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Ningún elemento podía quedar sin estudiar en la composición definitiva por lo que Degas también realizaría estudios de los caballos, animales que se habían puesto muy de moda en el Romanticismo y que el propio Degas representará en numerosas ocasiones por su afición a las carreras y al mundo hípico.
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En el mundo de las creencias chinas, es el séptimo animal de las Doce ramas celestiales y uno de los seis animales domésticos. Representa el Sur, entre los puntos cardinales, y el fuego, entre los elementos. Dada la variedad de equinos, su figura se asocia a la fuerza, velocidad o resistencia. Es uno de los asuntos más frecuentes de la iconografía china, dando lugar incluso a un género pictórico, con artistas especializados como Han Gan (715- c. 781) y Zhao Mengfu (1254- 1322).
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Nos encontramos ante un caballo en una postura idéntica al que cabalga el conde-duque de Olivares en su retrato ecuestre. Se trata de una obra que Velázquez tenía preparada por si surgían problemas con el lienzo original, para evitar contratiempos con el personaje más influyente de la corte madrileña. De esta manera demuestra el sevillano sus deseos de agradar a su cliente, máxime cuando se trataba de su principal valedor. Tras el fallecimiento de Velázquez se situó sobre el caballo una figura de Santiago Matamoros que afortunadamente ha sido recientemente borrada para apreciar la belleza de este animal, siendo una de las obras más curiosas del maestro. Respecto al tamaño de los caballos velazqueños debemos advertir que se trataba de una raza especialmente creada para la caballería española, uniendo la fortaleza de los caballos flamencos con la rapidez de los jacos andaluces. De esta manera podían emplearse como máquinas de guerra, el principal objetivo de estos animales. La luz que resbala sobre el blanco pelaje del animal y la postura escorzada - típica del barroco - hacen de este lienzo un trabajo soberbio.
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La admiración de Toulouse-Lautrec hacia los caballos procedía de su familia de origen noble, haciendo gala de ser una de las cuarenta familias creadoras de Francia. La equitación será parte de la vida familiar al igual que la caza provocando esta afición pictórica de Henri hacia la temática hípica, siguiendo la estela de su maestro Princeteau. Gazelle era uno de los caballos más atractivos para Henri entre los muchos existentes en los establos siendo el protagonista de este bello lienzo. La cabeza del caballo ocupa el centro de la composición, proyectándose hacia el primer plano, jugando con las líneas curvas de su silueta para reforzar el dinamismo del animal. El colorido blanco contrasta con las tonalidades oscuras que le rodean, destacando el empleo de sombras coloreadas, inspiradas en el Impresionismo. La pincelada utilizada es rápida y vigorosa, sin atender a detalles superfluos, ganándole la partida al dibujo.
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Siguiendo las fotografías de Edward Muybridge sobre la hípica, Degas realizó al menos seis dibujos, siendo uno de ellos éste que contemplamos. La influencia fotográfica le obliga a cortar planos y por eso vemos al jockey decapitado. El interés del pintor se centra en el movimiento del equino.
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Este caballo es el dibujo más perfecto que se conserva entre todos los que Leonardo dedicó al diseño del monumento a Francesco Sforza. Este caballo fue la inspiración para Durero en su idea de la proporción humana y animal, y le sirvió de base para grabados como el Pequeño Caballo o el Caballo de perfil.Leonardo da Vinci fue a pedir trabajo al duque de Milán, Ludovico "il Moro" Sforza. En su "curriculum vitae" alegaba sus muchas facultades como ingeniero, arquitecto, diseñador de máquinas de guerra... y como el único capaz de realizar la estatua en bronce que el duque quería dedicar a su padre, Francesco. Los Sforza estaban tratando de instalar una dinastía en Milán, que comenzaría con el conquistador Francesco. Sin embargo, el propio Ludovico se vio derrotado por los franceses y hubo de ceder el milanesado y su libertad.Sin embargo, en los años de apogeo, el proyecto del monumento ecuestre era una ambición irrealizada que Leonardo se ofreció a llevar a cabo. Los proyectos fueron innumerables y el artista hubo de recurrir a maestros fundidores para llevar a cabo los cálculos del fundido del bronce. Tras nueve años sin que Leonardo consiguiera terminar la estatua, el duque entró en guerra con Francia y el bronce de la estatua fue usado para hacer cañones.Nos quedan varios bocetos, pero el más hermoso con diferencia es este caballo, del que el artista ofrece un armonioso perfil y un estudio minucioso de la musculatura del pecho del animal. El caballo fue la base del estudio de las proporciones y la armonía para Leonardo, inquietud que, como hemos mencionado, transmitió a su colega alemán Alberto Durero.
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Este dibujo de un caballito recortando su blanca silueta contra un fondo oscuro es el paso previo a la realización del maravilloso grabado titulado Pequeño Caballo. Este équido es de raza italiana y se ha comprobado que se trata de una copia que Durero realizó sobre un caballo de Leonardo da Vinci.La belleza y la proporción de este hermoso animal producen una visión llena de gracia y encanto, que Durero transmite a la obra definitiva en grabado, a la que dota además de otros significados en relación con otro estupendo grabado, el Gran Caballo.