Cuando la XXVI Dinastía accede la poder de Egipto los asirios controlaban desde el Delta hasta Tebas. Esta conquista se había producido durante los reinados de Taharqa y Tanutamón, estando ampliamente documentada. Sin embargo, no existe, hasta ahora, ningún documento egipcio que haga referencia a la expulsión de los asirios. El historiador griego Herodoto nos cuenta que Egipto se dividió en doce partes encomendadas a doce jefes, existiendo una ley interna para "no destruirse entre sí, no intentar tener uno más que otro y mantener estrecha amistad". Pero parece que Psamético, el príncipe de Sais, con la ayuda del rey Giges de Lidia y de un poderoso contingente de mercenarios griegos, se erigirá como líder, expulsando a los asirios y proclamándose rey del Alto y Bajo Egipto. Posiblemente llegó a perseguir a los asirios hasta Palestina, tomando la ciudad de Ashod. Para ejercer el control sobre Tebas, capital del Alto Egipto, hizo adoptar a su hija Nitocris por la divina esposa de Amón, Shapenupet II, hija de Piânki. La ciudad mantuvo ciertos privilegios pero Psamético se aseguraba la fidelidad del todopoderoso clero de Amón. Las siguientes medidas estarían encaminadas a disminuir el poder del gobernador de Tebas y del clero de Amón, colocando a un funcionario de su confianza llamado Nesnauiau. Con el fin de controlar a los señores feudales del norte del país se creó una curiosa fórmula: la limitación de las fortunas personales. Cuando un señor sobrepasaba la fortuna considerada por el rey, debía donar el sobrante a los templos. De esta manera se vigilaba a los nobles pero se incrementaba el poder de los templos, llegando un momento en el que los templos serán más ricos que el propio Estado. No todos acogieron con el mismo entusiasmo al nuevo rey. Los mercenarios libios se convertirán en sus principales adversarios al temer perder sus privilegios. Para evitar revueltas Psamético colocó una serie de guarniciones en Elefantina, Tell Dafennah y Márea. Estas decisiones, junto al empleo de soldados griegos para las tropas de élite, motivaron cierto descontento en el ejército, desarrollándose un caldo de cultivo contrario al rey que estallará en los reinados de Apries y Amasis. La recuperada autoridad traería consigo el fortalecimiento de la economía y el comercio, entrando en una época de prosperidad que enriqueció a la mayoría de sus habitantes. Una buena parte de los comerciantes eran de origen griego, instalando colonias en el Delta y en el Alto Egipto. La circulación comercial entre Grecia y Egipto será intensa y fluida. El rápido enriquecimiento de estos griegos provocaría cierto descontento por parte de los egipcios, produciéndose algunos episodios de xenofobia.
Busqueda de contenidos
Personaje
Político
La situación en Asia estaba tremendamente complicada en las décadas centrales del siglo VI a. C. En el 555 a. C. Ciro se convierte en rey único de persas y medos. Tras asegurar su frontera oriental, se decidió por la intervención en Babilonia, convirtiéndose en el dueño y señor de todo el Próximo Oriente Asiático. Su hijo Cambises hereda las ansias expansionistas de su padre y conquistará Egipto. Amasis había dejado a su hijo Psamético II en una situación complicada, con los persas en las fronteras. Al año de subir al trono, en la primavera de 525 a. C., Cambises penetra en Egipto por la vieja ruta utilizada por los egipcios para invadir Asia. El enfrentamiento tendrá lugar en Pelusio y los derrotados egipcios se refugiaron en Menfis. Cambises sitió la ciudad que se rindió. Psamético III intentó sublevar a sus súbditos contra los persas pero Cambises reaccionó conquistando el Alto Egipto y enviando tropas al sur. Psamético III murió víctima de esa sublevación.
acepcion
Corona doble, formada por la corona blanca y la roja. Simbolizaba el poder en el Alto y el Bajo Egipto
acepcion
Templo en cuyas fachadas laterales aparecen columnas empotradas en el muro.
acepcion
Representación gráfica del peso de las almas por seres no naturales. El tema tiene su origen en el Egipto faraónico, popularizándose en la Edad Media .
fuente
Tropas ligeras que luchaban a pie. Además de los psiloi estaban los hoplitas y los peltastas.