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Personaje Militar Político
Nacido en Gripsholm en 1566, es hijo de Juan III de Suecia y de Catalina Jagellon, hermana de San Augusto. En 1587 es proclamado rey de Polonia tras la muerte de Esteban Bathory, heredando la corona de Suecia cinco años más tarde. Para consolidar la situación de Polonia, se mantuvo al lado de los emperadores alemanes. En Suecia fomentó la contrarreforma y llamó a los jesuitas, lo que causó la rebeldía de su tío el príncipe Carlos, hijo menor de Gustavo Vasa, quien agrupó en su persona las simpatías de nacionalistas y protestantes. Segismundo III perdió en Stalgevo y fue depuesto por la Dieta sueca en 1599. Al frente de Polonia emprendió una política expansiva, tomando Moscú en 1610 aprovechando disensiones internas rusas. Sin embargo sus ropas hubieron de abandonar la ciudad dos años más tarde. Enfrentado a Suecia, la tregua de Altmark (1629) le obligó a reconocer a Gustavo Adolfo II como rey de Suecia, cediendo Livonia y los puertos de Elbing, Pillau y Memel. Falleció en 1632.
obra
Don Segismundo Moret y Quintana, gran político, literato y hacendista, fue retratado por Federico de Madrazo siguiendo las pautas del estilo romántico, apreciándose ya ecos de la influencia velazqueña en el cromatismo y la captación psicológica del personaje. La figura aparece de más de medio cuerpo vistiendo una levita oscura, recortada ante un fondo neutro para resaltar el volumen, llevando su mano izquierda a la cadera para mostrar un aspecto más relajado sin eliminar ni un ápice de elegancia. La luz procedente de la izquierda impacta en el rostro de don Segismundo para exaltar su personalidad. La factura es precisa y resalta los detalles del traje, fruto de un exquisito dibujo que será una constante en la producción de Madrazo. El dominio de las gamas tonales indican la influencia de Velázquez en sus obras. Un año más tarde, el maestro retratará a la esposa de don Segismundo, doña Concepción Remisa de Moret, padres de Teresa Moret, la esposa del gran paisajista Aureliano de Beruete.
lugar
La ciudad celtíbera de Segontia se encontraba situada originalmente en el cerro de Villavieja, en las cercanías de Sigüenza, provincia de Guadalajara. Aunque existen restos de asentamientos pertenecientes al Neolítico, no es hasta el siglo V a.C. cuando la población se conoce como Segontia. Para entonces ya era una de las ciudades más importantes de la Celtiberia. En el siglo III a.C., las tropas cartaginesas de Aníbal, y posteriormente, de Asdrúbal, asediaron Segontia. Durante las Guerras Celtibéricas (153 - 133 a.C.), Roma hizo que Segontia se rindiera a ellos, al igual que otras ciudades celtíberas. Tras las guerras, la ciudad se dividió, quedando establecidas una zona militar y otra residencial.
lugar
Segovia, poblado prerromano que algunos autores llaman Segontia -aunque otros dan este nombre a la actual Sigüenza-, fue sometida por Roma en el año 96 a.C., que la consideró un punto importante para controlar el acceso al valle del Duero. La ciudad tiene su origen en un antiguo emplazamiento prerromano, tal vez de origen celta. Sobre ella los romanos situaron la primera infraestructura urbana de la nueva ciudad, siguiendo la forma habitual de un asentamiento militar, en un punto central de la calzada que luego unirá Mérida y Zaragoza, y ante el lugar que actualmente ocupa el Alcázar. Aunque Segovia no fue una ciudad de gran importancia -al menos si la comparamos con otras como Tarraco o Emerita Augusta- durante la dominación romana, sí que podemos observar en ella una de las mejores muestras de la edificación civil de este periodo. Nos referimos a su famoso acueducto, una extraordinaria obra de ingeniería capaz de llevar agua a la ciudad desde el nacimiento del río. El agua era llevada desde aquí hasta un lugar de distribución, el castellum, situado a 16 kilómetros de distancia. Desde este punto se distribuía al municipio.
Personaje
Junto a Catalina de Sevilla, Catalina Egipto y María Egipto formó parte del grupo de mujeres que participó en el tercer viaje de Cristóbal Colón a América, que comenzó en 1498, en el que se descubrió la costa norte de América del Sur, y la desembocadura del Orinoco, creyendo Colón que estaba ante el Ganges, uno de los cuatro ríos del Paraíso. Nada se sabe de ella, excepto que fue.
Personaje
Nace en Jaén el 10 de octubre de 1891. Es la segunda de seis hermanos y crece en un ambiente familiar culto. Con tres años comienza a asistir a una escuela informal y de allí pasa al colegio de las Siervas de María. En 1904 se traslada con sus abuelos a Granada para preparar el examen de ingreso a la Escuela Normal, donde termina en 1909 con premio extraordinario. Regresa a Jaén para preparar el examen-oposición en la Escuela Superior de Estudios de Magisterio de Madrid Al terminar sus estudios, mientras esperaba a que le adjudicasen una plaza de Profesora de Escuela Normal o de Inspectora de Primera Enseñanza, Pedro Poveda le ofreció dirigir la Academia Santa Teresa para Normalistas con internado, que se estaba Iniciando en Jaén. En marzo de 1915 sale su destino como profesora de Pedagogía de la Escuela Normal de Orense y en abril toma posesión del cargo. Entonces es reclamada en Granada para formar parte de los tribunales de la Normal en junio. En el curso siguiente es nombrada Inspectora de Primera Enseñanza en la provincia de Jaén, convirtiéndose a partir de ese momento en la primera mujer que desempeñaba ese puesto oficial en su provincia. Inicia una etapa de siete años de intenso trabajo profesional visitando escuelas y promoviendo la orientación de maestros y distintas actividades escolares, cantinas, bibliotecas, mutualidades escolares. Forma parte de la Junta Provincial de alfabetización, además de colaborar en los trabajos fundacionales de la Institución Teresiana y en el Boletín de las Academias de cuyo Consejo de Gobierno es secretaria. En 1917 se aprueba la Institución Teresiana como asociación civil y organización diocesana (una Asociación de Laicos dentro de la Iglesia Católica). Forma parte del primer directorio de la misma y desde 1919 hasta su muerte pasa a ser Directora General de dicha institución. La responsabilidad sobre una asociación que multiplicaba sus miembros y sus proyectos le exigió dejar el trabajo de Inspectora de Primera Enseñanza en el año 1923. Como Directora de la misma alentó a un asociacionismo femenino que favoreciera la implicación y el protagonismo de las mujeres en diferentes ámbitos de la sociedad a través del ejercicio profesional y de la participación en la vida pública. Contribuyó igualmente a la creación de centros que apoyaran el acceso y la presencia de un número creciente de mujeres jóvenes en la educación superior, lo que hizo posible a lo largo de su vida en numerosas provincias españolas y en otros veinte países de cuatro continentes. Viaja a Roma para solicitar la aprobación pontificia de la asociación, que llega el 11 de enero de 1924. A partir del fusilamiento del fundador de la Institución, Pedro Poveda, el 28 de julio de 1936, ella asumió total y definitivamente el gobierno de la Institución. En 1955 prepara y asiste a la apertura del proceso de beatificación del fundador, canonizado por Juan Pablo II en 2003. Muere en Madrid el 29 de marzo de 1957 después de una operación quirúrgica y está enterrada en el Centro Santa María de los Negrales de la Institución Teresiana, en la sierra madrileña. El 20 de noviembre de 2005, el Papa Benedicto XVI autorizó el Decreto sobre las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Josefa Segovia Morón.
contexto
Se ha denominado como segregación sexual del trabajo a la constatación de que el empleo femenino se concentra en ciertas ramas de actividad o en ciertos puestos de trabajo. En parte, ésta especialización se produjo de manera natural puesto que uno los factores que contribuyó a una rápida incorporación de la mujer al mundo laboral fue el desarrollo del sector servicios. Éste se presentaba más apto en cuanto que no requería el uso de la fuerza física, por la flexibilidad de horarios que ofrecía, por la disponibilidad de jornadas a tiempo parcial, etc. De este modo cristalizó una distinción ocupacional entre los sexos. Comercio, agricultura, servicios personales y domésticos, educación y sanidad se convirtieron en ramas de actividad fuertemente feminizadas. En 1984, el 63,5% de las mujeres ocupadas lo estaban en esas ramas, frente al 33,7% de los varones. Si eso se produjo en los años de la Transición, treinta años después, la situación no había cambiado mucho: en 1998, el 85% del empleo femenino no agrario se correspondía con el sector servicios, mientras que el de los varones era un 56%. De ese 85%, el 40 % eran empleos relacionados con la hostelería, la restauración y los comercios. Progresivamente los trabajos de las mujeres se extendieron a los sectores de la educación, la investigación, la banca, la administración, los medios de comunicación, etc. Esta situación era similar a la que se daba en los países de la OCDE donde en 1990 las mujeres significaban el 49,6% de la población ocupada y en la UE el 42,7%. En relación con la agricultura, se trata de un sector en el que existe una integración sexual, pues la mujer siempre ha trabajado en el campo. Tradicionalmente ha desarrollado dos tareas fundamentales: el cuidado de la casa e hijos y del huerto y los animales. En los últimos decenios, el mundo rural ha conocido profundas transformaciones tanto tecnológicas como culturales. Entre ellos se encuentra la aparición de la empresaria femenina que, partiendo de las tareas tradicionalmente desarrolladas por ellas, las ha convertido en una actividad económica. De carácter innovador, esta empresaria se convierte en garante de las tradiciones y del patrimonio cultural, al mismo tiempo que del sostenimiento económico de la familia. Entre las actividades que más ha desarrollado se pueden citar las relacionadas con el turismo rural y la agricultura sostenible: agroturismo, producción biológica, el uso de los recursos de la fauna, la revalorización de productos típicos y de las antiguas tradiciones, etc. En este sentido jugado un papel importante las ayudas europeas de los proyectos LEADER, NOW y PRODER. A finales del siglo XX, a la par que la población agraria en general, la femenina se encuentra envejecida, por la transformación que ha conocido el mundo rural con la mecanización de muchos trabajos, la migración de los jóvenes a la ciudad y la ruptura con los comportamientos tradicionales. Se trata de un sector difícil de estudiar pues muchos empleos no entran en las estadísticas en cuanto que la mujer se dedica a ellos como una ayuda a la familia y no como una actividad remunerada. En general, en 1990 y en los países de la OCDE, menos del 10% de las mujeres activas se dedicaban a la agricultura. En 1970 había censadas 791.000 campesinas y en 1995 se había reducido a 380.300, ganando cada vez más peso las asalariadas. Su participación será distinta según las regiones de España, las diferentes formas de propiedad agraria, de tipo de cultivo, de tradiciones, etc. Así, tradicionalmente, la mujer en Galicia ha participado de las tareas igual que el varón, mientras que en Andalucía o Extremadura su presencia es estacionaria y dedicada a trabajos secundarios, durante la recolección preferentemente. Otra de las actividades que suele ser realizada por las mujeres es la horticultura. Gráfico En la industria, la mujer ha participado poco, siendo un sector altamente masculinizado, exceptuando algunas, como la textil. En 1970 las obreras industriales eran 783.000 y en 1990 llegaban a 772.800. Sin embargo, unos años más tarde, en 1995, habían descendido a 684.700 lo que refleja que, en los periodos de mayor crisis económica, se relega a las mujeres a los niveles ocupacionales más bajos. Los sectores industriales tradicionales en los que ha participado la mujer son los de alimentación, textil y calzado. Generalmente, los puestos que suelen reservarse a las mujeres son los rutinarios, reiterativos, sedentarios, manuales, con pocas responsabilidades y escasas posibilidades de promoción. Su preparación profesional ha sido más inadecuada que la de los hombres, tendencia que en los 90 ya cambia. Se percibe un aumento en las industrias químicas, en las que emplean de instrumentos de precisión, maquinaria, ordenadores, material electrónico y eléctrico. De manera esquemática pueden resumirse la evolución del mercado laboral de la mujer según: a) Grupos ocupacionales: se muestra una tendencia a que la mujer vaya aumentando su presencia entre los profesionales técnicos al tiempo que se produce una reducción casi a la mitad en las industrias manufactureras. Ello se debe a que comienza a tener una mayor preparación profesional que en el pasado, lo que le permite competir en el mercado. b) Ramas de actividad: predomina el empleo en educación, sanidad y asistencia. También es fuerte en ganadería y agricultura. Otros empleos se corresponden con los servicios de limpieza, trabajo doméstico y similares. c) Categorías profesionales: en 1977 el 80% de las mujeres profesionales eran profesoras, ayudantes técnicos sanitarios o auxiliares de medicina, farmacia o veterinaria. En 1993 las cifras aumentan en otras categorías y disminuyen en éstas, pero se mantiene la tendencia. La segregación sexual en el trabajo se da en todas las economías, independientemente del grado de desarrollo que presenten. Lo que es llamativo y supone una segregación más acuciante es que, según los datos de que se disponen, la segregación sexual por ramas de actividad se haya mantenido y la ocupacional ha aumentado. Se trata de algo que perjudica a las mujeres pues, en general, se valora menos su trabajo que el del hombre. Su explicación no se debe a una causa única, sino que ha de abordarse desde distintos puntos de vista. Por un lado es debido a factores ideológicos ligados a una división secular del trabajo en la que a ella le correspondía el ámbito doméstico. Se pueden explicar desde la demanda de trabajo o desde la oferta. Si en la demanda hay preferencia por el varón, sin más justificación que en razón de su sexo, puede hablarse de discriminación sexual. Pero la segregación sexual ocupacional podría explicarse desde la oferta, es decir, es la mujer la que prefiere ciertos trabajos. Sin embargo no parece que sea así, puesto que la discriminación tendría que estar, en un mercado competitivo, relacionado con el capital humano y éste se compone de la interacción de nivel educativo, experiencia laboral y formación profesional. En el primero, la mujer no ha hecho más que aumentar en los últimos años hasta superar el nivel de estudios de los hombres ocupados, al igual que sucede con la formación profesional. Quizás sea en el terreno de la experiencia el que resulta más difícil en aquellos casos en el que la mujer no tiene trabajo o trabajos inestables.
Personaje Político
Su familia se trasladó a Barcelona y desde muy joven trabajó de pintor. En 1910 participó en la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y en 1914, coincidiendo con la reorganización de los sindicatos, inició su militancia obrera en el ramo de la construcción. Fue partidario del acercamiento a los socialistas para hacer frente a la opresión capitalista. Colaboró con el comité de huelga de 1917 junto con otros cenetistas como Ángel Pestaña. Fue conocido con el sobrenombre de "noi del Sucre" y elegido secretario del Comité regional de Cataluña en el Congreso de Sants de 1918. Creía que la clase obrera no debía renunciar a intervenir en la política para defender sus derechos y era partidario del posibilismo libertario. Fue detenido en noviembre de 1920 y estuvo recluido junto con otros cenetistas hasta la primavera de 1922. Era partidario de convertir a la CNT en una verdadera organización de masas. Fue asesinado en Barcelona en marzo de 1923.