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Cataluña fue una región extremadamente rica en pintura gótica. La tabla que ahora contemplamos es un ejemplo de la pintura de transición entre el reciente románico y el gótico que ya comienza a implantarse. La pieza, llamada frontal, estaba concebida para adornar el frente del altar en la iglesia, altar que solía ser un gran bloque monolítico también adornado a veces con relieves pintados. El frontal era la pieza que más directamente se oponía al oficiante y a la congregación, por lo que suele ostentar escenas del dogma o del santo a cuya protección se advoca la iglesia. Así ocurre en este caso, en que podemos ver al Pantocrátor o Señor del Universo, acompañado por los cuatro símbolos de los Evangelistas. Y a los lados, escenitas con la vida de San Esteban, que probablemente fuera el patrón de la parroquia. El estilo posee rasgos aún del románico, como es la marcada tendencia hacia el dibujo lineal y los colores planos, con sombreados insinuados a través del rayado y no del color degradado. Las figuras tienen una sencillez ingenua, de trazo infantil muy apropiado para el culto popular. Al mismo tiempo, la rigidez intelectualista del románico se ha acentuado en pro de un mayor movimiento y libertad de las figuras, lo que les proporciona cierta espontaneidad. En el marco de la tabla, pintada con alegres colores, encontramos sendas inscripciones que aclaran el significado de las escenas: a la izquierda reza "lapidabant Setephanu", es decir, "apedreaban a Esteban", y a la derecha "sepellerunt Stephanu" o "enterraron a Esteban". Este tema del martirio de San Esteban se repetirá con frecuencia a lo largo de la pintura española, como por ejemplo en las tablas de Juan de Juanes que también se encuentran en el Prado.
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El Frontal de la Seu d´Urgell presenta en el centro al Pantocrátor dentro de una doble mandorla, mientras que en los laterales se muestran los doce apóstoles de forma escalonada. El más cercano a Cristo en la zona de la izquierda es Pedro, al que reconocemos por sus llaves. El Frontal de Aviá forma también parte de este importante grupo de frontales.
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Procedente de la ermita de Vilaseca nos ha llegado el antipendio de Santa Margarita. La Virgen como trono de Dios preside el conjunto, envuelta por una mandorla que sostienen cuatro ángeles. La curva es uno de los elementos que definen el taller de Vic donde se realizaría esta obra, escondiendo los volúmenes del cuerpo humano bajo espirales que combinan con plumeados, utilizando un trazo de tono claro sobre fondo oscuro.
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En la ermita cercana a la masía de Solanllong, en la comarca de Ripoll, se halló un antipendio que está decorado con el Pantocrátor que se rodea con los símbolos de los Evangelistas, las Marías ante el sepulcro, la aparición de Cristo a la Magdalena y la resurrección de Lázaro, escenas ubicadas en una disposición original que se aleja de la ortodoxia narrativa.
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Este frontal procedente de Treserra está dedicado a san Vicente. Destaca la pulcra elaboración de los relieves de yeso que enmarcan las figuras, el dosel en el que se integra la figura central y las bandas que separan las escenas narrativas.
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En la región de Cataluña se desarrollará de manera especial el arte de los frontales, con los que se decoraban la parte delantera de los altares románicos. El Frontal de Aviá que guarda el Museu Nacional de Catalunya tiene en el centro a la Virgen con el Niño, bajo un arco trilobulado en cuyas enjutas aparecen dos ángeles. En los laterales se describen escenas de la vida de María: en la zona superior izquierda encontramos la Anunciación y la Visitación; en la inferior la Adoración de los Reyes Magos. En el lateral derecho se muestra, arriba, la Natividad y abajo, la Presentación de Jesús en el Templo.El brillante colorido y el preciso dibujo son las características principales, recordando a los esmaltes. El Frontal de la Seu d'Urgell presenta en el centro al Pantocrátor dentro de una doble mandorla, mientras que en los laterales se muestran los doce apóstoles de forma escalonada. El más cercano a Cristo en la zona de la izquierda es Pedro, al que reconocemos por sus llaves.
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En la región de Cataluña se desarrollará de manera especial el arte de los frontales, con los que se decoraban la parte delantera de los altares románicos. El Frontal de Aviá que guarda el Museu Nacional de Catalunya tiene en el centro a la Virgen con el Niño, bajo un arco trilobulado en cuyas enjutas aparecen dos ángeles. En los laterales se describen escenas de la vida de María: en la zona superior izquierda encontramos la Anunciación y la Visitación; en la inferior la Adoración de los Reyes Magos. En el lateral derecho se muestra, arriba, la Natividad y abajo, la Presentación de Jesús en el Templo. El Frontal de la Seu d'Urgell presenta en el centro al Pantocrátor dentro de una doble mandorla, mientras que en los laterales se muestran los doce apóstoles de forma escalonada. El más cercano a Cristo en la zona de la izquierda es Pedro, al que reconocemos por sus llaves. El brillante colorido y el preciso dibujo son las características principales de ambos frontales, recordando a los esmaltes.
Personaje Literato
La importancia de sus tratados técnicos le convirtió en uno de los hombres más destacados de su tiempo. Sus libros abordan estrategias militares y también hablan de asuntos relacionados con la agrimensura y la ingeniería hidráulica. De su obra literaria cabe destacar "Stratagemata", donde recurre a las fuentes griegas y romanas, como Tito Livio, para tratar las estrategias de guerra. Una de sus creaciones más destacadas es "De aquis urbis Romae", una obra publicada a instancias de Trajano, que representa el único ejemplo literario donde se recoge las conducciones acuíferas de agua. Hasta la actualidad también han llegado fragmentos de otras obras suyas. De su estilo literario se puede afirmar que era sencillo y sin florituras. Por otra parte, cabe destacar su faceta como hombre de estado, al desempeñar cargos como pretor, cónsul, inspector de aguas, bajo el gobierno del emperador Nerva, entre otros.