La portada principal de la Basílica de San Marcos consta de una estructura avanzada compuesta de cinco arcos de medio punto abocinados -mayor el central- sobre la que se asienta una terraza. Al fondo de esta terraza se encuentra de nuevo el mismo esquema de cinco arcos de medio punto, en este caso sin abocinar y adornados por gabletes. Los frontones de todas las portadas están decorados con mosaicos, excepto el superior central que presenta una superficie acristalada para permitir el paso de la luz al interior. Las columnas y los capiteles de mármol que componen el conjunto proceden de los diversos lugares que la Serenísima República de Venecia iba conquistando en su época de expansión, dotando de mayor elegancia a la primitiva fachada de ladrillo, pintada originalmente en tonos azules y dorados.
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La portada principal de la basílica de San Marcos presenta la tradicional estructura románica, con arquerías abocinadas que enmarcan el acceso al templo. El arco exterior está decorado con formas vegetales y animales mientras que en parte interior se representan tallas de los gremios más importantes de la ciudad. Cristo impartiendo la bendición, rodeado de sarmientos y figuras de profetas configuran el tímpano, sobre el que se observa un mosaico realizado en 1836 que representa el Juicio Final.
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La célebre imagen de la Virgen -del siglo XII- parece planear en una atmósfera dorada por encima de los apóstoles. Ningún otro arte habría utilizado el vacío como medio de expresión estética con tanta maestría como la de este mosaico del interior de la Basílica de San Marcos de Venecia; para ello fue necesario suprimir las figuras de ángeles o santos y conferir a la esbelta Theotokos una silueta muy por encima de las exigencias ópticas de la superficie curva en donde está representada. Frente a esta evocación del cielo, sobre el muro oeste se halla representado un inmenso Juicio Final.
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Su aspecto actual es el fruto de distintas etapas y gustos arquitectónicos, dado que fue consagrada en 1073 pero se trabajó en ella hasta el siglo XVII. Su aspecto actual es el fruto de distintas etapas y gustos arquitectónicos, dado que fue consagrada en 1073 pero se trabajó en ella hasta el siglo XVII. Los revestimientos interiores datan de fines del siglo XI y comienzos del XII, los nichos del XIII, que es probablemente cuando se dio el perfil acampanado exterior a las cúpulas, acercándolas así al gusto islámico; los gabletes góticos de la fachada son del XV. De fecha posterior son los grandes mosaicos de la parte alta. Si pudiéramos despojarla de todos estos añadidos, descubriríamos una iglesia cruciforme que tomó como modelo la de los Santos Apóstoles de Constantinopla: ambas tenían pilares cuatripartitos, ambas tenían galerías apoyadas sobre columnas y ambas debían ser del mismo tamaño. También había diferencias: en la de los Santos Apóstoles había dos filas superpuestas de columnas y en San Marcos solamente una. Pero se mostró bastante similar a su modelo. Llama la atención que se imitase una iglesia que tenía entonces quinientos años de antigüedad. Así lo hicieron porque querían albergar las reliquias de San Marcos, utilizando el modelo de un edificio tan prestigioso como el Apostoleion de Constantinopla que contenía los huesos de San Andrés, de San Lucas y quizá, también, los de San Mateo. Por esta razón Venecia se convertiría en un núcleo de renacimiento del arte de la época de Justiniano. Baste mencionar el ejemplo de los capiteles. Un gran número de los de las columnatas del interior y otras partes han sido tan cuidadosamente hechos que sólo la mayor dureza del acabado los distingue de los capiteles de los siglos V y VI.
museo
En el año 828 las reliquias de San Marcos fueron trasladadas desde Alejandría a Venecia por dos mercaderes venecianos. Para guárdalas se construyó en esa época una iglesia basilical de ladrillo, que fue destruida por un incendio ya avanzado el siglo X. Posteriormente se levantó un nuevo templo, que será sustituido por la actual basílica, consagrada en el año 1073. Presenta planta de cruz griega, circundados tres de sus lados por un nártex sobre el que se levanta un balcón que recorre las fachadas. El modelo de este templo sería la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, templo en el que se conservan reliquias de San Andrés, San Lucas y San Mateo. Pero los añadidos posteriores han otorgado a la basílica de San Marcos un aspecto muy personal, ya que observamos elementos bizantinos junto a otros góticos o musulmanes. Así nos encontramos con exquisitas decoraciones de mosaico, gabletes en las fachadas o cúpulas acampanadas, resultando un ecléctico estilo que nos habla de las diversas influencias artísticas que llegaron a la Serenísima República en la Edad Media. Entre las piezas más importantes que se encuentran en el interior sobresale la llamada Pala de Oro, una exquisita pieza de orfebrería del siglo XIV realizada por Giampaolo Bonesegna. Entre diversas obras de orfebrería que atesora la basílica también encontramos obras procedentes de Bizancio que se conservan en el Tesoro.
monumento
En el año 828 las reliquias de San Marcos fueron trasladadas desde Alejandría a Venecia por dos mercaderes venecianos. Para guárdalas se construyó en esa época una iglesia basilical de ladrillo, que fue destruida por un incendio ya avanzado el siglo X. Posteriormente se levantó un nuevo templo, que será sustituido por la actual basílica, consagrada en el año 1073. Presenta planta de cruz griega, circundados tres de sus lados por un nártex sobre el que se levanta un balcón que recorre las fachadas. El modelo de este templo sería la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, templo en el que se conservan reliquias de San Andrés, San Lucas y San Mateo. Pero los añadidos posteriores han otorgado a la basílica de San Marcos un aspecto muy personal, ya que observamos elementos bizantinos junto a otros góticos o musulmanes. Así nos encontramos con decoraciones de mosaico, gabletes en las fachadas o cúpulas acampanadas, resultando un ecléctico estilo que nos habla de las diversas influencias artísticas que llegaron a la Serenísima República en la Edad Media. Entre las piezas más importantes que se encuentran en el interior sobresale la llamada Pala de Oro, una exquisita pieza de orfebrería del siglo XIV realizada por Giampaolo Bonesegna.
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El templo dedicado a San Marcos, el santo patrono de la ciudad de Venecia se construyó en este lugar por decisión del propio santo ya que, según cuenta la leyenda, cuando era trasladado el cuerpo del apóstol -robado por dos mercaderes venecianos en Alejandría- en procesión hasta el lugar que debía ocupar, la comitiva se paró aquí al no poder avanzar por el descomunal peso alcanzado por las reliquias. Cuando el dux juró que en ese terreno levantaría el templo que acogería el cuerpo del santo, la comitiva pudo continuar su marcha. Desde ese momento, la basílica fue construida en varias ocasiones y destruida por sucesivos incendios, hasta que en el siglo XI se configuró el aspecto que ahora podemos observar. Como es habitual en Italia, el campanario del templo se realizó aislado de la iglesia, lo que provoca que sea anterior su construcción a la del propio templo. Ambas edificaciones configuran el aspecto de uno de los laterales más famosos de la Piazza de San Marco.
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El claustro de la basílica de San Pablo Extramuros, obra realizada en el siglo XIII por la familia Vassalletto, fue una de las pocas zonas de la iglesia que se mantuvo en pie tras el incendio que en la noche del 15 al 16 de julio de 1823 devastó casi por completo el edificio. La delicadeza de la ejecución de cada una de las partes que integran el claustro es una de las principales características de este conjunto en el que destacan el cromatismo de los mosaicos y las columnas salomónicas.