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obra
Podría decirse que este lienzo constituye el testamento artístico de Zurbarán, pues no hay noticias de que después de este cuadro pintara ningún otro, dedicando sus dos últimos años de vida a un pequeño negocio de telas y adornos. Zurbarán ha introducido en sus últimos años como pintor en activo la influencia de la pintura italiana, de la cual extrae en esta composición la "gracia" rafaelesca con la que trata las posturas de los personajes y la belleza melancólica de la Virgen, que sin embargo mantiene los rasgos andaluces de todas las santas y las Vírgenes de la obra de Zurbarán. La iconografía del lienzo, como la de todos los cuadros de devoción particular que pinta en esta etapa, es muy complicada y llena de pequeños símbolos que lo convierten casi en un código criptográfico para ser leído atentamente. Lo primero que llama la atención es la presencia de San Juanito junto a su primo menor, pues aunque es frecuente representarlos juntos, en las Sagradas Escrituras jamás se menciona que los primos se visitasen. El pequeño Bautista lleva una túnica de piel, que alude a las pobres vestiduras que portará cuando de mayor marche al desierto para hacer penitencia. También lleva una cruz de madera, que alude a Cristo y al importante papel del Bautista en su vida. Por su parte, el niño Jesús está desnudo, cubierto por un paño blanco que a veces alude al sudario que llevará en el sepulcro, puesto que está destinado a morir. Además, posa una de sus manos sobre la cabeza de su primo, a modo de bendición, mientras le ofrece la otra para que la bese. María observa la escena con una dulce tristeza contenida, consciente de la muerte y el dolor de ambos, simbolizado por el corderito Pascual que se encuentra a sus pies. Al igual que en otras obras, como la Virgen con el Niño de Cuba, en la mesa del fondo hallamos un estupendo bodegón de frutas sobre una bandeja de metal.
Personaje Científico
Estudió en Tarragona, Montpellier y París. Durante su etapa de estudiante entró en contacto con personajes de la talla de Jean Louis Petit y André Louis Levret, dedicados a la cirugía. Esta relación fue decisiva para su formación académica. En París, Virgili conoció los últimos avances en esta materia médica. Su experiencia laboral se inicia en 1724, fecha en la que trabaja en el Hospital Real de Tarragona. Luego fue contratado en Valencia y, más tarde, en Algeciras, donde inició su actividad como cirujano mayor. Allí entró en contacto con Jean La Combe, uno de los cirujanos más prestigiosos de su tiempo que había sido contratado por Felipe V. El francés pretendía establecer una escuela en el Real Hospital de la Armada de Cádiz, donde era obligatorio asistir a las clases de anatomía. Esta idea despertó el interés de Virgili y comenzó a trabajar para La Combe. Durante los siguientes años se trasladó a París y luego a América. Ya en Cádiz, escribió en 1748 un memorial al marqués de la Ensenada, solicitando la apertura de un Colegio de Cirujanos para la Armada. Esta propuesta significaba la introducción de España al movimiento que imperaba en Europa y se traducía en la creación de instituciones dedicadas a la enseñanza de cirugía. Gracias a la mediación del marqués de la Ensenada, Fernando VI firmó la aprobación de los estatutos del Real Colegio de Cirugía de Cádiz. Virgili logró que se produjera una fluida comunicación entre la cirugía europea. Esta circunstancia favoreció el desarrollo de la cirugía, al tiempo que incidió de modo positivo en la evolución de otras materias médicas. El éxito de Virgili trascendió a la Corte y desde 1758 trabajó como cirujano de cámara primero para la reina Bárbara de Braganza y luego para Fernando VI. Cuando Carlos III subió al poder, Virgili se jubiló. A partir de ese momento proyectó la apertura de un colegio de cirugía en Barcelona, cuya inauguración tendría lugar en 1764. Canivell, Diego de Velasco, Francisco Puig y Gimbernat, que sería su sucesor, fueron algunos de los alumnos que pasaron por las aulas de Virgili.
obra
Ingres leyó durante su juventud la obra poética de los clásicos de la Antigüedad: la "Ilíada", la "Odisea", la "Eneida"... Estas lecturas le eran recomendadas para extraer de ellas episodios morales que sirvieran de ejemplo ético. Sin embargo, la interpretación que hizo Ingres solía rozar lo sentimental y dramático, aunque no resultara precisamente edificante.De la "Eneida" Ingres tomó un paisaje muy lúgubre, sobre el descenso de Eneas al reino de la muerte. La escena nos muestra el interior del palacio de Augusto, al cual ha acudido el poeta Virgilio, autor de la "Eneida", para leer las aventuras del héroe Eneas. Al llegar al citado pasaje, augura la muerte del hijo de Octavia, que cae desmayada sobre Augusto, mientras éste, con la mano, parece querer detener el destino fatal. Junto a ellos está Livia, completamente impávida, así como Agripa y Mecenas.La escena le debe mucho a las composiciones de David, que las organizaba en friso, sobre una estructura de verticales y horizontales que es la que Ingres aprovecha para distribuir los elementos y las figuras. Otro truco que el discípulo aprendió del maestro es el apoyo que proporciona a la composición el candelabro vertical y el cortinaje de fondo, como pueden verse en varios lienzos históricos de David.
Personaje Literato
A pesar de su origen campesino, Publio Virgilio se convertirá en el poeta más importante de la literatura romana. Vinculado al círculo de Mecenas, ensalzó las glorias de Augusto y se interesó por temáticas bucólicas, épicas y amorosas. Es el autor de obras tan importantes como "La Eneida", "Las Eglogas" o "Geórgicas".
museo
Fundado en plena Depresión,en 1936, nació con la misión de ser el principal museo de Arte del estado de Virginia. Ha recibido múltiples donaciones de mecenas locales lo que ha llevado a la necesidad de varias ampliaciones. Incluye destacadas obras de grandes autores impresionistas y post-impresionistas, como Degas o Cézanne.
Personaje Militar
Viriato es el caudillo hispano por excelencia durante la lucha contra los romanos. Fue pastor durante su juventud pero se convirtió en el líder de la revuelta lusitana contra los romanos entre los años 147 y 139 a.C. debido a su sentido guerrero. Se dirigió hacia la provincia Citerior donde derrotó a Cayo Plaucio, lo que le permitió instalarse entre el Tajo y el Guadarrama y tomar la ciudad de Segóbriga. La delicada situación motivó el envío desde Roma de Fabio Máximo Emiliano quien venció a Viriato. La situación parecía resuelta para los romanos cuando estalló la tercera guerra celtíbera -donde se produjo la resistencia de Numancia-. Viriato alcanzó un acuerdo de paz con los romanos que no sería aceptado por los cónsules de Hispania, lo que motivó la continuación de la lucha hasta que el caudillo lusitano fue asesinado por tres compañeros mientras dormía.
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