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termino
acepcion
Quien realiza apostasía, es decir, reniega de su credo religioso.
termino
acepcion
Término que significa "el enviado" y designa a cada uno de los doce discípulos que siguieron las enseñanzas de Jesucristo y las continuaron predicando por todo el mundo. San Pablo y San Bernabé también son considerados apóstoles.
obra
En 1661 Rembrandt realizó un apostolado con figuras de medio cuerpo, incluyendo algunos evangelistas. Todas las figuras están individualizadas, presentadas como miembros de la comunidad de Amsterdam, siguiendo la filosofía del naturalismo. Bartolomé aparece de frente al espectador, llevándose la mano izquierda a la barbilla mientras que en la derecha porta su atributo, el cuchillo. Dirige su mirada curiosa al espectador, creando Rembrandt una figura moderna, casi impresionista. La pincelada rápida empleada es característica de estos momentos, mientras que la iluminación dorada resulta una marca identificativa de la obra del maestro. El apóstol Simón es su compañero en la serie y se especula sobre si el San Mateo y el ángel también estaría incluido.
obra
Esta tela aparece por primera vez documentada en 1604 en la iglesia de San León papa mientras que en 1644 se indica su emplazamiento en el primer altar de la nave, donde se encuentra en la actualidad. En el siglo XIX se nos indica que el cliente había sido el Arte dei Cappelleri, corporación que tenía al apóstol Santiago como patrón y que era propietaria del altar. La obra sería encargada a Tiziano, permaneciendo inacabada en el taller hasta la muerte del maestro, siendo finalizada por Marco Vecellio. Massimi (1995) piensa que el cliente sería Venturino di Varisco, comerciante procedente de Bergamo que en su testamento de junio de 1559 demanda ser enterrado en "la iglesia de San León en la tumba que he mandado hacer con el retablo de Santiago". El retablo habría sido encargado entre 1558-1559 y acabado hacia 1566, siendo colocado in-situ poco antes de 1581. En el siglo XVII el altar fue cedido al Arte dei Cappelleri, siendo modificado el lienzo por su parte superior al tiempo que las telas y los contornos repintados y el rostro del santo y el cielo retocados. La obra pertenece a la última etapa de la producción de Tiziano, momento en el que gusta de utilizar paisajes con iluminaciones crepusculares, aportando mayor dramatismo a las composiciones. La factura rápida y empastada es identificativa de estos momentos en los que la luz y el color se convierten en los protagonistas de la composición.
obra
Los apostolados serán una frecuente temática en el mundo barroco, en todos los países aunque destaca especialmente en España. Rembrandt realizó una interesante serie de apóstoles hacia 1660 de la que forman parte el Apóstol Simón y el Apóstol Bartolomé, caracterizados por el individualismo de ambas figuras representadas como personajes reales, siguiendo el estilo naturalista inspirado en Caravaggio. Simón lleva su atributo, la sierra, y se nos muestra como un hombre de cierta edad, barbado y envuelto en pesados ropajes. La iluminación es la habitualmente empleada por el maestro, destacando los contrastes entre luces y sombras que recuerdan a Ribera. La aplicación del óleo resulta cada vez más empastada, utilizando un aspecto emborronado denominado en su momento "manera áspera" que identifica los trabajos ejecutados en la década de 1660. Los especialistas consideran que el San Mateo y el ángel podría formar también parte de esta serie.
obra
Los apostolados serán frecuentes en la pintura barroca, ejecutándose incluso por diferentes manos. Esta hipótesis es la que se sigue para considerar a este apóstol como miembro de una serie realizada por Rembrandt y sus discípulos en la década de 1650. Santo Tomás aparece con sus atributos, sentado, apoyado sobre una mesa. La amplia figura se recorta sobre un fondo neutro, resbalando la iluminación por sus ropajes para crear efectos de claroscuro, al igual que en el rostro. El elemento diferenciador del lienzo lo encontramos en las manos - véase la Anciana durmiendo y el retrato de Jacob Trip -, perfectamente realizadas, consideradas como aval suficiente para considerar la pintura como de Nicolaes Maes aunque estuviera atribuida a Rembrandt, cuya falsa firma no falta en la zona izquierda de la imagen. El lienzo sufrió un atentado con ácido en 1977 que motivó pérdida de materia en el rostro por lo que los ojos, la nariz y la boca sufrieron serios daños que no se han podido recomponer. El colorido empleado es característico de Maes, utilizando marrón amarillento, rojo y blanco, resultando una imagen de delicada admiración a pesar de los destrozos sufridos que hacen perder importancia al lienzo.
obra
Cuando se construyó el embalse de Linares, en 1947, las pinturas que decoraban la capilla de la Vera Cruz, en la localidad segoviana de Maderuelo, se trasladaron al Museo del Prado, reconstruyéndose su disposición original. En los muros laterales se representan los apóstoles; se trata de figuras típicamente románicas, sin volumen ni profundidad, separando cada una de ellas del fondo gracias a los fuertes contornos. La Creación de Adán y el Pecado Original en uno de los testeros es otra de las escenas de esta capilla.
obra
Maella será uno de los artistas que más decoraciones realice en los techos del Palacio Real de Madrid, siguiendo las órdenes de Antón Rafael Mengs, el director de todo el proyecto. Francisco Bayeu también participó en algunos encargos, al igual que Tiépolo o Giaquinto. Ya en 1766 Maella había realizado Hércules entre la Virtud y el Vicio, ejecutando en 1797 la Apoteosis de Adriano en el techo del salón de vestir de Carlos III. Adriano, emperador romano de origen español con el que Maella pretendía emparentar a la casa real, preside la composición vestido con sus atributos imperiales y sentado sobre el globo terráqueo; Minerva, coronándole de laurel como símbolo de triunfo, y la Magnanimidad, indicando la superioridad de su carácter, son sus compañeras. El Heroísmo está representado por Hércules apoyado sobre el globo terráqueo; sobre sus pies encontramos al Dragón de las Hespérides que representa el vicio castigado. Genios y alegorías sostienen el arco triunfal de palmas y laureles, dirigido por la figura alada del Patriotismo. En la zona de primer plano aparece la Magnificencia representada como una mujer de gran belleza, portando unos planos enmarcados en un óvalo dorado. Un pequeño genio sostiene el clarín de la Gloria y un muchacho porta varias coronas, simbolizando el Amor de la Fama. La Liberalidad se apoya en el cuerno de la abundancia y a su derecha encontramos el Honor coronado de laurel. Cautivos, alegorías de las tres nobles artes, la Paz, España o la Historia completan este espléndido techo organizado en una disposición triangular. Las figuras están en actitudes muy dispares, generalmente estáticas mientras que los amorcillos otorgan el movimiento, resaltados por la luz y el color, resultando un conjunto de serena y equilibrada belleza en el que se respiran ecos del Neoclasicismo en las monumentales figuras, el brillante colorido y la organización compositiva.