Numerosas bailarinas fueron a posar al estudio de Degas para que el maestro pudiera ejecutar su Clase de danza en la Opera. Así surgen estudios preparatorios en las que las jóvenes ofrecen diferentes posturas que después pasarán a ocupar el lienzo definitivo. La estela de Ingres se aprecia claramente en el dibujo - véase también el Paso de danza -.
Busqueda de contenidos
obra
El mundo de la danza será uno de los temas más representados por Degas, especialmente los ensayos y la espera de las bailarinas antes de entrar en escena. En este caso contemplamos a dos bailarinas haciendo ejercicios en la barra fija, vestidas con trajes azules. Posiblemente el lienzo está sin acabar pero nos sirve para ver la forma de trabajar de Degas, heredera de la que ya utilizaba Ingres. Debajo del tutú de la primera joven observamos nítidamente las líneas de su anatomía ya que primero se ejecutaba la figura sin ropajes que más tarde se iban añadiendo en diversas capas. De esta forma la línea tendría más importancia que el color, aplicado por el artista con una rapidez que le caracteriza.
obra
Una nueva bailarina protagoniza este pastel, presentando Degas las diferentes posturas de la danza. La joven viste el tradicional vestido vaporoso de color blanco con un gran lazo azulado; sentada sobre un largo banco de madera oscura, estira sus músculos y los calienta antes de empezar el ensayo. Junto a ella encontramos el vestido de otra bailarina, exhibiendo el artista en esta ocasión la influencia de la fotografía, muy de moda en el Impresionismo. La concentración de la muchacha se intuye al observar su cabeza. Los contornos están muy marcados siguiendo las pautas típicas de la pintura de Edgar.
obra
Toulouse-Lautrec puede ser considerado un excelente cronista de la vida de su época. En este fresco - pintado por desconocidas razones en una posada local de Villiers-sur-Morin llamada L´Auberge Aucelin durante una visita a sus amigos los Grenier - representa en un tono absolutamente humorístico e irónico la "protección" brindada por un hombre de alta categoría social a una bailarina de ballet, lo que daba derecho a contemplar como se vestía la muchacha. Y es que los bajos sueldos de las bailarinas, las dificultades que se encontraban y el largo aprendizaje exigido motivaba que estas jóvenes buscaran siempre un protector, rozando con la prostitución. Esta joven que aquí contemplamos ya ha conseguido un camerino y una ayudante, aunque deba vestirse por ello delante del hombre. Esta temática ya había sido previamente utilizada por Manet y Degas, inspiradores en esta ocasión de la obra de Lautrec. La forma de trabajar del joven maestro es muy rápida, empleando largas y sueltas pinceladas como bien apreciamos en la parte baja, destacando sin duda el dominio del dibujo que ya ha obtenido Henri, característica que se manifiesta a lo largo de toda su producción.
obra
Hay catalogadas setenta y cuatro esculturas de Degas, entre las que se encuentra ésta, las cuales fueron fundidas por Hebrard entre 1919 y 1921, cuando ya había fallecido Degas, utilizando pequeñas figuras de cera que se encontraban en su estudio. Cabe pensar que estos bocetos de cera fueron experiencias de búsqueda de movimiento y de posturas, quizás aprovechadas para su pintura, pero que en ningún caso se propuso fundir. Pues cuando en vida Vollard le sugirió hacerlo de una de ellas, él replicó: "El bronce está bien para los que trabajan para la eternidad. Mi placer consiste en empezar una y otra vez".
obra
Esta imagen guarda cierta similitud con algunas escenas de planchadoras que también se estiran para desentumecer sus músculos, cansados del ejercicio físico al que estaban sometidas. El expresivo rostro de la joven llama nuestra atención, igual que las magistrales líneas con las que Degas dibuja los pliegues del vestido, los brazos o la cabeza.
obra
Esta escena es la representación de la trastienda de la danza al mostrar un momento de tranquilidad de la joven que antes estaría esforzándose en los diferentes pasos del ballet. Junto a una gran estufa metálica de color oscuro, la muchacha lee el periódico atentamente sin percatarse de que está siendo observada. La perspectiva alzada empleada por Degas es una de sus características especiales - pensó construirse unas gradas en su estudio para subirse y tener mejor visión desde lo alto -. La fuerza de los trazos que conforman los contornos contrasta con la rapidez con la que ha sido aplicado el color, entre el que abunda el azul. Las líneas horizontales, verticales y diagonales forman un entramado que organiza la composición y no deja ningún elemento al azar.
obra
La joven bailarina negra es una de las piezas más polémicas de la civilización india antigua. Fue hallada en Mohen-jo Daro y sorprende por su gran naturalismo y su actitud desenfadada, lejana de cualquier concepción sacra neolítica, así como su tardía técnica. Evidencia la gran diversidad étnica de los pobladores del Indo y permite imaginar la población flotante que junto a los comerciantes extranjeros contribuiría al bullicio de estas vitales urbes.
obra
La principal protagonista de esta escena no es la bailarina que posa para el fotógrafo sino la iluminación del atardecer que penetra a través del amplio ventanal que apreciamos tras la joven. Los edificios difuminan sus contornos y se envuelven en una luz azulada que invade la estancia y pasa a través de los visillos. En primer plano encontramos el indispensable espejo de un estudio de danza. La horizontalidad de la figura se ve reforzada con las líneas de la ventana, las chimeneas o incluso el espejo, contrarrestando esa verticalidad con los trazos horizontales del suelo. Degas emplea una pincelada rápida, vibrante, que no para en detalles pero sí insinúa como ocurre en la vaporosidad del vestido.