San Sebastián es un santo de gran devoción popular, puesto que se le considera patrono de los enfermos. Georges de la Tour era de la región francesa La Lorena, que había sufrido terribles epidemias a lo largo del siglo XVII, de ahí el fervor que los fieles y el propio pintor sentían por San Sebastián. De la Tour pinta la escena con su habitual tenebrismo adaptado de Caravaggio. El santo, un soldado romano martirizado por sus compañeros al descubrirse sus creencias cristianas, es atendido de sus heridas por la viuda Irene. El cuerpo de San Sebastián destaca como el terciopelo, suave y cálido. San Sebastián era el prototipo de belleza masculina en la pintura religiosa. Toda la escena está iluminada irregularmente y con grandes contrastes producidos por la antorcha que porta Irene. De la Tour era muy aficionado a estos efectos provocados por la luz del fuego, que suele incluir en la mayor parte de sus obras.
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obra
La zona inferior del Políptico de la Misericordia está integrada por tres tablas; presidida por la Virgen, a cada lado hay sendas parejas de santos, siendo San Sebastián y San Juan Bautista los que se sitúan a la izquierda. Ambos personajes destacan por la iluminación empleada, formando contrastes lumínicos con los que Piero dota de volumetría a sus figuras, generando el espacio a pesar de encontrarse con un fondo dorado típico del mundo gótico. La influencia de Masaccio viene determinada por el aspecto escultórico de las figuras y la expresividad contenida en sus gestos.
obra
La imagen de este santo mártir ofrece las más típicas características de Zurbarán, en especial las de su época de prestigio recién adquirido en la ciudad sevillana. Su estilo se caracteriza en estos momentos y en este lienzo en particular por el evidente tenebrismo con el que realiza la obra. En el óleo tenemos la imagen del fraile mercedario atado por las manos, con el rostro desfallecido, caído patéticamente sobre su hombro. El escudo de su Orden cae oblicuo sobre el pecho, tan desmadejado como el cuerpo exánime del santo. La obra fue encargada junto con otros lienzos para el convento de Nuestra Señora de la Merced Calzada de Sevilla, el segundo encargo de importancia de Zurbarán en la capital andaluza. Destaca la dramática iluminación, con un fondo absolutamente negro que realza la triste silueta del monje, envuelto en sus hábitos blancos. La segunda llamada de atención es sin duda la cartela clavada con un alfiler en la cual el pintor estampa su firma. No es sino un trampantojo, un truco muy explotado por los pintores sevillanos del momento, fingiendo ser un papelito real sobre el lienzo. Esto demuestra la pericia del autor en su plasmación de la realidad y el engaño al espectador. Estaba colgado en una capilla donde se velaba a los difuntos.
Personaje
Religioso
Nacido en Londres, tomó partido primero en las Cruzadas para hacerse posteriormente hermano mercedario, dedicado al pago del rescate de los cautivos de los musulmanes. Se sabe también que combatió en la toma de Mallorca y que fue martirizado en Argel. Los católicos celebran su festividad el 14 de noviembre.
Personaje
Religioso
Nacido en Rostov, combatió a los mongoles en ayuda de Donsloi y fundó el monasterio de Troitskaya Laura. Considerado hombre piadoso, parece ser que en vida realizó numerosos milagros por lo que es uno de los patrones de Rusia.
obra
Hacia 1450 Piero della Francesca llega a Rímini para decorar la Capilla de las Reliquias del Templo Malatestiano, edificio plenamente renacentista diseñado por Leon Battista Alberti, arquitecto por el que Piero sentirá profunda admiración. Se trataría de una representación conmemorativa del monumento en la que aparecen San Sigismondo sentado, sujetando la esfera del mundo como símbolo imperial, y Sigismondo Pandolfo Malatesta, señor de Rímini. Junto al noble hay dos perros como clara referencia a la caza, una de las aficiones favoritas del señor; los animales están en posturas enfrentadas, dentro del interés obsesivo del pintor hacia la perspectiva. La figura de Sigismondo recuerda al retrato que Piero realizó por esas fechas siguiendo una medalla ejecutada por Matteo di Pasti, en cuyo anverso encontramos el Castello Simondo que aquí aparece en un óculo junto a una de las pilastras. El fresco está muy deteriorado pero se aprecia claramente la atracción hacia el dibujo, siguiendo a la Escuela florentina del Quattrocento que encabezaba Masaccio. Las figuras gozan de soberbia volumetría, aunque Sigismondo parece flotar en el espacio, quizá por la pérdida actual de pintura. La disposición de las figuras en el espacio es magistral ya que el pintor obliga a recorrer con la mirada toda la superficie de la pared, disponiendo las figuras en distintos planos que acentúan el ritmo horizontal y oblicuo. Los elementos decorativos, como las pilastras o las guirnaldas, otorgan una mayor gracia al conjunto, resultando una obra fundamental en la producción de Piero.
Personaje
Religioso
Durante el pontificado de Simplicio se produjo la caída del Imperio Romano de Occidente. Fue el responsable de imponer las decisiones del concilio de Calcedonia a la Iglesia griega, abriendo más la brecha entre ambas instituciones. Gracias a su piedad fue elevado a los altares, siendo su fiesta el 2 de marzo.
obra
Según el Evangelio de San Lucas (Cap. 2, 25-29): "Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba en él. El Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin ver al Cristo del Señor. Fue pues, movido por el Espíritu al templo; y al entrar los padres con el Niño Jesús, para cumplir lo establecido por la Ley acerca de El, lo recibió en sus brazos y bendijo". La iconografía desde el siglo XIV convierte a Simeón en Sumo Sacerdote y como tal aparece representado en este lienzo de Ribera. El santo tiene al Niño en sus brazos y dirige su mirada hacia arriba, recibiendo un potente foco de luz -heredero del tenebrismo- que resalta los brillos en su capa y en el cuerpo del Niño. Se trata de una imagen tremendamente naturalista en la que destaca el expresivo rostro de Simeón al igual que sus manos, tomados de modelos populares. La luz difusa y envolvente exalta el pictoricismo característico de esta etapa mientras que las pinceladas son rápidas y fluidas, creando cierto efecto atmosférico de inspiración veneciana. La composición repite los esquemas de esta época -véase San Jerónimo- al utilizar una pirámide que aporta mayor monumentalidad a la figura. En este caso, el Niño está en una diagonal con la que Ribera dota de mayor ritmo al conjunto.
obra
En 1514 Durero comenzó una serie de grabados dedicados a los doce Apóstoles. Los Apostolados, bastante comunes en los siglos XVI y XVII, permitían reunir todos los personajes que rodearon a Cristo. Las series podían tener otros temas, como los Reyes de Judá, u otros.Durero realizó los Apóstoles en diferentes momentos. Este San Simón lo terminó al mismo tiempo que San Bartolomé, y se caracterizan por llevar cada uno de ellos los instrumentos con los que fueron martirizados.