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La apadana del Palacio de Persépolis -levantado frente a la inmensa llanura de Marwdast, en parte apoyada en las rocas de la montaña de Kuh-i Rahmat por Darío y continuado por sus sucesores Jerjes y Artajerjes- era un gran edificio de cuatro torres en las esquinas, tres pórticos de dos filas de 6 columnas cada una y una inmensa sala cubierta de 60 m de lado. Las columnas con estrías y capiteles de prótornos alcanzaban los 19 m de altura.
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En esta Apadana del Palacio de Persépolis los distintos registros están separados por cenefas de rosetas y motivos vegetales. La rigidez que se atribuye al arte persa parece aquí justificada, atendiendo a la solemnidad de la ceremonia. Nótese el rigor observado en el orden y la rígida isocefalia.
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En este relieve del palacio en ruinas de Jerjes en Persépolis, el rey aparece entronizado y con los pies sobre escabel en mayor tamaño que el resto de las figuras, y en una representación muy similar a la de Darío y Jerjes de la Puerta de Tripilón. Tras el monarca aparecen un servidor y el portador de armas. La gran calidad técnica y descriptiva del relieve aquemenida queda manifiesto en esta escena.
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El llamado Tripilon del Palacio de Persépolis estaba decorado con relieves que representaban a guardias medos y persas. En las dos jambas de la puerta de acceso se representaba por un lado a Darío y Jerjes y, por otro a Darío en marcha seguido de dos sirvientes. Al fondo de la imagen, se puede observar una de las famosas columnas de la Apadana.