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acepcion
Objeto, que generalmente es de orfebrería, donde se expone la hostia consagrada a la adoración de los fieles. Puede adoptar formas arquitectónicas muy diversas. Suele estar realizada en oro, plata u otros materiales preciosos.
Personaje Arquitecto
Maximiliano Manuel, elector de Baviera, fue su benefactor. Desde muy joven se traslada a París, donde es formado en el mundo de las artes desde 1720 hasta 1724. En estas fechas coincide con Blondel. Cuando vuelve a Alemania, concretamente a Munich, es elegido arquitecto real. A partir de esta época proyecta numerosos palacios, además de hacerse cargo de varios diseños decorativos. Es autor del pabellón de Amalienburg, situado en el parque de Nymphenburg. En esta obra la arquitectura y la decoración se funden en un solo espacio, según las pautas del rococó. En 1737 realiza varias series de grabados sobre modelos ornamentales rocaille, de gran éxito en Alemania.
contexto
Es de todas las cortes alemanas la que asumió con más entusiasmo la nueva moda del Rococó, superando con mucho los excesos decorativos que habían surgido en París. La principal causa de este amor por lo francés hay que buscarla en las circunstancias vividas por Max Emanuel, elector de Baviera desde 1679, y en 1691 gobernador de los Países Bajos españoles. Sin embargo, durante la Guerra de Sucesión al trono de España puso sus armas al servicio de los franceses frente a los austriacos, lo que le supuso la pérdida de su electorado en 1706 y el exilio en París. Allí vivió casi diez años hasta que con la paz de Rastatt en 1714 fue reinstaurado, regresando a Munich al año siguiente. Ya antes de su exilio le atraía la cultura francesa que le había imbuido su madre Adelaida de Saboya y no confiaba mucho en el buen gusto de sus súbditos. Así al volver á Munich se lamentaba diciendo: "Pienso imitar el gusto de Francia en edificios y jardines, pero los habitantes no se cambian". Le costó luchar contra el carácter conservador de los bávaros, pero al fin consiguió adiestrar a los más jóvenes en la nueva moda y convertir Baviera en el paraíso del Rococó. Precisamente es donde echó más tempranas y profundas raíces, no sólo en esta arquitectura cortesana sino también en la mucho más popular de monasterios e iglesias de peregrinación.En los primeros años de su electorado, anterior al exilio, el arte muniqués se encontraba bajo la influencia italiana con los arquitectos Enrico Zucalli y Giovanni Viscardi, pero a su regreso a Munich vuelve acompañado de Joseph Effner (1687-1745), hijo del jardinero de la corte, que había sido enviado a París para estudiar con el arquitecto Germain Boffrand. A partir de entonces Francia sustituyó a Italia y se introdujeron en Baviera las características que en esos mismos momentos estaban de rabiosa actualidad en el París del Regente. Su mejor ejemplo es la construcción y decoración del pabellón central del Nymphenburg y la reorganización de su parque, ayudado por Dominique Girard, en el que no faltan la cascada, el Ermitage y dos pequeños pabellones, uno de los cuales significativamente se llama Pagodenburg, con indudables referencias exóticas. Girard había sido alumno de Le Nôtre y además de en estos jardines también participó en los de los palacios de Brühl y Schleissheim en Alemania y en los del Belvedere de Viena.Si el arte de Effner podría compararse con el de la Regencia en Francia, el de Jean-François Cuvilliés (1695-1768) se corresponde con el del pleno apogeo del Rococó. Nacido en el norte de Francia, en la región del Hainaut, de la que recordemos también era oriundo Watteau, muy joven entra en la Corte del elector, a quien sigue a Munich tras el exilio. Comienza estudios de arquitectura que perfecciona de 1720 a 1724 en París con el famoso arquitecto Jean François Blondel. Regresa a Munich y es nombrado arquitecto de la corte junto con Effner. Muerto el elector Max Emanuel en 1726, será preferido por su hijo Karl Albert, frente a Effner.La decoración de las Reichen Zimmer, habitaciones ricas literalmente, en la Residencia de Munich de los años treinta, define lo que van a ser a partir de entonces los elementos ornamentales, característicos de la Regencia francesa, a los que se imprime un endiablado movimiento. Además de los tallistas de madera Joaquin Dietrich y W. Mirofsky, se inicia su colaboración con Johan Baptist Zimmermann, importante estuquista bávaro en cuya obra nos detendremos al estudiar la arquitectura religiosa de la zona.La joya, sin embargo, del Rococó bávaro es el pabellón de caza erigido por Cuvilliés en el parque del palacio de Nymphenburg en las afueras de Munich. Se realiza entre los años 1734 y 1739, es decir, contemporáneo de otro de los más característicos ejemplos del estilo rocalla, me estoy refiriendo al salón oval del parisino hótel de Soubise del arquitecto Boffrand. La decoración de rocalla contenida del francés se entremezcla aquí en el salón circular con trofeos cinegéticos y armas que incluso llegan a invadir el techo. Los estucos, obra también de Zimmermann, plateados con fondos azules y dorados se repiten hasta el infinito en los espejos. Edificio pequeño, dos habitaciones a cada lado del salón circular, destinado a una dama, la mujer del electo, y con una finalidad casi de juego, la caza de faisanes desde su terraza. Mejor definición del rococó, imposible.También trabajó para el elector de Colonia, Clemente Augusto, hermano del elector de Baviera, en el palacio de Brühl y en el pabellón de caza de Falkenlust, cuyos salones, chino y de los espejos, son de otro francés, Oppenordt. Obra de madurez es el delicioso teatro de la Residencia de Munich en donde las columnas se transforman en palmeras movidas por el viento.Favoreció enormemente la difusión de su estilo su obra gráfica "Morceaux des caprices á divers usages", volumen de grabados con modelos para la estructuración de paredes, para muebles, rejas de hierro, candelabros, chimeneas, etc., iniciado en 1738, del que preparó nuevas ediciones y que fue continuado por su hijo hasta 1799.
Personaje Pintor
Sigue la tradición de su padre Jacob Guerritsz, un famoso retratista, y se dedica a la pintura. No obstante, se decanta por el paisaje. En primer lugar toma con modelo la obra de Van Goyen, luego se interesó por la tendencias italianizantes. Supo reflejar con gran maestría los efectos atmosféricos gracias a su dominio de la luz y el color.
lugar
Está situada a cerca de 3415 m de altitud, en el valle del río Huatanay, al sur de Perú. Se la llama también la Capital Arqueológica de América y fue el centro de poder del Imperio Inca. En Cuzco podemos encontrar tres influencias culturales: indígena nativa, quechua y colonial. La palabra Cuzco significa en quechua, "ombligo del mundo" y también "amontonamiento de piedras". Según la leyenda, Cuzco, capital sagrada del Imperio del Tahuantinsuyo, fue fundada alrededor de los siglos XI-XII d.C. por el inca Manco Capac, de la familia de los Ayar, quien vivía en el lago Titicaca. Éste, junto con sus cuatro hermanos, y siguiendo los consejos del dios Viracocha, dejaron el altiplano y uno de ellos, Manco, después de deshacerse de sus hermanos, plantó una varilla de oro, signo de su poder, en el suelo, en la ubicación de lo que sería la ciudad de Cuzco. En realidad, se debió de tratar de un pequeño grupo étnico procedente, quizá, de algún valle cercano o de la zona del Titicaca, que se asentó en el valle de Cuzco, fundando la ciudad. Fue, sin duda, la urbe prehispánica más importante de los Andes. Los antiguos reyes incas la dividieron en cuatro barrios, a semejanza de las cuatro partes del Imperio. Manco Capac ordenó que los pueblos sometidos de la selva procedentes de oriente y de occidente se asentasen en el barrio oriental (Antisuyu) y el occidental (Contisuyu), respectivamente. Del mismo modo, se establecieron los pueblos conquistados del norte (Chinchasuyu) y del sur (Collasuyu). Los habitantes primitivos de Cuzco se dispusieron en un inmenso círculo, en torno al centro de poder incaico. La ciudad estaba formada por 12 panacas o ayllus reales (fundado por cada uno de los Incas) y se desarrolló durante el reinado del inca Pachacútec, en el siglo XV, llegando a tener hasta 300.000 habitantes, organizándose alrededor de la doble plaza de Huacapata y Cusipata (actuales plazas de San Francisco y Armas). Ambas estaban rodeadas de palacios imperiales y templos entre los que destacaba el de Coricancha. El centro fue concebido como defensa de la ciudad, con muros de proporciones ciclópeas para albergar a la nobleza inca en caso de peligro. La tradición oral indígena recoge la historia de los Emperadores, los cinco primeros pertenecientes a la dinastía Hurin Cuzco y los siete siguientes a la Hanan Cuzco, que trasladó su residencia de la parte alta a la baja. A pesar de que existen épocas más antiguas del señorío de Cuzco, no se puede hablar con propiedad de la historia de cada uno de los Incas hasta el noveno de ellos, Pachacuti. Hasta el reinado de éste (1438 - 1471) el pueblo inca mantuvo enfrentamientos con los pueblos limítrofes. El inicio de su supremacía se dio con la derrota de los chancas y su emigración hacia la selva. En sus campañas, Pachacuti llevó los límites de su reino hasta la zona del Collao, territorio aymara cerca del lago Titicaca, además de consolidar la organización del Imperio. Su hijo Tupac Inca Yupanqui estableció las fronteras del Tahuantinsuyo o reino de las cuatro regiones y las amplió hasta el reino de Quito en la sierra, y el reino chimú en la costa. El último gran inca fue Huayna Cápac, cuya misión fue la de consolidar el vasto Imperio. A su muerte, la crisis sucesoria y las guerras civiles entre partidarios de sus hijos Huascar y Atau Huallpa, junto con la llegada española iniciaron la decadencia del Imperio. Los españoles destruyeron parcialmente Cuzco que, a partir de 1534, comenzó la construcción de edificios cristianos sobre los cimientos de los incas. Los españoles no tuvieron más que superponer sus viviendas e iglesias sobre las murallas anteriores y erigir la Plaza de Armas sobre la antigua. Durante el Virreinato, mantuvo su importancia política y social. Fue también el centro de una resistencia que derivó en levantamientos; el más importante fue el de Tupac Amaru. A partir de 1821, cuando se inició la época republicana, la importancia de Cuzco declinó hasta que en 1911, con el descubrimiento de Machu Pichu, conocerá un nuevo auge para convertirse en la actualidad en la capital arqueológica de América. En la amplia plaza central se celebraban las más importantes solemnidades. Junto a ella se alzaban el templo del Sol, los jardines colgantes, los observatorios astronómicos y la Cori Cancha o galería de 85 m. de longitud, cuyas paredes estaban decoradas con oro macizo y piedras preciosas. La arquitectura incaica era imponente y severa por su estructura y materiales, constituidos por grandes bloques de granito, escuadrados, unidos con habilidad y pulimentados por medio de arena. Manco Capac dividió Cuzco en dos mitades, la parte alta o Hanan-Cuzco (reservada a los propios seguidores) y la parte baja o Hurin-Cuzco. Tras la llegada española, el trazado incaico se respetó, no así muchos de los edificios, llegando a denominársela como la Toledo peruana. La magnífica Catedral, levantada sobre el palacio del inca Viracocha, se fundó en el siglo XVI. La mayoría de las iglesias son de los siglos XVII-XVIII, como Santo Domingo, la Compañía, la Merced, San Pedro, Belén o San Sebastián. Notables son también los palacios virreinales, que dan a sus calles un cierto aire castellano-incaico, como las casas de Portan de Arinas o de los Cuatro Bustos.
obra
Louis Bouglé encargó a Toulouse-Lautrec en 1896 un cartel publicitario para sus bicicletas que sería rechazado debido al error en la cadena de la bicicleta que conduce el ciclista inglés Michael, la figura de primer término. Tras él, cronometrando la prueba, se sitúa el periodista deportivo Franz Reichel mientras que al fondo, inclinado sobre una maleta, contemplamos al entrenador del ciclista Choppy Waburton. La escena tendría lugar en el velódromo "Buffalo" de Neuilly dirigido por Tristan Bernard. La similitud con La cadena Simpson, cartel publicitario también realizado ese mismo año, hace pensar que esta imagen sirvió como estudio para el segundo cartel, también encargado por Bouglé.
obra
Este cylix fue realizado por el alfarero Fintias. En su interior se representa a un guerrero desnudo arrodillado que coloca su casco sobre la cabeza mientras que en la mano derecha sostiene el escudo, decorado con la representación de un pulpo con los tentáculos extendidos. En el suelo está clavada la lanza y en las piernas lleva puestas las espinilleras. La forma de la composición viene impuesta por la forma circular de la superficie, especialmente aprovechada por el desconocido pintor.
Personaje Literato Político
Como literato cultivó el género de la poesía, el teatro y la novela, además de colaborar en diversas publicaciones. Su obra tuvo una notable repercusión entre otros autores contemporáneos. De prosa brillante y apasionada, es autor de novelas como "El inocente", "El triunfo de la muerte", "El martirio de San Sebastián", etc. De su producción poética cabe destacar "Canto nuevo", "Poemas de Isoteo" y "La Quimera". En su participación en la vida política se decantó por las doctrinas fascistas de Mussolini.
Personaje Científico Literato
Cursó las carreras de derecho y filosofía. Para completar sus estudios ingresó en la Sorbona de París. A lo largo de su trayectoria profesional destacó como historiador, filósofo, ensayista y crítico de arte. "Genealogía ideal del imperialismo" y "Las aporías de Zenón de Elea y la noción moderna de espacio" fueron las dos tesis con las que se doctoró. Al finalizar sus estudios comenzó a opositar, pero acabó por dedicarse al periodismo. Algunos de los escritos que realiza entonces aparecen recogidos en "Golario", escrita en catalán y donde pone de manifiesto su catalanismo. D'Ors fue uno de los más importantes propagadores del "Noucentisme". Desde la década de los años veinte su obra experimenta un giro. Comienza a escribir numerosas obras en castellano. A este tiempo pertenecen: "Introducción a la filosofía", "Tres horas en el museo del Prado" (1922), "Guillermo Tell", "Las ideas y las formas. Estudios sobre la morfología de la cultura", etc.. Desde el punto de vista político, no era partidario de la República, por lo que se instaló en París. Allí se dedicó a escribir libros en francés sobre arte como "El arte de Goya", "Pablo Picasso" o "Lo barroco". Con el estallido de la Guerra Civil española mostró su apoyo a la Falange. Entre las obras de su última etapa cabe citar: "Teoría de los estilos", "La civilización en la historia", "Aldeamediana", "El secreto de la filosofía" o "El medio siglo de Maurice Blondel", entre otras. A comienzos de la década de los cincuenta creó la cátedra de Ciencia de la Cultura en la Universidad de Madrid. Como filósofo dejó "El secreto de la filosofía", donde recoge todo su pensamiento. Por un lado aborda la Especulación pura y, por otro, la Especulación aplicada. D'Ors presenta una aptitud dinámica y llena de vitalidad que nada tiene que ver con el "mecanicismo metafísico".