(1) Los aliados occidentales, en particular los británicos, convocarán en el verano de 1944, en la Roma ya liberada, a representantes de la Resistencia europea de derechas (cetniki eslavos, seguidores de Anders, de Horthy, etc). Por otro lado, De Witt, redactor del Reader's Digest, dijo que "no deseamos que Alemania sea derrotada por completo. Creo que a Alemania debería dársela una paliza moderada, y prefiero que eso lo haga el Ejército norteamericano para que Hitler sepa quién es el amo en nuestra casa (...) (Hay) que azotar a Hitler lo suficiente" y "después conservarlo para que haga servicio de policía y guarde el orden". "No olvidemos que el verdadero enemigo es otro...", dirá otro periodista norteamericano. (2) Churchill propuso lanzar una operación que, tras poner fin a la lucha en Italia, permitiera atravesar por Trieste y el norte de Yugoslavia, para alcanzar Austria y "llegar antes que los soviéticos" a Hungria y Checoslovaquia, a Europa centro-oriental en general. (3) Salvo en el este, donde el temor al "bolchevismo", a perder los territorios que se consideran alemanes, etc. mantienen la moral alemana a un nivel más que aceptable. (4) Entre los planes de Hitler para cubrir el flanco sur -se pensó durante un tiempo que los aliados invadirían el sur de Francia- se hallaba la "Operación Gisela", es decir, la invasión de España, plan trazado en abril de 1943 y luego abandonado. (5) Los aliados acabarán temiendo, infundadamente, que "si no se ataca ahora en el oeste los soviéticos pueden ser derrotados, o pueden pedir una paz separada" (Eisenhower). (6) Ni durante los preparativos ni durante las concentraciones los alemanes atacaron a los Aliados, salvo por lo que respecta a un ataque, el 26 de abril de 1944, de lanchas torpederas contra la costa británica, que causó algunos hundimientos y muchos muertos. (7) En Utah, 4.? Div. de Infanteria; en Omaha, 1.? Div. de Inf., con parte de la 29.? Div. de Inf.; en Gold 50.? Div. de Northumbria y 8.? Brigada Acorazada; en Juno, 3.? Div. de Inf. canadiense y 2.? Brig. Acoraz. canadiense; en Sword, 3.? Div. de Inf. británica y 27.? Brig. Acoraz. (8) En Utah, las div. de Inf. 90.? y 9.?, y la 79. acorazada; en Omaha, la 2.? Div. de Inf. y el resto de la 29.?; en Gold, la 7.? Div. Acoraz. y la 49.? de Inf.; en Juno, la 4.? Brig. (de Operaciones Especiales); en Sword, la 1.? Brig. de Operac. Espc., la 4.? Brig. Acoraz., y la 51.? Div. de los Highland escoceses. (9) En abril de 1944 los alemanes disponían además de 12 divisiones en Noruega, 6 en Dinamarca, 26 en Italia, 21 en los Balcanes, 163 en el frente del este, y 9 en Alemania. (10) No todos los cañones de costa estaban protegidos en casamatas, pues el cemento había empezado a escasear. Por otro lado, las baterías de costa dependían de la Marina y no del Ejército, que era el que iba a necesitarlas directamente. (11) Durante el trayecto a la costa los submarinos alemanes habían atacado a la flota y conseguido hundir un destructor noruego. (12) Hacia ya un tiempo que Rommel se mostraba critico hacia Hitler, e incluso contrario a ciertos aspectos del régimen. El 20 de julio Rommel será uno de los implicados, más o menos "lejano" con todo, en el atentado contra Hitler. Días después se suicidará. (13) La Marina había disparado por lo menos 110120.000 proyectiles de todo tipo, y la Aviación había realizado más de 10.000 misiones sobre Francia, Bélgica, Holanda y Alemania. (14) Los párrafos entrecomillados han sido extraídos de las memorias de Elyesa Bazna, "Yo fui Ciceron". (15) Añadamos que en las fuerzas de Leclerc figuraban españoles republicanos. (16) Los estadounidenses habían sopesado también la posibilidad de mantener en Francia, de alguna forma, algo del régimen de Vichy, garantía de anticomunismo y de "orden", tras la guerra. (17) Táctica de jauría: fue el sistema preferido por los submarinistas alemanes hasta 1943. Varios submarinos seguían durante el día a los convoyes en inmersión. Salían a la superficie durante la noche y los atacaban desde todos los lados con torpedos y cañones, como si una jauría de lobos se abalanzara sobre un rebaño. Cerca de la costa británica ya no podía ser empleada desde 1941. (18) Hitler llegó a inmovilizar ese año 26 submarinos próximos a Noruega donde de casi nada sirvieron. Calculaba Doenitz que esos buques, empleados en la época más baja de las defensas norteamericanas, hubieran podido causar el hundimiento de un millón de toneladas más de buques a lo largo de 1942. (19) Diseñaron los ingenieros alemanes tres submarinos, base de los actuales buques del género. El tipo XXI, 1.600 toneladas de desplazamiento, 24.000 millas de autonomía a velocidad económica; en superficie podía navegar a 15,5 millas/h y bajo el agua, a 17 millas/h durante unas 30 millas, recurso empleable para huir de algún peligro. Podía navegar sumergido a velocidad lenta hasta 11 días seguidos. Disponía de Schnorkel y de todo tipo de medios de detección y puntería, de modo que podía atacar con gran eficacia en inmersión. Produjeron los alemanes 45 ejemplares, llenos de problemas que no pudieron solucionarse por completo porque terminó la guerra. El tipo XXIII era de similares características, algo más lento bajo el agua y con sólo 250 toneladas de desplazamiento. Recibió la Marina alemana 24 unidades antes de octubre de 1944. Las puso a prueba y las dotó de tripulaciones, 5 ejemplares entraron en combate durante 1945, mostrando buenas cualidades. El tipo XXVI era un buque Walter, el más prestigioso ingeniero de submarinos que tuvo el III Reich. Sus planos, que databan desde antes de la guerra, mostraban un submarino de características similares a los entonces en uso, ligeramente más lento en navegación económica, pero capaz de moverse sumergido durante dos o tres horas a la velocidad de 25 millas, algo increíble para la época, lo que permitiría alcanzar convoyes, cruzarlos, elegir sus víctimas, pelear con sus buques de escolta... y, al final, escapar de ellos. Cuando la derrota de Alemania era inevitable, Hitler decidió que se construyeran submarinos Walter a un ritmo de 12 mensuales a partir del otoño de 1945. Afortunadamente para las Marinas aliadas ese submarino no pasó de una maqueta de tamaño natural y una tonelada de planos y estudios. (20) Realmente, las pérdidas señaladas corresponden al conjunto del Eje. Doenitz había perdido 14 U-boote en el primer semestre y 56 en el segundo: 70 en total. Efectivamente, más de los que tenia a comienzos de año para operar en el Atlántico. (21) Allí estaba sin terminar su preparación el Duke of York (10 cañones de 365 mm); su similar King George V, la única gran unidad que hubiera podido oponerse al Tirpitz con alguna posibilidad de triunfo, aunque le era inferior en blindaje y construcción; el anticuado Rodney, demasiado lento y pequeño; y el crucero de batalla Renown, rápido y bien artillado (6 cañones de 381 mm) pero demasiado liviano para medirse a un acorazado de verdad. El Tirpitz era más grande que cualquiera de ellos y estaba mejor blindado (53.000 toneladas); era más rápido (30 nudos), y estaba más artillado (8 cañones de 380 mm, 12 de 150 mm, 16 de 105 mm). (22) El Gneisenau alcanzó el muelle de Kiel, donde resultó gravísimamente alcanzado por una bomba el 26 de febrero. Remolcado a Gotenhafen, comenzaron las obras de reparación y se hicieron planes para remodelar su armamento, dotándole de 6 cañones de 380 mm. y multiplicando su defensa antiaérea. Las órdenes de Hitler de enero de 1943 paralizaron los trabajos. El Gneisenau terminó desarmado y fue hundido a la entrada del puerto antes de la llegada de las tropas soviéticas, en 1945. (23) Para adquirir una idea concreta y clara sobre lo que la URSS estuvo recibiendo de los aliados durante el conflicto, es curioso analizar lo que transportaba el convoy JW 51 B, 14 mercantes: 2.040 camiones, 202 tanques, 87 cazas, 43 bombarderos, 32.770 toneladas de alimentos y 4.600 toneladas de medicinas... era un convoy mediano, que no merecía escolta por encima del nivel de destructor. (24) Tal escolta, era efectivamente, de 5 destructores, dos corbetas y dos torpederos, en cuya ayuda llegaron los cruceros Sheffield y Jamaica. (25) La ira de Hitler no era lógica, ya que sus marinos actuaban agobiados por sus propias directrices. Militarmente, sin embargo, debe decirse que los alemanes actuaron con falta de entusiasmo y decisión, con errores de bulto en sus evoluciones y que al final fueron medrosos... El acorazado de bolsillo Lützow (6 cañones de 280 mm y 8 de 150) era mucho más potente y estaba mejor blindado que sus dos enemigos mayores, similares al Hipper. Dos poderosos buques como éstos, con el acompañamiento que llevaban, hubieran debido dar cuenta de la escolta del convoy con relativa facilidad. (26) Efectivamente, aunque en adelante el papel de la Marina de superficie sería insignificante, no por ello bajó la guardia el Reino Unido, cuyos aviones realizaron millares de vuelos contra esos buques, sus submarinos mantuvieron dos años de vigilancia por si reiniciaban sus actividades, y en Scapa Flow hubo de mantener un mínimo de dos acorazados y media docena de cruceros en previsión de que se volvieran a lanzar al mar. (27) Entre los torpedos que comenzaron a estudiarse estaban los tipos Fat y Lut, ingenios capaces de recorrer grandes distancias que al alcanzar el convoy enemigo maniobraban, recorriéndolo varias veces en el sentido de la marcha, de modo que tenían grandes posibilidades de alcanzar algún buque. Tales torpedos permitían que el submarino lanzador se mantuviera lejos del convoy, aminorando los riesgos de destrucción. Estos dos tipos nunca llegaron a perfeccionarse hasta el cumplimiento pleno de la misión para la que fueron diseñados. (28) En la época en que David Irwing recoge esa respuesta de Hitler a Doenitz, aparte de estar en marcha la invasión de Italia y la última ofensiva alemana en la URSS, Alemania y Francia eran objetivo diario de las flotas de bombardeo aliadas y las destrucciones enfurecían a Hitler, que comenzaba a dudar de la capacidad de Göering para devolver los golpes y defender al Reich, de modo que cada día irá confiando más en la artillería antiaérea y menos en la Luftwaffe. (29) Durante 1944 y 1945 los alemanes hundieron menos de millón y medio de toneladas de buques aliados y sólo en un mes, marzo de 1944, lograron aproximarse a la cifra de 150.000 toneladas, el resto fue de cien mil o menos toneladas; octubre de 1944 fue el mes más bajo, con un sólo hundimiento de 7.000 toneladas. Bibliografia Marshall, G.C.: La victoire en Europe et dans le Pacifique. (Berger-Levrault, París 1947). Eisenhower, D.: Cruzada en Europa. (Mateu, Barcelona 1955). Dansette, A.: Histoire de la libératión de París. (Flammarion, París 1949). Ryan, C.: Le jour le pus long. (R. Laffont, París 1960). Bauer, C.: The Battle de Arnhem. (Londres 1962). Nobécourt, J.: Hider's Last Gamble The Battle of the Ardennes. (Londres 1967). Edward, K.: L'invasione dell'Europa. (Mondadori, Milán 1946). Wilmot, C.: La lotta per l'Europa. (Mondadori, Milán 1953). Schulman, M.: The German Defeat in the West. (Secker & Warburg, Londres 1947). Morgan, F.: Overture to Overlord. (Hodder and Stoughton. Londres 1950). Laffin, J.: Americano in Battle. (J.M. Dent And Sons, Londres 1973). Kennan, G.F.: American Diplomacy, 1900-1950. (New Arnerican Library, N. York 1961). Freidel, F.: Los Estados Unidos en el siglo Veinte. (Novaro, México 1964). Taylor, A.J.P.: English History 1914-1945. (Penguin, Harmondsworth 1970). Barnett, C.: Britain and Her Army, 1509-1970. (Penguin, Harmondsworth 1974). Giraud, M.: Histoire du Canada. (PUF, París 1971). Lacouture, J.: De Gaulle. (Salvat, Barcelona 1985). Thompson, R.W.:Dia D. Comienza la invasión. (San Martín, Madrid 1975). Ambrose, S.E.: Eisenhower: soldier, general of the Army, Presiden-Elect. (Si mon & Schuster, N. York 1983). Destrem, M.: Les Commandos de la France. (Fayard, París 1983). Bradley, O.: A Soldier's Story. (Eyre & Spottiswoode, Londres 1952). Speidel, H.: We Defended Normandy, (Jenkins, Londres 1967). Halder, F.: Hitler as a War Lord. (Putnarn, Londres 1965). Gavin, J.M.: Airborne Warfare. (Combat Forces Press, Washington DF 1946). Liddell Hart, B.H.: The Other Side of de Hill. (Cassell, Londres 1951). Patton, G.S.: War As I Knew It (Houghton Mifflin, Foston 1970.
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(1) El día 11 de septiembre aviones de reconocimiento estadounidenses cruzaban por primera vez la frontera alemana en Prüm. (2) Urquhart hizo su propia autocrítica, pero el responsable indirecto había sido Montgomery. Pese a ello, éste último dirá, sin pestañear, que la operación de Arnhem habla sido un éxito en un 90 por 100... Por otro lado, el fracasó fue atribuido, en los medios de la Resistencia holandesa, a la traición de un barquero holandés que indicó día, hora y lugar a los alemanes, y que fue condenado a muerte y ejecutado. Más tarde se sabría que era inocente. (3) Había en Francia 3 millones de hombres (más o menos 1,5 norteamericanos, 1 millón de anglocanadienses, y el resto franceses sobre todo, y después griegos, holandeses, polacos, belgas, checoslovacos, noruegos, etc.); 75.000 barcos transportarán a Gran Bretaña 4 millones de hombres, 280 millones de toneladas de material. (4) El propio Hitler explicó los fines políticos de la ofensiva el 12 de diciembre: "Nunca en la historia ha habido una coalición semejante a la formada por nuestros enemigos, compuesta por elementos tan heterogéneos y con metas tan divergentes. Estados ultracapitalistas por un lado, y untramarxistas por el otro. Por un lado un imperio moribundo, Gran Bretaña; por el otro, una colonia que aspira a obtener la herencia de éste, los Estados Unidos (...). Cada uno de los miembros de esta coalición ha entrado en ella con la esperanza de realizar sus propias ambiciones políticas (...). Pero ahora, ya, estos Estados se pelean entre si y quien, como una araña agazapada en el centro de su tela, puede seguir los acontecimientos, observa que estos antagonismos se hacen cada vez más profundos. Si ahora somos capaces de dar unos cuantos golpes enérgicos, este frente común construido artificialmente puede derrumbarse sin más con ruido infernal (...). Siempre que, claro está, no se dé, por parte alemana, ningún tipo de debilidad (...)". (5) Hitler impidió que Manteuffel acabara con estas posiciones, al negarse a que tropas alemanas del sector norte acudiesen a reforzar a los alemanes del centro, pues quería que aquéllas (unidades SS) fuesen quienes rompiesen el frente norte, para gloria del régimen. (6) Aumentada por la acción de una brigada alemana al mando de Skorzeny con uniformes y material estadounidenses, que cortaron comunicaciones, cambiaron carteles indicadores, tomaron algunos puentes y trataron de secuestrar a Eisenhower, sin éxito (advertido, éste fue sustituido por un sosias). (7) Aquí los alemanes fusilaron fríamente a 160 soldados estadounidenses prisioneros porque... les estorbaban. (8) Las resistencias francesa y yugoslava se tratan en otro lugar de esta obra. (9) Extravíos de documentos, lentitud, silencio al entrar un ocupante, vestimentas especiales, destrucción de productos, falsificaciones, etc. (10) La lucha de liberación colonial de la segunda posguerra es un fenómeno análogo al de la resistencia; sin embargo, los mismos europeos que lucharon contra el ocupante se mostrarán reticentes e incluso violentamente contrarios ante las aspiraciones de independencia de africanos, asiáticos y de Oceanía. (11) La frase "debéis colaborar pero someteros porque sois un pueblo inferior" lanzada a los ucranianos es una muestra de la intransigencia y dogmatismo alemanes. Por otro lado, según Keitel, desde 1941 todo acto de sabotaje debía atribuirse a los comunistas... (12) "No había -afirmaba Hitler- dueños polacos (de la tierra polaca) (...) y los alemanes eran los dueños naturales de Polonia y de los polacos; era pues oportuno y conveniente exterminar a todos los representantes culturales de Polonia. Esta era la ley de la vida" (2 de octubre de 1940). En 1941, además, se elaborará el Generalplan Ost, que preveía la deportación de 16 a 20 millones de polacos a Siberia después de la guerra. (13) El Gobierno de Londres insiste en mantener después de la guerra las fronteras de 1939; es, además, decididamente anticomunista. Para empeorar las cosas, los alemanes descubren en abril de 1943 unas fosas, donde yacen polacos asesinados, en Katyn, cuya autoría se atribuye a los soviéticos. (14) En las elecciones, toleradas por el ocupante, el partido nazi obtendrá sólo 1 diputado, contra el 97 por 100 de votos para los partidos demócratas. (15) Como dice Michel, las ejecuciones de colaboradores se efectuaban, en ocasiones, después de un gran drama de conciencia y ardientes plegarias de católicos y protestantes reunidos. (16) Se considera que el primer acto de la resistencia fue, el 1 de mayo de 1941, la sustitución de las banderas invasoras, que ondeaban sobre la Acrópolis, por la griega. (17) En julio de 1941 el Comité Central del Partido Comunista toma la siguiente decisión respecto de la guerra de guerrillas: "Nuestra tarea consiste sobre todo en crear una situación insostenible para el Ejército alemán, desorganizando sus conexiones, sus líneas de comunicación y los propios destacamentos militares (...). (Hay que) aniquilar a los invasores y a sus colaboradores; ayudar por todos los medios a la formación de destacamentos (...); desarrollar las redes de nuestras organizaciones secretas comunistas en los territorios ocupados (...)". (18) Hay incluso conatos de colaboración greco-albanesa, pero las reivindicaciones griegas sobre el sur de Albania las frustrarán. Añadamos que Italia, en su propio interés, apoyó el anexionismo panalbanés que reivindicaba el norte del Epiro griego y el Kosovo yugoslavo; ambos territorios serán anexionados a la Gran Albania -italiana- en 1941. Por otro lado, la mayor parte de los albaneses colaboradores de los italianos serán originarios de Kosovo, Chamuria (Epiro), etc. (19) Habrá levantamientos espontáneos en varias ciudades del Sur; en algunos casos, como en Nápoles a fines de septiembre, los alemanes serán expulsados antes de la llegada de los aliados. (20) Los alemanes los consideraban apenas menos inferiores que los eslavos y que los judíos. (21) Algunos oficiales protestaron por las atrocidades que se cometían, sobre todo en el Este; otro tanto hicieron cierto número de soldados. Entre la tropa no hubo muchas deserciones, pero sí se dieron casos de desobediencia ante el enemigo y amotinamiento -se supone que entre 1939 y 1944 hubo unos 10.000 fusilados entre los militares-. Cierto número de oficiales y soldados alemanes ingresaron en las filas de algunas resistencias europeas, como la francesa, italiana, holandesa, etc. Bibliografia Marshall, G.C.: La victoire en Europe et dans le Pacifique. (Berger-Levrault, París 1947). Eisenhower, D.: Cruzada en Europa. (Mateu, Barcelona 1955). Dansette, A.: Histoire de la libératión de París. (Flammarion, París 1949). Ryan, C.: Le jour le pus long. (R. Laffont, París 1960). Bauer, C.: The Battle of Arnhem. (Londres 1962). Noblecourt, J.: Hider's Last Gamble The Battle of the Ardennes. (Londres 1967). Edward, K.: L'invasione dell'Europa. (Mondadori, Milán 1946). Wilmot, C.: La lotta per l'Europa. (Mondadori, Milán 1953). Schulman, M.: The German Defeat in the West. (Secker & Warburg, Londres 1947). Morgan, F.: Overture to Overlord. (Hodder and Stoughton. Londres 1950). Laffin, J.: Americans in Battle. (J.M. Dent And Sons, Londres 1973). Kennan, G.F.: American Diplomacy, 1900-1950. (New Arnerican Library, N. York 1961). Freidel, F.: Los Estados Unidos en el Siglo Veinte. (Novaro, México 1964). Taylor, A.J.P.: English History, 1914-1945. (Penguin, Harmondsworth 1970). Barnett, C.: Britain and Her Army, 1509-1970. (Penguin, Harmondsworth 1974). Giraud, M.: Histoire du Canada. (PUF, París 1971). Lacouture, J.: De Gaulle. (Salvat, Barcelona 1985). Thompson, R.W.: Dia D. Comienza la invasión. (San Martín, Madrid 1975). Ambrose, S.E.: Eisenhower: soldier, general of the Army, Presiden-Elect. (Simon & Schuster, N. York 1983). Destrem, M.: Les Commandos de la France. (Fayard, París 1983). Bradley, O.: A Soldier's Story. (Eyre & Spottiswoode, Londres 1952). Speidel, H.: We Defended Normandy. (Jenkins, Londres 1967). Halder, F.: Hitler as a War Lord. (Putnarn, Londres 1965). Gavin, J.M.: Airborne Warfare. (Combat Forces Press, Washington DF 1946). Liddell Hart, B.H.: The Other Side of de Hill. (Cassell, Londres 1951). Patton, G.S.: War As I Knew It (Houghton Mifflin, Foston 1970).
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NOTICIAS SECRETAS DE AMÉRICA DISCURSO Y REFLEXIONES POLITICAS SOBRE EL ESTADO PRESENTE DE LOS REINOS DEL PERU por lo tocante a su gobierno, régimen particular de aquellos habitadores y abusos que se han introducido en uno y otro; dáse individual noticia de las causales de su origen y se proponen algunos medios para evitarlos. Trátase también de lo tocante a su Marina; su gobierno, arsenales, maestranza, viajes, armamentos, plana mayor de sus oficiales y sus suelos; trátase también de los navíos marchantes. Escritas por orden del Rey Nuestro Señor por Don Jorge Juan, Comendador de Aliaga en el Orden de San Juan y Don Antonio de Ulloa, miembros de la Real Sociedad de Londres, socios correspondientes de la Academia Real de las Ciencias de París y Capitanes de Navío de la Real Armada DISCURSO Y REFLEXIONES POLITICAS SOBRE EL ESTADO PRESENTE DE LOS REINOS DEL PERU SU GOBIERNO, RÉGIMEN PARTICULAR DE AQUELLOS HABITADORES, Y ABUSOS QUE SE HAN INTRODUCIDO EN UNO Y OTRO; DÁSE INDIVIDUAL NOTICIA DE LAS CAUSALES DE SU ORIGEN, Y SE PROPONEN ALGUNOS MEDIOS PARA EVITARLOS. Escritas de orden del Rey Nuestro Señor por Don Jorge Juan, Comendador de Aliaga en el Orden de San Juan, y Don Antonio de Ulloa, Miembros de la Real Sociedad de Londres, socios correspondientes de la Academia Real de las Ciencias de París, y Capitanes de Navío de la Real Armada PROLOGO 1. Entre los grandes cuidados de que sin duda está rodeada la soberanía del trono y el desvelado oficio del reinar, ocupan el más superior los dos importantes, cuanto incomparables, bienes de la eterna salud y de la humana sociedad de los súbditos, como que en ellos están cifrados las dos más principales atenciones de los príncipes: la Religión y la Justicia, a las cuales, y a los medios de su conservación, deben dirigirse sus paternales anhelos y sus más piadosas solicitudes; objetos uno y otro que, siéndolo de la cristiana política, se hacen dignos acreedores de que en ellos se deposite continuamente la consideración, y que a su mejor logro conspiren, con anticipada y pronta providencia, cuantas líneas tire esta sabia ciencia, y que, o ya previendo los obstáculos que se pueden en lo sucesivo originar contra ellos, les aplique preservativo con que se evite el caso de que existan, o ya conociendo los daños sucesivos, procure poner en ellos el remedio conveniente para que así se restituyan las cosas al estado en que, según todas reglas de razón y de justicia, deberían haberse conservado sin intermisión. 2. Los países de las Indias, abundantes, ricos y florecientes, y, por tanto, expuestos también a la delicadeza y al lujo; distantes de su príncipe y de sus superiores ministros; gobernados por personas que, muchas veces, no atienden a otros intereses que a los suyos en particular, y, al presente, conducidos a tal estado por la duración y demasiado arraigamiento del mal, que ni la justicia se halla con la suficiente autoridad, ni la razón con poder para hacer contrarresto alguno al desorden o al vicio. No es mucho que, por consiguiente, experimenten abusos introducidos en todo el estado de la república; daños en la inobservancia de las leyes, o en la novedad de poco justas costumbres; excesos en la conducta de los ministros y de los poderosos, con grave detrimento de los flacos y de los desvalidos; escándalos en la vida licenciosa de todos, y un casi continuo y general desvío de lo recto y de lo que, en los bien ordenados estados, se anhela y se solicita. Ni es mucho que, faltando el buen ejemplo en los unos, y comunicándose insensiblemente el daño a los otros, o todos queden infectos de éste, o resten pocos exentos para poder, por sí, restablecer las cosas al ser en el que debían estar. 3. La noticia de todo esto, que no puede conservarse absolutamente oculta por más que la disminuya la distancia, obligó, sin duda, a que entre los demás encargos que se pusieron a nuestro cuidado cuando pasamos a los reinos del Perú, fuese uno el de adquirir con exactitud y la más posible prolijidad y atención, todo lo que pareciese digno de ella acerca del gobierno, administración de justicia, costumbres y estado de aquellos reinos, con todo lo tocante a su civil economía, militar y política. Así lo procuramos ejecutar el tiempo que nos mantuvimos allá, arreglándonos puntualmente a los capítulos de nuestra instrucción; tomando los informes de las personas más desinteresadas, inteligentes y rectas, en aquellas cosas que, por nuestra propia experiencia, no podíamos averiguar; indagando por todas partes, con atenta cuanto prolija curiosidad, lo que podía de algún modo conducir a nuestro asunto, y procurando asegurar siempre el concepto con la calificación de las noticias y la repetición o examen de los sucesos. De modo que en todo hemos llevado la mira de proceder libres, cuanto ser pudiese, de preocupación o de interés, para excusar el riesgo de quedar expuestos al error, o a la falsedad, escollos de que continuamente hemos procurado estar distantes o, al menos, apartarnos a fuerza de la diligencia y de la precaución. Nuestro principal objeto ha sido el de inquirir sólo la verdad y, al presente, el de proponerla descubiertamente a los ojos de los superiores ministros, con el fin de que, sabidos los males que allí se padecen, pueda aplicárseles el conveniente remedio que dicte la prudencia y proporcionase con el tiempo la ocurrencia de las ocasiones. 4. En atención a esto, y a que el público no puede tener interés en ser instruido de noticias que, al paso que no le pueden inducir bien alguno, causarían a los naturales de aquellas partes, en común, un disfame que de ningún modo se podría justificar, se nos ordenó por el señor marqués de La Ensenada que, conteniendo nuestra obra en la parte que se hubiese de publicar todas aquellas cosas útiles al común de las gentes en lo tocante a historia natural, moral y política en general, quedasen reservados los particulares asuntos que contendrá este tratado, para secreta instrucción de los ministros y de aquellos que habían de saberlos, no para hacer divertimiento del ajeno daño, o para que fuese objeto de la detracción lo que debe serlo del cuidado y de la conmiseración, sino, antes bien, para cuidar incesantemente de los medios con que se llegue al tan deseado fin de reformar y mejorar del todo aquellos países; colocar en su debido trono en ellos la religión y la justicia; hacer que sientan todos aquellos vasallos, aun desde tanta distancia, los benévolos influjos y vital calor con que la sabia política de nuestros reyes los atiende y beneficia, y, finalmente, perfeccionar el mejor gobierno y la más recta administración de aquellos súbditos, para que, con las providencias acertadas y la rectitud de tales fines, se extingan los abusos y se disipen enteramente aquellos viciosos establecimientos que suelen ser de perniciosas consecuencias a los estados y, a veces, los instrumentos con que se fabrica su ruina o su deterioración. 5. Estas materias reservadas son las que contiene la presente obra, dividida en doce sesiones, con la prevención de haber de quedar su noticia para el solo fin que va expresado, debiéndose temer de lo contrario sucediesen con su divulgación los daños que con las representaciones del obispo de Chiapa, que tanto descrédito han causado para con los extranjeros al común de toda la nación española, cuando los excesos inevitables en los súbditos, y más cuando están distantes de sus príncipes, los hacen y creen generales y característicos a todos los demás. En esta suposición no se podrá hacer extraño lo irregular de algunos casos que se referirán, y parecerán, a primera vista, increíbles si no estamos hechos cargo de a cuánto puede extenderse la humana malicia cuando, lejos de lo que suele más contenerla, esto es, el temor de las leyes y el miedo del castigo, se deja llevar del desenfrenado ímpetu de las pasiones; o si, reflexionando sobre los principios del desorden que quedan apuntados, se detuviere un poco la consideración a especular qué efectos no serán capaces de producir en aquellos países el demasiado anhelo del interés y codicia de que la mayor parte de sus habitadores se hallan poseídos, la libertad y licencioso modo de vida, y la casi ninguna sujeción a magistrados o leyes, debajo de cuyos supuestos nada se podrá hacer difícil del consenso, ni repugnante a la más escrupulosa y detenida credulidad. 6. Este, pues, es el fin único de esta obra, éstos los fundamentos y principios sobre que se ha escrito, y éste será el deseo que más vivamente nos ha impelido a disponerla, solicitando en ella el mayor bien de aquellos pueblos a que quedamos deudores por el beneficio de tantos años de nuestra habitación y a quienes procuramos satisfacer con esta solicitud-, el mejor servicio de nuestro príncipe y desempeño de su real confianza y el mayor ensalce de la religión, que tanto se hallan interesados en el asunto del presente trabajo.
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1803 NOTICIAS DE LOS CAMPOS DE BUENOS AIRES Y MONTEVIDEO PARA SU ARREGLO Excelentísimo señor: El gobierno de las Provincias del Rio de la Plata del que Vuestra Excelencia va a encargarse de orden de Su Majestad comprende un territorio tan dilatado que deja atrás en extensión el imperio de los tártaros y el de los chinos en el Asia; dentro de este continente va Vuestra Excelencia a ser la imagen y el lugarteniente del soberano que lo envía, un plenipotenciario del que lo ha elegido y un apoderado especial de la majestad para obrar a favor de aquel estado, todo lo que ordenaría el monarca hallándose presente, a reserva de algunas cosas que están vedadas a los virreyes. Va Vuestra Excelencia a habitar y mandar una porción del Nuevo Mundo donde todo es nuevo por comparación con España. Lo es el clima, los frutos de la tierra, las costumbres, la legislación la forma de gobierno; y en parajes, es nuevo el traje, el idioma, el modo de vivir; y hasta el mismo sustento. Va Vuestra Excelencia a encargarse del mando de una nueva región, civilizada y católica en mucha parte; pero silvestre y feroz en otra. De una provincia poblada a trechos pero desierta y desamparada en su mayor ámbito. Rica sin cotejo con ninguna de la América; pero capaz. de producir nuevas ganancias infinitamente mayores. De un comercio activo y pasivo, en que giran con doce a trece millones de pesos en plata, oro y frutos de Europa y del país todos los años; pero decaído y debilitado, que necesita para volver a su vigor de ser puesto sobre una nueva planta. De un erario real, empeñado y recargado de peticiones que ejecuta el celo de Vuestra Excelencia a promover sus ingresos y a disminuir sus salidas. De un puerto de mar, que es la garganta de todo el continente de la América meridional el objeto de la codicia de los extranjeros y ocasionado a sus invasiones por la escasa defensa de las muchas playas y calas que cuenta por una y otra banda del Río de la Plata y sobre la costa patagónica. Finalmente va Vuestra Excelencia a gobernar una provincia vecina y confinante a una colonia extranjera, que hace más de un siglo que se está entrando en nuestro terreno sin que la inmensidad de lo usurpado haya satisfecho sus deseos; una colonia con cuyo soberano mantiene el nuestro una amistad, vinculada por el parentesco, y con quien siempre trae pleito sobre límites de las respectivas posesiones. Una colonia que ha obligado muchas veces a poner en las armas la decisión de aquel antiguo pleito, después de ver desagradada y atropellada la razón con que se ha seguido; una colonia que ha arrastrado por si una porción considerable de la mayor de nuestras riquezas, y que por la frecuencia de sus hostilidades, nos haya puesto en precisión de guarnecer nuestra frontera por un cordón de guardias, y de fortalezas. Una colonia de amigos y parientes a quienes sin embargo de esta alianza necesitamos tratar como a enemigos y como a extraños. Esta riquísima provincia de que va a ser Vuestra Excelencia gobernador, virrey y capitán general se halla partida en dos porciones por el caudaloso Río de la Plata, uno de los más famosos del mundo; navegable hasta el puerto de Montevideo para embarcaciones de todas partes y hasta Buenos Aires por medio de lanchones, o zumacas, y desde aquí hasta el Paraguay en otros barcos menores que lanchas aunque planos de quilla como éstas por razón del poco fondo, y muchos barcos de que se ha cubierto el río de algunos años a esta parte. La ciudad de Montevideo la encuentra Vuestra Excelencia situada a la banda del norte de este mismo río a los 34 grados, 55 minutos, 4 segundos de latitud y 321,55 y 46 de longitud, y a la parte del sur la ciudad de Buenos Aires sobre los 34 grados y 35 minutos y a los 319 de longitud habiendo sido siempre el asiento y residencia de sus gobernadores y de la real audiencia pretorial que se estableció en ella según reza y tuvo su primer despacho el día 9 de abril del año de 85 siendo su primer virrey el marqués de Loreto. La internación del Río de la Plata por medio de este continente a el paso que divide en dos partes el territorio de aquel virreinato pone a cada lado de estas penínsulas uno de los ramos de su mayor riqueza. A la mano derecha del que se desembarca halla una península prolongada hasta el Marañón, provincia de las Amazonas, en que se le ofrece a la vista un espacio de más de cuatrocientas leguas de terreno sujeto a la corona de Castilla; bordeado del mar por la parte oriental hasta el río Grande de San Pedro; por el sur del Río de la Plata; por el oeste del río Paraná, y por el norte del río de la Madera y tierras de la región de las Amazonas. Esta dilatadísima península encierra el criadero de ganado vacuno, cuyas pieles dan materia a nuestro comercio para una de las más vastas negociaciones de América, pero allí mismo tiene Vuestra Excelencia el cuidado de un vecino extranjero que vela incesantemente por caer de sorpresa sobre este llano y robarlo; y vea aquí Vuestra Excelencia uno de los mayores cargos que han de traer despierta su atención. A la mano izquierda de Montevideo y a la banda del sur del Río de la Plata a distancia de cuarenta leguas está la ciudad de Buenos Aires levantada sobre una barranca frontera al este, fundada y poblada por el adelantado don Pedro Mendoza en el año 1535, después de descubierta, recorrida y tomada su posesión por Sebastián Gaboto de nación veneciano, desde el año de 1496 y sucesivamente por los españoles Juan Díaz de Solís y Vicente Yañez Pinzón por los años de 1508 y 1515 sin contradicción ni concurrencia de ninguna otra nación que pudiese pretender parte de este descubrimiento. Su límite por las partes del norte es la provincia de Puno sobre la sierra del Perú, última de las nueve que tiene Vuestra Excelencia a su cargo; contándose desde la capital hasta aquella como setecientas leguas de camino, harto molesto y arriesgado. Dentro de este continente encuentra Vuestra Excelencia las minas más nombradas de oro y plata que encierra esta parte de la América. Tiene Vuestra Excelencia bajo su mando el incomparable cerro de Potosí y su casa de moneda que labra de cuatro a cinco millones y medio de pesos fuertes de oro todos los años. Pero tiene Vuestra Excelencia repartidos por todo este continente a lo largo y a lo ancho hasta las costas del Mar del Sur indios infieles; y convertidos en abundancia innumerables que ofrecen motivo al que gobierna para una continua vigilancia, sin que los unos ni los otros dejen sosegar al jefe porque ambos insultan la comarca cuando menos se piensa; y aunque por esta razón no se puede confiar de ninguno ofrecen mayor cuidado los negritos ya porque los guardias avanzados sobre los campos de las Pampas han bastado a contener sus correrías, a excepción de una, u otra salida poco considerable, y ya porque la grande distancia en que están de nosotros y la falta de armas de fuego les imposibilita los deseos de hacer excursiones a nuestras estancias. No así los indios catecúmenos; porque habitan en medio de nosotros, poseyendo las entradas y las salidas de toda la tierra, armas blancas y de fuego, caballos, ganados y licores con que embriagarse; tienen todas las oportunidades necesarias para tomarnos de sorpresa y asaltarnos dentro de nuestras mismas casas. Así se vió en Arequipa, en el Cuzco, la Paz, Cochabamba, Chiquisaca, y otras provincias del Perú de que aún penden autos sin resolución en el superior gobierno de Buenos Aires desde el año 84, cometidos por una real audiencia del de 93 al oidor de aquella real audiencia don Francisco Garasa para su final determinación. A la parte occidental de Buenos Aires tiene Vuestra Excelencia bajo su mando el territorio conocido por las Pampas el cual se extiende por un espacio de trescientas leguas hasta la falda de la cordillera de Chile, llamado de los Ancles del Perú en que nuevamente se han descubierto los minerales; uno de oro de muy baja ley, en el término de la ciudad de San Luís de la Punta, provincia de Córdoba del Tucumán a doscientas cincuenta leguas de Buenos Aires; y otro de plata rica en la jurisdicción de la ciudad de Mendoza en paraje desierto, árido y muy bajo, cuyas calidades y la falta de fomento hacen de menos aprovechamiento un mineral celebrado de todos por su abundancia. De todas estas riquezas y vasallos va a ser Vuestra Excelencia el ecónomo y el tutor, todos han de acudir a Vuestra Excelencia por justicia y por amparo en paz y en guerra. La policía, los abastos, la quietud y el buen orden corre a cargo de Vuestra Excelencia y ellos serían obligados a venerar y obedecer en la persona de Vuestra Excelencia la imagen, y el poder de la soberanía. E1 erario real se encierra bajo de dos llaves de que tiene la una Vuestra Excelencia por si solo, y la otra la junta Superior de Real Hacienda de que es Vuestra Excelencia el presidente. Tantos encargos, comisiones y confianzas del monarca presentarán (a Vuestra Excelencia) a manos llenas las ocasiones de ensalzar su mérito y de hacerse más acreedor a la benevolencia y liberalidad del señor de la heredad que le envía a que trabaje en ella. Pero como todos los contentos de la tierra se resienten de insipidez y de amargura se verá obligado Vuestra Excelencia a alternar con el desvelo y con la continua tarea, la satisfacción de verse mandando en jefe la más opulenta y más amplia provincia de todo el orbe. Vuestra Excelencia considerará que tiene a un lado de este territorio una península tan amena dilatada y poderosa que basta bien cuidada a dar renta a dos príncipes coronados, Vuestra Excelencia se habrá de gloriar de ser el jefe, e1 caudillo, el padre y el superintendente de este tesoro y de estos vasallos, Vuestra Excelencia tendrá el placer más inocente cuando por su vigilancia y felices pensamientos, consiga establecer la agricultura en aquel campo, afianzar la cría de ganado vacuno, mejorar el comercio de cueros, desterrar la ociosidad, perseguir los facinerosos, introducir la política, frontificar (sic) las fronteras, levantar pueblos, formar regimientos, y plantar la religión. Pero Vuestra Excelencia se hallará obligado a traer continuamente la guerra declarada a unos vecinos extranjeros, que sin cesar se han de estar oponiendo al logro de unas ideas que les roba la ocasión de que nos estén robando lo que es nuestro. A unos vecinos acostumbrados a estar tanteando la bondad y la magnificencia del monarca español con la esperanza de que ha de hallar en estas virtudes el partido que pretenden, sin razón y sin justicia. A unos vecinos que no teniendo que perder sobre aquel terreno, siempre adelantan en lo que acometen, y después de haberse señoreado, aunque precariamente, de una porción, la más hermosa de nuestros campos, aspiran sin embargo a echarnos de su posesión sin que les obligue la liberalidad, ni los contenga la falta de la justicia. La facilidad de nuestros naturales en prestarse a esta especie de comercio, tiene la mitad del influjo en el origen de este daño; y esto quiere decir, que en aquellos en quienes debía descargar Vuestra Excelencia una parte de sus cuidados, tiene un cuidado más; que donde sólo debía tener un solo enemigo, hay dos que se compiten en fuertes; que habiendo de contar Vuestra Excelencia con todos los vasallos de la corona para que le ayudasen a defenderse de aquel contrario, ve desertársele sus mismas tropas y pasarse a los enemigos; y cuando estos ofendiendo por si sólo serían fáciles de rendir, se hacen casi invencibles obrando de acuerdo con los nuestros. En una palabra, tiene Vuestra Excelencia a su cargo una ciudad de dos puertas a las cuales necesita guardar con la misma vigilancia; una de extracción por donde salen nuestros frutos; otra de internación por donde nos vienen. Por tanto, es menester acotar nuestro campo de modo que ni se huya ni se nos robe el ganado, o sus pieles; y fortificar la frontera en términos que no se nos introduzcan contrabando. Ambos fraudes son antiguos y muy frecuentes en nuestra campaña; y para exterminar un mal tan arraigado y tan lucroso para sus autores, es menester mucho tesón, pero no es imposible el intento. Hablaremos de esto y de todos los puntos del gobierno respectivo a la banda del norte de Buenos Aires; y después pasaremos al continente del sur, haciendo así dos partes del asunto en este papel; que miren a las dos porciones austral y meridional del territorio que va a gobernar Vuestra Excelencia. División de la obra En la primera parte expondremos el principio, los progresos y último estado de la población de Montevideo y de la crianza de su ganado; los desórdenes y males en que abunda; las causas de estos, y el medio eficaz de precaverlos; las ventajas que del arreglo de aquellos campos puede prometerse con seguridad, el estado, las iglesias, el comercio, la real hacienda, la población, la industria, la agricultura y toda la nación en general. En la segunda demostraremos con relación al comercio y minerías, a los indios y sus tributos, a la quietud de aquellas provincias y a su más acendrado gobierno en particular, los excesos y perjuicios que tenemos notados en estos puntos; y especificaremos los medios de reformar que deben practicarse para mejorar la constitución de aquel pedazo de tierra tan rico y dilatado que no lo tiene igual ningún monarca ni necesita el de España otro padrino; ni para ser el mayor y el más poderoso del orbe. Motivos para escribir No todo lo que pretendemos exponer a Vuestra Excelencia está en su mano el practicarlo; muchos artículos de los que tenemos meditados, necesitan de orden expresa de Su Majestad para ponerse por obra; pero siendo del cargo de Vuestra Excelencia consultar a la real persona cualquiera en que convenga alterar lo que está dispuesto o prevenir de nuevo alguna providencia, será muy propio de su obligación representar a Su Majestad lo que encuentre digno de su real noticia entre los puntos que se toquen en este papel; y adelantando Vuestra Excelencia sus reflexiones, y añadiéndole sus propias experiencias reducirá a demostración lo que este papel le representa en su bosquejo. Y ve aquí Vuestra Excelencia el único motivo que hemos tenido para ornar este memorial. E1 acopiar las observaciones que hemos hecho en el discurso de ocho años que servimos a Su Majestad sobre esta América en dos empleos que han podido instruirnos de los dos ramos principales de la riqueza de este reino y de los modos de conservarla y aumentarla; sin que nos mueva otro interés a tomar la pluma sobre tantas y tan árduas materias y en propias y ya ajenas de nuestra profesión, y todas desiguales a nuestras fuerzas, que un efecto de la honorosa ambición de saber y de ser útiles al rey, y a la patria. Y aunque para lograrlo mejor pudiéramos dirigir este trabajo a la misma real persona, o sacarlo a luz por medio de la prensa, consideramos tan distante esta obrilla de ser elevada a los pies de Su Majestad o de salir al público en caracteres de moldes, que para animarnos a ponerla en manos de Vuestra Excelencia hemos resuelto ocultar el nombre de su autor. Nos creemos muy lejos de merecer aplausos ni ganar opinión de sabios por Linos apuntamientos de puro hecho que serían fáciles a cualesquiera de menos obligaciones que las que nosotros tenemos de saber discurrir. El concepto que hemos hecho de este papel no se extiende a más que a inclinarnos a creer que no es obra inútil para Vuestra Excelencia a quien la dirigimos; y que algunos de los pensamientos que contiene podrán merecer la aprobación de Su Majestad ilustrándolos y afinándolos Vuestra Excelencia. No por esto creemos haber adelantado cosa alguna sobre la que Vuestra Excelencia tiene sabido de muchos años a esta parte; y solo pensamos que el provecho que podía sacar Vuestra Excelencia de este trabajo será el refrescar la memoria de sus antiguas meditaciones y el poder mejorarlas fácilmente hallándolas en orden y colocadas con método y encadenamiento. Los materiales de la obra son los mismos que Vuestra Excelencia tiene acopiados desde mucho tiempo; y sólo es nuestro el trabajo de la colocación de estos mismos materiales en proporción y simetría; y a la manera que los que se emplean en levantar un edificio, recorrer nueva forma en la construcción, sin que por esto muden de esencia, así nosotros sin adelantar con alguna a lo que Vuestra Excelencia tiene meditado le hemos dado una planta que costea a Vuestra Excelencia el trabajo de recogerlos cuando quiera servirse de ellos. Este es el único valor que consideramos a esta obra en la estimación de Vuestra Excelencia, juzgamos que no ha de ver con desagrado un trabajo de muchos meses en quien los ha hurtado al descanso para darlos a este afán, sin tener obligación de tomarse esta tarea, y sin buscar más gloria ni ganancia que el aprovechar a la patria con aquello poco que valgan sus vigilias.
contexto
Notificación y juramento En el Puerto y Calláo de la Cidad de los Reyes de los Reinos y Provincias del Pirú en diez dias del mes de Octubre de mil y quinientos y setenta y nueve años, en presencia de los ilustres Señores Licenciado Recalde, Oidor de la Real Audiencia y Chancillería, que reside en la dicha Cidad de los Reyes, y de Don Francisco Manríque de Lara, Domingo de Garro y Pedro de Vega, Oficiales-Reales de Su Magestad, que están en el dicho Puerto para el despacho de los Navíos de la Armada que Su Excelencia embía al Estrecho de Magallánes. Yo Albaro Ruíz de Navamuel, Secretario de Cámara de la dicha Real Audiencia y de la Gobernación destos Reinos, notifiqué esta Instruccion al Capitan Pedro Sarmiento, Capitan-Superíor de la dicha Armada, y á Juan de Villalobos, Almirante della, y á Hernando Lamero, Píloto-Mayor, y á Hernan Alonso, y Anton Páblos, Pilotos de la dicha Armada; y se la leí de verbo ad verbum como en ella se contiene. Y por mandado del dicho Señor Licenciado Recalde, los dichos Capitán-Superior, Almirante y Pilotos juraron por Dios Nuestro Señor y por una señal de cruz, en forma de Derecho, que con los dichos dos Navíos de Armada que se les entrega para la dicha jornada y Descubrimiento del dicho Estrecho en nombre de Su Magestad, servirán á Su Magestad en la dicha jornada y Descubrimiento con toda fidelidad como sus buenos y leales Vasallos y guardarán en la dicha jornada y Descubrimiento esta Instruccion como son obligados y Su Excelencia lo manda; de lo qual doi fe. =Albaro Ruiz Navamuel. Y luego incontinente ante los nombrados por mandado del Virréi platicaron el Capitan-Superior, Almirante y Pilotos la parte y lugar donde se habían de esperar e ir a buscar y hallar, si acaso por alguna ocasión o tiempo forzoso se apartasen el un Navío del otro, y acordóse que en la Boca del Estrecho en la parte de la Mar del Sur del Poniente se fuesen á buscar y esperar: y porque ya era mui noche no se hizo mas, ni nos pudimos embarcar, y tambien por faltar alguna gente que no había venido de la Cidad. Otro dia Domingo once de octubre el Capitan-Superior y Oficiales y otros muchos confesaron y comulgaron, y luego el Capitan-Superior y Almirante hicieron Pleito menage y solemnidad de fidelidad al servicio de V. M. en manos del Fator don Francisco Manrique de Lara por ante el Secretario Albaro Rruiz de Navamuel: y tras esto luego el Capitan-Mayor tomó la bandera y se embarcó con ella á las dos de la tarde deste dicho dia, y tras él se embarcó toda la demas gente que habían de ir en su companla esta jornada. Y para que el Almirante, Piloto-Mayor y gente de la Almiranta supiesen lo que se había de hacer para ir en conserva y donde nos hallaríamos si nos apartasemos, y para otras cosas, le dió la Orden é Instruccion siguiente. Orden del Capitán Superior Pedro Sarmiento para el Almirante Juan de Villalobos y gente de la Nao-Almiranta El Capítan Pedro Sarmiento, Capitan-Superior de la Armada de Su Majestad para el Descubrimiento del Estrecho de Magallánes, dígo que porque una de las cosas que el Excelentísimo Señor Don Francisco de Toledo, Virréi, Gobernador y Capítan General destos Reinos y Provincias del Pirú, encarga en su Instruccion á mí y al Almirante de la dicha Armada es que vamos juntos y en conserva, y que la Nao-Almiranta baga su farol sin se apartar, ni derrotar, por lo mucho que importa al servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad, así para el dicho Descubrimiento y buen efecto de la dicha jornada, como para que sí Dios Nuestro Señorfuere servido de que topásemos con esta dicha Armada con el Capitán Francisco, Ingles Cosario, mediante su ayuda y favor, le podamos acometer y rendir y en la junta que por mandado de Su Excelencia se hizo ante los Ilustres Señores Licenciado Recalde, Oidor de la Real Audiencia de la Cidad de los Reyes, y Oficiales-Reales de Su Majestad por mí y por los Pilotos de la dicha Armada, se acordó y determinó que si acaso por fortuna o tiempo forzoso nos derrotásemos el un Navío del otro, lo qual se ha de procurar por todos los medios posibles que no subceda, nos aguardásemos el un Navío al otro quince días en la Boca del Estrecho, y todos vamos haciendo víage para la dicha Boca. Por tanto, para se cumpla lo susodicho, ordeno, mando y encargo al Capitan, Almirante de la dicha Armada, que va en la dicha Nao-Almiranta, llamada San Francisco, y á Hernando Lamero, Piloto de la dicha Nao, y Mayor de la dicha Armada, que si acaso por alguna tormenta, ó tiempo forzoso se apartare, ó derrotare de la conserva de la Capitana donde Yo voi, siga su Viage y Derrota la vuelta de la Boca del dicho Estrecho de Magallánes; y por el camino donde Dios le llevare vaya haciendo y cumpliendo lo que Su Excelencia manda por su Instruccion. Y llegados que sean á la Boca del dicho Estrecho, que cae en esta Mar del Sur, esperen y aguarden surtos en la dicha Boca, á mí y á la dicha Nao-Capitana los dichos quince días, teniendo vigilancia con señales y otras diligencias de salir de día á reconocer el Golfo y el Estrecho con el Batel para descubrirme, á causa que podría ser que por estar surta la dicha Almiranta, la Nao-Capitana no la pudiese ver, estando de mar en fuera, porque la mesma órden tendré Yo, llegando primero al dicho Estrecho y Boca dél. Y si acaso dentro de los quince, días no llegare el Navío que obiere quedado atras, pasados los dichos quince días, dexen señales en árboles haciendo cruces grandes, y plantando otras en peñascos: y en las Canales y Estrecho por do se pueda creer que ha de pasar qualquiera de los dos Navíos, echen boyas de palos livianos con potalas, y en ellas algunas cruces clavadas, y cartas escritas de todo lo sucedido basta allí y de lo que piensa hacer adelante; derrota y camino que determina llevar conforme á la Instruccion de Su Excelencia, y avisos de lo que hubíere reconocido y sabido, para que la gente del un Navío se aproveche del aviso de la Gente del otro. I. Iten, encargo al dicho Almirante Juan de Villalobos que para que entre la Gente que va en el dicho Navío-Almiranta haya toda buena Disciplina Militar y Chrístiana, trabaje y procure con todas sus fuerzas de escusar y prohibir los juramentos y blasfemias con que Dios Nuestro Señor tanto se ofende, y se hagan oraciones á la mañana y tarde, suplicando á Nuestro Señor nos guie y dé buen suceso en negocio tan enderezado á su servicio. II. Iten, prohibirá los juegos, especialmente armas y vestidos, advirtiendo á todos que el que ganare vestidos ó armas no gana cosa que haya de llevar, porque de aqui se seguiría quedar desnudos y desarmados los Soldados, por donde no podrían substar el trabajo, y vendrían en gran deshonor y oprobio y peligro de la vida por los frios y otras necesidades. III. Iten, que se eviten pendencias y disensiones entre la Gente de la dicha Almiranta, porque se conserven como amigos y de una Nación en concordia. Y si acaso, lo que Dios no quiera, procure con brevedad y sumaríamente castígallas por la lei de la Milicia como el caso lo requiere, sin demandas, ni respuestas de procesos, mas de aquello que baste para averiguacion y testimonio. Y si acaso fuere menester castigo presencial ántes lo castigue con la espada que con palabras pesadas, porque de esto se siguen muchos bienes y enmiendas, y quedan los hombres ménos agraviados. IV. Iten, todas las noches ántes que anochezca, por la tarde, ó á la mañana, quando fuere posible juntarse, arribe y venga la Almíranta á juntarse á la Capitana, y lo mesmo hará la Capitana quando conviniere para pedir el nombre del Sancto que han de tener en memoria para aquella noche para nuestro conocimiento. V. Iten, sigan siempre el farol de noche, y la bandera de la Capitana de día. Y sí acaso conviniere que la Capitana en que Yo voi, mude derrota u otro camino del que hasta allí ha llevado, terná aviso que se le harán dos faroles acía aquella parte donde se mudare el camino, meneándolos para que mejor se conozcan y sigan el dicho camino. VI. Iten, si se viere en alguna necesidad que haya menester socorro tirará una pieza, y si fuere necesidad de socorro de personas tirará dos, porque lo mesmo terná entendido que haré Yo en mi Navío para que él me socorra si lo hubiere menester. VII. Todo lo qual encargo y mando al dicho Almirante haga y cumpla conforme á la Instruccion de Su Excelencia, y como se confia de su persona, so las penas en que caen los que hacen lo contrario. Fecha en el Puerto y Calláo de la Cidad de los Reyes en once días del mes de Octubre de mil y quinientos y setenta y nueve años. =Pedro Sarmiento. =Ante mí Juan de Esquível, Escribano Real. =La Gente de la Armada. Embarcáronse en la Nao-Capitana el Capitan-Superior y General de la Armada Pedro Sarmiento, el Padre Frai Antonio Guadramiro, de la Orden del Bienaventurado San Francisco, Vicario desta Armada y Predicador, persona venerable, que también había ido en la jornada pasada a Panamá con el mesmo cargo, sirviendo á V. M.; El Alférez Juan Gutiérrez de Guevara; Anton Páblos, Piloto desta NaoCapitana; y Hernando Alonso, Piloto asimesmo de la dicha Nao; Juan de Sagasti, Tenedor de bastimentos; Juan de Esquível, Escribano Real; Pedro de Hojeda, Contramaestre. Estos se nombran por ser Oficiales, los quales con los demas Soldados y Marineros eran por todos cincuenta y quatro los de la Capitana. En la Almiranta se embarcaron el Almirante Juan de Villalobos; el Padre Frai Christoval de Mérida, de la Orden dicha; Hernando Lamero, Pilpto-Mayor y de la Almiranta; Pascual Xuarez, Sargento-Mayor; Francisco de Trexo, Escribano; Guillermo, Contramaestre: con los quales y los demas Soldados y Marineros son cicuenta y quatro, pocos mas ó ménos, y por todos son ciento y ocho los de ambas Naos, y algunos mas de servicio. Llevaba cada Navío dos piezas de artillería medianas y quarenta arcabuces entre ambos Navíos, y pólvora, plomo, mecha, picas, morriones de cuero, algodon y mantas para escaupiles que son unos petos estofados que se hacen para armaduras del cuerpo, todo esto de la Casa-de-Municion de V. M. Con este aviamiento y despacho este dicho dia 11. de Octubre de 1579. á las quatro de la tarde, en el nombre de la Santísima Trinidad Padre e Hijo y Espíritu-Sancto, Tres Personas y un solo Dios verdadero, nos hicimos á la vela y partimos del Puerto de Calláo de Lima que está en 12, grados y un quarto; y esta misma noche fuimos á surgir a la isla del Puerto questá dos leguas á Loeste del Calláo. Surgimos aquí por necesidad de acabar de poner segura y en andana la Capitana que iba zelosa porque hubo descuido en lastralla y no sustentaba velas. Esta noche no durmió la Gente porque todos anduvieron trabajando, unos trahiendo lastre de la isla, otros acabando de aparejar y enxarciar la Nao, que no se había podido acabar en el Puerto: y lúnes por la mañana 12. del mes nos levamos desta isla con un vahage de norte bonancible, con que comenzamos á navegar a vuelta del Sur, y desembocamos por entre la Isla y el Puntal del Puerto á popa, que mui pocas veces se ha visto; y empezando á salir a la mar, vino la virazon y amuramos la vuelta de tierra, y fuimos desta vuelta tras un Morro que llaman de Solar en el Valle-de-Surco, dos leguas de la Isla, y tres del Calláo. Mártes siguiente 13. de Octubre, comenzando á salir á la mar luego sentimos que iba abierta la proa de la Capitana por muchas partes, y por calafatear algunas costuras; que con la priesa que hubo en el despacho no les bastó la diligencia á los Sobre-estantes a verlo todo. Con esta falta, quando la Nao arfaba entraban mui grandes golpes de agua por la proa, que llegaba algunas veces hasta el mástel mayor el agua hasta la rodilla, de lo qual la Gente se comenzó á afligir mucho; y la Gente de mar iba fatigada en dar contino á la bomba, y en acabar las velas y otros aparejos, y zafar el Navío: y el peligro de la proa era de suerte que no se podía hacer fuerza de vela sin abrir el Navío del todo, porque los mares jugaban, y el corbatón de la gorja iba abierto y desempernado, y desclavada toda proa y espolon: y por no volver á Lima trabajaron mucho por ir al Puerto de Pisco, treinta y tantas leguas de Lima, á adobar; y así con la ayuda de Dios entramos en Pisco sábado 17. de Octubre, y luego se repartió la Gente, unos á tierra á acabar las velas, otros á la xarcia, y los Carpinteros y Calafates á reparar y fortalecer la proa, la qual del todo se fortificó bien, conforme al lugar. Tomáronse aquí quatro hombres de la mar: dióseles á tres pagas á cada uno, conforme en Lima se habia pagado á los demas; y el uno era Calafate, y se le pagó con la ventaja de soldada y media, que son 37. pesos y medio ensayados cada mes. Embióse á Parraca dos leguas de allí, por una batelada de sal: tomáronse en este Puerto algunas cosas de que veníamos faltos para los Navíos, y para mantenimientos. Muchas dellas pagó Pedro Sarmiento y otras se obligó por ellas; y á peticion de la Gente de mar y Oficiales se tomaron y compraron dos cieptas botijas de vino de la tierra, que costaron á quatro pesos y medio, que montaron novecientos pesos corrientes. Estas se repartieron por mitad, las ciento á la Capitana y las ciento á la Almiranta, y en cada Nao se repartieron por cabezas, partes iguales: y todos juntos y cada uno por su parte se obligaron de lo pagar, y dieron libranzas á los dueños para que en Lima lo cobrasen de sus salarios: y habiéndonos aparejado y reparado, con nueva alegría nos hicimos a la vela miércoles 21. de octubre á la una despues de mediodía; y todo este dia anduvimos barloventeando por esta Ensenada, que es grande, sin tener viento para poder salir. El juéves todo el dia tuvimos calma, y anochecimos sobre la Isla de Sangallan cerca de ella, que esta en catorce grados al Sur, y dende á dos horas despues de anochecido comenzó el viento Susueste y fuímos la vuelta de la mar al Sudueste toda la noche, y hasta el viérnes á mediodía que anduvimos 12. leguas por el arbitrio. Desde el viérnes á mediodía 23. de Octubre el Oessudueste hasta la noche, seis leguas. Este dia se repartieron las armas de munición, y toda la noche siguiente navegamos al Sudueste, guiñando sobre la quarta del Sur, ocho leguas por fantasía. El sábado, al Sudueste quarta al Oeste, 4. leguas, y al Sudueste ó leguas por arbitrio hasta la noche. Este dia mandó Pedro Sarmiento al Almirante Juan de Vilialobos que no pasase delante de la Capitana, sinó que siguiese el farol de noche y la bandera de dia, so ciertas penas, porque así convino al servicio de Su Magestad, porque claro comenzaba ya á mostrarse quererse apartar de la conserva de la Capitana contra las Instrucciones del Virréi y del Capitán-Mayor. La noche siguiente hasta domingo de mañana con viento fresco al Sudueste quarta al Sur y al Susudueste, diez leguas por arbitrio. El domingo á mediodía á 25 de Octubre tomé el altura en diez y seis grados y cincuenta y cinco minutos al Sur, 60 leguas de Pisco Lesteoste: con Ocoña 70. leguas. Desde el domingo á mediodía hasta prima noche, al Sudueste ó leguas, y hasta las ocho de la mañana del lúnes 26 del mes, al Susudueste diez leguas. A esta hora escaseó el viento, y fuimos con Susueste la vuelta del Sudueste, y luego á la quarta del Oeste, y luego á largo, y fuimos al Sudueste franco. Este Iúnes á mediodía, tomé el altura en diez y siete grados y cincuenta y cinco minutos, ochenta y siete leguas de Pisco Lesteoeste: con Tambo 107 leguas á Loeste. Este dia abrió claro, porque dende la conjuncion había hecho tiempo rnui obscuro y cerrado. Hace por aquí en este tiempo mui templado con mas parte de calor que de frío. Desde este parage comienzan los vientos suestes una quarta mas larga y mas escasa con mar bonanza y cielo claro. Desde lúnes hasta mártes á mediodía 27. de Octubre con Sueste y Susueste bonancible, entrando y saliendo la vuelta del Sudueste y del Susudueste. Echéle el camino del Sudueste, porque este dia arribamos sobre la Almiranta. Anduvimos 15. leguas. Este dia á las ocho de la mañana nos dio el primer aguacerito del Susueste, que nos dexó viento fresco en la vela y con él fuimos al Sudueste; y pasado el agucerillo volvió el viento al Sueste bonancible que nos dexaba ir al Susudueste. Los aguacerillos no llueven mas que un rucío poco y mui menudo, y trahen viento fresco. Hace por este clima mas calor que frio; mas mui buen temple; cielo, mar y viento apacible. Tomóse este dia el altura: Pedro Sarmiento en 19 grados 22 minutos, y Anton Páblos en 19 grados y 50 minutos; Hernando Alonso en 19 grados y 5 minutos, de manera que por el Sudueste quarta al Sur anduvimos desde el lúnes hasta mártes á mediodía 28 leguas. iban las aguas al viento en nuestro favor al Sur: halléme este dia Lesteoeste con el Rio de Juan-Diaz ciento y quarenta leguas. Abre por esta Region el cielo de las diez del dia adelante. Por este mar vimos poco pescado, y vimos algunos paxarajos bobos blancos. Este dia pedí el punto al Piloto de la Almiranta, y dixo que no había tomado el Sol, habiendo hecho tiempo para ello: reprehendiole Pedro Sarmiento su descuido, y mandóle que no dexase de tomar el Sol todos los dias que hiciese claros para ello. Desde mártes hasta miércoles á mediodía 28 de Octubre, al Sudueste quarta al Sur 30 leguas. Tomamos este dia el altura en 21 grados largos: reconocímos por el camino ir los aguages al Sudueste en nuestro favor. Este dia hicimos particularmente gracias a Nuestro Señor Dios por el buen tiempo que nos daba, y hicimos cierta limosna para la Casa de Nuestra Señora de la Rabida de España. Todos los dias de fiestas el Padre Vicario hacía sermon que nos consolaba mucho con su buena doctrina. Hallámonos este dia Lesteosste con el Rio de Pisagua 160 leguas: de Pisco 154; de Lima 168. Nordeste Sudueste: Toma de la quarta de Norte-Sur. Desde miércoles hasta juéves 29 de Octubre con Susueste y Sueste quarta al Sur fresco fuimos al Sudueste, y al Sudueste quarta al Sur, y al Susudueste largo y escaso: que cotejado lo uno con lo otro sale el camino al Sudueste quarta al Sur 30 leguas por fantasía. Desde juéves á mediodía hasta la noche, seis horas al Sudueste quarta al Sur: la resta de la noche cargó mucho el viento, que nos hizo tomar las velas de gabias y con las maestras á medio árbol al mesmo rumbo y al Sur quarta al Sudueste y al Susudueste, doce leguas: y por la mañana viérnes cargó el viento mas y nos hizo sacar la boneta del trinquete, y fuimos al Sudueste hasta el viérnes á mediodía 30. del mes diez leguas por arbitrio. Desde viérnes hasta sábado á mediodía 31 de Octubre, al Sudueste, quarta al Sur y al Susuueste 20 leguas. Desde el sábado hasta el Domingo á mediodía primero de Noviembre, la mitad al Sudueste quarta al Sur, y la otra mitad al Susudueste 30 leguas. Este dia tomé el altura en 26 grados y un tercio largo, y sumando lo que anduvimos dende 28 de Octubre, estando en 21 grados, hasta este punto, son ciento y catorce leguas y dos tercios de legua. Va de diferencia deste camino, que es el vero al del arbitrio, cinco leguas y un tercio que había hurtado la fantasía á la altura. Hallámonos este dia Lesteoeste con Copayapo ciento y ochenta leguas; y halléme apartado del meridiano de Lima al Oeste ciento y cincuenta leguas, estando con Lima docientas y ochenta y cinco leguas Nordeste-sudueste quarta de Norte-Sur. Pasamos por el Oeste 18. leguas de las Islas Desventuradas, que están en 25. grados y un tercio, las quales año de 1574, Juan Fernandez, Piloto, yendo á Chile acaso las descubrió segunda vez, que desde que Magallánes las descubrió año de 1530 no se habían visto mas; y se llaman agora San-Felix y San-Ambon. Son pequeñas, tres cuerpos de tierra, despobladas, sin agua. Tienen mucha paxarería y lobos-marinos, y mucha pesquería. No se fien los navegantes en este parage de los reloxes hechos en España y Francia y Flandes y partes de mas altura para fixar el Sol con el Astrolabio ordinario; ni tampoco por el Aguja-de -Marear, porque cuando lo marcares al Norte pensarás que es Mediodía y habrá ya pasado mas de una quarta. Por tanto, téngase aviso que quando se tomare el Sol se espere con el Astrolabio en mano hasta que le vean subir por la pínula baxa, que es baxar por la parte de arriba: y este es el mas perfecto y preciso relox para todas partes para el Meridiano del altura. La causa es, que las Agujas-de-marear tienen trocados los azeros quasi una quarta del punto de la flor-de-lis, teniendo respecto los que las hacen al nordestear y noroestear, y quieren que una regla valga para todo el Mundo, como ya que fuese así cierto, como algunos lo enseñan, es mas y ménos; y en el Meridiano del Cuervo dicen que no nordestéa, ni noroestéa; pero la verdad es ser tal regla falsa por la experiencia: que Yo he hecho en muchas, varias y muy diferentes partes del Mundo, orientales, occidentales, septentrionales y meridionales, en mas de ciento ochenta grados de longitud, y mas de ciento cincuenta de latitud, habiendo pasado por diferentes partes la Equinocial muchas veces: y los reloxes que no son hechos generales, solo son precisos para aquella altura para donde se hacen, ó para poca mas ó ménos, aunque algunos piensan que al Mediodía todos los reloxes sirven bien: lo uno y lo otro es error notabilisimo y dañoso, que conviniera haber advertido y emendado; pero si las Agujas agora se enmendasen, sería nuevo yerro mayor que el primero, porque ya las tierras están arrumbadas por estas Agujas de azeros cambiados: y así para ir en busca de las Costas hase de usar destas Agujas necesariamente, so pena que si se van á buscar con Agujas buenas y precisas, no las hallarán, ó se ha de volver á arrumbar la tierra toda de nuevo, por lo qual se sufre y va con este yerro de indescripcion por evitar otro mayor hasta que haya quien lo mande hacer de intento. Del domingo al lúnes á mediodía dos de Noviembre, al Susudueste quarenta y dos leguas, Tomamos este dia el Sol Yo y Anton Páblos y Hernando Alonso en 28. grados y 37. minutos Lesteoeste: con el Guasco 178. leguas, y de Lima 325 leguas Nordeste-sudueste quarta del Norte-Sur, algo sobre la media partida. Desde el lúnes al mártes á mediodía 3 de Noviembre, al Sudueste 26 leguas. Tomé el Sol en 29 grados y dos tercios largos Lesteoeste: con el Rio de Coquimbo 190 leguas, y de Lima 355 Norte-sur quarta de Nordeste-sudueste, tomando de la media partida. Desde mártes á miércoles á mediodía 4 de Noviembre, al Sudueste y al Susudueste por mitad, 24 leguas. Este mártes fue la Capitana arribando, escotas largas, sobre la Almiranta, y lo mesmo hizo el miércoles, Porque la Almiranta iba delante y mui descayendo á sotavento, sin querer aguardar poco ni mucho como le estaba mandado. En fin la alcanzamos, y sospechose que se iba huyendo y apartándose; pero entónces no convenía rigor: y en alcanzándola Pedro Sarmiento pidió el punto al Piloto Mayor, y respondió que el dia ántes, que fue mártes, había tomado en 29. grados y quarta. Este dia comenzó á ventar Nordeste, y fuimos bolinas largas al Susueste. Este dia platicó el Capitan-Mayor con los Pilotos sobre la derrota que tomarían, pues ya ventaban vientos largos. Lamero, de la Almiranta, dixo que al Sur, porque se multiplicaba mas brevemente altura, no mirando que por allí no se tomara tierra en setenta grados. Pedro Sarmiento, Anton Páblos y Hernando Alonso se concordaron en que se fuese por el Susueste, porque aun por aquí con clificultad se reconocería tierra de 45 á 50 grados, á buen decir la navegación: y yendo por el Sur era perder el verano y las vidas, y no hacer aquello á que éramos embiados; y así esa noche siguiente se caminó por el Sur quarta al Sueste hasta juéves á mediodía: y por haber ido el mediodía de ántes al Susudueste, le eché el camino del Sur. Tomé este dia altura en 33 grados y once minutos, que desde mártes a mediodía hasta este punto son sesenta y dos leguas largas, 410 leguas de Lima Nornordeste Susudueste entre la quarta de Norte-sur. Este dia hizo bonanza, y con poco viento y dia claro fuimos al Sur quarta al Sudueste. Tomamos este dia el altura en treinta y tres grados y un tercio. Del juéves al viérnes al Sur, guiñando sobre la quarta del Sueste. Tomamos este dia el altura en 33 grados 42 minutos. Este dia anduvimos poco, porque hubo calmas. Anton Páblos tomó en 33. y 54; Hernando Alonso en 33. y 40 leguas diez Leste oeste: con el Rio de Mayapo 170 leguas, y de Lima 418 leguas, y del Meridiano de Lima 140 El dia de ántes y éste hizo calor mas que la ordinaria, y calmas: y por esto caminamos poco. Del viérnes al sábado 7 de Noviembre, al Sur, catorce leguas. Tomé este dia el altura en 34 grados y medio largo Lesteoste: con Cobas 150 leguas, y de Lima 440 leguas por el rumbo dicho (digo por donde navegamos); pero tomado por el Nordeste Sudueste, como á este punto nos demoraba la isla de Lima, estábamos della 420 leguas. Estos dias hixo calmerías y gran calor hasta mediodía: y el sábado algo ántes de mediodía comenzó á ventar nordeste, é íbamos navegando á popa. Desde el sábado a domingo S. de Noviembre á mediodía, las diez y ocho horas, al Sur quarta al Sueste 25. leguas, y las 6 horas, al Susueste 6 leguas por arbitrio. Este dia no se tomó el Sol. Este dia á las siete de la mañana calmó el Nordeste, y del Sudueste vinieron aguaceros, que duraron mas de dos horas, y traxeron viento que nos hizo ir al Susueste y al Susueste y al Lesueste; y escaseó hasta el Leste hasta mediodía, largando y escaseando; y de mediodía arriba calmó este viento, y ventó Leste y Lesueste. Amuramos de la finiestra, y caminamos al Sur quarta al Sueste: y dende á una hora ventó Nordeste, y carhinamos a popa al Sur quarta al Sueste. Este dia hubimos habla con la Almitanta: y el Piloto Mayor Hernando Lamero dixo que gobernásemos al Sur; y Pedro Sarmiento le respondió, que pues no querian emendar su determinacion, que era ir á tierra de demasiada altura para lo que veníamos á hacer, que la Capitana haría lo que fuese servicio de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad, y que Él con la Almiranta no pasase delante, sinó que siguiese la bandera de la Capitana de dia y el farol de noche: y volviendo á replicar Lamero, dixo que fuésemos á tierra no descubierta; y Pedro Sarmiento le dixo que Él no venía sinó á hacer lo que el Virréi en nombre de S. M. le mandaba, que era descubrir el Estrecho de Magallánes y á aprovechar el tiempo todo lo que fuese posible por no perder el tiempo del verano; y que si pasaban á mas altura que la Boca del Estrecho está, habíamos de tener nortes que no nos dexarían baxar al Estrecho hasta que ventasen los sures, que es por fin de Abril, y entánces ya sería imbierno cerrado, y era perdido este año, quando por buena ventura escapásemos, demas de ser andar el camino dos veces, y ponernos á peligro de que entretanto viniesen mas Cosarios y poblasen el Estrecho, y nosotros no pudiésemos pasar por él á dar aviso á Su Magestad á España, ni volver al Pirú á darle al Virréi; que eran muchos daños e inconvenientes dañosisimos y rnui perniciosos, y que pues esto era tan evidente que por el Sueste ó Susueste quería descubrir tierra de la banda del Norte del Estrecho en parage conviniente donde nos aprovechásemos de los nortes quando otros vientos no hubiese, y que esta era mi determinación y parecer y de los demas Pilotos de la Capitana, Hernando Alonso y Anton Páblos, Piloto experto y de mucho crédito en estas navegaciones de mucha altura, especial en la de Chile. Y perseverando Hernando Lamero en su despropósito, el Capitan le mandó que siguiese la Capitana de dia y de noche, so pena de privación de oficio, y que embiaría á la Almiranta quien la marease, y al Almirante le mandó, que so pena de la vida no se apartase de la Capitana de dia ni de noche: lo cual fue causa para que por entónces no se apartase, aunque lo llevaba determinado de hacerlo aquella noche, segun me dixo el Padre Vicario Frai Antonio Guadramiro que le había dicho Frai Christoval de Mérida, su compañero y súbdito, que iba en la Almiranta, que aquella noche siguiente se apartaría la Almiranta, sinó les pusiera la pena que les puso Pedro Sarmiento, que así lo habían platicado el Almirante, Piloto y otros de aquel Navío-Almiranta. Desde el domingo hasta el lúnes á mediodía 9 de Noviembre con viento norte, nordeste y nornordeste navegamos la vuelta del Sur quarta al Sueste. Tomé el altura en 37 grados, 56 minutos, que suman leguas, desde el sábado que se tomó el altura, 58 leguas Lesteoeste: con el Puerto del Carnero 100 leguas, y de Lima 500 leguas Nordeste Susudueste. Hernando Alonso tomo en 38 ménos un quarto. Desde el lúnes al mártes á mediodía 10. del mes, al Sur quarta al Sueste; y el mártes al amanecer cargó tanto norte, que nos hizo tomar la mesana y velas de gabia; y sacar las bonetas, e íbamos con los papahigos baxos á medios árboles; y con ir á popa entraban muchos y grandes golpes de agua en la Capitana, que sinó fuera por la puente corríamos gran riesgo de anegarnos, porque demas de la mucha mar, penejaba tanto que cada vez bebía agua por los bordos por ser de muchos delgados. Anduvimos 30. leguas por fantasía: llovío tanto, que los Marineros se mudaron dos ó tres veces la ropa. Todo este dia y la noche ántes toda, la Almiranta fue delante sin hacer lo que le era mandado, ni hacer lo que el Virréi le mandaba, aunque se le hizo farol y otras señas de noche y de dia; pero en alcanzándole, disimulóse con Él, porque convenía al servicio de Su Magestad que se hiciese su hacienda, y no la particular presuncion. Del mártes al miércoles á mediodía 11 de Noviembre, al Sur quarta al Sueste, corrimos tormenta de Norte, que nos hizo ir sin velas de gabias y sin bonetas, y los papahigos amainados de medio árbol abaxo; y porque la Nao daba tan grandes balances que se anegaba por la proa y por los lados, se quitaron los mastaléos de gabia; y al sacar se nos quebró el de la Capitana, el de proa. Anduvimos desde el lúnes á mediodía hasta miércoles á mediodía 82 leguas. Tomé el altura por tres Astrolabios con 42 grados largos y medio; Anton Páblos lo mesmo, y Hernando Alonso 43. escasos. Hallámonos este dia 573 leguas de Lima Lesteoeste: con la tierra que está entre Osorno y Chiloé 70 leguas. Desde miércoles á mediodía hasta la noche cargó mucho el Norte, saltando al Noroeste y Oesnoroeste; y fue tanta la furia, que nos hizo tomar de todo el papahigo mayor, y hacer cinturas á los másteles, y xaretas falsas á la xarcia. Ibamos corriendo á popa con los papahigos de trinquete baxo sobre cubierta quanto gobernasen los Navíos para huir de la tormenta de mar y viento. Estas seis horas hasta la noche fuimos al Sueste 8 leguas; y toda esa noche al Sueste quarta al Sur 12 leguas: y desde juéves por la mañana saltó el viento al Sudueste, y fuimos al Sueste ocho leguas. Este dia por la mañana metimos el masteléo mayor, y dimos el papahigo mayor y mesana, la qual sacamos á las dos del dia, porque el Navío trasorceaba; de manera que desde miércoles hasta juéves á mediodía por los rumbos dichos anduvimos por fantasía 30 leguas. Desde juéves a mediodía con sudueste y susudueste fuimos al Sueste y Susueste seis horas seis leguas; y toda la noche al Sur quarta al Sueste 14 leguas, y hasta viérnes á mediodía 13 de este mes al Sur quarta al Susueste, ocho leguas. Este dia nos dió otra tormenta grande de mucho mar y viento oeste y ossedueste con mucho frio: corrimos al Sur quarta al Sueste con los papahigos amainados sobre la cubierta con medias tiestas, haciendo fuerza de velas bolinas haladas, porque nos hallábamos cerca de tierra; y dábamosle resguardo. Desde viérnes al Sábado 14. de Noviembre, 25 leguas; las seis al Sueste, y las doce al Susueste y al Sur quarta al Sueste por fantasía. En este parage hizo mucho frio, y las gotas de agua que caen vienen redondas y corpulentas como granizo frigidísimo. Esta noche abonanzó algo el viento. Sea aviso que por aquí, en dexando el norte, acude luego á la travesía, que es el oeste, con mucha furia, y mete mucha mar; y de allí salta al sudueste con muchos aguaceros menudos, y de noche abonanza, y de dia venta con mucho rigor y frio. Estos tres dias no vimos el Sol á tiempo que se pudiese tomar. Por la fantasía debímos estar hoi en 46 grados largos. Desde sábado al domingo 15 deste mes al Sueste, seis leguas; y toda la noche al Sur, 15 leguas; y hasta mediodía al Sur, ocho leguas por fantasía. Mas porque tomé á mediodía el Sol en 48 grados largos, digo que desde miércoles once deste mes hasta hoi anduvimos por altura ciento y quince leguas Lesteoeste: con el Puerto de Nuestra-Señora-del-Valle leguas y de Lima 690 leguas. Del domingo al lúnes 16 de Noviembre tuvimos tanto tiempo del Sudueste y Oessudueste, que nos hizo ir quasi sin velas; y de noche, porque nos hacíamos con tierra, no llevábamos mas de dos brazas izadas de los papahigos. Fuimos al Sueste y al Sur 15 leguas. Del lúnes al mártes 17 de Noviembre cargó el Oeste y Sudueste, que nos hizo ir con pocas velas; y á la noche, porque el General se hacía ya con tierra con parecer de los Pilotos de la Capitana, advirtió al Piloto de la Almiranta, que fuese al Susueste con solos los papahigos de los trinquetes, y de media noche abaxo fuésemos al Sueste, y así se hizo. Y en amaneciendo el mártes 17 del dicho mes del año de 1579 en el Nombre de la Sanctisima Trenidad vimos tierra alta que nos demoraba el Lesueste como diez leguas, y fuimos derechos á ella para reconocella y marcalla; y á mediodía cerca de tierra tomamos la altura en quarenta y nueve grados y medio, y Hernando Alonso en 49, 9 minutos: y acercándonos á tierra, descubrimos una grande Bahía y Ensenada que entraba mucho la tierra adentro hasta unas Cordilleras nevadas; y á la banda del Sur tenía una tierra alta amogotada con un monte de tres puntas, por lo cual Pedro Sarmiento nombró á esta Bahía Golfo de la Sanctísima Trenidad. La tierra alta del monte de tres puntas, que por eso fué nombrado Cabo de Tres-Puntas, ó montes. Esta tierra es pelada, y á la mar tierra baxa y de mucha reventazon y baxos sobre agua; y en lo alto tiene muchas manchas blancas, pardas y negras. Al Norte deste Cabo de Tres-Puntas, seis leguas, está la tierra de la otra banda de la boca deste Golfo, que es un morro alto gordo, y cae luego á lo llano la tierra adentro al Norte con muchos Isléos a la mar. Esta tierra gorda parece Isla de mar en fuera: Llamóse CaboPrimero. Hace esta seña quando demora al Nordeste. La tierra del Sur, que es el Cabo de Tres-Puntas, sobre la mar hace un pico como Vernal, desta manera. arriba, derecha La Boca y Entrada de esta Bahía y Golfo de la Sanctisima Trenidad tiene seis leguas desde el Cabo-Primero al Cabo de Tres-Puntas; y corre la Costa de la mar brava Norte-sur quarta de Nordeste-sudueste lo que pudimos determinar con la vista: y la Canal deste Golfo de la Santisima Trinidad corre Noroeste -sueste, lo que áprima faz alcanzamos á determinar. Cabo-Primero con Cabo de Tres-Puntas demoran el uno por el otro Norte-sur, y toma algo de la quarta de Nordeste-sudueste . Estando ya cerca de tierra, juntámonos la Capitana y Almiranta, y platicaron sobre lo que se debía hacer; y resolviéronse todos que entrásemos en esta Bahía á tentar la tierra: y el General viendo que estaban en buen parage para descubrir el Estrecho, y que aquella Bahía, conforme á su traza, quel General tenía descrita, había de responder á la Mar por otra Boca cerca del Estrecho, mandó gobernar allá; y así entramos dentro como á las dos del dia de la tarde con la sonda en la mano. Y aunqué entramos tres y quatro leguas la Canal adentro no se halló fondo con muchas brazas hasta que nos arrimarnos á la tierra, y sondamos en treinta brazas; y allí surgimos la primera vez, cinco leguas la Bahía á dentro: y por presto que lanzamos el ancla tomó fondo en muchas mas brazas de las que se habían sondado, y el fondo es sucio. La Almiranta surgió mas en tierra, y garro y luego dió en mar sin fondo porque es allí acantilado, y por esto se hizo á la vela, y lo mesmo hizo la Capitana por la mesma causa. Y por ser noche y no saber la tierra y ser tormentosa, que no hai hora segura, viramos luego la vuelta de tierra donde habíamos surgido la primera vez: y sondando algo mas en tierra que ántes, surgimos en veinte brazas. Todo el fondo deste surgidero es peñascoso y Costa brava, acantilado; y luego surgió la Almiranta mas cerca de tierra. Otro dia miércoles 18 de Noviembre Pedro Sarmiento, no teniendo por bueno ni seguro Puerto éste por estar desabrigado del norte y noroeste, que son los dañosos aquí, entró en un batel y con Él Anton Páblos, y fué á buscar Puerto la vuelta del Sueste; y anduvieron todo el dia sondando ancones y caletas, y hallaron un Puerto razonable. Y porque quando volvió á los Navíos para llevallos allá no halló al Piloto-Mayor en ellos, que era ido también á buscar Puerto sin avisar adonde iba, no los llevó luego ese mesmo día. Otro dia juéves amaneció el tiempo mui turbado, y con tanta tormenta de norte, que no fué posible poder, ni osar desamarrarnos, porque era cierto hacernos pedazos en la Costa ántes de dar la vela; ni pudiéramos salir aunque no hubiera este inconveniente. Tanta era la mar y viento que nos comía y deshacía sobre las amarras: y cargó tanto, que la tirana (sic) y golpes de mar quebró una ancla por el hasta, de ludir en los peñascos del fondo, y rebentó el cable grueso de la otra ánfora; y así quedamos todo desarmados, y la Nao Capitana comenzó á ir atravesada á dar al traves en los arrecifes de la Costa questaba poco mas de un ayuste de distancia. Lo que aquí se debió sentir júzguelo quien en otras semejantes se ha visto; pero no por esto los Pilotos y Gente de mar y tierra desanimaron, ántes con gran ánimo y llamando á Dios y á su benditísima Madre dieron con grandisima diligencia fondo á otra ancla que iba entalingada; y quiso Dios que tomó fondo y aferró, y con mucha presteza se abitó, y la Nao hizo cabeza; y así se salvó la Nao, que sin falta la libró la sacratísima Madre de Dios milagrosamente, y con este reparo nos sustentamos este dia y viérnes siguiente. La mar y viento no abonanzaba; y estar aquí era estar arriscados á la perdicion cierta; y salir á fuera no podíamos; y pararnos y desamarrarnos no nos convenía, so pena que haciendo qualquiera destas tres cosas éramos perdidos, y conveníanos irnos de allí al Puerto sondando que dixe arriba. Y para ménos daño y peligro embió Pedro Sarmiento al Piloto Hernando Alonso en el batel á que sondase un boqueron que se hacía entre una Isleta y la aventurar á Tierra grande para si por allí hubiese fondo, pasar las Naos al Puerto dicho. Fué y halló cinco brazas, y desde allí hizo cinco veces seña con una bandera blanca que llevó para ello, y quedóse allá con el batel que no pudo volver. Sabido aquel pasage determinámonos de ir y pasar por allí; y así en el nombre de la sacratísima Reina de los Angeles largamos las amarras por mano, teniendo primero el trinquete arriba; y en un instante nos llevó la Madre de Dios y nos metió por el boqueron que iba tocando con los penoles quasi en las tierras de ambas partes; y llegamos al otro Puerto sondado, donde surgimos, y quedamos en una bonanza y tranquilidad maravillosa; á lo ménos que lo pareció entónces. Fue cosa de admiracion ver las vueltas que la Nao iba dando por entre los arrecifes y vueltas de la Canal del boqueron, que un caballo inui arrendado no las diera tales; y en todas iba como un rayo, que si discrepara qualquiera cosa, se hacía pedazos. Tuvimos por mejor acometer esta temeridad donde había alguna esperanza de salvación, que no estarnos obstinados y con pereza en aquel Puerto, donde cierto, si esto no hiciéramos, esa mesma tarde pereciéramos todos sin escapar hombre. Ancorada la Capitana, volvió el batel de la Capitana por la Almiranta, y por la mesma órden y pasos la traxeron á este mesmo Puerto, aunque surgió mas en tierra por la señalada merced que Dios nos hizo de darnos en este Puerto, donde nos reparamos por intercesión de su gloriosísima Madre. Llamamos á este Puerto de Nuestra-Señora-del-Rosario; y al otro, Peligroso; aunque los Marineros le llamaron Cache-diablo. El domingo siguiente 22 de Noviembre el General Pedro Sarmiento, con la mayor parte de la gente, saltó en tierra; y arbolando Pedro Sarmiento una cruz alta, todos con mucha devoción la adoraron, y cantáse en alta voz el Te Deum Laudamus de rodillas, y con gran regocijo dieron todos gracia á Dios conociendo las mercedes que de su Divina mano habiamos todos recibido. Esto hecho, el Capitan-Superior Pedro Sarmiento se levantó en pie, y echando mano á una espada que tenía en la cinta dixo en alta voz en presencia de todos: "Que le fuesen todos testigos como el, en Nombre de la Sacra, Católica, Real Magestad del Rey Don Phelipe Nuestro Señor, Rei de Castilla y sus Anexos, y en Nombre de sus Herederos y Subcesores, tomaba Posesión de aquella Tierra para siempre jamas." Y en testimonio deilo, para que los presentes tuviesen memoria con la espada que tenía en la mano, cortó árboles, ramas y hierbas, y mudó piedras, y dellas hizo un Mojon en señal de Posesion. Y porque las Posesiones semejantes conviene que consten ampliamente, y el Virréi manda particularmente que se tome Posesion en las partes donde saltáremos en tierra, hizo Pedro Sarmiento el Testimonio siguiente por ante Escribano.
Personaje
Literato
Natural de Saint Gall, Notker Balbulus es uno de los poetas litúrgicos más importantes del Medievo. Monje benedictino, es el autor de la "Gesta Caroli Magni", narración histórica de gran importancia.