Los cuadros de "casacón" se pusieron de moda en España gracias a Fortuny, quien continuó la temática costumbrista francesa de Meissonier; esta acuarela que contemplamos es un excelente ejemplo de ese tipo de pintura donde el dibujo y el preciosismo se convierten en los protagonistas exclusivos de la composición, interesándose el artista por captar el mayor número de detalles posible. La grandeza de Fortuny reside en utilizar una pincelada rápida y fluida que le hace convertirse en un genio. La figura del concertista aparece de espaldas, repitiéndose al fondo lo que podría indicar que estamos ante un boceto para un trabajo definitivo.
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Personaje
Pintor
Hacia 1568 se traslada a Nueva España, donde trabajó hasta la primera década del siglo XVII. Allí trabajó en la ejecución de numerosos retablos, entre los que se puede citar el de Yanhuitlan. Fue considerado uno de los grandes maestros de su tiempo en México.
obra
Fotografía cedida por el Servicio de Promoción e Imagen turística del Gobierno de Navarra.
acepcion
Lugar repleto de conchas, próximo a las costas, donde existe un asentamiento humano primitivo.
contexto
Toda esta realidad militar apoyada en realidades económicas y creadora de aspiraciones políticas, forma una nueva mentalidad dominante en la colectividad, caracterizada por una idea de la comunidad como heredera del mundo heroico. Ahora es la polis la que actuó en su propia defensa, lo que permite que cada soldado sea heredero de los héroes, como en los poemas en que Tirteo exhorta al ejército espartano a la guerra mesenia, donde cada uno, al luchar dentro de la formación hoplítica, puede identificarse con el héroe legendario de la primera guerra mesenia. Sin embargo, la afirmación de la conciencia hoplítica, al basarse en la tradición heroica, posibilita asimismo que se preserven los valores heroicos, en los que en definitiva los verdaderos protagonistas eran los aristócratas, que podían atribuirse la condición de descendientes suyos. La oligarquía hoplítica, que basa sus privilegios en la existencia de nuevas clases dependientes, afirma su superioridad en formas ideológicas que repercuten en la conservación de los privilegios, que así perduran a lo largo de toda la historia de la ciudad arcaica. También la estructura topográfica de la ciudad revela la nueva mentalidad, pues los santuarios extraurbanos se configuran como símbolos de los límites del territorio colectivo, consagrados a las divinidades que patrocinan la kourotrophia, la educación de los jóvenes para el combate hoplítico, en festivales donde compiten al estilo de los héroes, hasta el punto de que, en los juegos panhelénicos, llegaron a imponerse pruebas propias del hoplita, paralelas a las del luchador singular y a las del jinete o conductor de carros. Los jóvenes se integran a través de la efebía, para pasar a formar parte del ejército donde, en ocasiones, perviven las divisiones basadas en las clases de edad, pervivencia transformada desde las prácticas tribales, adecuadas a las nuevas necesidades. La mentalidad hoplítica se define así como heredera de la tradición gentilicia, teñida de valores aristocráticos, adaptados a la nueva realidad, a la que proporciona una nueva coherencia al darle fundamento en las tradiciones ancestrales. Éstas proporcionan a la novedad espiritual su aspecto más tradicional y los elementos para convertirse en ideología conservadora, de los propios privilegios y de las clases aristocráticas.
obra
Valentin de Boulogne tuvo una biografía casi tan agitada y tormentosa como la de su modelo en pintura, Caravaggio. Valentin marchó a Roma para tomar contacto con la pintura italiana del Barroco y allí se sumergió en el mundo del hampa, rodeándose de prostitutas, mendigos, jugadores y borrachos... Ellos son los protagonistas de sus lienzos, tal y como lo fueron de los cuadros de Caravaggio. Según testimonios de la época, los elementos del lumpen romano preferían sobre todo la compañía de artistas holandeses y flamencos, que debían de ser los más jacarandosos de entre todos. La escena recoge un concierto protagonizado por varios personajes: una muchacha, posiblemente una prostituta, unos borrachines, un soldado y un tahúr. Con ellos hay un muchachito, aprendiz de pillo. Todos están reunidos alrededor de un sillar de mármol con relieves antiguos, romanos. El ambiente es de tristeza general, ninguno de ellos sonríe a pesar de su placentera actividad.
obra
El tema del concierto y la música en general fue muy querido para los artistas del Barroco. La música alude al sentido del oído, pero también al placer amoroso. Los cuadros protagonizados por personajes entregados a la música frecuentemente esconden tras sí una historia de amor. El concierto interpretado como una clase de música suele estar protagonizado por una jovencita de buena familia, que debía aprender dos tipos de conocimientos: prácticos para llevar una casa, y lujosos para atraer un marido (canto, danza, algunas lecturas...). Sin embargo, existía el peligro de que la alumna fuera seducida por el maestro, un músico joven y sin prestigio suficiente para vivir de su música, por lo que da clases. Tal vez por esta razón, a la clase asiste un tercer personaje, un caballero relacionado con alguno de los dos protagonistas y que pueda dar fe de la inocencia del concierto.
obra
En 1873 Palmaroli se trasladará a París para formar parte de la nutrida colonia de artistas españoles que tendrán en las obras de Fortuny su más directa inspiración, aprovechando el éxito de los cuadros llenos de vida y color que en España se llaman "casacones" como esta imagen que contemplamos, donde se muestra una lujosa estancia decorada con todo tipo de objetos caros, creándose una atractiva perspectiva al mostrarnos el suelo encerado y las puertas de la izquierda abiertas. Una dama de alta alcurnia muestra sus conocimientos musicales a una maja y dos hombres de diferentes edades. La obra es una muestra de gracia, elegancia y virtuosismo técnico al emplear una factura rápida y detallista con la que exhibe soberbios detalles y calidades táctiles, denominándose "pintura a la lupa". El colorido utilizado es muy variado, enriquecido con el papel otorgado a las tonalidades puras quizá por influencia del Impresionismo. Con estos trabajos, Palmaroli obtendrá la fama, trabajando sin descanso y llegando a tener vendidos los cuadros antes de que estuvieran bosquejados. Su estudio se convertirá en el centro de reunión de un numeroso grupo de miembros de la política, la literatura y el arte.