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Personaje Religioso
Dominico español, viaja a América con un grupo de misioneros de su orden enviados por Cisneros, en 1510. En 1511 pronuncia un sermón, recogido por Las Casas, en el que critica el sistema de repartimiento de indígenas. De vuelta a España, es miembro de la Junta presidida por Fonseca cuyas preposiciones son la base de las Leyes de Burgos (1512). En 1528 viajó con veinte frailes a Venezuela, siendo su última noticia que murió martirizado en 1545. Es autor de "Informatio iuridica in Indorum defensionem"
Personaje Científico Literato Religioso
Por los datos que aparecen en la portada de una de las obras que escribió se sabe que era presbítero y licenciado. Tenía una gran formación y desde 1628 establece su residencia en Perú. Formó parte de la Audiencia en varias ocasiones y en ésta desempeñó el cargo de visitador del Perú. Sus anotaciones y escritos resultaron fundamentales para la reconstrucción histórica de la minería y metalurgia de su tiempo. Sin embargo, estos textos hay que analizarlos con cautela, ya que se le ha acusado de cometer algunas inexactitudes. En sus obras describe el descubrimiento de las minas de mercurio de Huancavelica y del modo en que se trabaja en ellas. Montesinos también alude a la invención del horno de jabecas y a la intervención de Pedro Fernández de Velasco en la introducción de la amalgamación en Perú.
lugar
Personaje Científico
Nacido en La Brède, el 18 de enero de 1689, su nombre era Charles-Louis de Secondat, barón de La Brède y de Montesquieu. Criado en el seno de una familia noble, se formó en leyes, lo que le permitió posteriormente dedicarse al ensayo de corte político e histórico. Así, en 1721 hizo públicas sus famosas "Cartas persas", una reflexión crítica de la realidad francesa (sociedad, instituciones, religión, absolutismo) vista a través de los ojos de un joven persa residente en Francia. Posteriormente, emprendió viaje por varios países europeos, como Alemania, Italia, Suiza e Inglaterra, tras el que publicó una reflexión de corte histórico y moral, siguiendo el estilo de los "Ensayos" de Montaigne: "Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos". Filósofo ilustrado, en 1784 publica su obra de mayor repercusión, "El espíritu de las leyes", en la que expone su teoría acerca de la existencia de un orden en el acontecer histórico y unas leyes que condicionan la actuación humana. Según Montesquieu, los códigos legales y las instituciones que rigen la vida de los pueblos tienen una estrecha relación con condicionantes de carácter cultural (costumbres, religión, etc) y natural (clima, geografía, etc). Las reglas que determinan el comportamiento de los hombres no son permanentes ni absolutas, sino que surgen y son modificadas según los contextos históricos y culturales, los tipos de gobierno y el carácter de la sociedad. Su ideología política advierte la existencia de tres tipos posibles de gobierno: república, monarquía y despotismo, cada uno con sus propias normas y pautas de actuación. Para Montesquieu, la república debe gobernarse por el principio de la virtud, el amor a la patria y la igualdad. La monarquía se rige por el honor, mientras que el despotismo está gobernado por el terror. Desde este punto de vista, cada forma de gobierno se rige por principios distintos de los que derivan códigos legales y morales diferentes que condicionan los más variados aspectos del comportamiento de los hombres. La decadencia de los sistemas de gobierno se produce cuando los principios de gobierno no son debidamente cumplidos o sufren alteración, corrompiéndose todo el sistema de gobierno. De este modo, su análisis histórico encuentra un modelo de explicación racional del devenir de los pueblos y naciones. Montesquieu critica la forma de gobierno que él mismo denomina despotismo, esto es, la sujeción de los individuos no a las leyes sino a la fuerza del gobernante. Encuentra contradictorio que el terror, principio que rige las formas de gobierno despóticas, haya de asegurar la paz y la seguridad de los gobernados, restringiendo su libertad. Contra la república, participación de los ciudadanos en su propio gobierno, Montesquieu alega que es necesaria una excesiva implicación de los individuos en las tareas de gobierno y que la extensión del estado queda muy limitada. Pone como ejemplo de esta forma política a las ciudades-estado de la Antigüedad, y sitúa su decadencia y conversión en tiranías en el alejamiento de los asuntos públicos por parte de sus ciudadanos. La tercera figura política, la monarquía constitucional, es para Montesquieu la mejor forma de gobierno, al reunir en sí misma las ventajas de la república y de las monarquías absolutas. En este sentido, Inglaterra constituye la representación gráfica de los postulados de Montesquieu. El reparto del poder del estado es necesario para evitar la acumulación en una sola mano que pueda ejercerlo de manera despótica. Para ello, debe dividirse en tres partes, cada una con una misión específica y diferente, que supongan un equilibrio y contrapesen la actuación de las demás. La división de poderes en tres (legislativo, ejecutivo y judicial) y su adscripción a instituciones diferentes es garantía, según Montesquieu, contra un gobierno tiránico y despótico. La fórmula propuesta es hoy plenamente aceptada por los regímenes democráticos, que basan en este esquema político sus planteamientos de gobierno. Montesquieu falleció en París en 1755.
contexto
Charles de Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755), es uno de los primeros y principales dirigentes de la Ilustración. Perteneciente a una familia de toga, heredó de su tío él titulo y una presidencia del Parlamento de Burdeos que ostentó hasta venderla en 1725. Cuatro años antes habían aparecido en Amsterdam, anónimamente, sus Cartas Persas donde critica a la sociedad francesa de la Regencia a la par que propone un modelo de democracia patriarcal basada en la virtud y ayuda mutua. Tal filosofía es muy distinta de la que hallamos en su principal obra: El espíritu de las Leyes (1748), escrita tras viajar por Europa y residir dos años en Inglaterra. Se inicia con un análisis de los gobiernos por épocas y países, distinguiendo entre su naturaleza y el principio que guía su actuación. De los tres tipos que revisa -república, monarquía, despotismo- su conocimiento de la experiencia inglesa y las tradiciones francesas le hacen elegir como el mejor una monarquía moderada con división de poderes: ejecutivo, legislativo, judicial. Ahora bien, aunque sus ideas en este punto se hicieron dogma, Montesquieu no les da el alcance que después adquirieron. Más que la separación de poderes, lo que preconiza es su armonía, su ejercicio equilibrado por parte de tres órganos y fuerzas sociales: rey, pueblo, aristocracia. Orgulloso de pertenecer a la nobleza, la considera el mejor pilar de la Monarquía y cree en su utilidad como cuerpo social intermedio lo mismo que los parlamentos, cuyas opiniones expresa. Ello unido a que identifica libertad con seguridad, niega el voto al populacho y expone los defectos del sistema parlamentario, van a convertir su obra en un arma también para la reacción. Además de la ciencia política, la filosofía de la historia, asimismo, tiene deudas con Montesquieu. En sus Consideraciones sobre la grandeza de los romanos... (1734) habla, por vez primera, de la existencia de causas morales y físicas como los verdaderos determinantes del futuro de los Estados. Si Montesquieu tiene por interlocutora a la nobleza, François Marie Arouet (1694-1778), más conocido por Voltaire, se dirigirá a la burguesía a la que pertenece y cuyas ideas e intereses defiende. Educado en los jesuitas, su espíritu le llevó a escribir obras filosóficas y literarias poesía, drama y ensayo-. Sus primeros escritos ya le supusieron prisión y dos exilios, cumplidos en Holanda, el primero, e Inglaterra, el segundo, que le sirvió para conocer el empirismo y decidir trasladarlo a Francia, convirtiéndose así en el gran promotor de Las Luces. Sus ataques a la religión, en nombre del sentido común, se hicieron y le hicieron famoso, lo mismo que el resto de sus ideas, difundidas con gran rapidez fuera de su país. Ellas le permitieron residir en la corte prusiana algún tiempo, cartearse con la zarina Catalina II y ser conocido al final de su vida como el rey Voltaire. Las cartas filosóficas o cartas inglesas (1734) constituyen la primera expresión de su pensamiento social y político, sobre el que vuelve en el Diccionario filosófico, sus novelas -Cándido o el optimismo-, su correspondencia y sus comentarios contra la obra de Montesquieu. De ideas menos originales que éste, elogia la constitución y libertades alcanzadas en Inglaterra, pero, rico propietario burgués, prefiere un sistema con un régimen monárquico fuerte, sin cuerpos intermedios y en el que se respeten las libertades civiles, a las que fundamentalmente alude cuando habla de libertad, más que a las políticas. No cree en la igualdad, "la cosa más natural y la más quimérica", y considera beneficiosa la jerarquía social pues sólo la existencia de "una infinidad de hombres útiles que no posean absolutamente nada garantiza la pervivencia del género humano". Ahora bien, lo más novedoso del Voltaire político, lo que le diferencia del resto de los pensadores de su época, es el catálogo de reformas concretas que expuso y por las que batalló durante su vida, convirtiéndolo en lo que más tarde se llamaría un filósofo comprometido. De origen más humilde, hijo de un herrero, Denis Diderot (1713-1784) va a ser la personalidad más desbordante de su tiempo y por la diversidad de sus intereses intelectuales, un auténtico enciclopedista. Como buen ilustrado cree en la evolución, el progreso, la posibilidad y el deber de transformar a los hombres, de construir la felicidad en este mundo. Políticamente, sólo le interesa la estabilidad del gobierno y el fomento de la actividad económica y artística. Aunque no lo era, fue acusado y encarcelado por ateísmo al publicarse su Carta a los ciegos (1749). Un año después iniciaría su gran obra: la dirección de La Enciclopedia. Para realizar el trabajo, Diderot consigue reunir a 130 colaboradores dentro de los cuales figuran: D'Alambert, al que corresponde escribir, entre otras cosas, el Discurso Preliminar del primer volumen, Buffon, Helvètius, Holbach, Quesnay, Turgot, incluso Voltaire y Rousseau. La aparición de los 28 volúmenes de que consta durará veintiún años, siendo interrumpida en dos ocasiones -1752, 1759- por las reacciones contrarias que provoca. Sólo los apoyos recibidos de Mme. Pompadour y de algunos altos miembros de la Administración, como Malesherbes, le permitieron llegar a buen puerto en 1772. Por su contenido, La Enciclopedia es una recopilación de las diferentes formas de pensamiento ilustrado, un himno al progreso científico y técnico, tanto como un excepcional exponente de las ideas de la burguesía francesa, sus audacias, sus limites. Los compradores de ella son, sobre todo, profesionales liberales y alto clero, junto con aristocracia terrateniente y dignatarios provinciales.
lugar
Los restos encontrados en el término municipal de Montferri nos llevan a tiempos romanos, tal y como demuestran dichos restos así como el topónimo Montferri, que indicaría que se extraería hierro en algún lugar del término municipal. Desde el siglo XII la villa recibe el nombre de Puigtinyós, nombre que se mantendrá hasta 1917, cuando recupera el término antiguo. La primera vez que la villa aparece documentada es en el año 1010, en el momento que Adalbert d'Albinyana hace donación al monasterio de Sant Cugat del Vallès. En 1072 es concedido el castillo de Montferri y su caserío a Guillem Isarn. En el siglo XIII la villa pasará a manos del monasterio de Santes Creus, provocando numerosos litigios con los habitantes del municipio. El control del monasterio sobre la villa se mantiene hasta la desamortización de Mendizabal, en los años 1835-36. Entre el patrimonio artístico de Montferri sobresale el Santuario de Nuestra Señora de Montserrat, obra de Josep Maria Jujol.