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monumento
Situado en la calle "Las Torres" n? 1. Se trata de un interesante edificio construido en el siglo XIX, antigua casa solariega de los marqueses de Torreblanca y hoy sede del Círculo Lucentino.
obra
El Museo del Prado posee una colección de seis tablas pasadas a lienzo procedentes del Monasterio de Jerónimos de la Sisla en Toledo. En el conjunto se representan diversos pasajes de la vida de Cristo y el Tránsito de la Virgen. El estilo del maestro responde a influencias alemanas, apuntándose a una serie de grabados de Martin Schongauer como fuente directa, e italianas, aunque predominen las tonalidades doradas típicas del gótico más arcaizante. La tabla de la Circuncisión nos muestra al sacerdote con capa y mitra episcopal, la Virgen sosteniendo al Niño y a la izquierda san José, santa Ana y varios acompañantes, desarrollándose la escena en el interior de un templo gótico.
obra
Para el Armario de la plata, Fra Angelico proyectó 41 paneles que desarrollaban los episodios más importantes de la vida de Cristo. Si bien la concepción de las escenas son de mano del maestro, la realización última de las pinturas corresponde, con toda seguridad, a sus ayudantes. Una de las escenas más peculiares sobre la infancia de Jesús es esta Circuncisión. El episodio se ejemplifica en el primer plano de la composición. El núcleo central de los personajes, se sitúan delante del coro de una iglesia, que alcanza en su espacialidad grandes cotas de verosimilitud. Tras el arco que da comienzo al tramo de bóveda, sustentado por columnas de capiteles corintios en colores azulados, se desarrolla en perspectiva toda la nave, que termina, en el plano de fondo con el ábside de la iglesia, bañado por la potente luz que entra por sus muros horadados de ventanas. Así, la luz se distribuye ejemplarmente a lo largo de los planos de la composición, creando ella misma el espacio en profundidad. La escenografía creada por Fra Angelico no se corresponde con la verdad histórica. En este sentido, lo que trata de hacer el monje pintor es acercar a sus contemporáneos un momento determinado de la historia bíblica. Por eso, la mayoría de las escenas del Armario de la plata están muy determinadas por la creación de un espacio concreto. Por otra parte, entre las figuras del primer término, destaca la postura del Niño, con las piernas extendidas en forma de aspa, aspecto que luego será utilizado para la iconografía del martirio de San Andrés.
obra
El taller de Tintoretto, especialmente su hijo Domenico, participará activamente en la ejecución de este lienzo, colocado en la sala baja de la Scuola Grande di San Rocco en agosto de 1587. La calidad cromática y las pesadas soluciones compositivas son índice del trabajo atribuido al taller.
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Este cuadro de grandes dimensiones formaba parte de un retablo en Jerez de la Frontera, que fue desmontado y diseminado. Otros cuadros del mismo retablo se encuentran en el Museo de Grenoble, como son la Anunciación, la Adoración de los Pastores y la Adoración de los Magos. Evidentemente, el retablo estaba dedicado la vida de Cristo. El tema de la circuncisión tardó en ser aceptado por la ortodoxia cristiana, que lo consideraba un barbarismo. Pero terminó por ser admitido cuando se identificó con el bautismo y con el sufrimiento de Cristo, que derramaba ya su sangre en sus primeros días (el octavo después del nacimiento según el ritual). Contrariamente a lo que los textos sagrados cuentan, San José ha llevado a su hijo a un espléndido templo y es atendido por el Sumo Sacerdote, engalanado con sus mejores ropas, lo que no haría en el caso del hijo de una familia pobre. En cualquier caso, la escena está revestida de recogimiento, que se trasluce en la actitud del padre y el sacerdote, mientras que el pequeño reluce en sus manos con su piel rosada y luminosa. Zurbarán, como medio para introducirnos en la escena, suele recurrir a personajes secundarios que miran al espectador y le dirigen con su actitud al tema principal. Es el papel del paje que lleva la jarra, como lo era la pastorcilla de la Adoración de los Pastores ya citada.
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Al igual que la Ascensión, esta pintura formaba parte de las decoraciones de la Capilla del Castillo de Mantua. Su estilo minucioso y decorativo es muy similar al de la Pala de San Zenón. El pintor se ha entretenido en pintar con gran detalle los mármoles de colores, los grutescos, los bajorrelieves que adornan la sala del templo judío donde se circuncidó a Jesús. En los tímpanos de los arcos vemos historias del Antiguo Testamento directamente relacionadas con el anuncio de la llegada del Mesías: a nuestra izquierda, el Sacrificio de Isaac y a la derecha, Moisés con las tablas de la ley. En el suelo, la escena real está protagonizada por el anciano sacerdote y María con Jesús que, asustado, se refugia en el seno de su madre. Al otro extremo está José, completamente aislado de la escena, con la cesta llena de ofrendas para el templo. Pero lo que sin duda destaca del cuadro es el aspecto de lujo y riqueza de la escena, tanto de los vestidos de los personajes, que parecen príncipes, como en el propio edificio, cubierto de mármol desde el suelo hasta el techo.
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Situada frente a la Adoración de los Reyes Magos, la Circuncisión es uno de los paneles más atractivos entre los pintados por Goya para la decoración de la iglesia de la Cartuja del Aula Dei. La iluminación nos traslada al grupo central, presidido por el Sumo Sacerdote y el Niño; en la derecha está la Virgen María, ocupando un papel protagonista mientras que san José se sitúa en un segundo plano. Ante el pequeño altar encontramos una magnífica ánfora y a los lados una figura femenina y un grupo de ángeles con un gran medallón. Las influencias clásicas y barrocas se mezclan en una obra en la que destaca la fuerza de sus tonalidades, aplicadas con rápidos toques de pincel.
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Según puede deducirse del estilo de Roelas, este artista viajó a Italia en algún momento al inicio de su carrera, y allí aprendió las bases de su estilo inmediatamente posterior al Manierismo y anuncio del próximo Barroco. En este óleo de gran tamaño se encuentran las características del pintor, como son las figuras al estilo italiano, perfectamente proporcionadas. La luz y el color de la pintura veneciana fueron adoptados también por el sevillano, especialmente a partir de los cuadros de Tintoretto y Bassano. De este modo, un cálido ambiente dorado envuelve a las figuras y parece arropar la mirada del espectador. Esta sensualidad se une a un gusto muy pronunciado por recrear la naturaleza y sus aspectos cotidianos, como puede apreciarse en los objetos de labores domésticas que pinta en su lienzo sobre la Educación de la Virgen o en el retrato del jesuita que aparece en este mismo óleo al pie de la Sagrada Familia.