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El Museo catedralicio de Salamanca contiene pinturas y esculturas de los siglos XV, XVI y XVII. Como obras más importantes destacan el Tríptico de San Andrés, de Juan de Flandes y la Virgen de la Rosa. En escultura destaca el sepulcro de Anaya, del siglo XV, atribuido a Francisco de Salamanca.
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El recorrido de visita de las colecciones permanentes comienza con el claustro bajo, con las obras góticas mas antiguas. Las capillas claustrales deben constituirse como parte esencial del Museo. El recorrido por el claustro bajo se inicia por la Capilla del Salvador con la ubicación de obras tan importantes como la cabeza del Salvador (ca. 1390), el retablo de la Santa Cena de Joan Reixach (1454), el retablo de San Lucas (ca. 1451), el retablo de la Vida de María atribuido a Martín Torner y la tabla con el Abrazo ante la puerta dorada, del Maestro de la Santa Cruz (ca. 1395-1400). En la capilla contigua se incide en los primeros momentos artísticos de la Catedral, presidiendo la sala el retablo de Santa Clara y Eulalia de Pere Serra, de estilo italo-gótico (ca. 1400-1405). A continuación la Sala Capitular (1417), con la muestra del retablo de la Visitación (ca. 1460-70), del Maestro de Segorbe y una pequeña selección de lienzos de la Galería de Obispos. Con piezas de la entidad de la Virgen con el Niño atribuida a Donatello, el tríptico de esmaltes de Limoges o la escultura del San Onofre, este corpus de obras se sitúa al comienzo de la sección del renacimiento para resaltar la influencia, tanto italiana como francesa o castellana, en el desarrollo inicial del nuevo arte renacentista en la diócesis, a caballo entre la tradición bajomedieval de los artistas y la asunción de los nuevos parámetros estilísticos importados. A continuación el primer renacimiento valenciano, con el grupo de obras que constituyen una primera introducción de los procedimientos pictóricos renacentistas en la diócesis, con unas realizaciones adscritas a la influencia de la pintura de los Hernandos y del foco valentino en la Seo de Segorbe. Entre las principales obras de la Galería del Barroco encontramos, entre otras, la Cruz procesional atribuida al taller de Juan Ribalta, el Fragmento de Camino del Calvario (ca. 1625-1630), de Francisco Ribalta, la Santa Cena, de Gregorio Bauzá (ca. 1635) o los Portadores del racimo y la Caída del Maná, del Círculo de Ribalta (ca. 1635-1637). A continuación se presenta la variadísima colección de pintura barroca de los siglos XVII y XVIII del Museo, toda una selección de muy variados estilos, la mayoría de ella procedente de retablos históricamente desmantelados de la catedral misma y del claustro. Destaca un San Francisco de Asís en contemplación del crucifijo, de talleres andaluces, Santo Tomás de Villanueva entre colegiales o la Cena en Emaús, ambas de Gaspar Huerta (Finales del S. XVII), el San Miguel de Miguel Posadas (ca. 1740-1750). Todo ello complementado por una serie de obras escultóricas y de orfebrería, como la Virgen con el Niño, en plata y carnaduras, obra de Eloy Camanyas o las imponentes custodias barrocas de la catedral.
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A este hermoso templo construido entre los siglos XII y XIII, se añadió posteriormente un claustro de estilo gótico tardío y una torre barroca. En la catedral destaca el Retablo Mayor (1554), obra de Juan de Juni y la reja plateresca (1515) de Juan Francés. En las salas del museo, situadas alrededor del claustro, se conservan piezas de orfebrería como una fantástica arqueta mozárabe de rubíes o una custodia de Juan de Arfe del siglo XVI. Destacan también los retablos que se exponen, procedentes de iglesias abandonadas de la zona y especialmente el códice mozárabe del Beato de Osma que se encuentra en la sacristía y el sepulcro de San Pedro de Osma en la sala capitular.
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Será en el año 1884 cuando el pintor Santiago Rusiñol se entusiasmará con la localidad costera de Sitges, en las cercanías de Barcelona. El artista decidió comprar dos casas de pescadores que daban al mar, en junto a la playa de San Sebastián, tras la iglesia y al lado de un lugar conocido como "El Racó de la Calma", para trasladar allí sus colecciones artísticas. Unificó las fachadas de las dos casas -llamadas can Sense y can Falua- y reconstruyó su interior, empleando el estilo neogótico, tomando incluso las ventanas del antiguo castillo suburense que se había derribado recientemente para construir el Ayuntamiento. Rusiñol empleó la planta baja como vivienda, cuatro dependencias hoy decoradas con pinturas del propio artista, de Casas, Nonell, Zuloaga, Picasso o Clarassó, entre otros, así como objetos cerámicos. La planta superior es un excelente salón de estilo neogótico en el que se pueden contemplar dos cuadros de El Greco, junto a pinturas de los maestros modernistas antes citados, así como la colección de objetos de hierro forjado adquirida por Rusiñol. En el Cau Ferrat se desarrollaron las famosas Fiestas Modernistas entre 1894 y 1897.
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Museo fundado por el financiero italiano Henri Cernuschi (1821- 1898). Conserva obras de arte chino que abarcan desde la antigüedad hasta el siglo XIV. De entres ellas destacan los objetos de bronce de los siglos XVI al III a. C. o las figurillas funerarias del siglo III a. C. al XII d. C.
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Palacio-museo, casa histórica, museo de ambiente, es un referente obligado para conocer la vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo XIX e inicios del XX. Como museo de colección refleja el gusto artístico de la época, a través de las obras de arte y objetos cotidianos conservados en estancias originales, que trasmiten el sentimiento y encanto de lo habitado. La disposición de los mismos, de carácter decimonónico, obedece a criterios del XVII marqués de Cerralbo, Don Enrique de Aguilera y Gamboa (1845- 1922), que destacó como político, académico, coleccionista y arqueólogo. El palacio fue concebido con un doble función, como vivienda y museo para albergar las obras de arte reunidas por lo marqueses de Cerralbo, con el fin de que las colecciones "...perduren siempre reunidas y sirvan para el estudio de los aficionados a la ciencia y al arte". El Estado aceptó el legado testamentario por RR.OO de 10 de abril y 24 de septiembre de 1924. El museo consta de treinta y cinco estancias, distribuidas en tres plantas.