Entre 1663 y 1666 Bernini abordó su última gran empresa vaticana: la Scala Regia, realizada bajo el estímulo de la dificultad, su genial solución de ilusionismo perspectivo es una evidente referencia a la Galería erigida en el Palacio Spada (1635) por Borromini, al que Bernini parece referirse de continuo cuando hace arquitectura. En el arranque de la escalera, al fondo del vano de acceso desde el atrio de la Basílica, y en ángulo recto respecto a ella, colocó la monumental estatua ecuestre de Constantino (1662-68) que, ambientada teatralmente delante de una gran cortina de estuco, se presenta como una aparición. La Scala conduce a la Sala Regia y a las grandes salas de recepción del Palacio Vaticano.
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contexto
La arquitectura civil neosumeria es poco conocida, pues la mayoría de los palacios fueron destruidos en su totalidad, dados los avatares de la historia de Mesopotamia (caso de los de Ur-Baba y Gudea en Lagash) o bien se construyeron sobre ellos, posteriormente, otros edificios (palacio de Mari, por ejemplo). En Ur, dentro del recinto sagrado o Egishshirgal, Ur-Nammu edificó el Ekhursag, luego agrandado por su hijo Shulgi, dividido en dos grandes sectores, uno público, con grandes salas, y otro privado, destinado a la familia real y a sus servidores. A pesar de lo poco que nos ha llegado de tal palacio, existen notables semejanzas con las construcciones acadias de Assur y Tel Brak. En el mismo recinto sagrado se levantó otro interesante edificio, el Edublalmakh (Casa de las tablillas ensalzadas), transformado siglos después en un santuario, ante cuya monumental puerta se impartía justicia. No lejos de él, y al sur del gran patio de Nannar, se construyó el Enunmakh (Casa de la gran tesorería), el almacén del templo de Ur. En la ciudad de Eshnunna se edificó junto al lado occidental del templo de Shu-Sin, por orden del gobernador Ilushuilia, un palacio provincial, formado por un conjunto arquitectónico de tres sistemas de patios. El más cercano al templo presentaba dos grandes estancias rectangulares, el Salón del trono y un Gran salón, a las cuales se accedía por laberínticas habitaciones y largos cuartos de guardia; el segundo patio presentaba a su alrededor dependencias administrativas y los aposentos del gobernador; finalmente, el tercer sistema -el más occidental de todos- repetía en buena parte la planta del templo de Shu-Sin, con patio, antecella y cella, con lo que venía a ser una especie de capilla complementaria, usada a modo de Salón de audiencias. Pocos datos tenemos para evaluar las tumbas reales neosumerias. En Ur, se localizaron los restos del complejo funerario de Shulgi y Amar-Sin, quienes lo levantaron en la zona sudoriental del gran recinto sagrado del cementerio real de la I Dinastía. Sobre una estructura hipogea, de unos 10 m de profundidad, abovedada y formada por dos estancias (una con dos tumbas dobles, la otra con una tumba simple), se edificó un piso formado por un cuerpo central (el de Shulgi) y dos alas anejas (construidas por Amar-Sin). A pesar de sus mayores proporciones (64 por 24 m, aproximadamente) este complejo arquitectónico, en donde se celebraban las ceremonias funerarias, era un calco de las casas de la época. En Girsu se localizó también un hipogeo principesco, perteneciente a Ur-Ninirsu (2121-2118) y a su hijo Pirigme (2117-2115), formado por dos conjuntos, separados por un pasillo, en cada uno de los cuales existían dos pequeñas cámaras mortuorias, encerradas por espesas murallas en forma de tridente. En algún sector se reutilizaron ladrillos planoconvexos, elemento constructivo que había dejado de emplearse hacía muchísimo tiempo.
acepcion
Cabañas construidas desde periodo neolítico, fabricadas a base de pilotes de madera sobre aguas poco profundas, lagos, bahías y ríos. El objetivo era protegerse tanto de los terrenos pantanosos, húmedos y de las inundaciones, como de los animales peligrosos. Ya desde el Neolítico europeo (Alemania y Escandinavia) encontramos este tipo de estructura, extendiéndose, posteriormente, al resto del mundo. En la actualidad, las encontramos entre pueblos primitivos del sudeste asiático y Oceanía, y también en Kamtchatka, Sudamérica y Africa.
obra
Una vez acabada la Guerra de la Independencia, Goya realizará tres obras cumbres: el Dos de Mayo, el Tres de Mayo y el retrato ecuestre del General Palafox que aquí contemplamos.José Rebolledo de Palafox y Melci consiguió defender la ciudad de Zaragoza frente al ataque francés, sitiadores de la capital aragonesa en dos ocasiones en un espacio inferior a seis meses. Tras negarse a capitular en el segundo sitio, Palafox fue hecho prisionero y llevado a Valençay. En 1814 regresó a España donde fue recibido como un héroe, encargando posiblemente este retrato a Goya. El pintor solicitó 100 doblones por el cuadro, pero la mala situación económica del general hizo que no se llegara a un acuerdo entre las partes, adquiriéndolo en 1831 al hijo del pintor.Aunque Goya no era muy amigo de los retratos ecuestres, admitiendo que era lo más dificil para un pintor, tuvo que enfrentarse con ellos en varias ocasiones a lo largo de su vida - veanse los de Carlos IV o María Luisa de Parma, inspirados ambos en Velázquez -. En el del General Palafox se aparta del estilo del sevillano para otorgar un mayor efecto de movimiento a la composición. Da la sensación de estar realizado para ser contemplado en alto, recurriendo al escorzo del caballo - que se introduce en una clara diagonal hacia el fondo de la imagen - y al del jinete, mostrándonos el ímpetu del militar en la defensa de Zaragoza. Al fondo, obtenido a base de manchas de color, se observa un efecto de incendio que aludiría a la batalla.Las condecoraciones y las charreteras del uniforme del general están realizadas sin matizaciones, con una pincelada rápida y vibrante, pero sin omitarlas, mostrando de esta manera su capacidad para insinuar sin tener que matizar. Desgraciadamente, este estilo tendra escaso éxito a partir de la llegada a Madrid de Vicente López, cuya meticulosidad y preciosismo se harán rapidamente con la clientela aristocrática, dejando a Goya sin clientes a los que retratar.
Personaje
Militar
Educado en el seno de una familia aristocrática aragonesa, cursó estudios en Zaragoza y antes de cumplir los veinte años entró en la Guardia del rey Carlos IV. A comienzos del siglo XIX, Palafox ya era caballero de San Juan de Jerusalén y miembro de la orden de Alcántara. Fernando VII le había encargado la custodia de Godoy. En 1808 acude a Bayona y pide a través de un dictamen a Fernando VII que no abdique. En este mismo año es nombrado, capitán general de Aragón. A él se debe la defensa de Aragón. Zaragoza fue sitiada y Palafox fue capturado por las tropas francesas. Le llevaron a Francia y allí permaneció hasta 1814. A su vuelta, Fernando VII ratificó su cargo como capitán general de Aragón. Posteriormente, continuó con gran éxito su trayectoria militar. Tras el fallecimiento del rey, mostró su apoyo a la reina Isabel II, en contra de la causa carlista.
Personaje
Religioso
Político
Nacido en 1600, en el seno de una familia noble, fue consejero de Guerra con el Conde-Duque de Olivares. Más tarde se ordenó sacerdote y fue nombrado obispo de Puebla. Se le encargó realizar la visita general a Nueva España y la residencia a dos virreyes. Al ser destituido el marqués de Villena como virrey de Nueva España, fue nombrado como su sucesor y arzobispo de México, manteniendo el puesto de visitador y obispo de Puebla. Tuvo fama de buen político, emprendiendo obras públicas, realizando acciones a favor de la población india y reformando el clero. Se enfrentó en varias ocasiones a los jesuitas. De vuelta a España, fue nombrado obispo de Osma. Falleció en 1659.
obra
Este fresco se ubica en la pared oeste de la Cámara de los Esposos, la obra maestra de Mantegna, realizada para Ludovico III Gonzaga en la primera planta del torreón norte del castillo de San Giorgio. Es ésta una escena menor en la que el paisaje tiene un papel destacado, recordando las imágenes paisajísticas de la pintura flamenca por la sensación de decorado que se crea. Sin embargo, las dos figuras humanas y los animales están perfectamente interpretados, dotados de una monumentalidad y una volumetría características de la producción de Mantegna. El caballo está inspirado en el Condottiero Gattamelata que ejecutó Donatello, el primer gran retrato ecuestre del Renacimiento, mientras que los dos palafreneros parecen estar dotados de vida. Quizá las figuras sean excesivamente duras, como esculpidas en piedra, continuando el aspecto escultórico que definirá a los personajes pintados por el maestro. Los perros están en primer plano para involucrar al espectador en la composición, al igual que el punto de vista bajo empleado, con el que otorga grandiosidad al conjunto. Junto a esta escena se aprecian varios amorcillos con una inscripción.
Personaje
Arquitecto
Pintor
Inicia su formación en Roma. Durante cerca de una década permanece en la Academia di San Luca. Allí, coincide con Camuccini y sus obras muestran cierta inclinación hacia el gusto neoclásico. Uno de los creadores más mayor inquietud le provoca en este tiempo es Rafael. En 1815 se traslada a Milán y abre un academia. Tres años más tarde, en Brera, se especializa en el género histórico. En esta época entra en contacto con Halles, con quien comparte su gusto por las corrientes románticas. De su producción cabe destacar los retratos que realiza. Al comienzo de la década de los años treinta desarrolla su faceta como arquitecto. Entra a trabajar al servicio de Carlos Alberto como arquitecto de corte. Desde este puesto se encargó de la restauración del Teatro Regio, además de participar en el Palacio Real y el Castillo Real de Racconigi. Dentro de este último complejo ejecutó la Margheria, una de las construcciones más destacadas de la arquitectura neogótica. Es autor además del monumento en bronce al Conde Verde, ubicado delante de la Casa Consistorial de Turín. Destacó por su capacidad para reproducir distintos estilos arquitectónicos.