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Personaje Político
Al tiempo que cursaba la carrera de magisterio, impartía clases en los ateneos obreros. Atraído por el periodismo y la política, participó del republicanismo nacionalista catalán, además de ser afín a las teorías socialistas. Tras entrar en las filas de la CNT -Confederación Nacional del Trabajo-, en 1921 se convirtió en su secretario general. Como representante de la CNT acudió al Congreso de la III Internacional, celebrado en Rusia. Aprovechando la ocasión, se afilió al Partido Comunista y residió en Moscú hasta 1929, fecha en que le echaron del país por su relación con Trotski. En 1935 se alió con el Bloc Obrer i Camperol, liderado por Joaquim Maurín, para formar el Partido Obrero de Unificación Marxista. Cuando estalló la Guerra Civil se mostró partidario de promover la revolución. Esta situación provocó algunos desacuerdos con el Partido Comunista. Acusado de agente fascista y de traición, acabó siendo asesinado en Madrid. Es autor de "Los problemas de la revolución española".
obra
La pintura realizada por Valeriano Bécquer en su época madrileña es más madura que la anterior, apreciándose mayor objetividad y un temperamento más penetrante a la hora de representar los elementos, tanto ambientales como descriptivos. Este retrato infantil es un buen ejemplo de este cambio, observándose un cálido y seguro dibujo al que se añade una leve influencia de la pintura inglesa de la época, tratando la figura de la niña como contrapunto del delicado fondo.
obra
La niña aparece de cuerpo entero, mirando al espectador de frente y vistiendo un traje de raso rosa. En sus manos porta un abanico cerrado y una naranja. La pequeña se inserta de manera acertada en el paisaje que la rodea, interesándose especialmente el artista por esta parte de la escena: en la derecha podemos ver un bosquecillo mientras que en la izquierda una senda corre serpenteante entre los árboles, apreciándose en primer plano un minucioso estudio floral con clavelinas, campanillas, amapolas, pensamientos. Dos perros de caza descansan al pie de un castaño, mostrando el pintor naturalista que lleva dentro Ribera.
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José Antolínez posiblemente es el pintor más sorprendente de su generación, puesto que es el único que trata con cierta frecuencia otros temas además del religioso. Frecuentó las academias particulares de dibujo, quizá la de Francisco de Solís, y pronto llegó a alcanzar un gusto refinado del color y del dibujo en sus obras, "una tinta aticianada", la llama Palomino. En sus retratos busca modelos de la pintura flamenca, Van Dyck y Rubens, especialmente.
obra
Richard Wagner será una de las figuras más importantes de la música en la segunda mitad del siglo XIX. A partir de 1860 buen parte de su obra será ampliamente conocida por el público de París y Baudelaire había escrito un artículo en el que adulaba su música. Cézanne también sentirá especial admiración por Wagner y tomará su obra "Tannhäuser" como subtítulo para esta composición. La escena se desarrolla en el Jas de Bouffan, la casa de verano que el padre del pintor adquirió en 1859. Posiblemente las modelos sean Marie, la hermana de Cézanne, y su madre, Anne-Elisabeth-Honorine Aubert. En la zona de la derecha observamos el sillón con tejido de flores que se utiliza en el retrato del padre leyendo el periódico y de Achille Emperaire. La escena es tremendamente intimista, en sintonía con algunos trabajos de Manet pintados en estas fechas, utilizando colores pardos que contrastan con el blanco del vestido de la joven. Las figuras están estilizadas, recordando ligeramente los trabajos de Whistler. Las pinceladas son ahora menos empastadas que en trabajos precedentes, aplicando el color de manera abocetada y ligera como se aprecia en el vaporoso vestido o la tela del sillón. La decoración de la pared crea un movimiento rítmico que servirá de inspiración a Gauguin y Matisse.
obra
En abril de 1885 Renoir conoce al senador Etienne Goujon quien le encarga los retratos de sus hijos. Aquí observamos a Marie con un aro, vestida con un traje blanco, calcetines del mismo color y zapatos negros. La sombra coloreada, habitual en el impresionismo, resbala por el vestido que se convierte en una sinfonía cromática de gran belleza, en sintonía con las flores del fondo, trabajadas con una pincelada rápida y empastada que diluye las formas y los volúmenes. Sin embargo, la figura de la jovencita está perfectamente dibujada y modelada, especialmente el rostro y las manos, suponiendo una reacción a la crisis que estaba viviendo el impresionismo. Marie dirige su mirada hacia el espectador, reflejando en su rostro la inocencia infantil. Como retratista de niños, Renoir se sitúa a la cabeza de los pintores de su generación, existiendo otros sensacionales ejemplos como el retrato de Irène Cahen d´Anvers o su hijo Jean. La Niña con látigo es su compañero.
obra
Con esta composición, Gainsborough quería expresar la melancolía en un ambiente clásico pero determinado por la pobreza, influido por las escenas infantiles de Murillo, que siempre gozaron de gran éxito entre los ingleses. Sabemos que el maestro utilizó como modelos tres cerdos auténticos que llevó a su estudio, dibujándolos durante su estancia en el taller. Sin embargo, no tenemos constancia de quién posó como modelo para la niña, pudiendo tratarse de una muestra de su fecunda imaginación. La escena se desarrolla ante un fondo de paisaje, convirtiéndose así en un gran incentivo para el maduro Gainsborough que deseaba abandonar la retratística y retomar de su nuevo su actividad inicial, encontrando con este tipo de composiciones un mercado dispuesto a aceptar paisajes reconvertidos en escenas melancólicas. El lienzo fue adquirido por Reynolds quien realizó también escenas de estas características, cosechando algún éxito.