Otra de las armas submarinas alemanas de última generación -como el minisubmarino Biber o los torpedos humanos Marder y Neger-, el submarino de bolsillo Seehund fue el más logrado de todos los creados en su clase. Conocido como tipo XXVII B 5 o tipo 127, al menos se construyeron un total de 138 unidades para la Kriegmarine entre septiembre y diciembre de 1944, estando planeada la construcción de otros 1.000. En inmersión, podían desplazar hasta 17 toneladas. Entre junio y abril de 1945, la flotilla de Seehund realizó 142 operaciones, perdiendo 35 unidades y logrando hundir tan solo 8 buques enemigos que sumaban 17.301 toneladas y averiar otros 3.
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contexto
La prolongada Diáspora judía ha dado lugar a la división del pueblo hebreo en dos grandes segmentos o comunidades, la sefardí y la ashkenazí. Los primeros tienen su origen en la España medieval, donde surgen como una comunidad fuertemente arraigada y de importancia en determinados momentos históricos. Sus relaciones con las otras dos grandes culturas del momento -cristianos y musulmanes- se tienen en algunas épocas por pacíficas, siendo un paradigma de ello el Toledo medieval. Las huellas de la comunidad sefardí en España son numerosas. En el mismo Toledo se hallan la Sinagoga del Tránsito y la de Santa María la Blanca. Es notable la huella judía en las juderías de algunas poblaciones, como Córdoba o Hervás. En cuanto a los judíos que tuvieron su acomodo en el Al-Andalus musulmán es preciso decir que vivieron una especie de "edad dorada" entre los siglos X y XII. Se trata de una gran periodo de crecimiento intelectual favorecido por el clima de tolerancia instalado por los musulmanes, en el que florecieron las artes, las ciencias y el pensamiento. Destaca, en este sentido, la figura de Maimónides. Desgraciadamente, la intolerancia de los conquistadores almohades acabó por romper este estado de cosas, pasando a partir de ese momento a ser una comunidad perseguida. La coexistencia pacífica de judíos con cristianos y musulmanes, en cualquier caso, se vio siempre comprometida por su papel de mediador entre ambas culturas, jugando siempre un rol subordinado en lo político y lo religioso. Expulsados los musulmanes de España, el proyecto de Estado-nación que propugnan los Reyes Católicos y su tendencia manifiesta hacia la uniformidad religiosa y cultural juegan en contra de los judíos tanto como lo había hecho de los musulmanes. En 1492 el decreto de expulsión afecta a todos aquellos que no aceptan convertirse, lo que obliga a muchos a abandonar sus hogares, estableciéndose en los Países Bajos, norte de África, Italia, el imperio otomano e incluso el Nuevo Mundo. El papel cultural jugado por los exiliados fue de primer orden, siendo un elemento clave en la transmisión de conocimientos árabes, importante influencia para el Renacimiento europeo. En cuanto a España, en adelante la "pureza de sangre" se convertirá en un elemento clave para las relaciones sociales, estableciendo una fuerte presión sobre los convertidos, lo que redundará en el paulatino olvido de los antecedentes hebreos. Además de la comunidad judía sefardí es preciso tener en cuenta a los ashkenazíes. Estos descienden de los judíos alemanes medievales, una comunidad fuerte y bien establecida a lo largo del Rhin. La Primera Cruzada (1096) asoló cruelmente a estas poblaciones que, una vez reconstituidas, se trasladaron hacia el este, teniendo a la ciudad de Vilnius como una nueva Jerusalén. Polonia y Rusia concentraban a las mayores poblaciones judías a comienzos del siglo XX, a pesar de las durísimas condiciones de vida que allí se desarrollaban. La emigración masiva, especialmente a Estados Unidos, y el Holocausto fueron causa de que mermaran considerablemente estas poblaciones. Además de sefardíes y ashkenazíes existe un tercer gran grupo, que erróneamente se suele incluir en el de los primeros. Se trata las comunidades del este, Edotha-Mizrah, judíos cuyos antepasados quedaron en Oriente Medio. Muy heterogéneo, cada grupo posee sus propias tradiciones, historia y costumbres. Contingentes importantes fueron los de Babilonia y Yemen, especialmente el primero, durante cerca de un milenio el auténtico faro espiritual del mundo judío. A partir de 1948, con la creación del Estado de Israel, la mayoría de los integrantes de estas poblaciones emigraron al nuevo país. Finalmente, existen otras pequeñas comunidades de más difícil clasificación en función de su origen, como son los judíos de China, India o Etiopía.
acepcion
Inicialmente, judíos de origen español y portugués, aunque en Israel este término se aplica a todos los judíos que no son de origen ashkenazi.
lugar
Ciudad de Galilea, conocida también con el nombre de Zipori, situada al noroeste de Nazaret, donde la tradición ha situado la patria de Santa Ana, madre de la Virgen. Ubicada en un monte de la Baja Galilea a mitad de camino entre el Mediterráneo y el Mar de Galilea, contaba con abundantes manantiales y un valle fértil a su alrededor. Las primeras muestras de asentamiento son del siglo VIII-VII a.C. y , desde muy pronto, destacó comercialmente debido a su situación intermedia entre dos de los caminos principales de la antigüedad, uno desde la costa Este de Acre cruzando Tiberíades y el otro al Sur hacia Nablús, Jerusalén y Hebrón. Durante los periodos Asmoneo y Herodiano fue la capital de Galilea y bajo dominación romana (siglo I a.C.) fue nombrada capital administrativa. El levantamiento contra Roma en el 66 d.C. no fue secundado por Séforis, ya que abrió sus puertas a las legiones del emperador Vespasiano; de ahí que las monedas acuñadas en la ciudad en esa época se llamaran Eirenopolis, ciudad de la Paz. Posteriormente, su nombre fue cambiado por el de Diocesárea, en honor a Zeus y al Emperador. Hacia el siglo II, ya era el centro de la vida judía religiosa y espiritual. El Sanedrín (tribunal de los judíos y ente jurídico y religioso), encabezado por el Rabí Yehuda Hanasí, se mantuvo en la ciudad durante 17 años, hasta que se trasladó a Tiberíades. El hallazgo de ricos mosaicos ha demostrado la clara influencia de Roma y de las gentes paganas que vivían en armonía con la población judía. El terremoto del año 363 provocó la destrucción de la ciudad la cual, sin embargo, fue reconstruida poco tiempo después, manteniendo su centralidad social y espiritual. Con la llegada de los bizantinos la población cristiana creció considerablemente, lo que trajo consigo el aumento de iglesias y la participación de éstos en la vida política y social. Tras cinco siglos de dominación árabe (s. VII-XII), se produjo la llegada de los Cruzados, quienes construyeron en la parte más alta de la ciudad una pequeña torre de reloj y una iglesia dedicada a Ana y Joaquín, padres de la Virgen María. Durante los periodos romano y bizantino existía una acrópolis en lo alto de la colina, y la ciudad baja se extendía cubriendo la ladera Este. Las últimas excavaciones indican que el asentamiento más antiguo data de los periodos asmoneo y herodiano (siglos II a.C - I d.C.). Los edificios, de uno y dos pisos de alto, y los baños rituales judíos para uso doméstico demuestran la primera ocupación de la zona. También en la acrópolis se construyó durante el periodo romano un gran teatro con capacidad para 4.500 espectadores; contaba con auditorio semicircular parcialmente cortado por la ladera, mientras que sus lados y partes superiores estaban apoyados en fundamentos de piedra y bóvedas. Una magnífica villa romana del siglo III con habitaciones, patios y suelos de mosaico completa el panorama romano en Séforis. La ciudad baja, al este de la acrópolis, fue habitada por primera vez en el siglo II; contaba con una red de calles y bloques de edificios bien planificada. Uno de ellos es la Casa del Festival del Nilo del siglo V, que cubre un área de 50 por 30 metros, en la que había 20 habitaciones decoradas con hermosos mosaicos, destacando el del festival del Nilo, conservado casi intacto. Por último, la sinagoga; del siglo VI, era de forma alargada y una línea de columnas que la dividía en un salón principal y un pasillo angosto. El mosaico en el salón principal tiene un zodíaco en el centro con el dios del sol Helios.
obra
Cuando Gauguin se trasladó a Bretaña buscaba la sencillez de sus gentes y su tranquilidad personal. Será habitual la representación de escenas de la vida cotidiana bretona como Las recolectoras de varec, el Almiar amarillo o estas segadoras. Las figuras visten sus típicos trajes y realizan actividades manuales, alejándose de la vorágine industrializadora de fines del siglo XIX. La iluminación del atardecer recuerda las imágenes de los impresionistas - Monet o Renoir - al igual que las pinceladas rápidas. Sin embargo, las figuras están perfectamente dibujadas, abundando las líneas curvas en la composición, inspiradas en la estampa japonesa. Respecto a la paleta empleada, recurre a los colores complementarios, destacando el amarillo, uno de los favoritos del autor - véase El Cristo amarillo -. La perspectiva elevada era un recurso muy habitual en Pissarro o Degas, sus principales maestros. Resulta significativo advertir la sensación de ingenuidad que ha captado Gauguin en esta imagen, posiblemente para aludir a la sencillez de los campesinos bretones que protagonizan esta bella estampa.