Las escenas de la Ascensión y el Pentecostés se ubican en el machón del ángulo nororiental del claustro de Silos. Las dos composiciones tienen en común la disposición en altura de sus figuras, en el primer caso pendientes de la subida a los cielos de Cristo. Al igual que en su compañera, las figuras se disponen en dos grupos, dirigiendo su mirada hacia la zona superior de la composición. También encontramos un elemento en común con la otra escena: la presencia de la Virgen, tratándose de dos figuras muy parecidas.
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obra
Sepulcro y altar de Santo Domingo de Silos, fundador del Monasterio, una de las joyas del románico español. Se considera a Santo Domingo el verdadero recuperador e impulsor del cenobio, antiguamente dedicado a San Sebastián y cambiado de nombre en honor de Santo Domingo. El sepulcro se asienta en el centro de la galería norte del claustro bajo.
obra
La techumbre que sostiene las galerías del claustro alto de Silos se realizaron posiblemente a fines del siglo XIV, después del incendio que sufrió la fundación monástica en 1384. se trata de una techumbre mudéjar que sólo se conserva en parte: la galería oeste y parte de la norte y sur, restaurándose las demás partes en épocas posteriores. Todas las vigas se hallan decoradas con escenas enmarcadas en espacios más o menos triangulares que se entrecruzan por las bases. La ornamentación afecta a las dos caras de las vigas en las que se sitúa un número variable de escenas.
obra
El ruinoso estado y la incomodidad litúrgica de la venerable iglesia románica propició su completa renovación, a partir de una planta fechada en 1751, completándose el proyecto con otros dibujos de 1752. Las lentísimas obras, interrumpidas varias veces, culminaron con la consagración del templo en 1814. Para entonces, los proyectos habían sido simplificados y alterados, afectando principalmente al exterior, perdiendo el pórtico columnado convexo, una torre y la cúpula. Su esquema venía a ser la versión comprimida de la Idea de 1748; destacaba especialmente la cúpula peraltada sobre el alto tambor, flanqueada por pequeños campanarios, como hizo Juvarra en Superga, y el carácter maclado de todas las partes.
monumento
El Monasterio de Santo Tomás fue fundado por Hernán Núñez de Arnalte, Tesorero de los Reyes Católicos, en 1483, y puesto bajo la advocación de santo Tomás de Aquino. Tras su construcción se cedió el patronato de la fundación a los Reyes Católicos, quienes utilizaron parte del monasterio como residencia veraniega. La muerte del príncipe don Juan llevó a los monarcas a elegir este lugar como su lugar de enterramiento. En 1504 se fundaría en el monasterio la novena universidad de la Península, institución educativa que se mantuvo hasta su supresión en 1807. A este monasterio estuvo muy vinculado Tomás de Torquemada, ejecutor del testamento del fundador, convirtiéndose durante seis años en sede del Tribunal de la Inquisición. La obra del convento se debe a Martín de Solórzano. Los trabajos se desarrollaron entre 1482 y 1494, predominando en su construcción la espacialidad y belleza del conjunto sobre la riqueza decorativa. El conjunto se compone de cuatro zonas: la iglesia, con planta de cruz latina y una sola nave cubierta con crucería; y tres claustros: Noviciado, Silencio y de los Reyes. En la Capilla Mayor de la iglesia se halla el presbiterio, apoyado en un arco escarzano, que está sobreelevado respecto al piso de la nave. El Retablo Mayor, obra de Pedro Berruguete, preside la capilla. En el centro del crucero se encuentra el sepulcro del príncipe don Juan, obra de Fancelli.
obra
El conjunto se compone de cuatro zonas: la iglesia, con planta de cruz latina y una sola nave cubierta con crucería; y tres claustros: Noviciado, Silencio y de los Reyes.