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El cardenal Nicolás de Albergati fue una de las personalidades más destacadas de su tiempo. Su iglesia titular era la de la Santa Cruz en Jerusalén, un título simbólico puesto que Jerusalén estaba en manos de los turcos. Fue embajador del Vaticano en importantes misiones, y fue el artífice de un trascendente tratado de paz entre Francia e Inglaterra, en 1431. Su fama y sus cargos le obligaron a viajar mucho. Conoció a Van Eyck, que le tomó un retrato en un dibujo que se conserva hoy día en el Kupferstichkabinett de Dresde. El apunte estaba destinado a ser la base de un futuro retrato, tras la marcha del cardenal, puesto que Van Eyck lo complementó con anotaciones acerca del color de piel del cardenal, cabellos, ojos y otros detalles del natural de los que no podría disponer. Sin embargo, el retrato fue abandonado durante unos años. Más tarde, y debido a ciertos triunfos diplomáticos, el cardenal reclamó a Van Eyck que finalizara la obra, que dio como resultado el retrato que tenemos a la vista.
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La especialidad de Murillo no era el retrato, aunque sí realizó algunos como éste de Don Nicolás de Omazur, gran amigo del pintor, natural de Amberes, importante comerciante de sedas y muy aficionado a la poesía, llegando a componer algunos versos. Formaba pareja con el retrato de su esposa, Isabel de Malcampo, actualmente perdido. Murillo sigue la tradición flamenca y holandesa de los retratos dobles insertos en un óvalo. Don Nicolás porta en sus manos una calavera, símbolo de la muerte y resurrección y de la vanidad de las cosas. El pintor se ha centrado en la personalidad del modelo, iluminando el rostro para llamar la atención sobre él. La sobriedad cromática recuerda los retratos de Van Dyck.
Personaje Escultor
Las primeras noticias escritas que se tienen de este artista se remontan a 1181, como autor de los esmaltes que decoran la iglesia-abadía de Klosterneuburg (en las proximidades de Viena). En este templo representó el Antiguo y Nuevo Testamento en las 51 escenas, realizadas en esmalte, que recubrían la tribuna. En una restauración posterior, estas placas fueron reubicadas en el altar. Los oros y azules son las principales notas de color que definen este trabajo, donde se aprecia la conjunción del arte bizantino con la escuela de Reims y las tendencias clásicas de la escuela del Mosa. Algunos indicios apuntan que De Verdún es también autor del relicario de los Reyes Magos en forma de urna que se encuentra en la catedral de Colonia y donde se encuentran los restos de los santos Naborre y Felice. Además se le atribuye el relicario de Notre-Dame en la catedral de Tournai y del relicario de la Abadía de San Miguel de Siegburg. En cuanto al candelabro Trivulzio del Duomo de Milán, no se ha podido determinar con absoluta seguridad su autoría.
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J. Six identificó en 1916 al protagonista de este retrato como Nicolaes Hasselaer, al igual que su segunda esposa, Sara Wolphaerts van Diemen. Otros especialistas han propuesto el nombre de Dirck Hasselaer y su esposa Brechtje van Schooterbosch, pero no existe parecido respecto al retrato pintado en 1614 por Cornelis van der Voort que también se conserva en el Rijksmuseum de Ámsterdam. Nicolaes Hasselaer nació en 1593 y falleció en 1635; era fabricante de cerveza y uno de los importadores de cobre más importantes de Ámsterdam. Esposó con Sara Wolphaerts en 1622, tras haber enviudado de Gertuid van Erp en 1620. El comerciante aparece representado por Hals en primer plano, sentado en una silla y dirigiendo su mirada hacia el espectador, ataviado con sus mejores galas. Tomando como modelo a Tiziano, posiblemente a través de Rubens, uno de sus maestros favoritos, Hals recorta a la figura ante un fondo neutro y la ilumina con un potente foco procedente de la izquierda, interesándose por crear efectos de perspectiva espacial al disponer el brazo derecho en profundidad, apoyándose en un bastón mientras que la mano derecha se la lleva a la cintura. El traje negro adornado con cuello y puños de encaje blancos forma un admirable contraste cromático que será recuperado por los impresionistas, especialmente Manet. La atención del pintor se centra en la expresión y el gesto del personaje al centrar su atención en el rostro, resaltando la personalidad y el alma de Hasselaer. Las pinceladas son rápidas y empastadas en algunas zonas, sin renunciar al detalle en el cuello, anunciando su estilo maduro en el que los rápidos toques de color componen la escena. El lienzo fue donado al museo de Ámsterdam en 1885 por J. Van de Poll.
Personaje Religioso
El brillante papel de Nicolas I al frente de la administración pontificia motivará su denominación como el Magno. Su papel como defensor de la Iglesia romana frente a la bizantina motivó que Focio fuera depuesto como patriarca de Constantinopla. Sus relaciones con los obispos fueron excelentes, no así con el rey de Lorena, Lotario II, a cuyo divorcio se opuso.
Personaje Religioso
Sucesor de Benedicto III, el papa Nicolás I se opuso al aumento de poder de los obispos y a la intromisión de los emperadores de oriente en los asuntos eclesiásticos, lo que suponía la consolidación del poder papal. Bulgaria se unió religiosamente hablando al papa de Roma y Nicolás I declaraba ilegítima la elección de Focio como patriarca de Constantinopla (863). Por estos actos recibe el apelativo de El Grande.
Personaje Político
Descendiente de Pablo I, sucede a su hermano Alejandro I en el trono en 1825. A este zar se debe el autocratismo. Tenía mano de hierro y actuaba con crueldad, como demostró al aplacar el movimiento decabrista. En política exterior también reprimió duramente las revueltas de 1830 en Polonia y de 1849 en Hungría, al lado de Austria. Por otra parte, su anhelo por ampliar sus dominios determinó su actuación en varios conflictos en los Balcanes. Defendió el despotismo ilustrado y fue artífice de progresos en los ámbitos culturales y económicos.