Cerámica griega con figuras de color negro sobre fondo rojizo.
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El arte olmeca alcanzó una amplia distribución por el centro y sur de Mesoamérica. En el altiplano central mexicano, de donde procede la muestra, tuvieron una gran aceptación estas figurillas de cerámica huecas, con engobes blancos y cremas, cráneos deformados y labios abultados que nos recuerdan a los hombres-jaguar.
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Fueron numerosas las esculturas que Moore realizó bajo este mismo título desde los años veinte. Son figuras que como el propio artista afirma son capaces de expresar algo inhumano, como el paisaje, pero a través de la figura humana. Es a partir de los años 60 cuando Moore descompone repetidamente en dos y tres piezas sus Figuras Reclinadas, con el fin de dejar al espacio intermedio respirar como parte del conjunto. A partir de estos años, Moore llegó a convertirse en el escultor más prominente de su generación, sólo superado por Giacometti.
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Movido por su admiración hacia el rinoceronte, algunos años después de este cuadro, en 1959, planea junto al importante editor suizo Albert Skira, la publicación de una revista. Su título sería, no cuesta trabajo aventurarlo, "Rhinocéros". Dicho animal también estará presente en proyectos para el baile de los "Petits Lits Blancs", en París. Allí pretendía haber leído un mensaje que, debido al caos formado por su presencia, no se llegó a escuchar, aunque finalmente sería publicado en la revista "Arts", en mayo de 1959. En ese mensaje afirmaba "Estoy aquí para probar que lo contrario de Voltaire es el rinoceronte. En efecto, Voltaire tenía el 'todo dentro' mientras que el rinoceronte tiene el 'todo fuera'... de manera que Voltaire está en retirada y el rinoceronte, el más irracional y cósmico de los animales, está en primer plano". En la pintura de Dalí, la peculiar forma del cuerno de rinoceronte acabará recordando los símbolos fálicos, de modo que aparecen los contenidos sexuales con clara intención de provocar al público. Como ejemplo de lo que venimos diciendo, valga la espectacular obra de ese mismo año 1954 titulada Joven virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad. De forma bastante más rotunda, en este cuadro de tema clásico los cuernos de rinoceronte van ganando espacio en el total. La figura de Ilisos -obra de Fidias para el frontón del Partenón de Atenas- corre idéntico destino en esa desintegración. Lo clásico, la perfecta armonía, se desvanecen o tienen que aprender a convivir con los principios matemáticos y científicos. De hecho, la geometría ocupa un papel importante en el lienzo, está por todas partes: las rocas del fondo, el cubo que aparece por detrás del personaje; incluso el erizo y la estrella de mar desvelan formas geométricas. Únicamente el mar es irregular, simplificado y permite ver por debajo, ver su fondo.