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monumento
Don Alonso de Acevedo y Zúñiga, tercer conde de Monterrey, será el promotor de la construcción de este sensacional palacio. Rodrigo Gil de Hontañón será el encargado de los planos del edificio, diseñando un palacio de planta cuadrada con torres en los ángulos y patio central. Por desgracia, sólo se construyó una cuarta parte del proyecto, lo que no implicó reducir la grandeza de la obra, ejecutada por los maestros de obras Pedro de Ibarra y Pedro Miguel de Aguirre. El edificio consta de tres pisos divididos por molduras, rematado el último por una crestería. Dos torres cierran la fachada mientras que tres chimeneas rematan la estructura. La galería del último cuerpo es de arquerías renacentistas, presentando medallones en las enjutas. Balcones y ventanas muestran decoración plateresca. El Palacio de Monterrey responde, sin duda, a los diseños de Rodrigo Gil por su relación entre las superficies planas y la decoración, la solución manierista de sus vanos y el remate en forma de loggia de la fachada, soluciones en las que insistirá posteriormente en otros edificios civiles. Fray Martín de Santiago fue el encargado de diseñar los ornamentos más complicados del conjunto entre los que destacan leones y animales fantásticos, sosteniendo escudos con las armas de los Zúñiga, Fonseca, Acevedo, Sotomayor y Ulloa. Declarado por Real Orden de 6 de mayo de 1929 Monumento Histórico Nacional, sirve en la actualidad como residencia ocasional de los duques de Alba.
museo
El Palacio de Monterrey fue mandado construir por don Alonso de Acevedo y Zúñiga, conde de Monterrey, en 1539. El encargado del diseño fue Rodrigo Gil de Hontañón con la colaboración del monje dominico Fray Martín de Santiago en los elementos decorativos, siendo los maestros Aguirre y Pedro de Ibarra quienes lo llevaron a cabo. El palacio fue concebido como un edificio de planta cuadrada prolongado en su zona posterior por dos alas paralelas, que formarían un patio abierto a uno de sus lados. El proyecto original presentaba ocho torreones y cuatro cuerpos como el existente por lo que no se pudo llevar a cabo. En la actualidad es propiedad de los duques de Alba y alberga una interesante colección de obras de arte, entre las que destacan los paisajes de Ribera.
obra
Contratada la obra con Rodrigo Gil y fray Martín de Santiago, parece ser que fue este último el encargado de diseñar los ornamentos más complicados del conjunto. Concebido como un edificio de planta cuadrada prolongado en su zona posterior por dos alas paralelas, que formarían un patio abierto a uno de sus lados, el Palacio de Monterrey responde, sin duda, a los diseños de Rodrigo Gil por su relación entre las superficies planas y la decoración, la solución manierista de sus vanos y el remate en forma de loggia de la fachada, soluciones en las que insistirá posteriormente en otros edificios civiles.
obra
La plástica babilónica se caracterizó por la representación de animales, y muy especialmente de leones y toros, como vemos en la parte inferior de este panel del salón del trono del palacio de Nabucodonosor. Los motivos decorativos se organizan simétricamente, empleando una gama cromática de azules, que embellecía las paredes de la estancia.
monumento
El palacio de Nájera, actualmente Museo Municipal, fue levantado en el primer tercio del siglo XVIII como residencia de Antonio Eslava y Trujillo, y destaca por su torre-mirador, una de las más hermosas de la arquitectura civil del barroco andaluz. Su fachada muestra dos partes claramente diferenciadas en el tiempo; la más antigua corresponde a las plantas bajas y principal, de comienzos del siglo XVIII, mientras que la torre-mirador y el cuerpo del ático se levantaron ya en la segunda mitad de dicho siglo. La torre es obra del alarife Nicolás Mejías. A través del zaguán se accede al interior, de planta cuadrada y patio con claustro. La planta cuenta con doce columnas de orden toscano sobre las que descansan arcos de ladrillo y un segundo cuerpo que comunica con el primero mediante una escalera cubierta con cúpula decorada con yeserías. El palacio de Nájera alberga, actualmente, el museo Municipal, donde se guarda el efebo de Antequera, una de las piezas más hermosas de la Península.
monumento
Ambos palacios fueron hallados en la parte norte de Mesopotamia. El palacio de Naram-Sin estaba rodeado por una muralla de 10 m de espesor y una única entrada monumental flanqueada por dos torres de aspecto defensivo. Todas las dependencias se organizaban en torno a un gran patio central de 150 metros cuadrados. De muy similar planimetría es el palacio viejo de Assur, obra de Shamshi-Adad I, donde podemos distinguir las siguientes partes: entrada (a); vestíbulo (b); patio principal (c); salón de trono (d); patios (e, f, g, h, i, l); pasaje descubierto (m) y escalera (n).
obra
Ambos palacios fueron hallados en la parte norte de Mesopotamia. El palacio de Naram-Sin estaba rodeado por una muralla de 10 m de espesor y una única entrada monumental flanqueada por dos torres de aspecto defensivo. Todas las dependencias se organizaban en torno a un gran patio central de 150 metros cuadrados. De muy similar planimetría es el palacio viejo de Assur, obra de Shamshi-Adad I, donde podemos distinguir las siguientes partes: entrada (a); vestíbulo (b); patio principal (c); salón de trono (d); patios (e, f, g, h, i, l); pasaje descubierto (m) y escalera (n).
monumento
Edificio levantado en el siglo XIX, el proyecto se debe a un arquitecto francés, quien diseñó un palacio de estilo historicista, con dos plantas y ático, que dan a la calle Duque de Valencia, y dos plantas más, junto a la Plaza de Abajo. La fachada es irregular, pues ha de adaptarse a las necesidades del espacio existente durante su construcción. Presenta dos puertas de acceso, estando la principal enmarcada por dos columnas sustentadas sobre pedestales de mármol. Como ornamento, fue realizado el escudo en piedra de Loja, con el Corazón de Jesús en blanco sobre mármol rosáceo. La entrada al edificio se realiza mediante un amplio zaguán, que da acceso al patio y a una vistosa escalinata en dos tramos, realizada en mármol y presidida por un cuadro en el que se conmemora la conquista de la localidad por los Reyes Católicos. La ornamentación del área se completa con una imagen de la Virgen de la Caridad realizada en azulejos, dos figuras en cobre portando antorchas y una vidriera con el escudo de la localidad. El edificio, actualmente restaurado, fue comprado en 1926 y funciona desde ese mismo año como Ayuntamiento.