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termino
acepcion
Magistrado romano con funciones fiscales. Su cometido era la recaudación del erario público. En las ciudades era conocido como Quaestores Urbani y en las provincias como Quastores Provinciali.
obra
Las verdaderas protagonistas de este dibujo son las rocas. A Leonardo le interesaban las rocas, las montañas, como formaciones primigenias, cercanas al origen del mundo y tal vez símbolo de la creación. Así es como a veces se explica la Virgen de las Rocas, como el retrato de un ciclo cerrado que comienza con lo más primitivo, las formaciones geológicas de la cueva rocosa en la que se encuentra, hasta el culmen de la vida, que es la llegada del Mesías y la redención del pecado, en el inicio de una nueva era y un nuevo mundo.
Personaje
Nos encontramos ante una mujer de personalidad compleja y de la que, desgraciadamente, se sabe muy poco. En realidad, la mayoría de los datos que tenemos la relacionan con el segundo viaje de Pedro de Alvarado a España y con su inesperada muerte en Guatemala. Cierto es que fue la segunda gobernadora de América, después de María Alvarez de Toledo y Rojas, pero fue tan fugaz su gobernación y en circunstancias tan extrañas, que resulta difícil caracterizarla como tal. Se sabe que fue una mujer ardiente y apasionada, de gran temple y ambiciosa, y que llegado el momento hizo valer su voluntad aun a sabiendas de que siendo mujer tendría no pocas barreras que vencer. El fatídico terremoto de Guatemala acabó con su vida. Beatriz de la Cueva, natural de Úbeda (Jaen), llegó a Las Indias en compañía de su esposo Pedro de Alvarado, quien previamente había estado casado con su hermana Francisca. En ambos matrimonios intervino el influyente secretario de Carlos V, Francisco de los Cobos, nacido también en Úbeda. La llegada de Beatriz como nueva esposa del gobernador de Guatemala fue un acontecimiento lleno de fastuosidad que causó la admiración de aquellas gentes. Aparte de la nueva comitiva que había partido desde España, Doña Beatriz llevaba consigo un valioso equipaje valorado en treinta mil ducados de mercadería de muchas cosas ricas, así brocados y telas de oro y plata y todo género de sedas y tapicería fina y otras muchas cosas de ciertos factores de mercaderes de Medina del Campo. Su presencia constituyó un cambio radical en las formas de vida de Guatemala: en la comida, en el vestido, en la crianza y atención de los niños. Impuso las modas españolas en aquellas tierras. La muerte del adelantado provocó un problema de sucesión en la gobernación de Guatemala. Antes de emprender su última expedición, Pedro de Alvarado en previsión de su ausencia, dejó como teniente de gobernador a Francisco de la Cueva, cuñado y yerno, ya que estaba casado con Leonor, hija suya natural. En estas circunstancias y muerto Alvarado, el Virrey de México, nombra Virrey de Guatemala interino a Francisco de la Cueva. Aunque éste era querido y respetado por los guatemaltecos, recibieron con desagrado la orden por considerarla una intromisión en sus asuntos. Por ello se planeará un singular proceso de sucesión que, si bien terminaría confirmnando lo anterior, esquivaba la intervención del Virrey de México, con lo cual todos quedaban satisfechos. El 9 de septiembre de 1541 se reunió el cabildo de Guatemala y por votación mayoritaria decidió el nombramiento de Doña Beatriz de la Cueva como gobernadora, cargo que aceptó de buen agrado, firmando la toma de posesión como "la sin ventura Doña Beatriz". Así se convertía en la primera mujer española que ostentaba el cargo de gobernadora de Las Indias, cargo que le duró un día, porque el Volcán Agua entró en erupción el día 10 y una masa de lodo inundó la ciudad. El cuerpo de Doña Beatriz fue encontrado sin vida días después. Doña Francisca y Doña Beatriz eran sobrinas del Duque de Alburquerque, descendientes del célebre Don Beltrán de la Cueva, mayordomo del rey Enrique IV de Castilla, considerado el padre de Juana La Beltraneja que estuvo a punto de ser reina. Francisca y Beatriz eran hijas de Don Luis de la Cueva, Almirante de Santo Domingo, Comendador de Alcántara y hermano del Duque de Alburquerque y de Doña María Manrique de Benavides. Tuvieron varios hermanos, pero casi todos murieron en distintas guerras contra el ejército francés en Argel. Francisca fue dama de honor de la corte de Doña Leonor de Austria, futura reina de Francia, por el año de 1527. Sobre Francisca nos dice Fuentes y Guzmán que era una mujer colmada del esplendor claro de su ilustre sangre, virtud, discreción y belleza, que la hacían ser codiciada de muchos títulos y grandes mayorazgos de aquel tiempo. Bernal Díaz del Castillo se refiere a ella como una mujer hermosa en extremo. Igual nos presenta a su hermana Beatriz (según Bernal Díaz y Adrián Recinos no eran hermanas sino primas segundas). De su hermana, añade Ricardo Majó Framis, que era fina como de seda toda ella, especie de altanera muñequena aristocrática. Y de Beatriz dice que era toda de fino contorno, de un quebradizo natural, como una rosa de grana apasionada, fiera, aterciopelada, y quizás más inteligente que la otra. Ambas hermanas eran naturales de la Villa de Úbeda, en la provincia de Jaén, Andalucía, de la que lo era también Francisco de los Cobos, privado de Carlos V. Francisca nació entre los años 1485 y 1500, y Beatriz, aunque se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, se supone que haya sido en 1500. Dato interesante es que Beatriz estaba emparentada con María Alvarez de Toledo y Rojas, esposa del virrey Diego de Colón y primera virreina de Santo Domingo, de la siguiente forma: La tercera hija de Diego y María, Juana Colón, estaba casada con don Luis de la Cueva, hermano del duque Alburquerque, y por tanto tío abuelo de Doña Beatriz.
Personaje Político
Cuando todavía era un adolescente ocupó el cargo de mayordomo, paje de lanzas y señor de la localidad de Jimena. Poco después fue nombrado valido del rey Enrique IV. Su ascenso en la corte se vio favorecido tras casarse con la hija de los marqueses de Ledesma. Dicen los anales de la historia que mantuvo un romance con Juana de Portugal y se cuenta que de esta relación nació Juana la Beltraneja. En la década de los sesenta recibió del propio monarca el título de maestrazgo de Santiago. Sin embargo, en estos años algunos de los personajes más influyentes, entre ellos el marqués de Villena, tramaron un complot del para acabar con el rey. En consecuencia, los nobles levantiscos y el monarca acordaron que el príncipe Alfonso sería el sucesor en el trono y que Beltrán de la Cueva, favorito del rey, sería despojado del maestrazgo. Este acabó sus días en Cuellar, y se cree que sólo salió de allí para luchar a favor de los Reyes Católicos en la guerra de sucesión.
obra
En Ajanta y bajo la órbita cultural de los Gupta culmina la arquitectura excavada con un espectacular conjunto de 30 cuevas, descubiertas en 1819. Tras siete siglos de superación técnica, el clasicismo gupta se recrea en los ejes de simetría, entablamentos, frisos escultóricos, fustes con tambores y múltiples elementos que superan la excavación tradicional. Perviven el arco y la bóveda de kudú, símbolo de sacralidad, cuyo origen se remonta a la arquitectura en madera prearia, y la distribución del espacio en tres naves separadas por columnas con cabecera absidial y girola.
video
Las pinturas de la Cueva de Altamira, uno de los monumentos más impresionantes del arte paleolítico, fueron descubiertas en 1879 por el estudioso cántabro Marcelino Sanz de Sautuola. En una época en la que la ciencia oficial no admitía la existencia del Arte en el periodo paleolítico, la verdadera importancia de estas pinturas no fue apreciada sino hasta veinte años más tarde, no sin provocar grandes controversias. Sin embargo, la tenacidad de Sautuola y del profesor Vilanova y Piera acabó por vencer el escepticismo de los críticos, que no concebían que los cazadores del Paleolítico pudieran tener un sentido de "lo artístico". La cueva fue habitada durante los periodos Solutrense y Magdaleniense inferior. Tiene un recorrido complejo de 270 metros y un trazado irregular a través de varias salas, todas ellas con pinturas y grabados paleolíticos, entre los que destaca el techo de los polícromos, considerado por Breuil la Capilla Sixtina del Arte Paleolítico y donde se localizan los famosos bisontes. Las pinturas fueron hechas hace unos 15.000 años, y representan a bisontes, caballos, ciervas, toros, signos y máscaras zoomorfas. Las pinturas están realizadas con pinturas ocres de origen natural, de color rojo sangre y contornos en negro. En ocasiones, el artista utilizó los salientes de las paredes para dar a las figuras sensación de relieve. En conjunto, se trata de 70 grabados realizados en la roca y cerca de 100 figuras pintadas, en las que merece la pena atender al gran realismo de las imágenes y al excelente uso de la policromía. En definitiva, se puede afirmar que las pinturas de Altamira son el más importante logro de la Humanidad en el periodo paleolítico.
monumento
La Cueva de Altamira es hoy en día uno de los más sobresalientes ejemplos del arte universal, aunque su historia -la historia del reconocimiento oficial de sus pinturas- es ciertamente reciente y no ha estado exenta de polémica. La cueva fue descubierta de manera casual en 1879 por M. Sanz de Sautuola, en una época en la que la Ciencia oficial no admitía la existencia del Arte Paleolítico. El hallazgo dio lugar a áridas disputas en el seno de la comunidad científica durante más de 20 años, hasta que en 1902 Cartailhac publicó su "Mea culpa d'un scéptique" y sus representaciones parietales fueron aceptadas por los prehistoriadores franceses más reticentes. La cueva fue habitada durante los periodos Solutrense y Magdaleniense inferior. Tiene un recorrido complejo de 270 metros y un trazado irregular a través de varias salas, todas ellas con pinturas y grabados paleolíticos, entre los que destaca el techo de los polícromos, considerado por Breuil la Capilla Sixtina del Arte Paleolítico y donde se localizan los famosos bisontes. Las pinturas fueron hechas hace unos 15.000 años, y representan a bisontes, caballos, ciervas, toros, signos y máscaras zoomorfas.Las pinturas están realizadas con pinturas ocres de origen natural, de color rojo sangre y contornos en negro. En ocasiones, el artista utilizó los salientes de las paredes para dar a las figuras sensación de relieve. En conjunto, se trata de 70 grabados realizados en la roca y cerca de 100 figuras pintadas, en las que merece la pena atender al gran realismo de las imágenes y al excelente uso de la policromía. En el vestíbulo existía un yacimiento excavado de antiguo, en el que se encontraron niveles solutrenses y magdalenienses con interesantes piezas de arte mueble. En definitiva, se puede afirmar que las pinturas de Altamira son el más importante logro de la Humanidad en el periodo paleolítico. Es de lamentar que las visitas incontroladas y las obras de protección que el yacimiento ha sufrido a lo largo de este siglo hayan deteriorado casi irreparablemente las pinturas, hasta el extremo de que ni siquiera el cierre de la cueva garantice, sin un estudio en profundidad que todavía no se ha hecho, la conservación del más valioso de los elementos del Patrimonio Arqueológico peninsular.
obra
La información sobre la cueva guipuzcoana de Altxerri fue publicada primero por J. M. de Barandiarán y sus colaboradores y luego fue objeto de una monografía de J. Altuna y J. M. Apellániz (1976).
monumento
La cueva guipuzcoana de Altxerri fue descubierta en 1962; publicada primero por J. M. de Barandiarán y sus colaboradores y luego fue objeto de una monografía de J. Altuna y J. M. Apellániz (1976). En ella dichos autores distinguieron ocho conjuntos de grabados con un total de unas 100 figuras, algunas de las cuales representan animales no muy frecuentes en el arte paleolítico peninsular, como el zorro, el reno y algunos peces (platijas). Las superficies sobre las que se trazaron las obras de arte con frecuencia habían recibido una preparación previa. También aquí algunas figuras están en posición vertical. Todo el conjunto pertenece al Estilo IV reciente (Magdaleniense avanzado) del sistema de Leroi-Gourhan.