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La colección de pinturas que conserva la National Gallery de Dublín se expande desde el siglo XIV al XX, e incluye las mejores escuelas continentales. Las pinturas irlandesas están caracterizadas por la reaparición del siglo XVII hasta Jack b. Yeats, que es el artista irlandés más importante del siglo XX. Retratos de Hamilton, Barry, Lavery y Orpen, sin olvidar los paisajes de Robert, O'Conor, Hone, y la pintura de Danby, Osborne y Leech. La escuela italiana es la segunda más numerosa con piezas de altar y tesoros renacentistas de Fra Angelico, Mantegna y Tiziano, produciendo así una de las más distinguidas colecciones del siglo XVII fuera de Italia. Un Caravaggio redescubierto en Dublin, está expuesto con las obras de sus seguidores europeos, mientras que en la galería barroca hay grandes lienzos de Lanfranco, Maratta, Rubens y otros. En la escuela francesa, el clasicismo del siglo XVII está representado por Claude, Vouet y obras de Poussin. Hay brillantes cuadros del Rococó (Fragonard, Nattier, Chardin) y trabajos neoclásicos de J.L. David y Gérard. La sala de impresionistas tiene obras de Monet, Sisley, Pissarro y Gonzales y de las primeras tendencias del siglo XX: Signac, Picasso, Nolde. La colección holandesa del siglo XVII se constituyó en el siglo XIX con obras de Vermeer, Metsu, Ruisdael y Hobbema. La pintura española es predominantemente religiosa, con una obra de El Greco y piezas de altar del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial de El Mudo, un Velázquez temprano y muchas pinturas de Murillo y Zurbarán son las más importantes del siglo XVII. Se conservan también cuatro obras de Goya. La pintura inglesa está basada fundamentalmente en el retrato, pero con muchas conexiones irlandesas. Reynolds, Hogarth, Gainsborough y Raeburn dominan el siglo XVIII junto a Romney, Kauffman y Wheatley. Dispersa en estas galerías de pintura, se encuentra una rica colección de esculturas perteneciente fundamentalmente a los siglos XVII al XIX, con obras de artistas como Piamontini, Cavaceppi, Tacca, Rodin, Dalou y Epstein entre otros. En esta Galería también se conservan una magnífica colección de grabados de artistas europeos y americanos desde el siglo XVII al XX entre los que destacan Piranesi o Hogarth, así como dibujos y acuarelas de Degas, Watteau, Constable, Paul Klee o Douglas Hamilton.
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En 1819 el Royal Institute de Edimburgo tuvo la intención de crear una colección de arte comenzando con la compra de obras de artistas vivos contemporáneos. Años después, en 1930, emplearon sus fondos para comprar pinturas italianas ya no contemporáneas sino barrocas, como fue la adquisición de la obra de Van Dyck. Al mismo tiempo otra institución, la Royal Scottish Academy, comenzó a formar otra colección pero esta vez de arte británico. Sin embargo hay una excepción, la obra de la Adoración de los Reyes de Bassano, pintor italiano. Ambas colecciones cedieron sus fondos para crear la Galería Nacional de Escocia en el año 1859. En conjunto, en esta galería podemos contemplar obras de autores contemporáneos pero también obras italianas del Renacimiento.
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El Museo de Arte Nacional Noruego conserva obras de pintores y escultores noruegos, especialmente de Munch, junto a obras de Van Gogh, Cézanne o Matisse, uniendo tradición y modernidad. Su emplazamiento, cerca de la Universidad de Oslo, conforma una inmensa superficie cultural en la capital noruega.
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En el año 1829 se inauguró el Museo de Washington a pesar de que en aquella época los americanos no tenían un interés especial en el arte. El primer museo fue una casa particular donde se albergaban monedas, medallas, algunas reliquias y hasta fósiles. Entre todos estos objetos había 32 obras que se consideraron obras de arte. Andrew W. Mellon, que fue el último descendiente de Smithson, creador del Instituto Smithsonian, donó una colección de cuadros para fomentar el estudio de las Bellas Artes y también 31 millones de dólares con los que se construyó el nuevo edificio que habría de albergar la colección de la Galería. Se considera que la rotonda de la galería posee una de las bóvedas más perfectas del mundo parecidas al Panteón de Roma. Es el mayor edificio de mármol del mundo, con una fachada que tiene 27 tonos diferentes de rosa; la luz proviene casi totalmente del exterior y el resto está iluminado con apliques de cristal. Las salas se encuentran divididas por Escuelas. Primero está la Escuela bizantina, con la obra La Virgen con el Niño, que proviene de un convento español. La Escuela italiana está representada por la obra más importante del Giotto que se encuentra en América, pintor que aún tiene rasgos bizantinos aunque es considerado precursor del Renacimiento. Otras obras italianas se encuentran también en el museo, como La Adoración de los Magos de Fra Angelico, que originalmente había pertenecido a Lorenzo de Médici. De Rafael tenemos la Virgen de Alba, que mira por detrás de su hijo que se vuelve para recibir el emblema de la Pasión de manos de San Juan Niño. De la Escuela veneciana hay una obra de Giovanni Bellini: la representación de una reunión de dioses, escena bañada por una luz dorada. Giorgione tiene un cuadro como es La Adoración de los Pastores (1505) en el que se expresa un sentimiento lírico y la capacidad para situar las formas en una atmósfera luminosa. De la Escuela flamenca Jan van Eyck firma una Anunciación. También hay obras de autores contemporáneos como Picasso, Dalí y los impresionistas: Monet, Degas o Manet entre otros.
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El origen de la National Gallery of London está en la colección de un particular británico, John Julius Argenstein, que fue adquirida por el Estado en 1824. Ampliada con fondos de la colección real británica, se consideró necesario acondicionar un edificio para exponer las pinturas adecuadamente; de este modo, en 1838 se construyó el actual edificio, que alberga al completo la colección. Su estilo es neoclásico, dentro de una concepción racionalista que se adaptara a las funciones expositivas para las cuales fue concebido. Sin embargo, las sucesivas adquisiciones con las que el fondo inicial se ha ido enriqueciendo provocaron varias ampliaciones de sus alas, de las cuales destaca la ampliación de 1975, la primera de todas, y la de 1991, la última, en la cual se creó de nueva planta el ala Sainsbury, dedicada en exclusiva a la colección de pintores del primer Renacimiento: la colección posee el mayor depósito de pintura italiana fuera de Italia. Este grupo se empezó a reunir durante la gestión del primer director de la galería, sir Charles Eastlake, quien viajó por la península mediterránea entre 1855 y 1865 para comprar y reunir las obras de mejor calidad. El siguiente núcleo destacable es el de la pintura flamenca, que se debe al impulso de la reina Victoria, quien donó gran parte de su colección personal. La National Gallery, pues, abarca todos los períodos y estilos. Sólo dos salvedades deben hacerse: los retratos, que se contemplan en la vecina National Portrait Gallery, y los cuadros más recientes, que han pasado a la Tate Gallery, también en Londres. El criterio museográfico es el de la exposición cronológica. Sus amplísimos fondos, que alcanzan facetas muy diversas del arte europeo desde el siglo XV, hacen que la National Gallery resulte equiparable a otros dos grandes museos de la pintura universal, el Louvre en París y el Prado en Madrid. Estos tres museos fueron fundados en fecha similar y responden a la misma inquietud enciclopédica que pretende repasar todos los estilos hasta el arte de su momento.
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La National Gallery es una de las más viejas colecciones de arte públicas en Australia, fundada en 1861. Desde sus comienzos modestos, esta colección ha ido creciendo hasta convertirse en una con gran riqueza y diversidad. Contiene cuadros, grabados y dibujos; vasijas griegas; cerámicas y cristales europeos; cuadros chinos y de Rajasthan... Estas y otras colecciones son, ahora conocidas en todo el mundo. Las pinturas australianas que conserva este museo constituyen una de las colecciones más antiguas y mejor conocidas en todo país. Trabajos de Tom Roberts "Shearing the Rams" (1890) y de John Brack "Collins St., 5p.m." (1955), han llegado a ser iconos del arte australiano. Cuadros de Arthur Glover The River Nile, Van Dieman's Land, from Mr Glover's Farm de 1837, Arthur Streeton "The purple noon's transparent might" de 1896 y, de Fred William "Upwey Landscape" de 1965, muestran como los pintores australianos siguen fascinados por la naturaleza de su país y, otros como Kwementyay "Big yam Dreaming" de 1995, introducen a una nueva visión de tradiciones antiguas. Otras obras nos muestran aspectos importantes de la historia australiana como "Flowers and Fruits" de W.B. Gould de 1840; "Figures in possum skin cloaks" de William Barak de 1898; "Circe" de Bertram MacKennal de 1893 y; "Memory of Leonski de Albert Tucker de 1943; y "Disquiet" de Bea Maddock de 1981, muestran otro aspecto igualmente importante de la historia y la perfección de la pintura australiana. En cuanto a las pinturas europeas que conserva este museo australiano, entran en la colección a partir de 1860, y fueron recogidas de las paredes de la Royal Academy y del Paris Salon y, de dos grandes exhibiciones internacionales de Melbourne, en 1880. Las adquisiciones son considerables y numerosas. Incluyen dos Rembrandt y un autorretrato del final de su vida, obras de Poussin y de Tiepolo adquirida esta última en 1932. Encontramos retratos de pintores británicos del XVIII, como Reynolds, Gainsborough y Rommey. También paisajistas de la talla de Turner y Constable. Aparecen impresionistas franceses y sus contemporáneos: Monet, Sisley, Renoir, Pissarro, Cezanne, Manet y Signac. Los movimientos artísticos del siglo XX se pueden ver tanto en trabajos europeos como en norteamericanos, incluyendo a Bacon, Picasso, Frankenthaler, Hockney, Kiefer, Clemente y Peck.
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La institución fue fundada en 1907 y ubicada dentro de uno de los grandes edificios de carácter público del Parque Cathays. La arquitectura del edificio consiste en dos cuerpos que poseen dos plantas y que rodean un grandioso salón decorado de ricos mármoles que sirve como entorno expositivo a las obras escultóricas que el museo tiene como por ejemplo varias de Rodin. Se dice que tuvo como primera intención dar a conocer su país al resto del mundo. Esto lo consiguieron sobradamente abarcando incluso una de las colecciones más importantes de arte extranjero. Los fondos son una muestra muy completa de todas las artes que van desde la arqueología hasta las ciencias pasando incluso por industria y por supuesto, las bellas artes. La parte que corresponde al ala izquierda del edificio está destinada al departamento de arqueología. Podemos ver una gran colección de piedras grabadas galesas que se disponen con forma circular y escalonada, junto con muchos objetos como un cáliz o una patena de Dolgellau del s. XIII. En cuanto a los fondos pictóricos, se encuentran exhibidos casi de forma cronológica en el piso primero del ala derecha. En esta parte se ubican unos supuestos cartones de Rubens aunque se cree que podían pertenecer a seguidores suyos, pero esto no impide que sean una muestra interesante del s. XVII flamenco. En general el museo posee pocas obras de artistas extranjeros anteriores al s. XIX aunque las que tiene son de estilos muy dispares e incluso de relevancia como obras de Bellini, Mantegna o Piero di Cosimo, que corresponden al s. XV; artistas del s. XVII como Rembrandt, Ruisdael, Claudio de Lorena, Ribera o paisajes de Van Goyen, siendo el más importante El cuerpo de Foción sacado de Atenas de Poussin. En cuanto al s. XVIII, el museo muestra una serie de obras de artistas británicos establecidos durante un tiempo en Italia como fueron Richard Wilson o Thomas Jones, que llegan a eclipsar a los propios artistas venecianos como Canaletto, Tiepolo y Pittoni, que también se hallan expuestos. Hacia 1908 las hermanas Margaret y Gwendoline Davies comenzaron a adquirir obras de artistas como Meissonier, Turner, Constable o Corot y más tarde compraron obras de impresionistas y post-impresionistas como dos esculturas de bailarinas de Degas, paisajes de Pissarro y Sisley, pinturas de Manet, La Parisienne de Renoir, una gran colección de pinturas de Monet; Lluvia cayendo sobre Auvers, de Van Gogh, o varias obras de Cézanne. Toda esta gran colección fue cedida al Museo de Gales siendo una de las partes con mayor importancia que la entidad tiene en el ámbito nacional. Los fondos que corresponden al s. XX pertenecen a autores extranjeros como Matisse, Max Ernst, Eric Heckel... No obstante, de este periodo son más importantes los propios autores autóctonos (Dylan Thomas, Augustus John, J.D. Innes) cedidos también por las hermanas Davies.