El edificio se fundó como escuela de formación de marinos para servicio de las flotas españolas de las Indias. Su fachada monumental tiene un efecto de pantalla por la capacidad de espacios abiertos y cerrados que actúan sobre una capa superficial de insólita profundidad.
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monumento
Fechado en 1702, este palacio barroco se abre a la plaza situada debajo de la iglesia. Constituye un bloque horizontal de logradas proporciones, en el que se suceden dos cuerpos y ático de sillería, articulados por pilastras acanaladas en los extremos y cajeadas en el centro. Por la fachada se distribuyen rítmicamente vanos adintelados, los del piso inferior con decorativas rejas, los del superior consistentes en balcones y los del ático en pequeñas ventanas cuadradas. Tanto los vanos del piso noble como la puerta destacan por el baquetón con orejetas que los bordean. Este palacio es uno de los ejemplares más monumentales de la arquitectura civil de la merindad de Estella.
obra
Palacio mandado construir por Federico II de Prusia, gran amante de la cultura francesa. En el proyecto participó muy directamente el rey, que envió a Knobelsdorff a París, en donde estudió especialmente la obra de los Gabriel. Más que un gran palacio se concibe como una residencia de campo, de una sola planta, con un saliente central, sala circular en donde Federico se reunía con sus amigos, entre los que se encontraba Voltaire. El palacio se sitúa en una posición privilegiada en alto, dominando el parque que se adapta a la colina formando terrazas.
monumento
El Colegio de Santa Cruz fue fundado en 1479 por el cardenal Pedro González de Mendoza. Los primeros trabajos de la edificación del Palacio se llevan a cabo en 1487, siendo Pedro Polido el encargado de la dirección. Sin embargo, los planteamientos goticistas expuestos por este maestro de obras no fueron del agrado del cardenal por lo que se le dio un giro hacia el estilo renacentista tan del gusto del prelado, convirtiéndose en el primer edificio español en el que aparecen elementos del nuevo estilo. Lorenzo Vázquez de Segovia será el encargado de poner en práctica los planteamientos italianizantes. El palacio sufrió diversas reformas posteriormente, destacando los añadidos neoclásicos que ejecutó Ventura Rodríguez en 1768, sustituyendo los ventanales góticos por los actuales. En la fachada destaca el tramo central, entre pilastras y columnas adornadas con grutescos, donde encontramos el típico almohadillado italiano y los escudos reales y de la familia Mendoza, con un arco de medio punto coronado con el relieve del Cardenal arrodillado ante santa Elena. El acceso al colegio se realiza a través de un zaguán cubierto con bóveda de crucería cuyos nervios descansan en figuras de ángeles. Ya en el interior sobresale el patio, con tres pisos de arquerías de medio punto, sufriendo también modificaciones en el siglo XVIII ya que se cambió la balaustrada del último piso; la Biblioteca, donde se conserva el famoso Beato de Valcavado; y la Capilla, lugar donde se venera El Cristo de la Luz, sensacional talla de Gregorio Fernández. En la actualidad, el Palacio es la sede del Rectorado y diversos órganos administrativos de la Universidad de Valladolid.
monumento
Este edificio, hoy Ministerio de Asuntos Exteriores, fue trazado en 1629 por Juan Gómez de Mora. El espacio interior se organiza en torno a dos patios, comunicados entre sí mediante arquerías, mostrando un claro recuerdo del Hospital Tavera de Toledo, mientras que el exterior presenta una estructura horizontal, que es contrarrestada por las torres con chapiteles de pizarra dispuestas en los ángulos y la marcada verticalidad de la portada. La importancia concedida a los vanos y el aspecto polícromo del edificio, resultante de la utilización del ladrillo y de la piedra como materiales constructivos, completan las características de esta obra, muy similares a las del Ayuntamiento.
obra
Fischer von Erlach, heredero genuino de la gran tradición retórica y simbólica de la arquitectura barroca italiana, se formó en Roma con Carlo Fontana, realizando en Austria sus más importantes edificios, entre los que destaca la Karlskirche, construida en Viena entre 1717 y 1737. Pero en este contexto, lo que más interesa es su aportación teórica a la arquitectura en relación, sobre todo, al problema de la Historia. El tratado que publica en 1721 tendrá una gran influencia en importantes maestros del siglo XVIII.
monumento
El conjunto del Palacio de Sobrellano fue proyectado por Joan Martorell i Montells hacia 1878. El marqués de Comillas pretendió adaptar sus propiedades a la nueva posición social intentando a su vez que fuesen éstas un reflejo de su personalidad. Es un importante ejemplo neogótico britanizante en la línea más pura. Su planta, casi cuadrada, está formada por dos crujías exteriores que se anticipan a la fachada principal más un elemento central entre ambas. El alzado se eleva en tres plantas, destacando los hastiales con que se rematan las crujías laterales con una cubierta a dos aguas. Destaca en el exterior el contraste producido entre las fachadas laterales y la posterior, lisas y con paramento de sillares de piedra con respecto a la principal que destaca por su escenografía. La parte central aparece retranqueada, situando una galería abierta en la parte superior. Sobre la primera planta del núcleo central se yuxtapone una galería de planta cuadrada sostenida por exuberantes pilares que recuerdan a los de las catedrales góticas y que dan cierta sensación de pesadez. Esta galería cubierta permite engrandecer el espacio central de la planta noble y crea un pórtico cubierto delante de la puerta principal. En la parte inferior de los pilares surgen dos rampas que conducen a un espacio a modo de mirador sobre el jardín, rememorando las fortificaciones medievales y continuando así la escenografía de la fachada al entorno. Las galerías laterales producen un efecto contrario al de la central. Se suceden en las mismas arcadas con finísimas columnas soportadas por ménsulas y reforzadas en los extremos abriéndose la galería creando un espacio cilíndrico sostenido por una delgada columna. El gran salón se concibió como el centro simbólico del palacio, decorándose con ocho paneles pintados por Eduard Llorens, que mostraban las aportaciones de la familia del marqués a la historia reciente de España. La dirección de las obras recayó en Camil Oliveras, estrecho colaborador de Martorell.