Uno de los machones del claustro del monasterio de Silos tiene las escenas de la Sepultura y la Resurrección y el Descendimiento de la Cruz. El Descendimiento tiene como eje el cuerpo de Cristo, rodeado por sus discípulos y su madre, mientras que en la parte superior los ángeles portan el sudario. El modelado de los relieves es muy suave. Los personajes presentan esbeltas proporciones y en algunas ocasiones se produce cierta ilusión de movimiento.
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Haciendo pareja con la Anunciación, en uno de los machones del claustro silense encontramos la representación del Árbol de Jessé, donde se muestra la genealogía de Cristo, adaptándose cada figura al espacio, en una simetría que recuerda a las decoraciones islámicas. Este machón corresponde a una segunda etapa y fue ejecutado por otro maestro.
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En el relieve del claustro silense que representa a los Discípulos de Emaús, los discípulos y Cristo ocupan todo el espacio compositivo, dando sensación de movimiento gracias a sus ligeros pies descalzos. El modelado de los relieves es muy suave y los personajes presentan esbeltas proporciones. La Duda de Santo Tomás es la escena que completa el machón.
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En el segundo machón del claustro silense hallamos la Sepultura y la Resurrección y el Descendimiento de la Cruz. En la primera composición se representan dos escenas de manera conjunta, algo muy típico en la iconografía medieval. La zona superior de la escena está ocupada por la Sepultura, con una clara línea diagonal representada por la tapa del sepulcro mientras que la zona baja podemos observar la Resurrección de Cristo, adaptándose cada figura al espacio. El modelado de los relieves es muy suave. Los personajes presentan esbeltas proporciones y en algunas ocasiones se produce cierta ilusión de movimiento.
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En el ángulo nororiental del claustro de Silos se sitúan la Ascensión y el Pentecostés. En el Pentecostés encontramos a todos los apóstoles dispuestos en dos grupos, en altura, adaptándose al espacio y enmarcados por dos columnillas, dirigiendo su mirada hacia la parte superior de la composición, donde su sitúa la mano divina rodeada de ángeles. La figura del Virgen preside el grupo y destaca en ella su cabeza tocada.
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Las escenas de la Ascensión y el Pentecostés se ubican en el machón del ángulo nororiental del claustro de Silos. Las dos composiciones tienen en común la disposición en altura de sus figuras, en el primer caso pendientes de la subida a los cielos de Cristo. Al igual que en su compañera, las figuras se disponen en dos grupos, dirigiendo su mirada hacia la zona superior de la composición. También encontramos un elemento en común con la otra escena: la presencia de la Virgen, tratándose de dos figuras muy parecidas.
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Sepulcro y altar de Santo Domingo de Silos, fundador del Monasterio, una de las joyas del románico español. Se considera a Santo Domingo el verdadero recuperador e impulsor del cenobio, antiguamente dedicado a San Sebastián y cambiado de nombre en honor de Santo Domingo. El sepulcro se asienta en el centro de la galería norte del claustro bajo.
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La techumbre que sostiene las galerías del claustro alto de Silos se realizaron posiblemente a fines del siglo XIV, después del incendio que sufrió la fundación monástica en 1384. se trata de una techumbre mudéjar que sólo se conserva en parte: la galería oeste y parte de la norte y sur, restaurándose las demás partes en épocas posteriores. Todas las vigas se hallan decoradas con escenas enmarcadas en espacios más o menos triangulares que se entrecruzan por las bases. La ornamentación afecta a las dos caras de las vigas en las que se sitúa un número variable de escenas.
monumento
Los hallazgos arqueológicos aseguran que el monasterio de Santo Domingo de Silos en la provincia de Burgos fue construido en época visigoda, aunque su momento de máximo esplendor fue la segunda mitad del siglo XI, bajo el mandato del futuro Santo Domingo, quien emprendió en esas fechas la reconstrucción del monasterio. En el siglo XVIII la iglesia románica fue destruida y reconstruida por el arquitecto Ventura Rodríguez en estilo neoclásico. Afortunadamente, el claustro no corrió la misma suerte. El claustro silense tiene dos plantas; el bajo se construyó entre la segunda mitad del siglo XI y el XII; el alto está fechado también en el siglo XII. El claustro tiene una planta cuadrada, con 16 arcos en las galerías norte y sur y 14 en las galerías de oriente y poniente. Los arcos son de medio punto y se sujetan sobre pares de columnas, algunas de ellas torsas, elemento que define la originalidad de esta edificación. Los capiteles están decorados con relieves vegetales, animales o escenas historiadas. Hasta seis maestros diferentes se han diferenciado en la realización de este fabuloso claustro. Los más destacados son el denominado "primer maestro" de Silos, que trabajó durante los últimos años del siglo XI realizando los seis machones que narran la muerte y resurrección de Cristo, y el maestro Fruchel, probablemente de origen francés, que realizó, a finales del siglo XII, el machón de la Anunciación y colaboró en San Vicente de Avila y algunas iglesias del Camino de Santiago.