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Personaje
Político
Cuando se inicia el conflicto, Rahn pertenecía al cuerpo diplomático de París. Una vez firmado el armisticio francés continuó con sus obligaciones diplomáticas estando Pétain en el Gobierno de Vichy. En 1942 le es asignado un nuevo destino y se marcha a Túnez, donde permanecería hasta que Hitler le envíe a Italia, inmediatamente después de la subida de Badoglio al poder. Embajador en Roma, también se encargó de solicitar a los aliados alemanes el reconocimiento de la República Social italiana. En 1945 fue uno de los protagonistas que intervinieron en las conversaciones llevadas a cabo en Caserta para negociar la rendición alemana. Concluida la guerra, fue juzgado y condenado a tres años de prisión.
Personaje
Arquitecto
Se licenció en la Escuela de Arquitectura en 1972 y durante dos años trabajó como ayudante de José Antonio Cordech. Entre sus obras más destacadas se encuentra el Edificio para la editorial Teide-Seix Barral, en Sant Joan Despí (Barcelona), (1973-1976), la rehabilitación del edificio de la Casa Consistorial de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) (1987-1989) o la Plaza Alfonso Comín, en el II Cinturón de Barcelona (1990-1992).
obra
La mayor altura de Nofret se debe a su voluminoso tocado, que contrasta con el corto de su marido, casi al rape. Rahotep acaso fuera hijo de Snefru, para quien trabajó en importantes funciones: sumo sacerdote del Re de Heliópolis, guía de las expediciones, jefe del ejército real. Su mujer ostentaba el honroso título de conocida del rey. La obra se fecha a comienzos de la IV Dinastía.
contexto
La cultura de Negade II desemboca en la unificación de Egipto y en la constitución del Estado más duradero que hasta hoy ha conocido la historia. Los pasos previos, dados mientras estaba en su apogeo el arte balbuciente de Negade II, apenas se pueden rastrear en las manifestaciones que del mismo conocemos. La visión de tantos barcos nos sugiere que el ir y venir por el Nilo, en el ejercicio del comercio o de la guerra, constituye una actividad primordial, como sabemos sucedía en tiempos históricos cuando el faraón visitaba los santuarios y centros locales de la Administración. Las fieras y las gacelas pintadas indican que la caza goza de gran predicamento, quizá ya como privilegio de una aristocracia. En los murales de Hierakónpolis se hace sentir la presencia de un hombre flanqueado por dos leones rampantes, a quien luego volveremos a encontrar en el puñal de Gebel-el-Arak. Quizá sea ésta la representación más antigua de un hombre al que los demás consideran superior: un héroe, un semidios. Cuando el corazón humano aún se encogía ante la perspectiva de hacer frente a una fiera en las condiciones de inferioridad a que lo reducía su rudimentario armamento, no tiene nada de extraño que la admiración despertada por el gran cazador entre quienes conocían su palmarés indujese a éstos a postrarse ante él como un príncipe, un rey, un dios. Por el contrario, una vez que armas de mayor alcance y poder de penetración, como el arco compuesto, salvaron aquella diferencia, ya la representación del gran cazador resultó inadecuada como símbolo del hombre imbuido de poder numinoso, y fue menester sustituirla por otra: la del jefe que defiende a su pueblo del enemigo extranjero o lo enriquece y hace próspero con sus conquistas territoriales. Todos estos grupos humanos que por su utillaje calificamos de tasienses, badarienses, negadenses, etc., hubieron de transmitir al Egipto histórico un copioso legado de ideas y creencias perpetuadas por la costumbre o el tabú. Una de las ideas más precisas y originales del Egipto de la primera época es la de que el país está gobernado por un dios, el faraón. Vamos a ver, siguiendo los estudios de Helck, cómo los grupos étnicos y sociales del Egipto primitivo contribuyeron con aportaciones diversas, y en grado mayor o menor, a los varios aspectos de tan peregrina creencia. El más importante de estos aspectos está constituido por ideas derivadas de las vivencias de los cazadores nómadas, todas ellas girando en torno a la gran caza que todavía entonces, aunque cada día con menos posibilidades, se podía practicar en las estepas marginales, a uno y otro lado del valle del Nilo. En muchas solemnidades el rey se reviste de unos ornamentos que exaltan su figura como gran cazador, con el arcaico estuche fálico (un exiguo taparrabos), el pelo trenzado sobre la frente (el uraeus de tiempos históricos) y una cola de perro con la que se transforma en sabueso y adquiere sus extraordinarias facultades para la caza. Es también posible que los estandartes del rey de tiempos históricos se remonten a los seres y objetos que acompañaban en la caza al gerifalte de aquellos cazadores prehistóricos; se puede identificar a estos acompañantes del rey con su perro, con su asno de montar, con el almohadón en que se sienta y con su halcón de cetrería. Su morada es una tienda de esteras; su tumba, un túmulo. El cazador nómada sólo puede concebir como animales las cosas que considera investidas de poder numinoso; por ello la tienda del rey asume la forma de un rinoceronte; la trenza de su frente, la de una serpiente. El rey mismo no alcanza el máximun de su poder en su natural forma humana, sino en la de león, toro bravo o halcón. También el cielo es un halcón que extiende sus alas sobre la tierra; en esta coincidencia se perfila ya la base del proceso que desemboca en la realeza divina con que nos encontramos en los orígenes mismos de la historia de Egipto. La caza es una ocupación numinosa y sagrada; de ahí que el sacrificio a los dioses revista siempre en Egipto la forma de una cacería. Es típico de los cazadores nómadas el que su jefe haya de conservarse siempre joven; esto indujo al grupo que tuvo mayor peso en la formación de Egipto a destronar al príncipe que por su edad había perdido su fuerza y a reemplazarlo por otro, joven y vigoroso. El presunto sucesor debía acreditar sus facultades físicas en una veloz carrera, en la que le acompañaba su perro de caza, mientras las mujeres del harén regio lo animaban con sus hurras. Esta antigua ceremonia fundamenta en época histórica la Fiesta del Sed, en la que el gastado poder del faraón había de renovarse. Frente al grupo de cazadores nómadas se encuentra otro, muy influyente también, cuyas concepciones tienen carácter agrario. Aquí el jefe es el gran cazador de hipopótamos, capaz de hacer frente por sí solo, en una frágil barquichuela, al peligroso animal codiciado por su carne. Durante la caza el pueblo apoya a su campeón desde la orilla con cantos y bailes rituales. El jefe garantiza asimismo el resultado positivo de las faenas agrícolas: él abre el primer surco, corta la primera espiga y erige el árbol de la cosecha para que éste trasmita a las nuevas semillas el poder germinal de los cereales. Por medio de un "hierós gamos", las nupcias sagradas que celebra en el Nilo, fomenta las crecidas del río fecundante. En este círculo de ritos agrarios echan raíces muchas otras creencias y ceremonias de tiempos posteriores: la conducción de un toro por los campos para fertilizarlos y prácticas análogas. Para estas gentes las cosas imbuidas de la energía divina -el Maat- son todas femeninas, de modo que cuando a comienzos de la historia se produzca su reducción a dioses antropomorfos, adoptarán la forma de diosas: el trono, la de Isis; la flecha, la de Neith; el palacio, la de Hathor. En el Delta oriental se puede rastrear una cultura de pastores en la que tienen su cuna la concepción del rey como carnero y también la del pastor que sucumbe en la lucha con un animal salvaje, un drama al que estaba reservado un brillante porvenir. La esposa del pastor lo busca; encuentra su cadáver y lo devuelve a la vida por medio de un llanto ritual, aunque la nueva vida del pastor ya no transcurre en la faz de la tierra, sino en el seno de la misma. Las espesas hierbas que crecen sobre la tumba demuestran que su vida prosigue. Esta concepción tuvo muchas concomitancias alrededor del Mediterráneo y en el Cercano Oriente. Siria fue quien la mantuvo de la forma más pura, mientras que tanto en el mito sumerio de Dumuzi como en el egipcio de Osiris los cambios de circunstancias (disminución de la importancia de la ganadería, pérdida del miedo a los animales salvajes) transformaron las líneas y el carácter de la vivencia primitiva. El grupo de los vaqueros, oriundo al parecer del sudeste de Egipto, tuvo escasa influencia en esta panorámica. Tal vez se deba a ellos la concepción del cielo como una vaca (y no como un halcón) y lo mismo la de la reina; también pudiera debérseles la costumbre de erigir pilares con cabezas de toro en función apotropaica y la de emplear el bucráneo como máscara para incrementar la potencia numinosa.
contexto
Algunos economistas piensan que el subdesarrollo no es más que una fase anterior o una etapa previa al desarrollo, de manera que todos los países han sido subdesarrollados en algún momento de su historia. Esa es la tesis defendida por ejemplo por W. W. Rostow, quien en 1960 publicó Las etapas del crecimiento económico. Para ese autor, todas las situaciones pueden analizarse con unos pocos instrumentos de análisis (estructura y crecimiento de la producción, tasa de inversión, etcétera). Además, y sobre todo, la teoría de las etapas de Rostow considera que existe una senda universal de desarrollo por la que transitan todos los países, independientemente de su situación geográfica. Para ese enfoque carece además de importancia que unos países empiecen a seguir esa senda antes o después.Rostow distinguió cinco etapas principales del desarrollo, por las que habrían pasado países tan distintos como Gran Bretaña o la India: a) la "sociedad tradicional", en la que predomina la agricultura; hay una baja productividad y se registra una débil movilidad social; b) las "condiciones previas al despegue", que conllevan el desarrollo de las infraestructuras de transporte, el aumento de productividad (por las mejoras en la educación, la tecnología y los valores sociales) y la constitución de una clase de empresarios innovadores; c) el "despegue" ("take off"); un punto de inflexión durante el cual se diversifica la actividad productiva con la aparición de industrias motrices, aumenta la tasa de inversión (inversión/PNB) del 5 al 10 por 100 y se desarrolla la clase capitalista, lo que desemboca en un crecimiento sostenido o autoentretenido; d) el "camino hacia la madurez", en el que aparecen nuevos polos de crecimiento (siderurgia, química, electricidad), vuelve a incrementarse la tasa de inversión hasta alcanzar el 20 por 100 del PNB y se consolida la burguesía, y e) la "era del consumo de masas", período culminante en el que la actividad productiva se reorienta hacia los bienes duraderos de consumo (automóviles, electrodomésticos...), se mantiene el nivel de la tasa de inversión y se consolida una amplia clase media con un alto nivel de vida. Rostow llegó incluso a asignar fechas a las tres últimas fases para varios países del mundo. Por ejemplo, el "despegue" se habría producido en 1780-1830 en Inglaterra y en 1952-63 en la India.La teoría "etapista"de Rostow ha recibido numerosas críticas. En primer lugar, algunos historiadores de la economía critican la asignación de fechas a las distintas fases en los diferentes países. Por ejemplo, la historiografía revisionista de la Revolución Industrial inglesa -la llamada escuela de la "protoindustrialización"- cada vez hace más hincapié en las hondas raíces temporales de ese proceso, que se remonta a algunos siglos antes de finales del XVIII. En segundo término, muchos economistas se oponen a la pretensión de universalidad del esquema rostowiano. La preexistencia de países desarrollados cuando los subdesarrollados se embarcan o pretenden embarcarse en el desarrollo, es decir, la coexistencia de países ricos y pobres, limita la generalización inmediata y automática al conjunto del mundo de lo que no es más que una evolución histórica específica, la de Europa occidental.Dicho de otra manera, no es lo mismo industrializarse siendo la nación más avanzada del planeta y una potencia colonial, como era la Inglaterra de la Revolución Industrial, que hacerlo figurando entre los países más pobres del mundo y siendo una colonia explotada por su metrópoli, como, por ejemplo, la India de la primera mitad del siglo XX. En tercer lugar, se ha acusado al análisis de Rostow de superficialidad explicativa, por su simplismo (límites borrosos entre las fases con características comunes), por ser una mera descripción de las condiciones del desarrollo y no un análisis de sus mecanismos desencadenantes e impulsores y, en definitiva, por constituir poco menos que una perogrullada: el despegue se produce cuando aumenta la inversión, pero ¿por qué aumenta la formación de capital? Por último, una cuarta crítica es la dirigida a su exagerado determinismo histórico, ya que todas las etapas son puntos de paso obligatorios y no hay posibilidad de acortar, saltándose alguna de las fases.En suma, Rostow y la teoría convencional conciben el subdesarrollo como una situación de retraso respecto del desarrollo o como una etapa previa al mismo. Otros economistas, como Paul A. Baran o André G. Frank, piensan que el subdesarrollo es un producto histórico, causado por el colonialismo y el imperialismo y que lo que distingue a los países desarrollados de los subdesarrollados es una diferencia no tanto de nivel o de grado como de estructura y de naturaleza. En otros términos, frente a quienes consideran que hay una senda única y universal de desarrollo se alza la voz de quienes dicen que desarrollo y subdesarrollo son dos caras de una misma moneda (A. G. Frank), dos manifestaciones de un único proceso (P. Baran): el de acumulación de capital a escala mundial.Todo hace pensar que estos últimos autores tienen buena parte de razón. El saqueo colonial y la dominación económica contribuyeron en buena medida a lo que Marx llamó la acumulación originaria de capital, esto es, la disponibilidad de un excedente de origen externo. Con todo, es ciertamente exagerado y simplista considerar a la explotación de las colonias como principal elemento generador de la Revolución Industrial en Europa, que se debió a factores fundamentalmente internos (los cambios en la agricultura, los transportes, etcétera). En cambio, para los países subdesarrollados, el impacto de la colonización y la subordinación que ésta generó son sin duda alguna factores más importantes de su situación de subdesarrollo, como ha descrito magistralmente el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su obra Las venas abiertas de América Latina.Cabe también señalar que la falta de acuerdo entre economistas se registra también en la consideración que merece el propio estudio del subdesarrollo. Para algunos, sería una mera aplicación del análisis general de raíz neoclásica o liberal. Para otros, por el contrario, sería un análisis económico específico, con sus propios instrumentos analíticos y objetos de estudio. Un brillante economista del desarrollo británico, Dudley Seers, escribió a principios de los años sesenta un artículo titulado Los límites del caso especial, en el que afirmaba -parafraseando a Keynes- que la situación de los países desarrollados no era sino un "caso especial", que debía estudiarse con instrumentos específicos y muy distintos de los necesarios para analizar el caso más general de los países subdesarrollados.
Personaje
Músico
Realizó la carrera de Filosofía y Letras por la especialidad de Historia en la Universidad de Valencia. Desde niño estudió solfeo y fue en su etapa universitaria cuando inició su trayectoria como cantautor. "Al vent", "Canço d'amor", "No se com" y "Tira la pedra" son algunas de sus primeras composiciones. A comienzos de los años sesenta presentó su primer concierto en el Poble Noi y mostró su interés por la denominada "nova canço catalana". Entre el grupo de autores que también se interesaron por esta corriente cabe citar a Marina Rosell, Luis Llach, Joan Manuel Serrat o Pau Riba. En 1963 presentó su primer disco y le otorgaron el "Premio Revelación". Poco después salió su segundo trabajo al mercado. Su trayectoria experimentó un rápido ascenso y en 1964 fue el ganador del V Festival de la Canción del Mediterráneo, con el tema en catalán "Se'n va anar". Realizó varias actuaciones en TVE y luego ofreció conciertos por Europa y Madrid. Sin embargo, algunos de sus conciertos se suspendieron, por lo que muchas de sus actuaciones eran para un público muy selecto. Desde 1966 se instaló en Barcelona y se dedicó de lleno a la música. Además de cantar en el Palau de la Música, actuó en la Sorbona y la Sala Olimpia de París. Recorrió Italia, Bélgica, Cuba y México. En la Universidad Complutense realizó un homenaje a Ernesto "Che" Guevara. Este acto, que contó con la asistencia de más de 6.000 personas, acabó en un enfrentamiento con la policía. Entre finales de los sesenta y comienzos de la siguiente década, atravesó por una época difícil, ya que sus canciones se prohibieron en el Palau de la Música entre otros lugares. No obstante, continuó ofreciendo conciertos en otros países como Estados Unidos, Italia, Alemania, Chile, Bélgica, Argentina, Venezuela, Uruguay y Chile. La censura que pesaba sobre su trabajo también impidió que grabara nuevos temas. A pesar de esta situación, continuó grabando discos en Francia. En 1974 publicó su primer libro, titulado "Poemes i cançons". En el año 1976 volvió a anunciar una serie de conciertos, pero sólo pudo celebrar uno en Madrid, ya que Fraga, por aquel entonces ministro de Gobernación, prohibió estos recitales. No obstante, Raimon contó con el apoyo de Felipe González y el PCE. También tuvo problemas con TVE, a quienes denunció por incumplimiento de contrato. No obstante, siguió actuando en Madrid y en el Palacio de los Deportes de Barcelona y en 1977 publicó "Lliuremente del cant", un nuevo disco. En este mismo año inicia su andadura en los asuntos públicos como candidato a una fuerza próxima al PSUC. En 1979 publicó "Quan l'aigua es queixa", cuya portada fue diseñada por Joan Miró. A partir de esta fecha vuelve a ofrecer nuevos conciertos e incluso televisión le dedica un espacio en un programa de música popular. En 1981 sale a la luz "Raimón, totes les cançons", un trabajo con 102 canciones compuesto por 10 elepés. Dos años después publicó "Les hores guanyades", un nuevo libro donde relata sus experiencias en los ochenta. En este año TVE grabó un especial sobre el autor con el guión de Manuel Vázquez Montalbán, espacio que se emitió en 1988. Tras un breve retiro regresó al mundo de la música en 1987. Desde entonces ha continuado ofreciendo conciertos en España y en otros países. Sin duda, es uno de los principales representantes de la canción catalana y de las letras protesta que se opusieron a la dictadura. Contrario a la política cultural emprendida por la Generalitat de Cataluña ha llegado a rechazar la Cruz de Sant Jordi, que este organismo le otorgó en 1982. En 1995 fue galardonado con la Medalla de Oro a las Bellas Artes.