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Según el puntillismo sería posible obtener unos colores secundarios más brillantes al contactar los colores primarios sin mezclar en el lienzo para que esa unión se produzca en el ojo del espectador. La excitación que produce la espectador la mezcla óptica motiva la introducción en el lienzo de un tema estático. Para no convertir el cuadro en un mosaico y eliminar esa excitación , Van Gogh contrasta su rostro con un entramado de puntos a su alrededor, creando una especie de halo. El rostro enjuto muestra la expresión preocupada que caracteriza al pintor, con unos ojos caídos que inspiran tristeza y pena. Los enfrentamientos casi continuos con Theo y el abusivo consumo de alcohol llevarán a Vincent a marcharse a Arles en febrero de 1888. Las tonalidades oscuras del fondo y del traje resaltan la cabeza del pintor, introduciendo tonos malvas en las sombras que enlazan directamente con el impresionismo.
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La obra de Dannecker, escultor de la corte de Würtemberg que en los años 80 estudió en Roma con Canova, es la de un propagador del idealismo, quería medirse con los ideales de elevación y dignidad que se asociaban a la plástica antigua.
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Derain, junto a Matisse, será el más famoso de los miembros del grupo fauvista que en la primera década del siglo XX causó sensación con sus violentos colores. Sin embargo, en este Autorretrato realizado en torno a 1920 restringe los colores de su paleta, empleando marrones y verdes oliva. Se presenta serio, reflexivo, con su larga pipa en la mano derecha y dirigiendo su mirada hacia su izquierda. Este es un magnífico ejemplo de la clase de autorretratos en los que el artista se observa de forma pausada y crítica, realizando un ejercicio de autoevaluación, un intento de descubrir algo nuevo de su propia personalidad al tiempo que explora algunas de las inagotables posibilidades de expresión ofrecidas al artista por el rostro humano. El alargamiento de ese rostro acerca a Derain a los trabajos cubistas e incluso a la iconografía identificativa de Modigliani.
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Era casi una costumbre para Gauguin realizar autorretratos y regalárselos a los amigos. El que aquí observamos estaría dedicado a Daniel Monfried, apreciándose al pintor con un gesto seguro y altivo, a diferencia de Autorretrato en el Gólgota donde aparecía en plena depresión. Lleva gorro y su mirada es retadora. Al fondo hay una réplica de Manao tupapau con marco amarillo muy empleado por el artista. El colorido es intenso, utilizando tonos oscuros para representar la figura y claros para el fondo, creando un atractivo contraste. La pincelada ha sido aplicada de tal forma que se destaca el granulado de la tela del lienzo. Gauguin, igual que Van Gogh, es un artista muy interesado en captar sus propios rostros en diferentes situaciones anímicas.