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acepcion
Metal, probablemente estaño, que los comercientes asirios transportaban desde Asur a Anatolia.
Personaje
Político
Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan nació en Kumasi (Ghana) el 8 de abril de 1938. Lleva dedicados más de 30 años a las Naciones Unidas; en 1962 ingresó en el Sistema de las Naciones Unidas como oficial administrativo y de presupuesto en la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra. Desde ese momento trabajó en la Comisión Económica para África en Addis Abeba. Desde 1997 es el Secretario General de las Naciones Unidas y, desde su nombramiento, ha intentado renovar la Organización en las esferas de desarrollo y mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el 2001.
contexto
Aunque en la pintura de la realidad ya venía precedido por los bodegones con figuras de los flamencos y por las experiencias italianas de V. Campi en Cremona o de B. Passerotti y P. Fontana en Bolonia, a todos superó Carracci ampliamente. En él la indagación de la realidad es más aguda y objetiva, más universal. Así lo confirma la comparación de La carnicería con las versiones del flamenco Pieter Aertsen (Upsala, Universidad) y del boloñés Passerotti (Roma, Galería Nazionale, Palacio Barberini). En la pintura de Carracci, además, el arte se ha convertido en instrumento de análisis objetivo de la realidad humana y natural, superando las escuetas anotaciones de lo particular del flamenco o el oculto intento de burla del capriccio del italiano, que roza lo grotesco en los personajes. Este naturalismo instintivo también puede ser valorado en sus retratos de tono menor y cotidiano, de honda indagación psicológica, como en su prevelazqueño Autorretrato con dos personajes (hacia 1585) (Milán, Brera).Su sincera curiosidad y aguda indagación de la realidad, hasta de sus aspectos más olvidados o despreciados, le brindaron la ocasión de hablar con los pinceles: experimentando la técnica, mostrándose atento a perfeccionar los medios pictóricos, correlacionando los instrumentos técnicos y la temática elegida. Con su alta ductilidad expresiva logró romper la monotonía técnica tardomanierista. Así, si volvemos a La carnicería, por ejemplo, se observa su gran libertad expresiva no sólo en el tema, mas también en la frescura del toque, de pincelada ancha, y en los densos y yuxtapuestos empastes de color.Por el contrario, en los cuadros de asunto religioso su ductus operativo se vuelve más comedido, acordado con la sacralidad del tema. Annibale logra así crear unas representaciones más persuasivas que las de sus parientes, sin duda porque -a más de su vivacidad compositiva, su brillantez cromática y tonal, y su excepcional luminosidad- coloca ante los fieles un mundo tangible y concreto (sin concesiones al fácil naturalismo extremo que pudiera socavar la propiedad de la imagen) en el que los eventos sacros parecen realmente suceder, sobre todo por la expresión variada y graduada de los sentimientos, pasiones y afectos de los personajes. Muy indicativo es el comentario que Malvasia hace de su venecianizante Asunción (1592) (Bolonia, Pinacoteca), anotando la "invención de los apóstoles, que en tan variadas, pero tan expresivas actitudes, y bizarros escorzos, expresan la atención en su búsqueda (del cuerpo de la Virgen) y el asombro". Toda esa elocuencia expresiva halla su razón en el sarcófago y en su escorzo perspectivo que abre su interior al espacio del cuadro, en dirección al espectador, como si le incitase a mirar en su vacía oquedad, para atraparle, no dejándole ya salir, pero también sin permitirle entrar, como le ocurrió a Malvasia, que ante la visión del cuadro exclamó: "no sé entrar ni salir".Estos extremos evidencian su preocupación por persuadir desde la pintura al observador, controlando sus emociones psíquicas junto a sus sensaciones ópticas en el momento de la percepción visual, anticipando la identidad entre arte y elocuencia propia del pleno Barroco. De esta preocupación no escapan tampoco sus cuadros de asunto mitológico, ejecutados en Bolonia antes de 1595.En ellos desarrolla una relación con el clasicismo renacentista basada en la evocación sentimental, con una palpable inclinación hedonista y sensual en cuanto a su proceder pictórico, por otro lado tan acordado con la sensualidad de los temas representados. Así, en su muy tizianesca Bacante con un sátiro y dos cupidos (hacia 1588) (Florencia, Uffizi) o en sus dos versiones tizianesco veronesianas de Venus y Adonis (hacia 1594-95) (Madrid, Prado; y Viena, Kunsthistorisches Museum), es evidente que tanto en la elección y caracterización de los asuntos como en el planteamiento y desarrollo de las composiciones, pero principalmente en la abierta tendencia a una rica y áulica sensualidad pictórica, Annibale guía al observador y lo atrae por el deleite visual hacia una espontánea lubricidad.
Personaje
Pintor
<p>Pietro Annigoni fue de hecho un destacado pintor italiano conocido por sus excepcionales retratos y paisajes realistas. </p><p>Pietro Annigoni nació el 7 de junio de 1910 en Milán, Italia. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Florencia, donde desarrolló una sólida base en las técnicas de pintura del Renacimiento. Esta educación rigurosa influyó profundamente en su estilo y enfoque artístico.
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Annigoni cofundó los Pintores Realistas Modernos en 1947, un grupo que se opuso firmemente a la creciente tendencia de la abstracción en el arte durante mediados del siglo XX. En cambio, se centraron en técnicas realistas, alineándose con las tradiciones de la pintura renacentista.
</p><p>Annigoni ganó reconocimiento mundial por sus hábiles retratos de figuras influyentes. Entre sus asistentes notables se encontraban la reina Isabel II, el papa Juan XXIII y el presidente John F. Kennedy. Su capacidad para capturar la esencia de sus sujetos hizo que sus retratos fueran muy buscados.
</p><p>A lo largo de su carrera, Annigoni expuso su obra a nivel internacional. Sus pinturas se exhibieron en instituciones prestigiosas como las Upper Grosvenor Galleries de Londres, la Galerie Beaux Arts de París y el Museo de Brooklyn, mostrando su talento a una audiencia global.
</p><p> </p><p>La dedicación de Pietro Annigoni a preservar y revivir las técnicas del arte renacentista dejó un impacto duradero en el mundo del arte. Sus contribuciones a la pintura realista siguen siendo admiradas y estudiadas. Falleció el 28 de octubre de 1988 en Florencia, Italia, pero su legado sigue vivo a través de su notable obra.</p>
contexto
Los últimos años del gobierno de Nerón presentaron síntomas más claros de su deseo de organizar un régimen equiparable a las monarquías helenísticas. Confiaba en que le bastaba el apoyo del pueblo de Roma y de los pretorianos; su prefecto Tigelino mantenía un férreo control de los senadores. A raíz de la conjura organizada por Annio Viciniano, también descubierta por los agentes de Tigelino, fueron condenados a muerte otro conjunto de senadores, entre ellos importantes jefes militares como Domicio Corbulón y los legados de ambas Germanias. Esta decisión marcó no sólo la desaparición de Nerón y la crisis del 68-69 d.C. sino algo mucho más profundo, como fue la participación de los gobernadores de provincias imperiales con mando sobre tropas en la elección del nuevo emperador. El fin de Nerón inaugura así una nueva época en los métodos de transmisión del poder. En la primavera del 68 d.C., uno de los legados imperiales de las Galias, C. Julio Vindex, se rebela contra Nerón proponiendo como sucesor al gobernador de la Citerior, C. Sulpicio Galba. A pesar de que la rebelión fue aplacada por el ejército mandado por el legado de la Germania superior, Verginio Rufo, recientemente nombrado y aún fiel a Nerón, el dispositivo de la rebelión no se paró. Galba era ya de edad avanzada, pues había nacido el año 3, "durante el consulado de M. Valerio Messala y de Cn. Léntulo", según precisa Suetonio (Gal., IV). Contaba con una larga experiencia de gobierno: había sido gobernador en Aquitania y en África, cónsul ordinario, jefe de las legiones de Germania y, por su conducta en Africa y en Germania, había recibido un triple sacerdocio (en los colegios de los quindecinviros, de los Titios y de los Augustales) y llevaba siendo gobernador de la Hispania Citerior desde el 61 d.C. Galba contaba con el apoyo de Salvio Otón, el gobernador de Lusitania, con las tropas de Hispania, además de una nueva legión reclutada ahora (la posterior VII Gemina) así como con una alianza sólida de un amplio grupo de senadores. El propio Verginio Rufo decidió al fin apoyar la causa de Galba. Así, el Senado envalentonado, a pesar de las condenas formales contra Galba, declarado enemigo público, consiguió el apoyo de uno de los dos prefectos del pretorio, Ninfidio Sabino, con el procedimiento ya tradicional de prometer una recompensa a los pretorianos (ahora de 30.000 sestercios a cada uno). El otro prefecto, Tigelino, huyó dejando al emperador desprotegido y aislado: a comienzos de junio, Nerón se suicidó. Una vez que Galba hubo tomado posesión de los poderes imperiales, no concedió el donativum prometido a los pretorianos. Algunas de sus intervenciones políticas fueron poco afortunadas: marginó a Ninfidio Sabino, se rodeó de consejeros y nombró cargos de gran responsabilidad atendiendo sólo a criterios de amistad personal. Llegó a comprometerse para liberar al odiado Tigelino, asumiendo personalmente su defensa (Suet., Galb., XV). En pocos meses, Galba consiguió ser odiado por los pretorianos, por el pueblo de Roma y por un amplio sector de los senadores. Suetonio dice a posteriori que "venía precedido de la reputación de crueldad y a la vez de avaricia" (Galb., XII). Al comenzar el 69 d.C., las legiones de Germania se negaron a renovar el juramento de fidelidad a Galba proponiendo para emperador a su gobernador Vitelio. Galba, incapaz de comprender la situación, "convencido que se despreciaba en él menos a su vejez que a su falta de descendencia, escogió a Pisón Frugi Liciniano... como heredero de su fortuna y de su nombre" (Suet., Galb., XVII), lo que equivalía a una sugerencia de su proyecto sucesorio. Los pretorianos dieron muerte a Galba y ofrecieron el imperio a Otón, el antiguo gobernador de Lusitania y cómplice de Nerva en el asalto al poder. Es posible que la figura de Otón nos haya llegado deformada por el hecho de haber sido amigo de Nerón y marido de Popea, la segunda esposa de Nerón; esos rasgos de su conducta personal podían no haberle restado grandes capacidades políticas. Durante los primeros meses del 69 d.C., Roma tuvo dos emperadores: Otón, reconocido por el Senado, y Vitelio nombrado por las tropas del Rin. Otón, al conocer la aclamación de Vitelio por los soldados, "ofreció a Vitelio asociarlo al imperio y hacerlo su yerno" (Suet., Oth., VIII). La situación se resolvió en abril del mismo año cuando las tropas de Vitelio resultaron vencedoras en Bedriacum frente a las de Otón. El Senado reconoció como emperador a Vitelio, a pesar de su dudoso talante humano tal como es descrito por Suetonio: era tan adulador como su padre y consiguió ser amigo de Calígula, después de Claudio e igualmente de Nerón; poco después recibió de Galba el mando de la Germania Inferior (Vitell., IV). Los ocho meses de su gobierno no dejaron gran huella: siguió en todo los consejos del liberto Asiático y se atrevió a licenciar a las tropas pretorianas "por haber dado un ejemplo deplorable" (Suct., Vitell., XII). Pero, una vez abierto el juego de la participación de los gobernadores provinciales en la sucesión imperial, sin reglas definidas, otro importante grupo de legiones, el de Oriente, proclamó emperador a Tito Flavio Vespasiano, quien estaba llevando a cabo el sometimiento sistemático de los judíos. El prestigio de Vespasiano entre los gobernadores de las provincias orientales no ofrecía fisuras: las legiones de Egipto, de Mesia, de Panonia y de Siria se pusieron a sus órdenes. A fines del 69 d.C., las tropas de Vitelio eran vencidas junto a Cremona por el ejército más numeroso, compacto y curtido de Antonio Primo, el lugarteniente de las tropas de Vespasiano. Este fue proclamado emperador por el Senado en diciembre de aquel año, sin encontrarse en Roma. Vespasiano no mantenía vínculo familiar alguno con los Julio-Claudios.
acepcion
Entre los creyentes cristianos "año del Señor". Durante este periodo se celebra el misterio de Cristo, desde la encarnación hasta la venida del Señor.