Siglos XVI - XVII
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Datos principales
Rango
1500 - 1700
Desarrollo
ÍNDICE DEL CAPÍTULO Economía y sociedad en el siglo XVI . Crecimiento demográfico . Límites del crecimiento . Desigual reparto de efectivos . Estructuras familiares . Sector primario . Expansión agraria . El peso de la tradición . Las Europas agrarias . La ganadería . Pesca en altura . La industria . Industria tradicional . Industria textil . Industria concentrada . Los intercambios . Instrumentos mercantiles . Rutas comerciales . La revolución de los precios . Precios y salarios . Críticas a la teoría . El mercantilismo: economía y Estado . Modelos nacionales . Economía y Hacienda pública . La sociedad europea . Las clases privilegiadas . Número y categorías . Privilegios y mentalidad . Eclesiásticos y sus categorías . Clero, economía y sociedad .
Religiosos en la Reforma . Sectores urbanos . Burguesía comerciante y financiera . Burguesía y ética protestante . Artesanado urbano . Campesinado . Regímenes señoriales . Propietarios, colonos y jornaleros . Tradición comunal y presión señorial . Tensiones y conflictos sociales . Mundo de la probreza . Minorías religiosas y étnicas . Revueltas populares . Expansión europea en el siglo XVI . Imperio Otomano . Grandes sultanes . Organización e instrumentos de acción . Imperio Germánico . Fragmentación del poder . Instituciones imperiales . Intento de reactivación imperial . Imperio Carolino . Las Italias . La Toscana . Saboya . Venecia . Estado Pontificio . El último papa renacentista . Desprestigio del Sacro Colegio . Triunfo protestante .
Impactos reformistas . Superación de la crisis . España . Una nueva dinastía . Las Comunidades . Las Germanías . El gobierno de las Españas . Anexión de Portugal . Francia . Delimitación territorial . Organización del Estado . Guerras de religión . Inglaterra . Los Tudor en el trono . Instrumentos del Estado . Cisma anglicano . La Inglaterra isabelina . Europa del Norte y del Este . Polonia . Dinamarca . Suecia . Rusia . Economía y sociedad en el siglo XVII . Dificultades demográficas . Factores de la crisis . Los efectivos europeos . El mundo agrario . Formas de adaptación . Inglaterra y Holanda . Cambios en la manufactura . Respuestas a la crisis . El papel de la técnica . Intercambios y finanzas .
Comercio americano y báltico . Holanda . Inglaterra . Francia . Evolución del sistema bancario . Haciendas absolutistas . Noblezas y burguesías . Los privilegiados . Trayectoria de la burguesía . Las clases populares . Comienzos del Gran Encierro . Rebeliones y motines populares . Siglo XVII: grandes transformaciones . Francia . Reinado de Enrique IV . Luis XIII y Richelieu . Mazarino y La Fronda . Monarquía hispánica . Reinado de Felipe III . Política del Conde-Duque . Movimientos separatistas . Inglaterra . La Guerra Civil y la Dictadura . Holanda . Las Alemanias . Las Italias . Europa del Norte y del Este . Suecia . Dinamarca . Polonia . Rusia . Imperio Otomano . El reformismo de los Köprülü .
Relaciones internacionales . Conflictos europeos de Carlos V . Guerras italianas . Carlos V y Francisco I . Extensión a los Países Bajos . Abdicación y tratado de Cateau- Cambrésis . Expansión otomana . Enfrentamientos en el Danubio . Conflictos en el Mediterráneo . Lucha por la hegemonía báltica . Fin de la Unión de Kalmar . Hegemonía polaca y rusa . Hegemonía española . Política exterior filipina . Fin del problema turco . Sublevación de los Países Bajos . Enfrentamiento anglo-español . Guerra con Francia . Batalla de Lepanto . Conflictos en el Este y el Norte . Expansión rusa . Hegemonía sueca . Europa en guerra: 1600-1660 . Tensiones internacionales . Ascenso de Suecia . Europa danubiana . La Guerra de los Treinta Años . Causas del conflicto . La revuelta bohemia .
Extensión del conflicto . Generalización de la guerra . Paz de Westfalia . Guerra franco-española . Paz del Norte . Asia y África . Persia . Apogeo de los sefévidas . Condiciones del desarrollo económico . India . Fundación del Imperio Mogol . Organización administrativa . Apogeo del Imperio . Bases económicas . Imperio Chino . La China Ming . La conquista manchú . Dinastía Qing . Crecimiento y decadencia económica . Contacto con el exterior y repliegue . Japón . Shogunato Ashikaga . Shogunato Tokugawa . Economía japonesa . De la apertura a la clausura . África . África septentrional . Marruecos . África sudanesa . África occidental . África ecuatorial . África oriental .
África austral . Madagascar . Imperio portugués . Causas de la expansión . Cronología de los descubrimientos . Organización del Imperio . El siglo XVII . Descubrimientos franceses e ingleses . Nuevas potencias coloniales . En el Índico . En el Nuevo Mundo . La cultura del Renacimiento . Renacimiento y Humanismo . El Humanismo . Vehículos del Humanismo . Humanismo italiano . Humanismo nortealpino . La ruptura de la Cristiandad . Lutero y la Reforma . Reformas post-luteranas . El anglicanismo . Calvino y el calvinismo . Reforma de la Iglesia Católica . La Compañía de Jesús . El Concilio de Trento . Pensamiento económico renacentista . La Escuela de Salamanca . Debates monetarios . Pensamiento mercantilista . Políticas mercantilistas . Pensamiento político renacentista .
Maquiavelo . Tomás Moro . Erasmo de Rotterdam . Lutero y Calvino . Respuesta teológica . Ciencia renacenstista . Arte renacentista . Italia . Escuelas nacionales . El Manierismo . Literatura renacentista . Literatura hispánica . Literatura europea . El progreso de la cultura escrita . La cultura del barroco . La renovación cristiana . Espiritualidad cristiana . Controversia doctrinal entre católicos . Decadencia protestante . La revolución científica . Condiciones del trabajo . Fundamentos de la nueva Filosofía . Las Matemáticas . La Mecánica . Revolución astronómica . Óptica y Medicina . Pensamiento político absolutista . Teóricos del Derecho Natural . Absolutismo en Francia . Filosofía política inglesa . Baruch de Spinoza .
Arte Barroco . Italia . España . El Barroco en Europa . Literatura Barroca . Siglo de Oro español . Teatro clásico francés . El teatro de Shakespeare . ÍNDICE POR REGIONES ESPAÑA ·El Siglo XVI . ·La Monarquía Hispánica . ·Conflictos de Carlos V . ·La Hegemonía Española . ·La Guerra de los 30 Años . ·El Siglo de Oro . INGLATERRA ·El Siglo XVI . ·La Guerra Civil . ·Expansión Marítima . ·El Anglicanismo . ·Teatro de Shakespeare . ITALIA ·El Siglo XVI . ·El Siglo XVII . ·Italia en Guerra . ·Arte Renacentista . ·Arte Barroco. ASIA ·Persia . ·India . ·Imperio Chino . ·Japon . AFRICA ·Zona Septentrional . ·Africa Sudanesa . ·Africa Occidental . ·Africa Ecuatorial . ·Africa Oriental . ·Africa Austral . EUROPA DEL NORTE ·El Siglo XVI . ·El Siglo XVII .
·Los Conflictos . ·Ascenso de Suecia . FRANCIA ·El Siglo XVI . ·El Siglo XVII . ·La Guerra de los 30 Años . ·Expansión Marítima . IMPERIO ALEMAN ·El Siglo XVI . ·Lutero y la Reforma . ·El Siglo XVII . ·La Guerra de los 30 Años . IMPERIO OTOMANO ·El Siglo XVI . ·El Siglo XVII . ·Las Relaciones Internacionales . VIDA COTIDIANA Viajes y medios de transporte . La percepción del tiempo . Carnavales . La Cuaresma . El cuidado del cuerpo . El sexo . La prostitución . Religiosidad . El honor y la honra . La familia . La mujer . La casa, mobiliario y calles . Alimentacion . Vestido y modas . Hidalgos . El clero . Burguesía y campesinado . Fiesta y diversión . La marginación social . Educación y cultura . El matrimonio .
Economía y sociedad en el siglo XVI
Diversos factores hacen evolucionar la sociedad feudal característica de la Edad Media hacia una sociedad de corte moderno: el incremento poblacional, la actividad mercantil, la pujanza de las ciudades, el afianzamiento del estamento burgués, etc.
Más información Crecimiento demográfico
La peste negra constituye un importante referente como punto de partida de la historia demográfica europea de comienzos de la modernidad. A mediados del siglo XV, la coyuntura evolucionó hacia un tono de mayor vitalidad. Se abrió entonces un período expansivo, de crecimiento poblacional. La relativa ausencia de guerras destructivas, una favorable coyuntura económica, la mayor seguridad en el ámbito rural serán las causas de esta evolución demográfica. En cualquier caso, el crecimiento dependió más de una disminución de la mortalidad extraordinaria que de un aumento de los índices de fertilidad o de una caída de las tasas de mortalidad ordinaria.
Más información Límites del crecimiento
La estructura demográfica europea se caracterizaba por presentar un alto índice de mortalidad ordinaria, que comprometía seriamente las posibilidades de crecimiento vegetativo. Otros límites del crecimiento serán los recursos alimenticios, condicionados a su vez por las alternativas de las cosechas y por la reducida potencialidad productiva. Las epidemias también se encargaban de reequilibrar los excedentes de población. El ciclo fatal se cerraba cuando la mortalidad epidémica provocaba una grave contracción de la mano de obra agraria, desorganizando la producción en el campo, disminuyendo la capacidad productiva de la sociedad afectada y limitando así las esperanzas de recuperación. La guerra actuaba también como un factor perturbador de la dinámica natural de la población, no tanto por la mortalidad directa consecuencia de las batallas como por sus efectos secundarios.
Más información Desigual reparto de efectivos
Los cálculos demográficos realizados permiten dibujar una Europa de contrastes. Mientras algunas zonas registraban niveles relativamente altos de población, otras presentaban bajas concentraciones. Los ritmos de crecimiento fueron también dispares. Los contrastes entre el mundo rural y el urbano eran también notables. Continuos flujos migratorios de diverso radio e intensidad tenían lugar en Europa o entre este Continente y las áreas coloniales subordinadas.
Más información Estructuras familiares
La familia nuclear parece constituir el modelo más difundido en Europa occidental, aunque de nuevo es necesario contar con la diversidad social. En los sectores más pobres aparecía con menor frecuencia la familia compleja. El tamaño medio familiar se situaba, por lo general, entre cuatro y seis personas.
Más información Sector primario
El sector primario, fundamentalmente la agricultura, agrupaba al mayor porcentaje de la mano de obra disponible, siendo todavía la actividad económica principal. La ganadería acompaña frecuentemente a la agricultura, siendo actividades ligadas entre sí.
Más información Expansión agraria
A comienzos de la Edad Moderna la agricultura constituía la principal fuente de producción económica y el sector mayoritario de ocupación de la población activa europea, seguido a gran distancia por la industria y el comercio. En el siglo XVI se produce un proceso de expansión agraria debido, entre otras causas, al crecimiento demográfico, que conllevó un aumento de la demanda de alimentos y una mayor presión sobre los recursos naturales. El cambio verificado fue tan sólo cuantitativo, pues no afectó casi nunca a una intensificación de los cultivos, ni a la introducción de nuevas especies, consistiendo tan sólo en una extensión de la superficie cultivada a costa de superficies marginales incultas o a terrenos abandonados.
Más información El peso de la tradición
El crecimiento agrario en la Edad Moderna permaneció dentro de los límites que permitían las condiciones técnicas y sociales heredadas. El grado de innovación resultó muy escaso. El barbecho era parte consustancial del paisaje agrario y el abonado se basaba exclusivamente en el estiércol de origen animal. A ello hay que unir la escasez de inversiones, que determinó la ausencia de una capitalización del campo. En buena parte de Europa occidental sobrevivió, más o menos suavizado, el régimen señorial.
Más información Las Europas agrarias
El mundo mediterráneo continuó observando una abrumadora primacía de la agricultura extensiva de secano, con predominio de la producción del cereal basada en la rotación trienal. Los otros dos elementos de la clásica tríada, el olivar y la vid, conocieron también un período de expansión. En Inglaterra y los Países Bajos se constatan importantes progresos hacia un tipo de agricultura más avanzada. En los Países Bajos se ganaron importantes extensiones de terreno al mar para dedicarlas a la agricultura mientras que en Inglaterra asistimos a los primeros compases serios de un fenómeno iniciado en los siglos anteriores: los "enclosures" o cerramientos, que comenzaron lentamente a sustituir el clásico paisaje de "openfields" o campos abiertos. En Europa central el cultivo del viñedo alcanzó un notable desarrollo en las cuencas del Rin y el Main. En el área báltica predominó también un tipo de agricultura extensiva basada en el cultivo del cereal.
Más información La ganadería
La actividad ganadera en la Europa moderna podemos dividirla en tres grupos: estante -fuerza de tiro y transporte, abono natural, lana y cuero-, transterminante -la que realiza trayectos cortos- y trashumante -largos desplazamientos-.
Más información Pesca en altura
A principios del XVI comenzó a tomar impulso en algunas zonas costeras de Europa occidental la pesca de altura. Esta actividad reviste un gran interés no sólo por su finalidad económica directa, sino porque contribuyó a desarrollar los conocimientos marinos que poco más tarde se aprovecharían en los grandes viajes de descubrimiento.
Más información La industria
La favorable evolución de la industria en el periodo moderno se benefició de un conjunto de estímulos derivados, en gran parte, de las condiciones generales de la coyuntura. Pero, a su vez, se vio lastrada por dificultades de orden estructural y por inercias del pasado. La pobreza de la población rural motivaría que la industria se desenvolviera básicamente en el ámbito urbano, ligada muchas veces a la demanda de productos lujosos generada por las clases altas de la sociedad. Las actividades industriales mantuvieron su organización basada en una estructura gremial.
Más información Industria tradicional
Desarrollada en la ciudad, la industria tradicional estaba estrechamente regulada por los gremios, impidiendo el desarrollo de la libre iniciativa. Las corporaciones de artesanos garantizaban el abastecimiento de manufacturas de calidad y servían de útiles estructuras de recaudación fiscal, defensa armada de las ciudades y encuadramiento de las clases productivas urbanas. Las unidades de producción consistían en pequeños talleres que presentaban una mínima concentración de mano de obra. Los oficios urbanos encuadrados dentro de la organización gremial eran, principalmente, los relacionados con las manufacturas textiles (pañeros, sederos...), del cuero (zapateros, talabarteros...), de la madera (carpinteros) y el metal (armeros, plateros...).
Más información Industria textil
La industria textil será el sector protagonista del desarrollo industrial a lo largo del siglo XVI. El norte de Italia, Flandes e Inglaterra serán los principales centros productores apareciendo otros centros menores en Francia, Alemania y Castilla.
Más información Industria concentrada
Actividades que alcanzaron un gran desarrollo como la minería, la siderurgia o la construcción naval exigían concentraciones de capital y mano de obra. Fueron éstos, prácticamente, los únicos sectores en los que avanzó la industria concentrada de tipo capitalista. Se trata de sectores que se desarrollaron al compás de las exigencias del gran comercio internacional o de la demanda estatal condicionada por la guerra.
Más información Los intercambios
El papel de los intercambios en la economía europea de comienzos de la Edad Moderna es innegable. Las posibilidades de enriquecimiento que deparaba el comercio impulsó la actividad mercantil, que se fue perfeccionando mediante nuevas técnicas e instrumentos. La necesidad de dinero como medio de pago estimuló, al mismo tiempo, la búsqueda de fuentes de aprovisionamiento de metales preciosos e impulsó el fenómeno de la expansión europea, creador a su vez de la dinámica colonial. El papel del Estado en el proceso fue esencial. Algunos autores apuntan incluso a que el comercio se convirtió en un poderoso disolvente de las relaciones feudales. El capitalismo comercial dará lugar, por vez primera, a la aparición de una economía-mundo.
Más información Instrumentos mercantiles
Monedas, ferias, lonjas, bolsas, sociedades mercantiles, la banca y el crédito -a través de la letra de cambio o los pagarés- serán los instrumentos mercantiles fundamentales en el mundo de los intercambios durante el siglo XVI.
Más información Rutas comerciales
El comercio interior se desarrolló en una menor medida. Las causas de esta situación fueron diversas, pero sobre todo se trata de razones de tipo técnico, económico y administrativo. Será el comercio internacional el gran motor del desarrollo mercantil; la auténtica funcionalidad del gran comercio internacional de comienzos de la Edad Moderna consistió en su capacidad de poner en contacto mercados lejanos. El comercio constituyó el nervio de la nueva economía capitalista y contribuyó a satisfacer la demanda. El norte de Italia y los Países Bajos serán los dos principales focos de desarrollo económico-mercantil de la Europa del XVI. Las nuevas colonias portuguesas y españolas aportarán una importante cantidad de productos a este tráfico internacional.
Más información La revolución de los precios
El aumento de los precios será una de las consecuencias más importantes del aumento de la circulación de metales preciosos procedente de América y África. Los precios se multiplicaron en España por cuatro y la inflación rebasó, de esta forma, las fronteras españolas y alcanzó al resto del Continente. Todo el sistema financiero de Europa -se ha llegado a afirmar- reposaba en último extremo sobre las importaciones periódicas de plata procedentes de los virreinatos de México y Perú.
Más información Precios y salarios
A lo largo del siglo XVI los salarios siguieron en España la línea de evolución de los precios, lo que significó que el impacto de los efectos inflacionistas del tesoro americano quedó compensado con una situación de salarios altos y progresivos, incluso en algunos momentos el índice de crecimiento de los salarios se situó por encima del de los precios. En Europa los precios se mantuvieron siempre por encima de los salarios, cuyo crecimiento no bastó para compensar el crecimiento de aquéllos.
Más información Críticas a la teoría
Diversos especialistas han realizado críticas a la teoría de Hamilton sobre la subida de precios y salarios apuntándose a otros factores como el aumento demográfico. Las críticas vertidas contra la obra de Hamilton tienen el valor de advertir contra los excesos de la teoría cuantitativa de la moneda y el de abrir nuevas perspectivas de cara a profundizar en el conocimiento de la coyuntura económica europea del siglo XVI.
Más información El mercantilismo: economía y Estado
El interés mostrado por el poder político en intervenir en los asuntos económicos, particularmente los comerciales conducirá al mercantilismo. El mercantilismo no constituye exactamente una escuela sistemática de pensamiento económico. Más bien se trata de un conjunto de ideas y prácticas en el plano de la política económica, definidas por características comunes. Los Estados intentaban promover el crecimiento material de sus súbditos como condición indispensable de su propio poder. Se trata de una política económica proteccionista e intervencionista, pues se entendía que era la propia acción del poder político, ejercida mediante leyes y prohibiciones, el más eficaz medio de conseguir los objetivos trazados. El comercio se consideraba la forma más eficaz de promover la riqueza de la nación. Exportar más que importar era la regla de oro. Una población abundante constituía un potencial productivo y una forma de riqueza para la nación y de poder para el Estado.
Más información Modelos nacionales
En Inglaterra, los monarcas Tudor favorecieron la producción textil, impulsaron la marina e intentaron equilibrar la balanza comercial apoyando las exportaciones. Los Reyes Católicos realizaron una intensa política de protección al comercio ganadero al tiempo que el comercio con América se organizaba en régimen de monopolio. En Francia se constatan a lo largo del siglo XVI diversos esfuerzos por imponer una política mercantilista, especialmente al poner freno a las importaciones de productos extranjeros de lujo.
Más información Economía y Hacienda pública
La racionalización de la gestión de los recursos y la necesidad de aumentar sus ingresos serán los dos problemas con los que se encuentren las haciendas de los Estados europeos. Ambos problemas estaban ligados al proceso de consolidación del aparato estatal y a las exigencias de la política bélica exterior. El primero de ellos se abordó mediante la reforma de las instituciones hacendísticas existentes. El segundo problema se intentó solucionar por una doble vía: por una parte, el incremento de la presión fiscal y la diversificación de las fuentes de recaudación; por otra, el diseño de una política económica proteccionista que, al procurar un aumento de la riqueza del país, mejorara de paso las expectativas de recaudación tributaria.
Más información La sociedad europea
Del entrecruzamiento de dos pares de opuestos básicos, noble/plebeyo y religioso/laico, resultaría la clásica visión tripartita de la sociedad estamental, caracterizada por la existencia de dos estamentos minoritarios, la nobleza y el clero, jurídicamente privilegiados respecto a un tercer estamento definido por exclusión, es decir, por su carácter no privilegiado: el estado llano. Según la teoría, cada uno de ellos desempeñaría una función complementaria de las funciones del resto. Los nobles velarían por la seguridad del cuerpo social. El clero se encargaría de la dirección espiritual. El pueblo, receptor de ambos bienes, sostendría con su trabajo al conjunto. Los privilegios se legitimarían como medio de recompensar la delicada función de los primeros, o sea, su indiscutible utilidad social.
Más información Las clases privilegiadas
La vieja nobleza guerrera se enfrentará en los primeros momentos de la Edad Moderna a la ascensión de una nueva nobleza, nutrida en buena medida de elementos de origen burgués, cuya vía hacia el ennoblecimiento vino representada por el privilegio real, dispensado en ocasiones como forma de compensación de servicios al Estado. Estos nuevos nobles lo eran, por tanto, por privilegio real, pues sólo al rey correspondía la facultad para hacer nobles. Generalmente la vieja nobleza miraba con desdén y recelo a éstos que consideraba advenedizos de inferior calidad.
Más información Número y categorías
El número de nobles existente en los primeros momentos de la Edad Moderna resulta variable en función de los países, pudiendo establecerse una media en torno al 5 % de la población total. En cuanto a su categorización, podemos hablar de diversidad como característica principal. Existía una alta, una mediana y una baja nobleza, cada una de ellas con, a su vez, diferentes clases. El conjunto de la nobleza de los primeros siglos modernos compartía, por lo general, salvando las diferencias nacionales, un mismo sistema de valores mentales y participaba por igual de los privilegios jurídicos y sociales del estamento.
Más información Privilegios y mentalidad
El conjunto de estos privilegios -de tipo fiscal, judicial, militar, político y social - hacía del estamento nobiliario un grupo que disponía de una consideración jurídica especial. El no estar sujetos a la obligación de pagar impuestos era un rasgo primordial para diferenciar a los nobles de los no nobles. Los nobles tenían el derecho a ser juzgados por sus iguales y eludían, por tanto, comparecer ante los tribunales ordinarios de justicia. Los miembros del estamento nobiliario ostentaban los puestos de dirección de los ejércitos y estaban exentos de las levas obligatorias. La nobleza se hace cada vez más cortesana y de servicios, operándose en ella un cambio de actitud respecto a sus obligaciones militares, de las que comienza a desertar. El rechazo a la práctica de los negocios mercantiles y al ejercicio del trabajo manual constituía otro de los rasgos más sobresalientes de la mentalidad aristocrática. La nobleza era, por excelencia, una clase ociosa; era un grupo social rentista y terrateniente que concedía a la propiedad inmobiliaria, y en especial a la de la tierra, un gran valor como fuente de prestigio.
Más información Eclesiásticos y sus categorías
El clero aparece, junto a la nobleza, como segundo estamento privilegiado, siendo relativamente numeroso. El ingreso en el estamento podía efectuarse tanto desde la nobleza como desde el estado llano, por lo que utilizado frecuentemente como vía de promoción social. Los privilegios legales del estamento eran similares a los de la clase nobiliaria: exención fiscal y jurisdicción exenta los más significativos. En el seno del estamento clerical, una división básica es la que puede establecerse entre el clero secular o diocesano y el regular, adscrito a las diversas órdenes religiosas, cada una de ellas con su red de establecimientos a lo ancho del territorio. Es necesario diferenciar un alto, un mediano y un bajo clero, estratos a los que paralelamente correspondían una específica posición en la jerarquía, una determinada situación económicosocial y un distinto grado de instrucción.
Más información Clero, economía y sociedad
Tierras e inmuebles urbanos constituían la base del sólido poder económico y social de la Iglesia católica. Un antiguo derecho la hacía acreedora a la percepción del diezmo, impuesto directo sobre la producción agropecuaria en función del cual los campesinos estaban obligados a entregar a los administradores eclesiásticos la décima parte de sus cosechas y esquilmos ganaderos. La Iglesia y el clero disponían, además, de otras fuentes de ingresos. La sociedad del Antiguo Régimen estaba imbuida de religiosidad, cuyas manifestaciones se hallaban presentes en prácticamente todas las facetas de la vida. El clero excitaba, moldeaba y orientaba los sentimientos religiosos populares, al tiempo que procuraba ejercer un estrecho control sobre las conciencias.
Más información Religiosos en la Reforma
Religiosos en la Reforma
La realidad de los hombres de religión en aquellas áreas de Europa en las que el protestantismo se impuso estuvo estrechamente ligada a la propia concepción que tenían las diferentes Iglesias reformadas acerca de la organización eclesial. Sin embargo, debemos apuntar la existencia de cierta similitud con la organización católica.
Más información Sectores urbanos
La burguesía puede contemplarse como una nueva clase social surgida de forma incipiente en los siglos medievales y que, de algún modo, venía a romper con la lógica feudal de relaciones sociales basadas en el vínculo del vasallaje, aunque se adaptó a esta forma de organización social cumpliendo ciertas funciones económicas dentro de ella. El desarrollo de la burguesía vino de la mano de la expansión del mundo urbano.
Más información Burguesía comerciante y financiera
La actividad comercial definió los perfiles de un nuevo grupo llamado a ejercer un indiscutible protagonismo en la activación de la economía europea y en su evolución hacia formas capitalistas. Las principales ciudades portuarias y mercantiles del Continente constituyeron el ámbito natural de desarrollo de esta burguesía negociante. La burguesía mercantil formaba un grupo experto en el manejo de las complicadas técnicas comerciales y que controlaba las redes del tráfico internacional de mercancías. Un sector menos productivo desde el punto de vista del desarrollo económico general fue el préstamo de dinero a interés, en la doble vertiente de créditos concedidos a particulares y al Estado.
Más información Burguesía y ética protestante
Se puede comprobar que existió un modelo generalizado de conducta social entre los burgueses según el cual a la adquisición de una fortuna mediante el ejercicio de actividades propias de su clase, como el comercio, seguía la compra de tierras, la búsqueda de cargos públicos y los esfuerzos por acceder al estatuto nobiliario. Las actividades mercantiles eran progresivamente abandonadas en aras de la consecución de un prestigio social que se concebía como íntimamente vinculado al paradigma aristocrático. Esto es lo que se ha venido denominando "la traición de la burguesía".
Más información Artesanado urbano
Los gremios jugaron un papel destacado en la articulación de la sociedad urbana y contribuyeron a dotar de una particular fisonomía a la vida de las ciudades. Maestro, oficial y aprendiz eran las categorías laborales que constituían el artesanado urbano. Los gremios buscaban una igualación entre sus miembros y tendían, en este sentido, a crear un marco de seguridad y estabilidad.
Más información Campesinado
La población rural continuaba manteniendo un peso numérico abrumador. El campesinado constituía el sector social más numeroso y el trabajo de la tierra era la base de la economía. La relación entre campo y ciudad era estrecha. En general, el campo estaba subordinado a la ciudad, pero ésta, en cambio, dependía de los recursos producidos en aquél.
Más información Regímenes señoriales
Desde el punto de vista del señorío, B. Bennassar ha diferenciado entre tres Europas campesinas: una parte del Continente se hallaba libre por completo del régimen feudal -la Península Ibérica, Italia meridional, Francia mediterránea, Inglaterra y Países Bajos-; otra amplia porción del Continente, que comprendía la faja central y occidental entre el Atlántico y el río Elba, conocía un régimen señorial generalizado, aunque algo suavizado por la tradición; y la Europa al este del Elba permaneció anclada en el régimen feudal.
Más información Propietarios, colonos y jornaleros
La propiedad de la tierra constituye el eje de la organización social de la producción agraria, así como un activo elemento diferenciador en el seno de la comunidad rural. Es difícil fijar la proporción de tierras que estaban en manos de los campesinos, así como cuántos de ellos eran propietarios y cuántos no, sin olvidar que una importante porción de la propiedad rústica estaba en poder de la nobleza, la Iglesia y la burguesía urbana. Mala climatología, impuestos y deudas constituyeron los enemigos más temibles de la población rural. El arrendamiento constituía una de las más frecuentes formas de tenencia.
Más información Tradición comunal y presión señorial
Las tierras comunitarias ejercían una importante función subsidiaria para las débiles economías campesinas. La extensión, valor y utilización de estas tierras comunitarias son generalmente poco conocidos. Los señores jurisdiccionales, abusando de su poder, acostumbraron a arrendar como propias tierras que hasta entonces habían tenido un aprovechamiento colectivo. La resistencia vecinal se encauzó generalmente por vía judicial, iniciando reclamaciones y pleitos inacabables ante los tribunales.
Más información Tensiones y conflictos sociales
En la Edad Moderna se producen frecuentes tensiones y conflictos sociales provocadas en buena medida por el aumento de la pobreza, el desarrollo de las minorías étnicas y religiosas provocado por la ruptura de la Cristiandad y el estallido de revueltas populares provocadas por los abusos señoriales, la presión fiscal, las carestías o la escasez de alimentos y la protesta contra los impuestos.
Más información Mundo de la pobreza
La sociedad del Antiguo Régimen era estructuralmente pobre. La pobreza alcanzaba a muchos individuos sin tan siquiera respetar las fronteras de los grupos privilegiados. Gran parte de la población rural era pobre. Jornaleros, pequeños arrendatarios, propietarios y aparceros subsistían a menudo en condiciones límite de malnutrición y hacinamiento. La pobreza como peligro potencial de subversión social fue observada con preocupación creciente por las clases dominantes, pero lo que más preocupó a la sociedad del momento fue la cantidad creciente de vagabundos. Los extremos alcanzados por el fenómeno del vagabundeo y la mendicidad propiciaron la promulgación de disposiciones por los poderes públicos para limitar estas prácticas.
Más información Minorías religiosas y étnicas
El progreso del Estado moderno renacentista llevó aparejado el auge de la intolerancia. El control político no se concebía sin una uniformidad ideológica que no dejara fisuras a la disidencia. En estas circunstancias, las minorías religiosas fueron objeto de discriminación e, incluso, de persecución. Pero la represión de la disidencia religiosa no se limitó a España ni al mundo católico. Las Iglesias reformadas resultaron a veces tan intolerantes o más que la Iglesia romana. Las persecuciones religiosas provocaron emigraciones forzadas, originando focos de refugiados en diversas zonas de Europa. Las minorías étnicas y étnico-religiosas padecieron una constante y en ocasiones implacable presión social y oficial.
Más información Revueltas populares
Sobre un fondo general de profundas diferencias sociales, las causas detonantes más frecuentes de las revueltas eran los abusos señoriales, la presión fiscal y las carestías. En las ciudades, la escasez de alimentos y la protesta contra los impuestos constituyeron los principales precipitantes de los levantamientos populares, causados también por tensiones sociales previas y mezclados en ocasiones con problemas religiosos. Con cierta frecuencia, la revuelta venía acompañada de la añoranza de un modelo idealizado de buena administración situado en épocas anteriores. Los levantamientos sociales se dotaron por lo general de una organización espontánea y actuaron por objetivos concretos a corto plazo, aunque a veces esgrimieron un discurso radical que amenazaba con la subversión del orden social. Si la revuelta representó la manifestación colectiva de la tensión social, el bandidismo constituyó un conducto de escape individual para la misma.
Más información Expansión europea en el siglo XVI
El fortalecimiento de los Estados es un proceso que empieza a conformarse en este siglo. La construcción de las identidades nacionales es un proceso largo que choca con la existencia de particularismos e intereses concretos. El mundo europeo se va configurando paulatinamente y en él se observan divisiones políticas, económicas, religiosas y culturales que jugarán un papel esencial en siglos venideros.
Más información Imperio Otomano
Durante el siglo XVI el Imperio Otomano logró su máximo esplendor, en un dominio que se extendió por tres Continentes (Europa, Asia, África). La creación de este vastísimo conjunto territorial no se produjo por motivos de herencia, enlaces matrimoniales o relaciones dinásticas, sino pura y simplemente por efecto de conquistas que, iniciadas en el Medievo, se continuaron a lo largo de varios siglos hasta alcanzar su mayor extensión en el siglo XVII.
Más información Grandes sultanes
Bayaceto II, Selim I, Solimán el Magnífico, Selim II, Amurates III, Mohamed III y Ahmed I configuran la lista de grandes sultanes otomanos.
Más información Organización e instrumentos de acción
La figura del sultán experimenta la creciente concentración y unificación del poder soberano, afianzado por el credo musulmán, todavía más desde el momento en que asumió la dignidad califal, y ayudado por un eficaz cuerpo de funcionarios, administradores y otros colectivos sociales a su servicio.
Más información Imperio Germánico
Maximiliano I y Carlos V intentarían dinamizar y volver a engrandecer la idea imperial pero se encontrarán con grandes dificultades.
Más información Fragmentación del poder
Tres o cuatro centenares de pequeñas células políticas (algunas no tan diminutas) constituían el conglomerado imperial. Las tierras controladas por los príncipes electores, los numerosos territorios de príncipes y señores y los abundantes núcleos urbanos libres eran los órganos de poder más importantes. Prácticamente asumieron la completa jurisdicción de sus Estados.
Más información Instituciones imperiales
La figura del emperador aparecía como la cúspide simbólica de todo el entramado imperial. Su designación no venía por línea hereditaria, sino que era electiva por parte de los siete electores. La otra institución básica existente era la Dieta, que debía ser el complemento adecuado para la correcta dirección del Gobierno imperial.
Más información Intento de reactivación imperial
Preocupado por los asuntos del Imperio, Maximiliano I (1493-1519) intentó revivir la vieja idea de un destino común que uniera a sus componentes, de recuperar la significación perdida de teórico poder universal, aunque la realidad se encargaría pronto de contradecir sus deseos.
Más información Imperio Carolino
Fallecido Maximiliano I en 1519, será elegido emperador su nieto Carlos V, tras una dura pugna con Francisco I. El Imperio de Carlos V nunca llegaría a ser un conglomerado bien organizado ni un conjunto estructurado que se manifestase armónicamente.
Más información Las Italias
Una vez concluidas las guerras de Italia en la primera mitad del siglo XVI, el mapa político italiano se simplificó mucho, tanto por la existencia desde entonces de cinco o seis núcleos políticos importantes (Nápoles, el Estado pontificio, Toscana, Saboya, Venecia, Milán...), como por el dominio ejercido por la Monarquía hispana sobre la mayor parte del territorio peninsular e insular italiano.
Más información La Toscana
El joven Cosme de Médicis será impulsor definitivo del giro iniciado en el sistema político de Florencia en dirección a un régimen de apariencia republicana pero con claras referencias prácticas de Monarquía absoluta. El mandato de Cosme se caracterizaría pues por la afirmación de su autoridad frente a cualquier disidencia o contestación. El título de Gran Duque de Toscana otorgado por el papa en 1570 permitió la consolidación del proceso de engrandecimiento del Estado.
Más información Saboya
Desde mediados del Quinientos en adelante la presencia del poder ducal saboyano se hizo notar de forma apreciable debido a los variados avances que se estaban produciendo en su territorio gracias a la figura de Manuel Filiberto de Saboya, quien adoptó unas formas de gobierno de corte absolutista, potenciando su autoridad personal y limitando o anulando los poderes de los organismos corporativos y regionales.
Más información Venecia
Venecia seguía siendo una pieza importante del mapa político europeo, interviniendo activamente en las disputas internacionales merced al poderío territorial y marítimo que conservaba como potencia mediterránea. La representación del Estado recaía de forma vitalicia en la figura del Dux, personaje símbolo de la grandeza de la Señoría. El Gran Consejo, integrado por un amplio colectivo aristocrático, era el órgano soberano del poder de la República del que emanaban las leyes y desde el que se hacía el nombramiento de los cargos públicos.
Más información Estado Pontificio
Tras una fase crítica de desconcierto y debilidad, el Estado Pontificio lograría salir adelante con renovadas fuerzas hasta alcanzar un claro auge en la segunda mitad del Quinientos, especialmente gracias a la labor de Julio II.
Más información El último papa renacentista
A la muerte de Julio II la cátedra de San Pedro será ocupada por León X, interesado por el mecenazgo cultural y el incremento de la fastuosidad de la corte. Se alejó todo lo que pudo de los grandes conflictos armados, propiciando acuerdos con las fuerzas rivales y durante su mandato cuando se produjo el inicio de la contestación luterana, sin que surgiera ninguna reacción especial por su parte.
Más información Desprestigio del Sacro Colegio
El Santo Colegio, organismo fundamental en las tareas de gobierno de la Santa Sede, había ido cayendo bajo el control de las principales familias de la aristocracia italiana, cuyos miembros empezaron a constituir verdaderos linajes de cardenales, que se disputaban entre sí los beneficios. La gran mayoría de los cardenales se siguieron moviendo con actitudes egoístas, buscando el acaparamiento de bienes y la acumulación de beneficios eclesiásticos. En este ambiente de mundanidad que dominaba la Curia y el Papado cualquier planteamiento de reforma eclesiástica se mostraba inútil, incluso resultaba peligroso para la jerarquía eclesiástica.
Más información Triunfo protestante
En Alemania Lutero logró canalizar viejas aspiraciones de autonomía eclesiástica, de protestas reiteradas contra la rapiña de la Curia pontificia, recogiendo además un malestar muy extendido entre la población por el abandono pastoral en que se encontraba; en suma, supo liderar la reforma que desde tiempo atrás se estaba solicitando por tantas voces y en ámbitos diferentes. La reacción inicial de la Santa Sede se basó en la típica condena de las tesis heréticas. En el interior de Alemania las fuerzas se dividieron a favor y en contra de la ruptura con Roma. La demanda reforma eclesiástica se intentó con Adriano VI pero sólo ocupó el solio pontificio veinte meses. Su sucesor, Clemente VII, recuperó las intrigas políticas y las influencias familiares.
Más información Impactos reformistas
Impactos reformistas
El reformador Lutero deslizó sus propuestas iniciales de un aparato eclesiástico libre y montado desde la base, hacia la estatalización de su Iglesia, colocando al soberano como jefe supremo de ella. Los gobernantes y magistrados dirigirían las iglesias locales, serían los responsables de la elección de los pastores, convirtiéndose así en sus garantes y protectores. Poco a poco los desarrollos de la Reforma irían ampliando el marco geográfico de estos años iniciales, hasta configurar el mapa de una Europa dividida, fragmentada, por las creencias religiosas y los poderes públicos que las defendían y amparaban por sus propios beneficios socio-políticos.
Más información Superación de la crisis
La fuerte personalidad de algunos Papas de la etapa contrarreformista, la afirmación de la autoridad del Papado frente a las actitudes desviacionistas y opositoras de algunos elementos del cardenalato, la reorganización de la Curia, las saneadas y prósperas finanzas de la hacienda papal, entre otras causas, contribuyeron en gran medida al renovado engrandecimiento del poder del Sumo Pontífice como príncipe temporal, gobernante de un amplio territorio extendido mayoritariamente por la Italia central.
Más información España
Los siglos XVI y XVII estarán definidos en España por la presencia de la casa de Habsburgo en la corona, siendo frecuente la referencia a la España de los Austrias.
Más información Una nueva dinastía
Desde la muerte de Isabel hasta los primeros años del reinado de Carlos, la situación política y las relaciones sociales imperantes en Castilla habían pasado por una etapa de inestabilidad. Los acontecimientos que se sucedieron a la llegada del joven e inexperto Carlos de Gante no hicieron sino profundizar y ampliar la crisis político-social que se venía dando desde años atrás y que muy pronto estallaría. La noticia de su elección como emperador en 1519 le llevaría a embarcar de nuevo hacia los Países Bajos y de allí trasladarse a Alemania, pero antes se necesitaba dinero para el costoso viaje; de ahí la convocatoria a las Cortes castellanas para que se reunieran en Santiago de Compostela, en primera instancia, y posteriormente en La Coruña.
Más información Las Comunidades
Para comprender mejor el estallido revolucionario de las Comunidades habría que tener muy en cuenta la descomposición política que, desde la muerte de Isabel, incluso quizá un poco antes, había minado la autoridad de la Corona y resquebrajado la estructura estatal, haciendo predominar las luchas de intereses, la corrupción, los comportamientos egoístas tendentes a un rápido enriquecimiento. La marcha del rey hacia Alemania y la incorporación de España al Imperio producían inquietud por lo que de abandono podía significar la ausencia, que se presumía prolongada, del monarca y la subordinación de los intereses castellanos a los imperiales y dinásticos representados por los Habsburgo. El levantamiento comunero no tardó en cobrar fuerza, sumándose poco a poco a la revuelta iniciada por Toledo y Segovia las villas y ciudades castellanas.
Más información Las Germanías
La protesta de los artesanos de los gremios de Valencia contra los elementos aristocráticos que dirigían el gobierno local y controlaban las principales actividades de los intercambios, influida la queja por el mal gobierno y la escasa representatividad del organismo municipal provocará el movimiento valenciano de las Germanías, movimiento que se desarrolló entre 1520-1521 y que acabó con la derrota de los sublevados y el triunfo de la autoridad real.
Más información El gobierno de las Españas
La Monarquía hispana se organizaba en reinos independientes que mantenían sus propias instituciones, sus leyes y fueros, sólo unidos por la figura del soberano. Debido a las largas ausencias de Carlos I serán los regentes quienes se ocupen de los asuntos de Estado: la propia Isabel de Portugal, esposa del emperador y Francisco de los Cobos, su secretario. Con Felipe II una élite burocrática integrada por secretarios y miembros de la nobleza colaborarán en las tareas de gobierno con el rey. El grueso del aparato del poder estatal lo constituían los Consejos, las Audiencias y otros organismos burocráticos. La delegación del poder judicial de la Corona recaía en las Audiencias, altos tribunales de justicia pero sin funciones legislativas ni administrativas. Virreyes y corregidores serán los enlaces de la política real con los diferentes territorios. Las Cortes perderán la importancia de épocas pasadas.
Más información Anexión de Portugal
La muerte de don Sebastián en Alcazarquivir provocará una crisis dinástica que se resolverá con la elección en las Cortes de Tomar del rey español Felipe II. El vínculo que se estableció a partir de 1580 entre España y Portugal fue una simple unión basada en la figura del monarca, en el hecho de tener un mismo soberano, sin que se produjera una verdadera unificación territorial, ni administrativa, ni judicial, manteniendo por lo tanto cada una de las partes una completa autonomía.
Más información Francia
Tras la guerra de los Cien Años en Francia se operó una amplia recuperación que en el terreno político se plasmaría en la consolidación de la autoridad monárquica y en la construcción de un Estado soberano, libre de injerencias extranjeras. A lo largo del siglo XVI se producen dos etapas: una de fortalecimiento y otra de decadencia.
Más información Delimitación territorial
La ampliación territorial efectuada por Luis XI pudo completarse gracias a las herencias que recibió, especialmente de los Anjou. Durante el reinado de Carlos VIII se fortaleció este dominio territorial, al incorporarse el independiente ducado de Bretaña y dirigir sus pasos hacia el Reino de Nápoles, política que continuaría su sucesor Luis XII, en este caso volcada también hacia el ducado de Milán, al igual que la dirigida posteriormente por Francisco I.
Más información Organización del Estado
Fortalecimiento del Gobierno central, aspiración a dejar sentir su presencia por todos los rincones de la geografía nacional, delimitación de competencias en los organismos estatales y potenciación de éstos, decidida atención a las cuestiones financieras, militares y de justicia, control de los grupos sociales... serán las líneas de actuación que empezaron a operar desde la maquinaria gubernativa dirigida por la Monarquía francesa.
Más información Guerras de religión
En la segunda mitad del siglo XVI la estable situación política y financiera de la Corona francesa se ve truncada debido a la crisis una vez que se inició la inversión de la coyuntura económica y se fueron dejando sentir los excesivos costes, en dinero, hombres y esfuerzos, que las continuas guerras generaban. La división religiosa entre católicos y protestantes que vive el país dejará abierta la posibilidad de un enfrentamiento civil. Esta lucha fratricida supondrá el desprestigio de la Monarquía, la quiebra del Estado, el rompimiento de la Iglesia, la paralización de las actividades productivas, la ruina económica y el drama humano que toda contienda civil supone. Con el Edicto de Nantes (1598) se abría una época de tolerancia basada en las concesiones que se hicieron a los dos bandos, ya que si por un lado se mantenía el culto católico en el Reino, por otro se garantizaba la libertad de conciencia a los protestantes.
Más información Inglaterra
En comparación con Francia y España, Inglaterra poseía una menor extensión territorial, contaba con una población más reducida y, lógicamente, disponía de recursos no tan cuantiosos, factores que la colocaban a comienzos de la modernidad en una posición modesta dentro del juego internacional, lugar que poco a poco iría mejorando hasta convertirse, ya en la segunda mitad del Quinientos, en otra pieza importante del engranaje de las relaciones entre los Estados.
Más información Los Tudor en el trono
La Guerra de las Dos Rosas entronizó a los Lancaster en Inglaterra y debilitaría bastante el poder nobiliario, profundamente dividido, quedando diezmado y poco capaz de hacer frente posteriormente a los designios soberanos y centralizadores de la realeza. Enrique VII marcaría el comienzo de una etapa brillante para la Monarquía inglesa, la de los Tudor, que sería continuada por sus sucesores en el trono durante el siglo XVI.
Más información Instrumentos del Estado
La maquinaria gubernativa inglesa se movía en la misma dirección centralizadora que las de España o Francia, intentando concentrar el máximo de poder que estuviera a su alcance, utilizando para ello un conjunto institucional que fuera operativo y recabando la colaboración de grupos e individuos que se verían a su vez beneficiados por las decisiones de la Corte.
Más información Cisma anglicano
El divorcio de Enrique VIII de la española Catalina, hija de los Reyes Católicos, será el detonante que provoque el Cisma anglicano, apoyado en el profundo anticlericalismo que se daba en ciertos sectores ingleses, el desprestigio del Papado y el rechazo a la intromisión de la Curia romana en los asuntos internos de Inglaterra. Clemente VII no tardó en reafirmar la validez del primer matrimonio y en excomulgar al soberano inglés, respondiendo éste con la ruptura con Roma de la Iglesia de Inglaterra, la cual tendría a partir de entonces como jefe supremo al rey. El ascenso al trono de María I supondrá la restauración del catolicismo, aunque brevemente, ensuciando su imagen por las continuas penas de muerte dictadas desde el gobierno contra los protestantes, de ahí su sobrenombre: Bloody Mary.
Más información La Inglaterra isabelina
Con Isabel I la Monarquía inglesa acrecentó su poder, consolidando su soberanía en el interior del país y pudiendo a la vez desarrollar una política exterior más ambiciosa; se afianzó la reforma anglicana, triunfando finalmente sobre católicos y puritanos; se impulsó un crecimiento económico acelerado que trajo consigo la prosperidad del Reino y el enriquecimiento de los sectores emprendedores de la población. El país se convirtió en potencia de primera magnitud en el Continente.
Más información Europa del Norte y del Este
En el contexto europeo también destacan los países del norte y del este: Polonia, Dinamarca, Suecia y Rusia.
Más información Polonia
La Monarquía polaca de los Jagellones no llegaría a conseguir el disfrute de una soberanía plena, teniendo que compartir el poder con los grupos oligárquicos nobiliarios, viéndose incluso subordinada a éstos en bastantes ocasiones. Para afirmar todavía más su poder, la nobleza polaca impidió el desarrollo de una burguesía que hubiera podido contrarrestar su dominio, y llevó a los campesinos a una agobiante servidumbre privándoles de libertad de movimiento y recortándoles al máximo cualquier tipo de derechos. La Unión de Lublin en 1569 permitirá la unión definitiva del gran ducado de Lituania y Polonia como una sola entidad política.
Más información Dinamarca
Una Monarquía rica y una aristocracia agradecida, asimismo poderosa, durante una buena parte del Quinientos constituyeron los soportes del andamiaje político danés, que se vio favorecido por lo demás con el desarrollo económico que se experimentaría por entonces. El reinado de Federico II, iniciado en 1559, transcurriría por estos cauces favorables, convirtiéndose Dinamarca en una de las potencias de la Europa septentrional.
Más información Suecia
El reinado de Gustavo I resultó crucial para la afirmación del nuevo Estado sueco, pues además de someter a la Iglesia, de lograr la financiación que pretendía para garantizar su labor política, de empezar a desarrollar una administración central y de formar un gobierno efectivo, tuvo que hacer valer su autoridad una y otra vez frente a las protestas interiores de sectores aristocráticos, clericales y campesinos. Los problemas le vendrían de nuevo a la Corona sueca por la política, en exceso ambiciosa, de Erik XIV, involucrado en la guerra de los Siete Años contra Dinamarca. El reinado de Segismundo III constituyó un período crítico para la evolución de los países del Báltico por las posibilidades de dominio que presentaba el bloque polaco-sueco y por la expresa orientación católica del monarca.
Más información Rusia
La ascensión de Rusia al primer plano de la realidad europea, como potencia a tener en cuenta, fue una de las consecuencias de la formación y posterior fortalecimiento del Estado ruso, obra debida mayormente a los tres soberanos que se sucedieron en el poder desde mediados del siglo XV hasta finales del XVI: Iván III, Basilio III y, tras una etapa de disturbios e inestabilidad, Iván IV.
Más información Economía y sociedad en el siglo XVII
Tradicionalmente, el siglo XVII constituye una etapa de crisis. En el terreno de la economía los desequilibrios entre población y recursos, propios de la estructura económica de la sociedad preindustrial, se agravaron como efecto de las malas cosechas y de las periódicas crisis famélicas. El desarrollo capitalista de Europa sufrió una ralentización al descender las remesas de metal precioso importado de América, que habían alimentado la expansión del XVI. La crisis del XVII estableció con claridad una división del Continente según el grado de desarrollo económico de las diferentes zonas. Fue sufrida de forma más aguda por los países mediterráneos, Alemania, Polonia, Dinamarca, ciudades hanseáticas y Austria. Francia se mantuvo en una posición intermedia. Mientras tanto, Holanda, Suecia, Rusia y Suiza tendieron más bien al progreso que al estancamiento.
Más información Dificultades demográficas
A partir de fines del siglo XVI se produce un cambio de coyuntura demográfica, caracterizado en todos los países por un menor ritmo de crecimiento, cuando no por el estancamiento o, incluso, la recesión. Por término general, puede apreciarse una ralentización de las tendencias de crecimiento anteriores en la segunda mitad del siglo respecto a la primera. Las verdaderas dificultades, no obstante, parece que comenzaron en torno a la década de 1580, acentuándose en los últimos años del siglo y los primeros del siguiente. Lógicamente la situación dependerá radicalmente de las zonas estudiadas, aunque las líneas generales tienden a referirse a la recesión.
Más información Factores de la crisis
Las guerras, las enfermedades y el hambre continuando siendo los obstáculos para el desarrollo demográfico. Las crisis de hambre fueron frecuentes, provocadas por una climatología adversa. El incremento de la mortalidad que acompañaba al alza violenta del precio de las subsistencias venía inmediatamente doblado por una caída de la natalidad, que dificultaba aún más el proceso de regeneración demográfica. Los períodos de hambre coincidían con la propagación de epidemias. La guerra constituyó otro agente de despoblación, tanto por sus efectos destructivos directos como por los serios problemas económicos inducidos, por una parte, por la presión fiscal que originaba su financiación y, por otra, de la leva de hombres, que detraía fuerzas productivas.
Más información Los efectivos europeos
En conjunto, la población del Continente pasó de unos 100-110.000.000 de habitantes en 1600 a unos 110-120.000.000 en 1700. El ritmo de crecimiento del XVI se vio detenido en la mayor parte de los países a lo largo de una serie de impactos sucesivos entre las últimas décadas de dicho siglo y las primeras del siguiente. Parece también claro que los años centrales del XVII resultaron los más críticos y depresivos y, por último, que el balance global apunta hacia el estancamiento o, en el mejor de los casos, hacia un crecimiento muy comprometido.
Más información El mundo agrario
En el siglo XVII la agricultura atravesará un periodo de dificultades debido a cuestiones climatológicas -un enfriamiento atmosférico- que condujeron a una serie de malas cosechas. La depresión demográfica del Seiscientos y la consecuente contracción de la demanda de productos alimenticios serán también causas del retroceso agrario así como las tensiones políticas y la frecuencia de las guerras operaron efectos negativos, al desorganizar el sistema productivo.
Más información Formas de adaptación
A pesar de la crisis que caracteriza la agricultura del siglo XVII se aprecian ciertos progresos como la rotación trienal -mediante la introducción del cultivo de leguminosas-, la inserción de nuevos cultivos -maíz- o en el progreso de otros ya conocidos desde antiguo y las exigencias de los mercados urbanos -vino, frutas, aceite, etc.-.
Más información Inglaterra y Holanda
En Holanda e Inglaterra la agricultura registró un proceso de intensificación y especialización, al tiempo que la producción se orientaba hacia el mercado. Los Países Bajos pudieron dedicar sus mejores tierras a la horticultura, al cultivo de plantas industriales o la ganadería intensiva del vacuno, que les permitió producir grandes cantidades de carne, leche y queso. El desarrollo de la agricultura inglesa se basó en las transformaciones profundas de la estructura de la propiedad.
Más información Cambios en la manufactura
A pesar de también estar afectados por la crisis, el XVII fue también el escenario temporal de cambios en los sistemas de organización industrial, que contribuirían a preparar el camino a las grandes transformaciones económicas activadas en las áreas más avanzadas de Europa a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Deben, por tanto, establecerse diferencias entre aquellas áreas que sucumbieron a la crisis -Italia, Alemania, partes de Francia, España y Polonia- y aquellas otras que la sortearon con éxito.
Más información Respuestas a la crisis
La principal novedad que presenta la industria en el siglo XVII no radicó en innovaciones de tipo tecnológico, ya que el horizonte técnico continuó siendo sin muchas diferencias el renacentista, sino en cambios en la organización industrial y en la localización de la manufactura. Cambios que, independientemente de si significaron o no un aumento en el volumen de la producción, entrañaron una eficaz respuesta a la crisis y la apertura de grandes posibilidades para la industria de cara el futuro. El putting-out system alentó un proceso de protoindustrialización que puede estimarse hoy día básico como respuesta a la crisis.
Más información El papel de la técnica
Las técnicas, en gran medida, siguieron siendo durante el siglo XVII las de la manufactura tradicional, basada en el trabajo manual. De todas maneras, experimentaron un cierto avance, especialmente en los Países Bajos.
Más información Intercambios y finanzas
En el siglo XVII el Mediterráneo selló su proceso de decadencia y se transformó en un ámbito cerrado, con predominio de los intercambios interiores. Los Países Bajos e Inglaterra tomaban el relevo y se constituían en el centro de la tela de araña del próspero comercio mundial. Las compañías por acciones privilegiadas constituyeron para las nuevas potencias marítimas el instrumento por excelencia del comercio colonial.
Más información Comercio americano y báltico
Comercio americano y báltico
Los más recientes estudios difieren de la visión clásica de crisis en el comercio americano durante el siglo XVII. Las bajas cifras que se registran oficialmente podrían indicar no una disminución del comercio sino una ocultación de las mercancías por parte de los mercaderes al tiempo que el contrabando extranjero aumentó de forma muy notable. De esta manera se registró una transición progresiva de una América española a una América europea. Algo similar ocurrió en el Báltico que dejó de ser una zona que respondía exclusivamente a un esquema de economía colonial. Hasta entonces, la exportación de materias primas y la importación de manufacturas había constituido la base de sus intercambios con la Europa noroccidental. A partir de ahora, este exclusivismo se rompería en beneficio de un incremento de las exportaciones bálticas de productos elaborados.
Más información Holanda
Holanda destacó como la primera potencia mercantil de Europa a lo largo del siglo XVII ya que desarrolló un activo comercio continental y extraeuropeo y erigió a su capital, Amsterdam, como el principal centro mercantil y financiero mundial. El importante potencial naval y los sistemas de participación en las empresas mercantiles serán las razones de este éxito. Holanda se convirtió en la gran intermediaria del comercio internacional con dos vertientes claramente definidas: una europea y otra extraeuropea. Los holandeses llevaron a cabo el diseño de un circuito triangular que potenciaba enormemente las posibilidades de obtener beneficios de su economía colonial.
Más información Inglaterra
La participación de Inglaterra en el comercio asiático y americano a lo largo del siglo XVII tuvo una gran magnitud. La protección del Estado a las compañías monopolistas que lo desarrollaban le aportará pingues beneficios. La Compañía Inglesa de las Indias Orientales y la de Indias Occidentales serán las más importantes. Practicó activamente el comercio triangular entre Europa, África y América, uno de cuyos objetivos fue la trata negrera orientada a la venta de esclavos. La competencia con Holanda será el principal escollo comercial inglés. Este hecho motivó la promulgación de un conjunto de medidas proteccionistas.
Más información Francia
El papel de Francia en la economía europea del siglo XVII resultó, sin lugar a dudas, más modesto que el de Inglaterra y Holanda, aunque no insignificante. Al igual que estas potencias, Francia creó grandes compañías privilegiadas para el comercio con las Indias Orientales y Occidentales. El papel del Estado resultó en este sentido esencial.
Más información Evolución del sistema bancario
En el siglo XVII se extendió por Europa el sistema de bancos públicos que compartieron actividad con los privados, respondiendo al doble impulso del desarrollo de los negocios privados y de la demanda estatal de crédito. El de Ámsterdam será el más importante.
Más información Haciendas absolutistas
Los elevados gastos militares impusieron nuevas obligaciones sobre los contribuyentes en un momento de crisis económica, lo que los hizo más insufribles. De ahí que los gobiernos tuvieran que recurrir a múltiples formas de financiación. En España se crearon nuevos estancos, se vendieron cargos y jurisdicciones y se manipuló la moneda. En Francia se recurrió al aumento de las cargas fiscales. El gobierno inglés demandará mayor número de préstamos.
Más información Noblezas y burguesías
La sociedad europea del siglo XVII experimentó un proceso de polarización como efecto del endurecimiento de la coyuntura económica. El conjunto de la sociedad se empobreció, pero ciertos sectores -nobleza y burguesía- sacaron provecho de las circunstancias y consiguieron medrar económicamente.
Más información Los privilegiados
El número de nobles aumentó a lo largo del siglo XVII debido a las necesidades económicas de las monarquías lo que acentuó la dualidad entre antigua y nueva nobleza. La aristocracia sufrió en sus propias carnes las dentelladas de la crisis económica y la Monarquía hizo recaer sobre la nobleza pesadas cargas, sobre todo de tipo militar. Ante las dificultades financieras, la aristocracia puso en práctica estrategias de adaptación. El asalto al poder político es la más llamativa, surgiendo la figura del valido. En cuanto al clero, la crisis del siglo XVII provocó un notable aumento de las ordenaciones y un incremento del número del clero regular. La Iglesia aparecía, de esta forma, como un refugio, al proporcionar los medios imprescindibles de subsistencia en medio de un mundo azotado por el hambre y las dificultades.
Más información Trayectoria de la burguesía
Las burguesías europeas tuvieron una desigual evolución. Los países que obtuvieron un mayor grado de desarrollo capitalista asistieron a un auge burgués sin equivalente en otras áreas. En los que padecieron de forma más aguda los efectos de la crisis, por el contrario, los grupos burgueses se deterioraron en beneficio de un reforzamiento de las estructuras sociales tradicionales, dominadas por la nobleza señorial y por el modelo aristocrático. La crisis alejó a la burguesía de las actividades económicas que habían sido propias de su clase y orientó las inversiones hacia terrenos más seguros: la adquisición de tierras, el ennoblecimiento o la compra de cargos administrativos, iniciando su participación en la política restringida hasta el momento a la nobleza.
Más información Las clases populares
Las clases populares padecieron en mayor grado que ninguna otra los efectos del endurecimiento de las condiciones de vida a lo largo del siglo XVII. En las ciudades aumentó el paro debido a la contracción de la demanda, lo que causó el germen de la futura lucha obrera. En el ámbito rural los campesinos hubieron de enfrentarse a los graves problemas por los que atravesó la producción agraria, pero también a la ofensiva señorial. Muchos campesinos quedaron en la miseria y alimentaron el ejército de vagabundos que caía sobre las ciudades en busca de medios de subsistencia. Las rebeliones y motines populares no tardarían en estallar.
Más información Comienzos del Gran Encierro
La miseria y la ruina empujaron a muchos campesinos y artesanos humildes a desarraigarse y los forzaron a un modo de vida errante. La mendicidad adquirió inquietantes proporciones y las fórmulas caritativas tradicionales no bastaban para paliar esta amenazante situación. Las autoridades siguieron la iniciativa de confinar masivamente a los mendigos en casas de corrección regidas por severas ordenanzas, en las que obtendrían alojamiento, vestido y manutención a cambio de un trabajo obligatorio. En apariencia, se trataba de una cuestión de dignidad social. Sin embargo, bajo semejante discurso se escondía la fobia al desorden y a la subversión, la repugnancia que provocaban los pobres y la decisión de no renunciar a un factor potencial de productividad a bajo costo.
Más información Rebeliones y motines populares
Como consecuencia de la crisis económica y de la polarización social que se produce a lo largo del siglo XVII se observa un recrudecimiento de las tensiones y un aumento de los estallidos de violencia social. Se pueden distinguir tres modelos diferentes: a) Los movimientos urbanos suscitados por problemas materiales (en especial, carestías), por razones de prestigio o por disputas en torno al poder; b) los movimientos urbanos o campesinos contra la incursión de agentes foráneos al sistema de organización aceptado por la colectividad (recaudadores, tropas) y en defensa de derechos comunales o de la propiedad individual, y c) los movimientos en favor de los particularismos provinciales frente a la acción unificadora del poder central.
Más información Siglo XVII: grandes transformaciones
El mundo del siglo XVII conocerá grandes cambios, fundamentados en el asentamiento de Francia e Inglaterra como potencias hegemónicas, la decadencia de la monarquía hispánica y el crecimiento de la actividad mercantil e industrial, que desarrollará poderosamente las zonas más dinámicas del conjunto europeo. Los estados continúan con su proceso centralizador, lo que genera no pocos enfrentamientos y tensiones internas.
Más información Francia
La primera mitad del siglo XVII será una época de crisis para Francia mientras que en la segunda inicia el despegue hacia una etapa de esplendor.
Más información Reinado de Enrique IV
La política del nuevo monarca Borbón se caracterizaría por la recuperación del poder del Estado, por la afirmación de su autoridad y la de sus ministros, por los planes de reconstrucción económica y, en el plano interestatal, por su oposición al dominio español de la Europa occidental. En el interior del país, los deseos de orden y de paz y el hastío de la pugna religiosa ayudaron muy mucho a la reconstrucción nacional.
Más información Luis XIII y Richelieu
El cardenal Richelieu constituyó la pieza clave del aparato de poder centralizado que tenía en Luis XIII el símbolo del absolutismo monárquico. Entre ambos personajes se dio una confluencia de intereses que hizo posible el engrandecimiento de la Monarquía de derecho divino y el fortalecimiento de su prestigio. El mandato de Richelieu no estuvo nunca del todo consolidado ni la situación política se normalizó durante su larga estancia en el poder; por contra, contó casi siempre con el rechazo de poderosos enemigos dentro de la Corte y fuera de ella.
Más información Mazarino y La Fronda
La muerte de Luis XIII supondrá el inicio de la regencia de Ana de Austria y la designación de Mazarino como primer ministro. La política de Richelieu fue continuada por Mazarino, generando del mismo modo fuertes oposiciones. El estallido político y social que se produjo en los años centrales de la centuria, conocido como la Fronda (1648-1653) será el movimiento más importante contra el cardenal.
Más información Monarquía hispánica
La Monarquía hispánica en el siglo XVII se mostró inoperante e ineficaz para hacer frente a los graves problemas que se le presentaron, incapaz de frenar la pérdida de una buena parte del Imperio y de mantenerse a la cabeza de las potencias europeas. Los reyes que ocuparon el trono a lo largo del siglo XVII dejaron bastante que desear como gobernantes, dejando los asuntos políticos en manos de sus validos.
Más información Reinado de Felipe III
Al poco tiempo de la coronación, Felipe III abandonó las tareas de gobierno en manos de su hombre de confianza, el duque de Lerma, quien a partir de entonces sería el encargado de dirigir y controlar los asuntos de la Monarquía hispana. El Gobierno de Lerma supuso el triunfo de la corrupción, de la venalidad, de la ineficacia. El afán por el rápido enriquecimiento personal fructificó por doquier en los ambientes cortesanos y burocráticos. En 1618 Lerma fue sustituido en la privanza regia por su hijo, el duque de Uceda.
Más información Política del Conde-Duque
Tras la muerte de Felipe III será su joven hijo Felipe IV quien le suceda en el trono español. El fenómeno del valimiento siguió cobrando importancia en menoscabo del protagonismo de la Corona, cuyo titular claudicó muy pronto como dirigente político, dedicándose casi enteramente a disfrutar de la vida cortesana y los placeres culturales a los que tan aficionado era. El nuevo hombre fuerte del gobierno será el conde-duque de Olivares. La política de Olivares se orientó hacia los siguientes objetivos: reforzar el poder estatal; moralizar la sociedad española y racionalizar el ordenamiento estamental; una proyección exterior de grandeza que convertiría a la Monarquía hispana en gran potencia mundial.
Más información Movimientos separatistas
La década de los 40 del siglo XVI será proclive para los movimientos separatistas en el Imperio Hispánico: Cataluña, Portugal, Andalucía, Valencia, Aragón, Nápoles o Sicilia serán algunos de los focos rebeldes que, tarde o temprano, serán sofocados, a excepción de Portugal.
Más información Inglaterra
Durante el reinado de Jacobo I quedaron sentadas las bases sobre las que se asentarían los graves acontecimientos que se iban a producir en el de su sucesor, Carlos I, tanto más cuanto que la actuación de éste no haría sino profundizar las grandes divergencias que se habían creado entre el rey y el Reino. La disolución del Parlamento en 1640 motivaría el estallido de la guerra civil.
Más información La Guerra Civil y la Dictadura
La convocatoria del Parlamento Largo en 1640 será clave en el proceso revolucionario; se opuso a la jerarquía episcopal, por un lado, mientras que, por otro, lanzaba fuertes acusaciones contra los favoritos del rey. Se atacaba con dureza el mal gobierno del rey y Carlos I, ante las amenazas, abandonó Londres, iniciándose la guerra civil que dará paso a la férrea dictadura de Cromwell, nombrado Lord Protector.
Más información Holanda
A lo largo del siglo XVII las Provincias Unidas alcanzarán un notable nivel de desarrollo económico, social, político y cultural, a pesar de que las duras condiciones naturales de su pequeño ámbito territorial y su escasa población suponían importantes inconvenientes para lograr constituirse, como lo hicieron, en una de las principales potencias europeas de la época.
Más información Las Alemanias
Tras la Guerra de los Treinta Años, la fragmentación política de Alemania se hizo todavía más evidente, pues continuó dividida en varios centenares de entidades políticas casi independientes, cuyos gobernantes gozaban de amplísimos poderes que abarcaban, entre otros derechos, el de acuñar monedas, formar ejércitos propios, cobrar impuestos, incluso el de llevar a cabo unilateralmente la política exterior que considerasen beneficiosa a sus intereses particulares. No obstante, el Imperio seguía existiendo desde el punto de vista institucional, manteniendo por lo demás el título de emperador su prestigio y significación honorífica. La familia Habsburgo siguió manteniendo la corona imperial.
Más información Las Italias
Un profundo estancamiento, con claros síntomas de decadencia económica y deterioro social y muy condicionado por la excesiva fragmentación política que seguía padeciendo y por continuar siendo objeto de disputa en la lucha que mantenían los Habsburgo y Francia por el dominio internacional será la situación que vivirá la península italiana durante el siglo XVII. Tan sólo supo conservar su prestigio cultural y artístico.
Más información Europa del Norte y del Este
Los Estados de los países nórdicos y orientales -Suecia, Dinamarca, Polonia y Rusia- tienen bastantes elementos comunes a lo largo del siglo XVII; eran Estados que se extendían por territorios amplísimos, con densidades bajas de población y con fronteras poco definidas, continuamente amenazadas por la tendencia a la expansión de los otros gobiernos de la zona, lo que generaba de continuo conflictos y tensiones bélicas que se veían incentivados, por otra parte, por los problemas internos de cada uno de ellos, que provocaban, al amparo de la debilidad que esto suponía, el intervencionismo de los restantes.
Más información Suecia
El papel de Gustavo Adolfo II será fundamental para la monarquía sueca, estableciendo como objetivo convertir a Suecia en una gran potencia, controlar el Báltico para hacerlo un lago sueco y extender la causa protestante, de la que se mostró un ferviente defensor. Para llevar a cabo sus planes se asociará con los intereses nobiliarios, encarnados por Axel Oxenstierna. Cristina I y Carlos Gustavo X intentarán continuar esa política de engrandecimiento del Estado.
Más información Dinamarca
Dinamarca en el siglo XVII sufrirá una dificultosa marcha hacia un absolutismo monárquico que fuera capaz de dominar a la muy poderosa aristocracia terrateniente. Cristian IV y Federico III intentarán consolidar la fortaleza de la Corona.
Más información Polonia
A lo largo del siglo XVII, la Corona polaca no tuvo el mismo éxito que sus vecinos suecos o daneses en la tarea de sometimiento de la nobleza, lo que se convirtió en un pesado lastre que terminaría por hundir la nave del inestable e inoperante Estado. La Monarquía, que seguía siendo electiva, era muy débil, al igual que su aparato de gobierno, frente a la casi omnipotente nobleza de corte feudal.
Más información Rusia
La muerte de Boris Godunov llevrá a Rusia a una situación caótica que se mantendrá en las décadas iniciales del siglo XVII. Los enemigos exteriores no tardaron en sacar buen provecho de ello, lanzándose sobre el suelo ruso en busca de nuevos dominios, caso de los suecos, e incluso pretendiendo ocupar directamente el poder. El nombramiento de Miguel III como zar supondrá el fin de la "época de las turbulencias". Su primer objetivo tuvo que ser el de recuperar la normalidad política y social, fortaleciendo la autoridad del poder central, controlando las protestas sociales y aumentando la capacidad de actuación de las fuerzas de seguridad y militares para así recuperar el dominio sobre la población y quitarse de encima la presión exterior de sus rivales vecinos. La difícil labor de reconstrucción y afianzamiento del Estado ruso prosiguió, incrementándose, con el mandato del nuevo zar Alexis.
Más información Imperio Otomano
Los enfrentamientos sucesorios, la descentralización del Imperio, la lucha por el poder entre el sultán y el gran visir o la penosa situación financiera serán algunas de las causas de la decadencia que vive el Imperio Otomano en la primera mitad del siglo XVII, olvidado el esplendor de la centuria pasada.
Más información El reformismo de los Köprülü
La debilidad del Estado otomano en las décadas precedentes, sujeto a levantamientos y rebeliones, fue atajada por los Köprülü, quienes establecieron medidas para fortalecer el poder estatal y la Administración. Sin embargo, la posición otomana en Europa fue retrocediendo, perdiendo terreno frente a unos Estados europeos cada vez más potentes
Más información Relaciones internacionales
Relaciones internacionales
La hegemonía de los Habsburgo en el conjunto europeo se verá amenazada por la pujanza de Francia e Inglaterra. El control del Mediterráneo, hasta el momento la más importante vía comercial, enfrentará a algunas naciones cristianas con el Imperio otomano.
Más información Conflictos europeos de Carlos V
Francia y el Imperio Otomano serán los principales enemigos de Carlos V a lo largo de los casi cuarenta años de reinado. Los problemas religiosos en Alemania y la enemistad de varios Estados italianos, que deseaban liberarse de toda relación con el Imperio, también acompañarán el conflictivo reinado del emperador. Como aliado, salvo el apoyo ocasional de algún Papa, sólo podía contar con Inglaterra, carente aún de pretensiones coloniales.
Más información Guerras italianas
Entre 1494 y 1515 las coronas de Francia y España se enfrentarán por la posesión del reino de Nápoles, reclamado por ambos, y el Milanesado. La gran triunfadora será España que conseguirá el dominio del reino del sur.
Más información Carlos V y Francisco I
El reino de Francia lindará con los Habsburgo en España, los Países Bajos y el Franco Condado, de tal forma que se sentirá prácticamente cercada. En esta situación, el control sobre Milán era esencial para ambas potencias. La rivalidad entre Carlos V y Francisco I se había iniciado con la candidatura de ambos a la elección imperial de 1519. La guerra abierta la inició poco después el rey francés. El primer enfrentamiento se resolvió a favor de Carlos tras la victoria de Pavía; el segundo acabó con la firma de la Paz de las Damas (1529) y el tercero con el Tratado de Niza (1538).
Más información Extensión a los Países Bajos
Un cuarto conflicto entre España y Francia se extendería a los Países Bajos. La invasión imperial por la frontera norte francesa consiguió la firma de la paz en Crépy (1544), por la que Francia renunciaba a la alianza turca y a sus pretensiones sobre Nápoles y los Países Bajos. A la paz de Crépy sucedió en Italia una tregua inusitadamente larga. Pero un nuevo conflicto estalló por la posesión de los ducados de Parma y Plasencia, punto inicial de un nuevo enfrentamiento hispano-francés que finalizó, con la mediación del Papa y de Inglaterra, con la firma de la paz de Vaucelles de 1556, que estableció una tregua de cinco años sobre la base del statu quo en el momento inicial de la guerra, situación que beneficiaba a Francia.
Más información Abdicación y tratado de Cateau-Cambrésis
En 1556 Carlos V abdica y divide sus posesiones entre su hijo Felipe y su hermano Fernando. La aparente menor capacidad de ambos será aprovechada por Francia que sale derrotada en San Quintín. La conflictiva etapa acabará con la firma del Tratado de Cateau-Cambresis por el que Francia renunció para siempre a sus ambiciones italianas y devolvió Saboya y Piamonte al duque de Saboya, Córcega a Génova y el Monferrato a Mantua.
Más información Expansión otomana
La posición dominante lograda por el Imperio otomano en el Mediterráneo oriental, sus intentos en el occidental y su avance hasta Europa central y por el contorno del Mar Negro, será motivo constante de preocupación de los Habsburgo, de Polonia-Lituania, de Venecia y del principado de Moscú. Los enfrentamientos se localizaron en dos áreas geográficas diferenciadas, con participantes diferentes en cada caso, por un lado en la Europa situada al norte de los Balcanes, y por otro en el Mediterráneo.
Más información Enfrentamientos en el Danubio
La consolidación del Imperio Otomano como principal fuerza en Oriente motivará su expansión hacia la zona del Danubio, alcanzando en 1529 las puertas de Viena. Carlos V tuvo que rechazar el avance turco pero los problemas no se solucionaron. La situación en Hungría se complicó hasta la firma de la paz en 1553 que restableció en el trono de Hungría a Juan Segismundo Zapolya y Fernando firmó una tregua con los turcos, a quienes reconoció el pago de un tributo anual.
Más información Conflictos en el Mediterráneo
La hegemonía veneciana en el Mediterráneo será sustituida por la otomana, especialmente durante el reinado de Solimán el Magnífico. Carlos V reaccionó ocupando Túnez y La Goleta pero fracasó en Argel. La ayuda de Barbarroja a los otomanos será crucial para su consolidación como potencia mediterránea.
Más información Lucha por la hegemonía báltica
En este área se enfrentarán las aspiraciones expansionistas de Polonia-Lituania, Suecia y Rusia con la Hansa y con Dinamarca que, pese a la independencia sueca, defenderá sus posiciones gracias a la ventaja estratégica y económica que suponía el control de los estrechos del Sund.
Más información Fin de la Unión de Kalmar
La Unión de Kalmar mantenía desde 1397 en unas mismas manos las tres Coronas de Noruega, Suecia y Dinamarca, que tenía la posición dominante. Sin embargo, el poder del rey era más nominal que real frente a la nobleza y la Iglesia, y las Coronas de Noruega y Suecia aceptaban mal la hegemonía danesa. La Hansa apoyaba a Suecia en su deseo de debilitar todo lo posible la Unión. Los intentos del rey Cristian II de fortalecer su poder, someter a nobleza e Iglesia con el apoyo de los sectores campesinos y burgueses y eliminar la autonomía sueca, provocaron una sublevación general que terminará con la Unión de Kalmar.
Más información Hegemonía polaca y rusa
Aunque Polonia-Lituania constituían un Estado fundamentalmente continental, la necesidad de asegurar las exportaciones de sus granos al occidente europeo la implicó en la pugna por el control del Báltico. En su deseo de conseguir un lugar en el área báltica, buscó la alianza de Suecia, que se encontraba en la misma situación y también pretendía forzar el control que sobre el Sund mantenía Dinamarca. Por otra parte, el lento avance hacia las orillas del Báltico y del Mar Negro será una constante de la política exterior rusa en este siglo XVI y en los siglos siguientes, muestra del empeño del nuevo Estado de abrirse a Europa y ser considerado uno más de entre los miembros de la comunidad europea.
Más información Hegemonía española
Desde la paz de Cateau-Cambrésis de 1559, se inició un período de paz entre Francia y España, que no reanudarán sus hostilidades hasta finales de siglo. Por el contrario, a la tradicional amistad anglo-española sucedió una enemistad irreconciliable en el terreno político, religioso y colonial. Cada vez con más fuerza, los antagonismos religiosos no sólo eran un factor de desorden interno sino que estarán presentes en todos los conflictos internacionales, especialmente en la Guerra de los Países Bajos.
Más información Política exterior filipina
La separación del Imperio permitió a Felipe II centrarse en sus propios intereses y conseguir que la Monarquía española alcanzara el cenit de su poderío, siendo sin duda la potencia hegemónica del Continente.
Más información Fin del problema turco
La victoria de los aliados en Lepanto (1571) supondrá el inicio de una etapa de tranquilidad en el Mediterráneo a partir de 1574. En Hungría la amenaza turca se dejó de sentir con la muerte de Solimán en 1556.
Más información Sublevación de los Países Bajos
El apego a las libertades del país y la expansión del calvinismo desde mediados de siglo explican la oposición al gobierno español en los Países Bajos. Margarita de Parma se enajenará la voluntad de la alta nobleza, que vio reducida su importancia y desoídas sus peticiones de tolerancia religiosa, autonomía política y retirada del ejército español. La llegada del duque de Alba con plenos poderes para sofocar la revuelta provocará el estallido de una guerra que durará más de 80 años.
Más información Enfrentamiento anglo-español
El mantenimiento de la soberanía española sobre los Países Bajos requería el envío frecuente de tropas por mar y que aquéllos no contasen con ayuda exterior inglesa. Las relaciones hispano-inglesas se degradaron con rapidez ante los episodios cada vez más frecuentes de corsarismo en las costas europeas, facilitados por la rebelión de los Países Bajos y las guerras de religión francesas, con grave deterioro de las relaciones mercantiles de la zona y la ruina consecuente del mercado de la lana castellana. En 1585 la guerra quedó abierta y tres años después se produjo el desastre de la Armada de Inglaterra.
Más información Guerra con Francia
La muerte de Enrique III sin sucesión motivó que Felipe II planteara para el vacante trono francés la candidatura de su hija Isabel Clara Eugenia, apoyada con la invasión militar del norte de Francia en 1590. La apertura de un nuevo frente de guerra no fue una solución adecuada y el rey español alcanzó un acuerdo de paz (Vervins, 1598) con el nuevo soberano francés, Enrique IV.
Más información Batalla de Lepanto
Batalla naval entre la Liga Santa -integrada por España, Venecia y los Estados Potificios- y el Imperio Otomano que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571. Las naves de la Liga comandadas por don Juan de Austria consiguieron la victoria.
Más información Conflictos en el Este y el Norte
Rusia y Suecia se configuran como las dos potencias en sus respectivas áreas de interés: este y norte de Europa. En el proceso por lograr la hegemonía, los enfrentamientos son constantes, y afectan a potencias de fuera de la zona.
Más información Expansión rusa
La amenaza del avance ruso -debido a la agresiva política de Iván IV- forzó la unión de Polonia y Lituania, que en la Asamblea celebrada en Lublin en 1569 decidieron constituir un solo Estado con un soberano común, situación que se mantendría por dos siglos. Mientras, la rivalidad permanente entre Suecia y Dinamarca por el control sobre el Báltico, acabó desembocando en la guerra de los Siete Años (1563-1570), que terminó en un conflicto generalizado. Al Congreso de Stettin de 1570, que dio fin a la guerra, asistieron representantes de los contendientes y de Inglaterra, Escocia, España, Brandeburgo y Sajonia, que vieron con preocupación el deterioro del comercio de un área conveniente para todos.
Más información Hegemonía sueca
En 1604 Carlos IX inició una Monarquía fuerte por el apoyo de la nobleza, la burguesía y el campesinado, con la clara vocación de alzarse con la hegemonía en esta zona de Europa, lo que conseguirá un siglo más tarde.
Más información Europa en guerra: 1600-1660
Entre 1600 y 1660 Europa vivirá una larga etapa de conflictos, siendo el más importante la Guerra de los Treinta Años.
Más información Tensiones internacionales
Los primeros años del siglo XVII verán momentos de paz debido al cansancio por las continuas guerras del siglo anterior y al cierto espíritu de tolerancia religiosa. Esta tranquilidad era, sin embargo, precaria, debido a la inseguridad de las fronteras, que obligaba a una alerta continua.
Más información Ascenso de Suecia
Dinamarca, Suecia y Polonia desearán imponerse sobre las otras potencias bálticas, sin olvidar los intereses económicos de las Provincias Unidas, cuyos comerciantes dominaban los intercambios marítimos, e Inglaterra, bien establecida en la red comercial rusa. Suecia se convertirá durante un siglo en la potencia más destacada del Báltico.
Más información Europa danubiana
En las primeras décadas del siglo XVII la región del Danubio manifiesta una inestabilidad política permanente.
Más información La Guerra de los Treinta Años
Entre 1618-1648 se desarrolla uno de los conflictos más importantes de la época moderna: la Guerra de los Treinta Años que se entrelazará con otros conflictos manteniéndose las hostilidades hasta 1660.
Más información Causas del conflicto
Causas de carácter político, religioso y económico se mezclan en el conflicto más largo que se vive en el siglo XVII.
Más información La revuelta bohemia
La Dieta de Bohemia reunida en mayo se alzó en rebeldía contra la política católica del emperador Matías I y eligió a Federico V del Palatinado como rey de Bohemia. La reacción imperial no se hizo esperar y Fernando II buscó la colaboración necesaria para acabar con la revuelta. El ejército imperial, formado por tercios españoles provenientes de Flandes y por tropas bávaras, controló la situación en Austria, invadió Bohemia y consiguió la victoria decisiva de la Montaña Blanca (noviembre de 1620).
Más información Extensión del conflicto
Extensión del conflicto
La agresiva actitud del victorioso Imperio, aliado con la Monarquía Hispánica, provocará la rápida respuesta de los protestantes, liderados en un primer momento por Cristian IV de Dinamarca. La derrota de éste motivaría el apoyo de Francia a Gustavo Adolfo de Suecia, cuya intervención resultará crucial en un primer momento para los protestantes. La reacción católica, liderada por el cardenal infante don Fernando, obtendrá una importante victoria en Nördlingen (1634), obligando a los protestantes a firmar la paz de Praga al año siguiente.
Más información Generalización de la guerra
El apoyo de Richelieu a los protestantes será crucial ya que desde 1637 la guerra se vuelve claramente en contra de los imperiales, complicada con los levantamientos independentistas, en 1640, de Cataluña y Portugal, alentados por Francia. El ejército francés consiguió la victoria en Rocroi y el sueco derrotó a los daneses. Las conversaciones de paz que se venían intentando desde comienzos de los años cuarenta se precipitaron, y en 1648 se firmó la paz de Westfalia.
Más información Paz de Westfalia
Aparte de la resolución de los problemas de orden internacional, en Westfalia nació un nuevo orden imperial y sus acuerdos fueron considerados ley del Imperio. En el orden religioso, Westfalia supuso para Alemania el fin de todas las disputas habidas desde el inicio de la Reforma. Francia fue la gran ganadora mientras en el Báltico, Suecia se convirtió en la potencia hegemónica durante los setenta años siguientes.
Más información Guerra franco-española
Tanto por mar como por tierra, la alianza entre Inglaterra y Francia puso en una situación difícil a España, a la que no pudo ayudar el emperador Leopoldo III ante el veto de la Dieta. La victoria francesa de las Dunas y su avance hacia Bruselas llevaron a España a acelerar las negociaciones de paz. La Paz de los Pirineos (1659) supuso el hundimiento de España, que quedó relegada ante el ascenso de Francia, que dominará las relaciones internacionales del occidente europeo durante el resto del siglo.
Más información Paz del Norte
El rey Carlos X Gustavo de Suecia decidió la invasión de la debilitada Polonia-Lituania lo que provocó la formación de un frente antisueco. La nueva situación decidió a Holanda y a Viena a intervenir en serio y la guerra, ya europea, terminó en 1660 con una doble paz.
Más información Asia y África
Al comenzar el siglo XVI, existían en Asia y África unos grandes imperios que, en fuerza militar, organización política, desarrollo económico y esplendor cultural, no sólo no estaban por debajo de los europeos, sino que en muchos aspectos los superaban. Sin embargo, también para los extraeuropeos el inicio de la Modernidad supondrá ciertos cambios, el contacto con mundos hasta entonces desconocidos a través del trueque de mercancías y de tenues intercambios culturales y religiosos que, aunque de momento no transformen sus estructuras económicas y mentales, acabarán en la dominación del europeo sobre los otros habitantes del planeta.
Más información Persia
En las montañas de Azerbaidjan surge la dinastía turcomana de los sefévidas. Ismail fue el creador de la nueva unidad persa, perdida en el siglo VII tras la conquista islámica. A la unión territorial siguió la religiosa pero la vertebración administrativa de las distintas regiones y de poblaciones tan diferentes como las tribus turcomanas nómadas y los sedentarios persas será el principal problema.
Más información Apogeo de los sefévidas
El reinado de Abbas I aportará a la dinastía Safévida su momento de apogeo. Consiguió imponerse a sus peligrosos enemigos otomanos y uzbecos, reorganizó el ejército e inició la centralización administrativa, dividiendo el Imperio en provincias, a cargo de un gobernador La tranquilidad interior y exterior y la tolerancia religiosa favorecieron el desarrollo económico, a lo que se unió una activa política de obras públicas. Los sucesores de Abbas ejemplificarán bien la decadencia en la que se desenvolverá la vida persa hasta finales de siglo.
Más información Condiciones del desarrollo económico
La agricultura en el Imperio Persa será un importante motor económico, a pesar de las diferencias naturales del territorio. El comercio era el sector económico más activo mientras que las manufacturas, sobre todo de artículos suntuarios, se vieron favorecidas por la demanda de la Corte y del creciente comercio.
Más información India
India conocerá el final del sultanato de Delhi y la llegada del Imperio mogol, que constituirá un Estado fuerte y poderoso a nivel regional.
Más información Fundación del Imperio Mogol
La debilidad del sultanato de Delhi y la división política de los territorios dejaba la India a merced de una invasión victoriosa todo el territorio. Esto fue lo que ocurrió cuando el señor de Kabul, Babur el León, tras invadir el Punjab, decidió en 1526 apoderarse de Delhi. Fue investido emperador del Indostaní y así comenzó el Imperio mogol en la India. Su sucesor, Akbar, realizó la política necesaria para la construcción de ese Estado grande, fuerte y brillante que llegó a ser la India mogol.
Más información Organización administrativa
La nueva administración establecida por Akbar dividió al territorio en trece provincias, a la cabeza de cada una de las cuales había un gobernador, con poderes políticos, fiscales y militares. A su vez se dividían en distritos y éstos en subdistritos, con su correspondiente personal militar y fiscal.
Más información Apogeo del Imperio
Durante el siglo XVI la labor política del Imperio Mogol se centra en la consolidación y la unificación de los territorios heredados, la anexión de algún otro, el desarrollo de fluidas relaciones comerciales con el exterior y el mantenimiento de la paz interior conseguida por el clima de tolerancia impuesto por Akbar. El Imperio del Gran Mogol alcanza su máximo esplendor.
Más información Bases económicas
La India era un país muy densamente poblado, al que se le calculan para comienzos del siglo XVI unos 100.000.000 de habitantes. A pesar de la producción exuberante, que tanto admiraba a los europeos, la alta densidad de población motivaba la precariedad de la alimentación, y la nula comercialización de los productos básicos hacía que cualquier alteración del frágil equilibrio entre población y cosecha pudiese provocar escasez, hambre y muerte. La India era un país eminentemente agrícola, sector de donde habían de recaudarse la mayor parte de los impuestos. La artesanía de lujo era muy abundante en la India y existían excelentes artesanos de cada ramo. La industria textil será la más floreciente.
Más información Imperio Chino
El Imperio chino vivirá el paso de la dinastía Ming a la invasión manchú y el establecimiento de la dinastía Qing.
Más información La China Ming
En 1368 se inicia la dinastía Ming y sus primeros emperadores consiguieron un período de prosperidad, tranquilidad y desarrollo basado en una administración eficaz y centralizada. Esta centralización de la maquinaria administrativa y militar propiciaba el reforzamiento de la autoridad imperial, absoluta e incluso despótica, que se asentaba sobre las apetencias de diversos sectores sociales cuyas ambiciones se contrarrestaban mutuamente.
Más información La conquista manchú
La decadencia mostrada por la dinastía Ming permitió la conquista de los manchúes, organizados en la dinastía Qing. En 1644 los manchúes tomaron Pekín y nombraron emperador a Shunzi pero el control absoluto del territorio tardaría en llegar una decena de años.
Más información Dinastía Qing
Kangxi (1662-1722), fue el primer emperador Qing que pudo enfrentarse, sin preocupaciones de paz interior, con la reforma del Estado, el aumento del poder imperial y el desarrollo económico, tareas todas que llevó a cabo con gran eficacia y energía, por lo que puede considerarse uno de los grandes estadistas de su tiempo y uno de los más grandes emperadores de la historia china.
Más información Crecimiento y decadencia económica
Los progresos agrícolas y el desarrollo general de la economía durante gran parte del Imperio Ming favorecieron un constante aumento demográfico. En la práctica, la situación del campesinado empeoró a lo largo de los siglos XV y XVI. La estructura social de la China de los Ming tampoco beneficiaba el desarrollo de una burguesía comercial y artesanal potente. La expansión general económica hasta bien entrado el siglo XVI y la demanda de las populosas ciudades y, sobre todo, de la floreciente clase de los mandarines, dieron lugar al desarrollo de un artesanado variado y cualificado, destacando la porcelana y las sederías. El final del período Ming fue especialmente próspero para el comercio y las finanzas, que propiciaron la aparición de una pequeña burguesía urbana.
Más información Contacto con el exterior y repliegue
Fueron los portugueses los que iniciaron las relaciones de los pueblos occidentales con China. Los españoles, a partir de 1571, se asentaron en Filipinas. El Imperio chino no hizo más que entreabrir una puerta para el comercio con el exterior y se mantuvo decididamente hostil a cualquier intercambio cultural. La única excepción fueron los jesuitas, desde el momento que decidieron conocer el idioma y la cultura china y presentarse como embajadores, no de unas potencias codiciosas, sino de la ciencia occidental.
Más información Japón
Profundas transformaciones sociales y políticas se suceden en Japón durante estos años. Están en juego la configuración política del territorio y el reparto del poder. La apertura hacia el exterior provoca cambio en principio bien recibidos y más tarde el cierre nacionalista.
Más información Shogunato Ashikaga
A mediados del siglo XV diversas circunstancias fueron mermando el poder central del shogún y propiciando una atomización entre múltiples familias feudales. Las guerras intestinas provocaron importantes cambios en el paisaje político japonés de comienzos del siglo XVI.
Más información Shogunato Tokugawa
El nuevo sistema político impuesto por los Tokugawa se basaba en el equilibrio de poder entre el shogunato y los daimyos, uno en el centro y los otros en sus provincias. Sin embargo, la balanza siempre estará a favor del shogún, por sus propiedades mucho mayores.
Más información Economía japonesa
La base productiva de la sociedad japonesa la constituía la agricultura, en la que se perciben todos los síntomas de un notable desarrollo desde los siglos XIV y XV. El cultivo mayoritario de la economía nipona era el arroz lo que permitió una gran densidad de población. El desarrollo de la agricultura en el siglo XVII estuvo estrechamente relacionado con la transformación de la sociedad campesina y los cambios de la industria y el comercio. La población aumentó al compás de las posibilidades de alimentación. La atomización señorial propició el surgimiento de numerosas poblaciones, con corporaciones artesanas y asociaciones de comerciantes. El comercio japonés mantuvo un activo tráfico de especias con Annam y Siam, mientras que las relaciones mercantiles con China se llevaron por medio de una atrevida piratería.
Más información De la apertura a la clausura
Las nuevas mercancías europeas, traídas al Japón por los portugueses desde 1543, causaron curiosidad y atracción. Los portugueses fueron estableciendo acuerdos locales con los daimyos, y, en 1571, Nagasaki se convierte en el principal centro de operaciones lusitanas.
Más información África
El final de la Edad Media y el inicio de la era moderna suponen para África la confirmación de su papel secundario en el conjunto de las relaciones mundiales. La presión del Islam y la Cristiandad relegan al continente africano al papel de mero proveedor de recursos humanos (esclavos) y materiales (materias primas). La dependencia exterior se acentuará paulatinamente hasta conformar un régimen colonial que pondrá cortapisas al desarrollo autóctono e impondrá profundos cambios estructurales en las culturas y poblaciones.
Más información África septentrional
La disgregación del Reino del Magreb, provocada por la inestabilidad interna, coincidió con el aumento del interés de las potencias extranjeras -fundamentalmente Portugal, España y el Imperio otomano- por establecerse en la zona y conseguir así dominar el comercio mediterráneo. La presencia de los piratas berberiscos sirve de excusa para la ocupación de determinadas plazas fuertes. La ocupación otomana supone la estabilización de la región y el consiguiente impulso económico de lugares como Argel, basados en la producción de bienes primarios, su excelente posición comercial y en el asentamiento de mercaderes extranjeros.
Más información Marruecos
Independiente del imperio otomano, Marruecos hubo de enfrentarse al avance de portugueses y españoles, interesados en buscar una ruta diferente a la mediterránea hacia el Oriente y sus exóticos productos. La evolución interna marroquí es una sucesión de enfrentamientos por el poder a cargo de diferentes dinastías, siempre bajo la bandera de la defensa de la religión y sus principios ortodoxos. La llegada al poder de Almanzor supone una época de relativa estabilidad y buenas relaciones con los reinos cristianos y el esplendor de la dinastía saadiana.
Más información África sudanesa
En el área subsahariana se desarrollan grandes imperios negros fueretemente condicionados por la cercana presencia islámica. Ghana, Mali, Songhay y Kanem alcanzan un esplendor basado en las relaciones comerciales con el África islamica y en la producción de bienes de lujo. La influencia musulmana se plasmará también en las esferas religiosa e intelectual, alcanzando esta última un alto nivel cultural. Las relaciones con el mundo árabe septentrional no siempre se mantendrán en términos de cordialidad, sino que el esplendor y desarrollo alcanzado por los imperios negros les convertirá en ocasiones en pieza codiciada, dando lugar a algunos enfrentamientos bélicos e intentos de ocupación.
Más información África occidental
La región, aunque influenciada por los cercanos Imperios negros situados más al norte, tiene un desarrollo propio, fundamentalmente de carácter urbano y comercial. En ella surgirán tres grandes civilizaciones: el pueblo yoruba, el reino de Benín y el Nupé.
Más información África ecuatorial
Las tribus del Africa Ecuatorial permanecían independientes, aunque existían algunas potentes con instituciones muy evolucionadas. La formación política más importante de esta zona era el Reino del Congo, que desde el siglo XIV se había convertido en un gran Estado situado en el curso inferior del río del que toma el nombre. En 1483 Diego Câo remontó el río Congo, al que llamó Zaire, y tomó contacto con el reino del mismo nombre, dando comienzo a la cooperación entre el país africano y Portugal, que continuó durante un par de siglos. Al sur del Congo se encontraba el Reino de Ndongo o Angola, que se convirtió en la colonia más cuidada de los portugueses.
Más información África oriental
Las luchas entre distintas tribus, entre musulmanes y cristianos, entre sectas de una y otra religión se han sucedido en el Africa oriental durante siglos. Etiopía es el Estado más conocido de esta región. El Imperio se irá extendiendo sobre los pueblos vecinos, algunos de los cuales eran musulmanes, como los situados en la costa somalí, y a través de ellos se restauró el contacto con Arabia y el Oriente. Desde Mogadiscio a cabo Delgado se extendía la civilización swahili. En el interior se crearon diversos reinos dominados por los pastores, siendo el más importante el de Kitara, y más al sur se encuentra el reino de Monomotapa.
Más información África austral
África austral
Los originarios ocupantes del África meridional eran los bosquimanos -que vivían de la caza y su organización social era muy primitiva-, los hotentotes -se dedicaban al pastoreo- y varios pueblos negros: bantúes, zulúes, pondos, swazis. En el siglo XVII los holandeses se establecerán en la costa Sur, desde donde marcharán hacia el Norte. Estos campesinos holandeses, los "boers", de muy baja instrucción y fanáticos calvinistas, ejercieron una dura dominación sobre las poblaciones indígenas.
Más información Madagascar
La compleja mezcla étnica de Madagascar -negros bantúes, a algunos inmigrantes árabes y europeos- aportó a la isla su característica más original. Los reinos malgaches serán las formaciones estatales más importantes. La situación estratégica de la isla en la ruta portuguesa hacia Asia provocó la llegada, primero, de lusitanos, y después de ingleses, holandeses y franceses.
Más información Imperio portugués
Desde el siglo XV estaba reservado a la Monarquía portuguesa la tarea de integrar África y Asia en los circuitos económicos mundiales, después de crear la ruta marítima de las Indias.
Más información Causas de la expansión
Cuestiones de carácter espiritual, militar, demográfico, económico, político, alimentario, técnico, cultural o comercial serán algunas de las razones por las que se realizaron los diversos descubrimientos portugueses a lo largo del siglo XV, siendo Enrique el Navegante uno de sus principales promotores.
Más información Cronología de los descubrimientos
La toma de Ceuta en 1415 es una fecha simbólica de inicio de la expansión. Después iniciaron la ocupación de las islas adyacentes, Madeira y las Azores. La superación del cabo Bojador por Gil Eanes en 1434 marcó un hito en la historia de la navegación. En 1444 se llega a Cabo Verde, Costa de Marfil se alcanzó en 1471 y en 1482 inició Diego Câo sus dos viajes, que lo conducirán al Congo y a explorar las costas de lo que será Angola. Bartolomé Dias continuó las exploraciones hacia el Sur en 1488 llegó al cabo que llamó de Buena Esperanza. En 1498 consiguió Vasco da Gama alcanzar Calicut (India), donde fue espléndidamente recibido y obtuvo licencia para comerciar.
Más información Organización del Imperio
La Corona portuguesa, que se veía libre de la lucha con el musulmán y no tenía los problemas externos e internos que sus coetáneas europeas, pudo permitirse organizar el imperio y el comercio colonial en su propio beneficio. El sistema de virreinato será el empleado por Portugal para organizar su imperio. El virrey Alfonso de Alburquerque se considera el verdadero promotor del Imperio portugués en Asia. A través de una cadena de factorías costeras el comercio portugués accedía a los mercados locales.
Más información El siglo XVII
Causas internas y externas motivarán que el Imperio afroasiático de Portugal inicie una etapa de retroceso en beneficio de otras potencias. Como contrapartida, el Brasil se desarrolló enormemente en el siglo XVII, como consecuencia de su inclusión en la ruta africana a Oriente, al convertirse en escala habitual.
Más información Descubrimientos franceses e ingleses
La división del mundo entre España y Portugal resultante del Tratado de Tordesillas empujó a Francia e Inglaterra a buscar la ruta hacia Catay por el Norte, tanto hacia el Este como hacia el Oeste. El resultado de estos viajes descubridores fue el reconocimiento de la costa atlántica septentrional del Nuevo Continente y aun el internamiento a través de sus ríos, con la esperanza de que alguno de ellos llevara finalmente al ansiado Pacífico. Hasta la segunda mitad del siglo XVI no se planteó el asentamiento de colonos en las nuevas tierras descubiertas, aunque tardarían en hacerse realidad.
Más información Nuevas potencias coloniales
A comienzos de siglo XVII, los imperios coloniales de las dos potencias ibéricas se encontraban en su cenit, aunque con claros síntomas de dificultades. A lo largo del siglo tuvieron que enfrentarse con una época de recesión, que las obligó a ceder terreno ante rivales más fuertes económicamente: Inglaterra, Holanda y, en menor medida, Francia.
Más información En el Índico
Desde fines del siglo XVI, los holandeses se habían convertido en los intermediarios del comercio europeo, superando a sus competidores ingleses, franceses y hanseáticos. Las Provincias Unidas contaban, pues, con la infraestructura económica y las posibilidades técnicas necesarias para hacerse sitio en el concierto colonial. Faltaba la ocasión, y ésta la proporcionó la anexión de Portugal por España en 1580, con las dificultades puestas al acceso de los navíos holandeses al puerto de Lisboa. Desde 1591 Inglaterra inició el comercio por la ruta portuguesa, pero, tras el fracaso de las expediciones aisladas, se decidió un tipo de organización más estable, y así vio la luz, en 1600, la "East India Company".
Más información En el Nuevo Mundo
Maryland, Virginia y Carolina serán durante mucho tiempo las colonias americanas más prósperas de la Corona inglesa. A bordo del "Mayflower",130 puritanos arribaron el 16 de septiembre de 1620 a la bahía de Plymouth y en los próximos años aparecieron nuevos asentamientos a lo largo de la costa (Salem, 1628, y Boston, 1630). La actuación de los holandeses en Norteamérica fue mucho más limitada que la de sus rivales británicos. La Nueva Compañía de Holanda intentó la colonización de la zona comprendida entre Virginia y Nueva Francia.
Más información La cultura del Renacimiento
Una nueva cultura y mentalidad aflora en la Europa tardomedieval, con características que aludirán peyorativamente -aportadas por la historiografía posterior- a la iluminación tras una larga época de tinieblas y oscuridad y que permiten a los hombres del renacimiento conectar con el esplendor de la antigüedad.
Más información Renacimiento y Humanismo
El Renacimiento es una época de ruptura con el oscurantismo medieval, un período de renovación del arte y de las letras, de recuperación y de acercamiento a los clásicos, de restauración de la Antigüedad, de un uso novedoso de la razón en todos los campos del saber. Asimismo, el período se caracteriza por la aparición de un fuerte proceso de secularización de la vida política y por la presencia de una escuela de pensamiento nueva, el Humanismo.
Más información El Humanismo
Humanismo fue uno de los conceptos creados por los historiadores del siglo XIX para referirse a la revalorización, la investigación y la interpretación que de los clásicos de la Antigüedad hicieron algunos escritores desde finales del siglo XIV hasta el primer tercio del siglo XVI. Se trata de un movimiento que no sólo fue pedagógico, literario, estético, filosófico y religioso, sino que se convirtió en un modo de pensar y de vivir vertebrado en torno a una idea principal: en el centro del Universo está el hombre, imagen de Dios, criatura privilegiada, digna sobre todas las cosas de la Tierra.
Más información Vehículos del Humanismo
La imprenta, los contactos epistolares entre los propios humanistas y las Universidades serán los principales vehículos del Humanismo.
Más información Humanismo italiano
En la Italia del siglo XV existen, al menos, dos centros de Humanismo: el florentino y el del resto de las ciudades y cortes italianas. Las principales ideas de lo que podríamos denominar humanismo cívico florentino son: gusto por el cultivo del latín, pasión por el arte antiguo, amor por la libertad como independencia política frente a la tiranía; reivindicación de los poetas modernos (Dante, Petrarca, Boccaccio); adaptación de los métodos de la crítica de textos al uso de las fuentes históricas; búsqueda de la verdad en el quehacer historiográfico. Si el Humanismo florentino es cívico, producto de ciudadanos particulares, surgido en un contexto político propicio, el que se desarrolló en los otros Estados y ciudades es cortesano.
Más información Humanismo nortealpino
Desde Italia el ideario humanista se trasladó a las ciudades y cortes del centro y occidente de Europa: Países Bajos, Francia, Inglaterra y España, manifestando en cada zona elementos autóctonos junto a influencias italianas.
Más información La ruptura de la Cristiandad
En el origen de todo ese proceso, que conduce desde la mera crítica hasta la elaboración por parte de los reformadores de una nueva doctrina, se encuentran tres causas. En primer lugar, en el origen de la reforma protestante está la disolución del orden medieval; en segundo lugar están los abusos morales de algunos Pontífices y del clero; en tercer lugar encontramos algunos factores netamente religiosos, como la falta de claridad dogmática.
Más información Lutero y la Reforma
La figura de Lutero será fundamental para la Reforma. Sus primeros escritos relacionados con las indulgencias no pretendieron causar una ruptura en el seno de la Iglesia pero al ser excomulgado fue configurando su pensamiento de ruptura, no sólo con la Iglesia sino también con el Humanismo.
Más información Reformas post-luteranas
Las corrientes posluteranas llegaron a corregir, a matizar y, en ocasiones, a modificar las ideas originales. Las más importantes serán las desarrolladas por Zwinglio y los anabaptistas.
Más información El anglicanismo
La piedad popular llena de supersticiones y de mediaciones, los abusos del clero (excesos morales, absentismo pastoral) y las críticas y exigencias de los medios intelectuales humanistas serán también en Inglaterra las causas de la Reforma. Pero será una petición de anulación matrimonial por Enrique VIII y un divorcio por razones de Estado, lo que produjo la ruptura con Roma. Durante el reinado de Isabel I se formula y se afianza el anglicanismo con aportaciones protestantes.
Más información Calvino y el calvinismo
La segunda generación de reformadores tiene en Calvino a su principal representante. Los ginebrinos le llaman en 1541, aceptando las condiciones que Calvino en las "Ordenanzas eclesiásticas de la iglesia de Ginebra" imponía para el establecimiento de la Iglesia: la ordenación del culto y la estructura de cuatro oficios (predicadores, maestros, presbíteros y diáconos). Ginebra, la ciudad-iglesia, se convierte de ese modo en la nueva Roma.
Más información Reforma de la Iglesia Católica
En Italia y España ya habían empezado a desarrollarse esfuerzos de renovación religiosa que continuaron durante el cisma luterano. El proceso sólo cristalizó bajo el pontificado de Paulo III, cuando la obra del Concilio de Trento extendió la Reforma por todo el orbe católico. Puede considerarse que la reforma católica, tan solicitada por los humanistas cristianos, había comenzado en España antes de que Lutero rompiese con la Iglesia. En España, finalmente, tuvo su origen la Compañía de Jesús, la orden religiosa que más empeño y más ideas puso y aportó a la reforma del catolicismo universal.
Más información La Compañía de Jesús
Fundada en 1539-40 por San Ignacio de Loyola, la Compañía de Jesús será el instrumento más eficaz de la renovación eclesiástica. Desde su fundación, la Compañía se propagó rápidamente por España, Portugal e Italia e intentó fortalecer el catolicismo en la misma Alemania. Desde 1549 había jesuitas trabajando en la India y con la misma confianza pasaron a Brasil, China y Macao. En cambio, los progresos fueron menores en Francia y en los Países Bajos.
Más información El Concilio de Trento
En mayo de 1542 Paulo III convoca el Concilio de Trento. Las sesiones, interrumpidas en múltiples ocasiones, finalizaron en 1562. El Concilio de Trento afrontó problemas dogmáticos como la precisión de la fe católica contra los errores del protestantismo, aunque las cuestiones de la primacía papal y del concepto eclesial no se modificaron. Reafirmando la doctrina tradicional, el Concilio fijó el contenido de la fe católica. Por otra parte, el Concilio abordó plenamente la reforma del clero al desterrar los abusos denunciados desde la Baja Edad Media.
Más información Pensamiento económico renacentista
La política no tuvo en el siglo XVI más objetivo que asegurar la supervivencia, el engrandecimiento y la prosperidad del Estado con relación a los demás Estados soberanos. De este modo surge en la Inglaterra de Enrique VIII, en la Francia de Luis XII y de Francisco I y en la Castilla de los Reyes Católicos un conjunto de prácticas y de medidas económicas estatales encaminadas a fortalecer la soberanía nacional, denominadas historiográficamente mercantilismo.
Más información La Escuela de Salamanca
Se atribuye la formación de la Escuela de Salamanca a tres profesores: Francisco de Vitoria, Domingo de Soto y Martín de Azpilcueta. Entre sus logros se hallan la exposición de una teoría subjetiva del valor, la aceptación de la ley de la oferta y de la demanda como determinantes de los precios en condiciones de competencia perfecta, el establecimiento del valor del dinero en función, no sólo de su abundancia o escasez, sino de su capacidad de compra, la formulación de la teoría cuantitativista del dinero, y por influencia de esa teoría, la del intercambio de divisas.
Más información Debates monetarios
Los protagonistas de la discusión económica en Francia e Inglaterra coinciden en la lista de asuntos y, en líneas generales, en su tratamiento. Su conclusión teórica es que el oro y la plata constituyen el signo de una actividad económica beneficiosa, pero no son la riqueza misma. Para atraerlos hay que producir, importar poco, exportar mucho, atrayendo con ello los metales preciosos extranjeros, desarrollar la agricultura, la minería y las industrias reglamentadas.
Más información Pensamiento mercantilista
El pensamiento mercantilista recoge ese conjunto de ideas favorecedoras de la intervención del Estado en la vida económica, partidarias de la autarquía conjugada con la voluntad exportadora, hostiles a las clases ociosas, enemigas de la ostentación desmedida y el lujo, confiadas en la importancia del oro y la plata como forma de riqueza de una nación, atentas no sólo a la bondad de una balanza comercial favorable sino también al desarrollo de la agricultura, la industria y la minería. El español Luis Ortiz será quien mejor recoja estos planteamientos.
Más información Políticas mercantilistas
La consecuencia más inmediata de la política mercantilista fue la intervención directa de los Estados en la actividad económica, controlándola y organizándola gracias a una reglamentación multiforme, recurriendo al estimulo de la producción interior, a la creación de monopolios estatales, a la búsqueda de recursos, ya fuera mediante la colonización, ya fuera mediante la presión militar o política sobre otros Estados más débiles.
Más información Pensamiento político renacentista
Los humanistas llegaron a la conclusión de que los hombres son los únicos responsables del bien o del mal que les ocurra, que hay que luchar por la patria, que hay que luchar por la gloria y no por el dinero, que todo ciudadano disfruta de iguales oportunidades de participar activamente en la vida política. La idea de conservar la libertad y la justicia como valores superiores de la vida política fue sustituida por la de mantener al pueblo en estado de seguridad y de paz.
Más información Maquiavelo
Maquiavelo
Del conjunto de las obras de Maquiavelo se desprenden tres conclusiones. La política es un arte racional en sus principios, que recoge en sus cálculos, fundados sobre regularidades, todos los datos accesibles de la experiencia. Al mismo tiempo es también un arte positivo, en el sentido de que rechaza toda discusión sobre los valores y los fines. En tercer lugar, la política tiene su propia autonomía con respecto a la religión, a la que concibe subordinada a aquélla, como un instrumento más de poder y como elemento de cohesión social.
Más información Tomás Moro
El humanista Moro se rebela contra la servidumbre y la proletarización de los campesinos, privados de trabajo, expulsados de los campos y obligados por las circunstancias a dedicarse al robo para cubrir la mera supervivencia; denuncia la represión judicial que eso acarrea; descubre la avaricia, la pereza y la arrogancia del clero y de la aristocracia, a los que hace culpables directos de esa situación, etc. El sistema es enteramente malo. La alternativa es Utopía.
Más información Erasmo de Rotterdam
Uno de los temas más recurrentes de la obra de Erasmo es la crítica moral de las crueldades y de los abusos cometidos por los gobernantes sobre los hombres. Irónica y elocuente, la crítica se encuentra sobre todo en los "Adagios" (1500) y en el "Elogio de la locura" (1511). Sus propuestas para acabar con las guerras consisten en la fijación de fronteras y del orden de las sucesiones, en la utilización de la capacidad de arbitraje de las autoridades morales y religiosas y en un llamamiento a la caridad cristiana.
Más información Lutero y Calvino
Para Lutero la autoridad política deriva de Dios. Por esa razón el príncipe ha de imponer la verdad; debe dedicarse a sus súbditos, a quienes mantendrá en paz y abundancia; deberá conservar la paz externa y no abusará nunca de su autoridad. La doctrina política de Calvino parte de su teología, cuya idea básica es que el poder de Dios domina toda la creación. Nada sucede en el mundo sin la voluntad de Dios. Precisamente de ella emana todo derecho.
Más información Respuesta teológica
La respuesta de los teólogos a los planteamientos políticos de Lutero y Calvino plantea que las dos autoridades -temporal y espiritual- son distintas entre sí y cada una suprema en su orden y cada una subordinada a su fin. Sin embargo, como el fin de la Iglesia es superior, ésta como sociedad perfecta que es puede intervenir en esa otra sociedad que es el Estado. Se sigue de esto que el Papa es superior no sólo a la persona del rey, sino incluso a su poder temporal, aunque éste sea soberano y, por ello, puede dirigir e incluso deponer a los reyes para la realización de los fines espirituales de la Iglesia.
Más información Ciencia renacenstista
El Renacimiento científico debe mucho a la Edad Media. Los progresos se produjeron fundamentalmente en cinco saberes: matemáticas, astronomía, física, química y anatomía.
Más información Arte renacentista
En el arte renacentista los modelos góticos son desplazados por los de la Antigüedad clásica, entre los que se buscan y encuentran nociones científicas de belleza y armonía. Al contrario que en el arte medieval, esta definición de belleza no será reflejo de la divinidad, sino la expresión de un orden intelectual y profano, que encuentra su lenguaje en la medida, el número y la proporción. También la Naturaleza será percibida y descrita al margen de lo divino. El modo adecuado de su representación será la perspectiva, es decir, la reducción del espacio a términos matemáticos. De la naturaleza, el cuerpo humano constituirá el máximo de las perfecciones, objeto que sustituye a la divinidad en las obras de arte, como reflejo del antropocentrismo del pensamiento humanista.
Más información Italia
El arte renacentista en Italia se divide en dos grandes etapas: el Quattrocento cuyo centro de gravedad será Florencia y el Cinquecento que tiene en Roma a su principal sede. Frente al arte del Quattrocento, de inspiración predominantemente mundana, nace en el Cinquecento una nueva concepción del arte religioso y eclesiástico, donde lo importante es la solemnidad y la fuerza expresiva.
Más información Escuelas nacionales
Francia será el país donde el arte renacentista italiano tendrá una mayor influencia. La introducción del Renacimiento italiano en los Países Bajos fue lenta y difícil debido a que tropezaba con un arte autóctono sólido de altísimo nivel y gran tradición. La división política y religiosa de Alemania a partir de 1520 se manifiesta, en el plano artístico, en un rechazo a todo lo que procedía de Roma y en un desprecio considerable de un arte desnaturalizado por referencias paganas. En España se aprecian las influencias italianas con elementos autóctonos, resultando un arte de gran belleza.
Más información El Manierismo
Los artistas posteriores a Rafael siguen la línea de los grandes maestros de la primera etapa del Cinquecento pero manteniendo, en principio, una clara personalidad artística. Este estilo se ha venido llamando Manierismo y se supone la culminación del Renacimiento.
Más información Literatura renacentista
El Renacimiento literario se gestó en Italia en torno al siglo XIV mientras que el Cinquecento constituye la cumbre de la literatura italiana y por extensión de la europea. Dante, Petrarca y Boccaccio serán las bases en las que se inspiren los próximos literatos. También en el Renacimiento surge un nuevo teatro inspirado en el romano, especialmente en la comedia de enredo de Plauto y Terencio.
Más información Literatura hispánica
En los reinos de la Península Ibérica también se produjo un claro prerrenacimiento durante el siglo XV, aunque esa aproximación al Renacimiento fuese más tardía y más superficial. Si el tránsito de lo medieval a lo moderno en la prosa castellana es fluido, por lo que respecta a la poesía podría decirse que se produjo una auténtica ruptura con el pasado. La narrativa renacentista española fue un género muy apreciado por los lectores de entonces. Por su parte, el género dramático español no adoptó plenamente las formas y temáticas renacentistas. Seguía siendo un teatro de cámara y de salón para un público cortesano y nobiliario y tenía una finalidad funcional ornamental.
Más información Literatura europea
El desarrollo de la literatura inglesa, hasta que triunfen las formas renacentistas, fue muy lento y complejo. En la literatura portuguesa el Renacimiento no se percibe hasta el pleno siglo XVI. La modernización de la literatura francesa tampoco tuvo lugar hasta el siglo XVI y, como todos los europeos, el Renacimiento francés es deudor de Italia y de preocupaciones humanistas.
Más información El progreso de la cultura escrita
Asistimos en la época renacentista al desarrollo de una cultura fundamentalmente escrita, si bien en el terreno específicamente literario eso no signifique el abandono de la tradición oral como medio de transmisión textual. Entre las múltiples razones que justifican este auge de lo escrito, podemos considerar tres: el significativo aumento del número de lectores, las modificaciones entre autor y receptor de la obra literaria y, como expresión técnica de las dos anteriores, la consolidación de la imprenta como vía de difusión de los textos.
Más información La cultura del barroco
Surgido en principio como respuesta católica a la Reforma luterana y como medio de expresión de las monarquías absolutas, el Barroco será no sólo un movimiento artístico sino una época de renovación que afecta a todas las esferas de la vida social europea y extraeuropea.
Más información La renovación cristiana
Después del Concilio de Trento, de las guerras de religión en Francia, de la consolidación del protestantismo en el Imperio, se produjo en el orbe católico un dinámico clima de renovación que tuvo los efectos deseados, sobre todo en Francia. Los intentos de renovación católica no llegaron a tierras del Imperio hasta mediados del siglo XVII, con resultados desiguales y menos contundentes que en el país galo.
Más información Espiritualidad cristiana
La Iglesia católica conoció, desde los inicios del siglo XVII, un intenso florecimiento místico y espiritual. Esta espiritualidad vinculada a la mística no impidió el desarrollo de un Cristianismo activo, militante y eficaz, especialmente en el terreno de la caridad cristiana. Las instituciones católicas francesas se consagraron a la enseñanza como la mejor y más eficaz forma de apostolado. Los ejercicios de piedad se revitalizaron también durante el siglo XVII, propagados por teólogos de prestigio o por devotos y religiosos cultos.
Más información Controversia doctrinal entre católicos
En el seno de la Iglesia católica se produce un intenso debate alrededor de los planteamientos de Cornelius Jansen, dividiéndose el mundo católico entre jansenistas y antijansenistas.
Más información Decadencia protestante
Al igual que en el seno del catolicismo, en las comunidades reformadas -calvinistas, luteranos o anglicanos- vivieron a lo largo del siglo XVII diversos e intensos debates de carácter teológico.
Más información La revolución científica
La primera mitad del siglo XVII es de una importancia capital en la historia del pensamiento científico pues ve nacer una nueva ciencia, moderna, experimental y cuantitativa, que se desarrollará en los siglos siguientes. La nueva ciencia fue instaurada al margen de la enseñanza oficial.
Más información Condiciones del trabajo
Hasta mediados del siglo XVII la primacía científica la tuvieron las ciudades italianas; fuera de Italia, las universidades que más cultivaron las ciencias fueron las holandesas Leiden y Utrecht. Sin embargo, serán en las sociedades científicas donde se produzca un mayor desarrollo de la ciencia. El fin perseguido por las academias no era otro que la difusión de la ciencia y el fomento de los intercambios de puntos de vista entre científicos. Las revistas también serán un importante vehículo de trasmisión de las novedades científicas. El italiano y el latín eran consideradas las primeras lenguas científicas.
Más información Fundamentos de la nueva Filosofía
Uno de los cambios de actitud más característicos de la nueva investigación científica fue el de buscar la comprensión de la Naturaleza no por la observación inmediata, sino por las subyacentes estructuras matemáticas y mecánicas, tratando de descubrir, mediante análisis teóricos sistemáticos y cuantitativos, la auténtica estructura del mundo real. La novedad de la nueva filosofía radicaba en el intento de utilizar los éxitos del análisis experimental, matemático y cuantitativo, como el único criterio para decidir sobre las conclusiones acerca de la naturaleza de las cosas.
Más información Las Matemáticas
Las matemáticas se convirtieron durante el siglo XVII en el lenguaje de la ciencia moderna y sus progresos condicionaron los de ésta. Las líneas de actividad de las matemáticas durante el siglo XVII fueron dos: la primera fue la introducción de la geometría analítica; el segundo campo de actividad fue la invención de las cantidades infinitesimales.
Más información La Mecánica
La nueva ciencia que surge en el siglo XVI comporta esencialmente, junto con las leyes de la caída de los cuerpos, la solución del problema del movimiento de un proyectil sin resistencia alguna del medio. Galileo, Torricelli, Gassendi, Huygens y Descartes serán los principales científicos que se dediquen a estas cuestiones.
Más información Revolución astronómica
El siglo XVII será la edad de oro de la astronomía. Las figuras más destacadas son Kepler, Galileo y Newton. Las supervivencias escolásticas serán eliminadas poco a poco. Por otra parte, se descubrirán instrumentos de observación nuevos. La geografía, el arte de la navegación, la geodesia, la física se beneficiarán de los progresos de la astronomía y de sus novedades instrumentales.
Más información Óptica y Medicina
El progreso técnico e instrumental en la fabricación de lentes, microscopios y anteojos astronómicos permitirá la renovación de la óptica. En medicina, mientras el siglo XVI fue la época de progreso de la anatomía, el XVII fue el de la fisiología.
Más información Pensamiento político absolutista
Desde el punto de vista político el absolutismo salió aparentemente reforzado de la crisis que se vive en el siglo XVII, de tal manera que esta centuria ha sido presentada como la del apogeo del absolutismo. Pero se trata, en realidad, de un absolutismo precario, híbrido y en vías de ser superado. Las principales obras políticas de la época provienen de Inglaterra y de los Países Bajos.
Más información Teóricos del Derecho Natural
Los teóricos del derecho natural durante el siglo XVII justificarán las ambiciones personales y nacionales, proporcionando a los soberanos instrumentos utilísimos en su lucha contra las pretensiones de la nobleza, que reivindicaba sus privilegios para oponerse a las tendencias centralizadoras de las Monarquías modernas. Los primeros teóricos iusnaturalistas modernos no escolásticos fueron Grocio y Pufendorf.
Más información Absolutismo en Francia
Los escritos políticos del cardenal Richelieu y Bossuet serán las bases teóricas del absolutismo en Francia durante el siglo XVII. Según este último los súbditos deben obediencia y respeto a la autoridad regia que es sagrada, paternal y absoluta, por lo que quien pretenda derribar un gobierno legítimo se convertirá en enemigo de Dios mismo, de quien emana toda autoridad.
Más información Filosofía política inglesa
Las reivindicaciones absolutistas de los monarcas Jacobo I y Carlos I tendrán su contestación por parte del parlamento y de una serie de teóricos adversarios de la teoría absolutista. Hobbes se constituirá en el máximo defensor del absolutismo y en el más firme enemigo de la revolución.
Más información Baruch de Spinoza
El pensamiento político de Spinoza deriva de su filosofía de su metafísica: en el preciso momento en que Spinoza descubre en su "Ética" la impotencia de la razón sobre las pasiones para conducir al hombre hacia la libertad, invoca la necesidad del Estado, de la organización social. Eso le condujo a escribir y a reflexionar sobre la política, sobre la pasión como punto de partida y sobre la libertad como meta. Opta en la política por un método realista y pragmático, que supone una continuación de Maquiavelo y que parece coincidir con Hobbes en su concepción del derecho natural.
Más información Arte Barroco
Arte Barroco
El arte nacido en Italia a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, y que durante todo este siglo se propagaría a toda Europa se denomina Barroco. Se trata de un arte creado por la renovación católica frente al protestantismo. Este arte austero y funcional, de combate y disciplina, pensado y reglamentado por Trento derivó en poco tiempo hacia la suntuosidad, la riqueza y el recargamiento. El Barroco era un arte religioso y teatral. Y también constituía el reflejo de una sociedad determinada: la sociedad monárquica, señorial y rural. En aquella sociedad el poder de los soberanos absolutos se manifiesta en la suntuosidad, en el lujo, en la decoración y en la pompa de la vida cortesana, aristocrática y palaciega.
Más información Italia
Roma será la cuna del arte barroco. A la ciudad acudían artistas desde todas las regiones de Italia buscando la protección y el mecenazgo papal. Italia se convirtió de nuevo en el lugar al que todo artista tenía que acudir para formarse. Caravaggio, Bernini y Borromini ocuparían un lugar preeminente en la gestación del nuevo estilo.
Más información España
Ningún país acogió tan bien el arte barroco, en todas sus manifestaciones artísticas, como España, el país defensor del catolicismo y de la Contrarreforma, de la exaltación religiosa. El Greco, Ribera, Zurbarán, Velázquez, Murillo, Valdés Leal o Martínez Montañés serán los artistas más importantes del estilo barroco en España.
Más información El Barroco en Europa
A través de las corrientes de intercambio entre Italia y el norte de Europa, el Barroco alcanzó un importante desarrollo, destacando las escuelas de los Países Bajos -con Rubens, Van Dyck, Brueghel el Viejo, Rembrandt o Vermeer- y Francia -con Poussin o De la Tour-.
Más información Literatura Barroca
La literatura de los siglos XVI y XVII se basa en la misma premisa, el clasicismo, que diferencia a ambas con respecto a lo medieval, pero no entre ellas, pues su meta es conseguir el ideal clásico, aunque la justificación y la práctica del clasicismo varíe.
Más información Siglo de Oro español
La literatura española del siglo XVI y XVII alcanzará altas cotas de calidad con literatos como Cervantes, Góngora, Quevedo, Lope de Vega o Calderón. El desarrollo del teatro será espectacular y las obras dramáticas, llamadas genéricamente comedias, eran de tres tipos: la tragedia, en el sentido de acción catastrófica, escasamente representada y escrita, el drama y la comedia propiamente dicha.
Más información Teatro clásico francés
Durante la segunda mitad del siglo XVI, se produjo un cambio temático en el género dramático francés, que abandonó la farsa y la sátira cómica, para orientarse hacia la tragedia de tipo histórico en el siglo XVII. Corneille, Racine y Moliere serán los máximos representantes de este nuevo estilo.
Más información El teatro de Shakespeare
El Barroco tiene en la historia inglesa un sentido muy moderado, aunque si se acepta su presencia, como oscilación entre la energía renacentista y la impresión de ruptura y desgarramiento en el orden de los valores, habrá que convenir que el género dramático alcanzó, en ese momento, con la obra de Shakespeare, las cumbres de la perfección.
Más información España
Los siglos XVI y XVII estarán definidos en España por la presencia de la casa de Habsburgo en la corona, siendo frecuente la referencia a la España de los Austrias.
Más información Monarquía hispánica
La Monarquía hispánica en el siglo XVII se mostró inoperante e ineficaz para hacer frente a los graves problemas que se le presentaron, incapaz de frenar la pérdida de una buena parte del Imperio y de mantenerse a la cabeza de las potencias europeas. Los reyes que ocuparon el trono a lo largo del siglo XVII dejaron bastante que desear como gobernantes, dejando los asuntos políticos en manos de sus validos.
Más información Conflictos europeos de Carlos V
Francia y el Imperio Otomano serán los principales enemigos de Carlos V a lo largo de los casi cuarenta años de reinado. Los problemas religiosos en Alemania y la enemistad de varios Estados italianos, que deseaban liberarse de toda relación con el Imperio, también acompañarán el conflictivo reinado del emperador. Como aliado, salvo el apoyo ocasional de algún Papa, sólo podía contar con Inglaterra, carente aún de pretensiones coloniales.
Más información Hegemonía española
Desde la paz de Cateau-Cambrésis de 1559, se inició un período de paz entre Francia y España, que no reanudarán sus hostilidades hasta finales de siglo. Por el contrario, a la tradicional amistad anglo-española sucedió una enemistad irreconciliable en el terreno político, religioso y colonial. Cada vez con más fuerza, los antagonismos religiosos no sólo eran un factor de desorden interno sino que estarán presentes en todos los conflictos internacionales, especialmente en la Guerra de los Países Bajos.
Más información La Guerra de los Treinta Años
Entre 1618-1648 se desarrolla uno de los conflictos más importantes de la época moderna: la Guerra de los Treinta Años que se entrelazará con otros conflictos manteniéndose las hostilidades hasta 1660.
Más información Siglo de Oro español
La literatura española del siglo XVI y XVII alcanzará altas cotas de calidad con literatos como Cervantes, Góngora, Quevedo, Lope de Vega o Calderón. El desarrollo del teatro será espectacular y las obras dramáticas, llamadas genéricamente comedias, eran de tres tipos: la tragedia, en el sentido de acción catastrófica, escasamente representada y escrita, el drama y la comedia propiamente dicha.
Más información Inglaterra
En comparación con Francia y España, Inglaterra poseía una menor extensión territorial, contaba con una población más reducida y, lógicamente, disponía de recursos no tan cuantiosos, factores que la colocaban a comienzos de la modernidad en una posición modesta dentro del juego internacional, lugar que poco a poco iría mejorando hasta convertirse, ya en la segunda mitad del Quinientos, en otra pieza importante del engranaje de las relaciones entre los Estados.
Más información La Guerra Civil y la Dictadura
La convocatoria del Parlamento Largo en 1640 será clave en el proceso revolucionario; se opuso a la jerarquía episcopal, por un lado, mientras que, por otro, lanzaba fuertes acusaciones contra los favoritos del rey. Se atacaba con dureza el mal gobierno del rey y Carlos I, ante las amenazas, abandonó Londres, iniciándose la guerra civil que dará paso a la férrea dictadura de Cromwell, nombrado Lord Protector.
Más información Descubrimientos franceses e ingleses
La división del mundo entre España y Portugal resultante del Tratado de Tordesillas empujó a Francia e Inglaterra a buscar la ruta hacia Catay por el Norte, tanto hacia el Este como hacia el Oeste. El resultado de estos viajes descubridores fue el reconocimiento de la costa atlántica septentrional del Nuevo Continente y aun el internamiento a través de sus ríos, con la esperanza de que alguno de ellos llevara finalmente al ansiado Pacífico. Hasta la segunda mitad del siglo XVI no se planteó el asentamiento de colonos en las nuevas tierras descubiertas, aunque tardarían en hacerse realidad.
Más información El anglicanismo
La piedad popular llena de supersticiones y de mediaciones, los abusos del clero (excesos morales, absentismo pastoral) y las críticas y exigencias de los medios intelectuales humanistas serán también en Inglaterra las causas de la Reforma. Pero será una petición de anulación matrimonial por Enrique VIII y un divorcio por razones de Estado, lo que produjo la ruptura con Roma. Durante el reinado de Isabel I se formula y se afianza el anglicanismo con aportaciones protestantes.
Más información El teatro de Shakespeare
El Barroco tiene en la historia inglesa un sentido muy moderado, aunque si se acepta su presencia, como oscilación entre la energía renacentista y la impresión de ruptura y desgarramiento en el orden de los valores, habrá que convenir que el género dramático alcanzó, en ese momento, con la obra de Shakespeare, las cumbres de la perfección.
Más información Las Italias
Una vez concluidas las guerras de Italia en la primera mitad del siglo XVI, el mapa político italiano se simplificó mucho, tanto por la existencia desde entonces de cinco o seis núcleos políticos importantes (Nápoles, el Estado pontificio, Toscana, Saboya, Venecia, Milán...), como por el dominio ejercido por la Monarquía hispana sobre la mayor parte del territorio peninsular e insular italiano.
Más información Las Italias
Un profundo estancamiento, con claros síntomas de decadencia económica y deterioro social y muy condicionado por la excesiva fragmentación política que seguía padeciendo y por continuar siendo objeto de disputa en la lucha que mantenían los Habsburgo y Francia por el dominio internacional será la situación que vivirá la península italiana durante el siglo XVII. Tan sólo supo conservar su prestigio cultural y artístico.
Más información Guerras italianas
Entre 1494 y 1515 las coronas de Francia y España se enfrentarán por la posesión del reino de Nápoles, reclamado por ambos, y el Milanesado. La gran triunfadora será España que conseguirá el dominio del reino del sur.
Más información Italia
El arte renacentista en Italia se divide en dos grandes etapas: el Quattrocento cuyo centro de gravedad será Florencia y el Cinquecento que tiene en Roma a su principal sede. Frente al arte del Quattrocento, de inspiración predominantemente mundana, nace en el Cinquecento una nueva concepción del arte religioso y eclesiástico, donde lo importante es la solemnidad y la fuerza expresiva.
Más información Persia
En las montañas de Azerbaidjan surge la dinastía turcomana de los sefévidas. Ismail fue el creador de la nueva unidad persa, perdida en el siglo VII tras la conquista islámica. A la unión territorial siguió la religiosa pero la vertebración administrativa de las distintas regiones y de poblaciones tan diferentes como las tribus turcomanas nómadas y los sedentarios persas será el principal problema.
Más información India
India conocerá el final del sultanato de Delhi y la llegada del Imperio mogol, que constituirá un Estado fuerte y poderoso a nivel regional.
Más información Imperio Chino
El Imperio chino vivirá el paso de la dinastía Ming a la invasión manchú y el establecimiento de la dinastía Qing.
Más información Japón
Profundas transformaciones sociales y políticas se suceden en Japón durante estos años. Están en juego la configuración política del territorio y el reparto del poder. La apertura hacia el exterior provoca cambio en principio bien recibidos y más tarde el cierre nacionalista.
Más información África septentrional
La disgregación del Reino del Magreb, provocada por la inestabilidad interna, coincidió con el aumento del interés de las potencias extranjeras -fundamentalmente Portugal, España y el Imperio otomano- por establecerse en la zona y conseguir así dominar el comercio mediterráneo. La presencia de los piratas berberiscos sirve de excusa para la ocupación de determinadas plazas fuertes. La ocupación otomana supone la estabilización de la región y el consiguiente impulso económico de lugares como Argel, basados en la producción de bienes primarios, su excelente posición comercial y en el asentamiento de mercaderes extranjeros.
Más información África sudanesa
En el área subsahariana se desarrollan grandes imperios negros fueretemente condicionados por la cercana presencia islámica. Ghana, Mali, Songhay y Kanem alcanzan un esplendor basado en las relaciones comerciales con el África islamica y en la producción de bienes de lujo. La influencia musulmana se plasmará también en las esferas religiosa e intelectual, alcanzando esta última un alto nivel cultural. Las relaciones con el mundo árabe septentrional no siempre se mantendrán en términos de cordialidad, sino que el esplendor y desarrollo alcanzado por los imperios negros les convertirá en ocasiones en pieza codiciada, dando lugar a algunos enfrentamientos bélicos e intentos de ocupación.
Más información África occidental
La región, aunque influenciada por los cercanos Imperios negros situados más al norte, tiene un desarrollo propio, fundamentalmente de carácter urbano y comercial. En ella surgirán tres grandes civilizaciones: el pueblo yoruba, el reino de Benín y el Nupé.
Más información África ecuatorial
Las tribus del Africa Ecuatorial permanecían independientes, aunque existían algunas potentes con instituciones muy evolucionadas. La formación política más importante de esta zona era el Reino del Congo, que desde el siglo XIV se había convertido en un gran Estado situado en el curso inferior del río del que toma el nombre. En 1483 Diego Câo remontó el río Congo, al que llamó Zaire, y tomó contacto con el reino del mismo nombre, dando comienzo a la cooperación entre el país africano y Portugal, que continuó durante un par de siglos. Al sur del Congo se encontraba el Reino de Ndongo o Angola, que se convirtió en la colonia más cuidada de los portugueses.
Más información África oriental
Las luchas entre distintas tribus, entre musulmanes y cristianos, entre sectas de una y otra religión se han sucedido en el Africa oriental durante siglos. Etiopía es el Estado más conocido de esta región. El Imperio se irá extendiendo sobre los pueblos vecinos, algunos de los cuales eran musulmanes, como los situados en la costa somalí, y a través de ellos se restauró el contacto con Arabia y el Oriente. Desde Mogadiscio a cabo Delgado se extendía la civilización swahili. En el interior se crearon diversos reinos dominados por los pastores, siendo el más importante el de Kitara, y más al sur se encuentra el reino de Monomotapa.
Más información África austral
Los originarios ocupantes del África meridional eran los bosquimanos -que vivían de la caza y su organización social era muy primitiva-, los hotentotes -se dedicaban al pastoreo- y varios pueblos negros: bantúes, zulúes, pondos, swazis. En el siglo XVII los holandeses se establecerán en la costa Sur, desde donde marcharán hacia el Norte. Estos campesinos holandeses, los "boers", de muy baja instrucción y fanáticos calvinistas, ejercieron una dura dominación sobre las poblaciones indígenas.
Más información Europa del Norte y del Este
En el contexto europeo también destacan los países del norte y del este: Polonia, Dinamarca, Suecia y Rusia.
Más información Europa del Norte y del Este
Los Estados de los países nórdicos y orientales -Suecia, Dinamarca, Polonia y Rusia- tienen bastantes elementos comunes a lo largo del siglo XVII; eran Estados que se extendían por territorios amplísimos, con densidades bajas de población y con fronteras poco definidas, continuamente amenazadas por la tendencia a la expansión de los otros gobiernos de la zona, lo que generaba de continuo conflictos y tensiones bélicas que se veían incentivados, por otra parte, por los problemas internos de cada uno de ellos, que provocaban, al amparo de la debilidad que esto suponía, el intervencionismo de los restantes.
Más información ·Los Conflictos
Conflictos en el Este y el Norte
Rusia y Suecia se configuran como las dos potencias en sus respectivas áreas de interés: este y norte de Europa. En el proceso por lograr la hegemonía, los enfrentamientos son constantes, y afectan a potencias de fuera de la zona.
Más información Ascenso de Suecia
Dinamarca, Suecia y Polonia desearán imponerse sobre las otras potencias bálticas, sin olvidar los intereses económicos de las Provincias Unidas, cuyos comerciantes dominaban los intercambios marítimos, e Inglaterra, bien establecida en la red comercial rusa. Suecia se convertirá durante un siglo en la potencia más destacada del Báltico.
Más información Francia
Tras la guerra de los Cien Años en Francia se operó una amplia recuperación que en el terreno político se plasmaría en la consolidación de la autoridad monárquica y en la construcción de un Estado soberano, libre de injerencias extranjeras. A lo largo del siglo XVI se producen dos etapas: una de fortalecimiento y otra de decadencia.
Más información Francia
La primera mitad del siglo XVII será una época de crisis para Francia mientras que en la segunda inicia el despegue hacia una etapa de esplendor.
Más información La Guerra de los Treinta Años
Entre 1618-1648 se desarrolla uno de los conflictos más importantes de la época moderna: la Guerra de los Treinta Años que se entrelazará con otros conflictos manteniéndose las hostilidades hasta 1660.
Más información Descubrimientos franceses e ingleses
La división del mundo entre España y Portugal resultante del Tratado de Tordesillas empujó a Francia e Inglaterra a buscar la ruta hacia Catay por el Norte, tanto hacia el Este como hacia el Oeste. El resultado de estos viajes descubridores fue el reconocimiento de la costa atlántica septentrional del Nuevo Continente y aun el internamiento a través de sus ríos, con la esperanza de que alguno de ellos llevara finalmente al ansiado Pacífico. Hasta la segunda mitad del siglo XVI no se planteó el asentamiento de colonos en las nuevas tierras descubiertas, aunque tardarían en hacerse realidad.
Más información Imperio Germánico
Maximiliano I y Carlos V intentarían dinamizar y volver a engrandecer la idea imperial pero se encontrarán con grandes dificultades.
Más información Lutero y la Reforma
La figura de Lutero será fundamental para la Reforma. Sus primeros escritos relacionados con las indulgencias no pretendieron causar una ruptura en el seno de la Iglesia pero al ser excomulgado fue configurando su pensamiento de ruptura, no sólo con la Iglesia sino también con el Humanismo.
Más información Las Alemanias
Tras la Guerra de los Treinta Años, la fragmentación política de Alemania se hizo todavía más evidente, pues continuó dividida en varios centenares de entidades políticas casi independientes, cuyos gobernantes gozaban de amplísimos poderes que abarcaban, entre otros derechos, el de acuñar monedas, formar ejércitos propios, cobrar impuestos, incluso el de llevar a cabo unilateralmente la política exterior que considerasen beneficiosa a sus intereses particulares. No obstante, el Imperio seguía existiendo desde el punto de vista institucional, manteniendo por lo demás el título de emperador su prestigio y significación honorífica. La familia Habsburgo siguió manteniendo la corona imperial.
Más información La Guerra de los Treinta Años
Entre 1618-1648 se desarrolla uno de los conflictos más importantes de la época moderna: la Guerra de los Treinta Años que se entrelazará con otros conflictos manteniéndose las hostilidades hasta 1660.
Más información Grandes sultanes
Bayaceto II, Selim I, Solimán el Magnífico, Selim II, Amurates III, Mohamed III y Ahmed I configuran la lista de grandes sultanes otomanos.
Más información El reformismo de los Köprülü
La debilidad del Estado otomano en las décadas precedentes, sujeto a levantamientos y rebeliones, fue atajada por los Köprülü, quienes establecieron medidas para fortalecer el poder estatal y la Administración. Sin embargo, la posición otomana en Europa fue retrocediendo, perdiendo terreno frente a unos Estados europeos cada vez más potentes
Más información Expansión otomana
La posición dominante lograda por el Imperio otomano en el Mediterráneo oriental, sus intentos en el occidental y su avance hasta Europa central y por el contorno del Mar Negro, será motivo constante de preocupación de los Habsburgo, de Polonia-Lituania, de Venecia y del principado de Moscú. Los enfrentamientos se localizaron en dos áreas geográficas diferenciadas, con participantes diferentes en cada caso, por un lado en la Europa situada al norte de los Balcanes, y por otro en el Mediterráneo.
Más información Viajes y medios de transporte
Los viajes en la Edad Moderna estarán limitados por la inseguridad, la escasez de rutas y las características de los medios de transporte. Estas limitaciones motivarán que los viajes no sean muy numerosos, utilizando habitualmente para los desplazamientos sus propios pies.
Más información La percepción del tiempo
Los ritmos agrarios y la climatología marcan aún la vida durante la Edad Moderna en España. La vida urbana dependen más de horarios definidos pero en el campo es la luz solar la que organiza la vida. El peso del tiempo religioso todavía resulta considerable en la mayoría de los ambientes.
Más información Carnavales
El periodo anterior a la Cuaresma será celebrado en España de manera multitudinaria. Es un periodo de transgresión, en el que el disfraz se adueña de las calles y casi todo se ridiculiza. Los actos violentos se sitúan al orden del día, provocando infinidad de problemas de orden público. Un gran festín pone fin a la fiesta el día antes del miércoles de ceniza.
Más información La Cuaresma
El miércoles de ceniza se inicia la Cuaresma, momento de recogimiento y labor que finaliza en la Semana Santa, culminación del periodo con las procesiones y las penitencias.
Más información El cuidado del cuerpo
El cuidado del cuerpo será una de las obsesiones de los españoles de las clases altas durante el Siglo de Oro. Se establecerá un canon estético para las mujeres y otro para los hombres.
Más información El sexo
La moral sexual del Siglo de Oro español ofrece dos caras contradictorias. Por un lado el placer era perseguido por la Iglesia y la Inquisición, condenando a los fornicadores mientras que las clases altas de la sociedad -incluido buena parte del clero- tenían una apretada agenda sexual, comenzando por el propio monarca Felipe IV y continuado por algunos nobles como el conde de Villamediana.
Más información La prostitución
La prostitución alcanzará elevadas cotas a lo largo del Siglo de Oro, existiendo un amplio número de burdeles en la mayoría de las ciudades españolas. Su funcionamiento estaba reglamentado al igual que la edad de inicio en el oficio o los impuestos que debían pagar.
Más información Religiosidad
Tras el Concilio de Trento, España se convierten en paladín de la consiguiente Contrarreforma católica. La religiosidad definirá las vidas de los españoles, cambiando incluso sus hábitos de conducta. El dogma de la Inmaculada Concepción será el más importante de los desarrollados durante este tiempo.
Más información El honor y la honra
La honra será consideradas el valor más importante entre los hombres del Siglo de Oro, posiblemente como contestación a la "liberalización" de la mujer que se produce en esta época.
Más información La familia
Cuatro miembros en cada entorno familiar y una familia nuclear en la que la muerte definirá las relaciones es la fórmula que caracteriza a la familia española del Siglo de Oro.
Más información La mujer
Ordenar el trabajo doméstico, perpetuar la especie humana y satisfacer las necesidades afectivas de su esposo eran las tres funciones encomendadas a la mujer en el Siglo de Oro. El matrimonio concertado era algo habitual entre las clases acomodadas y la soltería estaba bastante mal vista. La libertad sexual de la época parece que motivó la disminución del número de vírgenes que recurrían a las celestinas para "recuperar" la virginidad demandada por los esposos.
Más información La casa, mobiliario y calles
En función de la división social aparecen diferentes viviendas en el Siglo de Oro que tendrán como elemento común un patio. El mobiliario era más bien escaso y las calles de las ciudades estaban llenas de inmundicias que algunos estudiosos contemporáneos llegaban a considerar incluso perjudiciales para la salud.
Más información Alimentación
La dieta se componía básicamente de pan y carne, en distintas cantidades según los posibles de cada cual. Los más pobres debían contentarse con ingerir legumbres, hortalizas, queso y aceitunas. Un trago de vino acompañaba la comida, por lo general una al día. El chocolate se convirtió en la bebida más popular, tomado siempre muy espeso.
Más información Vestido y modas
En la España del Siglo de Oro, el aspecto físico resulta determinante para situar al individuo en la escala social, al menos desde el punto de vista de la apariencia. La ostentación y el lujo marcan la moda femenina, mientras que la masculina aboga por la sobriedad y la austeridad. El culto al cuerpo hace que se utilicen todo tipo de trucos y aditamentos para remarcar u ocultar, según se desee. Chapines, guardainfantes, jubones, etc. son algunas de las prendas que impone la moda de la época.
Más información Hidalgos
La nobleza formaba parte del estamento privilegiado. No obstante, en este grupo regían también importantes diferencias jerárquicas y de estatus, pudiendo observarse en su seno desde Grandes del reino hasta hidalgos dedicados a la mendicidad. La aspiración de todos, en cualquier caso, huir del trabajo manual, vivir de las rentas y llevar una vida ociosa.
Más información El clero
Estamento numeroso, en su seno también había grandes diferencias. El Concilio de Trento fomentó el papel de las parroquias locales y del clero secular, en detrimento de las órdenes monacales, más díscolas y difíciles de controlar. La nueva ideología contrarreformista tuvo en los párrocos su vehículo de transmisión.
Más información Burguesía y campesinado
La crisis económica de finales del XVI y todo el XVII afecta especialmente al comercio, la industria y la agricultura. Los burgueses, enriquecidos con el dinero indiano, aspiran a convertirse en nobles y dejar de trabajar con las manos. Los campesinos son el grupo social más desfavorecido, viviendo en general por debajo del umbral de pobreza.
Más información Fiestas y diversión
Fiestas religiosas y divertimentos civiles rompían el ritmo normal de la vida cotidiana y marcaban hitos en la percepción del tiempo. La Iglesia de la Contrarreforma fomentó la uniformización de las celebraciones litúrgicas y vio en las ceremonias y devociones un modo de expresión ideológica. La población, sin distinción de clase, se entretenía con espectáculos programados, fundamentalmente comedias y corridas de toros. Los corrales de comedias fueron un espacio de representación teatral altamente popular y extendido.
Más información La marginación social
El esclavo ocupa el último lugar en la escala social, privado absolutamente de los derechos fundamentales. Moriscos y negros surten este grupo numeroso, en función de su religión pagana. Los indios americanos, considerados potencialmente evangelizables, no son en principio objeto legal de esclavitud. Una amplia capa de desheredados y pobres de solemnidad vagan por las ciudades en busca de sustento.
Más información Educación y cultura
La educación llegaba a un grupo minoritario de la población, tanto más restringido cuanto mayor era el grado de formación. El analfabetismo afectaba sobre todo a las clases mas populares y a las mujeres, incluso si eran nobles. Las universidades vieron crecer su número, pero el dinamismo y la capacidad de innovación fueron escasos, dedicadas más bien a surtir de funcionarios a la Administración. Alumnos o profesores célebres fueron fray Luis de León, fray Bernardino de Sahagún, Luis Vives, Cervantes, Azpilicueta o Hernán Cortés, entre muchos otros.
Más información El matrimonio
La familia española se diferencia de la europea en la precocidad de la edad matrimonial de la mujer, la baja natalidad y la abundante ilegitimidad. La institución matrimonial se legitimará tras el Concilio de Trento donde se dio carta de naturaleza sacramental al matrimonio.
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