Busqueda de contenidos

obra
Aunque Manet sea el pintor de la figura humana por excelencia dentro de los impresionistas, algunos trabajos de su producción tienen como temática el bodegón, fruto de su admiración hacia los artistas del Barroco centroeuropeo y hacia Chardin. El resultado es una amplia serie de bodegones en los que el estilo de Edouard se hace más ligero que en las obras "oficiales", como en este caso. Las flores se recortan sobre la oscuridad del fondo y de la mesa, recibiendo un potente fogonazo de luz que impide contemplar algún elemento más salvo las tijeras. El contraste entre tonos blancos y oscuros será un común denominador de la obra de Manet, que lo incluye hasta en este tipo de obras más personales. La pincelada es empastada, pudiéndose apreciar con claridad los toques de óleo en el lienzo.
obra
En su afán por recuperar la forma perdida por algunos impresionistas como Monet, Cézanne realizará numerosos bodegones repletos de elementos. Una mesa cubierta con una blanca tela en la que se refleja la luz, una gran cesta con peras, objetos de cerámica y diversas frutas más se agolpan en primer plano, permitiendo contemplar la habitación con una silla, un mueble en la zona izquierda e incluso la pared del fondo. Paul no renuncia al color, siendo el principal protagonista de una obra en la que los volúmenes tienen especial importancia, siguiendo la máxima del pintor "la forma sólo alcanza la plenitud cuando el color posee su mayor riqueza". Cézanne emplea varias perspectivas en esta escena, siguiendo a Degas al recurrir a la perspectiva frontal y alzada conjuntamente. De esta manera se demuestra que los pintores impresionistas, aunque trabajen independientemente, tienen numerosos puntos de coincidencia.
obra
La situación personal de Vincent en el último invierno pasado en París será muy delicada debido a las continuas tensiones con su hermano Theo y el abusivo consumo de alcohol. Como si deseara retroceder en el tiempo, se enzarza en la ejecución de una serie de naturalezas muertas que recuerdan a las primeras realizadas a su llegada a la capital francesa. Interesado ahora por el volumen como contemplamos en Naturaleza muerta con cesto de manzanas, las frutas tienen un peso específico en el lienzo, delimitadas incluso por una ligera línea oscura. En primer plano recupera esa pincelada ligera, obtenida a base de rápidos toques de color que casi parecen puntillistas. La tela azul sobre la que se recortan las peras recibe la luz, sirviendo de contraste con el color amarillento de las frutas.
obra
Los objetos que rodean al pintor servirán como modelos para sus trabajos como apreciamos en esta composición donde sus pinceles ocupan un lugar destacado. La influencia de las naturalezas muertas barrocas se deja notar aunque Vincent emplea una pincelada más suelta y empastada, sin preocuparse de los detalles. Los toques de color se aprecian con claridad en el lienzo, de la misma manera que observamos su dificultad a la hora de dibujar quizá por su deseo de trabajar deprisa.
obra
Realizado en mayo de 1912, este cuadro marca en el proceso del cubismo el inicio del empleo del collage. Picasso pegó sobre el lienzo oval un trozo de hule, cuyo estampado simulaba el trenzado de una rejilla de asiento. El efecto de engaño visual introducido por el hule que simula una rejilla, como por los papeles estampados con vetas de madera que Braque y Picasso emplearon después abundantemente en los papiers collés, es nuevo en el repertorio cubista. Se nos insta parcialmente a una satisfacción táctil en una visión que halla sugerentes fricciones en su contraste con la intangibilidad del todo. El juego sinestético se enriquece, al tiempo que la imagen comienza a concentrarse en formas más sintetizadas, evitando la disolución de la representación en el espacio descoyuntado.
obra
Inspirándose en la pintura del Barroco conocida indirectamente a través de la Escuela de La Haya, Van Gogh aportará importantes novedades a estos bodegones en los que trabajará durante el mes de septiembre de 1885. Una de ellas será el empleo de objetos cotidianos como el sombrero o la pipa mientras que la pincelada aplicada es más rápida, sin tanta minuciosidad como era costumbre. De esta manera enlaza con el estilo de Rembrandt por el que sentía especial devoción. Los objetos se ubican sobre una mesa en diagonal, recibiendo un fuerte foco de luz procedente de la izquierda para crear un atractivo contraste de claroscuro. Los colores claros dominan la composición, contrastando con las tonalidades oscuras del fondo. La perspectiva alzada empleada también supondrá una novedad respecto a la tradición.
obra
Cézanne se relacionó intensamente con Pissarro en Pontoise en los primeros años de la década de 1870, iniciándose en el Impresionismo con cierto toque personal. Su interés se dirigió hacia las teorías en relación con el color y la luz desarrolladas por este grupo de jóvenes creadores, participando en algunas exposiciones; concretamente en la tercera presentó 16 obras que le valieron la admiración de importantes críticos. Entre ellas estaba esta naturaleza muerta de gran sencillez, compuesta por una sopera, una botella de vino y un cesto de manzanas y membrillos, elementos dispuestos sobre una mesa cubierta con un mantel. Al fondo, en la pared, encontramos varios paisajes que exhiben la otra faceta del pintor. Alejado de la tradición barroca que mostraba el bodegón con gran detalle, Cézanne se interesa más por el concepto, por el color y el volumen, aplicando una pincelada rápida que otorga un gran interés a las formas. La perspectiva alzada empleada por el pintor es similar a la utilizada por Degas en buena parte de sus cuadros, poniéndose de manifiesto las mutuas influencias entre estos nuevos artistas.
obra
En una carta a su buen amigo Joachim Gasquet escribió Cézanne: "He renunciado a las flores. Se marchitan inmediatamente. Las frutas son más fieles. Es como si quisieran pedirte perdón por perder el color. Su idea se exhala como un perfume. Llegan a ti en todos sus aromas, te cuentan de los campos que abandonaron, de la lluvia que les nutrió, de la aurora que las contempló". Todas estas sensaciones las debía tener el maestro de Aix durante sus largas sesiones pintando naturalezas muertas ya que esta temática se convirtió para él en el laboratorio de investigación de la relación entre la forma y el color, de la articulación del volumen y el espacio. Las peras se disponen repartidas sobre la mesa, acompañadas de un tarro de jengibre, un plato y un mantel que cae hacia primer plano. En el fondo podemos observar una estantería con libros y una cortina decorada con elementos florales. Un potente foco de luz baña la estancia y resalta las tonalidades cromáticas de cada uno de los elementos, delimitados con una línea oscura que define sus contornos al igual que hacía Gauguin. Gracias al color, el maestro de Aix consigue recuperar el volumen y la forma que algunos de sus compañeros impresionistas estaban perdiendo en sus trabajos. Cada una de las piezas parece estar dotada de autonomía lo que se manifiesta como un claro precedente del cubismo.
obra
Desde sus primeros trabajos, Cézanne se interesó por las naturalezas muertas, haciendo de ellas uno de sus temas principales. En un primer momento será Chardin su punto de referencia, posteriormente el realismo de Courbet y más tarde Manet, pero a partir de la década de 1870 los bodegones serán para el maestro de Aix un excelente campo de investigación para descubrir la relación existente entre forma y color, su máximo objetivo. Al contrario de los impresionistas, preocupados por captar los momentos cambiantes de luz, Cézanne se siente atraído por mostrar la solidez de las piezas de fruta, empleando la luz para fijar las relaciones entre los diversos planos y resaltar las tensiones entre los volúmenes, al tiempo que articula el espacio. Cézanne nos pinta unas sólidas naranjas rodeando una tetera de loza blanca, con un cuchillo en diagonal -reminiscencia barroca- cubriendo la mesa donde se depositan los diferentes objetos con una pesada tela damasquinada. Una pared de colores fríos cierra la composición. Precisamente será el color quien se encargue de configurar las formas de los diferentes objetos, adquiriendo cada uno de ellos cierta autonomía, remarcando su silueta con una línea oscura de la misma manera que hacía Gauguin. Esta construcción arquitectónica y geométrica de la naturaleza será un referente directo para los cubistas.