El ritmo de vida . La comunicación con el exterior . El vestido . Hábitos alimentarios . La ciudad: un nuevo espacio . La vida urbana .
La muerte y el más allá . Los campesinos . Vivienda y alimentación campesina . Usos y costumbres . Las mujeres en la sociedad medieval . El matrimonio . El trabajo . La prostitución . Mujer y religión . Mujer y cultura . Los saberes tradicionales . Los monjes . El camino de Santiago . La vida privada en la aristocracia . El arte medieval . El arte románico . El arte gótico . Las viviendas .
Cristianos y musulmanes
Entre los siglos XI y XIV se producirán entre cristianos y musulmanes continuos contactos, generalmente de carácter militar -las Cruzadas o la reconquista española- mientras el Imperio Bizantino vive momentos de decadencia.
Más información Musulmanes
Nuevos espacios regionales se forman en el mundo islámico tras las conquistas turcas y almoravides y la fragmentación del Imperio Mongol en el siglo XII.
Más información Califato y sultanes silyuquíes
La época de Maliksah vio el apogeo del régimen silyuqí, extendiendo sus dominios a Mesopotamia, Siria y gran parte de Palestina. Las disputas entre pretendientes fueron frecuentes desde finales del siglo XI, así como el gobierno de los territorios asignados en dote a miembros menores de la familia por jefes militares, que a veces sobrepasaron su función de tutoría y se consolidaron en el gobierno.
Más información Turcomanos de Asia Menor
A fines del siglo XI la relación entre los turcos de Anatolia y Bagdad quedó rota, naciendo poderes políticos más sólidos entre los que destaca el sultanato de Rum que incluso derrotó a los bizantinos. Las conquistas mongolas sólo afectaron al sultanato de Rum indirectamente.
Más información El Islam y las Cruzadas
La fragmentación del poder y la debilidad militar dominantes en Palestina y Siria permitirá a los cruzados conquistar buena parte de Tierra Santa. Saladino será uno de los pocos que pondrá cara a los cruzados, consiguiendo el título de sultán. Cuando Saladino murió, los ayyubíes crearon diversos principados bajo la dependencia nominal del sultanato, instalado en El Cairo, y aquello disminuyó sus posibilidades políticas.
Más información Pérdida cultural y económica
La inestabilidad y fragmentación política motivará el estancamiento cultural del Islam en estos siglos. Los marcos de la vida económica cambiaron poco pero su eficacia también disminuyó. Las actividades manufactureras y mercantiles tuvieron desarrollos muy desiguales según regiones.
Más información Almorávides y almohades
Entre el último tercio del siglo XI y el final del XIII el Magreb y al-Andalus estarán controlados por almoravides y almohades, fundando sendos imperios en el ejército y la religión. La disgregación del Imperio Almohade no permitió que ninguno de los poderes que le sucedieron alcanzara sus dimensiones ni importancia política.
Más información Nuevos dominios islámicos
El Islam se expandirá a tres regiones a lo largo de la Plena y Baja Edad Media: África, la India y los khanatos de Asia central. El vehículo utilizado por los musulmanes para desarrollar la islamización será tanto militar como comercial.
Más información Imperio Bizantino
En la segunda mitad del siglo XI el Imperio Bizantino entra una situación de grave crisis de la que se recuperará con la dinastía Commeno. La catastrofe para Bizancio llegó a finales del siglo XII con la pérdida de Asia Menor y la conquista de Constantinopla por los cruzados a comienzos del siglo XIII. Sin embargo, en aquella época oscura se consolidaron las fuerzas capaces de restaurar parcialmente el Imperio.
Más información Bizancio en la segunda mitad del siglo XI
En la segunda mitad del siglo XI Bizancio no pudo impedir el desmoronamiento del poder imperial producido por los ataques normandos, húngaros, cumanos, silyuquíes y pechenegos. Alejo I demostró gran habilidad diplomática y consiguió que los cruzados aceptaran el principio de devolución a Bizancio de las tierras perdidas en tiempos inmediatamente anteriores en Asia Menor, lo que permitió recobrar Nicea, Efeso, Dorilea y otros puertos del Egeo.
Más información Bizancio en el siglo XII
Los sucesores de Alejo I, Juan II y Manuel I consiguieron éxitos importantes, aunque limitados, en los escenarios tradicionales de la política exterior bizantina. En los años siguientes a la muerte de Manuel I, la situación se deterioró con rapidez. Los acontecimientos se precipitaron desde 1195, cuando Alejo III depuso a su hermano Isaac II y ocupó el trono imperial.
Más información Cambios sociales y económicos
En Bizancio, a lo largo de los siglos XI y XII, se observa en algunos aspectos cierta feudalización del poder puesto que los grandes aristócratas territoriales tienden a concentrarlo en detrimento del que efectivamente ejerce el emperador. Paulatinamente el Imperio fue perdiendo medianos y pequeños propietarios contribuyentes, que habían sido el nervio de su fiscalidad y de su ejército, y vio cómo aumentaba el número de hombres libres con usufructo perpetuo o a largo plazo, dependientes de los grandes propietarios.
Más información La cultura clasicista
El siglo XII es considerado por los especialistas como el siglo de oro de la literatura y el arte en Bizancio. Apenas encontramos cambios con respecto a la tradición anterior, a pesar de los contactos con los países occidentales.
Más información Bizancio en el siglo XIII
La Cuarta Cruzada definirá la historia del Imperio Bizantino al ser conquistada la ciudad de Constantinopla por los cruzados en el año 1204. Los diferentes emperadores intentarán recuperar el poder. Gracias a la flota y al apoyo genoveses, Miguel VIII recuperó Constantinopla (julio de 1261)y a su muerte en 1282 la restauración de la independencia bizantina estaba consolidada.
Más información Las Cruzadas
Los occidentales recuperarán su posición en el Mediterráneo durante el siglo XI y pondrán en marcha una contundente empresa de recuperación de Tierra Santa: las Cruzadas.
Más información Idea y realidad
El éxito alcanzado por las peregrinaciones en la Edad Media y la condición fugaz de esta vida como camino hacia la otra serían algunas de las razones que impulsaron a la predicación de la Cruzada por parte del papa Urbano II. La llamada pontificia desencadenó una cruzada popular a la que acudieron muchos miles de campesinos de Renania a la que siguió la realizada por los nobles. Jerusalén fue tomada en junio de 1099 y los territorios ocupados de Palestina eran repartidos entre los nobles participantes.
Más información Organización del reino de Jerusalén
Tras la conquista de Jerusalén en junio de 1099 se desarrolló la defensa y organización del reino que se mantuvo hasta la derrota de Hattin a manos de Saladino en julio de 1187. La organización política se basó en reglas feudales. Al margen, aunque con ciertas obligaciones militares, permanecían los dominios de la Iglesia y de las poderosas Ordenes Militares. El cuerpo legal estaba formado por los "Assises de Jerusalem" y el marco institucional del reino reprodujo muchas instituciones del gobierno monárquico francés, pero admitió fuertes herencias administrativas de tipo bizantino o musulmán en lo referente a la fiscalidad.
Más información Intentos de reconstrucción
Tras la pérdida de Jerusalén a manos de Saladino en julio de 1187, los caballeros cruzados intentaron recuperar los límites conseguidos tras la Primera Cruzada. Importantes monarcas como Federico I, Ricardo I de Inglaterra o Luis IX de Francia llevarán a cabo campañas con resultados muy limitados. La derrota definitiva se consumó en 1291 cuando los mamelucos conquistaban Acre y Trípoli, dejando sólo las islas de Chipre y Rodas en manos cruzadas.
Más información Las Ordenes Militares
Las órdenes militares fueron creadas en principio para contribuir a la defensa del Levante latino. Las de San Juan del Hospital y el Templo serán imitadas en otros ámbitos geográficos como en España con las de Calatrava, Alcántara o Montesa o en Portugal con la de Avis. Las órdenes militares estaban sujetas directamente a la jurisdicción pontificia y se regían por una regla monástica, que solía ser la benedictina, en lo que era compatible con la finalidad de la orden y con la condición de sus miembros, seglares y caballeros o escuderos.
Más información Batalla de Arsuf
Batalla que tuvo lugar el 7 de septiembre de 1191 en las cercanías de la localidad de Arsuf. El enfrentamiento entre los cruzados dirigidos por Ricardo Corazón de León y las tropas sarracenas de Saladino acabó con la contundente victoria de los primeros, que supieron mantener su formación ante el continuo hostigamiento enemigo y atacar en el momento oportuno.
Más información La Reconquista en España
Tras la conquista musulmana de la península Ibérica en el año 711 los reyes hispanocristianos se consideran con el derecho y el deber de recuperar el antiguo reino visigodo. La misma idea de reconquista fue fundamental en la formación de la conciencia histórica e implicaba la existencia sucesiva de fronteras provisionales, hasta que se llegara a su culminación, y la previsión de reparto de los territorios todavía sin conquistar, y de su colonización y organización eclesiástica, política, social y económica.
Más información Las grandes conquistas
Entre el primer tercio del siglo XI y el último del siglo XIII se producen las grandes conquistas en el territorio andalusí por parte de los reyes cristianos del norte. Los principales avances se realizaron con motivo de las decadencias y crisis de los poderes políticos musulmanes. Fernando III culminará las conquistas en Castilla y Jaime I en la zona de Aragón.
Más información Repoblación y colonización
La mitad norte de la cuenca del Duero se coloniza entre mediados del siglo XI y comienzos del XIII. Entre 1085 y 1215 se toma la mitad sur del valle del Duero, las Extremaduras, donde se realizó una repoblación rápida y planificada. El final de la reconquista supondrá que los reinos españoles alcancen su plena definición territorial, social y económica.
Más información Pontificado e Imperio
Pontificado e Imperio protagonizarán las relaciones internacionales a lo largo de la Plena Edad Media, luchando por el dominium mundi. El papado obtendrá una siginificativa victoria con Inocencio III, triunfando la Plenitudo Potestatis.
Más información Relaciones entre los siglos XI y XII
Las relaciones del Papado medieval con los distintos poderes políticos han estado preñadas de dramáticas vicisitudes. Por el sentido universal de sus ambiciones, pontífices y soberanos del Sacro Imperio serían los principales protagonistas de esa apasionante historia.
Más información Concepto y objetivos reformistas
Durante el siglo XI el Papado, consciente de la necesidad de renovar moralmente al clero, luchó por conquistar su libertad frente a la tutela de los poderes temporales al tiempo que se intentaba reformar algunas actuaciones del clero. En principio había dos vicios que se consideraba necesario erradicar: el nicolaísmo y la simonía.
Más información Primeros pasos reformistas
Será León IX quien inicie el camino reformista durante el siglo IX, continuado por sus sucesores Víctor II y Esteban IX. Los mecanismos de la reforma seguirían funcionando con eficacia en los pontificados de Nicolás II y Alejandro II.
Más información Enrique IV y Gregorio VII
El enfrentamiento entre Gregorio VII y Enrique IV marcará la relación entre Papado e Imperio en el último tercio del siglo XI. La excomunión del emperador y la tensa situación en Alemania motivarían la contundente reacción de Enrique que se desplazó a Roma para atacar al pontífice en su territorio. Los normandos salvaron al papa, que tuvo que exiliarse en Salerno donde murió.
Más información Del radicalismo a la concordia
La apuesta de Enrique IV por la elección de un antipapa motivará conflictos en el seno de la Iglesia. La solución se encarriló con la subida al trono de Enrique V, alcanzando un acuerdo con Roma por el que el monarca se comprometía a renunciar a toda investidura de cargos eclesiásticos. La elección de Calixto II como pontífice sirvió para zanjar las diferencias entre el poder temporal y el espiritual.
Más información Ocaso de la época gregoriana
Durante ocho años la Iglesia romana vivió un grave cisma al nombrar a Anacleto II e Inocencio II. La paz se alcanzó en el II Cocilio de Letrán del año 1139, poniendo fin a la era gregoriana.
Más información La lucha por el dominium mundi
La lucha por el dominium mundi
Los defensores de las prerrogativas imperiales se enfrentarán a los que afirman que es el papa quien debe llevar las insignias imperiales y la corona. Los años centrales del siglo XII conocieron en Alemania la formación de dos partidos: los welfen -güelfos-, partidarios de la supremacía de los Papas y los weiblingen -gibelinos-, defensores de la supremacía imperial.
Más información Federico Barbarroja y el Sacro Imperio
Al poco tiempo de alcanzar la corona imperial Federico I demostró que deseaba tomar la iniciativa y alcanzar la plenitud de poder que, a su juicio, Dios le había otorgado a través de la elección de los príncipes. La hostilidad con el pontífice Alejandro III no tardará en aparacer.
Más información Hostilidades entre Federico y Alejandro III
Las relaciones entre Papado e Imperio iniciaron una relación estable con Federico I y Adriano IV. Pero el rumbo de los acontecimientos cambió con la elección de Alejandro III como pontífice, abriendo un nuevo cisma en la Iglesia. Federico atacó Italia y entró en Roma donde fue coronado pero Alejandro III contraatacó al frente de las ciudades del norte de Italia y derrotó al emperador en Legnano (1176).
Más información El Tercer Concilio de Letrán
La derrota sufrida por Federico I en Legnano motivó la firma de la paz con el papa Alejandro III en Anagni (1177). La celebración del III Concilio de Letrán en 1179 se presentó como un gran triunfo de la perseverancia de Alejandro III. El prestigio alcanzado por la institución conciliar tutelada por los Papas era incuestionable.
Más información Ocaso y herencia
La muerte de Alejandro III motivó la sucesión de cuatro papas que mantuvieron buenas relaciones con Federico. La conquista de Jerusalén por parte de Saladino motivó el inicio de una nueva cruzada en la que participaría el emperador, falleciendo al cruzar un río en Cilicia. Le sucedió su hijo Enrique VI que consiguió extender su dominio desde el Báltico al golfo de Tarento aunque su poder sea efímero.
Más información Triunfo de la Plenitudo Potestatis
Los 18 años de pontificado de Inocencio III supondrán el triunfo del pontificado ante el cúmulo de elementos negativos con los que se enfrentó: aplicación de normas conciliares, herejías en el Mediodía francés y la presión del Islam en Tierra Santa y España.
Más información La teocracia papal
Como Pontífice, Inocencio III proclamó su autoridad absoluta en la Iglesia y la superioridad incuestionable de su poder. Suponía la realización del viejo programa de los gregorianos hasta sus últimas consecuencias: la "plenitudo potestatis". En relación con los poderes temporales, su ideal era el de una comunidad de pueblos cuyos príncipes habían de encargarse de promover la moral y la religión en armonía con un poder papal fuerte.
Más información Inocencio III y los Estados europeos
El papel de Inocencio III en la política europea de su tiempo será crucial. Roma fue sometida a la autoridad papal y la Liga Lombarda reconoció la autoridad del papa. Respecto al Imperio apoyó a Federico de Sicilia en la guerra civil que se desarrolló a la muerte de Enrique VI mientras que su participación en los asuntos de Inglaterra, Francia y España será favorable al Pontificado.
Más información El IV Concilio de Letrán
Afianzar la reforma y promover la cruzada serán los objetivos del IV Concilio de Letrán celebrado entre 1215-1216. Esta convocatoria conciliar significará el triunfo de la política de Inocencio III.
Más información Apogeo y crisis de la política Staufen
La primera mitad del siglo XIII conoce el último capítulo de la gran prueba de fuerza entre Pontificado e Imperio. Tres Papas (Honorio III, Gregorio X e Inocencio IV) y un monarca (Federico II) serán los principales protagonistas del drama.
Más información La ascendencia de Federico II
Las campañas a Tierra Santa motivarán el enfrentamiento entre los papas Honorio III y su sucesor Gregorio IX con Federico II lo que motivó la excomunión del emperador. Gracias al acuerdo de San Germano (1230) se produjo la reconciliación, respiro necesario para afrontar los distintos problemas que se acumulaban en Italia y Alemania. Las soluciones aportadas por Federico motivarán una nueva excomunión.
Más información Inocencio IV y Federico II
Para zanjar el problema entre Papado e Imperio se convocó un concilio en Lyon por parte de Inocencio IV. Nada más lejos de conseguirse porque a la clausura del I Concilio de Lyon la guerra se recrudeció en todos los frentes. La muerte de Federico II e Inocencio IV clausuraba toda una época de enfrentamiento entre los Pontífices y los Staufen.
Más información El gran interregno
El fallecimiento de Conrado IV provocó el que Alemania viviera durante casi veinte años sin un monarca efectivo al frente. Es el periodo que se conoce como "el gran interregno". Alfonso X de Castilla y Ricardo de Cornualles se enfrentarán por el trono pero será elegido Rodolfo de Habsburgo, monarca que se alejó de los viejos sueños imperialistas sobre Italia.
Más información Staufen, angevinos y aragoneses en Italia
El pontífice Urbano IV eligió a Carlos de Anjou, hermano de san Luis de Francia, como valedor del pontificado lo que motivó la implantación de los Anjou en Italia. El nuevo papa Gregorio X convocó el II Concilio de Lyon cuyo balance fue bastante positivo. El poder de Carlos de Anjou se fue fortaleciendo lo que motivó el estallido de las Vísperas Sicilianas, revuelta que llevó a Pedro III de Aragón en los asuntos italianos. La solución llegó con la firma de varios acuerdos entre las partes enfrentadas: angevinos y aragoneses.
Más información Monarquías occidentales
Reyes, nobleza y organismos de carácter representativo constituyen el trípode político sobre el que las monarquías occidentales descansan. Los deseos de extender su zona de influencia provocarán numerosas tensiones entre el siglo XIII y el fin de la Edad Media.
Más información Bases ideológicas
Los ostentadores de poder político reciben el término de príncipes al ejercer la "regalis potestas", enfrentándose a la autoridad espiritual.
Más información Poder temporal y espiritual
El emperador ostentaba el poder civil mientras que el pontífice tenía el poder espiritual. Las relaciones entre ambos poderes serán tensas ya que los teóricos "civiles" defienden la supremacía del Imperio frente a los teólogos que manifiestan la superioridad de lo espiritual. La pugna entre Pontificado e Imperio jugó a favor de las monarquías occidentales.
Más información Características de la monarquía feudal
Entre los siglos X y XII las grandes monarquías germánicas (Francia, Inglaterra, pero también Alemania) devendrían en monarquías feudales al calor, precisamente, de la evolución de las instituciones feudovasalláticas. Un Estado feudal se caracterizaba porque la clase gobernante forma una jerarquía feudal en cuya cima esta el rey. Todos los Estados feudales tienen unas características y una evolución similar: los monarcas tratan de contrarrestar la fuerza de sus barones; cada Estado desarrolla unos organismos financieros y judiciales; y en cada uno de ellos acaba aparaciendo una asamblea representativa.
Más información Aspiraciones de las monarquías feudales
Al cruzar la frontera del 1200 a los titulares de las monarquías feudales del Occidente les bastaba con ejercer un control cada vez más firme sobre un territorio de límites cada vez más definidos. Ello exigía una consolidación política en dos frentes: uno en relación con los vecinos y otro con el triunfo del sistema hereditario.
Más información Mística y racionalización del poder real
Buena parte de los pensadores medievales consideraban que el reino perfecto era aquel gobernado por un rey que actuara como vicario de Cristo y fuera guiado por los ministros de la Iglesia. Gracias a una notable propaganda fueron poniendo a los monarcas del Occidente por encima del resto de los mortales. Una historiografía al servicio de los monarcas o de los mitos nacionales sobre las que se apoyaron las monarquías feudales jugó a fondo ciertas bazas.
Más información Medios del poder real
Las relaciones exteriores y de fuerza; la administración y legislación; los Parlamentos; y los recursos fiscales serán los medios del poder real en la Europa feudal.
Más información Relaciones exteriores y fuerza
La diplomacia medieval puede considerase un asunto de familia aunque los acuerdos entre los diferentes Estados resultan cada vez más fructíferos. La complejidad de fidelidades feudales, muchas veces solapadas, era el talón de Aquiles de las fuerzas armadas medievales. Conscientes de ello, los monarcas fueron dando importantes pasos para conseguir una mayor operatividad. Muchas ciudades dispondrán también de su propia organización armada.
Más información Administración y legislación
El aparato administrativo de la Plena Edad Media resulta cada vez más complejo, pudiendo dividirse en una administración central -integrada por los colaboradores domésticos, los grandes oficiales y la curia- y una administración territorial -controlada por el baile, el merino o el sheriff, dependiendo de los países-. También destaca en esta época el impulso legislativo que se produce gracias a la lenta recuperación de la monarquía y la exhumación de las viejas normas jurídicas romanistas.
Más información Parlamentos occidentales
Durante la Plena Edad Media se produce la incorporación de los representantes de hombres libres a los órganos de discusión política de tipo curial. La historiografía tradicional acostumbra a ver en esta innovación la génesis del parlamentarismo (e incluso del sistema democrático) europeo. Todavía existen discusiones entre los especialistas sobre cuáles serían las competencias de estas asambleas.
Más información Recursos fiscales
El aumento de gastos que implica la importancia adquirida por las monarquías feudales supone la movilización para crear mayores recursos. Para afrontar los crecientes gastos, los monarcas explotaron a fondo los viejos recursos feudales e incorporaron otros resultados de la nueva dinámica política y administrativa.
Más información Francia e Inglaterra
Entre los siglos XI y XII Francia e Inglaterra tendrán un periodo de acercamiento que no impide el estallido de conflictos bélicos, convirtiéndose en dos grandes potencias del panorama europeo.
Más información Los Capeto en Francia
En la Francia de los primeros Capetos los monarcas tuvieron que luchar duramente con una nobleza excesivamente feudalizada. Con Luis VI la realeza francesa podrá erigirse en un poder verdaderamente respetado por la feudalidad del país, proceso que se consolida gracias al apoyo de las comunas y de la Iglesia.
Más información La Inglaterra de la conquista
A la muerte del rey Eduardo el Confesor sin herederos se produjo una pugna entre varios candidatos de la que salió triunfante Guillermo de Normandía tras vencer a Haroldo de Wessex en Hastings. Con Guillermo se producirá la normandización de Inglaterra. A la muerte del Conquistador le suceden sus hijos Guillermo II y Enrique I y su nieto Esteban I.
Más información Enrique II y el Imperio Angevino
Enrique II y el Imperio Angevino
Los territorios de Anjou, Maine, Turena, Aquitania, Inglaterra, Escocia, Normandía, Gales e Irlanda formaron parte del Imperio controlado por Enrique II y sus sucesores Plantagenet. El control de estos territorios y sus deseos de centralización le provocarán importantes conflictos, tanto con la Iglesia dirigida por Tomás Becket como con su propia familia y los señores feudales.
Más información Choque entre Capetos y Plantagenet
Tras la muerte de Enrique II será Ricardo I quien herede el Imperio Angevino. Las contradicciones de este territorio serán aprovechadan por Felipe II Augusto de Francia, iniciando un conflicto que se resolverá tras la victoria francesa en la batalla de Bouvines lo que supuso la liquidación de dicho Imperio a pesar del intento desesperado de Juan sin Tierra por recuperar sus territorios.
Más información Juan sin Tierra y la Carta Magna
La liquidación del Imperio angevino colmó la paciencia de amplias capas de la sociedad inglesa contra Juan Sin Tierra. Para evitar un enfrentamiento entre la nobleza y el monarca, se redactó la Carta Magna donde se pone de manifiesto el triunfo de la feudalidad sobre la corona. El texto resultante tenía poco de revolucionario por más de que se haya tratado de ver en él un primer paso de un sistema constitucional inglés.
Más información Enrique III y los barones
Bajo el reinado de Enrique III se produjo el segundo gran sobresalto en la historia de la Inglaterra del siglo XIII. Sus desastrosas empresas exteriores y la ocupación de personajes franceses de importantes puestos políticos motivarían que buena parte del clero nacional inglés y la baronía iniciara la rebelión contra su señor natural. A la cabeza de los barones ingleses se puso el conde de Leicester Simón de Montfort. Luis IX de Francia se convertirá en árbitro del litigio.
Más información Eduardo I y la normalidad
Será Eduardo I quien lleve normalidad a Inglaterra, tras las tensiones del reinado de Enrique III. Su política reformista incluye el apaciguamiento político de su territorio y la anexión de buena parte de los reinos de Gales y Escocia.
Más información La Francia de San Luis
A la muerte de Luis VIII hereda el reino francés su hijo Luis IX. Será doña Blanca de Castilla quien se encargue de la regencia debido a la minoría de edad del monarca. Sofocadas las rebeliones nobiliarias, Luis IX fue declarado mayor de edad e inició su glorioso reinado marcado por su política de consolidación de la monarquía, los tratados con Inglaterra y Aragón y la organización de sendas cruzadas que tuvieron escaso éxito.
Más información Los Capeto en la transición al siglo XIV
La figura de Felipe IV marca los años de transición al siglo XIV. Su política económica, destinada a superar la grave crisis que vivía el país, le llevó a enfrentarse con la Santa Sede y con los Templarios, recibiendo continuas críticas de la población al aumentar los impuestos. Respecto a la política exterior intentó establecer en los Alpes, el Rin y los Pirineos las fronteras de su reino.
Más información Las Monarquías del flanco sur
Las victorias sobre el Islam caracterizan los primeros años de la Plena Edad Media en las Penínsulas Ibérica e Itálica. En territorio hispánico se produce una nueva distribución de fuerzas correspondiente a los Cinco Reinos.
Más información Estados hispanocristianos occidentales
La hegemonía de Castilla y León -a pesar de su separación en dos estados durante más de un siglo- entre los reinos peninsulares se alcanzó gracias a su intensa política conquistadora contra los musulmanes, cuya culminación se consigue con Fernando III. El reino de Portugal se desgaja gracias a Alfonso I y con don Dionís logrará de su país una gran potencia.
Más información Estados hispanocristianos orientales
En la zona oriental de la península Ibérica Navarra inicia un periodo de decadencia durante el siglo XII que acabará con su incorporación a la casa real francesa tras el matrimonio de Juana con Felipe IV. Los condados catalanes y el reino de Aragón también se unen con un matrimonio -Petronila y Ramón Berenguer IV- adquiriendo este Estado un auge significativo con Jaime I y Pedro III, lanzado este último a una política de auténtico imperialismo mediterráneo.
Más información Sicilia
El territorio siciliano conocerá su etapa de esplendor bajo dominio normando, especialmente con Roger II. La muerte sin descendencia de Guillermo II motivó que Sicilia cayera en la órbita imperial con Federico II. La herencia del emperador motivará que la isla se convierta en el avispero de los intereses de la casa Staufen, los Anjou y la dinastía aragonesa.
Más información Nuevas fronteras cristianas
Normandos, húngaros y eslavos formarán sus Estados y fijarán sus límites dentro de la Cristiandad, incorporarándose a ella de forma permanente al tiempo que constituyeron la barrera que detuvo la invasión mongola del siglo XIII.
Más información Europa Báltica
Desde el siglo XI daneses, noruegos y suecos se organizarán como reinos independientes.
Más información Penínsulas Nórdicas
A semejanza de los países occidentales, los territorios nórdicos -Dinamarca, Noruega y Suecia- evolucionarán hasta convertirse en estructuras feudales, conservando sus rasgos específicos. La conversión al cristianismo será el mejor vehículo para canalizar su integración en el concierto de Occidente. La Iglesia, cuando esté bien asentada, se mostrará como un elemento bien organizado, dispuesto a hacer valer sus prerrogativas y disputar el poder a la realeza, alineándose para lograrlo a la nobleza feudal.
Más información Dinamarca
Con Canuto el Grande se establece el "primer imperio nórdico", impulsando la evangelización. La desintegración del imperio se produce a su muerte. En la segunda mitad del siglo XI, Dinamarca se transformaría en un Estado decididamente occidental bajo la influencia alemana. Con Waldemar II se vuelve a reeditar la gloria danesa pero sus herederos vivirán un periodo de crisis en el que la nobleza y la Iglesia imponen sus condiciones.
Más información Noruega
Durante los siglos XI y XII se había extendido en Noruega la fe cristiana en un periodo de anarquía interna. La monarquía conseguirá estabilidad a lo largo del siglo XIII con Haakon IV y Magnus VI. Al pacificar el país, impulsar las instituciones feudales y buscar la reconciliación con la Iglesia, los reyes impulsan el progreso del poder monárquico, situándose Noruega a la altura de Dinamarca.
Más información Suecia
Hasta mediados del siglo XII Suecia vive un periodo de anarquía. Paulatinamente el cristianismo va triunfando y el reino se va consolidando, especialmente con la figura del conde Birger Magnusson, quien fundó una dinastía estable: la Folkung. Tras un periodo de tranquilidad y prosperidad, se abre una nueva etapa de crisis caracterizada por la debilidad del poder real y el crecimiento del poder nobiliario.
Más información Expansión alemana
La marcha progresiva de los germanos hacia el este, iniciada con los carolingios, no se había interrumpido en ningún momento. A partir del siglo XIII, una conjunción de factores políticos, económicos y religiosos sería la causa de la expansión alemana por los territorios eslavos del Báltico, en cuya empresa ocupó un papel preponderante la orden teutónica.
Más información Europa Central
Los estados de Polonia y Bohemia estarán muy vinculados al Imperio durante el periodo medieval, intervención con importantes consecuencias. Hungría logrará consolidar su posición como un nuevo Estado occidental.
Más información Polonia
En el siglo X surge Polonia como entidad propia gracias a la familia Piast, quien controlará la situación hasta el primer tercio del siglo XII. La anarquía se generaliza desde ese momento hasta el siglo XIII, momento en el que la nobleza y el alto clero se verán fortalecidos, obteniendo también beneficio el Imperio Alemán. En esta última centuria se aprecia un importante crecimiento económico.
Más información Bohemia
El papel del Imperio en la política bohemia será fundamental ya que permitirá su integración en la órbita de la cristiandad occidental, derivándose de ello una progresiva influencia germana en Bohemia. A partir de su conversión en reino los lazos con el Imperio fueron haciéndose más débiles mientras que se inclinaba hacia el este.
Más información Hungría
Gracias a la simbiosis de elementos nómadas con influencias germanas, eslavas y latinas y a la ubicación del centro de gravedad en la zona oeste del Danubio, Hungría se convierte en un estado occidental de gran importancia frente a las presiones de los pueblos orientales.
Más información Península Balcánica
Los pueblos de la península balcánica dependerán de la intervención de los estados vecinos: Hungría y Bizancio. Eslovenos y croatas quedarían integrados en la órbita de la fe occidental; serbios y búlgaros en la cristiandad oriental.
Más información Eslovenia
Diversas familias germanas ejercieron la autoridad sobre los eslovenos, convirtiendo a Ljubljana en un foco comercial de primera magnitud. Hacia 1182 Eslovenia formaba parte del estado de Austria.
Más información Croacia
Al realizar el ideal de su pueblo -la reunificación de todas las tierras, incluidas las islas, comprendidas entre el Neretva, el Bosna y el Drave- Kressimir IV se considera el verdadero fundador del reino de Croacia y Dalmacia. El rey Colomán I unió dinásticamente Croacia y Hungría, lo que convirtió a la primera en una marca defensiva de la segunda frente a Bizancio y los otros pueblos balcánicos.
Más información Serbia
El territorio de Montenegro será el origen del reino serbio con Mijail en el siglo XI. Esteban I conseguirá avanzar hacia la unidad interna, mediante la adopción definitiva de la fe ortodoxa. San Savas, aliando a la Iglesia y al Estado, fortaleció el espíritu de unidad nacional y la Iglesia se convirtió en la más sólida defensora del Estado. Uroch ensanchó los limites del reino hacia todas las direcciones e impulsó fuertemente la economía, elevando a Serbia a un primer plano en los Balcanes.
Más información Bulgaria
Tras sucumbir ante Bizancio e integrarse en el Imperio de Oriente, Bulgaria manifestó deseos de independencia que culminan con la creación del "Segundo Imperio Búlgaro" en el siglo XII. El objetivo será recuperar los territorios perdidos, alcanzando el apogeo con Iván Asén. A partir de 1256, la guerra civil iniciará el declive definitivo.
Más información Rusia
El Estado de Kiev será en el principal centro rector de Rusia; administraba una vaga federación de Estados orientales y ejercía el comercio, al tiempo que se mezclaba paulatinamente con la población autóctona y realizaba una profunda obra unificadora entre las diferentes tribus, manteniendo su hegemonía en los ámbitos político-militar y económico. La división del Estado de Kiev motivará la creación de principados independientes. En el siglo XIII los mongoles penetrarán en territorio ruso inaugurando el periodo mongol.
Más información Estado de Kiev
La cristianización del Estado de Kíev fue el comienzo de una nueva etapa para Rusia, que quedó sometida a la dirección espiritual y al desarrollo cultural de Bizancio. Las luchas fratricidas, salvo escasas excepciones, serán en adelante una característica dominante del primer Estado ruso. Otros rasgos distintivos serán la expansión hacia el nordeste y la creciente influencia de Bizancio. Con Yaroslav el estado vivirá una etapa de prosperidad en todos los campos, estableciendo enlaces con occidente a través de matrimonios. A su muerte Kiev fue perdiendo significado y se entrará en la época de los principados independientes.
Más información Principados independientes
Entre 1054 y 1223 -fecha de la invasión mongola- Rusia vive un periodo de crisis en el que las guerras dinásticas estarán a la orden del día, surgiendo más de sesenta principados entre los que continúan destacando Kiev y Nóvgorod.
Más información Periodo mongol
En 1237 los mongoles inician una ofensiva contra los principados rusos que finalizó tres años después. La mayoría de los principados quedaron sometidos al dominio mongol. Dicho dominio duraría más de dos siglos y ejercería una profunda influencia en el espacio ruso, inclusive en aquellos principados donde el yugo fue más suave. Los nuevos centros de poder fueron Galitzia-Volinia en el sudoeste, la zona norte del Alto Volga y Moscú.
Más información Renacimiento agrario, mercantil y urbano
La expansión agraria, la revolución comercial y el proceso de renovación de las ciudades hablan de la Plena Edad Media como un momento de expansión.
Más información Expansión agraria
Antes del año 1000 se produce la expansión agraria que define los primeros siglos de la Plena Edad Media. Entre las diferentes causas de esta expansión podemos hacer referencia a la variación del clima, la inflexión demográfica, la reestructuración familiar, la nueva articulación del espacio (y la jerarquización social), los tímidos avances tecnológicos o las roturaciones y colonizaciones agrarias, entre otros, así como la generalización del "señorío banal" o jurisdiccional, que vino a sustituir al viejo sistema de las estructuras dominicales aún vigentes.
Más información Variaciones del clima
Variaciones del clima
Los expertos consideran que no hay indicios suficientes para poder hablar de que el clima en Europa mejoró hasta el punto de convertirse dicho agente en decisivo para comprender la serie de cambios y progresos que se acumularon en el continente a lo largo de los siglos XI al XIII.
Más información Inflexión demográfica
Según los estudios la población europea en el año 1000 rondaría los 40 millones de habitantes. En los tres siglos siguientes la población se duplicó, con un mayor crecimiento en la Europa occidental; contribuyendo a ello la mayor disponibilidad de tierras por parte del campesinado y el incentivo privado de los señores laicos y eclesiásticos para atraer pobladores a sus tierras incultas.
Más información Reestructuración familiar
La estructura de la población presente todavía en estos siglos obedece a lo que los demógrafos califican como de tipo antiguo, caracterizado por una gran natalidad y también una gran mortalidad infantil, una elevada mortalidad puerperal en la mujer y una vida media del hombre aún reducida a los treinta y cinco años. Se define la familia campesina como una comunidad de producción y de consumo.
Más información Articulación del espacio
La mayor disposición de medios y servicios permitió la expansión agraria de la Plena Edad Media. Roturaciones y aparición de nuevas poblaciones es un fenómeno complementario en muchos casos. Los señores fueron los primeros beneficiarios de esta multiplicación de asentamientos estables.
Más información Avances tecnológicos
Los molinos, la introducción del arado de hierro y la roturación trienal serán las principales aportaciones técnicas que se producen en la Plena Edad Media, apreciándose aún una significativa distinción entre el norte germano y el sur mediterráneo.
Más información Roturaciones y colonizaciones
La denominada "pax cristiana" que disfrutó Europa en la Plena Edad Media -unos siglos en los que desaparecieron las agresiones sobre el continente y fue éste el que pasó a la acción- permitirá ampliar el espacio agrícola principalmente sobre el este de Alemania y el norte islamizado de la Península Ibérica.
Más información Transformación del paisaje rural
Como resultado del gran esfuerzo realizado por el campesinado europeo en estos siglos de crecimiento y progreso continuo, aunque limitado, los "cultivos cerealistas" sobresalen por encima del resto. Tras ellos situamos la vid y debemos mencionar el complemento que supone la ganadería.
Más información Nueva geografía agraria
El esfuerzo roturador se aceleró a partir del siglo XI por iniciativa y voluntad de los propios campesinos, que fueron ampliando los terrenos ya cultivados a costa del monte bajo, el bosque o los pantanos. La multiplicación de aldeas, villas y comunidades rurales constituyó el resultado más ostensible de las roturaciones a partir del siglo XI.
Más información Condiciones sociales del crecimiento
El soporte feudal significó un estímulo para la colonización, las roturaciones y la multiplicación de aldeas y comunidades campesinas al ofrecer por un lado una adecuada protección por parte del señor, frente a cualquier agresión exterior, y por otro un marco de complementariedad de las carencias particulares de los campesinos aislados y de sus familias, desprotegidas ante cualquier eventualidad, y siempre en precario. Sin olvidar que, en ocasiones, el señorío representaba un refugio frente a la habitual hostilidad nobiliar o el agobio fiscal del poder público.
Más información El auge de la expansión
Como consecuencia del desarrollo comercial, la ampliación de las superficies cultivadas y el aumento de los rendimientos de las cosechas como resultado de la aplicación de técnicas y esfuerzos humanos y materiales muy superiores a los tiempos precedentes se produjo un importante retroceso del hambre. Durante el siglo XIII aumentó la explotación forestal ante el uso creciente de la madera, junto con la del hierro, sal y otros minerales y materiales de construcción. Dicha explotación fue animada por la demanda creciente de productos férricos, alimentos conservados y salazones. La muestra definitiva de la prosperidad en el medio rural fue la introducción de la moneda y de la economía monetaria.
Más información Contradicciones del crecimiento
El auge de la agricultura en Europa fue disminuyendo a lo largo del siglo XIII. Por un lado el agotamiento de tierras y por otro la carencia de nuevos horizontes para la roturación coincidieron, pues, en el tiempo y a mediados del siglo XIII se había llegado al limite de la expansión rural. El aumento demográfico y el marco social en el que se desenvolvió la explotación rural serán dos de los factores que limitaron el desarrollo. El desajuste económico trajo consigo el desequilibrio social.
Más información Fin de la prosperidad
Desde mediados del siglo XIII las esperanzas del crecimiento continuado comenzaron a truncarse. El esfuerzo roturador se retrajo ostensiblemente y el desarrollo agrario aminoró tanto en extensión cuanto en intensidad. El hambre volvió a aparecer en Occidente, los despoblados crecieron y una sucesión de malas cosechas a partir de 1315 acabó por arruinar a campesinos, familias y señoríos.
Más información Nuevas fuerzas sociales y económicas
Los límites entre el campo y la ciudad no acabaran de perfilarse todavía en estos siglos del despertar urbano porque la población, los medios de subsistencia y las materias primas las seguirá proporcionando el campesino o el señor al vender los excedentes de la producción de sus tierras. Sin embargo, la ciudad aportará importantes novedades de carácter económico, social, cultural, ideológico e incluso cotidiano, para favorecer el desarrollo que se produce en la Baja Edad Media.
Más información Revolución comercial
A partir del año mil se produce en Europa un importante impulso mercantil que va a permitir el desarrollo de un primer capitalismo industrial. El gran comercio se consolidó, sobre todo, a partir del siglo XIV y lo anterior no fue sino un ensayo general de tres siglos que preparó el terreno para la auténtica profesionalidad mercantil.
Más información Areas comerciales
A la hora de establecer áreas de concentración comercial o rutas predominantes hay que considerar por un lado la progresiva incorporación a la actividad mercantil de las diversas zonas continentales y por otro la apertura de nuevas rutas como consecuencia de la mejora en los medios y vías de transporte, el alejamiento del peligro de nuevas invasiones o guerras entre reinos y Estados o la mayor demanda de productos de consumo ordinario o extraordinario en los núcleos urbanos.
Más información Ferias y mercados
A partir del siglo XI y a lo largo del XII y XIII, surgen nuevos mercados públicos al aire libre en todo el Occidente que se multiplicaron en las ciudades, posiblemente a remolque del aumento de la producción campesina, y se consolidaron las grandes ferias internacionales. Este fenómeno, generalizado en Europa durante los siglos del crecimiento y la expansión, alternó la celebración periódica de mercados y ferias con la aparición de mercados permanentes en los que la compraventa se efectuaba en recintos apropiados y dedicados específicamente a ello.
Más información Moneda y crédito
La actividad comercial desarrollada a partir del siglo XIII en las grandes ferias y mercados de carácter internacional fomentará el empleo de la moneda y el crédito para realizar los intercambios. Algunas ciudades europeas de gran actividad mercantil crearon su propia moneda. La penetración de la economía monetaria en el medio rural fue muy lenta e irregular.
Más información Ciudad y mercaderes
La plena Edad Media asistió a la configuración de una nueva forma de ciudad, la ciudad-estado de los mercaderes y los negocios, que tuvo en Italia y norte de Europa su mayor auge, si bien en el resto del continente hubo asimismo manifestaciones similares en versión reducida según las circunstancias.
Más información Características del comercio
El resultado de la revolución comercial de la plena Edad Media fue, en realidad, un fenómeno de aumento del volumen comercial dentro de la estructura de una economía y una sociedad tradicional en la que la moneda no había servido todavía de referencia, elemento intercambiador y soporte de negocios.
Más información Renovación de las ciudades
El comercio y la artesanía que se desarrolla en la Edad Media motivará el renacimiento de las ciudades a lo largo de los siglos XI-XIII. La ciudad creó un nuevo ambiente, un nuevo espacio, unas nuevas relaciones sociales y una diversidad económica; tanto como una nueva arquitectura, otro tipo de ocio, de espectáculos y hasta de contestación, rebeldía y pobreza. Pero los habitantes de la ciudad no podrán evitar ser gobernados por un patriciado urbano que copará los cargos públicos.
Más información Sociedades urbanas
El cimiento de las sociedades urbanas comenzó siendo el conjunto de la gente del común que actuaba a través de lazos de solidaridad hasta que la burguesía se convierta en la espina dorsal de la sociedad urbana, aunque convivan los grupos sociales burgueses con los jurídicos o los políticos. Esta sociedad urbana es contradictoria y en su seno surgirán diferencias abismales que el mundo rural no había conocido, pues aquí las solidaridades serán más gremiales y corporativas que asistenciales, con el resultado del abandono, la miseria y la pobreza urbana, más dramática que la rural.
Más información Solidaridad y conflictividad
Las "comunas" responden en principio a un espíritu solidario de autodefensa de conciencia urbana. Su extensión a los miembros de una actividad laboral motivará la formación de los gremios. Las luchas por las reivindicaciones comunales o profesionales motivarán conflictos con los poderes públicos estatales o burgueses, manifestando una vez más que la ciudad es el foco de libertades, entendidas éstas como la plasmación de los restringidos deseos de diferentes grupos. Respecto a la solidaridad también debemos aludir a la labor gremial respecto a los servicios sociales.
Más información Funciones económicas de la ciudad
La multiplicación de los centros urbanos promovió los intercambios de carácter local, comarcal e internacional, gracias al desarrollo de la artesanía y la producción industrial, fomentada en parte por el auge de los gremios. La industria textil será la que alcance mayor éxito tanto a nivel local como internacional.
Más información Madurez de la sociedad feudal
Las relaciones entre señores y vasallos en la sociedad rural poco evolucionada; la descentralización de las jurisdicciones, como consecuencia del debilitamiento del poder civil; la aparición de los feudos, que absorben alodios de campesinos libres, y el predicamento ideológico de una "sociedad trifuncional" pueden ser las características claves de la sociedad feudal, aunque existan diferentes matices por lo rico y variado del concepto.
Más información Fundamentos del sistema feudal
Deberíamos comprender el sistema feudal con dos componentes: el señorío rural -la forma de poseer la tierra los señores y de dividir la propiedad entre el poder del señor sobre la tierra y el derecho real del campesino sometido al anterior; y el régimen feudal o feudalismo limitado -un sistema de gobierno entre los hombres, comprendiendo las relaciones de los diversos focos locales del poder señorial y de estos con la autoridad publica superior (imperial, real, condal, etc.) y creándose una cadena de relaciones, obligaciones y derechos mutuos que soporta la viabilidad del sistema y su fortaleza-.
Más información Cronología de la feudalización
En la transición de la Antigüedad al Medievo estaría el origen más remoto del sistema feudal. Los intentos carolingios de reconversión y utilización de los vínculos privados como base de un sistema de gobierno valido para su vasto Imperio, fracasaron. Pero si bien con el fracaso acabó por hundirse el Estado, la disgregación del poder sembró la semilla del sistema feudal que sobrevivió a las estructuras carolingias y representó un modelo implantado en todo el Occidente europeo con mayor o menor intensidad hasta el siglo XIV.
Más información Señores y campesinos
La sociedad feudal se articula en torno a dos clases sociales fundamentales: la de los señores y la de los campesinos. Los campesinos serán los integrantes del colectivo ligado al trabajo de la tierra por cuenta propia o ajena en diversos grados de dependencia y servidumbre mientras que el termino "señor" puede llegar a ser equivoco por sus múltiples significados en la plenitud del Medievo. Desde el punto de vista socioeconómico todo aquel que se denomina como tal posee tierras en las que hay campesinos que las trabajan pare él y sobre los cuales ejerce un poder por el que obtiene beneficios que engrosan sus rentas. El incremento de sus rentas fue el objetivo permanente de la aristocracia feudal.
Más información Franquicias y libertades campesinas
Cartas de franquicia, fueros locales y cartas de población registran las condiciones de los asentamientos en tierras nuevas o recuperadas después del abandono; con privilegios y concesiones extremadamente generosas en algunos casos que benefician a grupos aldeanos de diferente nivel económico y distinta dependencia señorial o real.
Más información Revolución burguesa
A través del encaje de las ciudades en la estructura del poder feudal y la defensa de dicho poder feudal frente al movimiento corporativo se puede establecer relación entre la sociedad feudal de señores y campesinos y la ciudad de mercaderes y artesanos.
Más información Las ciudades en el mundo feudal
Las ciudades en el mundo feudal
Quienes emigraban a la ciudad desde el campo encontraran unas estructuras similares en cuanto a dependencias y clientelas se refiere, pues en uno y otro caso era la "unidad familiar" la fuente principal del trabajo y el rendimiento en favor de terceros. Además, el patriciado que gobernaba muchas ciudades en los siglos XII y XIII era sobre todo propietarios rurales y delegados de los grandes señores feudales. En definitiva, la conquista de las libertades urbanas se hizo en estos siglos en el propio marco feudal.
Más información Inicios del corporativismo
Las coacciones con las que la clase señorial se beneficiaba de la explotación y el control campesino, hicieron mella en los que empezaban a rechazar el sistema imperante. De esta forma surgen en las ciudades movimientos de defensa de sus intereses -económicos y sociales- que dotarán de un carácter especial a la vida urbana, más reivindicativa que la campesina.
Más información Conflictos urbanos de clase
La identificación entre los poderes feudales y los grandes mercaderes hizo que ni siquiera los movimientos comunales fueran dirigidos, por sistema, contra los principios del feudalismo, puesto que los intereses de ambos grupos eran los mismos. Lo que no significa, sin embargo, que en el ambiente urbano predominase la armonía en muchos casos.
Más información La Iglesia en el feudalismo
La Iglesia estaba integrada plenamente en el sistema feudal de estos siglos, incluso dentro de la propia organización jerárquica e institucional, al menos como tal Iglesia, no como comunidad de creyentes que es el cristianismo. Esta intromisión del poder feudal en la Iglesia sería fuente de conflictos permanente a raíz de los intentos de la reforma gregoriana del ultimo cuarto del siglo XI.
Más información La Península Ibérica
Sin apartarse de las grandes líneas de acción y ejecución del feudalismo europeo, la Península Ibérica ofrece aspectos peculiares en esta cuestión. La principal novedad será la presencia de musulmanes en los dominios señoriales y en las ciudades bajo control cristiano una vez ganado el país para la romanidad occidental por los reyes peninsulares.
Más información Crisis del feudalismo
Los numerosos cambios técnicos, económicos, sociales, políticos, demográficos, jurídicos o culturales que se producen en la plenitud medieval llevaron al feudalismo a sufrir una primera crisis a finales del siglo XIII y comienzos del XIV pero ni desapareció ni en todos los casos se debilitó.
Más información Religiosidad en la Plenitud Medieval
La reforma caracteriza la religiosidad en la Plena Edad Media tanto en los ambientes monásticos como en los laicos. Pero la reforma también conducirá al desarrollo de corrientes heréticas que provocarán, como reacción eclesiástica, el nacimiento de la Inquisición.
Más información Ordenes religiosas
El triunfo de los poderes feudales motivó que el monacato sufriera una incontestable decadencia a lo largo del siglo IX. En el siglo siguiente se producirá un renacer monástico que resultó además decisivo al auspiciar en gran medida la reforma global de la Iglesia.
Más información Cluny y la reforma religiosa
Entre lo siglos X y XII Cluny se convertirá en el principal monasterio europeo. Estará directamente protegido por el papado y contará con un amplio número de casas repartido por casi todo occidente. El papel de los abades será crucial, destacando la figura de Hugo el Grande. Predominaba en cualquier caso la estructura piramidal, similar en todo a la del tipo vasallático, por la que las casas dependían de manera idéntica, e independientemente de su concreto origen (fundación o centro asociado) de la abadía madre.
Más información Otros centros reformistas
A lo largo del siglo X otros centros monásticos protagonizaron intentos reformistas de manera independiente al que se estaba llevando a cabo en Cluny. Lorena y Alemania serán los dos espacios donde destaquen este tipo de experiencias.
Más información Segunda renovación monástica
La reforma iniciada por Cluny será continuada a lo largo del siglo XII con el Cister, otras órdenes menores así como las militares y hospitalarias. El alejamiento del mundo pasó a desempeñar un papel central en el nuevo monaquismo, para el que el trabajo manual, la pobreza y la dureza de la disciplina no representaban sino facetas de una sola concepción vital marcada por el ascetismo.
Más información San Bernardo y el Císter
Con el objetivo de devolver al monacato la prístina pureza tras la mundanización de Cluny se funda la orden cisterciense que tiene en san Bernardo de Claraval a su mejor exponente. El rigorismo y la valoración del trabajo manual serán características fundamentales en la nueva orden monástica.
Más información Ordenes monásticas menores
Durante los últimos años del siglo XI y de manera paralela a la experiencia del Cister, surgieron toda una serie de movimientos de renovación monástica en Occidente entre los que destacamos a los grandimonteses, los cartujos, los premostratenses y los "Pauperes Christi".
Más información Ordenes militares
Nacidas como producto de las peregrinaciones y cruzadas, las órdenes militares surgen con objetivo hospitalario y militar. Varios elementos distinguían a los miembros de las órdenes militares: la vocación monástica, el ideal caballeresco, la imagen mítica de Tierra Santa como centro del mundo y lugar de peregrinación, la defensa de la cruzada y el espíritu piadoso-asistencial. Los Templarios y los Hospitalarios serán las más importantes mientras que en cada país aparecen algunas órdenes como los Caballeros teutónicos en Alemania o Santiago y Montesa en España.
Más información Ordenes hospitalarias
El objetivo de las ordenes hospitalarias estará vinculado a la curación de enfermos durante las peregrinaciones y la redención de cautivos. Las más importantes serían las de San Lázaro, la Merced, los Hospitalarios del Espíritu Santo o la Santísima Trinidad.
Más información Renovación del clero secular
Durante los siglos IX y X la simonía y, en general, la intervención laica, hicieron desaparecer cualquier rasgo de vida en común en los canónigos seculares. A pesar del esfuerzo realizado, la nobleza siguió considerando el oficio de canónigo como algo deseable, impidiendo así una mejora radical de la situación. En realidad el ascenso del nivel moral de los canónigos, allí donde se produjo, se vinculó siempre al renacer de la vida comunitaria, y así fue promovida por los diversos Papas reformistas.
Más información Ordenes de canónigos
Durante los siglos XI y XII también se producen intentos de reforma en el clero secular similar a las que se desarrollan en las órdenes monásticas. Las llevadas a cabo por los canónigos serán las más importantes, destacando las de San Rufo o san Norberto así como la orden gilbertina.
Más información Ordenes mendicantes
Los cambios que vive Europa en el siglo XII provocarán el nacimiento de las órdenes mendicantes en el seno de la Iglesia, que permitirían acometer no sólo la reconquista espiritual del mundo ciudadano y derrotar a la herejía, sino proporcionar también a Roma un instrumento insustituible para su política. Dominicos y franciscanos -con la querella de los espirituales- serán las más importantes acompañados de otras órdenes menores.
Más información Dominicos
La orden de los dominicos fue fundada por santo Domingo de Guzmán en el siglo XIII. Sus objetivos estarían vinculados a la predicación itinerante y a la vida austera. Aparte de los votos tradicionales, los dominicos tenían prohibida cualquier propiedad individual, debiendo vivir de la limosna. La excelente preparación intelectual de los dominicos les hizo pronto copar las principales cátedras de teología de París y monopolizar prácticamente los altos cargos inquisitoriales.
Más información Franciscanos
El movimiento liderado por san Francisco de Asís busca la mundanización y la vida en la pobreza, adquiriendo con el paso del tiempo numerosos rasgos de la orden dominica.
Más información Los espirituales
A partir de 1230 toda una serie de disposiciones pontificias intentaron acabar con las veleidades heterodoxas del franciscanismo, destacando la nulidad del Testamento y afirmando la suprema autoridad de Roma. Los "zelanti", posteriormente llamados espirituales, coincidían en rechazar las intervenciones pontificias como contrarias al espíritu franciscano.
Más información Ordenes menores
Junto a dominicos y franciscanos encontramos otras órdenes mendicantes de carácter menor como son los carmelitas, los servitas y la Orden de los Ermitaños de San Agustín. Estos movimientos también estaban inspirados en el ideal pauperístico-apostólico.
Más información Religiosidad de los laicos
La reforma gregoriana puso de manifiesto la distinción entre el clero y los religiosos por un lado y los laicos por otro. En el IV Concilio de Letrán (1215) la separación estaba plenamente asumida. La distinción establecida entre clérigos y laicos servía para resaltar la superioridad de aquellos respecto de éstos.
Más información Los sacramentos
Gracias a los sacramentos un laico podía alcanzar la salvación. Estaban agrupados en dos categorías, según confiriesen la gracia a los privados de ella (sacramentos de muertos: bautismo y confesión), o simplemente la acrecentasen (sacramentos de vivos, el resto: confirmación, eucaristía, penitencia y matrimonio).
Más información Bautismo y confirmación
El bautismo, independientemente de la moralidad del sacerdote que lo administrara o de la voluntad del bautizado, constituía una marca indeleble que borraba la mancha del pecado original y otras faltas ulteriores. Verdadero acceso a la madurez sobrenatural, la confirmación implicaba la recepción del don del Espíritu Santo.
Más información Misa y eucaristía
La eucaristía representaba también el momento culminante del rito de la misa -eje central a su vez de las practicas religiosas cotidianas- por contener al propio Salvador. Puede afirmarse que a lo largo de la Plena Edad Media el cumplimiento del precepto dominical, ampliado a gran numero de fiestas, se observó masivamente. El IV Concilio de Letrán señaló la obligación universal de la confesión y comunión anuales en tiempos de Pascua.
Más información Penitencia y confesión
En cuanto al sacramento de la penitencia, conoció durante la Plena Edad Media una autentica eclosión, al calor de su madurez doctrinal y práctica, íntimamente ligada con la teología del purgatorio. Desde el punto de vista de la práctica sacramental se impuso asimismo la confesión auricular privada, cuyos orígenes hay que buscarlos en la Iglesia irlandesa, y que había venido difundiéndose por el continente desde el siglo VIII.
Más información Matrimonio
Desde el III Concilio de Letrán (1179) hasta el II de Lyon (1274), la Iglesia insistió permanentemente en la condición sacramental del vínculo entre esposos, afirmando al tiempo su carácter único e indisoluble. Las únicas causas de nulidad consideradas por la Iglesia serían el incesto, la no consumación y la consanguinidad hasta el cuarto grado de parentesco.
Más información La muerte
Ante la inminencia de la muerte, el enfermo solicitaba un sacerdote que llevaba el viático en procesión hasta su casa. Una vez allí se le administraba la extremaunción y se iniciaba una liturgia de la muerte en ocasiones repleta de teatralidad. Para recoger a las almas de quienes, sin estar condenados, tampoco habían alcanzando la salvación, surge la teoría del purgatorio.
Más información Formas de culto y piedad
La imagen de un Cristo redentor de la humanidad pecadora junto a la Virgen y los santos va a originar la cimentación de nuevas formas de práctica religiosa en las que se incluyen nuevas representaciones.
Más información La Virgen
La Virgen
La devoción mariana será una de las principales novedades de la Plena Edad Media. La triple faceta de Maria como Madre de Dios, Reina del cielo e Inmaculada, se cimentó sobre todo en su destacado papel como misericordiosa intercesora entre Cristo y los hombres, evidenciado en una creciente devoción popular.
Más información Los santos
Los santos son, al igual que la Virgen, intercesores entre Dios y los hombres, catalizando tres aspectos fundamentales de la piedad popular como el ejemplo de su vida, su dimensión pública y su capacidad taumatúrgica.
Más información Representaciones sacras
A partir del siglo XII aparecen en Occidente representaciones litúrgicas. Primero realizadas por clérigos y en el interior del templo para pasar en el siglo XIII a ser representadas en los pórticos y cementerios, interpretadas por laicos. Estas representaciones son el origen del teatro.
Más información Devoción a Jesucristo
La devoción a la cruz y el culto eucarístico -centrado en la elevación de la hostia, el rito de la genuflexión y la fiesta del Corpus Christi- serán los elementos fundamentales de renovación de la religiosidad laica en la Plena Edad Media.
Más información Reliquias y peregrinaciones
Las reliquias de los santos, la Virgen o Cristo serán fundamentales en la religiosidad medieval, desatándose una auténtica fiebre por su posesión. Muchas de ellas impulsarán los movimientos de peregrinación. Tres ciudades como destino de los peregrinos destacaban sin duda por encima del resto, debido a su enorme prestigio religioso: Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela.
Más información Medios de acción pastoral
La vida parroquial y la predicación serán los principales medios medievales de acción pastoral.
Más información Vida parroquial
Célula básica de la organización eclesiástica y eje de la piedad y liturgia cotidianas, la parroquia permitió realizar el encuadramiento religioso de la población europea, tanto a nivel rural como urbano. Su incremento se debe a tres factores: incremento general de la población, con el consiguiente desarrollo de multitud de aldeas en las tierras recientemente roturadas; reforzamiento general de los marcos institucionales de control administrativo del territorio y, por supuesto, mejora drástica de la cura pastoral.
Más información Predicación
Hasta el siglo XI el sermón apenas tiene relevancia en el oficio eucarístico, cambiando el panorama desde esta centuria con la llegada de monjes y ermitaños que desarrollaron una importante labor evangelizadora. Será en el siglo XIII con las órdenes mendicantes cuando la predicación alcance su mayor auge, extendiendo la labor predicatoria a la parroquia.
Más información Vías minoritarias de perfección
Oblatos, hermanos legos, ermitaños, beguinas, begardos y cofradías serán las nuevas vías de perfeccionamiento religioso en aras del ansiado ideal evangélico que se utilizaron durante la Plenitud Medieval.
Más información Herejías e Inquisición
Durante los siglos XI al XIII se vive en Europa un extraordinario auge religioso cuyo objetivo será el retorno al mundo ideal de la primitiva Iglesia. Este objetivo será, curiosamente, compartido tanto por las órdenes religiosas como por los movimientos heréticos lo que da muestras de los deseos de reforma existentes en el seno de la Cristiandad.
Más información Las últimas herejías eruditas
En el primer tercio del siglo XI se producen los primeros movimientos heréticos, estando los focos de tensión en Chalons-sur-Marne, Orleans, Arrás (1025) y Monteforte de Turín, existiendo también indicios de conventículos heréticos en Ravena, Colonia, Maguncia y Goslar. Su exaltado ascetismo, identificado con el cristianismo evangélico, que les hacía rechazar el sexo, el consumo de carne y la percepción del diezmo, parecen conducirnos al ambiente general de renovación iniciado por aquel entonces en Occidente.
Más información Herejías comunales
Los movimientos heréticos surgieron en Italia debido al temprano renacimiento de la vida urbana, al desarrollo de formas autónomas de organización política y al deseo de renovación eclesiástica. En este clima surgieron herejías comunales como la "Pataria" en Milán y los arnaldistas en Roma.
Más información Herejías mesiánico-milenaristas
El pensamiento milenarista aseguraba el advenimiento del llamado "emperador del fin" de los tiempos, cuyo reinado, destinado a asegurar la paz y la expansión de la fe cristiana en todo el mundo, quedaría interrumpido por la llegada del Anticristo, en la figura de un gobernante con apariencia humana. Vendría luego el retorno del Mesías y el triunfo de la verdadera Iglesia, identificada naturalmente por los herejes con su propia secta.
Más información Herejías antijerárquicas
Los herejes de las numerosas sectas antijerárquicas se veían a si mismos como el núcleo originario de la verdadera Iglesia, destinada a triunfar en la tierra tras el definitivo regreso del Salvador. Desde el punto de vista ideológico gran parte de estos movimientos se caracterizaban no sólo por su radicalismo de base profética, que les hacía rechazar con acritud cualquier aspecto de la jerarquía y normativa eclesiásticas, sino también por un fuerte igualitarismo que les proporcionaba el apoyo de determinados segmentos sociales. Petrobrusienses, esperonistas y Hermanos del Libre Espíritu serán las sectas más conocidas.
Más información Herejías en favor de la pobreza
La pobreza voluntaria desempeñó a menudo un papel destacado en la génesis y desarrollo de numerosas herejías, concibiendo siempre a aquella desde una perspectiva predominantemente religiosa. El fenómeno más importante relacionado con la pobreza será el valdismo, destacando en menor medida los "Hermanos Apóstoles". Estos movimientos se desarrollaron en el movimiento reformista y aunque al fin aconteció la ruptura jamás manifestaron, antes al contrario, su expreso deseo de romper con Roma. Esto mismo fue lo que posibilitó con el tiempo la reintegración a la Iglesia de buena parte de los tildados como herejes.
Más información Herejías dualistas. El catarismo
A partir de la mitad del siglo XI reaparece el dualismo con fuerza en Occidente. Los íntimos contactos de todo tipo con Oriente y los Balcanes a raíz de las cruzadas han solido aducirse como causa remota para explicar el renacimiento del dualismo en Occidente, y más en concreto en regiones como Lombardia y el Midi. Los cátaros serán el movimiento característico de esta dualidad. Para ellos el mundo era un campo de batalla en el que se oponían las dos fuerzas primarias del bien y del mal, identificadas respectivamente con Dios/lo espiritual y el Diablo/lo material.
Más información La reacción eclesiática
Tradicionalmente la persuasión, por la vía del público debate, unida a la predicación o, en su caso a la amonestación, y condena eclesiásticas eran los únicos instrumentos que la Iglesia tenia en sus manos para hacer frente a la herejía. La aparición del catarismo y el valdismo provocaron un cambio significativo utilizando como instrumentos represivos la cruzada y la Inquisición.
Más información Represión del catarismo
En un primer momento, la Iglesia intentó reprimir el catarismo a través de coloquios públicos y el envío de clérigos para desarrollar una campaña de predicación. Visto el escaso resultado y ante el asesinato del legado pontificio, Inocencio III dictó la cruzada contra los territorios del conde de Toulouse. La nobleza francesa se lanzó sobre el Midi ávida de sangre y territorios. La entrada de Pedro II de Aragón en lucha apoyando a los herejes internacionalizó el conflicto.
Más información Nacimiento de la Inquisición
La concreta base teórica en la que descansaría el nuevo procedimiento inquisitorial se encuentra en la canonística del siglo XII. Graciano identificaba ya a la herejía con una suprema violación del "bien común", obligando así a la Iglesia y al Estado a una política de colaboración activa. En la lucha contra los herejes, concebida como defensa del mencionado bien, la primacía debía corresponder sin duda al poder espiritual, encargado además de dictar sentencia, en tanto que la autoridad secular, subordinada a la eclesiástica, la ejecutaría.
Más información Evolución legislativa
En el concilio de Tours de 1163, Alejandro III sentaba las bases del futuro sistema inquisitorial. El III concilio laterense reafirmó los acuerdos e identificaba la cruzada contra los herejes con la liberadora de Tierra Santa. Inocencio III dio un nuevo impulso al sistema inquisitorial. El pontificado de Gregorio IX (1227-1241) significó el culmen del largo proceso de gestación del sistema inquisitorial. Mediante la bula "Ille Humani Generis" de 1232 se creaba la Inquisición pontificia. Inocencio IV mediante la bula "Ad Extirpanda" (1252) introducía la tortura en el interrogatorio a los acusados de herejía, culminando así el sistema inquisitorial.
Más información Renacimiento cultural del siglo XII
Si en el siglo XI apenas se aprecian signos evidentes de cultura -centrada en una serie de monasterios y escuelas episcopales- será en el siglo XII cuando se produce el verdadero renacimiento cultural gracias a la maduración del orden feudal, unida a un crecimiento sostenido de la economía y de la población. Un resultado más de estos cambios fue el de la aparición del intelectual.
Más información Medios, métodos y materias
La lengua latina como instrumento básico, los Santos Padres y autores clásicos como fuentes y el empleo de las siete artes liberales como materias impartidas caracterizan este renacimiento cultural del siglo XII.
Más información Escuelas catedralicias y municipales
Las escuelas catedralicias dependientes del obispo tendrán cada vez más importancia al abandonar las actividades docentes los monasterios. La importancia de estas escuelas episcopales estuvo ligada desde casi el principio a la calidad de sus profesores y al prestigio de la sede titular. Junto a ellas estaban las escuelas municipales que impartían sobre todo saberes utilitarios destinados a los importantes elementos de la burguesía ciudadana.
Más información Escuelas de San Victor y Chartres
Modelos de la gran eclosión vivida por los nuevos centros catedralicios son la denominada escuela de San Víctor en París -centro de una importante congregación de canónigos regulares- y la de Chartres -cuyos autores se centraron en la naturaleza y el hombre como imágenes de la creación-.
Más información Abelardo y los Universales
Entre los prototipos culturales del siglo XII destaca la figura de Pedro Abelardo, acusado de irreligioso y librepensador en la época, lo que motivó su condena, aunque se mantuvo siempre fiel al catolicismo. La gran importancia de Abelardo reside en sus aportaciones a la lógica lo que dio lugar a la polémica intelectual más importante del siglo XII: la querella de los universales.
Más información La recuperación de Aristóteles
Junto a los escritos de Aristóteles -recuperadas por Averroes, Avicena o Maimónides-, infinidad de obras de diversos autores y de todas las disciplinas comenzaron a aflorar a Occidente de un modo masivo a partir de mediados del siglo XII. Aunque los centros de traducción fueron múltiples, dos vías destacaron fundamentalmente por obvios motivos: Italia y la Península Ibérica.
Más información Las universidades
La Universidad vino a cubrir de manera idónea la desorganización y el nomadismo de los maestros. Las primeras en aparecer y también las que alcanzaron mayor relevancia -París, Oxford o Bolonia- fueron aquellas que partieron de la experiencia de escuelas episcopales. Jurídicamente los universitarios eran clérigos, por más que en la práctica no se comportasen como tales e incluso sus planteamientos favoreciesen el laicismo. Esta dependencia de Roma hizo que muy pronto los Pontífices intentaran utilizar al movimiento universitario en favor de los objetivos de la reforma.
Más información Organización y vida cotidiana
Como cualquier estructura gremial, las universidades distinguían hasta tres grados entre sus miembros: los estudiantes, equivalentes a los aprendices; los bachilleres, similares a los oficiales y finalmente los doctores o maestros. Generalmente se dividían en cuatro facultades, bajo la dirección de un decano (por lo general el maestro más antiguo o el de mayor edad), que agrupaban a estudiantes y maestros de la misma disciplina. Tales facultades eran las de artes, decretos (derecho), medicina y teología y cada una era en si una corporación autónoma. El ciclo de estudios se iniciaba hacia los 14 años en la facultad de artes y constaba de seis cursos. Tras la obtención del titulo de "magister artium" podía comenzarse, hacia los 20 años, un segundo ciclo de estudios, también de seis cursos, en las facultades de decretos o medicina, o bien directamente en la de teología.
Más información Conflictos corporativos e intelectuales
Conflictos corporativos e intelectuales
Lejos de limitarse a la institución universitaria o a sus miembros, la Santa Sede quería controlar también sus conciencias, conocedora como era del enorme poder de las ideas. Este deseo de control provocó importantes conflictos en los que también estuvieron presentes las órdenes mendicantes.
Más información París
Las escuelas catedralicias -especialmente Notre Dame- serán los orígenes de la universidad de París. A fines del siglo XII los profesores se asociaron y en la centuria siguiente fue creciendo el número de cátedras de artes y filosofía. Felipe II Augusto otorgará en 1200 los privilegios a la Universidad de París, confirmados por Inocencio III. Gregorio IX otorgó en 1231 la bula que confirmaba definitivamente la autonomía de la institución.
Más información Oxford
La prohibición por Enrique II -hacia los años finales del siglo XII- de que los clérigos británicos saliesen fuera de la isla pare realizar estudios, catalizó los afanes de estudiantes y maestros por integrarse en una sola corporación. A fines del siglo XII el "Studium oxoniense" funcionaba ya como tal. La autonomía universitaria se consolidó gracias a los conflictos entre el municipio y la comunidad escolar. Las leyes y la medicina no serán especialidades importantes en Oxford, destacando los estudios de teología y filosofía.
Más información Bolonia
Las escuelas comunal, privada y episcopal serán el germen de la universidad de Bolonia, atípica al tener privilegios sólo los estudiantes mientras los maestros dependían del municipio. En los primeros años del siglo XII la universidad se organizó definitivamente. En 1219 los escolares consiguieron pasar a depender directamente del Papa, en la figura del arcediano episcopal. Los estudios jurídicos serán los más importantes en la universidad italiana.
Más información Centros menores
Al calor de la protección de los poderes públicos surgieron otras universidades en Europa: Angers, Orleáns, Montpellier y Toulouse en Francia; Padua, Nápoles, Salerno, Roma, Siena y Piacenza en Italia; y Palencia, Salamanca, Valladolid y Coimbra en la Península Ibérica.
Más información La crisis de la Baja Edad Media
Los siglos XIV y XV englobarían el periodo denominado Baja Edad Media, caracterizado por la crisis. El retroceso experimentado por la población europea, particularmente a consecuencia de la difusión de las epidemias de mortandad, la caída de la producción, ante todo en el medio rural, las bruscas alteraciones de los precios y de los salarios y, finalmente, la acentuación de las tensiones sociales, que alcanzaron cotas desconocidas, serían las manifestaciones más llamativas de la crisis.
Más información Interpretación de la crisis
Los especialistas buscan causas con las que interpretar la crisis o depresión que se vive en los últimos siglos de la Edad Media. Las guerras, la peste negra, los desajustes entre producción y población, la crisis agraria, los cambios climáticos, los problemas monetarios, serían, por no citar sino los más significativos, algunos de los posibles puntos de partida explicativos de esa profunda crisis que padeció el Continente europeo en el transcurso de estos siglos.
Más información Una crisis global
La crisis bajomedieval debe ser contemplada desde una perspectiva global, como una crisis del sistema feudal, según la escuela histórica marxista. Ante este planteamiento surgen diversas opiniones de diferentes especialistas que se pueden resumir en la frase de W. Rösener "la crisis bajomedieval solo puede comprenderse en su integridad en el contexto del desarrollo general de la sociedad, en la urdimbre de relaciones entre economía, sociedad y sistema señorial".
Más información Crisis socio-económica y espiritual
Las nuevas tendencias historiográficas tienden a considerar la crisis bajomedieval no sólo dentro de parámetros económicos sino también espirituales y artísticos.
Más información Trastornos demográficos
El incremento de la población europea, aceptado para el periodo comprendido entre los años 1000 y 1300, se vio interrumpido en el siglo XIV. La difusión de terribles epidemias por tierras europeas en esta centuria motivó un fuerte descenso de la población mientras que en el siglo XV se manifiesta una indudable recuperación.
Más información Mortandades en el siglo XIV
La confluencia en el tiempo de peste, hambre y guerras será la causa de la tremenda mortandad que se producirá en Europa a lo largo de la primera mitad del siglo XIV. La hambruna más atroz que afectó a la Europa cristiana en la primera mitad del siglo XIV fue la que se desarrolló entre los años 1315 y 1317.
Más información La Peste Negra
En 1347 se desata en Europa una terrible epidemia conocida como "peste negra" que causó profunda conmoción entre los habitantes por las manifestaciones de la enfermedad, la rapidez de su avance y, sobre todo, sus efectos letales. La difusión de la mortal epidemia sirvió para dar un tinte homogeneizador a la depresión en marcha.
Más información Origen y difusión
El origen de la peste negra se encuentra en la región china de Yunnan, siendo trasmitida a Europa por los mongoles que atacaron la colonia genovesa de Caffa, en la península de Crimea. Los marinos genoveses extendieron la epidemia al continente. Sicilia sufriría uno de los primeros focos. En la primera mitad del año 1348 el mal estaba presente en casi toda Italia, una gran parte de Francia y los territorios de la Corona de Aragón. Entre julio y diciembre de 1348 la epidemia se propagó al noroeste de Francia, zonas meridionales del Imperio germánico, sur de Inglaterra, Corona de Castilla y Reino de Portugal. Los últimos territorios europeos alcanzados por la epidemia fueron Suecia y Rusia, lo que sucedió en el año 1350.
Más información Consecuencias de la Peste Negra
La consecuencia más importante de la peste negra en Europa fue demográfica ya que la mortandad aumentó considerablemente. Aunque resulta difícil aventurar cifras y existen diferencias geográficas, podemos considerar que la población europea disminuyó entre un tercio y dos tercios su número. Las consecuencias espirituales también son destacables como la aparición de los flagelantes, el creciente antijudaísmo, el clima de vitalismo explosivo existente en algunos grupos o la tendencia a la retirada del mundo.
Más información La recuperación demográfica
La aparición de nuevos brotes epidémicos, unida a otros factores, como la acción devastadora de la guerra en suelo francés, y, en general, las consecuencias a largo plazo del desastre causado por la peste negra, explican que en la segunda mitad del siglo XIV y aun en parte de la centuria siguiente continuará el descenso poblacional. En el siglo XV asistimos al desarrollo de ciclos de crecimiento poblacional de unos treinta años de duración, interrumpidos, eso sí, por crisis de mortandad que, ocasionalmente, podían tener una incidencia devastadora.
Más información El mundo rural
El mundo rural se vio afectado por la crisis que se vivió en Europa durante la Baja Edad Media. El descenso de población, las malas cosechas, las hambrunas, las inclemencias climáticas y las guerras que se producen en esta época tendrán influencias negativas en el ámbito rural que vivió en estos años momentos críticos.
Más información Manifestaciones de la crisis
El incremento de los despoblados, la disminución del espacio dedicado al cultivo, el estancamiento de los precios de los cereales, la caída de las rentas señoriales o la inseguridad creciente del campesinado son quizá las manifestaciones más llamativas de la crisis que nos ocupa.
Más información Los despoblados
Los despoblados no surgen, habitualmente, de la noche a la mañana, sino a través de un proceso, con frecuencia sumamente lento. A esta despoblación de los lugares afectó considerablemente la peste negra y las demás epidemias de la XIV? centuria al igual que los efectos de las guerras o las malas cosechas. Sin embargo, en numerosas ocasiones los despoblados fueron temporales.
Más información Retroceso del espacio cultivado
Una de las consecuencias de las crisis vividas en Europa durante la Baja Edad media será el retroceso del espacio cultivado. Las tierras que dejaban de cultivarse podían tener destinos muy diversos, pero los más frecuentes fueron la dedicación a pastos o simplemente el regreso a su vegetación natural. La ganadería será una de las beneficiadas de este retroceso, al tiempo que las tierras más fértiles incrementan su producción.
Más información Precios de los cereales
Sería erróneo sacar la conclusión de que la crisis bajomedieval provocó un incremento, sin más, de los precios y de los salarios. Así las cosas, la crisis del siglo XIV provocó, en última instancia, una profunda distorsión entre los precios de los productos agrarios, por una parte, y los salarios de los jornaleros del campo y de los artesanos, por otra. La crisis afectó muy profundamente al medio rural, que fue su principal víctima, especialmente a los cereales.
Más información Caída de las rentas señoriales
La crisis que vive Europa en el siglo XIV afectará considerablemente a las rentas señoriales, provocando su disminución. Los ingresos fijos en metálico y las rentas en especie sufrieron un importante descenso. La solución en algunos casos pasaría por la cesión de las tierras a los labriegos que las trabajaban a cambio del pago de un censo. De esta manera se obtenía un ingreso fijo.
Más información Inseguridad del campesinado
La crisis bajomedieval afectará al campesinado de manera contundente, expresada en la inseguridad creciente que se manifiesta. Esta inseguridad puede entenderse en dos aspectos: por una parte, el empeoramiento de las condiciones jurídicas en que se desenvolvía el campesinado; por otra, la tendencia creciente a la emigración de los labriegos a las ciudades.
Más información Reconstrucción agraria
Una vez pasada la tormenta de la crisis, el mundo rural de la Europa cristiana pudo recuperar el pulso vital que había perdido. Se produjo una adaptación a las nuevas condiciones existentes por lo que la reconstrucción agraria que siguió a la crisis fue, a la vez, una auténtica reordenación del mundo rural.
Más información Ritmos de recuperación
En el siglo XV se recupera parcialmente el ritmo de crecimiento agrícola experimentado anteriormente. Se trataba de ganar para el cultivo sobre todo aquellos suelos que, a pesar de su probada calidad, habían tenido que ser abandonados debido a la incidencia de la guerra o de las mortandades. El impulso colonizador que se observa en Europa en el siglo XV casi nunca partió de la iniciativa de los labriegos. Fueron los magnates laicos y eclesiásticos los que, en la mayor parte de las ocasiones, guiaron el proceso, cuando no simplemente las aristocracias urbanas.
Más información Auge de la ganadería
El aumento de la demanda de productos ganaderos por parte de las ciudades -carne, leche, pieles y lana- motivará el auge de la ganadería a lo largo del siglo XV. La vaca y la oveja serán los animales que mayor empuje tendrán.
Más información Especialización de los cultivos
La vid y cultivos tintóreos serán los nuevos productos que se cultivan en la Europa bajomedieval. Dicha práctica permitía obtener beneficios más sustantivos del cultivo de la tierra. La especialización de los cultivos hay que explicarla, en ultima instancia, en el marco de las relaciones comerciales establecidas en el conjunto de Europa a fines del Medievo.
Más información Sociedad rural
Puede afirmarse que la reactivación del campo trajo beneficios a sus cultivadores. Los restos de la vieja servidumbre retrocedieron notablemente en buena parte de Europa, al tiempo que muchas de las corveas que aún subsistían fueron convertidas en rentas en metálico, lo que en principio favorecía a los labriegos que estaban obligados a satisfacerlas. Paralelamente progresaban los contratos de larga duración establecidos con los cultivadores de la tierra, lo que también resultaba ventajoso pare estos últimos.
Más información Ciudades, artesanía y comercio
Las ciudades, aunque fueran una parte más del sistema feudal, tenían rasgos singulares que las diferenciaba del ámbito rural: su propia configuración urbanística; un entramado institucional más desarrollado; unas funciones distintas a las habituales del medio rural; un tejido social notablemente más complejo; un mayor dinamismo económico; y, como remate, mayores posibilidades, al menos en teoría, para el desarrollo del mundo del espíritu.
Más información Ciudades europeas
El ámbito urbano continuó el proceso expansivo que venia de siglos anteriores, si bien el mismo se desarrolló a un ritmo mucho más suave. Surgieron nuevas ciudades debido al desarrollo de una población rural, por causas militares o por la puesta en práctica de una reordenación del poblamiento, al tiempo que las viejas ciudades experimentaron un importante desarrollo. Este desarrollo urbano de los siglos XIV y XV está estrechamente ligado con el crecimiento de la población de las ciudades. La ciudad era, por encima de todo, un centro de localización de las actividades artesanales y del comercio al tiempo que también ejerce el papel de centro de la vida política y administrativa. Patriciado y común formarán las clases sociales urbanas.
Más información Actividades artesanales
La producción artesanal en el Medievo se efectuaba a través de las corporaciones de oficios, instituciones sujetas por lo demás a una estricta reglamentación. Una parte no desdeñable de la actividad productiva manufacturera era realizada por aldeanos que vivían en el campo circundante de las grandes ciudades industriales. También singularizaba al mundo artesanal de finales de la Edad Media el proceso creciente de concentración empresarial.
Más información Industria textil
Industria textil
Gracias a la rueda de hilar la industria textil pudo tener un amplio desarrollo en los siglos finales de la Edad Media. La materia prima más importante en las manufactures textiles era la lana. La dispersión geográfica es otra de las características de esta industria, asentándose en regiones de Flandes, Alemania, Italia, Francia, Inglaterra o la corona de Aragón.
Más información Minería e industrias metálicas
La minería y las industrias metálicas son una actividad económica en expansión en la Europa de los siglos XIV y XV. En primer lugar interesaba el hierro. Lorena, Harz, Turingia, Champaña, Normandía o Vizcaya eran las principales zonas productoras de dicho metal. De suma importancia eran asimismo los metales preciosos, sobre todo por su utilización pare la acuñación de moneda. El trabajo en las minas seguía realizándose en condiciones harto difíciles. Desde el siglo XIV se registran, asimismo, importantes progresos en la siderurgia gracias a la demanda de la industria bélica.
Más información Comercio
El impacto de la gran depresión ejerció una influencia negativa en el desarrollo del comercio. Los conflictos bélicos, tanto en tierra como en el mar, causaron asimismo grandes sobresaltos en la práctica mercantil. Mas a pesar de esos obstáculos es lo cierto que el intercambio de mercancías no sólo no retrocedió a finales de la Edad Media, sino que incluso progresó.
Más información Transportes
En los siglos finales de la Edad Media se produce una importante evolución en los transportes, especialmente en el tráfico fluvial gracias a las incorporaciones de nuevos navíos y los avances de la cartografía.
Más información Técnicas mercantiles
Podemos afirmar que Italia jugó un papel clave en la economía bajomedieval al ser allí donde se documentan la mayoría de los textos doctrinales y donde se difundió la letra de cambio, el mejor símbolo que expresa el dinamismo mercantil. Los bancos no sólo se dedicarán a recibir depósitos y efectuar préstamos, sino que intervendrán también muy activamente en los cambios de monedas.
Más información Ferias y sociedades comerciales
En el siglo XIV se produce una traslación geográfica de las tradicionales ferias y una reconversión de sus funciones características. Las ferias más significativas del final de la Edad Media se localizan, básicamente, al este del viejo eje norte de Italia-Flandes. El exponente más significativo de los progresos que estaba experimentando Europa en el ámbito del comercio a larga distancia, en la época que nos ocupa, lo constituyan las sociedades de comercio.
Más información Potencias mercantiles tradicionales
El cambio más significativo que experimentó el comercio en la Baja Edad Media será la traslación del centro de gravedad desde el mar Mediterráneo hacia el océano Atlántico. Las repúblicas marítimas italianas -Venecia y Génova-, Brujas y la Hansa serán las tradicionales potencias comerciales que lucharán con los nuevos centros mercantiles que empiezan a surgir.
Más información Nuevas potencias
Inglaterra, Holanda y los reinos hispánicos irrumpirán con fuerza en el comercio internacional cuando las potencias tradicionales entren en declive. Su ubicación en el Atlántico, convertido desde finales del Medievo en el gran protagonista tanto de la actividad naval europea en general como del comercio marítimo en particular, será para ellas muy beneficiosa.
Más información Conflictos sociales
La conflictividad social conoció en el transcurso de los siglos XIV y XV una virulencia inusitada. Esta conflictividad respondía, en ultima instancia, a la existencia de grupos sociales con intereses claramente contrapuestos. Las luchas sociales tuvieron un amplio alcance desde el punto de vista territorial, pues se propagaron por todo el Continente europeo. Una de las características de estos movimientos será la participación, como agentes principales, de los sectores populares, ya fueran éstos del ámbito rural o del urbano.
Más información Características de los conflictos
Transparencia, amplitud del radio de acción, rechazo de punciones fiscales que se juzgaban injustas o abusivas, alcanzar un mejor reparto tanto de la renta como del acceso al poder político, colaboración entre campo-ciudad y entre capas bajas con la pequeña y mediana nobleza e incluso la participación del bajo clero serán las características principales de las revueltas sociales que se producen en Europa en los siglos bajomedievales.
Más información La primera mitad del siglo XIV
En diversas regiones de Italia, Francia, Flandes, el valle del Rin o Cataluña estallan conflictos sociales durante la primera mitad del siglo XIV.
Más información Los grandes conflictos
La Jacquerie francesa de mediados de la centuria, la revuelta de los ciompi florentinos de 1378 y la sublevación del campesinado inglés de 1381 fueron los grandes conflictos sociales que se producen en Europa durante el siglo XIV.
Más información La Jacquerie francesa
En 1358 estalla en Francia una revuelta campesina llamada la Jacquerie debido al apelativo genérico con el que se designaba a los rústicos: "Jacques Bonhomme". El motivo último de la revuelta se inscribía en la estructura social del mundo feudal, con su conocida dicotomía señores-campesinos. Pero los azotes que habían padecido los franceses en los años anteriores, desde la peste negra y los malos años hasta la negativa evolución de la situación militar en la confrontación con los ingleses, contribuyeron sin duda a agravar el panorama. El origen del conflicto fue una reacción defensiva de los labriegos, pero a los pocos días la revuelta ya tenía varios focos.
Más información Los "ciompi" florentinos
En 1378 estalla en Florencia la revuelta de los ciompi, llamada así al aludir a los trabajadores de más baja condición social y económica. Sus duras condiciones laborales, los bajos salarios, la negación a participar en el gobierno urbano y a formar parte de una asociación laboral, el aumento de los impuestos, la escasez de grano y la disminución en la producción textil florentina durante esos años serán las causas argumentadas por los especialistas para explicar este movimiento social.
Más información La revolución inglesa
El pago de un tributo que tenía como finalidad arbitrar recursos para la guerra contra los franceses, los efectos generales de la crisis, los malos usos y la animadversión contra algunos hombres públicos serán las causas argumentadas para el estallido de la revolución inglesa de 1381. Su inicio se produjo en el territorio de Essex y su líder será Wat Tyler. En Flandes, Francia y el Imperio germánico también estallaron revueltas sociales en esta década.
Más información Conflictividad en los fines de la Edad Media
La tensión social disminuyó a lo largo del siglo XV y allí donde se produjeron no tuvieron relación con la centuria anterior. Los nuevos focos de conflicto surgen en Escandinavia, Bohemia o la Península Ibérica aunque también encontramos tensiones en Francia, Inglaterra, el Imperio e Italia.
Más información Crisis de la Baja Edad Media
En líneas generales, el periodo que abarca la Baja Edad Media se caracterizó por la confluencia de la recesión demográfica, la crisis económica, las agitaciones sociales y las convulsiones políticas en un contexto de guerra generalizada. La otra cara de este negativo panorama fue la búsqueda de unas soluciones que permitieron superar estos problemas y abordar futuros retos.
Más información Monarquías europeas en el siglo XIV
Entre 1275 y 1325 el Occidente europeo atravésó un periodo general de cambios definido por la aparición de los primeros síntomas de la gran crisis del siglo XIV, los intentos de afirmación del poder monárquico frente a la nobleza y la génesis de la Guerra de los Cien Años.
Más información Capetos y Valois en Francia
Con los últimos Capetos se acentuó la tensión entre una monarquía con voluntad autoritaria y una nobleza poderosa dueña de territorios dotados de marcada personalidad. A la muerte de Carlos IV sin descendencia masculina, en Francia se inicia la dinastía Valois con Felipe VI, lo que supondrá uno de los orígenes del conflicto llamado Guerra de los Cien Años.
Más información La Inglaterra de Eduardo II
El reinado de Eduardo II (1307-1327) estará definido por el enfrentamiento con la nobleza debido a la política de fortalecimiento regio ejecutada por los favoritos reales. Durante este tiempo Escocia alcanzó la independencia de Inglaterra. La presión nobiliaria obligó al rey inglés a abdicar en su hijo Eduardo III.
Más información Reinos peninsulares
La evolución política de los reinos peninsulares entre 1275 y 1325 estará definida por tres grandes líneas de acción política: la fijación definitiva de territorios y fronteras entre los distintos reinos, el enfrentamiento cristiano-musulmán por el control del Estrecho de Gibraltar y la expansión comercial y militar de la Corona de Aragón en el Mediterráneo.
Más información Castilla
Debido a la debilidad manifestada durante las minorías, la nobleza intentó reducir poder a la debilitada monarquía, viviéndose un periodo de caos en el reinado de Fernando IV. Gracias a la voluntad restauradora de Alfonso XI, la levantisca nobleza esconderá sus fuerzas y el rey aprovechará el ambiente de violencia para aprovecharla en su favor y luchar contra los musulmanes, entablando la batalla del Estrecho que vencerá al tomar Gibraltar.
Más información La Corona de Aragón
Con Jaime II la Corona de Aragón alcanzará el estatus de potencia en el panorama internacional al expandirse por el Mediterráneo, colaborar con Castilla en la lucha contra Granada, tomar la parte norte del reino de Murcia -la actual provincia de Alicante- y poner en marcha un importante programa de reformas. Sus sucesores -Alfonso IV y Pedro IV- vivirán un enfrentamiento con Castilla debido a cuestiones sucesorias mientras que la política exterior continuará centrada en el Mediterráneo, poniendo sus miras en Sicilia, Cerdeña y Mallorca.
Más información Portugal
Los reinados de Dionís I y Alfonso IV marcan la evolución política de Portugal entre 1279 y 1357. La monarquía se consolida y Portugal afianza su independencia respecto a Castilla. La influencia portuguesa en el Atlántico aumenta, especialmente en el aspecto comercial.
Más información Navarra
La dependencia de Navarra respecto a Francia se intensifica a la muerte de Enrique I. Los reyes franceses gobernarán el territorio peninsular hasta la muerte de Luis X, momento en el que la casa de Evreux inicia su reinado con Juana II.
Más información La primera fase de la Guerra de los Cien Años
El conflicto bélico sostenido entre Francia e Inglaterra durante la Baja Edad Media se denomina Guerra de los Cien Años. Sus causas entran dentro de la tradicional lucha entre ambos países por el dominio económico y político de la zona, aunque tradicionalmente se han apuntado cuestiones dinásticas para aludir al inicio del conflicto, cuyo primera chispa estalló en Flandes.
Más información Victorias inglesas y paz de Bretigny
La primera fase de la Guerra de los Cien Años se saldará con las grandes victorias inglesas de Crécy (1346) y Poitiers (1356) que llevarán a la firma de la paz de Brétigny-Calais, donde se ponía de manifiesto el control inglés de un tercio del reino de Francia a cambio del rechazo de Eduardo III al trono francés.
Más información Península Ibérica y reconquista francesa
Entre 1364 y 1389 Francia va a recuperar el terreno perdido gracias a la inteligente labor de Carlos V al buscar la colaboración de Castilla. Para ello apoyó a Enrique II en su enfrentamiento con Pedro I, obteniendo el Trastámara la victoria. De esta manera, la alianza franco-española inició una serie de victorias que significaron el triunfo francés y el inicio de un periodo de treguas durante veinte años.
Más información La Europa de las grandes treguas
La Europa de las grandes treguas
Entre 1388-1415 ingleses y franceses buscaron un nuevo enfrentamiento armado, pero los problemas internos de ambos reinos retrasaron el choque. Los conflictos militares quedaron localizados, siendo común a todo Occidente el auge del poder de la alta nobleza, especialmente la de parientes del rey, cuyas disputas e intereses provocarían a la larga un nuevo estallido bélico a gran escala.
Más información Castilla
La entronización de los Trastámara supuso una creciente senorialización de Castilla y el auge de las Cortes castellano-leonesas, pero también el impulso de reformas destinadas a fortalecer la autoridad monárquica. Durante este periodo Castilla consolidó su hegemonía peninsular y su proyección en el contexto político europeo.
Más información Aragón
El periodo de plenitud vivido por la Corona de Aragón desde finales del siglo XIII se quebró a mediados del siglo XIV para dar paso a una profunda y larga decadencia que se prolongó durante el siglo XV. Consecuencia decisiva de este proceso fue la ruptura entre las directrices políticas de la monarquía y la voluntad de su base social.
Más información Portugal
La doble configuración de la economía portuguesa -la nobleza terrateniente quería la alianza con Castilla y las burguesías urbanas atlánticas necesitaban la amistad inglesa para garantizar la seguridad de su comercio- condicionará la política realizada por los monarcas portugueses a lo largo de esta etapa entre los siglos XIV y XV.
Más información Navarra
En la segunda mitad del siglo XIV Navarra mantuvo su independencia frente a las veleidades expansionistas de sus cuatro poderosos vecinos: Francia, Castilla, Aragón e Inglaterra.
Más información Granada
Granada supo explotar la rivalidad castellano-aragonesa y las crisis internas de Castilla para alcanzar su máximo esplendor cultural y político. Sin embargo, la dependencia exterior de su economía y una nobleza tremendamente levantisca precipitaron la decadencia nazarí durante el siglo XV.
Más información Segunda fase de la Guerra de los Cien Años
Los problemas internos de Inglaterra y Francia llevarán a una revitalización de la Guerra entre 1413-1453. Inglaterra casi consigue el triunfo pero el fortalecimiento de la monarquía francesa llevará a un desenlace definitivo.
Más información Embestida inglesa y paz de Troyes
Entre 1413 y 1420 Inglaterra tomó la iniciativa en la Guerra y desembarcó en Normandía, obteniendo Enrique V una decisiva victoria en Azincourt.
Más información La Francia dividida
Entre 1420-1431 Francia está dividida en tres bandos: el inglés, el francés y el borgoñón, este último aliado de Inglaterra. De esta forma la Guerra de los Cien Años se decantaba para la Doble Monarquía hasta la llegada de Juana de Arco. La doncella provocó el milagro militar francés al levantar el sitio de Orleans pero pronto fue abandonada por Carlos VII lo que motivó su condena y ejecución en la plaza de Orleans.
Más información Congreso de Arras y fin del conflicto
En el gran Congreso de Arras (agosto de 1435) Felipe el Bueno rompió su tradicional alianza con Inglaterra a cambio de una fuerte compensación económica y de la práctica independencia política de Borgoña. A cambio de estas duras condiciones Carlos VII destruía el bloque anglo-borgoñón. París era recuperada y la reacción inglesa frenada. La guerra se estancó y con las treguas de Tours Inglaterra se mantenía en Normandía y Gascuña. El rey francés ganó tiempo para crear un potente ejército bajo su único mando y recuperó los territorios franceses en manos inglesas, poniendo fin al conflicto en 1453 al recuperar definitivamente Burdeos.
Más información Consecuencias de la Guerra
A pesar de las evidentes consecuencias negativas de la Guerra de los Cien Años -destrucción de recursos, sangría demográfica, etc.- el resultado más destacado será que la monarquía aprovechó las reformas y procesos experimentados para imponerse como fuerza política hegemónica y autoritaria frente a una nobleza caballeresca humillada en los campos de batalla, unas burguesías desangradas en las luchas por el poder y un campesinado arruinado y agotado por los desastres de la guerra.
Más información Reinos ibéricos
Alejados de la Guerra de los Cien Años, los reinos ibéricos también vivieron luchas nobiliarias por el control del poder. Esa lucha por el poder en Castilla fue el principal problema peninsular y afectó en mayor o menor grado a todos los reinos hispánicos. Mientras los reinos atlánticos dieron nuevos pasos en su expansión marítima, una Corona de Aragón en crisis abordó su última aventura mediterránea de la mano de Alfonso V el Magnánimo.
Más información Monarquías en el ocaso medieval
La Francia de Luis XI y los conflictos con Borgoña; la Guerra de las Dos Rosas que vivirá Inglaterra y la unión de los reinos ibéricos serán las cuestiones fundamentales que vivirá la Europa Occidental donde se manifiestan los orígenes medievales del Estado moderno.
Más información La Francia de Luis XI
La política de consolidación interior llevada a cabo por Luis XI permitirá poner en marcha un ambiciosa plan de expansión exterior, chocando en su desarrollo con los grandes príncipes territoriales que se enfrentaron al monarca. Será el enfrentamiento con Carlos el Temerario de Borgoña el que defina este periodo, al coincidir los intereses expansivos de ambos. Tras derrotar a Borgoña, Francia se convirtió en la monarquía más extensa y cohesionada de Occidente.
Más información La Inglaterra de los Tudor
Entre los poco más 30 años que transcurren entre 1452-1485 Inglaterra vivirá el conflicto civil conocido como Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó a las casas de Lancaster (rosa roja) y de York (rosa blanca). Enrique VII ponía fin a la Guerra e inauguraba la dinastía de los Tudor, reorganizando la monarquía inglesa.
Más información Los Reinos Ibéricos
Graves crisis políticas van a vivir los reinos ibéricos en la segunda mitad del siglo XV, crisis que finalizarán en guerras civiles que finalizaron gracias al triunfo del autoritarismo real. La unión personal de los Reyes Católicos permitirá la consolidación de un aparato estatal monárquico capaz de absorber a los reinos más pequeños -Granada, Navarra- y de preparar el camino a la futura monarquía hispánica.
Más información Orígenes medievales del Estado moderno
Como génesis medieval del Estado moderno se entiende el proceso por el que las monarquías occidentales pasaron, durante la Baja Edad Media, de una organización feudovasallática a otra centralizada de características estatales y absolutistas. Será en Inglaterra, Francia y los reinos hispánicos donde la evolución hacia el Estado Moderno se produjo más rápidamente
Más información Aparatos de gobierno
Los monarcas medievales perfeccionaron los elementos que tenían a su alcance contando con una serie de aparatos para afirmar la territorialidad, desarrollar la burocratización y centralización administrativa y desarrollar la fiscalidad.
Más información Neutralización de viejos poderes
Uno de los principales objetivos de los monarcas en los años finales de la Baja Edad Media será someter a los sectores privilegiados: nobleza, clero, asambleas representativas y ciudades.
Más información Guerra y diplomacia
El perfeccionamiento de las estructuras políticas y fiscales de las grandes monarquías permitió la consolidación de una fuerza militar poderosa para imponerse a rivales exteriores y obstáculos interiores gracias a la existencia de ejércitos estables y numerosos. La diplomacia perseguía los mismo fines que la guerra, pero por otros medios.
Más información Fundamentos teóricos
El principio hereditario, la propaganda y la vinculación con patria y fe serán algunos de los fundamentos teóricos del autoritarismo real que se manifiesta en la época bajomedieval.
Más información Occidente entre las Edades Media y Moderna
Francia y España serán las principales potencias en época moderna, teniendo sus orígenes este esplendor en el momento final de la Baja Edad Media.
Más información Alemania y la decadencia imperial
El reino de Alemania formaba parte de los territorios del Sacro Romano Imperio. En sus fronteras occidentales encontrará problemas con Francia mientras que en oriente se extendió gracias a la acción de la Orden Teutónica y los Caballeros Portaespadas. El emperador alemán pierde poco a poco sus parcelas de poder en beneficio de los pequeños y grandes estados autónomos que surgen en el país.
Más información La institución imperial
La autoridad imperial no sólo llegó a ser discutida como potestad universal sino que además tuvo que sortear todo tipo de obstáculos en su propio seno, el reino de Alemania. El emperador carecía prácticamente de recursos propios, sobre todo si éstos son comparados con los poseídos por los príncipes germanos. Dichas limitaciones materiales hacían del todo ineficaz su gobierno mas allá de sus propios dominios patrimoniales.
Más información El Imperio Alemán
La casa de Luxemburgo consiguió acaparar la institución casi sin intervalos entre 1308 y 1438. Pero en la mente de los emperadores de la nueva dinastía no estuvo nunca la centralización del poder, ya que se limitaron a luchar por sus propios intereses privados, acosados por la ambición de los príncipes alemanes. La casa de Habsburgo será la sucesora en la corona. Intentaron hacer del Imperio una potencia como Inglaterra, Francia o España y cosecharon continuos fracasos que llevan a afirmar que el Imperio fracasó también como estado o nación.
Más información El aparato institucional
La Dieta Imperial como asamblea política, un tribunal de justicia y una escasa administración eran los instrumentos institucionales del Imperio, estructura poco capacitada para asumir los cambios políticos y sociales que se estaban produciendo en Europa. El emperador era elegido por los arzobispos de Maguncia, Tréveris y Colonia y por los cuatro electores laicos: el conde del Palatinado, el duque de Sajonia, el margrave de Brandeburgo y el rey de Bohemia.
Más información Principados y ciudades
El mapa político alemán de los siglos XIV y XV se caracteriza por la presencia de cinco grandes dominios seculares y varios territorios gobernados por príncipes-prelados. Todas las zonas estaban expuestas a continuos fraccionamientos y cambios. Las ciudades representaban frente a los grandes dominios laicos y eclesiásticos polos de libertad y seguridad, aunque a su vez ejercían una gran presión sobre el campesinado circundante.
Más información Decadencia territorial
A lo largo de los siglos XIV y XV el Imperio va perdiendo territorios en diversas direcciones: Francia, Países Bajos, Suiza, el Báltico. Esta pérdida territorial tendrá sus consecuencias económicas, especialmente por la decadencia de la Hansa ante el ascenso de potencias mercantiles nuevas como Inglaterra u Holanda.
Más información Panorama cultural
En el siglo XI Alemania vive una auténtica eclosión pictórica mientras que en el XV será el grabado la técnica triunfante, dentro de un estilo tardogótico hasta la llegada de Durero. La literatura estaría marcada por la diferenciación entre una producción culta y otra de carácter popular.
Más información Italia y su fragmentación política
La paulatina perdida de protagonismo de la autoridad imperial favoreció el crecimiento de los estados regionales -Milán, Florencia, Venecia, Estados Pontificios y Nápoles-. Esta debilidad imperial y la ausencia de los pontífices, instalados en Aviñón desde 1309, abonaron el terreno al enfrentamiento entre los propios estados y a la eclosión de fuertes rivalidades políticas en el seno de los mismos. Una de las constantes del periodo fue el protagonismo cobrado por las tropas mercenarias en el equilibrio de fuerzas entre los distintos estados.
Más información Nápoles
Nápoles
Conflictos de carácter interno y externo impedirán al reino de Nápoles imponer su hegemonía sobre el resto de Italia. Su dominio por parte de los Anjou y los intentos por conquistar Sicilia serán las características que definen este periodo.
Más información Estados Pontificios
Debido al traslado del pontificado a Aviñón, el Lazio estaba en manos de linajes locales que luchaban entre sí para imponer su hegemonía. Cola de Rienzo intentó revitalizar la importancia de Roma y los Estados Pontificios pero se encontró con la negativa del papado en su empresa. El inicio del Cisma de Occidente acarreará graves problemas a los Estados Eclesiásticos.
Más información Milán
El primer tercio del siglo XV Milán -con la familia Visconti al frente- gozará de un periodo de esplendor y dominio sobre el norte de la península italiana. El reparto del territorio entre los herederos de Juan Galeazzo Visconti motivó la intervención de sus enemigos externos -Florencia y Venecia- disputándose entre todos diversos territorios hasta que en 1433 se selló la paz, que significaba la pérdida definitiva de la hegemonía milanesa.
Más información Venecia
Desde el segundo tercio del siglo XIV, Venecia va a iniciar una política de expansión hacia el interior en perjuicio de sus tradicionales intereses en el Mediterráneo oriental. De esta manera se enfrentará con Milán, Verona, Padua y el Imperio. Los enfrentamientos con el Imperio Otomano también definirán este periodo.
Más información Génova
El cambio constante de jurisdicciones que vivió Génova en el siglo XIV hizo que su integridad territorial quedase muy reducida. A esto debemos añadir la conflictividad creciente en el seno de la sociedad política genovesa que jugó un papel decisivo en la decadencia de la república como potencia internacional.
Más información Florencia
Los conflictos económicos y sociales caracterizan la vida florentina del siglo XIV. El gobierno oligárquico dominará la vida política sin poder impedir el enfrentamiento entre güelfos y gibelinos. Paulatinamente la burguesía acaparará protagonismo hasta hacerse con el poder.
Más información Camino del equilibrio
Durante el primer tercio del siglo XV los Médici acceden al poder en Florencia y Alfonso V el Magnánimo se adueña de Nápoles. Venecia y Florencia van a empezar una etapa de hostilidades mientras que los Sforza se hacen con el ducado de Milán.
Más información La paz de Lodi
En la Paz de Lodi (1454) nació la "Santa Lega", formada por Milán, Venecia y Florencia y apadrinada por el Pontífice. Se inicia así una etapa de equilibrio entre los estados regionales, que perdurará a lo largo de casi toda la segunda mitad del siglo XV.
Más información Final del equilibrio
Una serie de circunstancias acabaron con el equilibrio conseguido en la paz de Lodi, siendo la más importante el papel del Pontificado al utilizar el nepotismo como medio para consolidar su autoridad en sus dominios. El equilibrio de la balanza política se vino definitivamente abajo cuando la última de las condiciones del mismo, la alianza entre Milán y Nápoles, se hundió. Otro factor que contribuyó a su hundimiento será la muerte de Lorenzo de Médici y el ascenso al solio pontificio de Alejandro VI, máximo representante del nepotismo.
Más información Intervención francesa
La participación de los reyes franceses Carlos VIII y Luis XII en los asuntos italianos motivará la intervención de España -liderada por Fernando el Católico-, provocando que la península itálica se convirtiera en tierra de conquista y escenario de guerra.
Más información Unidad cultural
A pesar de estar políticamente fracturada, la península itálica cuenta con una considerable unidad cultural en la Baja Edad Media, aunque podamos definir diferencias regionales. Bien es cierto que el Gótico italiano apenas tendrá influencia, pero figuras como Giotto abrirán la senda de renovación que vendrá en el Quattrocento, época en la que el mundo clásico es la fuente donde buscar inspiración. El foco cultural más importante es el de Florencia durante esta época para dejar paso a Roma en la centuria siguiente. Será en estos momentos cuando el humanismo surja con todos sus aportaciones retomadas de la cultura griega y romana.
Más información Periferia de Europa
Diversos ámbitos políticos se desarrollan en la periferia europea durante la Baja Edad Media: la zona escandinava con Dinamarca, Noruega y Suecia, la centroeuropea -Polonia, Bohemia y Hungría-, los Balcanes y Rusia.
Más información Dinamarca
El enfrentamiento entre la Corona con la nobleza y el clero marca los primeros años del siglo XIV. En 1397 se produjo la llamada Unión de Kalmar, por la que Dinamarca, Noruega y Suecia quedaban unidas dinásticamente bajo la persona de Margarita. La economía danesa estará regida por las actividades agrícolas y ganaderas durante esta época.
Más información Noruega
Noruega y Suecia estuvieron unidas por una misma dinastía en el siglo XIV y en 1397 por la Unión de Kalmar se produjo la integración dinástica de ambas naciones con Dinamarca. Durante los siglos bajomedievales, el hábitat predominante en Noruega fue el rural.
Más información Suecia
La nobleza sueca siempre fue contraria a las uniones dinásticas con sus vecinos de Noruega y Dinamarca pero no pudieron evitar la Unión de Kalmar (1397) que unió a los tres países. Los intentos de rebelión no tuvieron éxito. La actividad agraria capitalizó la economía sueca en la Baja Edad Media.
Más información Cultura escandinava
Las lenguas escandinavas se consolidaron en la Baja Edad Media. La arquitectura local se vio sometida a los influjos del gótico francés. En Dinamarca, la producción pictórica y escultórica del siglo XV estuvo capitalizada por artistas de origen alemán mientras en Noruega se manifiestan influencias francesas e inglesas y en Suecia sobresalió a lo largo del siglo XV una escuela pictórica más apegada a las tradiciones locales.
Más información La Hansa
Desde 1400 la Hansa tuvo que competir con mercaderes ingleses y holandeses: tal es el caso de la aura pugna comercial de Lübeck contra Amsterdam y Rotterdam. La Hansa influyó sobre el urbanismo local (construcciones en ladrillo), sobre la vida religiosa de la región (cofradías) y sobre los más variados aspectos de la sociedad báltica.
Más información Polonia
Si la invasión mongola motivó la ruptura de las instancias tradicionales del poder polaco, Casimiro III el Grande pondrá en marcha un amplio programa de reformas administrativas, jurídicas, políticas, económicas, militares y culturales que harán de Polonia una de las potencias de su entorno. Como es lógico este hábeas reformista no agradó a todas las instancias sociales, provocando algunas tensiones.
Más información Estado polaco-lituano
Jaguellón -bautizado Ladislao II- y su dinastía condujeron a la Monarquía polaca a su periodo de máximo apogeo al unificar el territorio polaco y el lituano en el tratado de Harodlo (1413). La economía polaca se basará en la agricultura cerealística y la cría de bueyes para el comercio.
Más información Bohemia
Bohemia entró en la órbita del Imperio con Carlos IV. En 1356, con la promulgación de la Bula de Oro, consiguió para Bohemia una situación de privilegio dentro del Imperio, al alcanzar el rango de electorado y el carácter de monarquía hereditaria. La situación crítica que vivían las instituciones bohemias junto a la influencia de otros fenómenos fueron el caldo de cultivo idóneo para el estallido de una revuelta política, social y religiosa como la husita.
Más información La cuestión husita
El desarrollo por parte de Juan Hus de una corriente de pensamiento enfrentada a Roma motivó el estallido de un conflicto en Praga que se extendería al resto del país tomando tintes políticos y sociales. Roma organizó una cruzada y el enfrentamiento no se hizo esperar. La guerra civil será el siguiente paso. En 1485 se llegó a un acuerdo definitivo entre católicos y husitas, sellado por la Paz Religiosa de Kutná Hora, aunque la solución política será más complicada. El movimiento husita trajo consigo la afirmación del elemento checo sobre el alemán en Bohemia y la difusión de los ideales de reforma y renovación eclesiástica por los países de su entorno geográfico.
Más información Hungría y los turcos
La llegada a la corona húngara de la familia Anjou ponía fin a la división del país que motivó el final de la dinastía Arpad. Es división se repitió a la muerte de Luis el Grande, momento en el que Hungría se vinculaba al Imperio con Segismundo. Este monarca tuvo que hacer frente a los turcos y su derrota en Nicópolis supuso la consolidación turca en los Balcanes.
Más información Ocaso del Imperio Húngaro
La familia Hunyadi consiguió colocar a uno de sus miembros en el trono húngaro: Matías Corvino. Tras graves conflictos internos, consiguió imponer su dominio y llevar a cabo un intenso programa reformista. Su política exterior estuvo marcada por la idea de crear un gran Estado centroeuropeo. Esta grandeza temporal será arruinada por sus sucesores llegando a caer Hungría en manos imperiales con Maximiliano I.
Más información Los Balcanes
La posición estratégica de los Balcanes ante el avance turco motivó el interés de las potencias centroeuropeas por la zona. Croacia estuvo bajo la órbita húngara mientras que Rumania se dividía en principados independientes. Las influencias centroeuropeas no se limitaron al campo estrictamente político, al incidir también sobre la vida cultural de los Balcanes.
Más información Rusia
La invasión y el control mongol de Rusia definirá la historia de esta zona durante mediados del siglo XIII y la mitad del XIV, hasta el auge del principado moscovita que se produce hacia 1360. Este impulso moscovita se basa en cuestiones económicas gracias a la colonización del bosque por parte del campesinado. Durante la segunda mitad del siglo XV, el principado de Moscú experimentó un fuerte crecimiento demográfico, fundamentado en el desarrollo generalizado de la economía.
Más información Cristiandad e Islam a fines del Medievo
Las relaciones entre Islam y Cristiandad en los últimos siglos del Medievo continuarán siendo conflictivas aunque podemos adverir el aumento del comercio entre ambos espacios político-culturales. La idea de Cruzada de épocas anteriores dejará paso a la Misión en un momento en el que el mundo islámico experimenta profundos cambios.
Más información El mundo islámico
Profundos cambios experimentó el mundo islámico desde el siglo XIII, apareciendo nuevos espacios de poder con la desintegración del Imperio mongol o el Imperio almohade. Serán los turcos quienes consigan mayor auge con su expansión por los Balcanes y Asia Menor a costa del Imperio Bizantino.
Más información Islam mongol y persa
Tras la división del Imperio mongol surgen dos kanatos vinculados al mundo islámico: el Ilkanato -con capital en Tabriz- y el de Chagatai -con capital en Samarkanda-. Lo habitual en ambos casos fue restaurar o continuar tradiciones anteriores, a las que se añadieron a veces algunas influencias mongoles.
Más información Islam árabe y mediterráneo
En el Mediterráneo encontramos diversos ámbitos islámicos tras la caída de los Imperios Mongol y Almohade. Los mamelucos se instalarán en la zona egipcia con fuerza y desarrollarán su dominio durante dos épocas dinásticas, la de los mamelucos turcos, entre 1250 y 1382, y la de los circasianos, desde 1382 hasta 1517. En el Magreb encontramos tres emiratos destacados: hafsíes en Túnez, meriníes y zayyaníes en el oeste. En aquellas circunstancias, sin embargo, se consolidó la identidad cultural del Magreb como conjunto singular dentro del mundo islámico, muy atenido a la ortodoxia sunní. En la Península Ibérica se mantuvo hasta 1492 el sultanato nazarí de Granada, tremendamente dependiente de la situación interna de los cristianos.
Más información Turcos, griegos y balcánicos
En la zona de los Balcanes y Anatolia la formación del Imperio Otomano será el principal suceso político de la Edad Media Tardía, ocupando paulatinamente el espacio correspondiente al Imperio Bizantino.
Más información Desde los orígenes hasta 1402
De origen modesto, el Imperio Otomano surgió de la descomposición del sultanato de Qonya. Su punto de partida será Anatolia y desde allí ampliarán sus fronteras a costa de la decadencia del Imperio Bizantino y de los estados balcánicos, enfrentados entre sí. En 1402, formaban parte del Imperio Otomano, Rumelia, Tracia, Macedonia, Tesalia, Dobrudja, Bulgaria y una parte de Albania, más Valaquia y Serbia como países vasallos; Constantinopla estaba cercada, Morea amenazada y, además, el sultán era dueño de Anatolia y, en especial, de las costas de Asia Menor, aunque no lo era del mar, donde predominaba Venecia.
Más información La ampliación del Imperio Turco
Tras un breve periodo de crisis en 1402 el Imperio Otomano se recuperó rápidamente y alcanzó su momento de máximo esplendor. La caída de Constantinopla en 1453 supondrá el golpe definitivo a los poderes balcánicos y griegos. Mehmet II llevó a su culminación todos los proyectos políticos y guerreros de los otomanos y, al mismo tiempo, consolidó los medios militares y financieros del Imperio y reforzó la preeminencia efectiva del sultán frente a las diversas aristocracias.
Más información Economia en el Próximo Oriente musulmán
La escasez de mano de obra rural, la fuerte presión fiscal que soportaba el campo, las fluctuaciones monetarias, el aumento de precios y la existencia de una economía urbana tradicional caracterizarán la economía en el Próximo Oriente Musulmán.
Más información Cultura en el Próximo Oriente musulmán
Cultura en el Próximo Oriente musulmán
El desarrollo de movimientos místicos será la principal novedad cultural en el mundo musulmán bajomedieval. Reflexión religiosa y jurídica, letras y artes, manifestaban al término de aquella época un evidente agotamiento de capacidad creativa pero también la riqueza enorme de la cultura formada en los grandes siglos clásicos del Islam.
Más información Bizancio
A pesar de la crisis vivida por Bizancio en la época bajomedieval, conviene conocer las circunstancias sociales, culturales y económicas de la época, que muchas veces perduraron tras la caída del Imperio en 1453.
Más información Aspectos sociales
El Imperio Bizantino manifiesta en sus últimos tiempos una significativa crisis demográfica. En las ciudades, las clases medias de artesanos y comerciantes disminuyeron ante el aplastante predominio mercantil de los occidentales. La economía campesina sufrió con el abandono de tierras cultivadas y, sobre todo, con la polarización de las situaciones sociales y el aumento de las diversas formas de gran propiedad. Tiene gran importancia la consolidación y aumento de una clase de grandes propietarios en aquellos siglos.
Más información Religión y cultura
Aunque el nuevo misticismo desarrollado en Bizancio en época bojomedieval, inspirado en ideales eremíticos y monásticos, desconfiaba de la cultura filosófica racionalista, no se rompió por completo con la filosofía de raíz aristotélica que dominaba desde el siglo XII. Se produce una reivindicación de la identidad griega que también se extiende al arte.
Más información El dominio del mar por los occidentales
Las rutas navales y puertos del próximo Oriente y norte de África serán controlados por los mercaderes occidentales -venecianos, genoveses, catalanes y provenzales- en los siglos XIV y XV. Los diversos productos ofrecidos por los musulmanes serán oro y esclavos del África subsahariana, caballos de raza, cereales de Ifriqiya y el Magreb atlántico, cera y miel, cueros, frutos secos, uva pasa de Málaga, pimienta de Guinea o malagueta, orchilla y grana, índigo, goma arábiga, fibras textiles (lana, lino, seda de Granada), alfombras, etc. La oferta occidental incluía también alimentos, en periodos de escasez -trigo, frutos- o habitualmente -sal, pescado-, a veces productos estratégicos -armas, pólvora, caballos- y manufacturas diversas, pero, sobre todo, pañería inglesa, en el siglo XV, y, en menor cantidad, la de otras procedencias como flamenca, italiana o catalana.
Más información Cruzada y misión
En la Baja Edad Media era general la idea de que una conquista o presión militar, mediante la cruzada, seria inevitable y previa para abrir paso a la Misión, aunque ésta se atuviera a los procedimientos recomendados por los autores del siglo XIII: uso del árabe y de otras lenguas vernáculas en la predicación y el rezo, adaptación a las costumbres locales, formación de misioneros nativos, etc. Pero las posibilidades de cruzada fueron escasas en los siglos bajomedievales en Oriente mientras que en la Península Ibérica los resultados fueron exitosos con la recuperación de Granada.
Más información Pontificado y cultura
El traslado del Pontificado a Aviñón, el Cisma y el auge del conciliarismo que finalizará con el triunfo del Papado definirán la historia de la Iglesia occidental en la Baja Edad Media. En cuanto a la cultura, durante este tiempo se aprecia una cierta secularización gracias al laicismo humanista mientras que en la espiritualidad movimientos de rígido ascetismo conviven junto a una escandalosa inmoralidad.
Más información Pontificado de Aviñón
La afirmación de la indivisibilidad de la soberanía será una arma que se vuelva contra el poder pontificio, a medida que los poderes temporales proclamen su autonomía durante la Baja Edad Media. La lucha no será ya la del Pontificado con el Imperio, muy debilitado en la segunda mitad del siglo XIII, sino con las Monarquías, que están afirmando su poder mediante el desarrollo de instituciones y la incorporación de juristas a su servicio; unas Monarquías cuya autonomía ha favorecido el propio Pontificado para debilitar las pretensiones universalistas imperiales.
Más información Enfrentamiento Francia-Pontificado
La situación de Sicilia será motivo de enfrentamiento entre Francia, Aragón y el Pontificado. Las tensiones entre los diferentes poderes llevarán a una etapa de negociación que se vería dificultada por la tardanza a la hora de elegir pontífice. Será Bonifacio VIII quien intente solucionar los problemas del Pontificado, entrando en un abierto enfrentamiento con Felipe IV de Francia.
Más información Felipe IV frente a Bonifacio VIII
Si la cuestión siciliana se solucionó con las paces de Anagni y Caltabellota el siguiente foco de conflicto occidental se abría entre Francia e Inglaterra. El papa Bonifacio VIII pretendió mediar entre ambos países y ante su escaso éxito, intentó frenar la guerra dejando a las monarquías sin los recursos procedentes del clero. Francia criticó esta medida y prohibió la salida de oro y plata de su territorio. Ante el conflicto provocado por los Colonia, Francia y el Pontificado llegaron a un acuerdo del que salía la monarquía beneficiada.
Más información Derrota de los postulados teocráticos
El enfrentamiento entre Felipe IV y Bonifacio VIII alcanzó su cénit cuando el monarca acusó directa y públicamente al Pontífice en una reunión de nobles y eclesiásticos. El papa contraatacó con una bula de excomunión pero fue hecho prisionero por los franceses, provocando una revuelta popular en Anagni.
Más información Presiones francesas al Papado
A la muerte de Bonifacio VIII fue elegido papa Benedicto XI, quien condenó los sucesos de Anagni pero llevó a cabo una política pacificadora y una intensa actividad diplomática con todo el mundo cristiano, abandonando Roma como capital. Su fallecimiento motivó la elección de un hombre vinculado a Francia: Clemente V. Las presiones francesas caracterizaron su pontificado, intentando eludirlas con elegancia. El nuevo elemento de presión francesa al pontífice será el juicio a los templarios. Este proceso será satisfactorio para el monarca francés, saliendo favorecido de su política de presiones sobre el Pontífice.
Más información Difícil retorno a Italia
La complicada situación de Italia bajo presiones del emperador Enrique VII, la política de Felipe IV de Francia comprometiendo en cada momento las decisiones pontificias e incluso el fantasma de la guerra entre Inglaterra y Francia llevarán a Clemente V a asentarse de manera provisional en Aviñón, ciudad dominio de los Anjou, que eran vasallos pontificios.
Más información El papado de Juan XXII
A la muerte de Clemente V el cónclave tuvo que reunirse dos veces por espacio de más de dos años para elegir a Juan XXII, hombre de 72 años que en principio parecía una solución de compromiso. Su pontificado se prolonga durante 18 años y pone en marcha un importante programa de reformas, asentándose en Aviñón. La creación de un eficaz sistema fiscal, la estricta regulación de los gastos y la organización de una administración eficazmente centralizada constituyen sus objetivos esenciales. Esta política también contó con un buen número de enemigos que pusieron en marcha escritos reformistas. Pero el verdadero problema surgió por las discusiones en torno a la pobreza de los franciscanos, lo que llevó a una querella que agudizó el enfrentamiento entre el Papado y el Imperio y facilitó un brote cismático.
Más información Enfrentamiento Papado-Imperio
El ascenso al cargo de emperador por parte de Luis de Baviera iniciará un periodo de enfrentamiento con el Papado. El emperador entró en Italia, llegando hasta Roma y apoyado por el potente partido gibelino, eligió a un antipapa al acusar a Juan XXII de hereje. Con la publicación del "Defensor pacis" se considera al Papado no como una institución de derecho divino, sino humano, que ha usurpado la autoridad del sacerdocio; además, su autoridad procede del pueblo que le elige, de tal forma que corresponde al Concilio de la Iglesia universal la potestad última. Una potestad únicamente espiritual, que debe estar sometida al Imperio en todo lo temporal. El cisma concluye cuando Luis se retira a Alemania y Juan XXII recluye al cismático en Aviñón. El ultimo conflicto entre el Papa y el Imperio concluía con un gran desgaste para ambos: Luis de Baviera había hundido su prestigio; el Papado había enterrado gran parte de sus recursos económicos y levantaba nuevos obstáculos para su vuelta a Italia.
Más información Hacia el pontificado de Aviñón
A la muerte de Juan XXII es elegido papa Benedicto XII, iniciando una política de reformas con la que colocar al Pontificado en su puesto correspondiente. Respecto a la política exterior intentó lograr la paz internacional, fracasando en líneas generales. Bajo la dirección de Benedicto XII, el Pontificado aparece, políticamente, más sometido a los intereses franceses. La sensación de que la estancia en Aviñón se convertirá en definitiva queda subrayada por la compra de la propia ciudad por Clemente VI. Este papa conseguirá que el Papado y el Imperio colaboren, inhibiéndose éste en la cuestión italiana al renunciar a cualquier proyecto de monarquía universal.
Más información Situación política italiana
La situación en Italia era bastante complicada durante el pontificado de Clemente VI. La presencia de tropas húngaras, la lucha por el poder en torno a la reina y los enfrentamientos con la Casa de Aragón, instalada en Sicilia, hicieron que el Mediodía italiano fuese causa de preocupación constante para la diplomacia pontificia. Los Estados Patrimoniales tampoco estaban exentos de problemas, incluso en la propia Roma se producen revueltas. En la zona norte surgen un buen número de señorías independientes. En esta situación de tensión, el objetivo principal del nuevo papa Inocencio VI será la solución de los conflictos italianos.
Más información Legación de Gil Alvarez de Albornoz
Para que el papa regresara a Roma era fundamental la pacificación de los Estados Patrimoniales. Para una delicada misión en la que se requieren por igual dotes militares, un fino facto diplomático y una gran capacidad de organización, Inocencio VI eligió al cardenal castellano Gil Álvarez de Albornoz, quien consiguió buena parte de sus propósitos. La tensa situación en Provenza alentaría al traslado pero Inocencio VI falleció en 1362, siendo sustituido por Urbano V. Los objetivos de su pontificado consisten en la pacificación de la Cristiandad, el impulso a la reforma, la realización de la cruzada, en la que podrían, además, ser empleadas las peligrosas compañías, la unión con la Iglesia griega, y el regreso del Pontificado a Roma.
Más información De nuevo en Roma
A pesar de las complicaciones existentes, Urbano V se trasladó a Roma en 1367. Complicaciones en la situación italiana y la reanudación del conflicto anglo-francés hicieron que el 5 de septiembre de 1370, después de una estancia de tres años en Italia, reembarcara Urbano V hacia su residencia provenzal. A su muerte fue elegido sucesor Gregorio XI teniendo como objetivo esencial, además de la organización de una cruzada contra los turcos, el retorno a Roma. El 7 de enero de 1377 Gregorio XI entraba en Roma.
Más información Proceso de centralización
El proceso de centralización e independencia respecto al Imperio que viven las monarquías europeas se pone de manifiesto también en el Pontificado ya que es, en cierto sentido, una monarquía más. El proceso de centralización requiere la creación de una importante organización administrativa que, a su vez, exige una eficaz estructura financiera. Durante la estancia del Pontificado en Aviñón se abordan esas imprescindibles tareas; al cabo de la misma, la Monarquía pontificia será la mejor organizada de las contemporáneas, pero tendrá que hacer frente a fuertes críticas.
Más información Aparato administrativo y fiscal
Cancillería, Cámara, Tribunales y Penitenciaría eran los organismos que integraban la administración central de la Monarquía pontificia. Para hacer frente a los gastos requeridos por la dimensión internacional del Pontificado, y para el mantenimiento de su máquina administrativa, contaba con unos ingresos escasos y anticuados; por ello, a pesar de afrontar duras críticas, hubo que desarrollar un sistema fiscal adecuado a las nuevas circunstancias.
Más información Resistencias a la centralización
Argumentos doctrinales, pastorales o económicos se esgrimen contra la obra de centralización, la creación de una poderosa organización administrativa y de un eficaz sistema fiscal que puso en marcha el Pontificado. Estas críticas se producen al temerse el nacimiento de una fuerte Monarquía pontificia, deseándose controlar su prestigio.
Más información El Cisma de Occidente
Entre la muerte de Gregorio XI (1378) y la elección definitiva de Martín V (1417) la Iglesia Occidental vive un periodo de ruptura con dos pontífices -Roma y Aviñón- y momentos en los que tres papas reclaman su legitimidad. Esta etapa recibe el nombre de Cisma de Occidente.
Más información Urbano VI y Clemente VII
Tras el fallecimiento de Gregorio XI se producen tensiones entre los miembros del cónclave. El primer elegido sería Urbano VI pero algunos cardenales piensan que han cometido un error en la elección y se inclinan por otro candidato. El nuevo elegido es Clemente VII. La ruptura entre cardenales y papa es un hecho consumado y la solución no es nada fácil.
Más información División de la cristiandad
Las diferentes potencias de la Cristiandad, tras la perplejidad inicial, fueron alineándose con cada uno de los Papas -Urbano VI y Clemente VII-, teniendo en cuenta, esencialmente, sus intereses políticos. En algún caso la toma de posición se retrasó un tiempo; hubo cambios de partido, a veces reiterados. En mayo de 1379 Clemente VII embarcaba rumbo a Aviñón y se consolidaba la división.
Más información Proyectos de solución
Desde el primer momento aparecen proyectos de solución del cisma abierto con la elección de Urbano VI y Clemente VII. El recurso a la fuerza o la convocatoria de un concilio universal serán las más barajadas. Las universidades entienden que les corresponde jugar un papel activo en la solución del conflicto y la de París propone tres soluciones: la primera solución, "via cessionis", consistía en la abdicación voluntaria y simultanea de ambos Papas seguida de una nueva elección; la "via compromissi" preveía el estudio de los derechos de ambos Papas por una comisión arbitral que decidiría en conciencia a quien correspondía la legitimidad; la "via concilii", proponía la reunión en concilio de la Iglesia universal que resolvería el problema.
Más información La "Via Cessionis"
La elección de Benedicto XIII en sustitución de Clemente VII introdujo más inconvenientes al Cisma ya que la propuesta defendida por él -"via conventinis"- no contaba con el beneplácito de ningún país. El acercamiento entre Francia, Castilla e Inglaterra motivó que Benedicto XIII fuera invitado a abdicar, siéndole retirada la obediencia si no lo hacía. La tensión crecía por momentos.
Más información La sustración de obediencia y su fracaso
Las presiones sobre Benedicto XIII llevaron a la votación de una sustracción de obediencia liderada por Francia. La votación fue un auténtico modelo de irregularidad y Benedicto XIII no aceptó el resultado, esperando que el paso del tiempo le favorecería. Los apoyos con los que contaba motivaron que la sustracción fracasara.
Más información Via Compromissi y Via Conventionis
Via Compromissi y Via Conventionis
La situación de ambos papas -Bonifacio IX y Benedicto XIII- en estos años no es muy cómoda, existiendo tensiones en el seno de sendas cortes pontificias. Existen contactos entre ambas como la "via conventiones" pero se saldan con fracasos. La muerte de Bonifacio IX y la elección de Inocencio VII no solucionará la tensión al igual que su sucesor Gregorio XII, si bien es cierto que éste planteó la celebración de una entrevista que fracasará.
Más información Fracaso de la entrevista pontificia
La universidad de París había planteada la "via conventionis" como solución al Cisma abierto entre Roma y Aviñón. Esta solución pasaba por una entrevista entre ambos pontífices -Benedicto XIII y Gregorio XII-, entrevista que no se realizará. Sin embargo, los Colegios cardenalicios de ambos pontífices abrieron la posibilidad de una vía conciliar como solución al conflicto.
Más información Apertura de la vía conciliar. Pisa
El agotamiento de todos los medios para resolver el Cisma hacía lícita una sustracción general de obediencia; la vacante debería ser cubierta por un concilio para cuya convocatoria tenían los cardenales la más caracterizada autoridad. El concilio se reunió en Pisa donde Alemania, la Orden Teutónica, Polonia, Inglaterra y Francia enviaron representantes a sus sesiones. La parcialidad del Concilio estaba demostrada.
Más información La obra del Concilio de Pisa
Para solucionar el Cisma se reunió un Concilio en Pisa en el año 1409. Allí se eligió como papa a Alejandro V. El revolucionario intento de terminar con el Cisma había dado lugar a un cisma tricéfalo, disipaba la esperanza de una abdicación de los Papas y, lo más grave, estaba haciendo nacer Iglesias nacionales autocéfalas. El objetivo final de los reformadores conciliaristas era un Pontificado pobre y carente de influencia, es decir, sometido a las Monarquías.
Más información Alejandro V y Juan XXIII
A la muerte de Alejandro V fue elegido como papa Juan XXIII. De esta forma se mantenían los tres pontífices: Juan XXIII, Gregorio XII y Benedicto XIII. La solución a esta situación, aparentemente estancada, procederá de Alemania, donde, el 21 de julio de 1411, había sido elegido unánimemente Segismundo como rey de romanos. El se convertiría en el más entusiasta impulsor de una solución para la división de la Iglesia. El peligro turco, ante cuyo ataque se hallaba, como rey de Hungría, en primera línea, hace que esta cuestión sea para él de primera importancia. El concilio de Constanza intentará acabar con el conflicto.
Más información El Concilio de Constanza
Para solucionar el conflicto existente en el seno de la Iglesia de Occidente se planteó la dimisión de los tres papas -Benedicto XIII, Juan XXIII y Gregorio XII- y la preparación de un Concilio que elija a uno nuevo. Este concilio tuvo lugar en Constanza en 1414. Gregorio XII admitió la abdicación pero Juan XXIII tuvo que ser apresado y Benedicto XIII se recluyó en Peñíscola.
Más información Aislamiento de Benedicto XIII
Cautelosamente, Castilla, Aragón, Navarra y el condado de Foix fueron cediendo hasta acordar retirar obediencia a Benedicto XIII tras un triple requerimiento para que abdicase. El 14 de noviembre, Benedicto XIII hizo pública su decisión de no abdicar jamás. A finales de noviembre de 1416, el concilio de Constanza ponía en marcha, con la citación del Pontífice, el proceso que iba a conducir a su deposición en la sesión 37, de 26 de julio de 1417.
Más información Elección de Martín V
A finales de octubre de 1417, el concilio aprobó el complejo sistema electoral. Serían electores los cardenales, más seis delegados de cada nación. El elegido debería obtener mayoría de dos tercios de los cardenales y también en el seno de cada una de las naciones. El 11 de noviembre era elegido Otón Colonna, nombrado cardenal por Inocencio VII, que tomaba el nombre de Martín V. Los problemas más acuciantes para el nuevo Papa proceden del proyecto de vuelta a Roma, íntimamente relacionado con la compleja situación política italiana que, a su vez, se halla en relación con la permanencia de Benedicto XIII en territorio del Reino de Aragón, los intereses de Alfonso V en Italia y un nuevo recrudecimiento del Cisma.
Más información Extinción del Cisma
La muerte de Benedicto XIII motivará la elección por sus cardenales de un nuevo pontífice, Clemente VIII apoyado por Alfonso V de Aragón. De esta manera el aragonés resucitaba el Cisma, sin otro interés que disponer de elementos de presión que emplear contra el Pontificado en la escena política italiana. La compleja legación que el cardenal Pedro de Foix desarrolla en Aragón entre enero de 1425 y noviembre de 1429 llevará a la búsqueda de una vía de entendimiento, largamente negociada, que conducirá a la final extinción del Cisma.
Más información El Conciliarismo
El conciliarismo pretendía reducir la autoridad del Pontífice al papel de un mero ejecutor de la voluntad colectiva del pueblo cristiano, expresada a través de los concilios; aplicando las directrices aprobadas en ellos, gobernaría la Iglesia con el consenso de los cardenales. La solución conciliar por antonomasia fue Constanza. No obstante, en virtud del decreto "Frequens", se establece el principio de la periodicidad de convocatoria de concilios.
Más información Convocatoria del Concilio de Basilea
Los objetivos del concilio de Basilea, convocado en 1431 eran los siguientes: reforma, extirpación de la herejía, muy en particular la de Bohemia, paz entre los Reinos cristianos y unión con la Iglesia griega. La paz entre las naciones cristianas se convierte en el gran objetivo del Concilio. Sin embargo, el ambiente en que se trata esa larga serie de problemas no es, sin embargo, el adecuado. El grave conflicto entre el Papa y el Concilio, situación a que inevitablemente aboca el conciliarismo, impide la necesaria tranquilidad de espíritu y sitúa a la Iglesia ante una nueva ruptura.
Más información Aparente rendición de Eugenio IV
En los meses siguientes a la apertura del concilio de Basilea se irá desplomando la posición de Eugenio IV al incrementarse el número de deserciones; el Papa cederá sólo cuando sea inevitable y aun así se mantendrá firme en los principios, dejando siempre resquicios por los que éstos puedan ser puestos a salvo. Las profundas diferencias entre Papa y Concilio se ven incrementadas a causa de la permanente invasión, por la asamblea, de la esfera de actuación propia del Pontífice, y por la distinta forma de entender los propios objetivos del Concilio: la reforma consiste, para algunos, en un arma para limitar el poder del Papado.
Más información Preocupaciones hispánicas
Cada una de las Monarquías cristianas tiene sus propios objetivos de reforma. Castilla era, desde los tiempos de Constanza, un firme apoyo del Pontificado; su presencia en el Concilio, y su firme alianza con Francia, habían de tener repercusiones en las tareas conciliares, en particular en la cuestión de la reforma. Los problemas de jurisdicción provocaban enfrentamientos con Aragón y Navarra. Las peticiones portuguesas ante el Concilio provocarán sucesivas protestas castellanas, y desatarán un duro debate sobre los derechos a Canarias.
Más información Problemas anglo-franceses
El enfrentamiento franco-inglés y la alianza anglo-borgoñona había de tener un amplio tratamiento en el Concilio por lo que, en sí mismo, suponía de obstáculo a los objetivos del mismo. Lograr la paz era también un motivo de prestigio, tanto para el Concilio como para Eugenio IV; así, la búsqueda de la paz será un nuevo motivo de enfrentamiento entre Papa y Concilio.
Más información Negociaciones con Bizancio
Al inicio del concilio de Basilea se plantea la unión de la Iglesia romana y griega como uno de los objetivos fundamentales. Por parte de ambas Iglesias existían deseos de acercamiento pero cuestiones de método y de elección del lugar de la reunión conjunta abrirán las heridas entre Eugenio IV y el concilio. La ausencia de entendimiento entre ambos motivó la inquietud en las autoridades griegas, llegando la embajada griega a protestar oficialmente por el retraso.
Más información División del Concilio
La designación de sede para el futuro concilio en el que se trataría sobre la unificación de las Iglesias romana y griega motivaría el enfrentamiento entre el papa Eugenio IV y el concilio de Basilea, incluso entre los representantes reunidos en él. La división del concilio se puso de manifiesto cuando un grupo elegía Aviñón parta celebrar dicha reunión y otro se inclinaba por Florencia.
Más información El Concilio frente al Papa
Siendo imposible el dialogo entre concilio y pontífice, Eugenio IV, en septiembre, declaraba clausurado el Concilio de Basilea y convocaba un nuevo sínodo en Ferrara, de acuerdo con el concilio, entiéndase aquella parte del Concilio que había tomado esta decisión. Por parte conciliar la respuesta fue contundente también: se declaró contumaz al Papa y se anunció que el Concilio procedería en consecuencia. De nuevo, el Cisma.
Más información De nuevo, el Cisma
El concilio de Basilea depone al papa Eugenio IV y elige uno nuevo, Félix V, lo que abre de nuevo el cisma en la Iglesia occidental. Fuera de sus Estados, Félix V no obtuvo más que parciales reconocimientos; las naciones se habían apartado del Concilio en el último momento por temor al inminente nuevo Cisma. Así, aunque muchos siguen defendiendo la superioridad conciliar, se aproximan a Eugenio IV. La solución al cisma vendrá de la mano del nuevo pontífice Nicolás V quien actuó de manera flexible y firme al mismo tiempo en la cuestión. Félix V abdicó el 7 de abril de 1449.
Más información Triunfo del Pontificado
El cansancio general tras el concilio y el cisma favorecía que Nicolás V pudiese ser el Papa de la concordia. La reconstrucción de la autoridad pontificia y la aplicación de las necesarias reformas fue el objetivo esencial de las legaciones destinadas a diversos países europeos; brillantes por los medios desplegados y por las personalidades que fueron situadas a su frente, sus resultados fueron sumamente modestos. Sus sucesores Calixto III y Pío II continuaron con la línea de reforzamiento del papel del Pontificado frente a los conciliaristas.
Más información Primacía de lo temporal
La primacía de las preocupaciones temporalistas del Pontificado le reduce a la condición de un príncipe italiano más, inmerso, como todos, en la ininteligible política italiana, mientras la preocupación general por la dirección de la Cristiandad escapa de su horizonte. El resultado de la actitud pontificia es el reforzamiento del control de las grandes Monarquías del momento sobre sus respectivas Iglesias nacionales.
Más información El brillo principesco
El profundo desgaste que significa, primero, el Cisma, y, luego, el conciliarismo imponen una orientación determinada al Pontificado. Ante unas Monarquías cuyo crecimiento es evidente, el Pontificado ira dejando en manos de aquellas el control de las respectivas Iglesias, a cambio de obtener apoyo frente a la revolución conciliarista; la firma de concordatos, o la aplicación de tal sistema, aún no escrito, es el hecho habitual a lo largo del siglo XV. A pesar de estas concesiones, importantes sectores de la Iglesia siguen considerando imprescindible la Reforma, tanto más cuanto la Curia viene siguiendo un agudo declive moral.
Más información Situación alemana e italiana
Pese a todas las dificultades, el Concilio era para el Imperio el medio de solucionar sus graves problemas, y donde serían tratadas las numerosas cuestiones pendientes para lograr la total pacificación. La propuesta alemana de reforma, aprobada en la dieta de Maguncia, guarda estrecha relación con la francesa; se queda en cuestiones disciplinares, beneficiales o formales, importantes sin duda, pero no plantea una auténtica y profunda reforma, como la demandada, y puesta en ejecución hacía tiempo, por Castilla. Prestó el Concilio una gran atención a la situación política italiana, sumamente compleja; no había un gran interlocutor, como en el caso de las demás Monarquías, pero los asuntos italianos constituían circunstancias modeladoras de las decisiones conciliares.
Más información Cultura y espiritualidad
Las convulsiones sociales, la presencia de la guerra como un hecho permanente y las duras oleadas de peste que recorren Europa, causas y consecuencias de sí mismas, inducen a la toma de posturas y sentimientos contrapuestos y extremos: el más absoluto idealismo y el realismo más desgarrado; movimientos de rígido ascetismo junto a una escandalosa inmoralidad. Aunque la cultura sigue estando en manos de los clérigos, se aprecia una cierta secularización: el laicismo humanista, cuyos primeros esbozos se atisban ahora.
Más información Innovaciones intelectuales
Durante todo el siglo XIII ha venido produciéndose un crecimiento de la filosofía que ha penetrado incluso en el ámbito de la teología; la irrupción de Aristóteles, y las diversas interpretaciones y posturas adoptadas ante él, son la causa del debate intelectual y del nacimiento de diferentes escuelas. El gran esfuerzo intelectual de asimilación de Aristóteles ha sido realizado por santo Tomás y expuesto en la "Summa Theologica". El pensamiento vive un duro debate entre escuelas que enfrenta a franciscanos con dominicos, la vía moderna en contraposición a la vía antigua, debate que se extiende a toda la sociedad cristiana.
Más información Guillermo de Ockham
El pensamiento de Ockham se apoya esencialmente en tres bases. En primer lugar, el mundo no esta regido por leyes universales y necesarias, sino únicamente por la voluntad de Dios, que puede modificar cuanto guste. En segundo lugar, rechaza como demostración todo lo que no sea evidente o deducción necesaria de una proposición evidente, y, en tercer lugar, un empirismo radical, negador de todo otro hecho que lo singular, a partir del cual la inteligencia humana construye nociones universales, términos abstractos a través de los cuales analiza los seres concretos.
Más información La teoría política
A lo largo de la Baja Edad Media encontramos numerosas disputas entre el poder político -representado por las Monarquías y el Imperio- y el poder espiritual en manos del Pontífice. La firme defensa de la autoridad pontificia recibe una amplia contestación por parte de juristas al servicio de la Monarquía francesa y del Imperio. Partiendo de la plena autonomía del poder temporal, pasaron a reclamar una indirecta participación en lo espiritual, un cierto control de los bienes del clero, para acabar atacando el centralismo y la fiscalidad pontificios y poner en tela de juicio el fundamento y alcance de la autoridad pontificia y la constitución de la Iglesia.
Más información El "Defensor pacis"
El "Defensor pacis" fue concluido en 1324 por Marsilio de Padua en colaboración con Juan Jandún y en él se hace un radical ataque a la autoridad temporal del Pontificado y a su primacía por lo que debe ser considerado como punto de partida de la ruptura de la Cristiandad. El "Defensor pacis" lleva al terreno político la separación entre fe y razón y entre el fin material y espiritual del hombre; ello se traduce en una estricta diferenciación entre el poder espiritual y el temporal: aquél atiende, con ayuda de la revelación, al fin eterno, y el poder temporal regula la vida de los hombres y asegura la paz, con el apoyo de los filósofos.
Más información Las universidades
La guerra entre Francia e Inglaterra, las nuevas demandas de reforma o vías de piedad, la ruptura de la Cristiandad o el problema conciliar, aun no siendo problemas académicos tuvieron una incidencia decisiva en el mundo universitario, produciéndose fuertes debates intelectuales alrededor de estos temas. La universidad perderá la unidad de sus enseñanzas y la universalidad de su cultura. La ruptura de esa unidad tiene una evidente manifestación en la proliferación de centros universitarios, lo que no significa un crecimiento paralelo del número de alumnos. El desarrollo de los Estados y la creciente burocratización, convirtió a la universidad en el centro ideal de formación de esos burócratas al servicio de las Monarquías. La universidad pierde el carácter universalista que había caracterizado su nacimiento; pierde también una parte de su autonomía.
Más información El Humanismo italiano
El Humanismo es tan medieval como lo son los siglos XIV y XV; nace en ambientes burgueses y urbanos como respuesta a inquietudes culturales no satisfechas por la cultura clerical y el método escolástico; responde a una mentalidad que se niega a la aceptación, sin más, de autoridades, que gusta de la observación, y que busca en las obras de la Antigüedad clásica un modelo y una fuente de inspiración. El Humanismo es, esencialmente, una forma de entender la vida y el hombre, que pasa a ser el centro de una sociedad menos teocéntrica de lo que ha venido siendo hasta ahora. En Italia podemos hablar de tres fases en la cronología del Humanismo, marcada la primera en el siglo XIV por Dante, Petrarca y Bocaccio; la segunda en la primera mitad del siglo XV con autores como Alberti, Bruni y Niccolini; y la tercera en la segunda mitad del XV con los centros de Florencia, Nápoles y Roma, donde destacan Lorenzo Valla, Marsilio Ficino o Pico della Mirandola.
Más información El Humanismo europeo
El Humanismo europeo
Desde Italia el Humanismo se difunde por todos los países europeos gracias a las relaciones diplomáticas y económicas existentes. Las diferencias son en ocasiones significativas entre los diversos planteamientos humanistas, aunque los matices no provocan cambios significativos en la filosofía esencial del movimiento. Alemania, Países Bajos, Francia, Inglaterra, Portugal, Castilla y Aragón crean particulares escuelas de gran florecimiento cultural en las que destacan figuras como Erasmo de Rotterdam, santo Tomás Moro, el cardenal Gil de Albornoz o Jacques Lefevre d´Etaples.
Más información Una religiosidad más personal
La Baja Edad Media es una época de profunda religiosidad, más íntima y personal, con una mayor presencia de los laicos en la vida de la Iglesia; una profunda aspiración a vivir una vida cristiana más auténtica lleva a fuertes críticas a la realidad presente, de la que, a veces, se hace responsable al clero. Esas aspiraciones se concretan en demandas de reforma a las que se den respuestas de gran fecundidad, pero también soluciones que se sitúan al margen de la heterodoxia.
Más información Vida de fe y devociones
A través de la parroquia se desarrolla en la Edad Media la vida religiosa y también de relación social, y la formación de los laicos en los misterios de la fe. La misa constituye el eje de la vida cristiana; se produce un gran desarrollo del culto eucarístico aunque la comunión no es una práctica demasiado frecuente, de modo general; la obligación de confesión al menos una vez al año; la penitencia que cumple la función esencial de dirección espiritual; la aparición de la muerte como una dolorosa ruptura, realidad que impone una piedad un tanto angustiada por la presencia del infierno, pero también la necesidad de actos meritorios que garanticen la felicidad eterna; debido al extraordinario desarrollo que adquiere el culto a la Virgen las oraciones dedicadas a ella conocen, desde ahora, un notable desarrollo; o el aumento de las devociones a los santos son algunas muestras de la vida de fe y devociones que el cristiano llevaba en la época bajomedieval.
Más información Demandas de reforma
A lo largo de la Baja Edad Media es evidente la existencia de un espíritu de reforma, que recorre amplios sectores de la Iglesia, y que lleva a proponer las más diversas soluciones: desde modificaciones de carácter jurídico o pastoral a rotundas transformaciones del entero edificio jerárquico de la Iglesia, cuya destrucción pura y simplemente pretenden otros. No podemos hablar de una reforma, sino de un conjunto de reformas parciales, en un Reino, en una diócesis u orden religiosa, que responderán de manera muy diversa al espíritu general de reforma. Tal adversidad producirá frutos espirituales de gran importancia, pero también conducirá a respuestas radicalmente heterodoxas.
Más información Reforma y laicos
El movimiento de reforma extendido por Europa durante la Baja Edad Media como vehículo de renovación de la vida de los laicos y de las órdenes religiosas y monásticas se denomina "devotio moderna". Su base es la contemplación y la unión con Dios, a través del conocimiento de la Escritura, la oración y la iluminación divina, indiferente del estado clerical o laico. La "devotio moderna" insistía más en una espiritualidad personal que requiere un método de vida y una dirección espiritual: también una ejercitación espiritual que insiste en el propio conocimiento y en el diálogo con Cristo, un Dios próximo, más que en el conocimiento de su esencia, escolástico y lejano; una religiosidad de lo habitual, muy diferente de la popular medieval, que gustaba de lo inaudito.
Más información Reforma del monacato
La crisis económica, los desórdenes introducidos por las oleadas de peste, o por las acciones bélicas, las nuevas inquietudes espirituales o la tremenda convulsión que significa el Cisma son algunas de las complejas causas que llevarán a las órdenes monásticas a iniciar un proceso de reforma que tendrá una incidencia particular en cada uno de los países de occidente.
Más información Reforma de la órdenes mendicantes
Al igual que en el monacato, en todas las órdenes mendicantes, y en cada una de las divisiones en que el Cisma las rompe, se hallan figuras que, penetradas del espíritu que la "devotio moderna" ha propagado, abogan por una reforma, que no lo es de las estructuras de la orden, sino individual de cada religioso que ha de volver al espíritu fundacional de la orden.
Más información Respuestas heterodoxas
Entre las corrientes de reforma que se producen durante la Baja Edad Media encontramos algunas soluciones que se apartan de la ortodoxia, o que ofrecen aspectos heterodoxos, atrayendo sobre ellas la desconfianza o, simplemente, la acción represiva de la jerarquía. Quizá las más importantes sean la de John Wyclif en Inglaterra y Juan Hus en Checoslovaquia, apreciándose en ambas el germen del futuro reformismo protagonizado por Lutero en el siglo XVI.
Más información Asia y Africa
Grandes civilizaciones surgirán en el continente asiático durante la Edad Media, siendo el mundo de las estepas el principal nexo de unión entre las zonas oriental y occidental, llegando su influencia incluso a Europa. La historia de África en los tiempos llamados Medios refleja claramente la variedad cultural que condicionará su historia religiosa, económica y social.
Más información Asia en la Edad Media
Grandes civilizaciones surgirán en el continente asiático durante la Edad Media, siendo el mundo de las estepas el principal nexo de unión entre las zonas oriental y occidental, llegando su influencia incluso a Europa.
Más información China
En época bajomedieval China vivirá tres etapas: la época S´ung, la dinastía Yuan y la dinastía Ming, desarrolladas cronológicamente entre 960 y 1644.
Más información Epoca S´ung
Entre los años 960 y 1279 se desarrolla en China la época Sung, primero en el norte con capital Kaifeng y más adelante en todo el territorio chino. La política exterior de los Sung nunca tuvo propósitos anexionistas. La norma a seguir fue el mantenimiento del statu quo y la contención de los pueblos nómadas, no la expansión. La administración y la cultura fueron los pilares de esta dinastía. La producción agrícola aumentó gracias a las mejoras técnicas, alas nuevas semillas y al mejor control del agua gracias a la construcción de canales.
Más información Dinastía Yüan
Entre 1279 y 1368 se desarrolla en China la dinastía mongola de los Yüan, época de dominación extranjera y fin de la China Clásica. La conquista de China es obra de Kublai.
Más información Dinastía Ming
La etapa final de la Edad media china está dominada por la dinastía Ming, momento que, tanto cultural como políticamente, fue una de las épocas más importantes de China, y la que determinó la concepción europea sobre la nueva China. La pintura, la cerámica, la arquitectura, la artesanía, la literatura, la filosofía brillaron como nunca. El periodo Ming se caracterizó por dos factores esenciales: el nuevo y creciente sentimiento nacional de los chinos, que se desarrolló hasta dar lugar a un nacionalismo popular, y el fortalecimiento de la burguesía, que alcanza la máxima importancia como portadora de la cultura.
Más información El Japón feudal
La Plena Edad Media japonesa vive la decadencia de la era Fujiwara y el inicio de la era de Kamakura o del shogunato. De esta manera, la Monarquía japonesa se transformó en una realeza feudal, sometida a los shogún, convertidos en verdaderos soberanos hereditarios establecidos en Kamakura, al norte del país, con una administración independiente de la imperial.
Más información India
La Plena y Baja Edad Media de la India se caracterizara por el asalto musulmán que fundará el sultanato de Delhi, desde donde se declaró la guerra santa al hinduismo y se ampliaron los dominios hacia el sur. Las provocaciones mongolas acabaron con la incursión de Tamerlán (1398) y la división de la India en Estados independientes. La conquista musulmana del norte de la India cambio profundamente la sociedad hindú, su cultura tradicional y sobre codo su estructura política.
Más información Vietnam
El reino de Champa -que ocuparía la zona del actual Vietnam- se alejó del mundo indio para acercarse al vietnamita, protegiéndose así de los ataques mongoles. En el siglo XIV se produce su decadencia, siendo saqueado en varias ocasiones por un aventurero y ocupado definitivamente por los vietnamitas.
Más información Camboya
La dinastía Sonnen sube al poder en Camboya en los inicios del siglo XI, alcanzando un periodo de esplendor en la centuria siguiente al ocupar el sur de Indochina y someter Champa. Sin embargo, los ataques chams provocaron un periodo de inestabilidad. El renacimiento de Camboya fue obra de Jayavarman VII, ampliando sus territorios y dotando a sus súbditos de una serie de obras de infraestructura de gran utilidad: carreteras, hospitales, templos. La decadencia del poderío khmer se inicia en el siglo XIII.
Más información Birmania
La actual Birmania estaba ocupada por el reino de Pagán que alcanzó cierto esplendor entre los siglos XI Y XII. En la centuria siguiente inicia cierta decadencia que alcanza la ruina debido a la actitud excesivamente piadosa de algunos monarcas. En 1277 los mongoles derrotaron a los birmanos lo que motivó que el reino de Pagán se disgregara. La descomposición del territorio permitió la aparición de pequeños reinos.
Más información Insulindia
En el siglo XII se produce la expansión javanesa fuera de la isla y se inicia una nueva Edad de Oro. En el siglo XIII se produjeron una serie de disturbios que llevaron al establecimiento de una nueva capital, Majapahit, desde donde se consiguió extender rápidamente el dominio sobre la mayor parte del archipiélago indonesio. Se había iniciado la llamada Edad de Oro de Majapahit que duraría hasta finales del siglo XIV. En 1478 Majapahit cayó en poder musulmán.
Más información El mundo de las estepas
De todos los pueblos nómadas de las estepas, los turcos fueron los primeros en construir un imperio asiático; sus extensas conquistas fueron el primer precedente medieval de las realizadas siete siglos más tarde por los mongoles. En el siglo XIII éstos transformaron profundamente el mundo euroasiático desde la parte más oriental de Alemania hasta Corea.
Más información Los mongoles
Numerosas tribus nómadas se asentaron en Mongolia. Los mongoles poseían una estructura social compleja, ya que el poder perteneció a una aristocracia jerarquizada con jefes de clanes o de grandes familias. Por debajo de la aristocracia, la gran masa nómada perteneció a la clase de los hombres libres, y era la que proporcionaba los guerreros. Finalmente estaban los siervos colectivos.
Más información Gengis-Khan y sus conquistas
La obra fundamental de Gengis-Khan fue la conversión de las tribus mongolas, que en su conjunto no llegaban a 2 millones de personas, en la máquina de guerra más eficiente conocida hasta aquel momento. Transformó por vez primera una nación nómada en un Estado, tratando de mezclar a las comunidades étnicas a las que sometió destruyendo el antiguo orden social. Las conquistas de Gengis-Khan fueron de tal envergadura, que llegaron a invadir Japón y Java treinta años después de que sus ejércitos se detuvieran en las fronteras del imperio alemán. Las conquistas continuaron con su hijo Ogodei quien derrotó a alemanes, polacos y húngaros, llegando al Adriático. El gran imperio de los mongoles se dividió definitivamente hacia 1260 en cuatro grandes áreas: La Horda de Oro (la más occidental), el khanato de los Iljamíes de Irán, el de Yagathai en Asia Central y el imperio chino.
Más información Imperio Timúrida
En el khanato del Turquestán la nobleza turca arrebató el poder a los mongoles, siendo este territorio el impulsor de un segundo Imperio mongol creado por Tamerlán. Primero sometió Persia y parte de Asia Menor; entre 1376-1378 luchó contra la Horda Blanca de Siberia occidental y en 1391-1395 contra la Horda Amarilla. En 1397 sometió Jorezm y en los años 1398-99 emprendió una campaña contra la India, destruyendo Delhi. En 1400 conquista Siria, un año después tomó Bagdad y en 1402 venció al ejército otomano del sultán Bayaceto. Su obsesión fue la conquista de China en cuya campaña murió. La grandiosidad territorial del imperio de Tamerlán careció de la más mínima homogeneidad institucional y administrativa. Samarcanda, capital del imperio timúrida, se convirtió en una esplendorosa y rica metrópoli.
Más información Africa en la Edad Media
Cuatro ámbitos geográficos se desarrollan durante la Edad Media en África: la zona suprasahariana, la subsahariana -donde encontramos los Imperios de Malí, Songhay y Kanem-Bornu así como las ciudades-estado hausa y los reinos feudales-, la zona austral -con el reino de Benín, las ciudades-estado yoruba, los reinos bantúes, Zimbabwe y Monomotapa- y la zona oriental e Indica -donde encontramos ciudades-estado islamizadas, Nubia y Abisinia-.
Más información Africa Suprasahariana
En Egipto el esplendor fatimí deja paso a la dinastía ayyubí que tiene en Saladino a su gran sultán. Los mamelucos (esclavos turcos) sustituirán a los ayyubíes. El régimen mameluco llevó a Egipto a días de gloria en el campo militar, de las artes y de las letras, siendo grandes constructores de suntuosas obras públicas. En el Magreb se suceden los Imperios Almorávide y Almohade con implicación ambos en los asuntos hispánicos al ser solicitada su colaboración por los reinos de taifas ante los avances cristianos. De la descomposición interna del Imperio Almohade surgieron varios pequeños reinos independientes.
Más información Africa Subsahariana
Varias áreas geopolíticas se manifiestan en el Africa Subsaharina: el Imperio de Malí, el Imperio de Songay, el Imperio Kanem-Bornu, las ciudades-estado hausa y los reinos feudales.
Más información Imperio de Malí
El pueblo de los mandingos formaría el Imperio de Malí entre el siglo XIII y el XVI. El siglo XIV supuso el apogeo del imperio Malí con el gran mansa o rey Kanku Musa (1312-1337) que abrió totalmente las fronteras de su Estado a las comerciantes arabo-beréberes, lo que supuso una islamización del Imperio. La llegada de los portugueses a la costa de Gambia permitió a los comerciantes mandingos a fines del siglo XV y a lo largo del siglo XVI una nueva época de florecimiento.
Más información Imperio de Songhay
A partir de 1400 los príncipes songhay de Gao comenzaron a independizarse de Malí hasta que alcanzaron la plena independencia con Sonni Alí Bar (1464-1492), verdadero artífice del imperio songhay. Constituyó en veintisiete años un poderoso imperio que iba desde Nigeria hasta la actual región de Segu. Entre 1464 y 1468 el imperio songhay controló el vital eje comercial Tombuctú-Djenné y de esta manera de todo el comercio transahariano. Con Mohamed I el Imperio llegaba a su esplendor, produciéndose la islamización de la sociedad.
Más información Imperio Kanem-Bornu
Entre los siglos IX y XIX se constituyó en las orillas del lago Chad el Imperio de Kanem-Bornu. Su expansión está ligada al desarrollo del comercio transahariano, por las rutas que conducían hasta Tripolitania y Egipto. La base del poder de los soberanos de este reino fue la tradición religiosa animista, que nunca fue abandonada, a pesar de que en el siglo XI un rey llamado Humé se convirtió al Islam, produciéndose una sociedad en que las clases dirigentes y los grupos de comerciantes se islamizaron, mientras la mayoría de la población permaneció fiel a sus antiguas creencias animistas.
Más información Ciudades-Estado hausa
Entre los siglos XIV y XVI entre el río Níger y el lago Chad se desarrolla una entidad política constituida por ciudades-estado. Los hausa se habrían ido extendiendo desde su ciudad-madre de Daura, llegando a formar una serie de ciudades-Estado, de entre las que destacan las llamadas siete ciudades legitimas. El Islam fue introducido en estas ciudades, a finales del siglo XIV, por comerciantes malinkés pero la mayoría de la población mantuvo sus ritos ancestrales.
Más información Reinos feudales
Una serie de reinos como los mosi, sereres, baga y zolof entre el río Níger y el lago Chad presentan una serie de caracteres similares a los Estados feudales de Europa ya que los reyes vasallos prestaban juramento y recibían una especie de investidura de un rey superior o emperador, al que pagaban tributo y abastecían de fuerzas.
Más información Nigeria y Africa austral
El Reino de Benín, las ciudades-estado yoruba, los reinos bantúes, Zimbabwe y Monomotapa son los estados que se desarrollan en el África centro-austral durante la Edad Media.
Más información Reino de Benín
Reino de Benín
En el siglo XI se funda el reino nigeriano de Benín donde se desarrolla un importante arte escultórico figurativo con una función político-religiosa en las ceremonias de culto y en los rituales de los reyes, cuyos poderes tenían casi siempre una base religiosa. La base del poder económico de los reyes era el monopolio sobre el comercio de esclavos.
Más información Ciudades-Estado Yoruba
En la actual Nigeria se forman una serie de ciudades-Estado yorubas hacia el siglo XI, unidas por elementos culturales y artísticos ya que no tuvieron vinculación política, siendo su vínculo el sentimiento de unidad étnica.
Más información Zimbabwé y Monomotapa
A principios del siglo XV toda la región de los ríos Zambeze y Limpopo quedó bajo el control de un poderoso jefe llamado Nzatsimba, que tomó el nombre de guerra de "Moutapa", y que su título de Mwene Moutapa (rey Moutapa) daría origen a la palabra Monomotapa. Con su nieto Niaima se desintegra el Imperio en diferentes reinos cuyas riquezas serán controladas por los portugueses y los mercaderes islámicos.
Más información Reinos bantúes
El reino del Congo será el principal entre los reinos bantúes. Su formación se fecha en el siglo XIII y el contacto con los portugueses en el siglo XV motivará la cristianización de una parte del reino. El Congo era un reino rico cuyas bases económicas eran la pesca, la piel y el marfil de los elefantes, y la extracción de aceite, vino y vinagre de las palmeras.
Más información Africa Oriental e Indica
Durante la Edad Media en el ámbito geográfico del África oriental e índica encontramos dos grupos de pueblos: los islamizados y los cristianizados -Nubia y Abisinia-.
Más información Ciudades-Estado islamizadas
Entre los siglos XIII y XIV las ciudades-estado islamizadas alcanzan su periodo de prosperidad. Estas culturas costeras controlaron una serie de islas como las Comores, e incluso llegaron a asentarse en el norte de la gran isla de Madagascar.
Más información Nubia
La dinastía ayyubí de Egipto realizó las primeras incursiones en tierras nubias, incursiones incrementadas con los mamelucos que colocaron en el trono nubio a un rey títere islamizado en 1316.
Más información Abisinia
Hacia 1250 se debió iniciar la civilización etíope. Este nuevo reino cristiano tuvo que superar duras pruebas para sobrevivir rodeado enemigos, ya fuesen musulmanes en el Norte y en el Este, o de pueblos animistas en el Sur y el Sudoeste. La cabeza del clero etíope era el patriarca de Alejandría.
Más información La Inglaterra de la conquista
A la muerte del rey Eduardo el Confesor sin herederos se produjo una pugna entre varios candidatos de la que salió triunfante Guillermo de Normandía tras vencer a Haroldo de Wessex en Hastings. Con Guillermo se producirá la normandización de Inglaterra. A la muerte del Conquistador le suceden sus hijos Guillermo II y Enrique I y su nieto Esteban I.
Más información Enrique II y el Imperio Angevino
Los territorios de Anjou, Maine, Turena, Aquitania, Inglaterra, Escocia, Normandía, Gales e Irlanda formaron parte del Imperio controlado por Enrique II y sus sucesores Plantagenet. El control de estos territorios y sus deseos de centralización le provocarán importantes conflictos, tanto con la Iglesia dirigida por Tomás Becket como con su propia familia y los señores feudales.
Más información Juan sin Tierra y la Carta Magna
La liquidación del Imperio angevino colmó la paciencia de amplias capas de la sociedad inglesa contra Juan Sin Tierra. Para evitar un enfrentamiento entre la nobleza y el monarca, se redactó la Carta Magna donde se pone de manifiesto el triunfo de la feudalidad sobre la corona. El texto resultante tenía poco de revolucionario por más de que se haya tratado de ver en él un primer paso de un sistema constitucional inglés.
Más información La primera fase de la Guerra de los Cien Años
El conflicto bélico sostenido entre Francia e Inglaterra durante la Baja Edad Media se denomina Guerra de los Cien Años. Sus causas entran dentro de la tradicional lucha entre ambos países por el dominio económico y político de la zona, aunque tradicionalmente se han apuntado cuestiones dinásticas para aludir al inicio del conflicto, cuyo primera chispa estalló en Flandes.
Más información Segunda fase de la Guerra de los Cien Años
Los problemas internos de Inglaterra y Francia llevarán a una revitalización de la Guerra entre 1413-1453. Inglaterra casi consigue el triunfo pero el fortalecimiento de la monarquía francesa llevará a un desenlace definitivo.
Más información La Inglaterra de los Tudor
Entre los poco más 30 años que transcurren entre 1452-1485 Inglaterra vivirá el conflicto civil conocido como Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó a las casas de Lancaster (rosa roja) y de York (rosa blanca). Enrique VII ponía fin a la Guerra e inauguraba la dinastía de los Tudor, reorganizando la monarquía inglesa.
Más información Pontificado e Imperio
Pontificado e Imperio protagonizarán las relaciones internacionales a lo largo de la Plena Edad Media, luchando por el dominium mundi. El papado obtendrá una siginificativa victoria con Inocencio III, triunfando la Plenitudo Potestatis.
Más información La lucha por el dominium mundi
Los defensores de las prerrogativas imperiales se enfrentarán a los que afirman que es el papa quien debe llevar las insignias imperiales y la corona. Los años centrales del siglo XII conocieron en Alemania la formación de dos partidos: los welfen -güelfos-, partidarios de la supremacía de los Papas y los weiblingen -gibelinos-, defensores de la supremacía imperial.
Más información Apogeo y crisis de la política Staufen
La primera mitad del siglo XIII conoce el último capítulo de la gran prueba de fuerza entre Pontificado e Imperio. Tres Papas (Honorio III, Gregorio X e Inocencio IV) y un monarca (Federico II) serán los principales protagonistas del drama.
Más información El Imperio Alemán
La casa de Luxemburgo consiguió acaparar la institución casi sin intervalos entre 1308 y 1438. Pero en la mente de los emperadores de la nueva dinastía no estuvo nunca la centralización del poder, ya que se limitaron a luchar por sus propios intereses privados, acosados por la ambición de los príncipes alemanes. La casa de Habsburgo será la sucesora en la corona. Intentaron hacer del Imperio una potencia como Inglaterra, Francia o España y cosecharon continuos fracasos que llevan a afirmar que el Imperio fracasó también como estado o nación.
Más información Los Capeto en Francia
En la Francia de los primeros Capetos los monarcas tuvieron que luchar duramente con una nobleza excesivamente feudalizada. Con Luis VI la realeza francesa podrá erigirse en un poder verdaderamente respetado por la feudalidad del país, proceso que se consolida gracias al apoyo de las comunas y de la Iglesia.
Más información La Francia de San Luis
A la muerte de Luis VIII hereda el reino francés su hijo Luis IX. Será doña Blanca de Castilla quien se encargue de la regencia debido a la minoría de edad del monarca. Sofocadas las rebeliones nobiliarias, Luis IX fue declarado mayor de edad e inició su glorioso reinado marcado por su política de consolidación de la monarquía, los tratados con Inglaterra y Aragón y la organización de sendas cruzadas que tuvieron escaso éxito.
Más información Capetos y Valois en Francia
Con los últimos Capetos se acentuó la tensión entre una monarquía con voluntad autoritaria y una nobleza poderosa dueña de territorios dotados de marcada personalidad. A la muerte de Carlos IV sin descendencia masculina, en Francia se inicia la dinastía Valois con Felipe VI, lo que supondrá uno de los orígenes del conflicto llamado Guerra de los Cien Años.
Más información La primera fase de la Guerra de los Cien Años
El conflicto bélico sostenido entre Francia e Inglaterra durante la Baja Edad Media se denomina Guerra de los Cien Años. Sus causas entran dentro de la tradicional lucha entre ambos países por el dominio económico y político de la zona, aunque tradicionalmente se han apuntado cuestiones dinásticas para aludir al inicio del conflicto, cuyo primera chispa estalló en Flandes.
Más información Segunda fase de la Guerra de los Cien Años
Los problemas internos de Inglaterra y Francia llevarán a una revitalización de la Guerra entre 1413-1453. Inglaterra casi consigue el triunfo pero el fortalecimiento de la monarquía francesa llevará a un desenlace definitivo.
Más información La Francia de Luis XI
La política de consolidación interior llevada a cabo por Luis XI permitirá poner en marcha un ambiciosa plan de expansión exterior, chocando en su desarrollo con los grandes príncipes territoriales que se enfrentaron al monarca. Será el enfrentamiento con Carlos el Temerario de Borgoña el que defina este periodo, al coincidir los intereses expansivos de ambos. Tras derrotar a Borgoña, Francia se convirtió en la monarquía más extensa y cohesionada de Occidente.
Más información Pontificado e Imperio
Pontificado e Imperio protagonizarán las relaciones internacionales a lo largo de la Plena Edad Media, luchando por el dominium mundi. El papado obtendrá una siginificativa victoria con Inocencio III, triunfando la Plenitudo Potestatis.
Más información Staufen, angevinos y aragoneses en Italia
El pontífice Urbano IV eligió a Carlos de Anjou, hermano de san Luis de Francia, como valedor del pontificado lo que motivó la implantación de los Anjou en Italia. El nuevo papa Gregorio X convocó el II Concilio de Lyon cuyo balance fue bastante positivo. El poder de Carlos de Anjou se fue fortaleciendo lo que motivó el estallido de las Vísperas Sicilianas, revuelta que llevó a Pedro III de Aragón en los asuntos italianos. La solución llegó con la firma de varios acuerdos entre las partes enfrentadas: angevinos y aragoneses.
Más información Sicilia
El territorio siciliano conocerá su etapa de esplendor bajo dominio normando, especialmente con Roger II. La muerte sin descendencia de Guillermo II motivó que Sicilia cayera en la órbita imperial con Federico II. La herencia del emperador motivará que la isla se convierta en el avispero de los intereses de la casa Staufen, los Anjou y la dinastía aragonesa.
Más información Italia y su fragmentación política
La paulatina perdida de protagonismo de la autoridad imperial favoreció el crecimiento de los estados regionales -Milán, Florencia, Venecia, Estados Pontificios y Nápoles-. Esta debilidad imperial y la ausencia de los pontífices, instalados en Aviñón desde 1309, abonaron el terreno al enfrentamiento entre los propios estados y a la eclosión de fuertes rivalidades políticas en el seno de los mismos. Una de las constantes del periodo fue el protagonismo cobrado por las tropas mercenarias en el equilibrio de fuerzas entre los distintos estados.
Más información ·El Cisma de Occidente
El Cisma de Occidente
Entre la muerte de Gregorio XI (1378) y la elección definitiva de Martín V (1417) la Iglesia Occidental vive un periodo de ruptura con dos pontífices -Roma y Aviñón- y momentos en los que tres papas reclaman su legitimidad. Esta etapa recibe el nombre de Cisma de Occidente.
Más información Las grandes conquistas
Entre el primer tercio del siglo XI y el último del siglo XIII se producen las grandes conquistas en el territorio andalusí por parte de los reyes cristianos del norte. Los principales avances se realizaron con motivo de las decadencias y crisis de los poderes políticos musulmanes. Fernando III culminará las conquistas en Castilla y Jaime I en la zona de Aragón.
Más información Estados hispanocristianos occidentales
La hegemonía de Castilla y León -a pesar de su separación en dos estados durante más de un siglo- entre los reinos peninsulares se alcanzó gracias a su intensa política conquistadora contra los musulmanes, cuya culminación se consigue con Fernando III. El reino de Portugal se desgaja gracias a Alfonso I y con don Dionís logrará de su país una gran potencia.
Más información Estados hispanocristianos orientales
En la zona oriental de la península Ibérica Navarra inicia un periodo de decadencia durante el siglo XII que acabará con su incorporación a la casa real francesa tras el matrimonio de Juana con Felipe IV. Los condados catalanes y el reino de Aragón también se unen con un matrimonio -Petronila y Ramón Berenguer IV- adquiriendo este Estado un auge significativo con Jaime I y Pedro III, lanzado este último a una política de auténtico imperialismo mediterráneo.
Más información Los Reinos Ibéricos
Graves crisis políticas van a vivir los reinos ibéricos en la segunda mitad del siglo XV, crisis que finalizarán en guerras civiles que finalizaron gracias al triunfo del autoritarismo real. La unión personal de los Reyes Católicos permitirá la consolidación de un aparato estatal monárquico capaz de absorber a los reinos más pequeños -Granada, Navarra- y de preparar el camino a la futura monarquía hispánica.
Más información Península Balcánica
Los pueblos de la península balcánica dependerán de la intervención de los estados vecinos: Hungría y Bizancio. Eslovenos y croatas quedarían integrados en la órbita de la fe occidental; serbios y búlgaros en la cristiandad oriental.
Más información Los Balcanes
La posición estratégica de los Balcanes ante el avance turco motivó el interés de las potencias centroeuropeas por la zona. Croacia estuvo bajo la órbita húngara mientras que Rumania se dividía en principados independientes. Las influencias centroeuropeas no se limitaron al campo estrictamente político, al incidir también sobre la vida cultural de los Balcanes.
Más información Turcos, griegos y balcánicos
En la zona de los Balcanes y Anatolia la formación del Imperio Otomano será el principal suceso político de la Edad Media Tardía, ocupando paulatinamente el espacio correspondiente al Imperio Bizantino.
Más información Europa Central
Los estados de Polonia y Bohemia estarán muy vinculados al Imperio durante el periodo medieval, intervención con importantes consecuencias. Hungría logrará consolidar su posición como un nuevo Estado occidental.
Más información Polonia
Si la invasión mongola motivó la ruptura de las instancias tradicionales del poder polaco, Casimiro III el Grande pondrá en marcha un amplio programa de reformas administrativas, jurídicas, políticas, económicas, militares y culturales que harán de Polonia una de las potencias de su entorno. Como es lógico este hábeas reformista no agradó a todas las instancias sociales, provocando algunas tensiones.
Más información Bizancio en el siglo XII
Los sucesores de Alejo I, Juan II y Manuel I consiguieron éxitos importantes, aunque limitados, en los escenarios tradicionales de la política exterior bizantina. En los años siguientes a la muerte de Manuel I, la situación se deterioró con rapidez. Los acontecimientos se precipitaron desde 1195, cuando Alejo III depuso a su hermano Isaac II y ocupó el trono imperial.
Más información Bizancio en el siglo XIII
La Cuarta Cruzada definirá la historia del Imperio Bizantino al ser conquistada la ciudad de Constantinopla por los cruzados en el año 1204. Los diferentes emperadores intentarán recuperar el poder. Gracias a la flota y al apoyo genoveses, Miguel VIII recuperó Constantinopla (julio de 1261)y a su muerte en 1282 la restauración de la independencia bizantina estaba consolidada.
Más información Bizancio
A pesar de la crisis vivida por Bizancio en la época bajomedieval, conviene conocer las circunstancias sociales, culturales y económicas de la época, que muchas veces perduraron tras la caída del Imperio en 1453.
Más información China
En época bajomedieval China vivirá tres etapas: la época S´ung, la dinastía Yuan y la dinastía Ming, desarrolladas cronológicamente entre 960 y 1644.
Más información India
La Plena y Baja Edad Media de la India se caracterizara por el asalto musulmán que fundará el sultanato de Delhi, desde donde se declaró la guerra santa al hinduismo y se ampliaron los dominios hacia el sur. Las provocaciones mongolas acabaron con la incursión de Tamerlán (1398) y la división de la India en Estados independientes. La conquista musulmana del norte de la India cambio profundamente la sociedad hindú, su cultura tradicional y sobre codo su estructura política.
Más información El Japón feudal
La Plena Edad Media japonesa vive la decadencia de la era Fujiwara y el inicio de la era de Kamakura o del shogunato. De esta manera, la Monarquía japonesa se transformó en una realeza feudal, sometida a los shogún, convertidos en verdaderos soberanos hereditarios establecidos en Kamakura, al norte del país, con una administración independiente de la imperial.
Más información Gengis-Khan y sus conquistas
La obra fundamental de Gengis-Khan fue la conversión de las tribus mongolas, que en su conjunto no llegaban a 2 millones de personas, en la máquina de guerra más eficiente conocida hasta aquel momento. Transformó por vez primera una nación nómada en un Estado, tratando de mezclar a las comunidades étnicas a las que sometió destruyendo el antiguo orden social. Las conquistas de Gengis-Khan fueron de tal envergadura, que llegaron a invadir Japón y Java treinta años después de que sus ejércitos se detuvieran en las fronteras del imperio alemán. Las conquistas continuaron con su hijo Ogodei quien derrotó a alemanes, polacos y húngaros, llegando al Adriático. El gran imperio de los mongoles se dividió definitivamente hacia 1260 en cuatro grandes áreas: La Horda de Oro (la más occidental), el khanato de los Iljamíes de Irán, el de Yagathai en Asia Central y el imperio chino.
Más información Insulindia
En el siglo XII se produce la expansión javanesa fuera de la isla y se inicia una nueva Edad de Oro. En el siglo XIII se produjeron una serie de disturbios que llevaron al establecimiento de una nueva capital, Majapahit, desde donde se consiguió extender rápidamente el dominio sobre la mayor parte del archipiélago indonesio. Se había iniciado la llamada Edad de Oro de Majapahit que duraría hasta finales del siglo XIV. En 1478 Majapahit cayó en poder musulmán.
Más información Africa Suprasahariana
En Egipto el esplendor fatimí deja paso a la dinastía ayyubí que tiene en Saladino a su gran sultán. Los mamelucos (esclavos turcos) sustituirán a los ayyubíes. El régimen mameluco llevó a Egipto a días de gloria en el campo militar, de las artes y de las letras, siendo grandes constructores de suntuosas obras públicas. En el Magreb se suceden los Imperios Almorávide y Almohade con implicación ambos en los asuntos hispánicos al ser solicitada su colaboración por los reinos de taifas ante los avances cristianos. De la descomposición interna del Imperio Almohade surgieron varios pequeños reinos independientes.
Más información Africa Subsahariana
Varias áreas geopolíticas se manifiestan en el Africa Subsaharina: el Imperio de Malí, el Imperio de Songay, el Imperio Kanem-Bornu, las ciudades-estado hausa y los reinos feudales.
Más información Africa Oriental e Indica
Durante la Edad Media en el ámbito geográfico del África oriental e índica encontramos dos grupos de pueblos: los islamizados y los cristianizados -Nubia y Abisinia-.
Más información Musulmanes
Nuevos espacios regionales se forman en el mundo islámico tras las conquistas turcas y almoravides y la fragmentación del Imperio Mongol en el siglo XII.
Más información Las Cruzadas
Los occidentales recuperarán su posición en el Mediterráneo durante el siglo XI y pondrán en marcha una contundente empresa de recuperación de Tierra Santa: las Cruzadas.
Más información El mundo islámico
Profundos cambios experimentó el mundo islámico desde el siglo XIII, apareciendo nuevos espacios de poder con la desintegración del Imperio mongol o el Imperio almohade. Serán los turcos quienes consigan mayor auge con su expansión por los Balcanes y Asia Menor a costa del Imperio Bizantino.
Más información Rusia
El Estado de Kiev será en el principal centro rector de Rusia; administraba una vaga federación de Estados orientales y ejercía el comercio, al tiempo que se mezclaba paulatinamente con la población autóctona y realizaba una profunda obra unificadora entre las diferentes tribus, manteniendo su hegemonía en los ámbitos político-militar y económico. La división del Estado de Kiev motivará la creación de principados independientes. En el siglo XIII los mongoles penetrarán en territorio ruso inaugurando el periodo mongol.
Más información Rusia
La invasión y el control mongol de Rusia definirá la historia de esta zona durante mediados del siglo XIII y la mitad del XIV, hasta el auge del principado moscovita que se produce hacia 1360. Este impulso moscovita se basa en cuestiones económicas gracias a la colonización del bosque por parte del campesinado. Durante la segunda mitad del siglo XV, el principado de Moscú experimentó un fuerte crecimiento demográfico, fundamentado en el desarrollo generalizado de la economía.
Más información El hombre y la naturaleza
La relación entre el hombre y la naturaleza en época medieval era muy estrecha, dependiendo el primero de las inclemencias de la segunda para vivir en el día a día.
Más información A merced del medio físico
Las pestes, epidemias, inundaciones o incendios son algunos de los elementos naturales que muestran la dependencia del mundo medieval respecto a la naturaleza, sin olvidar los rigores de la climatología y la escasez de medios para combatirlos.
Más información El ritmo de vida
La salida del sol y su ocaso marcaban el ritmo de vida de la Edad Media al tiempo que las horas canónicas establecían la división de la jornada diaria. En la Baja Edad Media aparecen los relojes, introduciendo de esta manera una mayor dosis de laicismo en el ritmo de vida.
Más información La comunicación con el exterior
Las comunicaciones en el mundo medieval eran muy limitadas debido al mal estado de las vías y la lentitud de los transportes. Esto limitaba el ámbito de relación a un espacio muy reducido que podía extenderse al círculo de aldeas más cercano. Sin embargo, el desarrollo de las peregrinaciones y el fomento de la vida urbana desde el siglo XII motivarán un aumento del número de viajeros que permitirá una mejora en las vías de comunicación. A través de la Ruta de la Seda, Europa se pondría en contacto con otros continentes, siendo Marco Polo el mejor ejemplo de viajero intercontinental.
Más información El vestido
El vestido tampoco escapa a los deseos legisladores manifestados en época medieval. No conocemos muchos datos sobre los atuendos de esta época aunque sí es cierto que a partir del siglo XII se pone de manifiesto un importante cambio propiciado por el desarrollo de las ciudades y la burguesía.
Más información Hábitos alimentarios
Pan y vino serán la base de la alimentación medieval que depende, lógicamente de la condición social. Carnes, pescados, legumbres, verduras y frutas también hacen acto de presencia aportando variedad a la dieta aunque en las clases populares el 70% de la ración estaría constituido por el pan.
Más información La ciudad: un nuevo espacio
Las murallas, el bullicio de las calles y la suciedad serían los elementos que definen la ciudad medieval, uno de los principales ámbitos socioeconómicos de la época.
Más información La vida urbana
La distinción entre ricos y pobres pronto se manifestó en la ciudad, lugar en el que se desarrollan las primeras muestras de capitalismo y de proletariado industrial. Tras el duro trabajo las diversiones más frecuentes de la ciudad serían la taberna, los baños o el burdel.
Más información La muerte y el más allá
La muerte y el más allá
Cielo, infierno y purgatorio quedan claramente definidos en la Edad Media como los espacios donde el alma acudirá tras la muerte del cuerpo, considerándose la vida como un tránsito hacia la eternidad. De esta manera, la muerte esta rodeada de un ceremonial claramente definido que incluye el testamento, el entierro y las misas.
Más información Los campesinos
Los campesinos formaban parte del escalafón más bajo de la sociedad medieval y su función era el trabajo de las tierras, dependiendo de un señor laico o religioso. Su trabajo se desarrollaba en pequeñas unidades de producción de carácter familiar y soportaban el pago de los impuestos a señores, Iglesia y Estado. A pesar de ser el sostén de la sociedad estaban bastante mal considerados.
Más información Vivienda y alimentación campesina
Una amplia habitación compartida con el grano y los animales solía constituir la vivienda campesina, cuyos materiales de construcción variaba en relación con las zonas. La alimentación estaba sustentada sobre el pan, legumbres y frutas y el vino o la cerveza como bebidas fundamentales. La carne de cerdo y de corral sería la más consumida aunque el 75 % de la ración alimenticia lo constituía el pan.
Más información Usos y costumbres
Vestidos oscuros y de tejidos toscos, confeccionados en el propio hogar, conforman la moda campesina. La taberna sería el lugar preferido para los momentos de ocio y las fiestas relacionadas con el ritmo agrícola sus momentos de distensión.
Más información Las mujeres en la sociedad medieval
Viendo en una sociedad patriarcal como la medieval, las mujeres quedan relegadas de los papeles públicos para ocupar responsabilidades en la esfera privada, lugar que en estos momentos de la historia no deja de tener especial relevancia al ser un importante ámbito de decisión.
Más información El matrimonio
Impuesto como sacramento el matrimonio en el siglo XII por la Iglesia, puede ser considerado como un avance en la relación de la mujer en la sociedad. Las cuestiones de las dotes y las arras seguirán definiendo la evolución de las vidas familiares a lo largo de la Edad Media.
Más información El trabajo
Las labores del hogar serán las desempeñadas por las mujeres tradicionalmente aunque también colaboraron en funciones familiares tanto en el ámbito rural como en el urbano. Sin embargo, existen una serie de oficios que casi son patrimonio exclusivo de la mujer como panaderas, lavanderas, lenceras, cocineras, etc.
Más información La prostitución
El mundo de la prostitución pasó en la Baja Edad Media por diferentes momentos marcados por la postura de la Iglesia al respecto. A una primera etapa de repulsa siguió otra en la que se consideraban los pecados carnales como menos graves y se otorgaba a la prostituta una labor social. A finales del siglo XIV los intentos de reforma en la Iglesia motivarían que de nuevo la prostitución fuera considerada como algo negativo.
Más información Mujer y religión
El monasterio, la ermita, la celda aislada, el misticismo o incluso la herejía serán las fórmulas elegidas por la mujer medieval para ponerse en contacto con la espiritualidad sin intermediarios, alejándose de la Iglesia ortodoxa en la que la participación femenina era menos significativa.
Más información Mujer y cultura
En los monasterios o las escuelas urbanas, las mujeres también tuvieron contacto con la educación y la cultura, destacando alguna como autora de libros y relatos.
Más información Los saberes tradicionales
La curación de enfermedades y la asistencia a las parturientas serán dos de los saberes tradicionales que las mujeres se transmitieron generacionalmente a lo largo de la Edad Media, conocimientos permitidos en un primer momento por la Iglesia para ser posteriormente perseguidos bajo la acusación de brujería.
Más información Los monjes
Ora et labora será la máxima de la mayoría de monasterios medievales, una de las instituciones más importantes ya que bajo su dominio estaban extensas tierras obtenidas gracias a donaciones.
Más información El Camino de Santiago
El papel desempeñado por el Camino de Santiago desde el siglo X será fundamental para los reinos españoles y para Europa ya que se producirá un fluido intercambio cultural, espiritual, económico, artístico, político o institucional entre las diferentes zonas por las que transita el camino.
Más información La vida privada de las familias aristócratas
Las familias aristocráticas vivían en mansiones o castillos identificados por su torre como símbolo de poder. El señor dirigía la casa y contaba con estrechos colaboradores, entre ellos su propia esposa, para adecuar y vigilar los trabajos de los numerosos criados y trabajadores que daban vida a este lugar.
Más información El arte medieval
El Románico y el Gótico serán los estilos identificativos del arte medieval, un arte consagrado casi exclusivamente a la Iglesia aunque la nobleza también tendría como exponentes los castillos.
Más información El arte románico
Entre los siglos XI y XIII se desarrolla en Europa el arte románico dedicado especialmente a obras de carácter religioso con un objetivo claramente pedagógico y simbólico de la época "oscura" que rodea al Año Mil. Su origen estaría en Francia e Inglaterra pero paulatinamente se fue extendiendo por todo el continente afectando a la pintura, la escultura y la arquitectura, siendo ésta la verdadera unificadora del estilo.
Más información El arte gótico
Entre los siglos XIII y XVI se desarrollará el estilo gótico en Europa como continuación del Románico aunque con importantes novedades tanto conceptuales como técnicas.
Más información Las viviendas
La vivienda en la Plenitud Medieval muestra la precariedad de las condiciones materiales de la existencia. Las casas desempeñaban diversas funciones; eran refugio ante las inclemencias naturales, residencia de la familia y el centro de las actividades productivas. Los muebles brillan por su ausencia, siendo los más importantes la cama, la mesa, las arcas y los bancos.
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