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museo
El Nottingham Castle Museum and Art Gallery se aloja en una mansión de los duques de Nottingham construida en el siglo XVIII. El museo dispone de una amplia colección de pinturas, esculturas y artes decorativas, así como objetos militares y piezas relacionadas con la historia de la ciudad. Rodeado de unos amplios jardines, realiza exposiciones temporales y dispone de un atractivo café y de una tienda especializada. Desde los jardines se pueden contemplar espléndidas vistas de la ciudad.
estilo
El Noucentisme es uno de los movimientos más interesantes en el arte español del siglo XX. Su aparición se produce en un lugar y en una coyuntura muy concretas. Cataluña había ido asimilando las novedades artísticas europeas a un ritmo más que aceptable. La última de esas influencias se llamaba Art Nouveau, aunque en Cataluña se tradujo el término Modernismo y se convirtió en el motor impulsor de una nueva imagen de hombre, sociedad y ciudad. Pero a fines del siglo XIX el Modernismo estaba condenado a morir. Una burguesía pujante lo veía como algo caduco, decadente y demasiado cercano al Simbolismo. Hacía falta una alternativa y para eso fue inventado el Noucentisme. El término alude en catalán tanto a lo nuevo como al Novecientos, esto es, al siglo XX. El promotor intelectual, teórico, del movimiento es Eugenio D'Ors, quien desde 1906 estaba publicando una serie de artículos donde se insinuaban las bases de un nuevo arte social, cívico, que representara a toda la sociedad catalana. Otra fecha destacada en la evolución del Noucentisme es el año 1911. Ese año Eugenio D'Ors coordina al "Almanach dels Noucentistes", donde ya aparecen algunos de los artistas asimilados al nuevo arte. También en 1911 un prometedor pintor catalán, Joaquim Sunyer, expone de forma individual en la galería Faianç Català. Desde ese momento Sunyer será encumbrado como el mejor representante del Noucentisme. La imagen de este arte es similar en todos sus cuadros. Refleja la aspiración de la burguesía catalana a un mundo eterno y mediterraneísta. En ese universo la figura de la mujer recibe la mayor atención, junto al paisaje, que es descrito con criterios idealizados. En diversos periodos, el Noucentisme contribuye, en los años 10 y 20, a modernizar el arte figurativo español.
Personaje
Arquitecto
Nouvel obtuvo el título en la Escuela de Arquitectura y Diseño de París en 1972. Poco después creó su taller de arquitectura junto a dos socios, participando en numerosos concursos. En dos ocasiones más se asoció para crear un taller, estableciéndose independientemente en 1994. Desde sus orígenes, Nouvel ha creado su propio lenguaje, alejándose tanto del modernismo como del post-modernismo. Rechazando las ideas de Le Corbousier, Nouvel se plantea cada proyecto de manera independiente y sin ninguna premisa previa, lo que hace que cada uno de sus edificios sea original, si bien existen elementos comunes como la transparencia y su admiración por los juegos de luces y sombras, al tiempo que los edificios se integran de manera acertada con su entorno. Inconformista y contestatario, Nouvel participó activamente en las revueltas de mayo de 1968 y fundó el Sindicato de Arquitectura. La nómina de premios que ostenta es muy amplia, destacando el Gran Premio Nacional de Arquitectura de Francia (1987), el Premio Aga Khan (por la obra del Instituto del Mundo Árabe de Paris) y la Medalla de Oro de la Academia de Arquitectura. Es doctor honoris causa por la Universidad de Buenos Aires y miembro honorario del American Institute of Architects y del Royal Institute of Brithish Architects , así como Commandeur dans l'Ordre des Arts et des Lettres. Entre sus numerosas obras destacan el edificio Mediapark en Colonia, el Centro de Cultura y Congresos en Lucerna, la Fundación Cognacq-Jay en Rueil-Malmaison, el Palacio de Justicia en Nantes, la Fundación Cartier en Paris, el Centro Comercial en Lille, las viviendas sociales H.L.M. en Bezons, las viviendas Nemausus en Nimes, el Instituto del Mundo Árabe en Paris, las Galeries Lafayette en Berlín, la Fundación Cartier de Arte Contemporáneo en París, el Shiodome Project en Tokio, la Torre AGBAR en Barcelona o la ampliación del Museo Reina Sofía en Madrid.
obra
Es una obra de difícil interpretación, dado lo indefinido de los caracteres, las figuras y la escena en general. A pesar de ello, ha sido tradicionalmente relacionado con una escena nupcial. De ahí el título otorgado de modo hipotético, "Nova Nupta", esto es, "nueva esposa", representada en el centro de la escena. Esta interpretación proviene de la relación de este dibujo con otras obras clásicas, esencialmente en lo que se refiere al tratamiento de las telas, las actitudes y la disposición de las figuras. Éstas resultan, como es frecuente en los dibujos de Poussin, bastante inciertas, dado que, de nuevo, el pintor barroco francés recurre a las "máscaras", los rostros representados como óvalos carentes de rasgos concretos. Se ha aludido a la similitud de este boceto con pinturas clásicas, como las "Bodas Aldobrandinas", y no es extraño dado el profundo conocimiento que Poussin había adquirido del arte clásico. El trazo es aún firme, liso, no ondulado, lo que nos sitúa en un periodo temprano dentro de la obra del pintor normando.
contexto
Aunque definimos como góticas desde las edificaciones civiles a las religiosas, y dentro de estas últimas tanto las catedrales como las iglesias menos monumentales, lo cierto es que las grandes novedades que aporta el nuevo estilo, se manifiestan principalmente en las sedes catedralicias que se erigen o se reconstruyen desde mediados del siglo XII en Francia. Por lo tanto, hay que advertir que es en estos edificios, donde nos detendremos principalmente.El desarrollo de la cabecera de Saint-Denis con sus capillas ordenadas en torno al deambulatorio y en contacto unas con otras, anuncia lo que va a ser una de las grandes novedades del gótico: la hipertrofia de esta zona hasta el transepto. El aumento del número de canónigos en la iglesia catedral, obligó a una adecuación de la zona del coro y de este hecho se resintió inmediatamente la planta. En Reims es donde esta particularidad se hace más patente. Por otro lado, en los edificios de cinco naves, aquellos que responden al modelo más monumental (Chartres, Bourges, por ejemplo), existe doble deambulatorio, con lo cual el crecimiento de la cabecera es aún mayor.En lo concerniente a las naves, estas iglesias del norte siguen indistintamente el modelo más simple (tres naves), o el más complejo (cinco), sin que ello determine la existencia o no de transepto. Se marca este último, por ejemplo, en Sens, Laon, Chartres, Reims, Amiens. En algún caso de iglesia de cinco naves, puede no detectarse en planta aunque sí espacialmente, solución que puede considerarse el paso previo a su desaparición, lo cual se materializa en Bourges.La organización del muro recibe un tratamiento durante el gótico, que contrasta con el del período precedente. En realidad, se trata de un camino hacia la estructura diáfana, pero su consecución final es resultado de numerosos ensayos previos. En Noyon, en Soissons o en Laon, hallamos la distribución del muro que sigue: en primer lugar el arco que separa la nave central de la lateral, sobre él el triforio, con una tribuna que en algunos edificios llega a ser enorme (Notre-Dame de París) en consonancia con la tradición románica, e inmediatamente el nivel del ándito y por encima de éste el de las ventanas. Este sistema de cuatro pisos va a quedar reducido, finalmente, en los edificios ya clásicos, a tres: arco, triforio y ventana, pero es destacable el caso de la catedral de Bourges que, aun respondiendo a este último, por la particular elevación de su nave central con respecto a las laterales, funciona ópticamente como si se sucedieran en ella no ya cuatro sino cinco niveles.En lo relativo a los muros extremos del transepto, o al de los pies, el camino hacia su total configuración como elementos transparentes, está marcado cuando pierden su función tectónica. Se convierten en simples muros de cierre y es posible, en consecuencia, utilizarlos como elemento plástico. Se horadan y el óculo románico, transformado ya en rosetón, adquiere proporciones monumentales.El sistema de soportes también sufre modificaciones en el período gótico, obligadas principalmente por la organización de las cubiertas. Aparecen los soportes cilíndricos, sobre cuyos capiteles apean los nervios de las bóvedas sin llegar hasta el suelo, y también pilares redondeados que, por el contrario, acogen haces de columnillas que apean en la base. Estas dos fórmulas funcionan indistintamente, aunque acaba imponiéndose la segunda. En el caso de la bóveda sexpartita, su configuración obliga a recurrir a la alternancia de soportes, pues los nervios diagonales requieren un apoyo mayor que los transversales.El sistema de cubrición genuinamente gótico es la bóveda de crucería que va a irse complicando con el tiempo, dando lugar a la de terceletos, abanico, etc. Sin embargo, en los edificios más antiguos, el abovedamiento más usual es con bóveda sexpartita, que incluye dos nervios diagonales y uno transversal. De él se va a evolucionar hacia la cuatripartita, que aparece ya en pleno funcionamiento en Chartres.La concentración de los empujes de estas estructuras en puntos muy concretos de la fábrica, va a permitir reconducirlos, desde las partes altas hasta el suelo, mediante los nervios que apoyan en los pilares. Externamente, estas bóvedas, elevadas muchos metros por encima del pavimento de las iglesias, requieren contrarrestos, a veces muy espectaculares. Los contrafuertes y los arbotantes constituyen uno de los rasgos más genuinos y llamativos del exterior de estos edificios. En Chartres, justificada indudablemente por razones tectónicas, es donde hallamos la solución puede que más imaginativa de todo el gótico.En el exterior, la fachada de los pies y las de los dos extremos del transepto, concentran soberbios programas iconográficos que se desarrollan alrededor de las puertas de acceso. En las partes altas de estos hastial es figura el rosetón, y en la zona baja la portada, a veces con un pórtico previo. La escultura que en este modelo arquitectónico suplanta a los elementos tectónicos (arquivoltas, fustes de columnas, etc.) aparece con profusión en ella. La triple portada es la usual, cuando, tanto en dirección a los pies como en el crucero, existen tres naves. La fachada occidental incluye normalmente dos torres cuadradas, integradas en la fábrica, a ambos extremos. De origen anglo-normando, las incorporan los primeros edificios que experimentan en el camino del gótico (Portada Real de Chartres, por ejemplo) y pasarán a formar parte definitivamente de él.
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Las grandes novedades del Gótico se manifiestan en las sedes catedralicias que se construyen desde mediados del siglo XII en Francia. El resorte que mueve al arquitecto gótico es la ansiedad por la elevación y la luz, con el consiguiente horror al macizo. El muro llega a perder la función de soporte y sólo sirve de cerramiento, siendo reemplazado por las vidrieras, ya que la estructura se apoya en pilares, arbotantes y contrafuertes. En ese afán de elevación se emplea el arco apuntado y la bóveda de crucería. Esta bóveda es una derivación de la bóveda de arista románica y está constituida por dos nervios que se cruzan diagonalmente, entre los que se coloca la plementería, los materiales que llenan el espacio entre los nervios para cerrar la bóveda. La bóveda de arista va evolucionando con el tiempo, surgiendo la sexpartita, la de terceletes y las estrelladas. La evolución de las bóvedas lleva pareja el desarrollo de los pilares, ya que al aumentar el número de nervios se multiplican las columnas adosadas, transformándose en delgados baquetones. El peso de la bóveda se traslada al exterior gracias a los arbotantes, grandes arcos que envían el empuje a los estribos, situados en el muro de la nave exterior, sin restar luminosidad al ventanal. Para evitar el desplazamiento del estribo y contribuir al efecto ascendente, se le corona con un pináculo. El arbotante también sirve para conducir al exterior el agua de la lluvia, utilizando las gárgolas como bocas de desagüe. Las portadas góticas son abocinadas como las románicas, pero la forma apuntada suele coronarse con el gablete. También destaca el rosetón, que gracias a las vidrieras permite penetrar la luz coloreada en el templo. Las novedades en la planta son escasas; desaparecen las formas curvas, por lo que ábsides, girolas y capillas se hacen poligonales. En cuanto a la sección del templo, continua siendo la nave central más alta que las laterales. La segunda planta, empleada como tribuna en el románico, se convierte en una simple galería o triforio, que corre a través del grosor de las naves.
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El objetivo del arquitecto gótico es elevar al máximo las construcciones y eliminar casi por completo el muro. Para ello incorporarán una importante serie de novedades respecto al Románico. En primer lugar el arco de medio punto es sustituido por el apuntado, que gracias a su mayor verticalidad y a soportar menores presiones en los laterales permite elevar el edificio. Las bóvedas también sufren modificaciones. Si en el románico se emplean preferentemente la de cañón, constituida por el desarrollo del arco de medio punto, y la de arista, formada por la intersección de dos arcos, en época gótica será la bóveda de crucería la más empleada. La bóveda se compone de varios elementos: los arcos cruceros se cruzan diagonalmente mientras que los formeros y los perpiaños constituyen el esqueleto de la bóveda; los plementos se apoyan sobre ese esqueleto y la cierran definitivamente. La inmediata consecuencia de la multiplicación de los nervios de la bóveda será la transformación del pilar. Las columnas adosadas a él se van haciendo más delgadas, convirtiéndose al final en simples baquetones, lo que implica la desaparición del capitel. Otra importante novedad la encontramos en el exterior de los edificios. Si en el románico los muros son gruesos, reforzados gracias a los contrafuertes y sin apenas ventanas, en el gótico la pared se convierte en un ventanal que permite el paso de la luz al interior. El peso de la bóveda se traslada al exterior gracias a los arbotantes, grandes arcos que envían el empuje a los estribos, situados en el muro de la nave exterior, sin restar luminosidad al interior del templo. Para evitar el desplazamiento del estribo y contribuir al efecto ascendente, se le corona con un pináculo. El arbotante también sirve para conducir al exterior el agua de la lluvia, utilizando las gárgolas como bocas de desagüe. Las portadas continúan siendo abocinadas como en época románica, si bien ahora los arcos son también apuntados, coronándose con un gablete ubicado sobre el rosetón, que gracias a sus vidrieras permite penetrar la luz coloreada en el templo.
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El aumento de la seguridad en las tierras occidentales desde el siglo XI traerá consigo la generalización de las peregrinaciones y el desarrollo de un tipo de iglesia característica del mundo románico: la iglesia de peregrinación. Nos encontramos ante una planta en forma de cruz latina, con tres o cinco naves, siendo la central más alta y ancha que las laterales. Sobre estas se ubican las galerías para que descansen los peregrinos. El crucero presenta habitualmente un cimborrio o una cúpula. Alrededor de las naves laterales nos encontramos con pequeñas capillas. Para que los peregrinos circulen sin obstáculos por el interior del templo y admiren las reliquias que se guardan en el altar mayor, la nave lateral rodea a este altar formando la girola o deambulatorio. El arco preferido por los arquitectos románicos es el de medio punto. El desarrollo en profundidad de este arco genera la bóveda de cañón que se refuerza mediante arcos fajones. En las naves laterales se emplea la bóveda de arista, formada por el cruce de dos bóvedas de cañón en ángulo recto. El ábside se suele cubrir con una bóveda de cuarto de esfera. Los arcos se sostienen con pilares cruciformes o pilares con columnas adosadas. Al exterior y debido al considerable peso de las bóvedas, los muros son de gran espesor y apenas existen vanos. Estos muros recogen las cargas laterales de la bóveda y los dirigen hacia los contrafuertes. La disposición de las tres o cinco naves también se manifiesta en el exterior en las portadas monumentales que dan acceso al templo. También es apreciable el brazo del transepto que cruza las naves de manera perpendicular. El campanario y las torres completan el edificio.