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obra
La nave central de la mezquita de Damasco conduce a la zona sagrada, el mihrab principal, uno de los tres que ya tenía la mezquita en la Edad Media. El aspecto actual es el resultado de una restauración posterior a la construcción original, debido a un importante incendio sufrido por la mezquita.
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Se trata de un edificio emblemático, por ser uno de los centros de culto más importantes que hoy en día sigue en activo.
monumento
La Gran Mezquita de Damasco fue alzada por el califa omeya al-Walid en el lugar donde anteriormente se encontraba la basílica de San Juan, que a su vez se levantó sobre un templo de Júpiter y éste sobre un santuario dedicado a una antigua divinidad, construido hace alrededor de tres mil años. Se trata, por tanto, de un edificio emblemático por ser uno de los centros de culto más importantes que hoy en día sigue en activo. La nave central de la mezquita de Damasco conduce a la zona sagrada, el mihrab principal, uno de los tres que ya tenía la mezquita en la Edad Media. El aspecto actual es el resultado de una restauración posterior a la construcción original, debido a un importante incendio sufrido por la mezquita. El nicho del mihrab se cubre con una cúpula de mocárabes; las paredes presentan decoración geométrica tanto en las arquerías ciegas de la parte superior como en la inferior, mientras que en la zona de separación entre el ábside y la cúpula encontramos decoración de roleos vegetales. El arco de herradura apuntado que da acceso al mihrab muestra un habitual alfiz también con decoración geométrica, sobre el que observamos una placa con decoración epigráfica, poniendo claramente de manifiesto que el Islam renuncia a las imágenes para decorar sus lugares sagrados. Algunos especialistas consideran que la suntuosidad decorativa de esta gran Mezquita de Damasco está relacionada con el mundo bizantino, uno de los rivales políticos del Islam en el siglo VIII.
monumento
Se trata del monumento más soberbio e impresionante de Djenné. Fue construido por los baris, casta de constructores trashumantes, sabios iletrados que transmitieron su conocimiento de padres a hijos. Su teoría era que los edificios no los construían sino que los soñaban y, posteriormente, los levantaban. Su material principal es el banco, mezcla de paja, arcilla y aceite, y sus contornos sinuosos son herencia de una antigua y misteriosa sabiduría. El edificio que se puede observar hoy día fue levantado hace menos de un siglo (1905 - 1907), en el mismo lugar donde se situaba el anterior, de principios del siglo XIII. Cuenta la leyenda que en este mismo lugar existía un palacio del siglo XIII que, cuando el rey soninka Koi Kunboro se convirtió al Islam, destruyó para construir una mezquita sobre él. Muy llamativas son las tres torres rematadas en huevos de avestruz que sobresalen de la fachada y dominan toda la ciudad. El edificio mide 56 x 56 m., con paredes decoradas con troncos de palmera, creando una estructura fuerte y resistente y dándole, además, un llamativo aspecto. El interior destaca por la gran cantidad de columnas que, según se cuenta, podían dar cabida entre sus paredes a toda la población que en Djenné vivía en el momento de su construcción. Sólo el uso de un arco gótico denuncia el influjo de arquitectos europeos. Las labores de reconstrucción de la mezquita corren a cargo de toda la comunidad, pues en la época de lluvias ésta se lleva gran parte de la capa externa de banco, haciéndose imprescindible su recubrimiento; es la llamada "fiesta del enlucido", que comienza al amanecer del último día del Ramadán. El paso del tiempo y el material utilizado han ido redondeando las formas de la mezquita.
obra
La Gran Muralla también llamada el Largo Muro de los 10.000 li, fue creada a partir de tramos existentes construidos en el período de los Estados Combatientes, como frontera ante las invasiones de los pueblos del norte y como línea de demarcación entre el pueblo chino y los pueblos bárbaros sin cultura. Con una extensión de 6.500 km abarca siete provincias, desde el mar de Bohai al desierto de Gobi.