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museo
<p>Es la iglesia marina de mayor importancia en toda la capital italiana, y fue construida a lo largo del siglo IV, sufriendo numerosas modificaciones y ampliaciones con el paso del tiempo. Así consta, el campanario en 1377, o la fachada y la loggia del 1743. El templo en su interior está dividido en tres naves por un total de 36 columnas marmóreas procedentes de la antigua basílica y que eran de tipo jónico. En la ya cita loggia podemos apreciar su bonita decoración con mosaicos datas entre los siglos V-XII., además de los restos mortales que se encuentran ubicados en el altar mayor de San Mateo. Toda la cubierta fue realizada en el siglo XVI y se presenta con una llamativa decoración dorada. Pero sin lugar a dudas lo más destacable son las tumbas papales, los diversos monumentos y la colección pictórica.</p>
monumento
El papa Liberio levantó esta basílica siguiendo el modelo basilical paleocristiano que instauró Constantino con la construcción de San Pedro. La tradición cuenta que la Virgen se apareció al Papa y al patricio Giovanni el 4 de agosto del año 452 y les ordenó la construcción de una iglesia. La planta ha sido simplificada, suprimiendo las una de las dos naves colaterales que flanqueaban la nave central. Fue remodelada en la primera mitad del siglo V por el papa Sixto III y restaurada en numerosas ocasiones a partir del siglo XIII. Presenta tres naves con un transepto integrado y un ábside axial. La fachada fue construida por Ferdinando Fuga entre 1735 y 1743.
obra
Para celebrar la victoria de Éfeso, el papa Celestino I mandó construir la Basílica de Santa Maria Maggiore. El templo se levantó sobre la cima del Cispio, en el Esquilino, convirtiéndose en la primera iglesia con baptisterio. Se trata de un edificio con planta basilical, tres naves divididas por 40 columnas jónicas y cubierta la central con un artesonado realizado en oro, el primero llegado de América, según cuenta la tradición. Los mosaicos del arco triunfal son del siglo V y representan episodios de la infancia de Cristo.
monumento
La basílica de Segóbriga fue excavada en el siglo XVIII y vuelta a enterrar, por lo que todo lo que se puede comentar sobre ella se basa en las descripciones hechas por Jácome Capistrano y José Cornide, así como en un conocido plano hecho por este último. La posición del edificio es al norte del yacimiento arqueológico visitable de Cabeza de Griego, cerca de Saelices en la provincia de Cuenca, y fuera del área urbana, de la que está separada por una extensa necrópolis cristiana. Segóbriga fue silla episcopal en los siglos VI y VII, y esta basílica fue la empleada como lugar de enterramiento por varios de los titulares de la diócesis. La construcción de la basílica de Segóbriga era de sillería, representada con excesiva regularidad en los dibujos de Cornide; a los pies tenía un gran espacio basilical de 40 por 28 metros, dividido en tres naves por dos series de diez columnas; en la cabecera se le cruza una estructura de muros muy gruesos, de más de cincuenta metros de longitud por ocho de ancho, de la que parte corresponde a estructuras subterráneas de enterramiento; por último, en el eje de la nave principal se encontraba un ábside, de unos seis metros de diámetro, en forma de herradura muy cerrada y sin muros rectos exteriores. La zona de las naves tendría una cubierta de carpintería, mientras que la nave transversal podría cubrirse con varios tramos de bóveda de cañón. Desde luego, tanto el cerramiento de la herradura en el ábside, como el que se dibuja en el alzado de su puerta de entrada, parecen fruto de una cierta exageración. La presencia en la cámara norte del crucero de la lápida del obispo Sefronio, del año 550, proporciona una fecha de referencia para el momento en el que ya se encontraba en uso el edificio.
obra
La construcción de la basílica de Segóbriga era de sillería, representada con excesiva regularidad en los dibujos de Cornide; a los pies tenía un gran espacio basilical de 40 por 28 metros, dividido en tres naves por dos series de diez columnas; en la cabecera se le cruza una estructura de muros muy gruesos, de más de cincuenta metros de longitud por ocho de ancho, de la que parte corresponde a estructuras subterráneas de enterramiento; por último, en el eje de la nave principal se encontraba un ábside, de unos seis metros de diámetro, en forma de herradura muy cerrada y sin muros rectos exteriores.
obra
Se trata de una de las obras más significativas de Filippo Juvarra, el arquitecto italiano más importante del siglo XVIII. Wittkower definió su arquitectura, contradictoria pero muy atinadamente, como consecuencia de un tradicionalismo revolucionario en el que cabían casi todas las referencias de la historia de la arquitectura espléndidamente manipuladas. Del Panteón de Roma al proyecto de Miguel Angel para San Pedro, de Bernini y Borromini a las recientes propuestas en torno al problema de la iglesia centralizada realizadas en la Academia de San Lucas, Juvarra ofrece un conjunto lleno de soluciones inesperadas. Se destaca su fachada monumental, las columnas y las pilastras. En su interior encontramos un panteón en el que yacen los restos de los reyes de Cerdeña.
obra
El foro de la ciudad de Tarraco estaba integrado por la basílica, la plaza, el capitolio y otros edificios que se extenderían al sur de la basílica hasta las proximidades del teatro.