Busqueda de contenidos

obra
Es una obra previa, un ensayo para el gran lienzo sobre El martirio de San Erasmo que Poussin llevó a cabo para la capilla del santo mártir en la basílica de San Pedro del Vaticano en 1629, destinada a ser presentada a los clientes del artista. Sus diferencias respecto a la obra definitiva no son considerables, y se aleja de sus primeras ideas reflejadas en los bocetos conservados en Milán y Florencia.
obra
Este dibujo muestra un estado intermedio dentro del proceso creativo del lienzo El martirio de San Erasmo, su primer gran encargo oficial, destinado a San Pedro del Vaticano. A diferencia del otro dibujo sobre el martirio de San Erasmo conservado en Milán, las figuras se encuentran ya en su orientación definitiva y la composición es ya casi la que aparecerá en el lienzo. Aparecen ya en el suelo los hábitos del santo, e introduce ya al verdugo que maneja el rodillo. Alguna pequeña salvedad, como los ángeles que sostienen la corona del martirio, o el gesto del soldado a caballo, distintos a los que aparecen en el cuadro, nos muestra claramente la meticulosidad y morosidad con que trabajaba el pintor francés.
obra
Para la realización de su importante cuadro El martirio de San Erasmo, su primer gran encargo oficial, concluido en 1629, realizó Poussin dos dibujos hoy conocidos. Uno de ellos es éste, conservado en Milán, muy similar al otro dibujo sobre el martirio de San Erasmo que ha llegado hasta nosotros. Presenta una particularidad: el detalle de los angelotes coronando al santo mártir, no conservado en el lienzo, y que se debe a un detalle arquitectónico del nicho al que se destinaba la obra. Por otro lado, es notable la fuerza con que, a pluma, desarrolla Poussin el contorno de las figuras, luego retocadas a la aguada y carboncillo. El grupo de personas se orienta todavía hacia la derecha, lo cual demuestra su anterioridad al otro boceto de Florencia.
obra
El prestigio alcanzado por Poussin en Roma motivó la recepción de una serie de encargos de tema religioso para diversas iglesias. Entre todos ellos, el más importante es éste que nos ocupa, del que en principio se iba a ocupar Pietro da Cortona, pero que, merced a las habilidades de Cassiano dal Pozzo y el Cardenal Barberini, fue adjudicado a Poussin. En febrero de 1628 comenzó a realizar este cuadro de altar para la Capilla de San Erasmo en San Pedro del Vaticano, destinado a reemplazar otra obra del mismo tema que había sido afectada por la humedad. La obra será entregada en noviembre de 1629. San Erasmo era obispo de Gaeta, cerca de Roma, y fue martirizado en el año 303 por orden del emperador Diocleciano, quemándolo con aceite hirviendo. En el siglo XIV la leyenda atribuía su muerte al martirio mediante la extracción de los intestinos, variante que recoge la obra. En un tono un tanto caravaggista, Poussin refleja el momento en que los verdugos extraen los intestinos del santo mártir, al tiempo que un sacerdote pagano le muestra la imagen de Hércules, exigiéndole la adoración al semidiós. Todos los presentes esperan la respuesta del mártir, antes de proseguir la tortura. Bajo el santo ha situado Poussin la casulla y tiara episcopales. En cierta manera ambiguo, el artista busca la profundidad y el movimiento pero sin desprenderse de cierto clasicismo. La perspectiva empleada, así como el sentido de la escena, son chocantes. De hecho, la obra es muy diferente de la que habitualmente se había considerado la principal fuente, el boceto realizado por Da Cortona para la capilla, honor que hoy debe compartir con el cuadro de Saraceni sobre el tema, de la catedral de Gaeta. La tela no tuvo una gran acogida y recibió algunas críticas, por lo que, decepcionado, junto con su fracaso al año siguiente, en que no consiguió otro gran encargo para San Luis de los Franceses, Poussin se concentró en las obras pequeñas para sus fieles coleccionistas particulares.