Se quiere ver en esta imagen una referencia a la expulsión de Napoleón de España por el pueblo español, peor armado y pertrechado que el temible ejército francés. Sin embargo, tampoco está del todo claro su significado.
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Localidad situada en el suroeste de la provincia de Soria, rodeada de vegas, altozanos, dehesas y pedrizas. A 56 Km. de Soria capital y a 185 de Madrid, El Burgo de Osma se asienta a 895 m. de altitud. Sus orígenes se remontan a Úxama, ciudad arévaca primero y romana después, base para la fundación de Osma. Actualmente, es un yacimiento con aula arqueológica in situ. Los arévacos eran, según cuenta la leyenda, aguerridos guerreros, de los que ha quedado constancia desde el año 153 a.C. Posteriormente, pasó a formar parte del Imperio romano dentro de la provincia Tarraconense. Fue una villa de gran importancia como núcleo de comunicaciones entre Asturica, actual Astorga, y Caesar Augusta, actual Zaragoza. Tras la caída de Roma, fue ocupada por los visigodos y posteriormente por los árabes. Con los visigodos la villa comenzó a experimentar un periodo de esplendor, ya que se convirtió, en el siglo VI, en sede episcopal. Con la llegada de los árabes, Osma recuperó su antigua capitalidad, a partir del siglo XII. La formación del núcleo actual se fraguó a partir del año 1101, cuando el obispo Pedro de Bourges (San Pedro de Osma) eligió como sede catedralicia un monasterio ubicado junto al río Ucero, favoreciendo el desarrollo urbano y comercial del asentamiento. Esta situación se prolongó durante siglos, llegando en época renacentista a poseer un centro universitario. Fue durante el periodo medieval cuando se desarrolla el trazado urbano en torno a la catedral, uno de los edificios religiosos más importantes de toda Soria. De finales del siglo XV son las murallas, mandadas construir por el obispo Pedro de Montoya. Desde 1993, El Burgo de Osma está declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico Artístico.
lugar
Esta localidad leonesa está estrechamente vinculada al Camino de Santiago, ruta que atraviesa por su actual calle Mayor, núcleo originario del municipio. La primera referencia documental se fecha en 1126, cuando aparece documentado como "burgo de Sahagún". En este lugar se establecerían algunos burgueses -comerciantes y artesanos- que prosperarían gracias a la ruta, prosperidad que se pone de manifiesto en la magnífica talla románica de la Virgen que se custodiaba en la iglesia parroquial de San Pedro -ahora en el Museo Catedralicio de León-. Otra muestra de su importancia en época medieval la encontramos en que el Burgo es cuna de hombres ilustres, como Pedro del Burgo, abad de Sahagún durante 20 años en el siglo XV. El municipio fue declarado Conjunto Histórico en 1962, delimitándose la zona afectada por esta declaración en un decreto publicado por la Junta de Castilla y León en 1999. En los parajes cercanos a El Burgo Ranero se produjo un curioso episodio narrado por el peregrino Domenico Laffi en el siglo XVII, relacionado con la muerte de un peregrino que fue devorado por los lobos.
contexto
Ciudad poblada desde antes de la conquista romana y encuadrada en el área cultural céltica, no será hasta la temprana Edad media cuando tengamos la primera referencia acerca de Burgos. Se trata de una crónica de origen musulmán en la que se cita una población, denominada Burchia y que generalmente se identifica con Burgos, que fue saqueada en el año 860.La conquista musulmana encuadra, pues, Burgos dentro de al-Andalus, el territorio ibérico bajo dominio del Islam. Esta situación permanece entre los años inmediatamente posteriores al 711 y la conquista de la ciudad por parte del rey Alfonso III de León. Encuadrada en una amplia zona de frontera, la población pasa a ser poblada por gentes de guerra y dotada de un castillo y una ciudadela, como corresponde a su posición estratégica en el área norte del río Duero.La creación del condado de Castilla por parte de Fernán González en el año 931 supuso para Burgos la obtención de la capitalidad. Desde Burgos continuó la doble labor de los castellanos, la instauración de un reino propio y la extensión de sus dominios a costa de los musulmanes. Con Fernando I, tras ser creado el reino de Castilla, Burgos fue elegida como capital, estatus que fue reforzado mediante el traslado de la sede episcopal desde Oca por mediación de Alfonso VI (1075). Consecuencia directa fue la erección de una primera catedral, de estilo románico.La plena Edad Media y los acontecimientos que suceden en suelo peninsular favorecen a Burgos, no en vano ocupa una posición privilegiada. Punto central del Camino de Santiago, se beneficia también del comercio lanar castellano en su ruta hacia el puerto de Bilbao. El traslado de la capitalidad a Toledo no merma la progresión de la ciudad, que sigue creciendo económica y demográficamente. Así, aun se celebraron Cortes en 1113 y 1169 con motivo de las bodas de Alfonso VIII, y en 1221 Fernando III El Santo, constatando que la vieja catedral era insuficiente, ordenó la erección de un nuevo templo, esta vez de estilo gótico. Todavía en tres ocasiones más (1303, 1311 y 1355) habrían de ser convocadas Cortes en Burgos, con motivo de los enfrentamientos entre el monarca Pedro I y parte de la nobleza castellana.
contexto
Una de las figuras más conocidas de Japón ha sido la del guerrero samurai, también conocido con el nombre de bushi, que pasó de ser un grupo social de escasa relevancia y formación para, posteriormente, convertirse en una elite especializada, que llegó a detentar el poder y alcanzar una cultura propia. Uno de los conceptos que más desarrollaron los samurai fue el del código de honor y de vida, de lealtad y de posición en el mundo. Toda esta filosofía recibía el nombre de bushido o vía del guerrero, que se fue perfeccionando a lo largo de los siglos hasta alcanzar su máximo apogeo durante el período Edo (s. XVII - XIX), cuando entró en contacto con el neoconfucianismo, que demostró que los samurai no sólo podían ejercer funciones político-militares sino también administrativas y económicas. Pasó entonces a ser una elite cultísima que fue abandonando progresivamente sus valores guerreros, abriéndose, durante el periodo Edo, un periodo de mayores valores civiles que militares; en pocas palabras, se impuso el bun o formación intelectual sobre el bu o artes de la guerra. Los principios esenciales del bushido los recopiló Daidoji Yuzan (1639 - 1730) en su obra Budo Shoshin-shu, basados, principalmente, en la concienciación del samurai de su convivencia cotidiana con la idea de la muerte, resumida en una frase: "el verdadero coraje es vivir cuando es justo vivir y morir cuando es justo morir".
obra
Entre 1513 y 1514 Alberto Durero casi abandonó su actividad artística. De aquellos años tan sólo nos han llegado seis grabados, tres normales sobre la Virgen y tres grabados excepcionales, como son el Caballero, la Muerte y el Diablo, San Jerónimo en su celda y Melancolía I. Estos tres últimos están grabados sobre cobre y poseen unas dimensiones extraordinarias, alrededor de los 25 x 19 cm. En los tres la ejecución es meticulosa al extremo y la iconografía está sobrecargada de significados.Estos grabados no constituyen un conjunto en el sentido estricto, pero comparten una unidad espiritual y simbólica, que lleva a ilustrar los tres modos de vida desde el punto de vista de la escolástica: vivir según la virtud moral, según la virtud teologal o según la virtud intelectual. El Caballero... ejemplifica la virtud moral. Pasemos a su análisis:Este grabado ilustra la vida del cristiano en el mundo práctico de la decisión y la acción. En la imagen se estrena un nuevo monograma del artista, similar al anterior pero precedido de una "S", que significa "Salus". Parece que Durero realizó este grabado condicionado por sus sentimientos de indignación y aflicción ante los rumores que se habían extendido sobre el supuesto asesinato de Lutero. En un escrito contra los papistas (partidarios del Vaticano), interpela a otro de sus admirados, Erasmo de Rotterdam, a quien llama "caballero de Cristo acechado por la injusta tiranía del poder temporal y del poderío de las sombras". La alusión se refiere a un libro del propio Erasmo, titulado "Enchiridion militis Christianis", es decir, Manual del Caballero Cristiano, publicado en 1504.Esta es la comparación que Durero usa en su estampa: el caballero cristiano opuesto a un mundo hostil, un soldado preparado para la batalla, imagen que se remonta a las cartas de San Pablo a las primeras comunidades cristianas. Erasmo interpretó los textos, mantenidos durante la Edad Media, desde el punto de vista del humanismo que trataba de recuperar el platonismo de la filosofía griega. En su imagen, el caballero es viril, lúcido, serenoy fuerte, más que los peligros y las tentaciones que le acechan. El camino de la virtud parece arduo y lúgubre, por lo que la dignidad del caballero exige que para vencer las tentaciones, ignore sus manifestaciones.Así, en el grabado de Durero los adversarios del caballero no parecen reales. Es necesario combatirlos, pero son tan sólo "espectros y fantasmas" que han de ser ignorados. El caballero pasa a su lado sin verlos, calmadamente, los ojos fijos y sin desfallecer. El rostro del caballero es una máscara firme y enérgica. Revestido por completo de una armadura, monta un caballo que Durero saca de los estudios de Leonardo para el monumento a Francisco Sforza, aunque adaptado a un canon de su invención. En cualquier caso es un caballo monumental.La pareja destaca contra un fondo de rocas y árboles desnudos. Muy a lo lejos, sobre un paisaje escarpado, se ve un castillo, que es la meta del caballero: la virtud inexpugnable. De entre las sombras surgen la Muerte a caballo y un horrible Diablo. La Muerte repite la idea de la Muerte coronada a caballo que Durero dibujó en 1505. Pero en este grabado, la Muerte es aún más horrenda, es un cadáver en descomposición, sin mejillas, nariz ni labios y el cuello rodeado de serpientes. La aparición se acerca al caballero y trata de espantarlo mostrándole su reloj. Entre tanto, el Diablo sonríe en una macabra mueca por detrás del caballo, blandiendo su pica.Al caballero le acompaña un hermoso perro de caza de pelo largo. Es el símbolo que completa la alegoría, emblema de las tres virtudes subordinadas a la fe que representa el caballero. Estas tres virtudes, menores pero igualmente necesarias, son el celo infatigable, la sabiduría y la justicia en el razonamiento.Durero ha realizado una imagen perfecta del soldado de Cristo, con un aspecto monumental, equilibrado, lleno de la armonía del clasicismo, en mitad de un bosque frondoso, oscuro, fantástico, lleno de espectros en un ambiente gótico.
obra
A la exposición de la Royal Academy del año 1819 Constable presentó este sensacional lienzo que contemplamos, uno de los siete "six-foot" que el artista pintó para conseguir aumentar su prestigio y su fortuna. Tras el fracaso cosechado con el Molino en Flatford, en esta ocasión sí consiguió vender su trabajo. El comprador sería su buen amigo John Fisher, pagando por el cuadro unas cien guineas, una décima parte de los que se pagaba por un cuadro de Turner. Al igual que el resto de los compañeros de la serie, El caballo blanco es una escena más de la vida cotidiana en el valle del Stour, la región de procedencia de Constable y ante la que se sentía verdaderamente motivado para pintarla. Bien es cierto que estas obras fueron realizadas en Londres, pero tomando como punto de partida un buen número de bocetos, apuntes y dibujos pintados por Constable entre 1810 y 1816. En la zona de la izquierda de la composición podemos observar la barcaza que transporta el caballo que da título a la obra, escena habitual en la vida diaria de la región de Suffolk. El amplio río se convierte en el segundo protagonista, mostrado desde un punto de vista elevado y representando en él unos magníficos reflejos. En segundo plano observamos las casas típicas de la zona -una de ellas es la de Willy Lot, la más representada por Constable - entre elevados árboles que se recortan ante el cielo nublado. Unas vacas se bañan en la orilla del río, resultando uno de los toques pintorescos del conjunto, sacado de la pintura de Gainsborough. Los efectos lumínicos se convierten en uno de los elementos principales del conjunto, creando acertados contrastes de luz y de sombra que conforman "una plácida representación de una mañana gris de verano" en palabras del pintor. La minuciosidad y el detallismo a la hora de mostrar los diferentes elementos serán otros de los puntos favorables de este cuadro, que llegó a ser comparado con Turner en su momento. Sin duda, Constable ha sabido asimilar la influencia de los clásicos -Claudio de Lorena, Poussin, Rembrandt, Rubens,...- para alcanzar una pintura tremendamente personal, cargada de naturalismo -"la pintura es una ciencia y debe practicarse como una investigación en las leyes de la naturaleza" escribió en una ocasión- que servirá de punto de partida para los maestros de la Escuela de Barbizón y, por extensión, a los impresionistas.
obra
Esta obra recogerá las características principales de la pintura de Gauguin: la cabeza del caballo está inspirada en uno de los relieves del Partenón de Atenas, encontrando aquí el gusto por lo primitivo y lo antiguo; la composición está realizada con pinceladas anchas de colores planos y luminosos, estilo habitual en los últimos años; el Simbolismo hace que el espectador busque nuevos significados a la escena, trasladándonos a un emocionante mundo fantástico donde Gauguin se convierte en nuestro guía, fantaseando el colorido de los caballos y la perspectiva. La sucesión de líneas curvas que organizan la composición están inspiradas en la estampa japonesa que tanto interesaba al artista desde sus primeros pasos siguiendo la influencia de impresionistas como Manet o Degas.
obra
Dibujo de la Expedición Malaspina.