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obra
En Argenteuil compró Monet un bote que lo reconvirtió en taller al construir un camarote de madera en el que colocar el caballete. Con él pudo recorrer el Sena y realizar imágenes que no hubiera podido hacer desde tierra, ofreciéndonos un punto de vista diferente. Este es el caso de la escena que contemplamos, donde se observa el viejo puente de madera -existía otro nuevo, de hierro, para el ferrocarril- a la derecha y una excelente vista del río a la izquierda, cerrándose la panorámica con los árboles y un edificio en la otra orilla. En el río podemos apreciar diversas embarcaciones -la vela y el remo tenían mucho éxito como deporte entre los primeros estresados parisinos-, apreciándose en primer plano el mástil del bote-taller. La composición tiene una iluminación de atardecer que produce sombras coloreadas, reflejándose las velas en el agua de manera que el cuadro parece tomar vida. Las líneas verticales de los mástiles y de los pilares del puente organizan y estructuran la composición, eliminando esa idea de que Monet no pensaba y estudiaba sus trabajos. Las pinceladas son rápidas y empastadas, aplicando el color con trazos cortos como podemos apreciar en los reflejos del agua o en las hojas del árbol de primer plano, mientras que en el cielo observamos un toque más fluido que vuelve a ser denso en las nubes o la vegetación del fondo. El impresionismo inunda las imágenes de Monet y le convierten en el máximo representante del movimiento.
obra
Durante el invierno de 1870 Monet vivió en Bougival junto a su familia. Apenas había dinero para sustentarlos, careciendo de luz y calefacción, recibiendo ayuda de Renoir. Tras las decepciones en el Salón de marzo de 1870 -al que presentó una versión de los Baños de La Grenouillère que sería rechazada- continuó pintando paisajes de los alrededores, entrando en una fase de manifiesta creatividad. Esta imagen del Puente de Bougival lo demuestra, siguiendo el maestro los dictados del Impresionismo al plantear la composición en cuestiones de luz y color. Monet se interesa por la luz captada directamente del natural, creando efectos atmosféricos de gran impacto visual, envolviendo edificios, árboles y figuras en el aire que diluye sus contornos y los integra en el conjunto. La triste luz invernal se busca un espacio entre las nubes para crear efectos de sombra en los árboles, proyectando sombras grisáceas y creando contrastes de gran belleza. La perspectiva está conseguida a través del puente y al disponer los árboles en profundidad, cerrando la escena con las montañas y las casitas donde también apreciamos juegos de luz-sombra. El conjunto es de una elevada calidad visual y presenta todos los elementos identificativos del Impresionismo, destacando la pincelada rápida y empastada como si de manchas, motas y rayas se tratara, aplicando el color de manera similar a un puzzle que nuestra visión tiene que recomponer.
obra
El verano de 1874 los Fortuny abandonaron Roma debido al insoportable calor que le provocaba al pintor irritación de bronquios y reuma. Eligieron el sur de Italia para sus vacaciones, pensando instalarse en un primer momento en Nápoles pero decidiéndose más tarde por la villa marítima de Portici. Las críticas recibidas en París durante su última estancia, donde se le había acusado de estancamiento y cierta frivolidad, provocaron una fuerte reacción en el artista, que inicia un nuevo estilo más rápido y preocupado por la luz como observamos en esta vista de Nápoles, destacando la ingeniería contemporánea al presentarnos un puente de hierro, en una sensación atmosférica típicamente impresionista. El dibujo deja paso a largos toques de pincel, sintiéndose atraído por el color, tomando la escena al aire libre, directamente del natural. El luminismo de Fortuny estará en su momento álgido durante ese último verano.
monumento
De época medieval, podría tener su origen en otro romano, ya que por allí pasaba la Vía romana que iba de Lugo a Iria Flavia. Realizado en granito, tiene sólo un arco de medio punto.
monumento
El puente, de estilo románico, en la actualidad tiene siete ojos aunque tuvo once en época medieval. Sobre el río Pisuerga, después de atravesarlo, se abandona Burgos y se entra en Palencia siguiendo la Ruta jacobea.