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El grupo de figuras procedentes de Portonaccio de Veyes se ha atribuido a un artista conocido como Vulca. La escena que formaban representaba a Apolo tratando de arrebatarle una cierva a Heracles y Hermes, dios al que corresponde esta cabeza, trata de apaciguar a los contendientes. El rostro de Hermes, muy similar al de Apolo, por medio de algunos retoques y matices, muestra una alegre expresión.
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Espectacular cabeza de hombre en la que destaca la expresividad de su gesto, como Goya había hecho en infinidad de retratos. Según Juliet Wilson-Bareau "las miniaturas están coloreadas con pigmentos usados en aguadas transparentes y otras más opacas, generalmente azules y rojas, otras verdes y amarillas. Goya aprovechó los contornos más oscuros creados al secar la acuarela, o añadió pequeños toques de color". También forman parte de esta soberbia serie de miniaturas increíbles estampas como Majo y maja sentados u Hombre quitando pulgas a un perro.
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Esta célebre escultura conocida como Cabeza de Delos es uno de los ejemplos que conservamos que nos dan muestra de la importancia del retrato en esta época del helenismo final. A la representación realista del individuo, se añade ahora una búsqueda de la captación psicológica del modelo que se plasma por medio de la expresión del rostro y muy especialmente de la mirada del personaje.
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Cuando la Compañía de Artistas -integrada por los hermanos Klimt y Franz Matsch- recibió el encargo de la decoración de los techos del Burg Teather era consciente de que su prestigio estaba en juego. Si triunfaban -como ocurrió- se situarían en la élite artística de la capital del Imperio Austro-Hungaro. A Klimt se le adjudicaron cuatro de los paneles y para su ejecución definitiva no dudó en hacer un amplio número de dibujos, estudios, apuntes y bocetos. Esta figura que aquí contemplamos es uno de los protagonistas del Teatro de Taormina que simboliza el teatro romano. El realismo con el que está tratado la cabeza del hombre es una nota de la elevada capacidad como dibujante que siempre demostró el maestro, utilizando un trazo firme y seguro así como una acertada distribución de las sombras. La expresividad del gesto será una de las notas identificativas en los retratos del pintor. La influencia del clasicismo historicista de Hans Makart se mantiene en todas las escenas de la serie, evolucionando Klimt hacia un estilo propio en los cuadros de la Universidad. Por estos trabajos los integrantes de la Compañía recibieron la Cruz de Oro al Mérito y el encargo de "retratar" el interior del teatro.
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Alberto Durero desafió a todos los pintores de Venecia con su Fiesta del Rosario, un perfectísimo óleo que según él mismo terminó en cinco meses. Pero el desafío fue mayor cuando presenteó a Jesús entre los doctores, óleo que según él terminó en cinco días, un magistral ejemplo de gestualidad y psicología. Pese a lo que Durero dice, el cuadro contó con estuidos previos, que añadidos a los cupuestos cinco días de la pintura, alargan un tanto el tiempo de incubación de la obra.Entre los estudios previos tenemos esta hermosa cabeza adolescente, que es el rostro de Jesús con 12 años,en la posición definitiva que tendrá en el cuadro. La idealización es evidente, pero también lo es el empleo de un modelo físico ajeno, de Leonardo da Vinci. De este autor podemos encontrar una cierta ambigüedad fmenina en el bello rostro del adolescente, con sus largos cabellos cayendo a los lados del cuello y la mirada dulcemente entornada, exactamente del mismo modo en que el italiano dibujaba a sus modelos.
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En 1609 Rubens se casa en Amberes con Isabella Brant, joven de 18 años miembro de una cultivada y pudiente familia flamenca. De este matrimonio nacerán tres hijos: Clara Serena, Albert y Nicolas. No existe documentación alrededor de este retrato que los especialistas consideran de Clara Serena, basándose en el parecido con el retrato de su madre, especialmente los vivaces ojos. La delicada muchacha viste elegantemente, rodeando su cuello con una amplia gorguera muy a la moda de la época. Los firmes y delicados trazos con los que el maestro ha conseguido crear la belleza espiritual y física de su hija le sitúan entre los mejores dibujantes de la historia. Clara Serena falleció a los 12 años, en 1623. Tres años después, el pintor sufrió otra grave pérdida, su propia esposa, víctima de la peste.
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Esta cabeza de kore es claramente una obra ática, pero el rendimiento de la carne y de la sonrisa consiguen el máximo feminismo que pudiera realizar el cincel de los artistas de ese periodo arcaico.