Puente situado a las afueras de Monreal y que salva el río Elorz. Es de estilo gótico, con dos ojos apuntados, y se levantó durante la Edad Media. El puente es utilizado por los peregrinos jacobeos para entrar o salir de Monreal.
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obra
Nunca es suficiente mencionar la importancia que tuvo, llegado un tiempo en el siglo XIX, la recepción de algunas obras de arte procedentes del Extremo Oriente por parte de los pintores europeos. En realidad, esa "moda" - si podemos llamarla así - se remonta bastantes décadas y tiene su origen en la arquitectura cuando, a comienzos del pasado siglo, se impuso un fenómeno conocido como "historicismos". Se trataba de recuperar la arquitectura de otros lugares y épocas, como arma esgrimida contra la dictadura del Neoclasicismo, de modo que todas las novedades fueron aceptadas como igualmente válidas. Esa moda arraigó especialmente en dos países europeos, Inglaterra y Francia, y se tradujo en la aparición de pagodas, templetes y puentes orientales en los parques y jardines de ambos países. Ese mismo espíritu de sorpresa y anticonvencionalismo es el que reivindicó Monet al mandar construir su propio puente japonés.
obra
En 1890 Monet compró una casa con jardín en Giverny que fue ampliada tres años más tarde, creando un llamativo conjunto en el que destacaba el estanque, donde se cultivaron nenúfares exóticos importados de Japón. También se construyó un puente de madera con aires orientales que dio al rincón el sobrenombre del "jardín japonés", lugar que servirá de inspiración para numerosas obras en donde la vegetación será la protagonista. Los frondosos árboles que rodean las orillas del riachuelo se reflejan en el agua, sobre la que destacan las vivas tonalidades de los nenúfares. El cielo desaparece de la composición y la atención se dirige a las líneas del puente y de la vegetación. Todo el conjunto está obtenido a través de una pincelada rápida y vibrante que casi lleva el arte de Monet a la abstracción. La única referencia a la forma está en el puente, lo que provocó las protestas de un grupo de jóvenes artistas que pronto se integrarían en el cubismo ante cuadros de estas características. El color verde domina la composición, salteada de las tonalidades más vivas de los nenúfares. Estas obras son precursoras de la famosa serie de Nenúfares o Ninfeas.
monumento
Se encuentra en la localidad iraní de Isfahán, siendo considerado uno de los más bellos del mundo. Fue construido en 1650, en sustitución de uno más antiguo del que no han quedado trazas. Está bañado por el río Zayadeh. El puente mide 132 metros de longitud y tiene una anchura de 12 metros. Cuenta con dos pisos de arcadas, separados por amplios nichos, desde donde se puede ver el río por ambas partes. A ambos lados hay estructuras pentagonales hundidas en el agua, con iwanes de este tipo y también cuadrados En el piso inferior está una de las más originales casas de té de todo el país, que había sido cerrada durante la revolución islámica. La construcción está apoyada sobre una plataforma de piedra y dividida por esclusas. Aguas arriba, en la parte oeste de la plataforma, hay rompeolas en forma de lanzas. En el centro se edificó un pabellón octogonal que, por su anchura, permitía el paso de las caravanas cargadas. Las arcadas laterales estaban reservadas para el paso de peatones.
monumento
Se trata de uno de los tres puentes más célebres de Japón por la exclusividad de sus formas. Su construcción data de finales del siglo VII y se encuentra en la localidad de Iwakuni, ciudad nacida cerca del castillo de Hiroshima. El puente atraviesa el río Nishiki y destaca por sus cinco arcadas apoyadas sobre grandes pilares de piedra. Se ha reconstruido en varias ocasiones.
lugar
Punte la Reina, que en la actualidad cuenta con unos 2.000 habitantes, se encuentra en la comarca de Valdizarbe. Punto de encuentro entre el camino de Roncesvalles y Somport, su historia, muy vinculada a la ruta Jacobea, se remonta al siglo XI. Los anales de la historia cuentan que en Ponte Regina, también conocida como Ponte de Arga, doña Mayor, esposa de Sancho el Mayor, mandó construir un puente para facilitar el paso al peregrino. Ya en el siglo XII la ciudad estaba habitada por una colonia de francos, fomentando así el cruce entre culturas. Alfonso I el Batallador y García VI fueron dos de los personajes más activos en su promoción. Así a finales del siglo XIV Puente la Reina tuvo el privilegio de ser sede de las Cortes. A partir del siglo XVI, se convirtió en referencia por celebrar todos los miércoles un mercado franco. En esta villa, y en general, en la comarca de Valdizarbe los templarios y sanjuanistas tuvieron gran influencia. Prueba de ello son algunos signos que quedan en las edificaciones. Siglos después con las Guerras Carlistas esta localidad fue un punto conflictivo. Su estructura urbana responde a los criterios de la época y sigue el modelo rectangular con la calle Mayor como vía principal.