Faja decorativa de desarrollo horizontal y específicamente la parte entre el arquitrabe y la cornisa en los órdenes clásicos.
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Aunque los ladrillos vidriados habían sido también utilizados por los asirios, los frisos de ladrillos moldeados y vidriados de Susa tienen su mejor antecedente en Babilonia. De hecho, Darío escribirá que artesanos babilonios se encargaron de los ladrillos de Susa. Este friso de los arqueros persas posee un colorido excepcional. No sólo la riqueza de los trajes, sino también la calidad de la representación y la técnica hacen de éste, con justicia, una de las piezas más famosas del período aqueménida.
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En este panel aparece la representación de una gran vaca acompañada por caballos de menor tamaño. Junto a estas figuras, hay una serie de símbolos geométricos que se repiten a lo largo de la nave. Desconocemos el significado de éstos, sin embargo se ha especulado mucho sobre el tema y las diferentes teorías concluyen en que podrían aludir a símbolos femeninos, el escudo de una tribu o jaulas en las que se encerraba a las presas. La Sala de los Toros también forma parte de la impactante decoración de esta espectacular cueva de Lascaux.
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Los grifos representan a animales fantásticos que son el resultado de un extraño conglomerado entre las partes de diferentes animales. Este friso decoraba, junto con el de los leones, el palacio Real de Susa. La técnica del ladrillo vidriado es de clara influencia babilónica, probablemente la Puerta de Isthar sirvió de inspiración
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Este es el único fragmento de friso procedente del Palacio de Susa hallado en las excavaciones modernas. Ello permitió situarlo con seguridad en su antiguo contexto espacial. Decoraba -suponemos que junto a otros leones- la fachada norte del primer patio del palacio. Tras el abandono del mismo, un fragmento del muro se abatió sobre el suelo y, de ese modo, el león se conservó hasta hoy. Aunque anclado en los de Babilonia, el león de Susa expresa ya una estética distinta, en la que se percibe un recuerdo asirio. El friso de los grifos también formaba parte de la decoración.
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Se ha pensado que también pueden interpretarse como escenas de pastoreo las agrupaciones de grandes bóvidos en actitudes estáticas que encontramos en diversos abrigos como la Cueva de la Vieja de Alpera, La Vacada, La Cocinilla del Obispo, El Prado de las Olivanas o Cogull. En todos ellos los animales están en actitud de pacer reposadamente sin ser acosados por ningún cazador ni presentar ningún tipo de herida, pero el hecho de que, en algunas ocasiones, aparezcan ciervos en asociaciones y actitudes semejantes no permite formular la hipótesis de que esta especie llegó a estar domesticada, pues no existen indicios arqueológicos que la avalen. Por tanto, también en el caso de los bóvidos habría que manejar la interpretación de la domesticación con mucha precaución.
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El encargo por parte del industrial Adolphe Stoclet de un palacio en Bruselas supuso para los Talleres de Viena un importante espaldarazo ya que podían desarrollar en la práctica su idea de obra de arte total. Josef Hoffman sería el encargado del diseño arquitectónico y Gustav Klimt diseñó la decoración del salón, la habitación más importante de la casa. El salón comedor tiene aproximadamente catorce metros de largo, con una galería en el lado estrecho que lleva a la terraza. El friso que lo decora fue para el pintor una pesada carga ya que tardó casi cinco años en tener acabados los bocetos a tamaño natural, que luego fueron realizados en mármol, esmalte, mayólica, cobre, plata y piedras preciosas por los artesanos más importantes de los Talleres. El precio del palacio fue desorbitado, costando sólo los materiales de este salón unas 10.000 coronas de la época, cifra que también debió cobrar el artista por los originalesEl tema central de la decoración es el Arbol de la vida, interpretado también como el Arbol de la ciencia. Pero en la pared transversal del friso encontramos una de las obras más curiosas del pintor austriaco, alcanzando en ella la abstracción. No podemos saber si nos encontramos ante una figura humana o un motivo abstracto. En la parte superior se aprecia un rectángulo blanco con un rectángulo negro de manera transversal y una doble lista vertical que podría ser interpretado como un rostro humano. El resto de los elementos decorativos que conforman la figura formarían el traje, mostrando así un cuerpo vestido, eso sí, absolutamente geometrizado, en sintonía con una figura similar de Koloman Moser. De esta manera, se interpreta como "un ejemplo, destacado y temprano, de la crisis de la representación humana en las artes pláticas modernas" (Gottfried Fliedl). Alrededor nos encontramos con una serie de motivos circulares y rectangulares que también aparecen en El Beso, siendo interpretados por algunos estudiosos como símbolos femeninos y masculinos, respectivamente, por lo que podríamos encontrarnos ante una nueva representación de carácter sexual.La fórmula mosaista está tomada de los mosaicos de Ravena por lo que Klimt sintió especial admiración, aunque evidentemente en este caso se hayan convertido en elementos geométricos que parecen enlazar con el cubismo. La Expectación y La Satisfacción también forman parte de la decoración del salón del palacio Stoclet.
Personaje
Otros
Friedrich Christian Anton Lang, que era su nombre de pila, decide abandonar la carrera de arquitectura y dedicarse a las artes. Ingresa en la escuela de Artes y Oficios de Munich, aunque no tarda demasiado tiempo en emprender un viaje sin rumbo que le lleva a los confines del continente asiático y el norte de África. En 1913 se instala en París donde vive de los diseños y dibujos que realiza para publicaciones periódicas. Al estallar la Primera Guerra Mundial es detenido y tras escabullirse entra en el ejército austríaco, donde perdió el ojo derecho. En esta época comienza a escribir sus primeros relatos y guiones al entrar en contacto con el director alemán Joe May. Unos años más tarde, estando en Berlín Lang conoce a Erich Pommer, uno de los productores más importantes de su tiempo. Junto con éste trabajó en como lector y escritor de guiones. Con él participa en el rodaje de "Las arañas". En 1919 lleva a cabo una de sus obras más características por el expresionismo de sus escenas, "El gabinete del doctor Caligari". A esta obra le seguirían otras como "El doctor Mabuse" y "Las tres luces". La carrera de Lang como director cinematográfico es todo un éxito y en 1923 rueda "Los Nibelungos" y tres años después "Metrópolis". Con la aparición del sonido realizó "M, el vampiro de Düsseldorf". Ante llegada de los nazis dirige "El testamento del doctor Mabuse", una análisis crítico de la situación y el partido en tono policiaco. Sin embargo, el ministro de cultura, Goebbels, se percata del mensaje. En lugar de reprenderle, le ofrece a Lang la hacerse cargo de la dirección de la industria cinematográfica. No se atreve a negarse pero ese mismo día huye a París, donde se reúne de nuevo con Erich Pommer. En 1934 se traslada a Hollywood y allí adquiere la nacionalidad estadounidense. Allí rueda "Furia" y otros muchos filmes. A pesar de su genialidad como director tendría que adaptarse a las exigencias de los productores. A finales de los cincuenta la política de McCarthy le obliga a regresar a Alemania, desde donde emprende un viaje a la India. Allí realizó "El tigre de Esnapur" y "La tumba India". En Alemania volvió una vez más a trabajar en "Los crímenes del doctor Mabuse". Tras un breve tiempo en su país natal decide volver a Estados Unidos, donde se asienta en Los Angeles y pasa los últimos años de su vida.
Personaje
Religioso
Nacido en Tratenau, a su llegada a Quito en 1685 se le encomienda la evangelización de los Omaguas y de otras etnias en el curso del Amazonas, entre los ríos Negro y Napo. Conocedor del territorio, dibujó un excelente mapa sobre el Marañón, impreso en Quito en 1708. Escribió una ingente obra en forma de memoriales, cartas y un diario en el que se recogen impresiones y datos de alto valor etnohistórico.
obra
Frida Riedler era una de las damas más interesantes de la sociedad vienesa de fin-de-siecle. Friederike Langer nació en Berlín el 9 de septiembre de 1860, casó con el prestigioso doctor en ingeniería Aloys Riedler, diez años mayor que ella. Klimt realizó este excelente retrato hacia 1906, tomando como referencia los retratos de las infantas españolas pintados por Velázquez que el Kunsthistorisches Museum de Viena conserva, retratos que fueron copiados por el joven artista en sus años de aprendizaje. El maestro sevillano será uno de sus favoritos, llegando a decir Klimt que sólo había dos pintores: Velázquez y él mismo. Además en aquellos momentos Velázquez estaba de moda como se manifiesta en la pantomima "El cumpleaños de la infanta" escrita por Oscar Wilde con música de Franz Schreker, interpretada en 1908. Incluso el amigo y colaborador de Klimt, Franz Matsch realizó un retrato de su hija Hilde inspirado en el maestro sevillano.La influencia velazqueña la podemos encontrar en la erguida posición de la dama y en el tocado, un sombrero en abanico que recuerda la moda del Barroco español. Frida se sienta en un decorativista sillón, dejando sus manos en el regazo, inmóviles, dirigiendo su inteligente mirada al espectador. El vaporoso vestido blanco cae hacia el suelo organizando una diagonal, ocultando cualquier referencia anatómica a excepción de los brazos, y eso que, curiosamente, y como habían hecho Ingres y Degas, los primeros bocetos representan a la modelo desnuda. La figura se recorta ante un fondo rojo que contrasta con la tonalidad del traje, un fondo plano en el que apreciamos teselas, elementos decorativistas que serán muy del gusto del maestro. La expresión del gesto de la modelo será uno de los elementos cautivadores del retrato, cargando de fuerza la tela, e incluso para algunos especialistas dotando de erotismo a la imagen.Frida Riedler falleció en su casa el 8 de abril de 1927.