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obra
La obra fue expuesta en la Academia de Dresde en 1820. Se inspira en varios estudios que Friedrich realizó durante su viaje al Riesengebirge en julio de 1810, en compañía de Kersting, así como en dibujos del Harz de 1811. En un primer momento, aparecía la figura de un hombre vuelto de espaldas en la parte izquierda, pero fue eliminada por Friedrich durante el proceso creativo. Este paisaje, cuyo contenido es característico en el pintor por la conjunción de niebla, montaña y árboles secos, expresa un contenido alegórico de naturaleza religiosa. Como es usual, el primer plano, en tono oscuro, y el valle simbolizan la vida terrena, amenazada por la muerte, cuyo trasunto son los árboles secos, y la incertidumbre, expresada a través de la niebla. Las rocas aluden a la Fe, mientras que la montaña simboliza la presencia de Dios. Expresa, al igual que otras obras de Friedrich como Bruma matinal en la montaña, el concepto del Romanticismo del "natural sublime", es decir, la concepción -por ejemplo- de que la vista de una montaña alzándose por encima de la niebla y las nubes tiene un atractivo estético pero, sobre todo, inspira un temor reverencial. Esta reacción dual caracteriza lo natural sublime: "el día es bello; la noche, sublime". Por ello, el Romanticismo de Friedrich busca no el encanto (lo bello), sino el movimiento espiritual (lo sublime), aun sin desdeñar los valores estéticos del paisaje.
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Friedrich solía opinar que "cuando el paisaje se envuelve en niebla parece más grande y más noble, espolea la imaginación y relaja la expectación como una muchacha cubierta por un velo. La vista y la fantasía en general se sienten más atraídas por la lejanía vaporosa que por lo que se tiene delante con toda claridad". Fiel a su máxima de que para alcanzar la belleza se deben buscar lo más elevado y lo más glorioso, el pintor pomerano realizó, entre 1820 y 1822, varias obras excepcionales sobre la niebla, como Nubes de paso o Barca del Elba en la bruma matinal. Este óleo representa el amanecer junto al río Elba, del que se levantan los característicos jirones de niebla de los días fríos, cuando el sol calienta con sus primeros rayos. A ellos se unen los humos de unas casas y un horno de cal. La obra representa la futilidad, la vanidad de la vida humana, disipada por la acción divina, representada por la acción de los rayos que descienden, entre las nubes, hacia la tierra. Esta experiencia religiosa se ve acrecentada con los símbolos que ocupan la parte "terrena" del cuadro, símbolos reconocibles en otras obras de Friedrich: el curso del agua, el puente que une el paisaje natural y el humano, el campo arado, referido a la muerte, con la que habría que vincular los árboles otoñales de la izquierda, o la montaña que preside la composición, alegoría de la presencia de Dios.
termino
acepcion
Ornamentación de la plata que se obtiene incrustando un esmalte de color negro a base de plomo, cobre y azufre en una serie de ranuras e incisiones finas, previamente practicadas en la plata formando dibujos.
Personaje Arquitecto
Formado en el Escuela Nacional de Bellas Artes, recibió en 1936 el encargo del proyecto para el Ministerio de Educación y Sanidad de Río de Janeiro -junto a E. Vasconcellos, E.A. Reidy y Lucio Costa-, momento en el que conoce a Le Corbusier. Este encuentro con el maestro francés será fundamental para Niemeyer, como se aprecia en las obras realizadas a continuación: el Centro de Aeronáutica de San José dos Campos (1947) o su propia casa en Gavea (1953). Será reconocido internacionalmente gracias a sus trabajos en Pampulha (1940), donde demuestra con sus formas libres las posibilidades del cemento armado, distantes del lenguaje racionalista del momento. En 1947 formará parte del equipo responsable del proyecto de la Sede de la O.N.U. en Nueva York.El nuevo presidente de la República de Brasil, Juscelino Kubitschek, aprobó en 1956 la fundación de una nueva capital administrativa y política en el centro del país: Brasilia, con el objetivo de situar a Brasil a la cabeza de la modernidad. Niemeyer es nombrado asesor técnico del proyecto y recibe el encargo de proyectar algunos de los edificios emblemáticos de la capital como el Palacio Alborada (1957) y el Hotel Brasilia (1957), residencia de los invitados oficiales. También será el responsable de la organización del concurso para el plan urbanístico de la ciudad, resultando elegido Lucio Costa. Niemeyer realizó también en Brasilia la capilla del Palacio Alborada, el Senado, la Cámara de Diputados y la Catedral, edificios marcados por el arrojo estructural e innovador de su estética arquitectónica. También trabajó fuera de su país -obligado por las restricciones políticas del régimen militar-, destacando los edificios de la Feria Internacional de Trípoli (1963), la Universidad de Haifa (1964-65), la sede del Partido Comunista francés en París (1972), la sede de la Editorial Mondadori en Segrate (1976), la Universidad de Constantine en Argel, los planos de la ciudad de Neveg en Israel, el plan de urbanismo del Algarve o el Centro Residencial de Estudiantes de Oxford. A su regreso a Brasil continúa su intensa actividad, destacando las obras del Sambódromo y el conjunto de escuelas prefabricadas de Río de Janeiro. Entre sus proyectos más recientes encontramos la sede del periódico "L´Humanité" en Francia, el Panteón de las Libertades en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia, el proyecto de la Embajada de Brasil en Cuba o el Memorial de América Latina en Sao Paulo.Entre los numerosos premios recibidos por Niemeyer destacan la Legión de Honor de Francia, la Medalla de Oro de la Academia de Arquitectura de Francia, el Premio Lenin de la Paz (1963), el Premio Lorenzo el Magnífico (1980), Doctor "Honoris Causa" por la Academia de Construcción de la antigua República Democrática Alemana, el Pritzker Architecture Prize (1988) o el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1989), formando parte del Comité de Consejeros Artísticos de la UNESCO así como miembro titular de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras.
Personaje Científico
Se educó en el seno de una familia acomodada, lo que le permitió dedicarse a sus aficiones sin mayor problema. Su pasión por los inventos y su interés por la ciencia eran entonces sus principales preocupaciones. Cuando estalló la revolución francesa tuvo de abandonar sus estudios en los Padres del Oratorio e incorporarse en el ejército. Sin embargo, no permaneció demasiado tiempo en el campo de batalla a causa de una dolencia que provocó su abandono. En esta época se traslada a Niza y se casa. De este matrimonio nacería un hijo. Una vez que la situación se calma regresa a la casa de sus padres y con su hermano Claude recobra su interés por los experimentos. La afición de Nicephore por el arte, en concreto por la litografía, fue un condicionante importante a la hora de tener en cuenta sus descubrimientos. Sin embargo, nunca tuvo facilidad para el dibujo por lo que decidió dirigir las proyecciones de la cámara oscura a la piedra litográfica. Su intención, según sus palabras, era "reproducir espontáneamente, por acción de la luz con degradaciones de tintas del negro al blanco, las imágenes recibidas de la cámara oscura". Por la correspondencia que mantiene en este tiempo con su hermano se sabe que su intención era la de fijar dentro de la cámara oscura las imágenes. A mediados de 1816 los experimentos comienzan a dar sus primeros frutos. En el interior de la cámara colocó una película con un compuesto fotosensible que reaccionaba con la luz. Por equivocación se utilizó una lente focal más corta como objetivo. Gracias a este fallo el experimento fue un éxito. En esta época logró el primer negativo, sin embargo no fijó la imagen y a medida que pasaba el tiempo se iba oscureciendo por efecto de la luz. Una vez alcanzados estos logros se impone tres objetivos: conseguir más definición, obtener del negativo el positivo, cambiando los colores, y luego fijar la imagen. Tras realizar nuevos experimentos descubrió que podía emplear una solución de resina para fijar las imágenes, aunque este planteamiento ofrecía varios problemas. Esta experiencia le encaminó hacia el uso de betún de Judea, lo que le permitió conseguir una imagen negativa fija que denominó heliografía. Una vez logrado este reto, el siguiente paso era fijar el positivo. Continuó experimentando con otros componentes químicos que le permitieron acabar con sus problemas iniciales. A finales de los años veinte se asocia con Daguerre, que también está realizando investigaciones en este campo. De esta colaboración surgen nuevos avances. Logran imágenes en positivo con mayor claridad. En esta asociación Daguerre aportó además su capacidad comercial, al tiempo que logró nuevos avances. La muerte de Nièpce impidió que fuera testigo de ello. A partir de este momento la historia no ha logrado determinar a cuál de estos dos personajes corresponde este invento.
obra
Las últimas obras de Pinazo muestran un estilo absolutamente impresionista donde la influencia de Sorolla es definitiva como podemos observar en este retrato de Marisa Pinazo Mitjans en brazos de una niñera. La factura es rápida y desenvuelta, aplicando las claras tonalidades con rapidez y soltura, sin renunciar a la expresividad tanto de la joven como del bebé, presentando una imagen absolutamente realista. Esa dualidad entre Realismo e Impresionismo será una constante en la vida del maestro, uno de los creadores más importantes de fines del XIX que podía haber dado el salto hacia una pintura de vanguardia en España. A pesar de los reproches que le ha hecho la crítica, Pinazo se presenta como un artista seguro, que transmite viveza y dulzura a través de sus trabajos.