La fecha de realización de este óleo está muy cercana a 1609, meses antes de su muerte, pues ese mismo año fue colocada ya en la iglesia de Nancy para la cual había sido encargada. Los rasgos pictóricos del cuadro son extremadamente tardíos y muy característicos del último período de Caravaggio: un finísimo velo de luz difumina toda la escena y suaviza los contornos, al modo en que puede verse en el Entierro de Santa Lucía. Además, lo que en la historia del arte había sido tratado como un hecho festivo, en Caravaggio aparece como una maldición. El rostro del ángel nos es ocultado, el gesto de su mano es más amenazador que indicativo y todo el peso de la figura parece abalanzarse sobre la Virgen. María está arrodillada con sumisión ante la aparición. Sus manos se cruzan con pudor sobre el pecho y su rostro trasluce una triste expresión de resignación, sin atisbo de esperanza ante la pesada misión que se le encomienda. En los cuadros de Caravaggio de 1608-1610 no hay esperanza ni salvación, sólo oscuridad ambigua y melancolía.
Busqueda de contenidos
obra
Los numerosos encargos recibidos por El Greco obligarán a participar activamente a su taller, donde destaca su criado y posiblemente socio Francisco Preboste, así como Jorge Manuel. Esta Anunciación se considera obra salida del taller, aunque El Greco colaboraría activamente en su diseño. El tema repite los esquemas tratados en Italia con la Virgen sobre una escribanía, leyendo en el momento que el arcángel san Gabriel procede a anunciarle la buena nueva mientras la paloma del Espíritu Santo inunda de luz la estancia. Un cesto de labor y un florero con unos lirios simbolizando la pureza de María completan el espacio en primer plano, recurso característico del Manierismo. Los colores empleados son heredados también de Italia mientras que las figuras estilizadas, de alargado canon, son elemento totalmente personal, destacando sus pequeñas cabezas con expresiones tremendamente espirituales. Los pesados y plegados ropajes impiden contemplar su anatomía, modelada a través de luz y color según la Escuela veneciana. El fondo nuboso se repite en algunos santos aislados de época anterior como en Las lágrimas de san Pedro.
obra
Correlativa a la visión alegórica de la Rueda mística de Ezequiel, en el Armario de la plata se presentaba esta Concepción de la Virgen, en la que Fra Angelico da una fórmula espacial distinta a la homónima de el Museo de El Prado o al fresco monumental de la Anunciación de San Marcos. El único punto en común se refiere al foco de luz, que aquí también parte de la izquierda. Las figuras se sitúan en primer plano, dejando vacío el eje estructural de la obra: la puerta que se abre a un patio en segundo término. Ambos protagonistas están recuadrados por una arcada de columnas corintias que fugan hacia el fondo siguiendo el efecto de profundidad. Los tiestos de flores, situados en los entablamentos de la construcción, continúan el desarrollo espacial. Al fondo, las copas de dos cipreses se recortan sobre el cielo, figurando en su centro la paloma del Espíritu Santo. Enmarcando la escena, dos rollos de pergamino explican el acontecimiento milagroso. Fra Angelico ha tenido en cuenta las reverberaciones del foco de luz y su proyección según la calidad de los elementos representados y los planos de profundidad. Junto al espacio creado, éste es el aspecto más destacado de la tabla. Mucho menos eficaz se presentan los tonos de color, de excesivo carácter decorativo, sobre todo en las franjas contrastadas de las alas del ángel.
obra
En origen esta obra, formaba parte de un tríptico realizado por Barthélemy d'Eyck para la capilla de los Corpici en la iglesia del Salvador. Hoy esta tabla, que ocupaba el espacio central del tríptico, se encuentra en la Iglesia de Santa María Magdalena en Aix, mientras que las demás se encuentran repartidas entre el Rijksmuseum de Amsterdam y los Musées Royaux de Bruselas.
obra
Fra Filippo Lippi va a ser fundamental para la pintura florentina del Quattrocento como correa de transmisión entre Masaccio y Botticelli. Sin embargo, Lippi aporta un sensible movimiento a sus figuras como podemos apreciar en esta Anunciación, así como un marcado interés por los detalles, influencia de la Escuela flamenca. La perspectiva será también su otra gran preocupación, desarrollando una profundidad espacial admirable al proyectar las dos alas del edificio y mostrar un paisaje y las siluetas de los "campaniles" típicos de Florencia al fondo. La Virgen recibe al ángel con un gracioso movimiento mientras lee, motivando la sonrisa de san Gabriel que porta una vara de azucenas como símbolo de pureza. Dos ángeles más acompañan al arcángel, dirigiendo su mirada al espectador uno de ellos. El pilar y la arquería de primer plano se emplean para involucrarnos en el asunto, al igual que el jarrón de cristal, que casi está en nuestro espacio. Las luces colaboran en la ejecución de la profundidad, resaltando el carácter monumental de las figuras y el colorido de sus túnicas y mantos.
obra
Pinturicchio sintió especial admiración por la decoración ornamental. Tras colaborar con Perugino en la Capilla Sixtina, Bernardino iniciará una carrera en solitario en Roma, regresando a Umbría para realizar los frescos de la capilla Baglioni en la iglesia de Santa Maria Maggiore de Spello en Perugia, serie a la que pertenece esta Anunciación. La preocupación por la perspectiva presente en su maestro también se encuentra aquí al desarrollar en profundidad las arquerías del palacio donde tiene lugar la escena y mostrar un paisaje de la campiña umbra de fondo. Las baldosas policromadas del suelo refuerzan la profundidad, interesándose especialmente por los adornos de las paredes, inspirados en el mundo antiguo. Las figuras pasan a un segundo plano ante la monumentalidad de la arquitectura y la minuciosidad de los detalles, incluyendo su autorretrato en el cuadro de la pared de la derecha.
obra
La peste era la enfermedad más temida en las épocas medieval y moderna. Las diferentes epidemias asolaron todo el continente europeo en numerosas ocasiones, afectando a algunos lugares con contundencia. San Sebastián era el santo que intercedía para salvar a la población de la peste por lo que es una de las figuras más representadas; sin embargo, como agradecimiento ante la finalización de la epidemia de peste que azotó Florencia en 1478 se encargó a Botticelli esta Anunciación para decorar la puerta de acceso al hospital para enfermos de peste de San Martino della Scala. El fresco está en un deplorable estado de conservación, pero las figuras no han sido dañadas y podemos apreciar el interés del artista por la perspectiva, muy habitual en el Quattrocento. Los personajes tienen esa gracia que caracteriza a la pintura de Botticelli, destacando los pliegues de sus ropajes y sus actitudes candorosas. Las baldosas del suelo, la estancia de la zona derecha donde apreciamos la cama de María y el paisaje son los elementos con los que se consigue la profundidad espacial. El colorido no es tan vivo como acostumbra el maestro al emplear el fresco como técnica, anticipando sus próximos trabajos en Roma.
obra
Como buen artista del Renacimiento Francesco di Giorgio se interesará tanto por la arquitectura como por la pintura, la escultura o la invención de ingenios, llegándose a considerar el inventor de las minas terrestres. Sus pinturas son algo tardías, iniciando su carrera cuando el maestro tenía casi 30 años, en un estilo con ciertas incorrecciones, como apreciamos en esta composición. Las figuras son excesivamente alargadas y esquemáticas si bien la preocupación por la perspectiva está presente al desarrollar la profundidad a través de las arquerías, las baldosas de colores y del paisaje de fondo. Los gestos dramáticos y las posturas forzadas dotan de cierto expresionismo a la escena.
obra
La influencia de Jan van Eyck sobre los artistas de la siguiente generación es pocas veces tan evidente como en este caso. Memling, que se formó con Rogier van der Weyden, toma un planteamiento típico de van Eyck: el empleo de la realidad cotidiana de los ciudadanos flamencos del siglo XV con un significado y una función simbólica, trascendental más allá de lo que en realidad los objetos son. La Anunciación se desarrolla en una estancia de casa burguesa de nivel alto, tal y como podía ser la habitación del cliente que encargó la obra. Esta habitación es muy similar a la que aparece en el Matrimonio Arnolfini o en la Virgen de Lucca, de van Eyck. Los objetos de la estancia, tal y como hacía van Eyck, son símbolos de los personajes: al fondo, sobre el mueble, vemos una garrafa de cristal llena de agua y un candelabro. Los dos son símbolos de María y su pureza, tan transparente como el cristal. En primer plano, el jarrón con los lirios, un signo más de la virginidad. Además, el arcángel está inspirado por completo en los ángeles de van Eyck, con el lujoso manto de brocados dorados y el cabello de melena rizada.