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lugar
Pueblo de la provincia de Lérida, dedicado fundamentalmente a la agricultura. Integra los núcleos de Os, Alberola, el Monestir de les Avellanes y Gerb. En la zona se hallan un gran número de yacimientos arqueológicos, siendo el principal el de la cueva del Vilasos o del Vilars. El origen de la localidad está en una fortificación musulmana que ya existe hacia el siglo IX y, en 1116, será conquistada por el vizconde Guirau Pons II de Cabrera. El castillo tendrá un papel destacado durante los conflictos que enfrentarán a los Condes de Urgel con los vizcondes de Ager, los Cabrera. En 1415 el rey Fernando I de Aragón cederá el castillo y sus posesiones a Joan Vivot. A mediados del siglo XVI se convertirá en propietaria de Os la familia Siscar. La localidad fue muy importante durante la rebelión catalana y la Guerra de Sucesión. Durante el siglo XIX, Os crecerá económica y demográficamente gracias al empuje de la industria. La Guerra Civil afectará de lleno a Os, que verá cómo muy cerca se desarrolla la batalla del Segre.
lugar
Ciudad de Japón sudoccidental, en la isla de Honshu, y capital de la Prefectura del mismo nombre. Se halla en la desembocadura del río Yodo, dividido en varios brazos que atraviesan toda la ciudad por diferentes partes. Está situada a unos 400 km. al suroeste de Tokio y es un importante nudo de comunicaciones. Los orígenes de Osaka son antiquísimos, ya que a finales del siglo IV, y con el nombre de Naniwa, se construyó en ella un Palacio imperial. Sin embargo, la ciudad no pasó a un primer plano hasta la segunda mitad del siglo XVI, cuando Totoyomi Hideyoshi construyó el mayor castillo de Japón y fomentó el comercio, que se intensificó con el paso de los siglos, especialmente desde la apertura de su puerto marítimo a las potencias extranjeras en 1868. Con Toyotomi la ciudad comenzó a transformarse en la capital financiera y comercial del Japón feudal, cuyos mercaderes dominaron el comercio y se convirtieron en tesoreros de la clase samurai del país. Sufrió graves daños durante la II Guerra Mundial pero tanto la zona residencial como las instalaciones portuarias e industriales se reconstruyeron rápidamente, reparándose su puerto con grandiosas obras de protección y dotándolo de modernas instalaciones. Los dos lugares religiosos principales son el santuario sintoísta de Sumiyoshi, que se remonta al siglo III a.C., rodeado por cientos de linternas incrustadas en la roca, y el santuario Temmangu, del siglo X, donde hay desfiles de barcos decorados en épocas de festivales. Cerca de Osaka encontramos los monasterios de Koya, célebres porque es en ellos donde se conservan las tradiciones del budismo japonés. Están instalados en la cresta de las montañas cercanas. En la ciudad abundan los parques y jardines con importantes monumentos de carácter histórico, artístico y religioso (templos, capillas, puentes, etc. de todos los estilos y épocas), entre los que llama la atención la tumba del Emperador Nintoku. Todavía hoy, se conservan los restos del castillo Hideyoshi y las murallas, formadas por enormes bloques de granito.
lugar
Pequeña localidad surcoreana, situada cerca de Inch'on y al oeste de Seúl. La ciudad de Osan ha sido conocida con diferentes nombres a lo largo de su historia; durante el periodo Samhan como Mosukuk, Maehol-kun en el periodo Gogurye y Susung en la etapa de Silla. Es conocida con el nombre actual desde el 1 de enero de 1989. Durante la Guerra de Corea (1950 - 1953) Osan fue un punto fortificado de las tropas estadounidenses, donde recibieron el ataque de los carros de asalto de la IV división norcoreana; a pesar de destruir a cuatro de éstos, los estadounidenses se vieron obligadas a retirarse.
contexto
Hijo de un rico terrateniente tinerfeño, Oscar Domínguez se trasladó a París en 1927, pero no sería hasta 1931 cuando se dedicaría de lleno a la pintura. Dada la escasa aplicación que siempre demostró por los estudios, su padre lo envió a trabajar en la empresa que en la capital francesa se hacía cargo de sus exportaciones de frutas. La muerte de su progenitor y el cambio de signo en la situación económica familiar que aquella comportó, obligó a Domínguez a buscar un medio de sustento, dedicándose al dibujo publicitario. Su adhesión formal al Surrealismo se produjo en 1934, siendo desde entonces un participante asiduo a las tertulias del café La Place Blanche, cercano a la casa de Breton, en pleno barrio de Montmartre, así como a las que tenían lugar en Le Dome y otros locales de Montparnasse, más en boga en el período de entreguerras. Con anterioridad a su incorporación al grupo de Breton, el pintor canario había realizado una serie de cuadros cuyo espíritu se identifica ya plenamente con el Surrealismo. Obras tempranas como Sueño (1929) o Souvenir de París (1930) revisten un gran interés por alumbrar un universo onírico desconcertante. En la obra de Oscar Domínguez abundan las referencias isleñas con alusiones concretas a la flora y orografía canarias. Estas visiones mágicas como las que aparecen en El drago (1933) o Cueva de guanches (1935) contribuyeron junto con sus relatos a crear el clima propicio para que en 1935 se celebrara en Tenerife, con la presencia de Breton y Péret una Exposición Internacional del Surrealismo. Gran parte del vocabulario pictórico de Oscar Domínguez procede de Dalí, como lo evidencia el recurso frecuentemente utilizado del alargamiento de los miembros y el empleo de figuras protoplasmáticas, aquellas que por efecto del deseo sufren alteraciones en su conformación anatómica, presentando excrecencias gelatinosas y desbordamientos. También es de origen daliniano la imagen paranoica o imagen doble. Sin embargo, y a diferencia del pintor de Cadaqués, el punto de partida de la producción de Oscar Dornínguez no es una sexualidad conflictiva sino el humor y el deseo entendidos ambos como motores de la actividad humana. El Surrealismo consideró el humor como una de las formas más eficaces de subversión de la realidad. Oscar Domínguez desarrolló en 1936 una técnica automática de gran efectividad, la decalcomanía, consistente en aplicar el pigmento muy diluido sobre el soporte y, a continuación, presionar sobre éste con una superficie rígida, lo que provoca la distribución irregular del pigmento y la consiguiente creación de formas arbitrarias. Si las manchas así generadas no sufren modificación posterior, el procedimiento se denomina decalcomanía sin objeto preconcebido, mientras que si el pintor reinterpreta esas formas y las retoca para acentuar su parecido con determinadas manifestaciones, como pueden ser conformaciones coralinas, arborescencias, etcétera, nos hallamos ante la decalcomanía del deseo. La aportación de Oscar Domínguez alcanzó su máxima expresividad en los paisajes de Max Ernst. El pintor canario demostró ser también uno de los creadores más imaginativos de objetos surrealistas, ámbito de actuación que alcanzó un amplio desarrollo en la década de los años treinta, habiendo participado con L 'arrivée de la Belle Epoque en la gran Exposición de Objetos Surrealistas, celebrada en mayo de 1936 en la Galerie Charles Ratton de París. Los objetos, liberados de su funcionalidad habitual, demostraron que podían convertirse en medios eficacísimos para establecer nuevas relaciones entre el ser humano y el entorno físico en que éste se mueve, al mismo tiempo que posibilitan también la actuación de las potencias del subconsciente. Aunque los surrealistas demostraron siempre un gran interés por las formas naturales de apariencias caprichosas como raíces, guijarros, etcétera, volcaron su atención preferente en la manipulación de objetos cotidianos, cuyas alteraciones responden siempre a las exigencias del deseo. A finales de los años treinta la obra de Oscar Domínguez denota un cambio de orientación sustancial, siendo sustituidos los contenidos oníricos y las manifestaciones del subconsciente propias del Surrealismo por visiones de carácter cósmico. A partir de la Segunda Guerra Mundial su creatividad se resintió bajo el peso del influjo picassiano.
obra
Toulouse-Lautrec tuvo la oportunidad de conocer a Oscar Wilde durante el viaje que realizó a Londres en mayo de 1895. En esos momentos Wilde estaba siendo juzgado por un delito de sodomía; el escritor se negó a posar para Lautrec y quizá por eso el resultado no es del todo satisfactorio, dando el aspecto de caricatura. Hay quien sugiere que el punto de vista bajo utilizado por el pintor se debe a que Henri estudió el rostro de Wilde mientras éste declaraba ante el tribunal. Tras el famoso escritor se observa la torre del Big Ben, pudiendo aludir así a la rectitud de las costumbres inglesas. Tras cumplir la condena impuesta, Wilde se exilió a París, donde pudo coincidir con Lautrec.
obra
Oseas significa en hebreo salvación. Inició su ministerio profético en el reinado de Ozías de Judá y se prolongó hasta la destrucción de Samaria, en 722 a.C. Se casó con una mujer llamada Gomer que le dio tres hijos y después le abandonó por otro hombre. Oseas se convertirá en el profeta del amor y se verá muy afectado por este hecho. Su mensaje tendrá dos pilares fundamentales: Dios y la religión. En la decoración de la iglesia de la Cartuja napolitana de San Martino, Ribera presenta al profeta como un hombre atormentado, dirigiendo la mirada hacia el suelo y enrollando con fuerza sus escritos. Quizá sea el más tenebrista de la serie al emplear una iluminación potente que deja parte del rostro del santo en penumbra, acentuada por las tonalidades oscuras de sus ropajes. El naturalismo de la figura y la expresividad de sus gestos y actitudes le convierten en un excelente trabajo, con el que Ribera pretende abandonar las idealizaciones en los personajes sagrados para emplear figuras tomadas de la vida cotidiana. Su compañero es Abdías.