A finales de los años veinte, Poussin se encontraba aún en una intensa fase de experimentación. El choque de su encuentro con la Antigüedad, las grandes obras del Renacimiento y la competencia en el ejercicio del arte en Roma, la capital de la pintura, le llevan a un acelerado aprendizaje, a una rápida asunción de los modelos precedentes. Su paleta va derivando hacia un colorido veneciano, cada vez más pálido. El tema de Midas era uno de los que más interesaba al artista por estos años, dado que lo llevó al lienzo en numerosas ocasiones. No se conoce el destinatario de la obra, pero se sabe que perteneció pronto al Cardenal Massimi. El tema, de nuevo, está tomado de las "Metamorfosis" de Ovidio. Midas, rey de Frigia, salva en cierta ocasión a Sileno, preceptor de Baco. El dios del vino le concede un deseo: todo lo que toque se convertirá en oro. Su vida, en contra de lo que imaginaba, se convierte en un infierno: está a punto de morir de hambre, ya que los alimentos y líquidos se transforman en oro. Midas implora entonces al dios que le retire su poder, el cual lo concede haciéndole lavarse y purificarse en el río Pactolo, en cuyo curso desde entonces aparecen pepitas de oro. Es, a todas luces, una alegoría sobre lo vano de las riquezas y la ambición irreflexiva. En esta obra Poussin continúa su experimentación cromática, jugando con el contraste del verde del bosque y la luminosidad del sol.
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obra
Pintada hacia 1630, esta obra desarrolla el conocido tema de las Metamorfosis de Ovidio del rey Midas de Frigia. Es, por tanto, una continuación del Midas se baña en el Pactolo y otra obra, menos conocida, Midas en las fuentes del Pactolo, ambas de la misma época. La escena representada ha suscitado numerosos comentarios. Midas, quien había logrado de Baco el don de convertir en oro todo cuanto tocaba, solicita al dios la anulación de sus poderes, llevado por el hambre y la sed, puesto que todo cuanto se lleva a la boca se torna oro. El dios concede la merced, y Midas la obtiene lavándose en el río Pactolo, que desde entonces es rico en pepitas de oro. Este hecho está representado por el hombre, al fondo, que encuentra pepitas de oro en el río, en forma de dios fluvial recostado. Este dato nos indica que el momento plasmado en el lienzo es aquel en que Midas se arrodilla ante Baco para agradecerle la salvación de una muerte segura. En el aspecto artístico, las figuras, como era costumbre en Poussin, están tomadas de la escultura clásica, lo cual dota, tal y como él pretendía, a la escena de una cierta verosimilitud, una específica ambientación "histórica". Este lienzo, con toda probabilidad, fue uno de los mencionados en el juicio que se siguió contra el aventurero Fabrizio Valguarnera, al igual que El Imperio de Flora.
lugar
Situadas al noroeste del archipiélago de las Hawaii, en el Océano Pacífico, están formadas por una serie de atolones rodeados por una cadena coralina de 5 millas de diámetro y un lago en la zona central. El atolón no tiene ningún habitante indígena y está bajo autoridad del Departamento de Interior de los Estados Unidos. Las Islas Midway fueron descubiertas por el capitán N. C. Brooks a bordo del barco Gambia, el 8 de julio de 1859. Brooks tomó posesión de las dos islas en nombre de los Estados Unidos, denominándolas islas Middlebrook. En agosto de 1867 el capitán Reynolds tomó formalmente posesión del atolón y, en 1903, Roosevelt puso el atolón bajo control de la marina. El momento de mayor fama para las Midway llegó durante la II Guerra Mundial, con el enfrentamiento en sus aguas entre japoneses y estadounidenses. Otro momento importante fue la reunión entre el presidente Richard Nixon y el presidente vietnamita del sur Nguyen Van Thieu en junio de 1969. Actualmente, es un lugar ideal para la práctica del buceo y la observación de todo tipo de animales acuáticos.
contexto
La literatura para mujeres satisfizo una demanda, pero también su propia creación contribuyó a su expansión. La lectura de las damas, empujada por la creciente alfabetización de las niñas y la mejora de la educación y la creciente oferta editorial, fue a la vez que bien recibida, conducida por moralistas y editores diversos. Pero asustaba mucho el que las mujeres leyesen, ya que hasta entonces estaba bien vista la mujer humanista lectora de obras de sabios, pero no la nueva mujer que leía por disfrute y gozo de sus propias capacidades y muestra de su control de ellas. Gráfico A lo largo del XVIII, los argumentos advertían del peligro de que las niñas leyesen textos sin revisar y sin previa aprobación de los varones. Para los más moralistas, pese a que veían bien e incluso recomendable que la población femenina leyese, lo hacían con el propósito de formar mujeres de moral más fuerte, instruidas en sus deberes y con algo que hacer durante sus tiempos de asueto y ocio, con la lectura de textos que, como las novelas, estimulasen lo más mínimo su imaginación y dejasen de lado su moral por sueños que habían leído. Aún así, las lectoras lograron escapar de las anteojeras culturales que educadores y periodistas para que solo leyesen escritos utilitarios y moralistas.
Personaje
Pintor
Jan Miel, pintor barroco flamenco, nació en Beveren-Waas en 1599. Desarrolló la mayor parte de su obra en Roma, lugar en el que aparece documentado desde 1636. Trabajó en la decoración del Palacio Berberini y en la corte de Turín desde 1658. Sus escenas populares - Carnaval en Roma o la Merienda, ambas en el Museo del Prado - son más conocidas que las sagradas. Falleció en Turín en 1664.
obra
En la pared ante la que se recorta el modelo observamos el escudo de la familia Coymans, por lo que algunos especialistas identifican este hombre con Willem Coymans (1623-1678), aunque también se apunta a Balthasar (1618-1690) o Joseph (1591-1677). El modelo presenta una pose que será muy utilizada por Hals desde la década de 1640, situando al personaje apoyando su brazo en una silla, el cuerpo en tres cuartos y la mirada hacia el espectador, un contraposto muy habitual en el Barroco. El brazo derecho se proyecta en escorzo hacia el primer plano para reforzar la perspectiva de la figura, siguiendo la fórmula inaugurada por Tiziano con el Ariosto. Como miembro de la burguesía de Haarlem, el hombre presenta sus mejores galas pero podemos observar cómo el interés del maestro no está en los detalles del traje, del sombrero o de los encajes de puños y cuellos, sino en la personalidad del modelo, sacando el alma de sus personajes a flor de piel, de la misma manera que harán Velázquez o Rembrandt. La intensa mirada de Willen se dirige hacia el espectador, iluminándose con el potente foco de luz procedente de la izquierda que resalta su atractivo gesto. De esta manera, los personajes pintados por Hals se hacen más cercanos al espectador, sintonizando o rechazándolos, pero nunca dejándonos indiferentes.