El caballo blanco

Datos principales


Autor

John Constable

Fecha

1819

Estilo

Romanticismo Inglés

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

131 x 188 cm.

Museo

Frick Collection (Nueva York)

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A la exposición de la Royal Academy del año 1819 Constable presentó este sensacional lienzo que contemplamos, uno de los siete "six-foot" que el artista pintó para conseguir aumentar su prestigio y su fortuna. Tras el fracaso cosechado con el Molino en Flatford, en esta ocasión sí consiguió vender su trabajo. El comprador sería su buen amigo John Fisher, pagando por el cuadro unas cien guineas, una décima parte de los que se pagaba por un cuadro de Turner. Al igual que el resto de los compañeros de la serie, El caballo blanco es una escena más de la vida cotidiana en el valle del Stour, la región de procedencia de Constable y ante la que se sentía verdaderamente motivado para pintarla. Bien es cierto que estas obras fueron realizadas en Londres, pero tomando como punto de partida un buen número de bocetos, apuntes y dibujos pintados por Constable entre 1810 y 1816. En la zona de la izquierda de la composición podemos observar la barcaza que transporta el caballo que da título a la obra, escena habitual en la vida diaria de la región de Suffolk. El amplio río se convierte en el segundo protagonista, mostrado desde un punto de vista elevado y representando en él unos magníficos reflejos. En segundo plano observamos las casas típicas de la zona -una de ellas es la de Willy Lot, la más representada por Constable - entre elevados árboles que se recortan ante el cielo nublado. Unas vacas se bañan en la orilla del río, resultando uno de los toques pintorescos del conjunto, sacado de la pintura de Gainsborough.

Los efectos lumínicos se convierten en uno de los elementos principales del conjunto, creando acertados contrastes de luz y de sombra que conforman "una plácida representación de una mañana gris de verano" en palabras del pintor. La minuciosidad y el detallismo a la hora de mostrar los diferentes elementos serán otros de los puntos favorables de este cuadro, que llegó a ser comparado con Turner en su momento. Sin duda, Constable ha sabido asimilar la influencia de los clásicos -Claudio de Lorena, Poussin, Rembrandt, Rubens,...- para alcanzar una pintura tremendamente personal, cargada de naturalismo -"la pintura es una ciencia y debe practicarse como una investigación en las leyes de la naturaleza" escribió en una ocasión- que servirá de punto de partida para los maestros de la Escuela de Barbizón y, por extensión, a los impresionistas.

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