El éxito en Cefalonia provocó otro encargo por parte de los Reyes Católicos. El nuevo rey de Francia, Luis XI, mostraba una inclinación por el control de Italia semejante, o quizás mayor, a su antecesor en el trono Carlos VIII. Tras la fallida paz secreta de Granada, Fernando el Católico se percató de que sólo el Gran Capitán podría hacer frente una vez más a un contingente de tropas tan pertrechado como el que el rey había enviado a Nápoles. En Ceriñola estaba en juego la política de los Reyes Católicos de un equilibrio internacional basado en el aislamiento político de Francia. Los acuerdos diplomáticos con Inglaterra, Flandes, Borgoña y el Imperio alemán habían sido ratificados, según la costumbre, con un intercambio matrimonial que condujo a Catalina de Aragón a Inglaterra, donde contrajo matrimonio con el príncipe de Gales, Arturo (y, tras su fallecimiento, con Enrique VIII); y a Juana a Borgoña, para casarse con Felipe, el primogénito de María de Borgoña y Maximiliano de Austria. Todo ese andamiaje dependía del éxito, o del fracaso, de la jornada de Ceriñola. Y Luis XI era consciente de ello, quizá más que Fernando el Católico, por lo que facilitó la tarea del duque de Nemours mandando las mejores tropas, la mejor artillería y, sin duda, la mejor caballería pesada, de esa que aún presidía los choques frontales y que podía perfectamente decidir una batalla. Gonzalo tenía a su favor solamente su propio talento, la capacidad de seducir a su gente, a sus amigos italianos y a sus colaboradores cercanos, sus capitanes. ¿Sería suficiente para vencer al potentísimo ejército de Luis d'Armagnac que le había salido al paso en Ceriñola?
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obra
Regalo de Moctezuma a Cortés.
material
La pintura mural en yeso sin fraguar es una técnica muy conocida desde la Antigüedad. Se llama fresco porque en principio, la pared que ha sido enlucida con yeso se revoca con varias capas de cal, y cuando la última capa está todavía húmeda, es cuando se pinta sobre ella. Esto hace que al secarse la cal los pigmentos queden integrados químicamente en la propia pared, por lo cual su durabilidad se vuelve muy alta. Por contra, la intensidad de los colores se ve un tanto atenuada. Este proceso se denomina "buon fresco", y requiere un trabajo extremadamente planificado, ya que no admite repintes: el maestro traza el plan general de la obra, y día a día, se enluce la parte que ha de ser pintada. Ha de ejecutarse en la misma jornada, debiéndose terminar al detalle el fragmento enlucido, para al día siguiente empezar al lado. Esto requiere tender sistemas de andamiajes para que las cuadrillas de pintores puedan trabajar en posturas poco adecuadas, a mano alzada, directamente sobre el techo o sobre muros verticales o incluso curvos. No es frecuente que un solo pintor se encargue de la ejecución de los frescos, dada la rapidez que exigen las condiciones técnicas de este método. Por el contrario, un maestro dirige a una serie de especialistas, y él se reserva las partes más importantes: diseño de la composición y realización de las figuras más importantes.Existe otra variedad de fresco, llamado "fresco secco", o retoque alla secca. Aquí se pinta sobre el yeso ya fraguado o seco, lo cual implica el peligro de que la capa al ser rehumedecida y secada rápidamente de nuevo con la pintura se agriete o abombe, deteriorando los frescos. Leonardo da Vinci practicó variaciones de la técnica, que no siempre terminaron bien, como es el caso de su Última Cena, deteriorada a los pocos meses de que el maestro italiano la finalizara.El fresco secco permite, sin embargo, una mayor precisión en los detalles, admite la posibilidad de rectificar mediante retoques posteriores y ofrece una gama de colores muy suaves y delicados, por lo que se explotó abundantemente durante el Barroco.
acepcion
Pintura realizada en paredes y techos con colores disueltos en agua de cal y extendidos sobre una capa de estuco fresco.