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monumento
La Garma es una colina situada en las estribaciones meridionales del macizo de Calobro, muy cerca de la bahía de Santander. Con 186 metros de altura, esta suave elevación domina la vega de Omoño que, regada por el Pontones, se extiende al pie de su vertiente meridional, a unos 35 metros de altitud. El complejo de La Garma contiene uno de los mayores descubrimientos de la Prehistoria en las últimas décadas. Contenedor y contenido han permanecido prácticamente sellados durante milenios, permitiendo la conservación en condiciones excepcionales de numerosísimos restos mobiliares de actividad humana y de pinturas y grabados rupestres pertenecientes a varias etapas del Paleolítico Superior. Estas espectaculares evidencias forman parte de un conjunto de cuevas y galerías inicialmente abiertas al exterior y comunicadas entre sí que han llegado hasta nosotros gracias a haber permanecido clausuradas como consecuencia de procesos naturales y humanos Las muestras más espectaculares documentadas hasta el presente en La Garma corresponden al Paleolítico Superior (36000-9500 a.C., en la región cantábrica). Sus testimonios se distribuyen en varias cuevas situadas a distintas alturas sobre la base del valle.
obra
De 10 cm, tallado en un asta de reno, hallado en la cueva de La Madeleine, Dordoña y conservado en el Museo de Saint-Germain-en-Laye (Francia), esta pieza de arte mueble representa un bisonte con la cabeza vuelta. La actitud del animal está obligada por la forma de asta del reno. Recuérdese el bisonte de patas encogidas y la cabeza vuelta hacia atrás de la cueva de Altamira.
obra
Las manifestaciones artísticas, que en otras culturas o momentos corresponderían al modelo de esculturillas, en el Calcolítico se sustituyen por los denominados ídolos.Salvó contadas excepciones, estos objetos proceden de contextos funerarios y dada la reiteración de sus atributos y del sexo femenino, tienden a identificarse con la divinidad megalítica, especie de diosa, protectora del muerto, o regeneradora y omnividente, caracterizada por sus grandes ojos a manera de soles, arcos superciliares muy marcados, tatuajes faciales, cabellera en series verticales de zigzags y, en muchos casos, representación esquemática de los adornos o el ropaje a base de esquemas geométricos.La relación con los llamados ídolos placas o el hecho de su parecido con representaciones vinculadas a megalitos refuerzan en algunos casos esta asignación a un Calcolítico avanzado (caso de las piedras del Dolmen de la Cueva de la Mora en Jabugo).